Siempre una expresión corporal tiene una causa emocional, asegura el especialista en imagen, "Lo que creemos que es un mal hábito no es sólo una mala maña, sino que es una respuesta emocional que se canaliza de esa manera", explica David Navarro. Por ejemplo, no se trata sólo de morderse las uñas sólo por un mal hábito, sino porque detrás de eso hay quizá un poco de ansiedad. Ante cualquier mal hábito que se tenga, es necesario preguntarse: ¿Por qué lo hago? ¿En qué situaciones to hago? Encontrar soluciones paliativas es posible, por ejemplo, si te muerdes las uñas y eres mujer, colocarte acrílico puede ayudarte a detener esa mala costumbre, pero no erradicará de raíz el mal hábito. Lo mejor es identificar cuál es la raíz atacar el problema desde su origen. "Para mejorar el lenguaje corporal tenemos que estar muy despiertos a nuestras reacciones, y cuando nos cachamos en esas reacciones, si son positivas. fomentarlas y si no, identificar qué nos dio inseguridad" explica Navarro. Una vez identificada la causa. hay que atacarla y hurgar dentro de nosotros para poder resolverlo y con ello cortar la mala costumbre, considera el experto. Los ojos Si quieres hacerle sentir tus palabras a alguien, míralo a los ojos. Un estudio del Darmou College, en New Hampshire, Estados Unidos, demostró que es un poco cierto el aforismo de que "los ojos son una ventana del alma", o al menos la ventana de nuestra mente, según explicaron los mismos científicos que lo desarrollaron. Ellos encontraron que los ojos son una clave en nuestra supervivencia ya que son éstos los que realmente detectan la vida en lo que observan, es decir, distinguen si es una cara viviente o un objeto inanimado. Así, el mirar a los ojos es necesario para proyectar confianza y liderazgo. Esto es, sin embargo, algo a lo que no necesariamente solemos estar acostumbrados. Sostener la mirada por unos cuantos segundos puede convertirse en una forma de hacer que los otros confíen en nosotros. Aquí un ejercicio que te puede ayudar a practicar esto. Cuando entres a un elevador, ponte en medio -sí, nadie quiere ese lugar- y haz contacto visual con la gente que está contigo, puedes decir 'buenos días' o simplemente hacer un gesto en el que muestres empatía. "Da un contacto visual confiable, sin miedo, no hace falla que les hagas la plática, sino es suficiente con que des un saludo. Quien está tomando ese espacio está mostrando liderazgo sin imponerse", comenta David Navarro. Con este ejercicio nos vamos a dar cuenta qué tanto hemos trabajado (y necesitamos trabajar) en nuestra confianza y en la forma de comunicarse visual y de forma corporal. De igual manera, cuando nos presentamos con alguien es necesario hacer contacto visual. la realidad es que muy pocos están acostumbrados a hacerlo y más bien la reacción inmediata es bajar la mirada. “Lo que importa al presentarse, es dar un contacto visual de dos o tres segundos. Nunca bajes la vista cuando te estás presentando", asegura Navarro. Pero este contacto sólo debe durar unos segundos. Eso de que cuando conozcas a alguien entre mas contacto visual mejor es un mito, menciona Morgan. "La mayoría de nosotros nos sentimos cómodos con un contacto visual que dure unos segundos, pero si persiste nos puede poner nerviosos, debido a que pensamos que algo está pasando", asegura. Por ejemplo, un coqueteo.