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UNIVERSIDAD PRIVADA DE LA PENÍNSULA ARQUITECTURA

HACIENDA XCUMPICH

PROFESOR: ARQ. EMILIO

MATERIA: RESTAURACIÓN

NOMBRE DEL ALUMNO: SHARON GUADALUPE MARTÍN ARANA

MÉRIDA, YUCATÁN.

FEBRERO 2019

INTRODUCCIÓN

Las haciendas henequeneras fueron la base de la economía yucateca y el símbolo de grandeza de su época, hoy en día se encuentran condenadas a convertirse en escombros, víctimas de abandono y falta de mantenimiento, sin embargo en algunos casos las haciendas han sido restauradas y convertidas en hoteles, residencias o casas de campo. En este caso la hacienda Xcumpich ubicada en la calle 1 #101-L ha sido una donación hacia el ayuntamiento, que ha restaurado o mantenido la parte exterior, sin embargo el interior cuenta con elementos importantes que hoy en día están por desmoronarse gracias a los fenómenos naturales que provocan lesiones en el edificio. Es por ello que se buscaran soluciones para efectuar la reparación de cada patología detectada en el edificio.

ANTECEDENTES

HACIENDAS HENEQUENERAS El henequén, junto con el yute, kenaf, abaca, sisal y cabuya, se clasifican dentro de las plantas productoras de fibras duras, mismas que se utilizan para la fabricación de diversos productos cordeleros. El sisal y el henequén, originarios de México, se utilizan particularmente en la producción de cordeles para la agricultura mecanizada, telas gruesas, saquería, alfombras, hilos de atar; de igual manera se desarrolló un método para darle aplicaciones no textiles a la planta, obteniendo de ella esteroides de sus jugos para poder obtener fibra para la pulpa de papel. Al henequén se le conoce y es utilizado desde tiempos pasados en la península de Yucatán. A mediados del siglo XIX con el desarrollo de la agricultura mecanizada en Norteamérica, se desarrolla el carácter mercantil de la fibra, esto quiere decir que las ofertas de financiamiento para crear plantaciones henequeneras fluían a Yucatán desde el extranjero. Para las clases dominantes peninsulares que habían tenido que frenar su expansión hacia las mejores tierras, en virtud de la violenta oposición armada de las comunidades maya a la invasión de sus territorios, la creciente demanda de henequén constituyó una oportunidad para rentabilizar el uso de las tierras, hasta entonces ocupadas en la agricultura y ganadería. Sobre la base de la explotación de la fuerza de trabajo indígena, mediante el sistema de esclavitud por deudas, las haciendas henequeneras prosperaron durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX. Sustentada por la estructura hacendataria de producción, y la intermediación comercial de la fibra con el extranjero, se constituyó una poderosa oligarquía regional que llego a ocupar posiciones significativas dentro del régimen porfirista. La Revolución Mexicana Impuso cambios a la estructura hacendataria: Suprimió la esclavitud por deudas y rompió el monopolio comercial financiero de la oligarquía porfiriana, pero en la medida en que los cambios políticos y jurídicos no avanzaron hasta transformas substancialmente las estructuras de propiedad de la agroindustria, ni las bases técnico-productivas de los procesos de acumulación en la península, en esa medida sus efectos fueron limitados. Hacia los años treinta los campesinos henequeneros seguían en buena medida atados a las haciendas; fuera de ellas, era difícil emplearse en otras actividades; mucho más difícil

Martín Castillo Manuel . (.). El problema henequenero de Yucatán . Universidad de Yucatán: Tesis Profesional . Ayuntamiento de Mérida . (2000). HACIENDAS Forjadoras del oro verde. Mérida, Yucatán, México: Litoprocess.

conseguir financiamiento para producir productos agroalimentarios, además que la baja productividad de las actividades no aseguraba para la mayor parte de las familias campesinas, su subsistencia con independencia de los recursos de las haciendas y sus encargados. Durante la década de los cuarenta los empresarios cordeleros se integraron en la empresa Cordemex S.A; y en 1964 ante la perspectiva de tiempos difíciles, vendieron esta empresa y sus instalaciones al gobierno federal, obteniendo en la operación buenas utilidades. Entonces en la década de 1930 cuando comenzó la caída más pronunciada del henequén y luego en los sesentas con la invención de las fibras sintéticas decae la producción de henequén por factores como la competencia y la relación de precios. Comienza la decadencia del henequén y de todo el estado que enfrentó una economía deformada porque todo lo puso en el henequén pensando que nunca se iba a terminar el mercado. A finales del siglo XX las haciendas que concentraron el proceso industrial del henequén se están transformando en sitios turísticos que satisfacen diferentes expectativas, en un radio de 80 kilómetros alrededor de Mérida y aún dentro de la misma ciudad existen numerosas haciendas que conservan vestigios de la industria y del tipo de vida que en ellas se llevaba. Fueron alrededor de 1000 haciendas la que produjeron “oro verde” en la época de mayor auge económico. Algunas continúan funcionando en los límites de la ciudad de Mérida y otras ostentan un señorío asombro, se han convertido en hoteles de lujo, restaurantes o bien, sitios de recreo familiar. LA EVOLUCIÓN CONSTRUCTIVA La hacienda integraba la vida económica, social y religiosa de la comunidad. La casa principal, la casa de máquinas, las viviendas de los mayordomos y los talleres estaban rodeados de un vasto patio, eran de mampostería y estaban delimitados por un muro bajo y, comúnmente dos arcos principales. El estilo arquitectónico de las haciendas es muy variado, aunque por lo general comparten algunos rasgos característicos: austeridad, escasa ornamentación, simetría en puertas y ventanas, y remates centrales en la parte superior de las fachadas a semejanza de las espadañas de las iglesias coloniales. Uno de los elementos arquitectónicos dominantes es el arco. Son preponderantes los de estilo colonial de medio punto y el de tipo mixtilíneo, que se caracteriza por estar formado a partir de lados rectos y curvos. Por otra parte, son particularmente notables las áreas escalonadas casi siempre construidas de piedra al igual que los corredores, cubiertos con techo de teja francesa. De vital importancia en este ambiente de industrialización fueron los depósitos de agua de lluvia, los estanques, las norias y los pozos.

Pedro Bracamonte marca dos fases específicas para caracterizar el desarrollo constructivo de las haciendas en Yucatán, según este autor, la primera fase que abarca desde la estancia ganadera hasta 1870 puede a su vez dividirse en tres etapas: formativa, de desarrollo y consolidación, una segunda fase (no estudiada en su obra) arranca desde aproximadamente 1870 con "la súbita de de lasYucatán. fincas 10/02/19, en unidades de cultivoSitio y Tovar guillermo. (2010). La historia secreta de latransformación hacienda henequenera de Exentricaonline desfibración de henequén" y termina con la promulgación de la reforma agraria en este web: http://www.excentricaonline.com/2010/10/07/la-historia-secreta-de-la-hacienda-henequenera-de-yucatan-1879-1915/ siglo. Gonzalez Vega Ruben Antonio . (2011). La industria de la construccion en yucatan. Yucatan: Universidad Autónoma de Yucatán.

Las estancias ganaderas, antecesoras de las haciendas, eran básicamente áreas abiertas con escasas edificaciones, ya que ni requerían gran espacio para el personal, que era poco, ni espacios para almacenamiento u otras actividades, generalmente no consistían en más de una o dos construcciones de mampostería o bajareque cobijadas de guano, aunque a decir de algunos autores, de mayores dimensiones que las utilizadas por los indígenas".

La evolución de las estancias, hasta transformarse en haciendas a mediados del siglo XVIII con la introducción del cultivo comercial de maíz, avanza paralelamente a los cambios constructivos introducidos; en este proceso la construcción de las haciendas comienza a usar sistemas y materiales que hasta entonces estaban reservados para la construcción urbana, así las casas de bajareque y guano fueron sustituyéndose paulatinamente por casas de "azotea" y de mampostería, aumentándose además la complejidad funcional y la extensión de las edificaciones, apareciendo los corredores arcados, la división funcional de los espacios, etcétera. De esta manera, este primer período de cambio, en el que la característica más sobresaliente es la sustitución de materiales y técnicas constructivas perecederas, esencialmente vegetales, por técnicas y procedimientos más perdurables, marca el inicio de la llamada por Bracamonte, fase de desarrollo de las haciendas; aunque, como este mismo autor remarca, el proceso de transición de una fase a otra no corresponde a períodos históricos definidos, es decir, que en un mismo período coexistieron haciendas en diferentes estadios de desarrollo, estando éstos más relacionados con el tamaño económico de la hacienda en cuestión, aunque ésta tampoco es una relación sin excepciones. Así, iniciando el siglo XIX, a la ruptura del régimen colonial, la evolución constructiva de las haciendas había hecho entrar a un buen número de estas a su etapa de desarrollo, consolidando sus edificios y ampliando sus espacios y funciones. Durante la primera mitad del XIX la evolución constructiva de las haciendas aumenta paralelamente a su cada vez mayor importancia económica y productiva, entre 1830 y 1860 aumenta el número de casas principal construidas en dos plantas, esto es un indicador del grado de complejidad constructiva que ya se había alcanzado. Para estos años, los cultivos se iban diversificando y la extensión de las haciendas iba ampliándose con preámbulo a la aparición del cultivo extensivo del henequén. A mediados del XIX, con el advenimiento de la guerra de castas muchas haciendas fueron destruidas, sin embargo, el desarrollo que algunas de ellas ya habían alcanzado

permitió su reconstrucción en relativamente poco tiempo, reconstrucción en la que se utilizaron procedimientos y materiales que ya eran comunes en la construcción urbana. Con la introducción del cultivo del henequén a las haciendas, especialmente a partir de 1850, las necesidades espaciales y las soluciones constructivas cambian radicalmente, las características del cultivo y explotación del henequén y los grandes capitales invertidos en las haciendas para adaptarlas transforman radicalmente el panorama funcional y edificado de las haciendas ganadero-maiceras. "El período en que surgió la hacienda henequenera Gonzalez Vega Ruben Antonio . (2011). La industria de la construccion en yucatan. Yucatan: Universidad Autónoma de planteó a sus ocupantes nuevas y más complejas necesidades de cambio requiriendo Yucatán. estructuras que hicieran posible el procesamiento del henequén en cantidades muy elevadas, lo cual ocasionó la creación de espacios especializados para cada una de las etapas de la producción: casa de máquinas, chimeneas, bagaceras, tendederos, bodegas, vías de transporte mecánico, etc., fueron algunos de los nuevos espacios que aparecieron con esta nueva actividad productiva a veces agregándose o a veces sustituyendo a los conjuntos de corrales, a la manga, la huerta, los colmenares, las despensas y casas, todos estos, elementos que caracterizaron a la hacienda ganadero-maicera. Este período henequenero temprano corresponde a la llamada etapa de consolidación de las haciendas, ya que a través de los recursos provenientes del cultivo del henequén las plantas se amplían, Y alcanzan un desarrollo arquitectónico que al paso del tiempo sería el máximo de su historia. A partir de 1870, el comercio del henequén alcanza sus máximos niveles, y las inversiones en las haciendas también, en estos años se reconstruyen numerosas haciendas ampliándolas y mejorando sus instalaciones, se construyen asimismo, nuevas haciendas o se sustituyen edificios completos. Las nuevas construcciones de este período se caracterizan por utilizar un lenguaje ecléctico en casi todas sus soluciones, resaltando su riqueza formal y expresiva por encima de la clásica austeridad de la hacienda ganadero-maicera. Las haciendas de esta época mantienen un crecimiento casi constante, ampliando sus bodegas, sus casas de máquinas, sus casas principales, aumentando su número de casas de sirvientes, etcétera. Este aumento progresivo es fácilmente observable en las principales haciendas y respondió a la dinámica acelerada que el auge henequenero impuso a la economía yucateca de fines del XIX y principios del XX, las altas ganancias logradas del comercio henequenero impulsaron a la reinversión de capitales en las haciendas con el fin de ampliar su producción y por ende la ganancia. HACIENDA XCUMPICH Localizada Al norte de la ciudad lo que hoy se conoce como Xcumpich, colinda al norte y al oeste con terrenos baldíos, al este con Xcumpich N.2 donde se localiza la casa principal del conjunto hacendario y al sur con casas habitación.

Los datos cronológicos del propietario de la casa de máquinas de Xcumpich son similares a los de la casa principal pues en sus orígenes ambas construcciones formaban una sola propiedad. Tenían por tanto, según lo que se había podido investigar, que esta sección de la hacienda y la casa principal tuvieron los mismos propietarios hasta marzo de 1966, año en que como resultado de una aclaración y rectificación de medidas se divide la hacienda Xcumpich N.1 y Xcumpich N.2. Con motivo deAntonio la aclaración rectificación de medidas, nacional se quedóde Gonzalez Vega Ruben . (2011). Layindustria de la construccion en yucatan. Yucatan:financiera Universidad Autónoma Yucatán. con el predio denominado Xcumpich N.1, donde se localiza la casa de máquinas. Este predio adquirido por la Nacional Financiera S.A. (Nafinsa) según información que logró Ayuntamiento de Mérida dirección de desarrollo urbano. (30 de abril de 1998). Sitios patrimoniales, haciendas y quintas. tener, fue entregado Mérida, Yucatán: Jorgerik. en calidad de fideicomiso a un grupo de ejidatarios de Xcumpich. El predio y su maquinaria quedaron abandonados a principios de la década de los 80 y posteriormente, se presentó un saqueo en el lugar, quedando en pie solo la construcción, aunque bastante deteriorada. Por algunas circunstancias este predio que en el registro público de la propiedad figura nombre de la institución antes mencionada, fue incluida como parte del ejido de Xcumpich y al expropiarse una parte del mismo a favor de ese entonces de la secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), mediante el decreto presidencial, publico en el diario oficial de la federación el 11 de julio de 1987, cambio de propietario sin que se haga constar en nota marginal esta situación. Tal expropiación fue echa a solicitud del gobierno del estado de Yucatán y de conformidad con la propuesta aprobada por el comité estatal de reservas territoriales para el desarrollo urbano e industrial. Fue así como dentro de un polígono de 120-11-14.80 Has. Expropiado al ejido de Xcumpich quedó incluido el predio que formaba la planta desfibradora adquirida años atrás por Nafinsa. Luego de la expropiación, la SEDUE transfiere el polígono antes mencionado a favor del estado de Yucatán y este a su vez lo hace a favor de la comisión ordenadora del uso de suelo del estado de Yucatán (COUSEY), de conformidad con lo que desde antes ya sabía establecido en el decreto N. 334 de 20 de febrero de 1986. Siendo ya patrimonio de la COUSEY el polígono es fraccionado en tres predios urbanos marcados con los números 101, 298 y 300, todos de la calle 1 de reciente formación, siendo el primer predio el que contenía lo que quedaba del edificio que forma parte de este estudio. Luego de una serie de divisiones y subdivisiones afectadas en el predio 101 de la calle 1 finalmente se forma el predio 101-L de la propia calle 1, con superficie de 5272.16m2 que es en el que se encuentra la antigua casa de máquinas de la desaparecida hacienda henequenera Xcumpich. La casa de máquinas y la chimenea es parte del conjunto hacendario que aún se conserva, siendo un claro ejemplo de la división y fragmentación de que ha sido objeto de la hacienda, pues sus elementos que en algún tiempo formaron un conjunto, hoy se localizan en diferentes predios y presentas diferentes grados de conversación.

El estilo ecléctico con la tendencia al neoclásico, característico de la época del porfiriato se manifiesta por las molduras en la parte superior de su fachada y el enmarcamiento de vanos. El estado de deterioro que presentan en techos, en muros y pisos es evidente, así como también la pérdida de la carpintería en puertas y ventanas.

Ayuntamiento de Mérida dirección de desarrollo urbano. (30 de abril de 1998). Sitios patrimoniales, haciendas y quintas. Mérida, Yucatán: Jorgerik.

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