La Mediatización Como Dimensión Constitutiva De La Movilización Social.docx

  • Uploaded by: Cecilia Echecopar
  • 0
  • 0
  • December 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View La Mediatización Como Dimensión Constitutiva De La Movilización Social.docx as PDF for free.

More details

  • Words: 11,013
  • Pages: 41
La mediatización cómó dimensión cónstitutiva de la móvilización sócial Conceptualizaciones y consideraciones preliminares acerca de los casos representados por las movilizaciones de Rosario Sangra, Paro Nacional de Mujeres, No al 2x1 y Aparición con Vida de Santiago Maldonado Trabajo final del seminario “Actuales corrientes de pensamiento sobre la comunicación”, dictado por los dres. Sandra Valdettaro, Ricardo Diviani y Mariana Maestri.

La movilización social, en su modalidad de protesta y manifestación, es un fenómeno permanente a nivel global y sin dudas Argentina no es la excepción. Desde los cacerolazos de 2001, pasando por el hito fundamental de la Primavera Árabe, hasta la actualidad de la manifestación en la diada catalana por la independencia o las masivas movilizaciones a lo largo de nuestro país por la aparición de Santiago Maldonado, la ocupación del espacio público por parte de las masas, el proceso de visualización de los cuerpos con el objetivo de obtener visibilidad sobre ciertas demandas o reclamos, desplegando “evanescentes formas de ejercicio político” (Valdettaro, 2013), es tal vez un signo de época, que inspira y produce distintas reflexiones y posicionamiento, y entonces distintos objetos.

Nuestro objeto está concretamente enunciado en el título del trabajo. La constitución mediatizada de la movilización social, como en general el funcionamiento de instituciones, prácticas, conflictos, y de la propia cultura (Verón, 2001:15), es una problemática no exenta de discusiones y matices, pero por supuesto tampoco novedosa. No es menor el tratamiento de la diferencia entre la mediatización como un atravesamiento necesario y la mediatización como constitutiva. Sin embargo, lo que nos interesa puntualmente aquí, desde una perspectiva semiótica y en general desde la sociosemiótica, es plantear una serie de interrogantes, sin los cuales cualquier afirmación es más bien eufemística: ¿qué significa específicamente que la mediatización sea parte constitutiva del fenómeno? Si la mediatización impone transformaciones (Cingolani, 2014) ¿qué es lo que transforma? Si esa

transformación produce cambios estructurales (Hjarvard, 2016), nuevas condiciones de comunicación, ¿de qué naturaleza son las nuevas bases estructurales y las condiciones de comunicación, en términos de condiciones de producción, que produce la mediatización actual y que afectan constitutivamente a aquello que llamamos movilización social? ¿Con qué parámetros puede observarse, a qué nivel puede observarse? Se trata en verdad de un núcleo de afirmaciones e interrogantes que habrá que desentrañar cuidadosamente, pero en principio trabajamos sobre la hipótesis de que las mencionadas condiciones de producción articulan, entre otras cuestiones: 

Estilos y modalidades organizativas (de organización, pero también de “hacer masa”)



Regímenes de visibilidad (a partir de la circulación de los discursos en redes sociales, en medios tradicionales y de la co-presencia propia del espacio público (Raimondo Anselmino, N. y Reviglio, M.C., 2017)



Estilos y estéticas (en tanto formas de ocupación e intervención en el espacio público).

En este trabajo puntualmente nos centraremos en los dos primeros items, y solo en la materialidad comprendida por la circulación en redes sociales, a partir de los eventos e imágenes virales en la red social Facebook. Cingolani (2014:12) sostiene que “La descripción de procesos de mediatización tiene sentido en tanto se puedan observar y caracterizar las transformaciones que involucra”. Entonces, ¿qué transformaciones produce la mediatización en la movilización social como proceso que implica convocatoria, regímenes de visibilidad específicos y modalidades de ocupación del territorio? ¿Cuáles de esas transformaciones tienen manifestaciones estables, cuáles dependen del tipo de acontecimiento?

En conjunto, estos planteos refieren a una investigación de base para la formulación de una tesis de doctorado, pero en este trabajo buscaremos concretar, al menos en parte, un marco conceptual para el abordaje de un corpus y algunas consideraciones preliminares para dar inicio al análisis.

Para la constitución de un corpus de análisis, será necesario en primera instancia seleccionar fenómenos relacionados con los interrogantes propuestos y con los cuales pueda ponerse a prueba la hipótesis, y luego proceder a la construcción de los casos. Estos casos estarán representados por movilizaciones del pasado inmediato: las tres que se llevaron a cabo en el segundo semestre de 2016 bajo la consigna “Rosario Sangra”; la que se enmarcó en el Paro de Mujeres y el llamado “Miércoles Negro”, como reacción al brutal femicidio de 8sLucía López en Mar del Plata; la convocada por organismos de Derechos Humanos en rechazo al fallo de la Corte Suprema que permitía la conmutación de penas llamada “2X1” para casos de delitos de lesa humanidad; y dos movilizaciones recientes en reclamo de la aparición de Santiago Maldonado, el joven desaparecido el 1° de agosto de 2017 durante la represión por parte de Gendarmería en la Pu Lof de Cushamen, en la provincia de Chubut. Si bien tres de los casos son de alcance nacional, la investigación se centrará en el ámbito de la ciudad de Rosario, teniendo en cuenta la viabilidad de la constitución y el análisis del corpus, además de su homogeneidad, ya que incluimos un caso local. Buscamos cierta heterogeneidad de consignas y grupos, pero con el requerimiento de que surjan en ocasión de lo que Lotman (2009) denomina “momento explosivo”, distinguiendo este tipo de situaciones de los procesos de larga duración y describiéndolas como una brevedad atemporal, es decir, "un momento casual, imprevisible (...), [que] irrumpe la cadena regular de causas y efectos". La condición también es abordable en términos de las políticas del acontecimento (Lazzarato, 2006). Aunque la perspectiva implica un grado mayor de evaluación de los acontecimientos, ya que Lazzarato plantea que no resultan ser la solución de un problema, pero sí la apertura de posibles y mutaciones de la subjetividad, en el sentido de una manera de sentir que ya no se soporta. Sin embargo nos quedamos por el momento con la idea de que el acontecimiento “muestra lo que una época tiene de intolerable, pero también hace emerger nuevas posibilidades de vida”. El condicionamiento de que las movilizaciones pertenezcan al pasado inmediato, y que estén contenidas en un lapso de tiempo que abarca poco más de un año, tiene que ver con la accesibilidad al corpus, pero también con la intuición (que esperamos comprobar en

parte en este trabajo) de que las movilizaciones de protesta (en este caso todas relacionadas con el reclamo de derechos y de acciones concretas al Estado) forman un entramado de relaciones, superposiciones y mutuas referencias que no son ajenas a las transformaciones planteadas por la mediatización. Si bien el objetivo principal es detectar y describir regularidades, un objetivo suplementario será indagar acerca de las diferencias en las articulaciones en los casos en que hay organizaciones de existencia previa y prolongada, así como una tradición en la convocatoria a movilizaciones, de aquellos casos donde esas organizaciones convocantes no existen, no resultan ser protagonistas en la convocatoria. Para la investigación general, el corpus estará constituido por: 

Eventos en la red social Facebook relacionados con la organización y la convocatoria a las movilizaciones señaladas como casos en la ciudad de Rosario. También se incluirán fotos, si están relacionadas con esas mismas actividades, y si fueron objeto de viralización en las redes. Si bien Twitter en la red social más utilizada para el debate de cuestiones de índole política, como es el caso de las temáticas de base de las movilizaciones seleccionadas, circunscribimos la observación a Facebook no sólo por su penetración ( es la que tiene más miembros activos -2000 millones- que en la Argentina representan unos 23 millones1 ), sino también porque el sesgo de clase y de uso por región geográfica es menor que en otras redes sociales, según la encuesta del Sistema de Consumos Culturales de Argentina 2013 (Raimondo Anselmino, N. y Reviglio, M.C. 2017). De las múltiples posibilidades de muestreo en Facebook nos circunscribimos a los eventos, porque justamente nos permiten identificar usuarios/actores comprometidos con la organización y la convocatoria, y, a su vez, funcionan como micro-escenas mediáticas. Plantea la posibilidad de tomar decisiones (me interesa, no me interesa, asistiré, compartir o guardar) y de la mayoría de esas decisiones queda un registro visible para el usuario y para los otros. Además permite que se desarrolle una conversación circunscrita a ese espacio, no exentas de conflicto.

1

Según un estudio que exhibió Facebook Argentina en 2014, asegurando además que el 90% de los argentinos tiene cuenta de Facebook

Al menos no más que las escenas mediáticas comunes en esta red social, donde, al igual que en Twitter, los algoritmos limitan las interacciones de manera que los usuarios circulan por “vecindades” o “burbujas” (Parisier, 2017) que los agrupan según sus preferencias, articulando una “cámara de eco” donde nos encontramos cada vez menos con voces disonantes (Calvo, 2016). La perspectiva de análisis principal será la enunciación. 

Relevamiento de medios gráficos y digitales de la ciudad de Rosario: Diarios La Capital, El Ciudadano y Rosario 12; portales lacapital.com.ar, elciudadanoweb.com, rosario3.com, rosarioplus.com. Se tomarán los períodos que van desde la irrupción de las problemáticas que dieron origen a las movilizaciones hasta el agotamiento del tratamiento informativo de las mismas y las consecuencias que se pudieran desprender. La principal perspectiva de análisis será la de la construcción del acontecimiento.



Entrevistas: a asistentes a las movilizaciones, para el abordaje etnográfico que permitirá indagar en el orden de las modalidades de ocupación del espacio público

La construcción de los casos Rosario sangra: En el segundo semestre de 2016, tuvo lugar una serie de movilizaciones a partir del reclamo de seguridad y justicia, de manera general, aunque “Las pancartas desplegadas durante las distintas movilizaciones, así como los testimonios recabados por el periodismo local, dieron cuenta de la falta de homogeneidad en las consignas. Desde aquellos que sostenían: ‘Preferimos 3000 maestros en vez de 3000 gendarmes’ hasta los que bregaban por la legalización de la pena de muerte, el abanico de opiniones y posturas fue francamente enorme”. (Reviglio, Raimondo Anselmino, y Gindín, 2017:112). Ocurrió tras una serie de asesinatos de víctimas pertenecientes a la clase media urbana rosarina, profusamente cubiertos por los medios de comunicación de la ciudad, que fueron percibidos como corolario de un proceso de instalación de inseguridad y la violencia urbana que las distintas instancias gubernamentales, especialmente la municipal, no se mostraban capaces

de revertir. Aunque en realidad, la tasa de homicidios en la ciudad, según el Ministerio Público de la Acusación (2014 y 2015), no había aumentado, sino que había manifestado una baja gradual desde el fuerte incremento que sufrió entre 2010 y 2013-. “Las tres víctimas, todas de clase media, tenían las características necesarias para que una parte importante de la ciudadanía se viera identificada. Esto, sumado tanto a que los homicidios ocurrieron en un lapso de apenas diez días, como a la cobertura mediática de cada uno de ellos, gestaron un clima de indignación social propicio para la organización de las marchas”. La convocatoria se realizó en principio en redes sociales, fundamentalmente en Facebook, y fue encabezada por familiares de víctimas, y otros actores involucrados en la llamada problemática de la inseguridad. En realidad, entre los meses de agosto y noviembre de 2016 se llevaron a cabo nueve marchas y/o concentraciones, compartimos el criterio de Reviglio, Raimondo Anselmino y Gindín (2017) al seleccionar las tres que no se convocaron a partir de un caso particular, sino como ya se dijo anteriormente, a partir de un reclamo general de seguridad y justicia. Además, estas tres movilizaciones (la del 25 de agosto, la del 8 de septiembre y la del 10 de noviembre) unificaron la convocatoria a partir de un hashtag, #RosarioSangra, que funcionó tanto como aglutinante para la organización, como “marca” reconocible por los medios de comunicación locales, y también para los nacionales. Es destacable que uno de los grupos públicos desde el cual se creó un evento para convocar a la segunda marcha, cambió su nombre inicial “Rosario de pie” por “Rosario Sangra”. Según palabras de la administradora, Cris Souza, en un posteo del 30 de agosto, fue "para seguir utilizando la frase con la que se difundió la marcha anterior en los medios locales y en Capital Federal". Incluso, en la segunda movilización, Rosario Sangra figura como una de las entidades organizadoras, como si tuviera un estatuto institucional. ” (Reviglio, Raimondo Anselmino y Gindín, 2017). Las marchas fueron convocadas en los tres casos a partir de eventos en Facebook, (con sus correlato en Twitter) donde la actividad organizadora tuvo su expresión central y los medios locales le dedicaron enseguida especial atención, así como también a las consecuencias en términos de reacciones políticas que tuvieron las marchas, sobre todo la primera (el 25 de agosto), que fue la que cosechó las reacciones en el ámbito de la política y

el gobierno local y provincial, incluso el nacional. De todas maneras, la más masiva, fue la del 8 de septiembre. La del 10 de noviembre no solo decayó en convocatoria, sino que además logró escasa cobertura por parte de la prensa local, lo que incluso se evidencia en los eventos de Facebook: “Según un registro tomado el 23/02/2017 el primero de los eventos tenía 128 interesados, 235 asistentes y 2122 invitados, mientras que en el segundo se observan 2046 interesados, 3501 asistentes y 40231 invitados. En este segundo evento, además, se suman a los organizadores, la ONG Red Antimafia Rosario2 y Rosario Sangra, mencionada como una organización. Cabe destacar que el mismo día, la marcha se replicó en la capital provincial con los lemas "Santa Fe Sangra" y "Santa Fe dice basta”. (Reviglio y Raimondo Anselmino, 2017)

Figura 1: eventos de convocatoria a la primera marcha denominada Rosario Sangra. El primero organizado por Celeste Figueroa, hija de una víctima de homicidio en 2015. El segundo creado por la administradora de un grupo público que en ese momento se llamaba “Rosario de pie”. Ambos eventos invitaban a marchar desde distintos puntos de la ciudad hasta la sede de los Tribunales Provinciales y, de allí, hacia la sede local de la Gobernación. https://www.facebook.com/events/182338725520230/?acontext=%7B%22source% 22%3A3%2C%22source_newsfeed_story_type%22%3A%22regular%22%2C% 22action_history%22%3A%22[%7B%5C%22surface%5C%22%3A%5C%22ne 2

La ONG Red Antimafia se encuentra emparentada a Gustavo Vera, diputado nacional por UNEN .

wsfeed%5C%22%2C%5C%22mechanism%5C%22%3A%5C%22feed_story%5 C%22%2C%5C%22extra_data%5C%22%3A[]%7D]%22%2C%22has_source %22%3Atrue%7D&source=3&source_newsfeed_story_type=regular&action_his tory=[%7B%22surface%22%3A%22newsfeed%22%2C%22mechanism%22%3 A%2 2feed_story%22%2C%22extra_data%22%3A[]%7D]&has_source=1&fref=nf

Figura 2: evento de convocatoria a la segunda marcha Rosario Sangra, creado también por la administradora del grupo público “Rosario de Pie”, que tras la primera marcha pasa a llamarse “Rosario Sangra”. https://www.facebook.com/events/294905480881391/?acontext=%7B%22action_history %22%3A%22null%22%7D

Figura 3: Evento de convocatoria a la tercera marcha, que fue creado desde el grupo Rosario Sangra, pero que se denominó Rosario dice Basta. https://www.facebook.com/events/1850145951882505/?acontext=%7B%22action_history %22%3A%22null%22%7D (…) destacamos dos grupos de Facebook —“#ROSARIO SANGRA” que naciera como "Rosario marcha en pedido de seguridad y justicia", para cambiar más tarde a "Rosario de pie"; y “Rosario dice basta!!! Seguridad y Justicia Ya!!!”— y dos fanpages —“Mesa de Compromiso Ciudadano” y “Red Antimafia Rosario”— que hicieron circular la convocatoria, se convirtieron en fuentes de información periodística (citadas reiteradamente en los medios), sirvieron de catalizadores de la indignación suscitada por los hechos de inseguridad local y funcionaron como aglutinadores de intereses comunes que permiten considerarlos como una cámara de eco3” (Raimondo Anselmino y Reviglio, 2017)

Paro Nacional de Mujeres: Se trata de otro caso donde la convocatoria a la movilización comenzó en las redes sociales. Tras el brutal femicidio de Lucía López, de 16 años, en Mar del Plata el 8 de octubre, una militante feminista rosarina, Itatí Schvartzman, escribió un 3

Calvo, Ernesto. Anatomía política de Twitter en Argentina. Tuiteando #Nisman. Buenos Aires: Capital Intelectual. 2015.

post que se viralizó y a partir del cual se convocó a un paro de mujeres con movilización para el 19 de octubre.

Figura 3

Inmediatamente, la agrupación Hermanas Rosarinas se constituyó, en Rosario, en organizadora del paro a través de un evento en Facebook

Figura 4

Luego la organización de la medida fue retomada por la Multisectorial de Mujeres y convalidada por 50 agrupaciones sindicales y organizaciones sociales. También convocó al paro y la movilización la agrupación Pan y Rosas.

Figura 5 https://www.facebook.com/events/770321469776541/?acontext=%7B%22source%22%3A5 %2C%22page_id_source%22%3A512610498907272%2C%22action_history%22%3A[%7B%22 surface%22%3A%22page%22%2C%22mechanism%22%3A%22main_list%22%2C%22extra_da ta%22%3A%22%7B%5C%22page_id%5C%22%3A512610498907272%2C%5C%22tour_id%5C %22%3Anull%7D%22%7D]%2C%22has_source%22%3Atrue%7D

Como particularidad a tener en cuenta en este caso, a nivel nacional un evento de Facebook, a cargo de “Mujeres Autoconvocadas” (aunque coordinado por una persona en concreto) sirvió para definir la modalidad de la medida en general mediante un debate abierto y colectivo, que incluyó una encuesta. Propició una intensa actividad en la conversación, y puede observarse la consolidación de la convocatoria en diversas localidades de todo el país

además de adhesiones internacionales. Se comparten en la misma sección todas las ciudades en Argentina y el mundo donde se realizará el Paro Internacional de Mujeres con sus respectivos eventos.

Figura 6 https://www.facebook.com/events/599816086868312/ De alguna manera, el crimen de Lucía López se percibió como “la gota que rebalsó el vaso”. De hecho, la medida se llevó a cabo menos de una semana después del XXI Encuentro Nacional de Mujeres, cuya sede en esa edición fue la ciudad de Rosario. En la marcha del ENM se realizaron pintadas y ocurrieron incidentes que tuvieron mucha más cobertura mediática que el evento en sí, y la discusión se trasladó a las redes sociales, donde el debate se polarizó dividiendo y en muchas ocasiones enfrentando a aquellos que repudiaban las pintadas (con distintos matices, desde la invalidación del reclamo a la referencia de pérdida de legitimidad por las intervenciones vandalizantes de la fisonomía urbana) y los que reivindicaban la centralidad de la consigna por sobre todo incidente (también con matices, ya

que algunos lo consideraban repudiables pero definitivamente menos dignos de atención que el encuentro y la movilización, y otros directamente defendían la modalidad de intervención como procedimiento revulsivo, capaz de movilizar la discusión y la conciencia). Ambos bandos discutían no sólo posturas acerca de las modalidades de ocupación del espacio público, sino también posiciones políticas. Ese contexto de discusión aún estaba vigente en las redes sociales y en los medios de comunicación masiva cuando ocurrió el crimen de Lucía López y surgió la convocatoria al Paro Nacional de Mujeres. Otro dato para tener en cuenta sobre el caso en el contexto de las redes sociales es la viralización del dibujo de la artista Romina Lerda, compartida por ella misma en su cuenta de Instagram, y realizada a pedido de un estudio de diseño gráfico para estampar remeras gratis el día de la marcha, en Carlos Paz. Desde el 16 de octubre, la imagen comenzó a circular en redes sociales con la consigna de que las mujeres la utilicen como foto de perfil, como forma de repudiar la violencia de género y concentizar a la sociedad. Se cumplió inmediata y masivamente, no solo en Argentina sino en Latinoamérica, en lo que constituye un fenómeno que hay que analizar detenidamente.

Figura 7

En Rosario, el paro de mujeres se planteó de 13 a 14, con diferentes modalidades en cada rubro laboral, incluyendo a los cuidados familiares, y recibió el apoyo de los principales sindicatos, inclusive de la CGT. La concentración fue convocada a las 18.00 para marchar a Tribunales provinciales y se invitó a las mujeres que participen a que lleven vestimenta de color negro. El 19 de octubre fue lluvioso y la marcha tuvo la marca del luto; marcharon unas 16.000 personas, hubieron banderas de los mismos sectores que se suman a todas las convocatorias de Ni una menos, y también cánticos, performances e intervenciones con propósitos de concientización, y al llegar, en las escalinatas, las organizadoras nombraron a víctimas de feminicidio, y la concurrencia repondió a cada nombre: “presente”. Los hashtags más utilizados fueron #NosotrasParamos #NiUnaMenos #VivasNosQueremos #MiércolesNegro .

Marcha contra el 2x1: El 3 de mayo de 2017 a Corte Suprema de la Nación, por una mayoría de tres a dos, declaró aplicable la ley 24.390 (conocida como 2 x 1), que estuvo vigente entre los años 1994 y 2001, para la prisión en un caso de delitos de lesa humanidad, específicamente respecto al caso de Hector Muiña, acusado por delitos de lesa humanidad en la última dictadura militar. El fallo, advirtieron rápidamente los organismos de Derechos Humanos, abría la puerta para la conmutación de penas masivas de otros represores. Ese mismo jueves, el 4 de mayo, en Rosario una multitud se sumó a la tradicional ronda de las Madres de Plaza 25 de Mayo, tras la convocatoria de los organismos, que centralizaron la organización y coordinación de las actividades de resistencia la medida de la Corte Suprema. El viernes 5 de mayo solicitaron a los rosarinos que se manifiesten frente a la sede de la Fundación Italia, donde el ministro de la Corte Horacio Rosatti, uno de los que votó a favor de la conmutación de pena en el caso Muiña, iba a dar una charla (que finalmente se suspendió). El lunes 8, el espacio Juicio y Castigo de Rosario -ámbito formado por los organismos de derechos humanos de la ciudad, junto a movimientos sociales, gremiales, culturales y políticos–, convocó a esas agrupaciones a una reunión en el centro cultural La Toma para seguir pensando cómo continuar con el reclamo de justicia y organizar la movilización que se programó para el viernes 10. La mayor parte del arco político se sumó al reclamo. La respuesta ciudadana fue inmediata masiva y contundente, tanto en las redes como en las calles, sin que se visualizaran mayormente escenarios recurrentes de polarización, como sí ocurrió en otros reclamos contemporáneos relacionados con los derechos individuales y los derechos humanos. Tanto los organismos de Derechos Humanos como los usuarios comunes utilizaron con frecuencia los hashtags #10MNuncaMas, #NingunGenocidaSuelto , #NiOlvidoNiPerdón , #NuncaMás, #MemoriaVerdadyJusticia, #JuicioYCastigo En este caso, es necesaria una tarea de observación exhaustiva para determinar cuál fue el rol de las redes sociales en la convocatoria. No hubo eventos en Facebook, Hijos y el Espacio Juicio y Castigo convocaron a la marcha a través de una foto, que fue compartida 343 veces, un alcance menor al que suelen tener los eventos motorizados por instituciones reconocidas (aunque en realidad la no viralización no es un indicador de alcance, ni la decisión de

compartir o no una foto, en este caso de una convocatoria, es de la misma índole que plantea un evento (en el que hay que decidir si se comparte por un lado, y si se opta por dejar alguna señal de registro -se está interesado, se asistirá, no se asistirá- en un número que se ve incrementado por esa misma intervención).

Figura 8 https://www.facebook.com/hijosregionalrosario/photos/a.493643224137466.1073741828.49363154 4138634/750150805153372/?type=3&theater

Por otra parte, se difundió un comunicado de las Madres de Plaza 25 de Mayo, que además de sentar su posición frente al fallo de la Corte también convocaba a la marcha del 10 de mayo (el organismo no tiene página de Facebook), que también fue difundido por las instituciones gremiales a través de distintos medios. La CGT y la CTA Rosario, así como distintos gremios como COAD, Amsafe, y los que integran el Movimiento Sindical Rosarino convocaron por su parte, utilizando en su mayoría el comunicado de las Madres. La convocatoria se alineó inmediatamente a la realizada en Buenos Aires por las sedes centrales de los organismos de derechos humanos más emblemáticos, que además tuvo su réplica en muchas localidades del país.

Figura 8 Es decir, se trató de una acción institucional coordinada, acogida por miles de ciudadanos que esperaban la posibilidad de manifestarse y a manifestar un rechazo sin concesiones a lo que se evaluó como un retroceso en el proceso de juicio, castigo y reparación por los crímenes de lesa humanidad. Si las redes no resultaron decisivas en cuanto a la gestación y organización de la marcha, será, como decíamos, tarea de otra investigación determinar cuál fue su rol en torno al caso del fallo de la Corte, pero incluso tentativamente puede pensarse que, en lo que respecta a la posibilidad de “hacer masa”, las redes cumplieron -como hacen con frecuencia- roles relacionados con la amplificación: divulgación, posibilidad de adhesión y surgimiento de ciertos activismos efímeros en su manifestación, pero siempre latentes. Por otra parte, las consecuencias de la manifestación de voluntades no fueron posteriores a la marcha, sino anteriores y simultáneas. El mismo 10 de mayo se aprobó en el Congreso el texto de una ley consensuada en base a seis proyectos, que impide la aplicación de la conmutación de penas llamada “2x 1” en los casos de condenados por delitos de lesa humanidad. Fue un acto simbólico para acompañar el rechazo de amplios sectores de la ciudadanía, porque en realidad el fallo de la Suprema Corte se dio estando en vigencia una ley (27156) sancionada en julio de 2015, que prohíbe cualquier tipo de indulto, amnistía o conmutación de penas para los delitos de lesa humanidad. Más tarde Muiña volvió a la cárcel y los jueces anunciaron el pronunciamiento de un nuevo fallo.

Marchas en reclamo de la aparición de Santiago Maldonado: El martes 1° de agosto de 2017, entre 80 y 100 efectivos hicieron un operativo en la comunidad mapuche de la Pu Lof de Cushamen, provincia de Chubut. Tenían órdenes de despejar la ruta, que los mapuches cortaban para pedir la liberación de su líder, Facundo Jones Huala. Los gendarmes reprimieron duramemente, detuvieron a algunas personas y persiguieron a los restantes ingresando de manera ilegal a la Pu Lof, con disparos de postas de goma. Varios huyeron hacia el río y lo cruzaron, pero Santiago Maldonado, un joven tatuador que se había acercado menos de 24 horas antes a la Pu Lof a apoyar la protesta, según los testigos, no pudo cruzar, y testimonios de los mapuches indican que fue apresado por los gendarmes, que se lo llevaron en una camioneta. Maldonado no volvió a aparecer, y las primeras informaciones trascendieron en páginas de Facebook en apoyo a las comunidades mapuches el mismo día de la desaparición” (Isaía y Aruguete, 2017), y con el correr de las horas medios comunitarios, populares y alternativos comienzan a tratar el tema

Ya con más información, FM Kalewche de Esquel, FM Alas de El Bolsón, Anred y Cosecha Roja narran la historia de la represión y de la desaparición de Santiago a manos de Gendarmería. También los medios comerciales de la región cubren los hechos aunque desde una perceptiva distinta. El intercambio de mensajes sobre #Maldonado en las redes sociales y el tratamiento que hacen las revistas Cítrica y La Vaca, los diarios Tiempo Argentino y PáginaI12, y otros medios y redes alternativos de diferentes regiones del país, motorizan la puesta del tema en agenda. (Isaía y Aruguete, 2017).

Entre el 6 y 7 de agosto la desaparición de Santiago Maldonado tomó lugar en la agenda de los grandes medios nacionales como La Nación y Clarín, en sintonía con el encuadre oficial que negaba la responsabilidad de Gendarmería Nacional y arrojaba sospechas sobre la comunidad mapuche. También se difundió la carta de uno de los hermanos de Maldonado, Sergio, en la que relataba lo ocurrido y denunciaba que la búsqueda recién comenzó el viernes 4 de agosto, tras la presentación de habeas corpus por

parte de la familia.

El diario rosarino La Capital menciona la represión de Gendarmería en

una noticia sobre la quema de una estación de trenes cercana al Bolsón el 3 de agosto, y el 4 ya reflejan la presentación de tres hábeas corpus en el Juzgado federal del juez Otranto, que quedaró a cargo del caso. En el resto de los medios locales en general tampoco tomaron el tema hasta el día 6. El 7 de agosto la Multisectorial de Rosario, un conjunto de organizaciones sociales, políticas, gremiales y de derechos humanos de la ciudad, convocaron a una asamblea pública en el Centro Cultural La Toma para definir acciones en el marco del reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado, en coordinación con los familiares del joven y los organismos de Derechos Humanos de Capital Federal (la convocatoria es lanzada por el espacio Juicio y Castigo, protagonista en la convocatoria a la marcha en contra del 2x1 en Rosario, y que también tuvo un rol importante en las convocatorias por la aparición de Maldonado). Se decidió convocar a una movilización el 10 de agosto, en la ronda de las Madres de Plaza 25 de Mayo, que resultó multitudinaria.

Figura 9: la convocatoria a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo no se hizo mediante eventos. Hijos Rosario invitó por medio de una foto en Facebook https://www.facebook.com/hijosregionalrosario/photos/a.502191753282613.1073741829.4 93631544138634/798165397018579/?type=3&theater En el transcurso de agosto la actividad en las redes con respecto al caso Maldonado no paró de crecer, y no solo en Argentina. Alrededor del 25, cuando faltaban pocos días para que se cumpla un mes de la desaparición, comenzaron a aparecer miles de posteos que decían con

variaciones, “Soy (nombre) y estoy en (lugar) Quiero saber dónde está Santiago Maldonado”. Como vimos, desde el principio el reclamo se motorizó principalmente en las redes, y traccionó a los medios tradicionales, que siguen el caso con sesgos muy distintos -y muchas veces difundiendo falsas pistas- espejando y reproduciendo una polarización que existía en redes, pero que tomó otras dimensiones a partir de la construcción del acontecimiento oficiada por los medios masivos. Ciertamente, se trata de un caso donde sí es posible comprobar que el reclamo y las múltiples convocatorias comenzaron en el ámbito de lo virtual, generando un escenario distinto a los que solemos ver en la confluencia de medios tradicionales y nuevos medios. Las movilizaciones a un mes de la desaparición de Maldonado en distintos lugares del país fueron contundentes, y la de Rosario igualó en cantidad de manifestantes a la marcha por la Memoria del 24 de marzo, que en la última edición congregó 40.000 personas. Además, también la modalidad de la movilización fue similar, con columnas ordenadas de diferentes expresiones partidarias, sindicatos y organizaciones sociales, con murgas y batucadas, con el mismo recorrido desde la Plaza san Martín hasta el Monumento Nacional a la bandera.

Figura 10: Dos eventos de convocatoria a la marcha por la aparición con vida de Santiago Maldonado a un mes de su desaparición, uno organizado por un usuario particular y otro por la Juventud del PTS Frente de Izquierda Rosario (1202 asistentes, 2242 interesados). https://www.facebook.com/events/693773624148576/ https://www.facebook.com/events/1447190652001272/

Figura 11: El Espacio Juicio y Castigo convocó mediante una foto. https://www.facebook.com/hijosregionalrosario/photos/rpp.493631544138634/80796421 2705364/?type=3&theater Tanto en los eventos como en la foto como en el evento organizado por la Juventud de PTS, se desarrollaron polémicas que reflejaban una polaridad no simétrica pero sí bastante visible entre quienes reclamaban la aparición de Santiago Maldonado y quienes esgrimían teorías conspirativas (como que Maldonado estaba escondido y se trataba de una operación contra el oficialismo) o quienes reclamaban que no había existido el mismo clima de movilización por otras personas muertas o desaparecidas en democracia, como Julio López, María Cash, etc. La movilización, que concentró más de 10.000 personas, tuvo como todas las de esas características numéricas, cobertura de los medios locales, aunque además se prestó mucha atención a la marcha en Capital Federal, donde se produjeron incidentes que derivaron en la

detención de 31 personas, todas liberadas luego por haberse comprobado que no habían tenido participación en los disturbios. Con una presencia sostenida en redes sociales y en la agenda mediática, la pregunta sobre el paradero de Santiago Maldonado cumplió dos meses sin respuesta, y hacia esa fecha la participación de Gendarmería en la desaparición ganó más terreno en la causa y también en los medios, aunque con matices. El 24 de agosto la causa, que se investigaba como "NN sobre averiguación de delito" cambió por pedido de la Fiscalía Federal de Esquel a “desaparición forzada”, lo que implicaría una participación de las fuerzas del Estado como hipótesis a comprobar o descartar. Cerca de la finalización del segundo mes desde la desaparición de Maldonado comenzó la preparación de la segunda marcha, que se daba por sentada y fue convocada durante la última semana de agosto. Esta vez sí Hijos creó un evento, pero para realizar pegatinas la noche anterior a la marcha, para visibilizar la actividad en toda la ciudad. Para la convocatoria del 1° de octubre publicó una foto, que no tuvo mayor circulación ni reacciones, tal vez porque para esta marcha se multiplicaron los eventos (uno de un usuario individual, y tres de organizaciones políticas)

Figura 12: Foto compartida por Hijos Rosario con convocatoria para la marcha del 1° de octubre https://www.facebook.com/hijosregionalrosario/photos/a.502191753282613.1073741829 .493631544138634/822731051228680/?type=3&theater

Figura 13: Dos eventos de convocatoria a la marcha del 1° de octubre, relacionados con el Frente de Izquierda Rosario. El primero tuvo 706 asistentes y 1180 interesados; el segundo, 346 asistentes y 690 interesados

Figura 14: otros dos eventos, el primero también relacionado con organizaciones políticas (Nuevo MAS, Las Rojas, Agrupación Ya Basta) que contó con 36 asistentes y 25 interesados; el segundo fue creado por un usuario individual, y tuvo 123 asistentes y 265 invitados. https://www.facebook.com/events/1450517178318544/?acontext=%7B%22action_history%2 2%3A%22null%22%7D https://www.facebook.com/events/847915302042307/?acontext=%7B%22ref%22%3A%2244 %22%2C%22unit_ref%22%3A%22related_events%22%2C%22action_history%22%3A%22[ %7B%5C%22surface%5C%22%3A%5C%22permalink%5C%22%2C%5C%22mechanism%5 C%22%3A%5C%22RHC%5C%22%2C%5C%22extra_data%5C%22%3A[]%7D]%22%7

La marcha, junto con otras 90 en todo el país, reclamó además de la aparición con vida de Maldonado la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y del secretario de Seguridad,

Pablo Nocetti. En Rosario tuvo las mismas características de la anterior,

aunque se calcula que fue menor en términos numéricos. La presencia del tópico en las redes sociales decayó también, pero está lejos de perder presencia, y los medios publican artículos relacionados con la causa y con las acciones y comentarios de funcionarios y políticos todos los días.

La mediatización como transformación "Sin mediatización no habría sociedades ni cultura. La mediatización es un fenómeno antropológico fundamental", dijo Eliseo Verón la última vez que estuvo en la Universidad Nacional de Rosario, durante el coloquio del CIM del año 2013. La mediatización, es posible afirmar, produce sociedad. Pero hace falta despejar los alcances de un término que ya tiene muchos años de uso, consolidado a partir de la irrupción de los lenguajes digitales y la llamada a partir de apropiaciones diversas y a veces divergentes. Conviene establecer en principio una distinción entre “medio” y “mediatización”. Para Eliseo Verón (1997), “Un medio de comunicación social es un dispositivo tecnológico de producción-reproducción de mensajes asociado a determinadas condiciones de producción y a determinadas modalidades (o prácticas) de recepción de dichos mensajes”. Es una perspectiva en la que la cuestión de los usos y la dimensión colectiva son centrales. Toda comunicación es mediada, plantea Verón (2013) porque no hay comunicación humana sin materialidad, pero la mediación que suponen los medios de comunicación social tiene una especificidad semiótica que comporta alteraciones de escala, como veremos más adelante. Para Hjarvard (2016:238), hay que despejar antes que nada la diferencia entre mediación, que tiene que ver con el uso de los medios en prácticas comunicativas, de mediatización, concepto que refiere al “papel que juegan los medios de comunicación en la transformación de la cultura y la sociedad”. El autor destaca que los conceptos están, de todas maneras, estrechamente relacionados, ya que “el cambio acumulativo en las prácticas de mediación puede, con el tiempo, contribuir en sí mismo a la mediatización en un ámbito institucional determinado”. Parece coincidir con la perspectiva veroniana, que prevé en la mediatización la estabilización de los usos, y la relaciona con una gradual transformación de prácticas sociales y hábitos culturales (Verón, 1992)4.

4

En “Teoría de la mediatización: una perspectiva socio-antropológica”, Verón (2014, p.10) señala que Hjarvard plantea que la mediatización no es un proceso universal, sino que es un desarrollo que se ha acelerado particularmente a partir de los últimos años del siglo XX en las sociedades desarrolladas. Verón acuerda que no es un proceso universal, “pero sí es, sin embargo, un resultado operacional de una dimensión fundamental de nuestra especie biológica, que es la capacidad de la semiosis”. Sostiene que los fenómenos mediáticos son una precondición de los complejos sistemas sociales, y por ende la mediatización es fundamental.

Pero entonces, si lo propio de la mediatización es transformar, retomamos nuestro interrogante inicial acerca de qué es lo que transforma la mediatización, ya que nos habilita a discutir algunos alcances de la noción misma de mediatización, a la que Cingolani (2014: 12), por su parte, define como “lo que desarrolla un proceso de transformación de sentido a partir de cierta organización material”. La existencia del dispositivo técnico no define por sí misma a la mediatización, sino que ésta resulta de la concomitancia de los dispositivos con la presencia de géneros y estilos más o menos difundidos y unos usos sociales relativamente estables (Fernández, 2017). La materialización involucrada en la mediatización -que es en realidad inherente a todo proceso de producción de sentido- (Verón, 2013) “cumple un rol de partícipe necesario (aunque no suficiente) en la transformación”, sostiene Cingolani, y es social precisamente porque transforma a nivel del sentido al producir diferencia, al producir “lo que hasta allí no estaba en proceso”. Posibilita la producción/reconocimiento del sentido “gracias a/pese a saltos espaciales, temporales y subjetivos, que de otra manera no se hubieran producido”. Para dimensionar la transformación, Cingolani (2014: 15) propone tres ejes para la observación de los procesos comunicacionales mediatizados: espacio, tiempo e inteSubjetividad. Son las tres dimensiones donde se localizan las materializaciones, y entre ellos puede haber contextualización (cuando hay coincidencia entre E, T y S) o descontextualización (cuando hay saltos temporales, o espaciales, o divergencias intersubjetivas). El de la descontextualización sería entonces la transformación emergente en cualquier proceso de mediatización. Si el proceso social está diferido en el tiempo, es decir que hay un salto temporal entre producción y reconocimiento, la operación que materializa la relación social es del orden de la memoria. Como plantea Verón (2013:145), comienza con la aparición de “soportes no evanescentes” que permiten la persistencia del mensaje. Es, caso de la escritura, pero también de grafismos anteriores. Cuando los dispositivos técnicos de producción de sentido lo que articulan es una distancia espacial, física, entre producción y reconocimiento, nos encontramos ante transformaciones del orden del contacto. “El contacto es la operación transformadora cuando lo que viaja en el espacio, en vez de los cuerpos mismos, son sus emisiones u otros elementos sustitutos de los

procesos mentales. Por tanto, pensamos en el contacto como la construcción de los viajes de los objetos significantes en el espacio, pero también de los espacios mismos que delimitan y establecen transiciones intersubjetivas”. (Cingolani, 2014, p.18)

Incluir la subjetividad en términos, en realidad, de necesaria intersubjetividad a los ejes que plantea Verón de espacio y tiempo, sin dudas amplía la posibilidad de distinguir efectos de las transformaciones y también las marcas que pueden detectarse en la materialidad de los discursos específicos. En el caso de las redes sociales como ejemplo de mediatización, no son nuevas las transformaciones en el orden del contacto y la memoria, aunque como veremos priman las del orden del contacto. El registro existe, y es recuperable, pero dejar una marca duradera es no la prioridad de los usuarios (aunque es posible de que algo del orden de la necesidad de recuperación, de “vuelta a ver” propia del archivo o del álbum familiar haya sido detectado por la red social Facebook, que propone desde hace un tiempo “recuerdos” diarios de lo publicado en la propia biografía o en la de otros si nos etiquetaron). Pero si es la eliminación de las distancias la que define a las redes, ¿qué diferencias existen con las transformaciones que proponen la radiofonía y la televisión? También las operaciones del contacto dan lugar, en la dimensión S, a la conversión de lo individual en colectivo, de lo personal en impersonal o viceversa: los casos de responsabilidad enunciativa o co-enunciativa que se atribuye a un cuerpo colectivo, más allá de su factura o lectura ejercida por un individuo. (Cingolani, 2014, p.18)

La conversión de lo individual en colectivo que implica el eje de la intersubjetividad implica distintas modalidades en las diferentes formas de la mediatización. Pensando en los eventos de Facebook que forman parte de nuestro corpus, vemos que son instancias de producción colectiva, más allá del autor, que solo cobra alguna importancia cuando se trata de un actor institucional. Nos permitimos momentáneamente un cambio de nivel. En términos enunciativos, en los eventos el discurso se plantea como colectivo, hay un nosotros que es inclusivo que no prevé voces disonantes. Se esperan lazos de complementariedad no basados en antagonismos, aunque el antagonismo es siempre una posibilidad. Aquellos de

los que se habla están afuera, aunque puedan manifestarse adentro. Pero esa enunciación con forma colectiva decanta en realidad una cantidad indefinible de voces individuales previas a los eventos, que van adquiriendo tonos, texturas5, rasgos comunes en términos genéricos y estilísticos (no solo de contenido), que pueden ser novedosos aunque casi siempre remiten a discursos ya presentes en los distintos ámbitos institucionales o instaladas por procesos previos de los cuales se percibe una continuidad. En el caso de #Rosariosangra, el discurso sobre la seguridad6 retoma un discursividad que asumió un posicionamiento central en el ámbito político y en los medios de comunicación a partir de los años 90, con los mismos contenidos y las mismas modalizaciones, siempre referenciados al caso individual o al conjunto de casos individuales, que valen la movilización por consignas colectivas, pero que no se diluyen por completo en el colectivo. Es previsible que esto tenga un correlato en las modalidades de la ocupación del espacio público, de la puesta en escena de la movilización, pero comprobarlo es tarea de una etapa más avanzada de la investigación. En el caso del Paro Nacional de Mujeres, el asentamiento de los rasgos también está posibilitado por una discursividad ya presente, pero de mucha menor data. El discurso feminista no es nuevo, pero permeó las distintas capas de la sociedad a partir de la irrupción de la consigna y el colectivo Ni Una Menos en 2015, instalando sobre todo en el espacio de interacción propiciado por las redes sociales modalidades específicas de interpelación, entre otras cuestiones. En cuanto a las coyunturas representadas por el rechazo al 2X1, y también al reclamo de aparición de Santiago Maldonado, toda una tradición discursiva tejida por el accionar de los organismos de Derechos Humanos, pero progresivamente apropiada por amplios sectores de la ciudadanía, opera como condición de producción. En la modalidad de convocatoria en las redes eso está claro en el caso del rechazo al 2X1 porque está a cargo de 5

Sandra Valdettaro (2013) retoma la noción de “rasgos de textura” de José Luis Fernández (2012:285 y288), quien lo define como “un concepto visual y táctil”, relacionado con “la primera impresión que produce el contacto, planificado o no”, y que produce atracción o repulsión. Valdettaro considera que los rasgos de textura. “que hacen a la fisonomía somática de la masa, pueden nombrarse citando a Canetti como “un ritmo”, “una especie de notación musical rítmica” (1960: 27), “una euforia del movimiento común”, un “placer voluptuoso” por el “número que crece de golpe” (Canetti, 1960:90) 6 Santiago Galar (2017, p. 67), define a “inseguridad” como “una categoría central que en la actualidad se erige para designa un fenómeno referido principalmente al delito común urbano de carácter aleatorio, y que fue acumulando en las últimas décadas un nivel creciente de legitimidad “hasta volverse capaz de sostener la atención de audiencias y de permanecer en la agenda en un lugar destacado”.

los propios actores institucionales, pero, aunque no es objeto de nuestro análisis, la apropiación por parte de usuarios comunes se evidencia en la utilización (ritmada, recurrente, previa y posterior a la convocatoria) de los hashtags con las conocidas consigna, #NiOlvidoNiPerdón , #NuncaMás, #MemoriaVerdadyJusticia, #JuicioYCastigo. En cuanto a las convocatorias referidas al caso Maldonado, la recurrencia de las consignas referidas a la oposición aparición/desaparición, incluyo de los sintagmas “aparición con vida” y “aparición con vida ya” remite sin dudas a aquellas otras consignas por la aparición de los 30.000, con su modalización imperativa y prescriptiva, con la impronta de la exigencia irrenunciable y omnipresente (modalización que parece compartir, de todos modos, con los otros casos analizado, por lo cual es un terreno en el que hay que buscar persistencias y diferencias). Las transformaciones que marcan el desplazamiento de lo individual a lo colectivo “…son tan añejas y posibles como la misma conducta en sociedad…” (Cingolani, 2014, p.18) y probablemente sea lo que define a la posibilidad de la movilización social en sí, a la posibilidad de “hacer masa” o de constitución de la multitud. Sin embargo, “Las transformaciones en este eje se manifiestan de un modo exacerbado en la era de la mediatización masiva…”, dando forma sin dudas condiciones de producción a partir de cada dispositivo de producción específico, y moldeando configuraciones emergentes no solo de la dimensión espacio temporal, sino también “de un eje que conglomera, en un polo, sujetos fuertemente unificados, inmediatos, existenciales, y en el otro, precisamente, uno de los aspectos que más se transforma y complejiza cuando hay mediatización: la multiplicación de las dimensiones identitarias”. Explorar esa tensión se presenta como especialmente productivo para indagar en la constitución mediatizada de la movilización social, e incluso para poder pensar en un entramado que se hace visible en cada caso, pero que se percibe precisamente como entramado en la observación de los casos cercanos en el tiempo, en convivencia a veces. Es posible atisbar esa condición, por ejemplo, al ver la imagen de uno de los primeros eventos de convocatoria a la marcha del 25 de agosto de 2016 (ver figura 1) con la consigna #Rosariosangra (que no es la original, sino que se cambió después de la marcha): en ella se ve la cara de una mujer, a medias cubierta por lo que parece un cartel de papel, en el que se adivina una consigna que cobró fuerza más tarde: “Ni uno menos”. Justamente,

tuvo amplia circulación en las redes en ocasión del Paro Nacional de Mujeres de octubre de ese mismo año, destinada a discutir la especificidad y la preponderancia en la agenda de esos días de los crímenes de género, frente a otros tipos de crímenes, por ejemplo los derivados de la inseguridad. Las transformaciones en el orden de lo subjetivo/intersubjetivo, e incluso del orden de la producción de subjetividades, interroga no solo a las diferentes formas de mediatización, sino también a la mediatización como proceso histórico. Para Biselli y Valdettaro (2004), las preguntas centrales desde una perspectiva constructivista de los efectos de los medios son: “…si ya no puede pensarse la sociedad por fuera de los medios, ¿somos los mismos sujetos según nos hayamos socializado en las diferentes ‘eras mediales’, las que van de la dominancia de los periódicos a la de la televisión?; ¿tenemos la misma relación con el tiempo y con el espacio, con lo memorable y lo pasajero, con lo público y lo privado, desde que se impusieron de manera masiva en nuestras sociedades las tecnologías del directo: la radio primero, la TV después, la conexión on line en los últimos años?(…)”

Podemos acordar con Hjarvard (2016) en que la mediatización crea nuevas condiciones para la comunicación y la interacción. Habla, puntualmente, de los cambios estructurales que se producen en la relación entre la política y los medios, y en las propias instituciones. La mediatización, sostiene, produce cambios estructurales, y es necesario estudiar el papel que juegan los medios en la transformación de la cultura y la sociedad, porque diversas instituciones sociales y esferas culturales quedan supeditadas a lógicas mediáticas de distinto orden. Hjarvard retoma el concepto de “lógica mediática” de Altheide y Snow y lo ajusta a la idea de “procedimientos convencionalizados que caracterizan a los medios de comunicación” (y que fácilmente podemos asimilar en términos de condiciones de producción desde la perspectiva de la sociosemiótica). Los medios de comunicación son instituciones, y en ese sentido tienen reglas (formales e informales) y recursos específicos, que se superponen con las de otras instituciones, dando como resultado adaptaciones recíprocas. De Klinger y Svensson, Hjarvard (2016: 245) toma la distinción entre lógica de la

comunicación de masas y lógica de la comunicación en red. “Con el auge de las redes sociales, y su lógica particular, varios científicos sociales han observado una serie de cambios profundos en la organización social, no solo en el ámbito de los medios de comunicación sino en la sociedad en su conjunto, tanto a un nivel de estructura general como de práctica individual”. Estas consideraciones, que podrían hacerse incluso desde el sentido común, tienen implicancias fundamentales para discutir la hipótesis de la mediatización como dimensión constitutiva de la movilización social, sobre todo en las coordenadas sociohistóricas actuales. Es pertinente pensar que las condiciones para la conformación de las multitudes en pos de la visibilización de consignas y reclamos han cambiado y lo han hecho definitivamente. Incluso eso que solemos llamar “espontaneidad” en la convocatoria deberá ser rediscutido. ¿Sería hoy posible pensar un escenario como el de los cacerolazos del 2001? Insistimos, independientemente de lo que ocurre cuando efectivamente se ocupa el territorio (donde también habrá que investigar, como ya planteamos, los efectos de la mediatización) la convocatoria, e incluso la posibilidad misma de una convocatoria, han sido afectadas por las transformaciones operadas por las redes sociales actualmente, pero gradualmente transformadas por la utilización de plataformas tecnológicas anteriores como el e-mail, los SMS y los servicios de mensajería on line. Estas condiciones se evidencian cuando en las convocatorias intervienen instituciones que tienen larga tradición en esas prácticas. Es un punto importante a observar el grado de autonomía que gozan en la actualidad para definir por su cuenta las condiciones de la movilización. Por un lado, hoy es más viable, incluso inevitable, la confluencia de sectores que movilizan las mismas causas o causas más o menos similares. Los organismos ya no están solo en compañía de sus bases, sino que ciudadanos comunes, adherentes o no, circunstancialmente cruzados por las mismas inquietudes, intervienen el proceso, expandiendo, ampliando y redefiniendo incluso los alcances de la convocatoria. Las nuevas gramáticas del lazo social que se presentan en términos generales se evidencian en un fenómeno no menor, que Hjarvard (2016, p. 245) retoma de Rainie y Wellman (2014): el “individualismo en red, “donde el individuo ya no es tan dependiente de los lazos sociales cercanos en grupos o colectivos (familia, empresa, organización) sino que es capaz de

comunicarse y actuar con mayor flexibilidad, aprovechando los numerosos, aunque débiles, lazos sociales que ofrecen los nuevos medios digitales.” Así, se disponen nuevas oportunidades para el activismo, por ejemplo, y para activismos transitorios en el contexto de las redes, en causas que serán abrazadas tan vez no como acción racionalizada sino en términos de reacción (retomaremos esta distinción más adelante). Si la mediatización origina nuevas condiciones de comunicación e interacción al designar un proceso de transformación de las relaciones entre los medios de comunicación y otros ámbitos culturales y sociales, es necesario prestar atención a la confluencia entre instituciones, medios tradicionales y redes sociales. Hay aquí un doble movimiento, ya que por un lado, las instituciones (podemos pensar en los organismos de Derechos Humanos, por ejemplo, pero también aquellas formas de asociación evanescentes que dan origen a movilizaciones como la de #Rosariosangra) quedan supeditados a las lógicas de los medios de maneras que habrá que definir, pero que se presentan incluso de manera explícita en los discursos7-. Por otra parte, las asociaciones ya no necesitan indefectiblemente de la habilitación de la palabra que operan selectivamente los medios tradicionales, ya que las redes sociales implican la posibilidad de lo que Castells (2009:88) llama “autocomunicación de masas”8, y que desde la perspectiva de Verón comporta una revolución del acceso. “Desde el punto de vista de la historia de la mediatización, lo que nos interesa es que la WWW comporta una mutación en las condiciones de acceso de los actores individuales a la discursividad mediática, produciendo transformaciones inéditas en las condiciones de circulación.” (Verón, 2013, p.281) En algunos casos, contados en realidad, como el del reclamo de Santiago Maldonado, las audiencias traccionan la atención de los medios tradicionales sobre demandas sobre las cuales aquellos hubieran preferido callar (Aruguete-Calvo, 2017), y que noticiaron días después de que comenzaran a hacerse presentes informativamente en las redes sociales.

7

En los grupos y eventos en Facebook de Rosario Sangra, Según Castells, (2009:87) “(…) es comunicación de masas porque potencialmente puede llegar a una audiencia global, como cuando se cuelga un video en YouTube, un blog con enlaces RSS… Al mismo tiempo, es autocomunicación porque uno mismo genera el mensaje, define los posibles receptores y selecciona los mensajes concretos o los contenidos en la web”. 8

#RosarioSangra es un caso en el cual las demandas y el núcleo de la convocatoria tomaron visibilidad primero en las redes y luego en los medios tradicionales. Sin embargo, los crímenes ocurridos en el segundo semestre de 2016 que desencadenaron la respuesta constituida por la movilización fueron especialmente cubiertos por los medios, al igual que todo el proceso de efervecencia social que culminó con las marchas y sus consecuencias políticas, de manera que el proceso es más complejo, y desde la óptica de la construcción del acontecimiento, el tratamiento de los medios parece haber operado como condición de producción de la movilización, algo que en el caso Maldonado no ocurrió. Hay algo más que decir, por el momento, con respecto a la relación entre instituciones, medios tradicionales y redes sociales: si bien ni en este trabajo ni en la investigación más amplia propuesta podremos determinar gramáticas de producción derivadas de las condiciones que la mediatización impone a la constitución de la movilización social (porque el número y la variedad de casos no serían suficientes) sí podemos suponer que esas gramáticas existen, y que los sujetos las conocen y las reproducen por la recurrencia de las prácticas. Saben cómo poner en marcha los procesos de aglutinamiento en torno a consignas, saben de la importancia y de los mecanismos para el crecimiento de los números, para la viralización, para la concreción de las convocatorias; saben del espacio dialógico que se constituye o que es deseable/favorable que se constituya entre redes y medios tradicionales, y los mecanismos para propiciarlo. Aunque no todo resulte igual siempre, aunque no todo resulte, esos sujetos, que son, en términos veronianos, puntos de pasaje entre la producción y el reconocimiento, conocen las gramáticas de producción, y probablemente -porque el gran cambio en la mediatización actual es del orden de la circulación, como plantea Varón- también las de reconocimiento.

LA REVOLUCIÓN DEL CONTACTO

La mediatización actual es eminentemente icónico indicial. En “El cuerpo reencontrado”, Verón (1987) retoma la tradición peirciana del pensamiento ternario, e indica que al interior de la Terceridad, que es el orden de la representación del sentido, el ícono es

un primero, el índice un segundo y el símbolo un tercero. La organización cognitiva del individuo comienza con lo indicial, luego pasa a la fase de activación de lo icónico, que da lugar al desarrollo del lenguaje. Pero a nivel colectivo, según retoma Cingolani (2014: 16) de Verón, encontramos que el gran salto mediatizador parte de lo predominantemente simbólico, con la prensa gráfica y que muy pronto introduce lo icónico con tecnologías como el grabado, la fotografía y más tarde con el cine. En los últimos pliegues de la mediatización emerge como determinante el funcionamiento indicial, al que Verón dice se ha olvidado por mucho tiempo. Los índices son signos que guardan un lazo existencial con su objeto, y que llaman la atención sobre él “por impulso ciego”. Justamente, más allá de lo simbólico referido al lenguaje y de la fuerte presencia de lo icónico, la predominancia del funcionamiento indicial es singular en las redes sociales (donde muchas cosas pueden ocurrir sin pasar por la simbolización) y un punto para hacer foco de manera central para el abordaje de nuestro objeto. En La semiosis social 2, Verón (2013, p.280) referencia la estabilización de los usos de la web en la dimensión de la secundariedad: “En los usos ‘relacionales’, que se configuran en las llamadas ‘redes sociales’, predomina la dimensión de la secundariedad, esto es, el contacto, la reacción, la contigüidad metonímica de las relaciones interpersonales.” Si decimos que en la base constitutiva de la movilización social se encuentra la mediatización, es también porque ésta configura formas específicas de “hacer masa”.

Masa y mediatización

Valdettaro (2013) explora la problemática de la “masa” en el contexto de la mediatización actual, y apunta a la vigencia de cierta doxa asentada en una “teoría de la manipulación”, aquella que formó parte de la constitución del núcleo duro del campo de estudios de la Comunicación, asociado al fenómeno de surgimiento y la consolidación de los medios de comunicación de masas entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX. Esta concepción remozada sobre el poder de los medios retoma las ideas de “sugestión” y “contagio” propia de la sociopatología de masas del siglo XIX, un anacronismo moderno

disfrazado de actual y con no poca raigambre incluso en el propio meta discurso de los medios. Pero si la teoría de la manipulación no sirve para explicar el complejo fenómeno de la conformación de las masas en los contextos actuales, indica Valdettaro, recobra su interés la perspectiva de los “efectos mínimos”, representada por Lazarsfeld, en tiempos de redes sociales, donde la interacción no es ajena a los medios de comunicación masiva, donde las promesas de democratización no se han cumplido, y sin embargo queda aún espacio para que las personas tomen decisiones “hablando entre ellas”. Más allá de las diferencias entre ambas concepciones, estas no dejan de ser “representacionistas”, es decir, ya sean los efectos de los medios de comunicación masiva concluyentes o relativos, lo que éstos harían es reflejar una realidad que está por fuera de ellos. Una alternativa es la hipótesis constructivista, cuyas distintas vertientes coinciden en sostener que lo que hacen los medios no es reflejar la realidad, sino construirla. Y no lo hacen porque creen versiones más o menos ajustadas de esa realidad, sino porque tienen, los medios, “potencialidades cognitivas, perceptivas, socializantes” que son inherentes “a los distintos soportes o tecnologías de comunicación de las que serviría cada medio en particular y/o a su funcionamiento semiótico” (Valdettaro, 2016:50). Es precisamente a partir de esta perspectiva que podemos pensar a los medios como entornos, como ambientes en los que se producen los fenómenos de subjetivización y de socialización, esas nuevas gramáticas del lazo social. Por eso consideramos que es productiva como punto de vista para poder interrogar la naturaleza constitutiva de la mediatización en la conformación de la masas en términos de movilización y protesta social. Hemos aplazado hasta aquí la necesidad de aclarar la utilización del término “masa”, cuyo contexto de consolidación como concepto operativo ya despejamos anteriormente. Podemos usarlo, con las debidas precauciones, en tanto indagamos en la naturaleza de cada caso de los puestos en juego para la investigación. Es decir, tenemos en cuenta la posibilidad del montaje del lazo social que implica la asociación por fusión, una comunidad que proviene de una afección instantánea (Valdettaro, 2012, p.159) que se refuerza al decir de Canetti (citado en Valdettaro, 2015) por el “placer voluptuoso” de ver crecer el número de golpe.

Retomamos aquí las consideraciones de Valdettaro sobre la pertinencia de asimilar, pensando en la problemática de la masa en los contextos de mediatización actual, la perspectiva de De Ípola que ya mencionamos sobre la decisión de entrar a la masa no como acción sino como reacción. “La decisión, entonces opera como ‘irrupción, ‘interrupción’, ‘corte’; no como resultado de un proceso lógico, calculado, racional, de deliberación, sino con una modalidad de ‘urgencia precipitativa´” (Derrida referido en De Ípola, 2001, p.77, citado en Fernández y López, p.56). La urgencia precipitativa tiene que ver, para De Ípola (2001, p.78), que referencia a Laclau (1990) con la “urgencia de decidir en momentos de indecibilidad”. Ese tipo de momentos se presentan todo el tiempo en las redes sociales, donde la auto presentación del yo implica tomar decisiones permanentemente, referidas a reaccionar, compartir, comentar, aceptar, etc. Cuántos más de nuestros “cercanos” en las redes han decidido, cuanto más influyentes son los que han decidido, cuanto más ha crecido el número, más urgente se hace decidir, y el no hacer nada también se vuelve una decisión. Y las “razones semióticas” por las cuales decido incluyen las razones que en términos de reclamo se derivan del acontecimiento (inseguridad, violencia de género, beneficios inaceptables a los genocidas, desaparición forzosa), pero también incluyen aquellas relacionadas con los “rasgos de textura” que ya señalamos. Queremos poner a consideración, como otra perspectiva posible de desarrollar cuando se investiguen en profundidad los casos, la noción de “multitud” que elabora Paolo Virno, en términos de red de individuos. Multitud, plantea Virno (2006, p.6) “…es el modo de ser del colectivo caracterizado por el hecho de que todos los requisitos naturales de nuestra especie adquieren una inmediata importancia política”. Con requisitos naturales, retomando a Simondon, Virno se refiere a la instancia pre individual, indiferenciada y genérica que corresponde a la naturaleza humana y de la cual siempre queda un resto una vez producidos los procesos de individuación a partir de la oposición entre individuo y ambiente. Es todo aquello del orden de lo interpsíquico, público, compartido e impersonal que nos define como especie (especie que se define por dominar el artificio) y que se puede definir como el contexto (perceptivo, lingüístico o histórico) en el que se inscribe la experiencia

individual. “En lo bueno y en lo malo la multitud muestra la mezcla inseparable de ‘yo’ y ‘se’, singularidad irrepetible y anonimia de la especie, individuación y realización preindividual” (Virno, 2005, p.233). A lo que llama la atención Virno sobre la concepción de Simondon, es que no partimos, como pretendían las teorías del contagio, de una individualidad que dejamos de lado para unirnos a la masa, sino que el individuo proviene de un universal indiferenciado, y así el problema colectivo se reconfigura: “Para Simondon, contrariamente a lo que afirma el sentido común, la vida en grupo es la ocasión de una ulterior y más compleja individuación. Lejos de retroceder, la individualidad se afina y alcanza su culminación al actuar concertadamente, en la pluralidad de las voces, en suma, en la esfera pública”. (Virno, 2005, p.237).

Pensar que la instancia del colectivo es también una instancia de individuación echa otra luz sobre lo que ocurre cuando confluyen “los muchos” porque para esos “muchos” la exposición “a los ojos de los demás, la acción política sin garantías, la familiaridad con lo posible y lo imprevisto, a amistad y la enemistad, todo eso ofrece al individuo la destreza para apropiarse en alguna medida del anónimo “se” del que proviene…” (Virno, 2005, p236).De esa manera la multitud se confronta con todo modelo de representación política, y al contrario del “pueblo”, que confluye en una voluntad general y es “un reverbero del estado” en el horizonte de la modernidad, no hace pactos, no transfiere derechos al soberano porque es acción política que se ubica más allá del monopolio de la decisión política, aunque interpela al Estado, que es su corolario. ¿Podremos hablar de masas y de multitudes para referirnos a los muchos que convocó cada caso de los que construimos a marchar, a concentrarse? ¿Son masas o multitudes? ¿Todas las movilizaciones se pueden abordar analíticamente con las mismas categorías? ¿La mediatización, que rol juega en la definición? Son interrogantes que se agregan a los que planteamos en un principio, y que aunque no podamos responder en esta

instancia, colaboran para perfilar la especificidad del objeto de estudio y delimitar el campo de problemas al que nos enfrentamos.

Referencias Aruguete, N y Calvo, E. (septiembre de 2017) “Una voz imposible de callar: ¿dónde está Santiago Maldonado?”, en Revista Anfibia. Recuperado de http://www.revistaanfibia.com/ensayo/una-voz-imposible-callar-donde-estasantiago-maldonado/ Biselli, R y Valdettaro, S. (2004) Exposición “Medios masivos de comunicación: ¿construcción o representación de la realidad?” en Café Científico, Rosario: Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario y la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR. 18 de agosto de 2004. Calvo, E. (2015). Anatomía política de Twitter en Argentina. Tuiteando #Nisman. Buenos Aires: Capital Intelectual. Castells, M. (2009) Comunicación y Poder, Madrid; Alianza Editorial. Cingolani, G. (2014) “¿Qué se transforma cuando hay mediatización? En Rovetto, F. y Reviglio MC. Editoras, Estado actual de las investigaciones sobre mediatizaciones, Rosario: UNR Editora. Fernández, J.L. (2017) “Las mediatizaciones y su materialidad: revisiones” en Busso, M y Camusso, M (Editoras) Mediatizaciones en tensión: el atravesamiento de lo público, Rosario: UNR Editora. Galar, S. (2017) “Medios de comunicación, acción colectiva y redes sociales en las prácticas activistas de víctimas de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires (2005-2015)”, Bogotá: Ediciones ICESI y FEScomunicación Recuperado de https://repository.icesi.edu.co/biblioteca_digital/bitstream/10906/81271/1/galar_me dios_comunicacion_2016.pdf

Hjarvard, S. (2016) “Mediatización: La lógica mediática de las dinámicas cambiantes de la interacción social” En La Trama de la Comunicación, Volumen 20 Número 1, enero a junio de 2016, Rosario: UNR Editora. Isaia, W. y Aruguete. N. (27 de septiembre de 2017) Santiago Maldonado, la disputa por el sentido. Página 12. Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/65424-santiagomaldonado-la-disputa-por-el-sentido Lotman, Y. (1999) "La Lógica de la explosión", en Cultura y explosión. Lo previsible y lo imprevisible en los procesos de cambio social. Barcelona: Gedisa. Parisier, E. (2017) El filtro burbuja, Barcelona: Taurus Raimondo Anselmino, N. y Reviglio M.C. (2017) en XX Jornadas de Sociología. Recorridos de una (in)disciplina. La Sociología a 60 años de la fundación de la Carrera, UBA, Buenos Aires. Reviglio, M.C., Raimondo Anselmino, N. y Gindín, I. (2017) “Mediatización, visibilidades y circulación de discursos sobre lo público-político en torno al caso #RosarioSangra. Notas para la delimitación de un objeto de estudio” en Busso, M y Camusso, M (Editoras) Mediatizaciones en tensión: el atravesamiento de lo público, Rosario: UNR Editora Valdettaro, S. (2012) “Fuego, Revolución y Tecnologías. La masa te pasa a buscar”, en Carlón, M. y Neto, F. comp., La política de los internautas, Buenos Aires: La Crujía Valdettaro, S. (2013) “La problemática de la “masa” en la mediatización actual” en Fernández M. y López M. (Ed.), La Plata: Universidad Nacional de La Plata Verón, E. (1987) La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad. Buenos Aires: Gedisa. Verón, E. (1992) “Interfaces. Sobre la democracia audiovisual evolucionada” en FERRY, D. et al. El nuevo espacio público. Barcelona: Gedisa Verón, E. (1997) “Un esquema para el análisis de la mediatización” Diálogos n° 48, p. 9-16. Buenos Aires Verón, E. (2001) “El living y sus dobles, arquitecturas de la pantalla chica”, en El cuerpo de las imágenes, Buenos Aires: Norma.

Verón, E. (2013) La semiosis social 2. Ideas, momentos, interpretantes, Buenos Aires:Paidós. Virno, P. (2005) Cuando el verbo se hace carne, Madrid: Traficantes de Sueños Virno, P. (2006) Ambivalencia de la multitud: entre la innovación y la creatividad, Buenos Aires: Tinta Limón

Related Documents


More Documents from ""

December 2019 10
12alejandrorost.pdf
December 2019 8
Receita De Jovialidade
August 2019 72
June 2020 26
America.docx
December 2019 63