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Universidad cooperativa de Colombia

Revolución francesa

Facultad de derecho Bucaramanga 2018

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TABLA DE CONTENIDO

1. Revolución francesa 2. Causas de la Revolución Francesa 2.1. Causas ideológicas: la influencia de la Ilustración. 2.2. Las causas sociales. 2.3. Causas económicas. 2.4. Causas políticas. 3. Estados generales 4. ASAMBLEA NACIONAL 5. ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1789-1791)

6.

7. 8. 9.

5.1. LA TOMA DE LA BASTILLA 5.2. LOS IMPUESTOS SEÑORIALES 5.3. Camino a la Constitución 5.4. Últimos días de la Asamblea Constituyente La Asamblea Legislativa y la caída de la monarquía (1791-1792) 6.1. Guerra de Austria y Prusia contra Francia 6.2. La «segunda Revolución»: Primera República francesa CONVENCION NACIONAL (1792 -1795) 7.1. PRIMERA CUALICION Y MUERTE DEL REY EL REINADO DEL TERROR DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO

10. Los símbolos de la revolución 11. Las mujeres en la Revolución francesa 12. Resumen 13. Conclusiones 14. bibliografía

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1. Revolución francesa La Revolución Francesa de 1789 fue el fenómeno más importante y que más trascendencia tuvo en la Europa del siglo XVIII y es tal su importancia que marca el inicio de la Historia Contemporánea. Desde el punto de vista político supone la eliminación del Antiguo Régimen, la monarquía absoluta fue sustituida por la parlamentaria o, incluso, por la República; en general supone el ascenso al poder de la burguesía. En lo social se rompe con la división estamental, serán abolidos los privilegios de nobleza y clero y el campesino liberado de la servidumbre; pero no nos engañemos, el grupo social más favorecido fue la burguesía. En lo económico se acaba con el Antiguo Régimen, al llegar la burguesía al poder imponer como principios fundamentales los del liberalismo económico (iniciativa individual, el Estado no debe participar en economía, la ley de la oferta y la demanda regulan el mercado...)

2. Causas de la Revolución Francesa Han sido muchos los intentos de los historiadores por explicar las causas de la revolución basándose exclusivamente en un solo factor, la realidad es bien distinta y realmente es un complejo entramado de causas las que determinan el estallido revolucionario de 1789. Veamos las más importantes.

2.1. Causas ideológicas: la influencia de la Ilustración. Las ideas de los ilustrados del XVIII serán las que den soporte y justificación intelectual a los revolucionarios franceses, esto se puede ver en las peticiones, notas, exigencias y quejas de estos revolucionarios, se puede decir que sin estas ideas el movimiento revolucionario habría carecido de base ideológica. Las ideas de los ilustrados suponen el golpe de gracia a la concepción del mundo del Antiguo Régimen, y suponen el acta de nacimiento del Régimen Liberal o burgués. Los ilustrados franceses atacan al sistema tradicional y al Antiguo Régimen, pretenden una modernización de todo y ponen la felicidad del hombre por encima de cualquier principio. Los reyes del XVIII adoptan muchas ideas de estos ilustrados (despotismo ilustrado), pero no todas, había muchas ideas que limitaban su poder, esas serán muy importantes para los revolucionarios. Veamos cuáles son esas ideas y cómo influyeron en la revolución. Para Voltaire la Iglesia era una institución anacrónica y que coartaba la libertad del individuo, no es un ateo pero propone un nuevo tipo de religión más natural que 4

reconozca la existencia de un Ser Supremo, pero que no esclavice al hombre, según él, así se lograría una sociedad más justa. Estas ideas fueron copiados por los revolucionarios, que eran, en general, anticlericales, llegándose a proponer un tipo de religión similar a la propugnada por Voltaire, y a elaborar un calendario que no tuviera que ver con el calendario tradicional (religioso). Los revolucionarios son anticlericales en gran medida porque la Iglesia es antirrevolucionaria y no quiere verse privada de sus privilegios.

Montesquieu va en contra de la monarquía absoluta y de origen divino, propugna una forma de gobierno parlamentario, como en Inglaterra, y, además, propone la división de poderes, es decir, que el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial se controlen mutuamente y no estén en las mismas manos (como en la monarquía absoluta). Propone, en definitiva, la monarquía parlamentaria, que supone la existencia de un Parlamento que hace leyes y el recorte de los poderes del rey. Esta será una de las ideas principales de los revolucionarios. En una etapa posterior la revolución llega incluso a prescindir del rey. En línea con lo anterior estarán las ideas de Hobbes un inglés que estableció la idea del Contrato Social, según este autor el gobernante establece un contrato con sus gobernados con obligaciones por ambas partes, con esto vemos cómo nos estamos alejando de la monarquía de derecho divino. Para Rousseau el hombre al vivir en sociedad se pervierte, reclama una sociedad más natural y va abiertamente en contra de la división estamental al exigir la igualdad fundamental entre todos los hombres, el contenido social de sus ideas tendrá un hondo calado en las ideas de los revolucionarios. Para algunos autores las ideas de Rousseau llegan a prefigurar la idea de pueblo como colectivo protagonista de la Historia. En línea con esta igualdad e influido por la Declaración de los derechos del hombre de Virginia (en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos) los revolucionarios franceses harán también una Declaración de los derechos del Hombre y del ciudadano. A su vez las ideas de los ilustrados tuvieron una gran influencia en la economía y más aún en la forma de entender la economía. Las ideas de los ilustrados dieron lugar al liberalismo económico que exalta la libertad del individuo y la no intervención del Estado en la economía, concediendo a la burguesía el papel de clase dirigente de la sociedad. Todas estas ideas tendrán también su traducción en la Revolución Francesa.

2.2. Las causas sociales.

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La división en estamentos de la sociedad del Antiguo Régimen se manifiesta como algo anacrónico, y más en una etapa de crisis económica aguda como la que se da en vísperas de la Revolución. La burguesía, basándose en las ideas de Rousseau está en contra de una sociedad tan desigual en la que una minoría está exenta de pagar impuestos y la inmensa mayoría tiene que tributar. Si a esto añadimos una terrible crisis económica (momento propicio para un agravamiento de las tensiones sociales) tendremos todos los ingredientes para comprender que el Tercer Estado aspire a vivir en pie de igualdad con la nobleza y el clero. Es la crisis económica y la idea de igualdad y lucha contra los privilegios lo que hace que a la burguesía se le una el pueblo llano en las ciudades y gran parte del campesinado en el campo. Las tensiones sociales, en definitiva generan un malestar social que será rentabilizado por la burguesía.

2.3. Causas económicas. Son fundamentales, algunos autores han hecho de las causas económicas la clave para explicar el inicio de la revolución. Lo que sí se sabe es que en los años inmediatos a 1789 hay una crisis económica tremenda debido a sequías y otras catástrofes naturales, así, por ejemplo, Ernest Labrousse señala que en 1788 el trigo alcanza su precio más alto de todo el siglo, esto significa que en una sociedad preindustrial como la francesa un gran número de personas se acercara a los límites de la desnutrición y el hambre, y que en esa situación se arriesgara a movimientos revolucionarios. La subida de precios se da también en la ciudad y afecta a todos los productos. En el campo podemos señalar un hecho de gran trascendencia, en el siglo XVIII los señores (nobles y clero) van a redoblar sus esfuerzos por recaudar impuestos del campesinado reinstaurando en algunos casos tributos ya olvidados, tratan con ello de sobreponerse a la crisis, pero la presión fiscal sobre el campesinado, que ya vive al límite de la subsistencia, hace que el campesino se encuentre receptivo a la propagación de las ideas de los ilustrados que harán suyas los revolucionarios. Pero quizá es más grave como detonante de la revolución la crisis financiera que sufre el Estado francés. Los gastos de la Corte y la ayuda a los Estados Unidos en la guerra de Independencia contra Gran Bretaña hace que se dispare el déficit y que la situación de las cuentas públicas sea casi de bancarrota; si a esto unimos que muchos campesinos no pueden pagar impuestos por la crisis económica (disminución de ingresos del Estado) comprenderemos la gravedad del momento. Ante este panorama, una serie de ministros de economía entre los que destacan Turgot, Necker, Calonne y Brienne, han recomendado al rey, para arreglar la situación, que la Iglesia y la nobleza paguen impuestos1. La postura de los dos estamentos privilegiados es de abierta rebeldía, es lo que se conoce como revuelta de los privilegiados (para algunos la primera fase de la revolución), en su oposición arremeten contra la monarquía y contra el tercer estado. Ante la imposible solución del problema el rey decide convocar los Estados Generales, que no se 6

convocaban desde 1614, y ante los fracasos de éstos se producirá el estallido popular.

2.4. Causas políticas. A finales del siglo XVIII Francia seguía anclada en lo político en el Antiguo Régimen, el rey gobernaba sin contar con nadie, seguía teniendo todo el poder político y justificando su poder a través de argumentos religiosos, evidentemente el sistema era anacrónico. Ante este sistema anquilosado hemos de señalar que la nobleza y la Iglesia (estamentos no productivos) se alejan de la monarquía porque ésta cuestiona su privilegio de no pagar impuestos; el campesinado se ve sacudido por la crisis y la burguesía, aprovechando la situación aspira a imponer un nuevo modelo de sociedad, de economía y de gobierno de acuerdo con los principios de los ilustrados de los que ya hemos hablado. El rey se encuentra solo y se puede decir que el Antiguo Régimen tenía sus días contados. Por si fuera poco Luis XVI es un rey indeciso y de carácter débil.

3. Estados generales Los Estados Generales estaban formados por los representantes de cada estamento. Estos estaban separados a la hora de deliberar, y tenían sólo un voto por estamento. La convocatoria de 1789 fue un motivo de preocupación para la oposición, por cuanto existía la creencia de que no era otra cosa que un intento, por parte de la monarquía, de manipular la asamblea a su antojo. La cuestión que se planteaba era importante. Estaba en juego la idea de soberanía nacional, es decir, admitir que el conjunto de los diputados de los Estados Generales representaba la voluntad de la nación. El tercer impacto de los Estados Generales fue de gran tumulto político, particularmente por la determinación del sistema de votación. El Parlamento de París propuso que se mantuviera el sistema de votación que se había usado en 1614, si bien los magistrados no estaban muy seguros acerca de cuál había sido en realidad tal sistema. Sí se sabía, en cambio, que en dicha asamblea habían estado representados (con el mismo número de miembros) la nobleza (Primer Estado), el clero (Segundo Estado) y la burguesía (Tercer Estado). Inmediatamente, un grupo de liberales parisinos denominado «Comité de los Treinta», compuesto principalmente por gente de la nobleza, comenzó a protestar y agitar, reclamando que se duplicara el número de asambleístas con derecho a voto del Tercer Estado (es decir, los «Comunes»). El gobierno aceptó esta propuesta, pero dejó a la Asamblea la labor de determinar el derecho de voto. Este cabo suelto creó gran tumulto.

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El rey Luis XVI y una parte de la nobleza no aceptaron la situación. Los miembros del Tercer Estamento se autoproclamaron Asamblea Nacional, y se comprometieron a escribir una Constitución. Sectores de la aristocracia confiaban en que estos Estados Generales pudieran servir para recuperar parte del poder perdido, pero el contexto social ya no era el mismo que en 1614. Ahora existía una élite burguesa que tenía una serie de reivindicaciones e intereses que chocaban frontalmente con los de la nobleza (y también con los del pueblo, cosa que se demostraría en los años siguientes).

4. ASAMBLEA NACIONAL Al quedar constituida la Asamblea Nacional, esta va a realizar el primer acto revolucionario - del proceso que desembocaría en la Revolución Francesa - al decretar la ilegalidad de los impuestos percibidos por la monarquía hasta entonces y que, en adelante, no podrían gravarse nuevas cargas tributarias sin su consentimiento. ¡La

defensa

de

los

intereses

de

la

nación

había

empezado!

Atemorizado el rey ante estos acontecimientos e impulsado por la Corte, trato de imponer su autoridad, ordenando el cierre de la sala de sesiones, bajo el pretexto de refaccionarla. La protesta de los diputados del Tercer Estado fue unánime, y, dirigidos por su presidente Jean Bailly, ocuparon la Sala del Juego de la Pelota, allí decidieron continuar con sus sesiones, jurando, solemnemente, "no separarse nunca y reunirse donde las circunstancias lo exigieran hasta que quedara establecida y estructurada sobre las bases sólidas, la Constitución del reino". Era el 20 de junio de 1789.

El día 23, el rey Luis XVI de Francia trato de anular las decisiones de los diputados, les ordenó retirarse, indicando que cada clase social deliberara separadamente. Solo algunos representantes del clero y de la nobleza le hicieron 8

caso; los restantes junto con los del Estado Llano, permanecieron en la Sala. Enviado al Gran Maestro de Ceremonias para hacerles desalojar, Mirabeau le respondió: "ve a decirle a vuestro amo que estamos aquí por la voluntad del pueblo y que no saldremos sino por la fuerza de las bayonetas". La decidida actitud de los asambleístas hizo que cuatro días más tarde Luis XVI ordenase a todos los diputados, especialmente a los del clero y la nobleza, que se uniesen a la Asamblea Nacional, la que el 9 de julio tomo el nombre de Asamblea Constituyente.

5. ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1789-1791) Para que la Asamblea Nacional se disolviese, el 20 de junio de 1789 los diputados

juraron no hacerlo hasta elaborar una Constitución para Francia (Juramento del Juego de Pelota) Desde ese instante la Asamblea Nacional se transformó en Asamblea Constituyente. Del 20 de junio al 30 de setiembre de 1789, los representantes de Francia, discutieron y aprobaron una Constitución para Francia. Sin embargo, el rey no había cedido por completo, lo que es más, se proponía someter por la fuerza a los diputados, Esto provoco el nerviosismo y la tensión dentro del pueblo, lo cual aumento cuando se supo que el rey había destituido a Necker, quien desde el Ministerio de Hacienda había luchado por las reformas y gozaba de la confianza popular, al mismo tiempo se rumoreaba el arresto de los diputados franceses Mirabeau y de Bailly.

5.1. LA TOMA DE LA BASTILLA Los intentos del monarca por reprimir una insubordinación que cuestionaba el orden establecido, respondió el pueblo de París con el Asalto a la Bastilla, una cárcel estatal que representaba la odiada autoridad del rey. Allí se encerraban a los enemigos políticos del régimen; se constituía, pues, en el símbolo del poder monárquico absolutista, en una afrenta para el pueblo francés, el cual no estaba dispuesto a tolerar tal situación por más tiempo.

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El día 14 de julio la exaltación popular llego a su punto culminante. El pueblo enfervorizado y armado de piedras, picas, palos y armas de fuego, se lanzó al asalto de La Bastilla que estaba defendida por una débil guarnición. Los soldados fueron acuchillados, los presos liberados; el pueblo por tanto triunfo, las cabezas de los guardianes asesinados, recorrieron las calles de París. El pueblo destruía con La Bastilla, el símbolo de la opresión y la explotación, por eso el 14 de julio se ha convertido para Francia en su Día de Fiesta Nacional.

Asalto a la Bastilla Principios que se formalizaron en la primera constitución francesa: 1. Declaró los Derechos del Hombre y del ciudadano, la soberanía nacional, la libertad e igualdad de los hombres, cuyo precedente inmediato fue la estadunidense de 1787. 2. Redactó la constitución civil del clero que suponía la formación de una Iglesia nacional desprendida de la obediencia del Papa. Esta medida provocó la consiguiente división del clero en dos sectores:

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los “juramentados” (que se atuvieron a la norma) y los “refractarios” (reacios a acatarla). 3. Promulgó la Constitución de 1791, ley fundamental que organizaba la vida de Francia y en la que se contempló la soberanía nacional y la división de poderes La Asamblea Nacional ponía la Revolución en manos de los sectores moderados, Con ella Francia dejó de ser una monarquía absoluta y se organizó como una monarquía de carácter limitado y constitucional.

5.2. LOS IMPUESTOS SEÑORIALES “Los impuestos señoriales eran los más duros y los más impopulares. El régimen feudal pesaba sobre todas las tierras y llevaba consigo la percepción de derechos (...) Los derechos propiamente señoriales abarcaban los derechos de caza, pesca, palomas, peajes, mercados, trabajos principales al servicio del señor (...) el derecho a que muelan en su molino (...) el señor conservaba la propiedad directa de las tierras que cultivaban los campesinos, por las que pagaban réditos anuales (rentas y censos en dinero y algunas gavillas de mieses) de las cosechas. Este régimen variaba de intensidad según las regiones (...) Para apreciar su nivel hay que tener en cuenta no sólo los propios impuestos, sino también las vejaciones y abusos a los que daba lugar.” Soboul, A. La Revolución Francesa. 5.3. CUADERNO DE QUEJAS DE LA CIUDAD DE MARSELLA "Aquí el pobre no tiene derecho a encender el fuego en su choza para ponerse al abrigo del frío, si no lo compra bien caro al señor, por una contribución descontada de sus medios de subsistencia y los de su familia. Este derecho inhumano existe en Broues bajo el nombre de derecho de fuego. Allí el agricultor no tiene ni siquiera el derecho de alimentar su ganado con la hierba que crece en su campo; si la toca, se le denuncia y castiga con una multa que lo arruina, y el ejercicio más legítimo de los derechos de su propiedad está subordinado a la voluntad arbitraria del señor, que tiene la pretensión al derecho universal sobre todos los pastos del territorio. Se deben abolir todos los derechos de los señores (...)." Extracto de “Los Cuadernos de Quejas”. 

CUADERNO DE QUEJAS DE LA NOBLEZA

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“Nosotros declaramos que nunca consentiremos que extingan los derechos que han caracterizado hasta hoy el orden nobiliario y que hemos recibido de nuestros antepasados (...) Recomendamos a nuestros diputados oponerse a todo lo que pueda atentar contra nuestras propiedades útiles y honoríficas.” Cuaderno de Quejas de la nobleza de Montargis. Mayo de 1789. 

SALARIO EN FRANCIA

El salario de un obrero variaba considerablemente: un albañil ganaba cuarenta sueldos, un carpintero o un ebanista podían llegar hasta cincuenta. No es mucho si tenemos en cuenta que el pan de cuatro libras, indispensable en la dieta del obrero, costaba en tiempo normal entre ocho y nueve sueldos, pero en épocas de crisis podían alcanzar los doce y quince sueldos, e incluso veinte, es decir, la mitad del salario cotidiano de un obrero medio. Por una parte, el pan representaba normalmente el 50 por 100 de los gastos de un obrero, las legumbres y el vino el 16 por ciento, el vestido el 15 por 100, la luz el 1 por 100. Además debía alimentar y alojar a su familia.” Godechot, J. Los orígenes de la Revolución Francesa.

5.4. Camino a la Constitución La Asamblea Nacional Constituyente no era sólo un órgano legislativo sino la encargada de redactar una nueva Constitución. Algunos, como Necker, favorecían la creación de una asamblea bicameral en donde el senado sería escogido por la Corona entre los miembros propuestos por el pueblo. Los nobles, por su parte, favorecían un senado compuesto por miembros de la nobleza elegidos por los propios nobles. Prevaleció, sin embargo, la tesis liberal de que la Asamblea tendría una sola cámara, quedando el rey sólo con el poder de veto, pudiendo posponer la ejecución de una ley, pero no su total eliminación. El movimiento de los monárquicos para bloquear este sistema fue desmontado por el pueblo de París, compuesto fundamentalmente por mujeres (llamadas despectivamente «Las Furias»), que marcharon el 5 de octubre de 1789 sobre Versalles. Tras varios incidentes, el rey y su familia se vieron obligados a abandonar Versalles y se trasladaron al Palacio de las Tullerías en París.

5.5. Últimos días de la Asamblea Constituyente El 3 de septiembre de 1791, fue aprobada la primera Constitución de la historia de Francia. Una nueva organización judicial dio características temporales a todos los magistrados y total independencia de la Corona. Al rey sólo le quedó el poder ejecutivo y el derecho de vetar las leyes aprobadas por la asamblea Legislativa. La 12

asamblea, por su parte, eliminó todas las barreras comerciales y suprimió las antiguas corporaciones mercantiles y los gremios; en adelante, los individuos que quisieran desarrollar prácticas comerciales necesitarían una licencia, y se abolió el derecho a la huelga. Aun cuando existía una fuerte corriente política que favorecía la monarquía constitucional, al final venció la tesis de mantener al rey como una figura decorativa. Jacques Pierre Brissot introdujo una petición insistiendo en que, a los ojos del pueblo, Luis XVI había sido depuesto por el hecho de su huida. Una inmensa multitud se congregó en el Campo de Marte para firmar dicha petición. Georges Danton y Camille Desmoulins pronunciaron discursos exaltados. La Asamblea pidió a las autoridades municipales guardar el orden. Bajo el mando de La Fayette, la Guardia Nacional se enfrentó a la multitud. Al principio, tras recibir una oleada de piedras, los soldados respondieron disparando al aire; dado que la multitud no cedía, Lafayette ordenó disparar a los manifestantes, ocasionando más de 50 muertos. Tras esta masacre, las autoridades cerraron varios clubes políticos, así como varios periódicos radicales como el que editaba Jean-Paul Marat. Danton se fugó a Inglaterra y Desmoulins y Marat permanecieron escondidos. Mientras tanto, la Asamblea había redactado la Constitución y el rey había sido mantenido, aceptándola. El rey pronunció un discurso ante la Asamblea, que fue acogido con un fuerte aplauso. La Asamblea Constituyente cesó en sus funciones el 29 de septiembre de 1791.

6. La Asamblea Legislativa y la caída de la monarquía (1791-1792) Bajo la Constitución de 1791, Francia funcionaría como una monarquía constitucional. El rey tenía que compartir su poder con la Asamblea, pero todavía mantenía el poder de veto y la potestad de elegir a sus ministros. La Asamblea Legislativa se reunió por primera vez el 1 de octubre de 1791. La componían 264 diputados situados a la derecha: feuillants(dirigidos por Barnave, Duport y Lameth), y girondinos, portavoces republicanos de la gran burguesía. En el centro figuraban 345 diputados independientes, carentes de programa político definido. A la izquierda 136 diputados inscritos en el club de los jacobinos o en el de los cordeliers, que representaban al pueblo llano parisino a través de sus periódicos L´Ami du Peuple y Le Père Duchesne, y con Marat y Hebert como portavoces. Pese a su importancia social y el apoyo popular y de la pequeña burguesía, en la Asamblea era escasa la influencia de la izquierda, pues la Asamblea estaba dominada por las ideas políticas que representaban los girondinos. Mientras los jacobinos tienen detrás a la gran masa de la pequeña burguesía, los cordeliers cuentan con el apoyo del pueblo llano, a través de las secciones parisienses.

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Este gran número de diputados se reunían en los clubes, germen de los partidos políticos. El más célebre de entre éstos fue el partido de los jacobinos, dominado por Robespierre. A la izquierda de este partido se encontraban los cordeleros, quienes defendían el sufragio universal masculino (derecho de todos los hombres al voto a partir de una determinada edad). Los cordeliers querían la eliminación de la monarquía e instauración de la república. Estaban dirigidos por Jean-Paul Marat y Georges Danton, representando siempre al pueblo más humilde. El grupo de ideas más moderadas era el de los girondinos, que defendían el sufragio censitario y propugnaban una monarquía constitucional descentralizada. También se encontraban aquellos que formaban parte de «el Pantano», o «el Llano», como eran llamados aquellos que no tenían un voto propio, y que se iban por las proposiciones que más les convenían, ya vinieran de los jacobinos o de los girondinos. En los primeros meses de funcionamiento de la Asamblea, el rey había vetado una ley que amenazaba con la condena a muerte a los émigrés, y otra que exigía al clero prestar juramento de lealtad al Estado. Desacuerdos de este tipo fueron los que llevaron más adelante a la crisis constitucional. 6.1. Guerra de Austria y Prusia contra Francia Mientras tanto, dos potencias absolutistas europeas, Austria y Prusia, se dispusieron a invadir la Francia revolucionaria, lo que hizo que el pueblo francés se convirtiera en un ejército nacional, dispuesto a defender y a difundir el nuevo orden revolucionario por toda Europa. Durante la guerra, la libertad de expresión permitió que el pueblo manifestase su hostilidad hacia la reina María Antonieta (llamada «la Austriaca» por ser hija de un emperador de aquel país y «Madame Déficit» por el gasto que había representado al Estado, que no era mayor que la mayoría de los cortesanos) y contra Luis XVI, que casi siempre se negaba a firmar leyes propuestas por la Asamblea Legislativa. 6.2. La «segunda Revolución»: Primera República francesa El 10 de agosto de 1792, las masas asaltaron el Palacio de las Tullerías, y la Asamblea Legislativa suspendió las funciones constitucionales del rey. La Asamblea acabó convocando elecciones con el objetivo de configurar (por sufragio universal) un nuevo parlamento que recibiría el nombre de Convención. Aumentaba la tensión política y social en Francia, así como la amenaza militar de las potencias europeas. El conflicto se planteaba así entre una monarquía constitucional francesa en camino de convertirse en una democracia republicana, y las monarquías europeas absolutas. El nuevo parlamento elegido ese año abolió la monarquía y proclamó la República. Creó también un nuevo calendario, según el cual el año 1792 se convertiría en el año 1 de su nueva era. El gobierno pasó a depender de la Comuna insurreccional. Cuando la Comuna envió grupos de sicarios a las prisiones, asesinaron a 1.400 víctimas, y pidió a otras ciudades de Francia que hicieran lo mismo, la Asamblea no opuso 14

resistencia. Esta situación persistió hasta el 20 de septiembre de 1792, en que se creó un nuevo cuerpo legislativo denominado Convención, que de hecho se convirtió en el nuevo gobierno de Francia.

7. CONVENCION NACIONAL (1792 -1795) Luego de la victoria francesa en la batalla de Valmy frente a la coalición austroprusiana, cesaba en sus funciones la Asamblea Legislativa para dar paso a una nueva asamblea: La Convención, elegida por sufragio universal, inicio sesiones el 21 de setiembre del año 1792, prolongándose hasta el 26 de octubre de 1795. La integraron 750 diputados, que implantaron el gobierno republicano (Primera República Francesa) Miembros integrantes de La Convención, casi todos ellos eran republicanos y demócratas, sin embargo, en el seno de la sala de sesiones debatieron ardorosamente sus posiciones, agrupándose en tres partidos políticos:

A) Los Girondinos. - Bloque de 160 representantes de la región de la Gironda, ubicada a la derecha de Sala de Sesiones. Eran de tendencia republicana moderada, partidarios, del mantenimiento de la figura y, persona del rey, Sus jefes eran Brissof, Isnard, Vergniaud. B) Los Montañeses. integrado por más de 200 diputados; llamados así por ocupar el lado izquierdo y las graderías más altas (Montaña) de la Sala de la Convención. Eran republicanos extremistas, pues creían que el triunfo de la Revolución Francesa debería asegurarse de cualquier modo, Sus jefes eran Marat, Danton y Robespierre. C) La Llanura. - Masa de diputados que se situaban en la parte baja y central de la Sala. Se les conocía también como el pantano; eran indecisos y en sus votaciones se inclinaban, según las circunstancias, en favor de los girondinos o de los montañese.

7.1. PRIMERA CUALICION Y MUERTE DEL REY Luis XVI de Francia fue rey de Francia y de Navarra entre 1774 y 1789 Su llegada al trono hizo pensar en grandes reformas del Estado, pero su falta de carácter, las intrigas de su corte y la oposición de los nobles le impidieron llevar a cabo las medidas oportunas.

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En el manifiesto de brunswick, los ejércitos imperiales y de Prusia amenazaron con invadir Francia si la población se resistía al restablecimiento de la monarquía. Luis XVI fue visto como conspirador con los enemigos de Francia, y fue ejecutado. La reina María Antonieta también fue ejecutada iniciándose así una revolución en Austria, El primer esfuerzo coordinado de varias potencias europeas para contener la revolución francesa. Se formó una coalición que comprendía a los siguientes países: -Austria -Rusia -Reino Unido -España -Reino de Nápoles -Reino de Cerdeña -Provincias Unidas de los Países Bajos Estas potencias iniciaron invasiones de Francia por tierra y mar. Los nuevos ejércitos franceses echaron a los invasores de Francia. La Primera Coalición se hundió, dejando sólo al Reino Unido en su lucha de contención del expansionismo francés.

8. EL REINADO DEL TERROR Fue un período de dos años en la Revolución Francesa comprendido entre 1793 y 1794, caracterizado por una brutal represión en forma de terrorismo de Estado, que tuvo como protagonista principal a Maximilien Robespierre. Durante el reinado 16

del terror, entre treinta y cinco y cuarenta mil civiles fueron ejecutados, la mayor parte de ellos mediante la guillotina. Habitualmente el término se generaliza para dos etapas: "el Terror Rojo", en el que fueron los jacobinos sus instigadores y ejecutores, y el inmediatamente posterior, llamado “Terror Blanco” desarrollado durante la Reaccion termidoriana El Terror" empezó el 5 de septiembre de 1793 cuando la Convención votó a favor de las medidas de terror para reprimir las actividades contrarrevolucionarias. "El Terror" habría de durar hasta la primavera de 1794. Tan solo en el mes anterior a su final, hubo 1300 ejecuciones, pero la mayor parte de estas últimas fueron precisamente de los jacobinos y sus seguidores.

9. DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO Uno de los acontecimientos con mayor alcance histórico de la revolución fue la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. En su doble vertiente, moral (derechos naturales inalienables) y política (condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos naturales e individuales), condiciona la aparición de un nuevo modelo de Estado, el de los ciudadanos, el Estado de Derecho, democrático y nacional "Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagradas del hombre (...). Artículo 1. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, las distinciones sociales no pueden fundarse más que sobre la utilidad común. Artículo 2. El objeto de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Artículo 3. El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo ni individuo puede ejercer autoridad que no emane expresamente de ella." 17

6. La ley es la expresión de la voluntad general.(…) La ley es idéntica para todos, tanto para proteger como para castigar. (…)9. Todo hombre ha de ser tenido por inocente en tanto no haya sido declarado culpable. 10. Nadie debe ser molestado por sus opiniones, incluso religiosas. La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Agosto de 1789. CONSTITUCIÓN DE 1791 TITULO III: LOS PODERES PUBLICOS 1. La Soberanía es una, indivisible, inalienable e imprescriptible. Pertenece a la Nación; ninguna sección del pueblo ni ningún individuo puede atribuirse su ejercicio. 2. La Nación, de la que emanan todos los Poderes, no puede ejercerlos más que por delegación.- La Constitución francesa es representativa: los representantes son el Cuerpo legislativo y el Rey. 3. El Poder legislativo se delega en una Asamblea Nacional compuesta por representantes temporales, libremente elegidos por el pueblo, para ser ejercido por ella, con la sanción del Rey, de la manera que después se determinará. 4. El gobierno es monárquico: el Poder ejecutivo se delega en el Rey, para ser ejercido bajo su autoridad por los ministros y otros agentes responsables, de la manera que después se determinará. 5. El Poder judicial se delega en los jueces elegidos de tiempo en tiempo por el pueblo.

10. La bandera Francia y los símbolos de la revolución Los tres colores azul, blanco y rojo eran ya frecuentes en diversos pabellones, uniformes y banderas de Francia antes del siglo XVIII. El azul y el rojo eran los colores de la villa de París desde el siglo XIV, y el blanco era en aquella época el color del reino de Francia, y por extensión de la monarquía borbónica. Cuando Luis XVI visitó a la recién creada Guardia Nacional en el Ayuntamiento de París el 17 de julio de 1790, aparece por primera vez la escarapela tricolor, ofrecida al Rey por el comandante de la Guardia, el marqués de La Fayette. Unía la escarapela de la Guardia Nacional que llevaba los colores de la capital, con el color blanco del reino. No fue sin embargo hasta el 20 de marzo de 1790 que la Asamblea Nacional mencionó en un decreto los tres colores como "colores de la 18

nación: azul, rojo y blanco". Pero la escarapela no era aún un símbolo nacional, y el primer emblema nacional como tal fue la bandera diseñada para la popa de los buques de guerra, adoptada por decreto de la Asamblea Nacional el 24 de octubre de 1790. Constaba de una pequeña bandera roja, blanca y azul en la esquina superior izquierda de una bandera blanca. Esta bandera fue modificada posteriormente por la Convención republicana el 15 de febrero de 1794, a petición de los marineros de la marina nacional que exigieron que se redujera la predominancia del blanco que simbolizaba todavía la monarquía. La bandera adoptó entonces su diseño definitivo, y se cambió el orden de los colores para colocar el azul cerca del mástil y el rojo al viento por motivos cromáticos, según los consejos del pintor Louis David. 

el gorro frigio (también llamado gorro de la libertad), llevado en particular por los Sans-culottes. Aparece también en los Escudos Nacionales de Francia, Haití, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Paraguay y Argentina.



El himno «La Marsellesa», letra y música de Claude-Joseph Rouget de Lisle, capitán de ingenieros de la guarnición de Estrasburgo, se popularizó a tal punto que el 14 de julio de 1795 fue declarado himno nacional de Francia; originalmente se llamaba «Chant de guerre pour l'armée du Rhin» («Canto de guerra para el ejército del Rin»), pero los voluntarios del general François Mireur que salieron de Marsella entraron a París el 30 de julio de 1792 cantando dicho himno como canción de marcha. Los parisinos los acogieron con gran entusiasmo y bautizaron el cántico como «La Marsellesa».



El lema Liberté, égalité, fraternité («Libertad, igualdad, fraternidad»), que procede del lema no oficial de la Revolución de 1789 Liberté, égalité ou la mort («Libertad, igualdad o la muerte»), fue adoptado oficialmente después de la Revolución de 1848 por la Segunda República Francesa.

11. Las mujeres en la Revolución francesa Las mujeres ocupan la calle durante las semanas precedentes a la insurrección y tuvieron un papel protagonista en el inicio de la Revolución. El 5 de octubre de 1789 fueron ellas quienes iniciaron la marcha hacia Versalles a buscar al rey. Sin embargo cuando las asociaciones revolucionarias dirigen el alzamiento las mujeres quedan excluidas del pueblo deliberante, del pueblo armado -la guardia nacional- de los comités locales y de las asociaciones políticas. Al no poder participar en las asambleas políticas toman la palabra en las tribunas abiertas al público y crean los clubes femeninos en los que leen y debaten las leyes y los periódicos. Entre los más reconocidos estaba la Sociedad Patriótica y de Beneficencia de las Amigas de la Verdad (1791-1792) fundada por Etta Palm en el que se reclamaba educación para las niñas pobres, divorcio y derechos políticos. 19

Entre las revolucionarias más destacadas esta la dramaturga y activista política considerada precursora del feminismo, Olympe de Gouges que escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (1793) reivindicando la equiparación de derechos entre hombres y mujeres. Olympe se enfrentó a Robespierre y publicó la carta Pronostic de Monsieur Robespierre pour un animale amphibie que la llevó a ser acusada de intrigas sediciosas. Fue juzgada, condenada a muerte y guillotinada. El 30 de septiembre de 1793 se prohibieron los clubes femeninos. En 1794 se insistió en la prohibición de la presencia femenina en cualquier actividad política y en mayo de 1795, la Convención prohibió a las mujeres asistir a las asambleas políticas ordenando que se retiraran a sus domicilios bajo orden de arresto si no cumplían lo prescrito.

12. Resumen La Revolución Francesa fue el cambio social y político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII. No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países, en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen anacrónico y opresor, como era la monarquía. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista. Esta revolución señala uno de los momentos cruciales en la historia política de la humanidad. Su influencia ha sido decisiva en la transformación de los regímenes monárquicos patrimoniales en regímenes democráticos electoralistas. El principio de la soberanía de los reyes fue substituido por el de la soberanía de las naciones y de los pueblos. El monarquía absolutista, el poder de rey y de la nobleza era la base de este régimen, reconocimiento de los derechos del hombre y los principios de igualdad, libertad y fraternidad, penetran, a partir de ella, cada vez más, en la vida y en la organización política del mundo moderno. Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715) (foto), Francia se hallaba bajo el dominio de una pero en realidad el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria, que se agravó por el mal gobierno de Luis XV (bisnieto de Luis XIV), y que tocó fondo durante el reinado de Luis XVI, gobernante bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo llamaba el buen Luis.

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13. Conclusión Como conclusión se puede decir que así como la Revolución Francesa derribó y terminó con el régimen absolutista y feudal también estableció las bases para los sistemas políticos y judiciales utilizados en la actualidad. Es por eso que se considera a la Revolución Francesa como uno de los procesos más importantes de la historia. Dio también un importante avance para las ciencias sociales o sociología, alentó a la revolución industrial y modernizó al mundo entero.

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Bibliografía  

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Calatrava Escobar, Juan: Estudios sobre la Revolución Francesa y el final del Antiguo Régimen. Tres Cantos: Akal, 1980. ISBN 978-84-7339-504-5 Chartier, Roger: Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII. Los orígenes culturales de la Revolución Francesa. Barcelona: Editorial Gedisa, 1995. ISBN 978-84-7432-509-6 Cobban, Alfred: La interpretación social de la revolución francesa. Madrid: Narcea de Ediciones, 1971. ISBN 978-84-277-0003-1 Furet, François: La revolución a debate. Madrid: Encuentro, 2000. ISBN 97884-7490-558-8 Kropotkin, Piotr: Historia de la Revolución Francesa Reichardt, Rolf E.: La Revolución Francesa y la cultura democrática: la sangre de la libertad. Madrid: Siglo XXI, 2002. ISBN 978-84-323-1081-2 Soboul, Albert: La Francia de Napoleón. Barcelona. Crítica. 1993. ISBN 97884-7423-564-7 Soboul, Albert: La revolución francesa. Vilassar de Mar: Oikos-Tau, 1981. ISBN 978-84-281-0485-2 Souchal, François (1993). Le vandalisme de la Révolution. Nouvelles Editions Latines. ISBN 9782723304764. Vovelle, Michel: Introducción a la historia de la Revolución Francesa. Barcelona: Editorial Crítica, 2000. ISBN 84-8432-086-3

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