1. Definición de tasa de crecimiento económico La Tasa de crecimiento económico, es el aumento de la producción interna, renta y el valor de bienes y servicios producidos en un país, región o comunidad autónoma, medidos de forma periódica, generalmente un año. La tasa de crecimiento económico de un país, está asociada a ciertos indicadores propios de su economía, como la producción y exportación de bienes y servicios, crecimiento en ahorro e inversión, la producción y generación de energía, la evolución de su balanza comercial, su ingreso per cápita, entre otros. La principal medida para expresar la tasa de crecimiento económico de un país es la variación en porcentaje del indicador del Producto Interno Bruto (PIB) real. El crecimiento económico o la tasa de crecimiento económico son considerados sanos y beneficiosos para un país, pues son un indicador de la oferta general de productos, la mejora en la economía y con ello en calidad de vida de los habitantes. Una autoridad en materia de crecimiento económico a nivel de investigación y difusión es el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) de los Estados Unidos. Entidad que desde 1999 promueve y difunde la investigación y el debate sobre temas sociales y de economía a nivel mundial. Te puede interesar: Definición de objetivos de crecimiento macroeconómico.
¿Cuáles factores determinan la tasa de crecimiento económico de un País? Un crecimiento económico fuerte, requiere de una infraestructura interna firme y de sólidas relaciones exteriores en fomento de la inversión y la producción. Como algunas naciones lo han demostrado a través de la historia humana, la disponibilidad de recursos naturales, las innovaciones tecnológicas y una productiva fuerza de trabajo, son factores que inciden significativamente en el crecimiento económico.
Recursos Naturales La disponibilidad de recursos naturales permite a una nación producir bienes materiales para su propio uso o para el comercio exterior. La calidad de los cultivos alimentarios, califica como un recurso natural. Un exceso de alimentos permite a los ciudadanos cubrir las
demandas internas y considerar la exportación en fomento del crecimiento económico. Los recursos naturales no alimentarios, como los depósitos de minerales, pueden contribuir al crecimiento económico proporcionando el material para la innovación tecnológica, este es el siguiente factor en la tasa de crecimiento de la economía. Hoy en día, la abundancia de uno de los recursos naturales más importantes, el petróleo, se encuentra en el Oriente Medio. Qatar, un país del Medio Oriente, en aprovechamiento de esa fortaleza, posee desde el 2010 el segundo ingreso per cápita más alto, según lo establece “CIA World Factbook” (CIA Libro mundial de hechos).
Innovaciones Tecnológicas Un aspecto fundamental del crecimiento económico es la innovación tecnológica. Mejoras significativas propiciadas por investigadores y científicos, que permiten a los fabricantes lograr en menos tiempo, más alimentos o productos con menos esfuerzo, con incidencia en una mayor tasa de producción. La innovación en materia de producción a su vez, crea un exceso de mercancías. Por innovación tecnológica se estiman iniciativas como: nuevos métodos de producción, conservación de los alimentos, tipos de máquinas o energía eficiente que puede utilizarse como fuente de energía para la maquinaria. No dejes de Leer: ¿Cuál es el significado de los recursos económicos?
Crecimiento de la población Si un país cuenta con abundantes recursos naturales y la tecnología para usarlos, su economía puede mantener a una población más grande. El crecimiento de la población, implica que más personas contribuirán con dinero a una economía comprando artículos de primera necesidad o materias primas. Según el sitio web Economic History, la población de Inglaterra aumentó de 7,7 millones de personas a 13,2 millones de 1791 a 1831 y todo gracias al apogeo de la Revolución Industrial. Sin embargo, el crecimiento incontrolado de la población, puede tener un efecto negativo en la economía de un país, cuando el número de personas que demandan la existencia de bienes y recursos naturales excede al suministro o a la capacidad de producción. La población actual supera los recursos naturales en muchas partes del mundo. Cifras del Banco Mundialrevelan que la población residente en
los países menos desarrollados, una lista de 47 en total, ascendió en 2016 a más de 980 millones de habitantes. En estas regiones no cuentan tan siquiera con acceso a agua potable a causa de la “superpoblación” en comparación con los escasos recursos. Recomendado: ¿Cuáles son las tres preguntas económicas que todo país debe contestar?
Aumento de la inversión extranjera La inversión extranjera, añade otra fuente de ingresos para el crecimiento económico de una nación. Las inversiones extranjeras pueden ocurrir en forma de inversión directa, con gobiernos que tratan de comprar derechos para usar tecnología o mano de obra. También pueden ocurrir a través del comercio. El sistema de mercantilismo, en el que las materias primas se compran a una nación, se transforman en un producto terminado y se vuelven a vender adquiriendo un beneficio, es algo que existía entre Inglaterra y las colonias estadounidenses. Lamentablemente aún persiste en ciertas economías de países en vías de desarrollo. Para algunos, la globalización corporativa moderna parece una forma de explotación, la cual, ha mejorado las economías de varias naciones, particularmente en China. Según cifras del Banco Mundial, el Producto Interno Bruto per cápita en China aumentó de US$ 194 en 1980 a más de US$ 8,120 en 2016. Introducción: las normas de la OMC La Organización Mundial de Comercio (OMC) es la institución que constituye la base del sistema multilateral de comercio. También es la principal plataforma para el desarrollo de las relaciones comerciales entre los países mediante debates, negociaciones y decisiones colectivas. Esta institución es imprescindible para la garantía de un sistema comercial multilateral basado en reglas, estable, equitativo y abierto.
La OMC se estableció el 1 de enero de 1995 como sucesora del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) tras la conclusión de las negociaciones de la Ronda Uruguay. Su sede está en Ginebra y sus idiomas de trabajo son el inglés, el español y el francés.
La UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) promueve la integración de los países en desarrollo en la economía global dentro de un marco adecuado para el desarrollo.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCED) tiene tres funciones básicas:
Actúa como un foro de deliberaciones buscando la creación de consensos entre los países Investiga, analiza políticas y reúne datos para las deliberaciones entre los expertos y los representantes gubernamentales Ofrece asistencia técnica adaptada a las necesidades específicas de los países en desarrollo Como entidad coordinadora del tratamiento integrado del comercio exterior y el desarrollo, la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo (CNUCED) colabora con diversas organizaciones internacionales, tanto dentro como fuera del sistema de las Naciones Unidas (NU).
A través de su programa sobre la mundialización y las estrategias de desarrollo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo contribuye al debate internacional sobre la globalización y el tratamiento de sus consecuencias para los países en desarrollo.
El Informe sobre el comercio y el desarrollo, publicado por primera vez en 1981, es publicado anualmente. El informe analizan las tendencias económicas, comercio, la inversión extranjera directa y las principales cuestiones de política de interés internacional. El Centro del Comercio Internacional (ITC) es la agencia conjunta de la Organización Mundial del Comercio y de las Naciones Unidas. Nuestro objetivo se enfoca en las empresas de los países en desarrollo para que sean más competitivas en los mercados mundiales, lo que aumenta el desarrollo económico y contribuye a la realización de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo de las Naciones Unidas.
La importancia creciente que están adquiriendo las cadenas de valor con la participación de múltiples países, ha aumentado la necesidad de eficiencia logística como una condición esencial para participar en el comercio; estas capacidades son especialmente importantes para las PYMEs que se ven afectadas de manera directa por ineficiencias en los movimientos transfronterizos de bienes y servicios. En este contexto, el ITC colabora con los países en desarrollo, especialmente los menos avanzados, para ayudarles a aprovechar al máximo del reciente acuerdo de la OMC sobre la facilitación del comercio para mejorar su competitividad a través de : • Asistencia en la categorización de las disposiciones del acuerdo de facilitación del comercio • Apoyo en el proceso de ratificación a nivel nacional • Desarrollo de propuestas para proyectos que necesitan un apoyo técnico y financiero para la aplicación de las disposiciones de la categoría C • Apoyo a los comités nacionales de facilitación del comercio
• Implementación de disposiciones relativas a la facilitación del comercio, a implementarse en asociación con otras organizaciones internacionales • Sensibilización de los actores públicos y privados
Tendencias del comercio exterior cubano El análisis del comercio exterior de Cuba revela cambios importantes en los últimos años. Las exportaciones de bienes están lideradas por el níquel, que explica casi la mitad de ellas. Las importaciones de bienes, la mayor parte de las cuales son combustibles y alimentos, han aumentado. Por lo tanto, el saldo en la balanza del comercio de bienes es deficitario. Aunque la exportación de servicios se ha expandido, sobre todo gracias a la exportación de servicios profesionales – médicos, educadores y entrenadores deportivos– a Venezuela, no alcanza para compensar el déficit de la balanza de bienes. En suma, aunque ha cambiado la importancia de los rubros y los socios comerciales, la balanza comercial de Cuba sigue siendo deficitaria. Por Jorge F. Pérez López Julio - Agosto 2008
PDF ESPAÑOLPDF ENGLISH
El propósito de este trabajo es examinar los flujos del comercio exterior cubano en los últimos años e identificar sus principales
tendencias. Lamentablemente, las estadísticas de comercio exterior – como la mayor parte de las estadísticas económicas de Cuba– son escasas y difíciles de interpretar, ya que los datos desagregados no están disponibles y la metodología utilizada a menudo diverge de los estándares internacionales. Un ejemplo: Cuba elabora estadísticas de comercio de bienes (mercancías) por categorías de producto y por cada socio comercial en forma separada, pero no tabula los datos de manera cruzada, y por lo tanto no hay estadísticas por categoría de producto para cada socio comercial. Tampoco existen estadísticas desagregadas sobre el comercio de servicios y hay ciertas incógnitas sobre cómo se valúan las exportaciones de servicios. El presente trabajo se enfoca en el periodo 2001-2006, lapso para el cual se puede acceder a información más o menos consistente a partir de fuentes oficiales cubanas; también se incluyen ciertas referencias a los flujos comerciales durante otros periodos para ilustrar las nuevas tendencias. Una vez aclarado este punto, la primera parte del texto examina el comercio cubano de bienes, mientras que la segunda se ocupa del comercio de servicios. La tercera establece la relación entre ambas para brindar un panorama general. El análisis se cierra con algunos comentarios generales. Comercio de bienes El cuadro 1 presenta datos oficiales de exportación e importación de bienes (mercancías) y el saldo de la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) para el periodo 2001-2007. El comercio de bienes en Cuba fue deficitario en todos los años del periodo analizado. Tanto las exportaciones como las importaciones de bienes mostraron una tendencia general positiva, pero el valor de las importaciones estuvo siempre por encima del doble del de las exportaciones. En 2006, el déficit alcanzó un pico de 6.700 millones de pesos. De acuerdo con datos oficiales preliminares, el déficit en el comercio de bienes en 2007 se acercó a los 6.400 millones de pesos.En un análisis de más largo plazo, hay que destacar que el saldo de la balanza comercial de bienes ha sido deficitario durante todo el periodo revolucionario (es decir, desde 1959), salvo en 1960, cuando se registró un pequeño superávit. Hasta 1989, el comercio cubano de bienes estuvo dominado por la ex-Unión Soviética y otros miembros
de la comunidad socialista en el marco del Consejo de Ayuda Mutua Económica (Comecon o CAME), al que Cuba adhirió en 1972. Desde los 60, Cuba firmó una serie de acuerdos comerciales bilaterales con los miembros del Comecon con el objeto de equilibrar el comercio de bienes. En virtud de estos acuerdos, la ex-URSS y otros países socialistas otorgaban créditos a Cuba que le permitían financiar sus déficits. El valor de las exportaciones cubanas a la comunidad socialista creció rápidamente durante la década de 1980, y en ese sentido debe recordarse que la isla recibía por sus exportaciones de azúcar a la URSS un precio preferencial, que era varias veces superior al internacional, lo que funcionó como un subsidio comercial. Pese a ello, el saldo del comercio de bienes siguió siendo fuertemente deficitario, en más de 2.000 millones de pesos anuales, durante la segunda mitad de los 80. La desintegración de la comunidad socialista a principios de los 90 y la pérdida de las relaciones comerciales preferenciales produjeron un duro golpe en el comercio exterior cubano: las exportaciones cubanas de bienes cayeron casi 80% (de 5.400 millones de pesos en 1990 a 1.100 millones en 1993). A lo largo del mismo periodo, las importaciones se contrajeron 73% (de 7.400 millones de pesos a 2.000 millones). A pesar de que ambas se recuperaron desde mediados de los 90, todavía en 2007 las exportaciones cubanas eran inferiores en 38% a los niveles anteriores a la crisis. En cuanto a las importaciones, recién en 2006 recuperaron el nivel de 1985. Comercio de bienes por categorías de productos. El cuadro 2 presenta las categorías de bienes comerciados por Cuba durante el periodo 2001-2006. La fuente de los datos es la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), pero los productos específicos que integran cada categoría no están bien definidos. Como se explicará más adelante, esto origina algunos problemas en el análisis de la información. Exportaciones. En relación con los bienes exportados, resulta notable la participación relativamente baja –y decreciente– de la industria azucarera. Dichas exportaciones cayeron 73% entre 2001 y 2005 (de 550 millones de pesos a 149 millones) y volvieron a crecer a 219 millones de pesos en 2006. En ese año, el más reciente del que se dispone de datos, la industria azucarera representaba menos de 8% de
las exportaciones cubanas de bienes. Esto implica una caída significativa si se tiene en cuenta que a mediados de los 80 –cuando la URSS pagaba precios especiales– llegaron a representar 85%. La caída de las exportaciones de azúcar se explica por la defunción de la industria azucarera orquestada por el gobierno. Durante los 90, esta industria fue privada de inversión y de capital operativo y luego desmantelada bajo el disfraz de un plan de «reestructuración» supuestamente destinado a aumentar su eficiencia. A mediados de 2002, el gobierno anunció el cierre de 71 de las 156 centrales azucareras y la reorientación de otras 14 a la producción de derivados del azúcar. Además, se reasignaron a otros usos alrededor de 1,3 millones de hectáreas de tierras de un total de casi dos millones dedicadas al azúcar, y se eliminaron alrededor de 100.000 empleos en el sector. En otoño de 2005 se lanzó una segunda ola de cierres de centrales azucareras para reducir la producción a niveles que alcanzaran a cubrir la demanda interna más un pequeño excedente para cumplir con los compromisos de exportación. Esto estaba en línea con el pronunciamiento de Fidel Castro en marzo de 2005, cuando proclamó el fin de la era del azúcar, a la que asoció con la esclavitud y el analfabetismo. La producción de azúcar fue de apenas 1,3 millones de toneladas en 2005 y 1,2 millones en 2006, contra 8,3 millones en 1984.Otros sectores tradicionales, como el tabacalero, el pesquero y el agropecuario, vieron estancadas sus exportaciones, o incluso perdieron mercado, durante el periodo 2001-2006. El sector pesquero ha sufrido grandes dificultades luego de la época dorada de los 70, cuando Cuba poseía una amplia flota. Las exportaciones agropecuarias, en tanto, resultaron perjudicadas por la evolución negativa del sector. Las exportaciones de la industria minera, en cambio, se triplicaron en los últimos años: pasaron de 465 millones de pesos en 2001 a 1.400 millones en 2006. En el último año, las exportaciones de la industria minera representaron casi la mitad (48%) del total. El níquel lidera el rubro. Desde mediados de los 90, este mineral se transformó en el principal producto de exportación de bienes de Cuba. Los recursos de níquel son los terceros más importantes del mundo; las reservas, las segundas mayores del mundo. En 2006, Cuba fue el octavo productor mundial de níquel. Para llegar a este lugar, las exportaciones de
mineral debieron recuperarse tras el descenso sufrido luego del colapso de la comunidad socialista. Entre 1989 y 1994, la producción de níquel cayó 42%. Pero esto comenzó a cambiar cuando la corporación canadiense Sherritt inició sus compras de sulfuros de níquel y cobalto producidos por una planta localizada en Moa, construida en la década de 1940 por inversionistas estadounidenses para abastecer a su país durante la Segunda Guerra Mundial; los sulfuros de níquel y cobalto eran procesados luego en la refinería que Sherritt posee en Fort Saskatchewan (Canadá). En 1994, Sherritt y la Compañía General del Níquel de Cuba, la empresa estatal que maneja la industria de ese mineral, crearon una empresa mixta (joint venture) para desarrollar y comercializar la producción. Liderada por esta alianza comercial, la industria cubana del níquel se recuperó y tuvo un buen desempeño en la década de 1990. En esta perspectiva, el futuro de la industria cubana del níquel luce brillante, con el impulso de los altos precios, resultado de la creciente demanda china de materias primas, y de las nuevas inversiones de Sherritt, pero también de Venezuela y China. La categoría «otros productos» tuvo un buen desempeño: creció 219% entre 2001 y 2006, de 279 a 888 millones de pesos. Estas exportaciones no tradicionales representaron casi un tercio del total de las exportaciones de bienes de 2006, mientras que en 2001 eran menos de un quinto. Si bien la composición de esta categoría no está bien definida en las estadísticas, el grueso parece estar representado por maquinarias y equipos de transporte, productos farmacéuticos, instrumental y equipo científico, hierro y acero, y cemento. Como se explica más adelante, el crecimiento en esta categoría podría relacionarse con la expansión de las exportaciones de servicios. Importaciones. Desde la desaparición del campo socialista, la proporción de bienes de capital dentro del total de importaciones de bienes fue muy baja. Durante la crisis económica del Periodo Especial, la capacidad de importación se limitó a los bienes de consumo (principalmente alimentos) y los productos intermedios (sobre todo combustibles). Se limitó severamente la adquisición de maquinaria o equipos de transporte necesarios para sostener el crecimiento económico. Esta tendencia se ha mantenido en los últimos años. El cuadro 2 muestra que en 2001 los bienes de capital
representaron solo 14% de las importaciones de bienes, los bienes de consumo, 23% y los productos intermedios, 63%. En 2006, el último año para el que se dispone de estadísticas desagregadas, los bienes de capital crecieron hasta el 20% de las importaciones, mientras que los bienes de consumo representaron 23% y los productos intermedios, alrededor de 57%. Lo central es que cerca de 60% de las importaciones de bienes de consumo durante el periodo 2001-2006 fueron alimentos. Cuba importó no solo grandes cantidades de cereales que, como el trigo, no pueden cultivarse en la isla por razones climáticas, sino también otros productos alimenticios que podrían producirse internamente, como carne, arroz, frijoles o leche, lo que refleja el pobre desempeño del sector agropecuario. En este sentido, hay que recordar que en 1961 Cuba inauguró un sistema de racionamiento para bienes de consumo básicos a través de una libreta de abastecimiento (alimentos, ropa y calzado, productos para la higiene personal) que sigue vigente debido a que la producción nacional y las importaciones no alcanzan a cubrir la demanda. El aumento de las importaciones de bienes intermedios refleja en gran medida la tendencia al incremento del precio de los combustibles. En 2001, estos representaban 32% de las importaciones de bienes intermedios, mientras que otros productos intermedios (textiles, productos de goma, hierro y acero, productos de madera, papel y cartón, etc.) representaban el 22% y los productos químicos, el 16%. En 2006, pese a los acuerdos preferenciales de importación de petróleo de Venezuela, los combustibles representaron 42% del valor de las importaciones de productos intermedios. Comercio de bienes por principales socios comerciales. El cuadro 3 muestra los principales socios de Cuba en el comercio de bienes entre 2001 y 2006, las exportaciones e importaciones de cada uno y el total. En 2006, los cinco principales mercados de exportación de productos cubanos –Países Bajos, Canadá, Venezuela, China y España– absorbieron casi tres cuartas partes (73%) de las ventas de Cuba. Los dos principales mercados de los productos cubanos, los Países Bajos y Canadá, ocuparon ese lugar en gran medida por ser los principales
destinos de las exportaciones de minerales, sobre todo níquel. Como ya se señaló, una porción considerable de las exportaciones de níquel se dirige a Canadá para ser procesada en la refinería que manejan Sherritt y la Compañía General del Níquel de Cuba. Más de la mitad del níquel cubano se comercializa a través de una compañía metalúrgica holandesa con sede en Rotterdam, lo que explica las exportaciones cubanas a los Países Bajos. Venezuela y China, por su parte, se han convertido en mercados significativos para las exportaciones cubanas de bienes, en línea con el fortalecimiento de las relaciones políticas. Según informes de prensa y otras informaciones dispersas, las exportaciones a Venezuela abarcarían una amplia variedad de productos: farmacéuticos, cemento, hierro y acero, maquinaria especializada y equipos de medición. Esto probablemente se explique por la presencia de personal cubano en Venezuela, sobre todo médicos, que obtienen en la isla materiales y equipos para llevar a cabo sus tareas. La parte inferior del cuadro 3 muestra los cinco principales países donde se originan las importaciones cubanas de bienes: Venezuela, China, España, Alemania y EEUU. Ellos representaban en 2006 más de 60% de esas importaciones. Venezuela ocupa el puesto de principal proveedor de bienes, fundamentalmente por el petróleo. Desde los 60 hasta principios de los 90, la ex-URSS fue la fuente casi exclusiva de petróleo para Cuba, pero la desintegración de la comunidad socialista puso fin a estos envíos. Desde mediados de los 90, Venezuela ha reemplazado a la ex-URSS. Esta situación se formalizó en el Acuerdo Integral de Cooperación firmado en octubre de 2000 por Fidel Castro y Hugo Chávez, por el cual Venezuela se comprometió a enviar a Cuba 53.000 barriles diarios de petróleo y productos derivados en términos favorables de financiación, a cambio de asistencia técnica y apoyo en áreas como educación, salud pública, deportes e investigación científica. En diciembre de 2004, el acuerdo fue revisado y se incrementó la provisión garantizada a 90.000 barriles diarios. En cuanto al segundo socio en ascenso, China, el rápido crecimiento de las importaciones cubanas de bienes de ese país, que casi se triplicaron entre 2001 y 2006, se explica en buena medida por una
serie de créditos otorgados por China para comprar bienes producidos allí. Entre ellos se destacan los electrodomésticos (en especial, arroceras eléctricas y refrigeradores), productos electrónicos (sobre todo televisores) y equipos de transporte (especialmente ómnibus para transporte local e interprovincial). Finalmente, hay que destacar que EEUU –que mantiene un embargo comercial sobre la isla– se ubicó en 2006 entre los cinco principales países proveedores de importaciones a Cuba. A lo largo del periodo 2001-2006, las importaciones cubanas de bienes estadounidenses crecieron un 12.000%, de 4 a 484 millones de pesos. Esta veloz expansión del comercio comenzó en 2000, cuando EEUU promulgó el Acta de Reforma de Sanciones y Mejora de Exportaciones (TSRA, por sus siglas en inglés), que modificó el embargo para permitir ventas directas de alimentos a Cuba siempre y cuando fueran pagadas al contado. Inicialmente, el gobierno cubano rechazó la iniciativa estadounidense y exigió el levantamiento total del embargo y el pago a crédito. Sin embargo, en 2001 las autoridades cubanas cambiaron su posición y aceptaron comprar productos agrícolas a EEUU. De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Agricultura de EEUU, las exportaciones de productos agrícolas a Cuba pasaron de cuatro millones de dólares en 2001 al récord de 432 millones de dólares en 2007. En 2006, EEUU era el quinto proveedor de bienes importados a Cuba, y la isla ocupaba el puesto 33 entre los mercados para los productos agrícolas estadounidenses. Comercio de servicios La información sobre este tema es escasa. Las estadísticas sobre la balanza comercial de servicios publicadas en los últimos años incluyen solo el comercio neto de servicios y no ofrecen datos ni siquiera sobre el valor de las exportaciones e importaciones de servicios por separado. No obstante, y presumiblemente a partir de datos facilitados por el gobierno cubano, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha publicado estadísticas más detalladas para el periodo 2001-2004. Cuba también ha provisto algunos datos a la Organización Mundial del Comercio (OMC). El cuadro 4 resume las estadísticas de esas dos fuentes.
Según el cuadro 4, en cada año del periodo 2001-2006 Cuba registró un superávit en el saldo de su comercio internacional de servicios. Este superávit casi se triplicó a lo largo del periodo, de 1.900 millones de pesos en 2001 a más de 5.500 millones en 2006. Como se expondrá en la próxima sección, esto contribuye en buena medida a compensar los grandes déficits en el comercio de bienes. Como ya se mencionó, Cuba no publica estadísticas acerca de la composición de las exportaciones y las importaciones de servicios. La OMC clasifica los servicios comercializados en tres categorías: servicios de transporte, que incluyen carga marítima, carga aérea, transporte marítimo de pasajeros, transporte aéreo de pasajeros y otras formas de transporte; servicios de viaje (vinculados al turismo), que abarcan todos los bienes y servicios adquiridos por quienes visitan el país receptor, incluidos alojamiento, comidas, transporte local, souvenirs, etc.; y otros servicios comerciales, que incluyen comunicaciones, construcción, seguros, servicios financieros, servicios de computación e información, regalías y licencias, otros servicios empresariales (legales, contables, consultoría, investigación y desarrollo, publicidad e investigación de mercado) y servicios personales, culturales y recreativos (tanto audiovisuales como de educación y salud). Servicios de transporte. En los 70 y 80, Cuba hizo grandes inversiones para expandir su flota internacional de transporte bajo el paraguas protector del comercio intra-Comecon. A principios de los 90, en plena crisis económica y frente al colapso de su comercio internacional, el tamaño de la flota de carga internacional –y en general de la industria de transporte marítimo– se redujo significativamente. A mediados de los 90, el sector de carga marítimo comenzó a recibir alguna inversión extranjera en forma de empresas mixtas. Pero, aunque no hay estadísticas disponibles, probablemente las cifras no sean importantes. En cualquier caso, no podrían explicar el rápido crecimiento de la exportación cubana de servicios durante los últimos años. Turismo. La industria turística ha sido uno de los puntales del desempeño económico cubano reciente. Luego de rechazar al turismo durante más de 20 años, desde mediados de los 80 Cuba comenzó a
promoverlo, y desde los 90 aumentó sus esfuerzos, principalmente fomentando empresas mixtas con empresas hoteleras extranjeras. Para la segunda mitad de los 90, el turismo era el principal generador de divisas del país. Los ingresos brutos derivados del turismo sumaron entre 1.500 y 2.000 millones de pesos al año entre 2001 y 2003 y alcanzaron los 2.400 millones de pesos en 2006. Aunque la información es fragmentaria, es probable que el turismo haya sido responsable del grueso de las exportaciones cubanas de servicios hasta el reciente despegue de las exportaciones de servicios profesionales. De acuerdo con las cifras provistas por Cuba a la OMC, las exportaciones de servicios turísticos representaron los siguientes porcentajes del total de exportaciones cubanas de servicios: 63% en 2003, 51% en 2004, 32% en 2005 y 31% en 2006.Servicios profesionales. Las fuertes inversiones del Estado cubano en salud pública y educación durante las últimas cinco décadas permitieron impulsar la exportación de servicios profesionales de salud, educación, deportes y ciencia. Durante las décadas de 1970, 1980 y 1990, Cuba utilizó las políticas internacionales de salud pública y educación como una herramienta diplomática. De hecho, hasta hace poco tiempo los especialistas cubanos –médicos, alfabetizadores, entrenadores deportivos, etc.– eran ofrecidos gratis o casi gratis, y sus servicios eran considerados no un rubro comercial sino una forma de ayuda exterior. Esto cambió en los últimos años, en particular desde la firma del mencionado acuerdo con Venezuela en 2000, cuando las exportaciones de servicios de salud y educación comenzaron a generar importantes beneficios económicos para Cuba. El primer grupo de médicos cubanos llegó a Venezuela en abril de 2003, seguido de educadores para una gran campaña de alfabetización. Más de 20.000 médicos cubanos han prestado servicios en Venezuela en la campaña «Operación Barrio Adentro», mientras que otros miles de educadores de diferentes niveles, junto con más de 5.000 especialistas en deporte, han participado en otros programas sociales. En 2004, Cuba y Venezuela lanzaron la «Operación Milagro», destinada a proveer servicios oftalmológicos a los venezolanos sin recursos; en 2005, los dos países acordaron extender el programa a Bolivia, Brasil, Guatemala, Panamá y Uruguay. Solo en 2005, médicos cubanos llevaron a cabo casi 173.000 operaciones oftalmológicas a personas de
21 países. En casi todos los casos, los pacientes viajaron a Cuba en lugar de ser atendidos en sus propios países por doctores y personal médico cubano. Es difícil evaluar la exportación de servicios profesionales a Venezuela pues no está claro cómo se han valuado en las estadísticas cubanas. Existe evidencia de que, a los efectos de llevar las cuentas nacionales, Cuba computa los servicios médicos y sociales de un modo que no concuerda con la metodología internacional. En cualquier caso, lo central es que el gran salto en las exportaciones de servicios observado en el cuadro 4 corresponde al periodo en que los especialistas cubanos comenzaron a trabajar en Venezuela. Comercio de bienes y servicios Las filas inferiores del cuadro 4 combinan las cifras del comercio de bienes y servicios para mostrar el saldo general de la balanza comercial de Cuba. Con excepción del año 2005, el saldo fue deficitario. Los grandes superávits en el comercio de servicios – particularmente en 2005 y 2006– contribuyeron a compensar los déficits crónicos del comercio de bienes, pero no fueron suficientes. En conclusión, el comercio exterior cubano durante el periodo 20012006 no fue equilibrado, y Cuba tuvo que apoyarse en otras fuentes externas de recursos para equilibrar sus pagos internacionales. Comentarios finales En los últimos años, la estructura, la composición por productos y los socios comerciales de Cuba han cambiado de manera significativa. El comercio de bienes ha sido eclipsado por un comercio de servicios en rápido crecimiento. Dentro del comercio de bienes, ha habido un reacomodamiento de los productos claves de exportación e importación. Finalmente, también se registraron cambios importantes en los socios comerciales. Las estadísticas del comercio exterior cubano son escasas y están sujetas a cambios y ajustes frecuentes. Pero los datos relevados en este trabajo sugieren que Cuba sigue afrontando un déficit significativo en su balanza comercial de bienes que se ha acrecentado en los últimos años. Sin embargo, en el comercio de servicios Cuba ha obtenido –
según los datos fragmentarios existentes– superávits considerables, sobre todo en los últimos años y probablemente como resultado del auge de la exportación de servicios a Venezuela. Muchas de las preguntas que surgen acerca de la composición y la valuación de estas exportaciones de servicios no podrán ser respondidas hasta que Cuba o sus socios comerciales ofrezcan información más detallada. En cualquier caso, pese a esta expansión –y con excepción del año 2005–, la conclusión principal es que la balanza comercial global de Cuba durante el periodo 2001-2006 ha sido deficitaria.
¿Qué es Zona Franca? Una zona franca es un área geográfica específica que se destina a la industrialización con fines de exportación. Se trata de un espacio del territorio de un Estado nacional donde la legislación aduanera se aplica en forma diferenciada o no se aplica, por lo que las mercancías de origen extranjero pueden ingresar y permanecer o ser transformadas sin estar sujetas al régimen tributario normal. Además de todo lo expuesto podemos establecer también que, en ocasiones, se considera que zona franca es sinónimo de puerto libre. Una clara alusión así a la similitud que mantienen con los conocidos puertos libres de tasas aduaneras. El ingreso y la salida de mercadería en una zona franca suele ser considerado como importación y exportación respectivamente. La permanencia de los productos dentro de la zona puede ser indefinida, ya que no existen plazos para su extracción o retiro. Por lo general, en las zonas francas se llevan a cabo actividades de almacenamiento, comerciales, de servicios e industriales, en este último caso sólo para la exportación, con la excepción de aquellos de bienes de capital que no registren antecedentes de producción en el territorio aduanero general ni en las áreas aduaneras especiales. Hong Kong es la principal Zona Franca del mundo Las Zonas Francas crean una sinergia importante para la atracción de inversión extranjera en un país y complementan la diversificación de la inversión local. Así, Hong Kong es la principal Zona Franca del mundo. Varias son las razones sobre las que se asienta que Hong Kong es la principal Zona Franca del Mundo, lo que explica que con solo 7 millones de habitantes sea el segundo receptor de Inversión Extranjera Directa de todo Asia -tan solo por detrás de China continental-, y el séptimo a nivel internacional. Hong Kong es una de las principales puertas de entrada de las empresas internacionales en China continental. Aunque las inversiones se dirigen a todo el territorio y a diferentes sectores, el 65% recae en la cercana provincia de Guangdong. Su privilegiada situación geográfica al sur
de China, justo en la desembocadura del Río Perla, lo convierte en el enclave perfecto para comerciar o acceder a China continental. A esto se une el know-how de haber sido inversores en China continental durante años y de un paulatino proceso de integración con el gigante asiático (una nación, dos sistemas), con tratados como CEPA y cooperaciones regionales como la del Pan-Delta del Río Perla, procedimiento que solo tributa los ingresos y beneficios derivados de Hong Kong. Por tanto se lo considera ideal para operaciones offshore. Para la prestigiosa revista Forbes, éste es el segundo sistema impositivo más favorable del mundo tan solo por detrás de Emiratos Árabes Unidos. Dentro de Hong Kong deviene régimen dual para la tributación de ingresos que grava a los contribuyentes individuales por sus ingresos después de deducciones y desgravaciones con tasas progresivas entre el 2% y el 20%, o a una tasa plana del 16% sobre sus ingresos brutos, dependiendo de la obligación tributaria que resulte menor. Para corporaciones la tasa máxima es del 17,5%. A esto se añade que no hay casi impuestos indirectos, con algunas excepciones como apuestas, tabaco, alcohol e hidrocarburos. Tampoco hay impuestos de sucesiones sobre dividendos, intereses o ganancias del capital. Como mecanismo de atracción de inversiones y competitividad, destaca la gran importancia de operar bajo esta modalidad en procura de impulsar el comercio exterior para el país bajo el esquema de recintos fiscalizados estratégicos, que funcionan principalmente como puertos interiores y plataformas logísticas. Las Zonas Francas representan los intereses de miles de empresas en plena actividad económica, la captación de un número importante de trabajadores directos e indirectos y el dinamismo en las importaciones y exportaciones. Como política aduanera, la mercancía originada en el país y que llega desde el extranjero en dirección a las Zonas Francas tiene derecho a tratos preferenciales que se detallan como la exoneración de impuestos arancelarios, domésticos (tales como el valor agregado, ventas o impuestos similares, de cargos por servicios aduaneros, de tarifa y de restricciones relacionadas a tarifas (con excepción de restricciones sanitarias), de certificados de salud animal, permisos emitidos por el Ministerio de Salud y Ayuda Social, y de aquellos que implican defensa y seguridad social. Figura también la exoneración de impuestos en importaciones de equipos, herramientas y de materiales destinados exclusivamente para construir infraestructuras, edificios e instalaciones para Zonas Francas industriales por las organizaciones de manejo y de usuarios. Hoy en Hong Kong están surgiendo nuevas Zonas Francas en áreas de servicios médicos, turismo, biotecnología, genómica, servicios de telecomunicaciones, agronegocios, alta tecnología y desarrollo de software, entre otros. Además, esta región china cuenta con una de las mayores proporciones de teléfonos móviles por persona del mundo (119%), sin olvidar que en servicios, tiene junto con Singapur, los mejores servicios logísticos, legales, profesionales y financieros de Asia. La OMC señala que la tasa arancelaria media de Hong Kong es del 0 por ciento, y las barreras no arancelarias como etiquetado y homologaciones son mínimas. Por otro lado, el puerto de Hong Kong siempre ha sido muy relevante en la economía del lugar, ya que está en un punto muy estratégico de las rutas comerciales del lejano Oriente.
Anualmente circulan aquí unas 220.000 embarcaciones de todo tipo y la terminal de contenedores mueve hasta unos 24 millones de contenedores.
CUBA Cinco décadas después de que el “Movimiento 26 de julio” de Fidel Castro entrara victorioso a La Habana el día de Año Nuevo de 1959, los Estados Unidos y Cuba separados por menos de 100 millas de aguas agitadas, siguen siendo vecinos profundamente recelosos y enredados en una telaraña de hostilidades. En el campo de la política estadounidense los acalorados debates sobre cómo responder mejor a la Revolución cubana, ya sea con leyes del Congreso o decretos del Poder Ejecutivo, implícitamente dan por sentado que sólo son dos los rivales: Washington y La Habana. Con todo, esta presunción nos lleva muy lejos de la realidad de la Cuba actual. Desde que su modelo original, la Unión Soviética, colapsara, una Cuba reticente ha diversificado de manera drástica sus relaciones económicas internacionales. En un principio, Cuba acudió a Europa, Canadá y a una variedad cada vez más amplia de estados amigos de Latinoamérica. Durante la última década, Cuba buscó forjar sociedades económicas con las principales economías de mercado emergentes, en particular China, Brasil y Venezuela. Las compañías españolas administran muchas de las cadenas hoteleras en expansión en Cuba que anualmente reciben a 2,5 millones de turistas de todo el mundo. Una empresa canadiense es dueña en conjunto de las operaciones de minería que consisten en enviar el níquel tan cotizado a Canadá y China. En unos pocos años, China estará lista para gastar miles de millones de dólares en la construcción de un impresionante complejo petroquímico en Cienfuegos. Una empresa brasileña modernizará el Puerto de Mariel para que pueda albergar a los buques contenedores de gran porte que transiten el Canal de Panamá recientemente ensanchado. Las petroleras de diez o más países se alinearon para explorar las aguas profundas cubanas del Golfo de México en busca de petróleo. A pesar de estos progresos, la economía cubana sigue estancada, como se describe en la Sección 1, La principal restricción que retrasa a la economía cubana no son las sanciones impuestas por los Estados Unidos (aunque son realmente duras). En realidad, es el propio modelo económico desactualizado de planificación centralizada que Cuba heredó de la Unión Soviética. Los numerosos socios comerciales de Cuba quisieran invertir más en el país y preferirían importar más de la isla para corregir los desequilibrios de su balanza comercial bilateral, pero se frustran ante la escasez de ofertas económicas de Cuba. La Sección 2 de este documento de políticas relata la historia de cómo Cuba recurrió a las dinámicas economías de mercado emergentes, tal como se ve desde la perspectiva de Cuba y desde la mirada de sus socios de China, Brasil, Venezuela y México, y examina sus motivaciones, ansiedades y frustraciones. ¿Cómo encaja Cuba en sus estrategias económicas y geopolíticas internacionales, y cuáles son los motores políticos internos que impulsan su relación de amistad con La Habana? También se exploran los intereses de Canadá, ya que Ottawa ha marcado muy bien la diferencia entre su política con respecto a Cuba y la de su estrecho aliado norteamericano. Mientras las sanciones integrales de los EE.UU. tienden a atentar contra la economía cubana, los países europeos han estado enviando asistencia para el desarrollo, aunque en grado
modesto. La ayuda europea apunta sus recursos a fortalecer a las municipalidades, agricultores privados y cooperativas, con el fin de afianzar las fuerzas sociales menos dominadas por la poderosa burocracia habanera. La Sección 3 describe estos programas de cooperación europea y canadiense, así como las creativas iniciativas de la organización no gubernamental Oxfam y, señalando tanto los escollos como las oportunidades, deja algunas enseñanzas para los futuros programas internacionales para el desarrollo que se desplieguen en el difícil contexto cubano. Ciento ochenta y siete naciones son miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial lo que, virtualmente, equivale a la membrecía universal de las Naciones Unidas. La ausencia de Cuba de estas importantes instituciones financieras internacionales (IFI) sobresale como una grave anomalía. Como lo demuestra la Sección 4 de este documento, las autoridades cubanas ya no se oponen a ser parte de las IFI. Como instituciones que se enorgullecen de su universalidad, las IFI deben asistir a Cuba en su lucha, aunque gradual y vacilante, por cambiar sus estructuras económicas. Con su vasta experiencia en países que quieren mejorar la eficiencia y competitividad de sus economías, y transitar formas de tomar decisiones más descentralizadas, las IFI hoy son socias naturales de Cuba. El presente documento recomienda actuar paso a paso, comenzando con simples medidas que contribuyan a generar confianza para achicar la brecha entre las IFI y Cuba. Además, se refiere a las restricciones legales y políticas por parte de la política de los EE.UU., incluso los mandatos parlamentarios, y sugiere estrategias prácticas para superarlas. Los vacíos de información se corrigen en el debate público; en realidad, existen mecanismos viables para el acercamiento gradual. Muchos cubanos siguen viendo al FMI y al Banco Mundial con un dejo de sospecha, y los consideran agentes del “imperialismo capitalista”. Sin embargo, las IFI han hecho una exitosa tarea promocionando la mitigación de la pobreza y el crecimiento económico de dos de los mejores aliados de Cuba: Vietnam y Nicaragua. Para compartir las ansiedades de Cuba, la Sección 5 explora los nuevos términos de participación en las IFI, pensados para ser más sensibles a las instituciones nacionales y las prioridades políticas de los países prestatarios. Hoy en día, las IFI son socios exitosos de muchos países cuyos objetivos definidos son el crecimiento con equidad, la eficiencia con dignidad, los mismos objetivos que abrazaron las autoridades cubanas. El presente estudio (Sección 1) se inicia con la discusión de los logros y defectos de la debilitada economía cubana: La paradoja de la revolución cubana es que si bien dotó a sus ciudadanos de abundante capital humano, desafortunadamente los dejó sin las herramientas y los incentivos para que aprovecharan al máximo los talentos que adquirieron. La economía cubana se caracteriza por su producción industrial y agrícola en constante decadencia, los ahorros y las tasas de interés insuficientes, la pobreza de sus exportaciones y los déficits crónicos en el comercio de mercancías, y las reiteradas suspensiones en el pago de sus deudas externas. La escasez de las necesidades del consumidor, la superpoblación por vivienda y la uniformidad en la calidad de los servicios hacen de la vida cotidiana un verdadero desafío para el cubano, y los ambiciosos jóvenes cubanos se sienten frustrados por la falta de buenas oportunidades de conseguir un empleo productivo y bien remunerado. El gobierno cubano admite estas deficiencias y en mayo de 2011 promulgó las “pautas” para la reforma con 311 iniciativas destinadas a enmendar estos y otros defectos estructurales. Las pautas están plagadas de contradicciones internas y siguen rindiendo culto a la planificación
centralizada, pero las fracciones pro reforma fueron lo suficientemente fuertes para incluir un lenguaje que transformaría la cultura política y la ética social cubana si se lo interpretara y se actuara en consecuencia. Tal como sugiere este estudio, en nuestro mundo interdependiente, los agentes externos, como las agencias nacionales de cooperación económica y las IFI, pueden transmitir con total legitimidad ideas y recursos que otorguen más autoridad a los reformadores en sus luchas internas contra las fuerzas arraigadas de la inercia y la resistencia. Sin perjuicio de su liderazgo centralizado, Cuba, al igual que los Estados Unidos, es apenas un actor unitario. Este aporte político busca insertar el debate en un marco diferente, separarlo de la estrecha óptica bilateral EE.UU.- Cuba, para apreciar en cambio las oportunidades que ofrecen los impulsos reformistas de Cuba, para entender la amplitud de las relaciones económicas internacionales de Cuba, examinar con más profundidad los programas de cooperación económica de nuestros aliados en la isla, y volver a considerar los intereses estadounidenses en permitir que las instituciones financieras internacionales lleven a cabo su misión de promover el progreso económico en la isla. La Sección 6 resume las principales conclusiones y recomendaciones políticas para la comunidad internacional para el desarrollo, las IFI y los gobiernos de Cuba y los EE.UU. Este documento surge de la idea tradicional de que es en beneficio de los Estados Unidos y de la comunidad internacional para el desarrollo dentro de la cual los Estados Unidos jugó un rol de liderazgo por largo tiempo, para promover reformas económicas progresivas, aunque graduales y parciales, en países que se abren al comercio internacional y a la inversión, y que buscan mejorar los mecanismos de mercado e incentivar al sector privado local. Mientras no exista una relación lineal automática entre reforma económica orientada al mercado y liberalización política, la teoría política y la historia reciente sugieren que una tendencia viene a reforzar a la otra, especialmente en el hemisferio occidental y a largo plazo. Además, en ausencia del apalancamiento directo sobre las instituciones políticas de una nación, promover una reforma económica puede resultar la opción más realista para avanzar en el pluralismo político. Actualmente en Cuba, la oportunidad está en la política económica, legitimizada por el régimen y debatida abierta y profundamente por el pueblo cubano; mientras el poderoso aparato de seguridad del gobierno mantiene su estricto control sobre la actividad política e insiste en la hegemonía del Partido Comunista Cubano. En los Estados Unidos hay quienes dieron su amplio apoyo a las duras sanciones tendientes a privar al régimen cubano de recursos y, por tanto, precipitar una ruptura política. Con todo, dentro de la burocracia de la seguridad nacional del Poder Ejecutivo estadounidense, y sin perjuicio de la retórica presidencial ocasional, es marcada la preferencia por la evolución gradual y pacífica en Cuba. Se teme que una ruptura repentina traería aparejados riesgos sustanciales para los intereses estadounidenses, lo que incluiría una crisis inmigratoria en nuestras mismas costas y, en el peor de los casos, las presiones insoportables para intervenir y sofocar una sangrienta guerra civil y detener el éxodo masivo de refugiados. Además, los esfuerzos prolongados por debilitar una economía van en contra de la política de ayuda al exterior adoptada por los Estados Unidos desde hace tanto tiempo, y de nuestro humanitarismo fundamental que favorece la atención de las necesidades básicas de las mayorías pobres de los países en desarrollo. Las excepciones a las sanciones contra Cuba que se fueron trazando a través de los años, como permitir la venta de ciertos alimentos y medicinas, y más recientemente, la liberación de los viajes y las remesas familiares a Cuba hacen referencia a estas tradiciones estadounidenses.
4