Psicología de la Personalidad
Dentro del enfoque que tiene la psicología como ciencia, del estudio de los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, existe una rama de la misma que se encarga del estudio del carácter y las diferencias de los individuos, y esta es la psicología de la personalidad, es la especializada en la observación, análisis y estudios de los aspectos antes mencionados. Vicente Pelechano la define de la siguiente manera: “La psicología de la personalidad estudia las características psicológicas que identifican a un individuo o a un colectivo de individuos, su génesis, su estructura y funcionalidad desde su origen hasta su desaparición”.
Entonces la psicología de la personalidad tiene como objetivo identificar y estudiar aquellas características psicológicas que dan paso a la personalidad del individuo, en razón de donde nacen o se originan dichas características, como se crecen y se desarrollan como parte del mismo en su evolución como persona y la funcionalidad de éstas en la vida del individuo, pasan a ser aspectos muy propios de cada personas que conllevan a identificarlo y diferenciarlo de sus semejantes.
Los estudios iniciales y la evolución de la psicología de la personalidad datan desde que el individuo comenzó a tener interés en la conciencia de su propio “Yo” y así como en el pasar de los tiempos muchos precursores realizaron estudios sobre la misma o vinculados con ésta, entre estos se pueden destacar a Galeno, quién a partir de sus estudios atribuyó a cada tipo de persona un fundamento biológico, es decir, llegando a inferir la diversidad que existe entre cada individuo y que dependiendo de ese fundamento biológico, se generaban las respuestas del individuo en razón de su entono.
Por otro lado, con el devenir de los años surgen las teorías modernas de la personalidad, las cuales responden a métodos científicos para así llegar a obtener
conclusiones del objeto de estudio, que en este caso es la personalidad de los individuos, dichas teorías por modelos observacionales conllevaban a atrbuir a cada sujeto distintos rasgos de personalidad, dependiendo de sus características físicas.
Dentro de los precursores y que sus estudios marcaron hechos relevantes en la evolución de la psicología de la personalidad encontramos a Ernst Kretschmer y William Sheldon, el primero distinguía a los sujetos entre tres tipos (leptosómicos, pícnicos y atléticos) y el segundo concluyó a partir de teorías distintas
una
clasificación paralela (ectomórficos, endomorfo y mesomorfo) a la realizada por Kretschmer. El precursor más influyente hasta la actualidad de esta rama de la psicología ha sigo Sigmund Freud, ya que apertura otra dirección para el estudios del comportamiento del individuo, teniendo como fundamento que la conducta humana es influenciada por los instintos cocientes y los instintos inconscientes.
Años después en el siglo XX, es que se da inicio propiamente al estudio de la personalidad en donde muchos psicólogos de las décadas iniciales comenzaron a aplicar los tests mentales, a fin de solucionar situaciones urgentes, pero fue a finales de la década de los 30, donde se formalizó dicho estudio por un trabajo desarrollado por Allport, llegó a la siguiente definición: “la organización dinámica en el individuo de aquellos sistemas psicofísicos (patrones característicos de conducta, pensamientos y sentimientos) que determinan su peculiar ajuste al entorno”.
En razón de la estructura de la personalidad,
Freud sostiene que la
personalidad humana surge del conflicto entre nuestros impulsos instintivos tendentes a la agresividad y a la búsqueda del placer, por un lado, y los límites sociales que se les impone por otro. La personalidad se construye como un intento de conciliar estas dos instancias buscando la satisfacción de nuestros instintos sin ser víctimas de los sentimientos de culpa o castigo.
Freud para explicar dicho conflicto, desarrollo unos conceptos teóricos que interactuaban entre sí: “el yo”, “el super-yo” y “el ello”. La primera, se rige en el principio de la realidad, controla y obedece al ello y al mismo tiempo pelea con las exigencias y prohibiciones del “el super-yo”. La segunda, representa la autoridad de la personalidad, los ideales, la lucha por la perfección y la moral, promueve el autocontrol y prohíbe los impulsos del ello y la tercera, está formada por instintos e impulsos biológicos, es irracional, impulsivo y completamente inconsciente, no sigue las reglas ni respeta los valores.
La personalidad tiene determinantes ambientales y entre éstos nos encontramos con los factores culturales, sociales o familiares. Esto implica que pertenecer a una u otra cultura determina como se verá influenciada la personalidad del individuo y las consiguientes reacciones cognitivas y afectivas que pueda experimentar ante esas situaciones o bajo ese contexto.
La personalidad ha sido observada bajo diversos paradigmas de internalista (organísmico) basada en la consistencia y estabilidad, lo que a ciencia cierta refiere es las variables personales que permiten predecir la conducta por rasgos y estados. Mientras que la situacionista (mecanicista) expresa al sujeto como reactivo ante experimentos de la conducta fundamentados en el ambiente y las situaciones que deba abordar. Por otro lado el interaccionista (dialectico) se forma según la interacción con las características personales y la situación que enfrente en su entorno. Las teorías procesuales o “de estado”, consideran que las variables personales que determinan la conducta y que posibilitan su predicción son de naturaleza dinámica. Y por otro lado las de naturaleza “estructural” las denominadas de rasgos o disposiciones estables de conducta como hechos consistentes en momentos temporales.