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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID
5405142010
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID Facultad de Filosofía Departamento de FILOSOFÍA
n1i82
LOS ORÍGENES DEL PSOE: MERCANCÍA, POSITIVISMO Y SOCLDEMOCC 1879-1891
Tesis
para obtener el grado de. doctor presentada por: ENRIQUE
Director: Dr. PEDRO RIBAS
MADRID 1997
P. MESA GARCÍA
AGRADECIMIENTQ
su
Cuando en el curso de los acontecimientos uno se enf renta a primera y tal vez, por el bien de la humanidad, última tarea
filósofica, la ayuda de todos es bien acogida. Pero especialmente resulta útil para la obra la de aquellos que con su comociluiento pueden servir de guía y apoyo. Por ello, en primer lugar deseamos citar aquí al Profesor Pedro Ribas, Director de esta Tesis, y auténtico ejemplo de ayuda encaminada no a la imposición de las propias ideas, sino al enriquecimiento intelectual a través del debate. Sin él, el presente trabajo sería de otro modo, mucho más pobre y mucho más subjetivo. Es él el que ha obligado, entre otras cosas de valor, al doctorando a pulir su lenguaje, convertido a veces en jerga particular, para resultar mínimainente comprensible. Igualmente fue él la persona que encaminó nuestro pasos hacia la filosofía española en general y el movimiento obrero en particular1 por intereses concretos que a ambos nos unen. Pero
sería injusto olvidar al departamento de pensamiento
Español de la universidad Autónoma de Madrid, los profesores Diego Nuñez y José Luis Mora, que igualmente contribuyeron, Y contribuyen, a ese interés por el pensamiento de nuestro país. Tampoco queremos dejar al Profesor Manuel Benavides, ya fallecido y con quien tanto discutimos, ni a esa enorme figura pedagógica que es el Profesor Julio Bayón, ejemplo de maestro capaz de dar vida a una clase creando un interés intelectual entre sus alumnos. Están presentes aquí también mis padres, personas en quienes sólo he encontrado aliento y apoyo para continuar con mi tarea elegida y a quienes va dedicada rio sólo ya esta investigación sino también, y de antemano, cualquier otra que realice. Lo mismo para mi familia, cuya promesa de lectura no hace sino engrandecer su ya famosa temeridad.
3
Otro
tanto ocurre con la script de mi cortometraje, que no
sólo me aguanta, sino que encima discute conmigo de filosofía ayudando, inconmensurablemente, a la formación de aquellas ideas que
aparecen en el presente trabajo. Y
por último, una lista que no por aparecer en este lugar
resulta menos importante: Fernando Páramo, crítico y por ello rara avis en el panorama intelectual lleno de autocoinplaciencia y pose; Ricardo Royo—Villanova, que me despertó, como ya es célebre, del sueño dogmático; José Francisco Gil y Javier García Alonso, resentidos como uno mismo; Ama Bofaruli, que ayudó en la infraestructura y la superestructura; el tcírcu1o de Quintana”, Emilio, Moisés, Mayte, José César y el doctor Hernanz, con quien tantas horas de discusión hemos disfrutado; y todos aquellos otros que sin aparecer con nombres y apellidos han contribuido a la
presente investigación.
4
ÍNDICE INTRODUCCIÓN
.
PRIMERA PARTE: SALARIO Y CAPITALISMO53 Uno: capita1isitto-yTrabaJ0 Dos: La Ley Férrea de los Salarios85 Tres: Salario y Justicia Cuatro: La Devolución del producto Íntegro del Trabajo. 123 SEGUNDA PARTE: ANTAGONISMO DE CLASE137 Uno: La sociedadde Clases141 Dos: Sólo dos clases: Burguesía y proletariado155 Tres: Clase BUrgUe5a173 Cuatro: ElPrOletariado195 TERCERA PARTE: REFORNA O REVOLUCIÓN. LA POLÍTICA DEL PARTIDO OBRERO229 Uno: La idea de política235 Dos: La política del proletariado271 Tres: La palabra y la acción299 CUARTA PARTE: REVOLUCIÓN Y MERCADO313 Uno: La idea de Necesidad317 Dos:
El Trascendente: el proceso de crisis en el Capitalismo351
CONCLUSIONES BIBLIOGRAFIA417
NOTA Los presente
textos
empleados
como
bibliografía
primaria
en
la
Tesis Doctoral responden a la siguiente nomenclatura:
i.Informes y discursos ante la Comisión de Reformas Sociales. Todas ellos citados según CASTILLO, Santiago, Reformas Sociales. Información oral y escrita publicada de 1889 a 1893. 5 vois. Madrid, Ministerio de Trabajo y seguridad Social, 1985. Para citanos se señala, si es un informe oral el día de la sesión, el autor y el número de página en que aparece. Si es el informe Vera, aparece su nombre, Vera, y el número de página. Si es el de Iglesias para la Asociación del Arte de Imprimir, aparece Iglesias, Informe de la Asociación... y el número de página. 2.- ArtículoS de Pablo Iglesias sobre el programa socialis ta. Aparecen citados según la versión recogida por Enrique Moral Sandoval en su recopilación Escritos y discursos. Antología crítica, Santiago de Compostela, Ediciones Sálvora, 1984. Reciben su nombre, número de artículo y página según la-edición citada. 3.- Manifiestos y Programas políticOS. Bases de El Socialis ta. Aparecen recogidos según CASTILLO, Santiago, Historia del socialismo español (1870—1909). vol. 1, BarcelOna, Conjunto Editorial SA, 1989. Se hace refencia al programa concreto y su fecha. Página según la edición citada. 4.- La introducción realizada por José Mesa a su propia traducción de 1891 de la obra de Marx La Miseria de la Filosofía, Madrid, Gráfica Socialista, 1928. Aparece con el nombre Mesa y el número de página. Para
más
Introducción
información sobre los textos, ver la presente
en las páginas 19—27.
7
INTRODUCCIÓN
“Sería por tanto imposible y erróneo presentar las categorías en
que ellas desempeñaron el papel dominante en la
historia. na y
económicas sucesiVa11eflte, conforine al orden
Al contrario, su orden o sucesión lo determi
su relación mutua en la sociedad burguesa moderna, esta relación es directamente contraria a lo que
parece en
ser natural o corresponde al orden de sucesión
el curso del desarrollo histórico. No se trata de la
posición
que las relaciones económicas ocupan históri
camente
en la sucesión de las diferentes formas de
sociedad. sociedad
Existe genera
burguesa moderna.”1
una debatida cuestión sobre si la SocialdelfloCraCia
su reformismo último desde una coherencia interna a su
pensamiento derivado
fundacional o si bien es un proceso a posteriori
de
corrientes mente
Se trata de su posición en el marco de la
circunstancias
históricas
concretas
e
ideas
y
ideológicas por completo ajenas a su origen. Precisa
es esta cuestión la que la presente Tesis Doctoral busca
dilucidar.
1
Karl
Política,
Marx,
Contribución a la Crítica de
la economía
Introducción, Moscú, Ed. Progreso, 1988, pág. 204. 11
La de
las apreciaciones: existe efectivamente una coherencia interna
entre el
el origen y lo que ha llegado a ser. Y precisamente es en
nacimiento donde la investigación busca indagar las huellas
de, de
hipótesis principal de trabajo se inclina por la primera
a través del aná1ists del discurso fundador, el surgimiento la actual Socialdemocracia y su pensamiento reformista. La
actualidad
real del estudio radica, pues,
en que,
lejos de
complacerse
en buscar meramente semejanzas y simetrías entre los
militantes
socialistas primeros y los sectores más avanzados del
reformismo
burgués del siglo XIX o bien la semejanza en la frase
o
en la actuación política concreta, que pudiera deberse a
circunstancias radical
históricas muy particulares, busca
la crítica
de la semejanza: la crítica de la semejanza desde su
raíz.
EL
MÉTODO
Parece trabajo que
escrito filosófico explicando cuáles han sido los motivos
primero propusieron y luego han llevado a la realización de
dicha
investigación. Igualmente, parece ya obligado, y hay que
hacerlo, desde español Y
cuando menos de obligado cumplimiento comenzar todo
plantear al comenzar una obra cuáles son los puntos
los que el objeto de estudio, en este caso el socialismo en sus orígenes como partido político, ha sido analizado.
esto sobre todo, como creemos es aquí el caso, cuando el tema
resulta original,
investigado desde una perspectiva que, si bien no es sí resulta novedosa, al menos que nosotros conozcamos, 12
para fía
el tratamiento de este
tema dentro de la jstoriOgra
española publicada.
El ción
hecho de que España haya sido un país donde la investiga
jgoriográfiCa
excepto todos
sobre
el movimiento
obrero haya
sido,
singularidadesi de fecha muy reciente, por motivos de conocidos y que no se limitaron sólo a impedir la labor
intelectual realizado mismo
en esta tarea, da constancia de que aquélla se ha
ya desde la perspectiva de lo que ha llegado a ser este
movimiento. Creemos que es imposible olvidar esto: el
fracaso del
mismO
del movimiento obrero revolucionario delilnita la tarea
que piensa sobre él.
Entendemos enunciado Español
como programa máximo del partido socialista Obrero -y de ningún otro grupo, partido políticoi movimiento
sindical
o asociación de cualquier
movimiento incluso,
por fracaso el hecho de que ningún punto del
socialista
tipo relacionada con
revolucionario—
se
haya
realizado
se siga manteniendo:
ttconsiderando que la necesidad, la razón y la justicia exigen
que. el antagonismo entre
desaparezca, que su muy
una y otra
clase
reformando o destruyendo un estado social
tiene sumidos en la miseria a los que emplean toda vida en producir la riqueza
que poseen
los que en
poco o en nada son útiles a la sociedad;
13
el O,
Que
esto no se puede conseguir más que de un solo modo:
aboliendo
las clases y con ellas los privilegios y las
injusticias lugar
que actualmente reinan y creando en su
colectividades obreras unidas entre sí por la
reciprocidad
Que
y el interés común;
las transformaciones de la propiedad indivi
dual
en propiedad social o de la sociedad entera es la
base
firme y segura en que ha de descansar la emancipa
ción
de los trabajadores.
Que remover
la poderosa palanca con que éstos han de y destruir los obstáculos que a dicha transfor
mación
de la propiedad se opongan ha de ser el poder
político, la
del cual se vale la clase media para impedir
reivindicación de nuestros derechos.
Por Obrero
todas estas razones, el Partido Socialista
español declara que su aspiración es:
Abolición de
de clases, o sea, emancipación coxnpleta
los trabajadores. Transformación de la propiedad
individual en propiedad social o de la sociedad entera. Posesión ra
2
del poder político por la clase trabajado
•
Programa
del Partido Socialista Obrero Español. 20 de
julio de 1879. Pág. 319 y 320. La idea de “reformando o destruyendo” será estudiada con posterioridad y profusamente a lo largo de la presente investiga— 14
Es
ingenuo, y por
Es así, pues, y al menos
comienza
y análisis.
Con
ello nos encontramos que los estudios dedicados a tratar
tema, el movimiento socialista originario, amparan, la gran
mayoría
al menos, sus ideas en un proceso de reforlfliSluO que
describe mismos
dado
en un primer momento, como
el presente a figurar en la imagen del pasado y en su
estudio
los
conoce el resultado de la acción llevada a cabo por
movimiento y sus, conscientes o inconscientes, consecuen
cias.
este
falso,
estudia el partido Socialista del siglo diecinueve. Su
conciencia dicho
ha llegado a ser
partir de una supuesta tabula rasa del filósofo que
pretender ahora
lo tanto
una línea recta desde los modelos calificados por ellos
como intransigentes, revolucionarios, finiseculares hasta
de la actual socialdeTftOCracia caracterizada por eso que se ha en llamar socialismo democrático.
“Por lucha
descontado, este abandono [de las formas de
revolucionarias] debe verse como una muestra de
lucidez
ante el proceso paralelo de fortalecimiento y
racionalización ramas
del aparato de Estado, tanto en sus
asistenciales como en sus aspectos meramente
represivos. (..)
ción, anima rio.
pero consideramos aquí que el ideal socialista, lo que les como punto fundamental de su lucha, es de tipo revoluciona 15
Tenemos nista
así esbozado un esquema bastante revisio
para la interpretación de la lucha de clases en
los últimos ciento cincuenta años. Según este esquema, el
reformismo es la forma superior de conciencia del
movimiento
obrero
Igualmente, textualmente, o
(••)hT3
esta visión se halla implícita, sin citarla
en gran número de obras sobre el movimiento obrero
que lo tratan en alguno de sus desarrollos. Por ejemplo, en la
solapa
de la obra de BENJANIN, Martin, Los problemas de la
modernización. Madrid, ver tos
España.
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1992, se puede
una auténtica loa al proceso de integración de los movimien obreros en la sociedad actual.
borrador 2000
Movimiento obrero e industrialización en
Igualmente, en el mismo
para debate de enero de 1990 del Manifiesto del Programa
se puede leer lo siguiente:
“
El
emancipación
socialismo de
las
nació clases
como
un
movimiento
trabajadoras
ante
de la
PARANIO, Ludolfo: «Por una interpretación revisionis ta de la historia del movimiento obrero », Pág. 144. En Teoría, flQ 8-9, octubre 1981-marzo 1982. Esta misma visión es defendida, por ejemplo, explícitamente por Pérez Ledesma en su obra El obrero consciente. Madrid, Alianza Editorial, 1987.
16
destrucción imposición de
por la industria capitalista de condiciones
trabajo intolerables. De esta realidad brotaron
proyectos y
de sus formas tradicionales de vida y la
revolucionarios sobre la extinción del estado
sobre la abolición de la propiedad privada de los
medios
de producción, pero tanbién nacieron formas
organizativaS
que defendían los intereses concretos de
los trabajadores y apuntaban a la transformación de esa realidad
injusta”4
Sin
embargo, no es este modelo el único utilizado en el
estudio.
Existe otro, menos extendido y fundamentalmente centrado
en
la diferencias entre
pretende, del
el
PSOE
clásico
y el
actual,
que
por el contrario, mostrar un proceso de degeneración
socialismo, basado muchas veces en teorías de corte conspira—
tono
con personajes ejerciendo de maquiavelos carpetovetónicOS,
cuya
prístino origen ha sido prostituido por la mala fe. Este
modelo
anhela regresar a ese socialismo y volver así al suave
regazo
de lo originario.
debate
Manifiesto del Programa 2000, pág. de enero de 1990. 17
19, borrador para
Ambos
modelos5, sin embargo, parten de un supuesto erróneo.
En
ellos, el sujeto parece llevar por cuenta aquello que la cosa
ha
resultado ser y busca, tal vez sin pretenderlo conscientemente
en
su investigación, que el pasado se adecúe a su juicio previo:
o
bien, presentándolo como una realidad superada por el presente;
o
bien, analizándolo como el ideal que se perdió, pero que se
debe
recuperar y mantener siempre vivo. Así, el pensamiento
socialista muerto,
en
realidad,
como
algo
se mantiene en el presente y el peso de los muertos se
sobre los vivos.
Nuestra
y
analizado,
presente. Sin embargo, la coherencia con ese pasado de
fundación
mos
es
que nada tiene que ver con el socialismo actual ni con el
tiempo
carga
originario
investigación recoge esta última premisa. Considera
que lo que el movimiento obrero ha llegado a ser, y como tal
sin entrar en más consideraciones lo situamos como un movimien
to sus
reformista de tintes socialdemócratas, estaba ya implícito en mismos orígenes.
investigación, Partido un
Con
es aquello que
a lo
largo de
la
presente
pretendemos probar, que
el
Socialista Obrero Español coherentemente ha llegado a ser
movimiento reformista porque eso era algo ya presente en su
discurso sí
y
Mantenemos
originario, aún cuando explícitamente se considerara a
mismo como revolucionario y contrario al sistema capitalista. ello, evidentemente, no queremos hacer ningún juicio de valor
Existiría, asimismo, un tercer modelo que correspondería a estudios historiográficos donde el tema se circunscribe, lo ----cualno es desde luego una crítica, a la búsqueda de información nueva o de muestra de una serie de datos básicos y fundamentales para investigaciones sobre el tema. 18
en
sí mismo, pero sí mostrar cómo la presencia de una serie de
elementos y
en el discurso de Pablo Iglesias, Jaime Vera, José Mesa
García Quejido6, principalmente, pero también de otros socia
listas, una
y en general de todo el PSOE, llevarán a dar la idea de
coherencia entre
esgrimidos la
el pensamiento
fundador y
los ideales
con posterioridad. Y como dicha coherencia radicará en
aceptación, en el primer caso implícita e inconsciente, si se
permite
el término, en el segundo racional y apologética, de la
estructura
EL
del sistema capitalista.
VALOR DEL CONTEXTO
Toda
investigación histórica sobre un pensamiento político
determinado
que
se precie debe tener
en cuenta el contexto
histórico
en el cual ese mismo pensamiento se gestó. Esto parece
evidente.
El problema surge cuando, superado el contexto de sus
mismos un
orígenes, hay que definir cuál es el contexto histórico de
pensamiento y si ese mismo contexto va más allá del mismo
instante
de su génesis; Para nosotros esa respuesta es positiva.
Consideramos
que no podemos tener en cuenta sólo el pasado
contemporáneo
de su pensamiento en el estudio de los movimientos
políticos
6
del siglo XIX que tanta repercusión han tenido, y aún
También es cierto que no necesariamente defenderán siempre
estas posturas aquí expuestas. Así, por ejemplo, el mismo García Quejido mantendrá posturas divergentes a partir de comienzos del presente siglo en la revista La Nueva Era y criticará en ella elementos aquí citados. Sin embargo, esas revisiones escapan a nuestro estudio aunque queden aquí expuestas. 19
siguen mente
teniendo, en nuestros días. Esto, creemos, es especial básico en lo que se refiere al movimiento obrero.
El
presente es fruto, al menos en cierta medida, de ese
tiempo sabe
pretérito y el estudioso no puede pasar por alto lo que ya de la producción social que ese movimiento
consigo. gía,
ha llevado
Estar ajeno a ello sería hacer una suerte de arqueolo
pero no de filosofía: aquella busca dar sentido a los restos
inconexos
del pasado; ésta, sin embargo, busca explicar el tiempo
presente.
Con ello, por supuesto, no se quiere decir que el autor
ponga
su interpretación libre ante el texto como si sólo este
mismo
texto fuera su contexto. No, el contexto del texto es la
misma
realidad, pero entendiendo ésta no sólo como aquello que
fue,
sino
llegado
también, y
fundamentalmente, como
aquello que ha
a ser el objeto de estudio del que trata el pensamiento
analizado.
Pretender obrero
del
movimiento visión
S. XIX sin contar con
la realidad en que dicho
ha concluido es tarea falsa. El objeto de estudio, la
socialista del capitalismo, atesora con él su propia
tradición, inseparable un
hacer una investigación filosófica del movimiento
entendida como aquello que ha llegado a ser, y es de ella. Pretender ceñirse para estudiar al objeto a
contexto enmarcado de forma exclusiva a la realidad del siglo
pasado aquello verdad
llevaría a la falacia de que el estudioso renunciaría a que de buena cuenta conoce y que ya forma parte de la de ese mismo objeto.
20
Pero,
se podría argüir, que también resulta falso juzgar un
pensamiento que
llegaría a ser. Quien esto crea parte de un criterio de
verdad
que se representa en lo prístino y puro: la verdad se
ceñiría do.
por aquello que él mismo no pudo conocer y que es lo
a la relación entre un sujeto puro y un objeto determina
Pero, la verdad de un pensamiento no radica sólo en lo que
dicen
los textos ni su contexto se limita a su tiempo. Así, su
contexto
no debe ser entendido en el estrecho margen de su
contemporaneidad, aquello este
sino que su contexto es también conocer si
de lo que hablaba el texto ha sido ya superado: si, en
caso concreto, la esperanza en la superación de la escisión
que
él mismo representó ha sido realizada. Si no fuera así, si lo
que
representa como verdad no se ha cumplido, el texto, y con él
el pensamiento presente, sigue vivo porque aquello que representa sigue
sin llegar a cumplirse.
Es
por esto mismo por lo que la esperanza, y en eso ha
quedado
convertido todo su contenido de verdad, depositada en los
escritos
de los socialistas españoles se mantiene porque todo
aquello idea
que ellos plantearon como la crítica a la realidad y la
de un mundo que podría ser mejor sigue sin ser realizado,
aunque
su contenido no fuera verdaderamente, y aun ellos mismos
desconociéndolo,
sino la apoteosis de aquello que pretendían
destronar.
Es
por este motivo, por lo que la investigación no se
aventura
en demasía hacia
los terrenos
concreto
de la España del siglo XIX. Creemos que es ésta una 21
del contexto
social
tarea
filosófica y no un estudio histórico donde sí cobraría
sentido,
y sería necesario, la estrecha contextualización. El
segundo
beberá sus aguas del pasado, aunque el presente esté
escrito
en el mismo estudioso; el primero, de las aguas del
presente,
aunque deba bucear en el pasado para recuperar sus
esperanzas.. Para nosotros el tiempo de esta investigación es el presente
en relación a la coherencia con el pasado: si lo que el
movimiento
obrero ha llegado a ser, y como movimiento obrero
siempre
entenderemos en la tesis el Partido Socialista Obrero
Español
y el movimiento obrero de connotaciones socialistas y
“marxistas”7, guarda relación con el discurso definido durante sus
orígenes. Es a esa pregunta, a saber: ¿cuál es la relación
entre
el Partido Socialista Obrero Español de los orígenes y su
actualidad
como partido reformista?, a la que la investigación
pretenderá
contestar.
IMPLÍCITO
Para Partido
Y EXPLÍCITO
ello, investigaremos los textos de los orígenes del
Socialista en el espacio histórico comprendido entre 1879
Esta será la única vez que aparezca en la Investigación la palabra ttmarxistat referida a los seguidores de Marx. Desde ahora, y salvo aclaración explícita en caso contrario, el término “marxista” definirá exclusivamente el pensamiento del propio Karl Marx. Esto es así por la dificultad inherente a la definición del mismo término y, a través de él, el hecho de poder calificar con verdad pensamientos “marxistas”, es decir: relacionados con el pensamiento de Marx al tiempo que diferen— ciándolos de otros que aunque así autocalificados nada tuvieran que ver con aquél. 22
y
1891, es decir: los doce primeros años de existencia del
partido
como
únicamente menos
Pero
el estudio
de
esos
textos no
será
en referencia a aquello que se dice de un modo más o
textual, sino también a lo que se quiere decir cuando se
dice es
tal.
algo e, incluso, a aquello que no se dice o investiga y cuál el motivo de ello. Y es ése un terreno resbaladizo.
Efectivamente, una objeción que surgirá inmediatamente es la de
si no se forzarán demasiado los textos para que éstos acaben
queriendo Frente
decir lo que previamente queremos que ellos nos digan.
a esta objeción la única respuesta posible es la misma
investigación de
forma filosófica deben ser leídos no sólo en relación a lo que
ellos a
en su conjunto. Creemos que los textos estudiados
mismos hablan sobre sí, sino también, y fundamentalmente,
través de la relación que pretenden entablar con lo que la
realidad
es y a la relación que realmente entablan. E igualmente,
consideramos ción,
es decir: tanto lo que el texto dice en sí mismo y en el
desarrollo realiza
de su historia, como el momento actual en que se
la investigación.
Pero es
que la realidad de un texto filosófico es su tradi
la dificultad ante el estudio de los textos socialistas
grande. Éstos no se presentan, ni tuvieron nunca esa preten—
sión,
como textos filosóficos donde prime el análisis pormenori
zado
de los elementos. Frente a ello, debemos de vérnoslas con
textos nes
de
que muchas veces buscarán más la descripción de situacio— injusticia
injusticia:
latente que
la explicación de
esa misma
textos más preocupados por convencer o por divulgar 23
que
en investigar un fenómeno. Además, son textos que para ser
estudiados
hay que fijarse no sólo en aquello que dicen explíci
tainente, sino también, y a veces de forma particular, en aquello que en
no dicen, unas veces dándolo por supuesto y otras no entrando el tema.
Pero él:
no entrar en el tema es también una forma de entrar en
no hablar de un tema o no fijarse excesivamente en él suele
ser
síntoma de que dicho tema no interesa. Así,
socialistas clásico: cía,
cuando los
españoles no analicen ciertos temas de corte marxista
el capitalismo como un sistema totalitario, la mercan
la ideología, el trabajo alienado..., ello nos permitirá
preguntarnos
cuál será la causa de esta ausencia y hacer, o
pretender
comenzar
filosofía
de ello. Si los temas que trata un autor permiten
determinar
sería
más
correcto
decir,
con esos mismos temas, no son tratados permiten
ver el pensamiento del autor.
Nuestra general
investigación, pues, pretende analizar la visión
de la sociedad capitalista que tienen los socialistas
españoles sino
como
los intereses de ese autor, los asuntos que, estando
relacionados también
a hacer
no sólo hablando desde lo que ellos mismos cuentan,
también explicando el motivo por el cual no se hablará de
otros interna unidad
temas. Por ello fijamos mucha atención en la coherencia de un discurso. Y la coherencia no sólo entendida como la formal de relación de los elementos de un discurso, sino
también contenido
en dos acepciones más: primera, como una coherencia de que busca explicar tanto la existencia en el discurso 24
de
determinados elementos ideológicos
relacionándola coherencia obrero
figura;
y,
segunda,
como
la
puede parecer, sin embargo, que esta pretensión es
menos injusta con el socialismo hispano. Efectivamente, el
partido
socialista español no estaba formado evidentemente sobre
base de una clase intelectual, excluyendo tal vez al mismo
Jaime
Vera, que como todo el mundo sabe era médico, y bastante
tenían,
y
con
dirigentes
sinceridad
1886, publicar
nuestra
partido
elogio
lo
decimos,
los
y defender
la
existencia
del
periódico.
en ese aspecto la presente Tesis es injusta. Pero
miembros dirigentes del partido socialista y ni tan
es pretender dar un juicio de valor sobre el mismo socialista en sus orígenes.
Sabemos aquellas
cierto
pretensión no es el juicio subjetivo a realizar sobre
determinados siquiera
y
socialistas con mantener vivo al partido y, a partir
Ciertamente
de
misma
y su momento actual.
cuando
de
esa
la ausencia de otros
que pretende mantenerse entre el pasado del movimiento
Pero
la
con
CONO
que si había políticos honrados en este país por
fechas, y los había, desde luego no estaban en la filas
los partidarios de la restauración, ni en el primero ni en el
último de ellos, sino que se hallaban, con todas sus equivocaCiO nes
a cuestas, en las filas del movimiento obrero ya socialista
ya
anarquista8. Frente a una clase política e intelectual que
Hasta este juicio peca de injusto, pues indudablemente había figuras aisladas o agrupadas en movimientos de carácter reformista, como podrían ser los herederos más o menos directos del krausismo, de una honradez cristalina. Incluso los mismos 8
25
vivía ria
en un mundo fabricado en las nubes de su propia satisfacto vida, y cuyo derrumbe a tierra provocó su desengaño9, los
socialistas la
realidad para cambiarla y convertir el inundo en un lugar
justo. su
españoles tuvieron el mérito de intentar fijarse en
Precisamente, fijarse a la realidad fue, al mismo tiempo,
gran error.
No
juzgamos, por consiguiente,
formaron ria,
aquí
a los hombres que
parte de aquel intento de formación obrera revoluciona
sino que investigamos sus ideas y las consecuencias que
estas
tuvieron para el posterior desarrollo de los movimientos
socialistas. cono
Igualmente se podría advertir que la dificultad,
indicábamos más arriba, es aquí triple. Por un lado, los
escritos para
socialistas no son estudios teóricos escritos o pensados
el desarrollo de una filosofía o con algún interés intelec
tual,
salvo tal vez el Informe Vera. Por otro, los temas a tratar
son
generalmente muy reducidos y son estudiados más de acuerdo a
una
serie de consignas previamente admitidas que buscando en
ellos
nuevos descubrimientos. Por último, aunque no lo menos
importante,
está reconocido por todos
que indudablemente el
socialistas no dudaban en dar encendidos elogios a la honradez de Pi y Margall.
Creemos que no hay mejor retrato de ese tipo de intelec tuales bienintencionados y reformistas, herederos directos o indirectos de la jerga krausista, que hoy en día pretende ser glorificada, que la obra de Galdós El amigo Manso. Efectivamente, en ella se puede ver magistralmente representado ese mundo fantasioso en el cual se habitaba, producto de la propia grandeur de los arrebatos organicistas, hasta que el dolor les hizo hombres. 26
pensamiento que
socialista español no es en absoluto original, sino
procede de los socialistas franceses, especialmente, y de los
alemanes,
en bastante menor medida. Por ello, la dificultad ante
la pretensión de un estudio ideológico de estas mismas teorías no sólo
parece difícil, sino asimismo inútil. Lo que los socialistas
españoles para
dijeron o pensaron no parece de suficiente importancia
garantizar de eso mismo un estudio medianamente, y filosóf i
camente,
productivo.
LOS ESCRITOS SOCIALISTAS
Sin
embargo, consideramos
apreciaciones. objeción es
del todo
acertadas
estas
Evidentemente, y en lo que refiere a la primera
que habla de los escritos de los integrantes del PSOE,
cierto
que éstos
filosófica, escritos
no
no
parecen escritos
con una
finalidad
pero eso no les libra de la crítica filosófica. Los
muestran lo que despertaba el interés de los socialistas
españoles
e igualmente, por su ausencia, aquello que no les
interesaba
en su análisis. Asimismo, y sin caer en ciertas
exageraciones habidas en la historiografía del movimiento obrero, sobre
todo
‘°
en lo referente
al escrito de Jaime Vera’°, los
Hay que aceptar que existe, o sería más correcto decir que
existió, en la historiografía española un “mito Vera”. En él se le suele presentar como un autor conocedor profundo del marxismo y cuyo informe refleja, frente a la intransigencia y esquematismo de Iglesias, una hondura intelectual difícil de igualar: “La obra de Jaime Vera tiene, sin disputa, un nivel y un alcance muy superior a todo lo expuesto. Vera significa la aportación niarxianadirecta, la otra 27
escritos como
socialistas son, cuando menos, de tanta altura teórica
aquellos elaborados por las otras fuerzas sociales, tanto
vertiente de la aportación vulgarizadora, que llega a través de Mesa y los guesdistas.t’ TUÑON DE LARA, Manuel, Medio siglo de cultura española. Madrid, Tecnos, 1973, p. 88. Igualmente, Gómez Llorente compara su informe con, nada más y nada menos, El manifiesto comunista, en las páginas 91-93 de su libro Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921). Madrid, Editorial Cuadernos para el Diálogo—Edicusa, 1972.
Por último, y tal vez como fundador de este mito, aparece la figura de Morato, que en su libro sobre la historia del PSOE, al hablar del Informe dice: ticuando el Informe de este hombre bueno y sabio se haya publicado en todos los idiomas cultos, se verá que a este documento se le ha de colocar nada menos que al lado del Manifiesto Comunista y de El Capital. Es el único trabajo trascendental del Socialismo español en que no predominan las vagas generalidades internacionales y del que aparece desterrado el árido y nada flexibe guesdismo. “ MORATO, Juan José, El partido socialista obrero, p. 97. Madrid, Ed. Ayuso, 1976. Por cierto, en este mismo libro aparece un amplio resumen del texto de Vera en el cual, extrañamente, ni tan siquiera aparece una sóla vez la Ley Férrea de los Salarios, básica en todo el análisis efectuado por Vera del sistema capitalista. Sólo a partir del artículo de Jiménez Araya, « La introduc ción del marxismo en España: el informe a la Comisión de Reformas Sociales de Jaime Vera », Anales de Economía, n2 15, julio— septiembre 1972, las cosas parece que se situaron en las coordenadas correctas. 28
socialistas veces
europeas como del pensamiento burguéS’,
y muchas
de mayor valor intelectual. Ello no quita, lógicamente, que
la
ausencia de una formación mayor no haya limitado el esfuerzo
de
los socialistas, pero así y todo podemos hablar de textos que
cuando que
menos despiertaflTelinterés. Incluso comparándolos con lo
hoy en día se puede ver como artículos de opinión política o
social
o lo que se puede leer en los programas electorales de los
diferentes bastante
partidos o en sus manifiestos, mantienen una reflexión mayor.
Pero
la objeción aquí es válida en cuanto a la calidad
filosófica ha
pretendido
socialista que
de los textos. Por ello, la presente investigación no un
estudio
exhaustivo
de
toda
a
producción
comprendida entre los años de estudio, 1879—1891, sino
ha hecho una selección previa escogiendo aquellos escritos
que,
creemos, pueden resultar más interesantes para el análisis
que
pretendemos realizar. La selección ha sido realizada teniendo
en
cuenta la categoría teórica de los escritos y su importancia
en
la constitución del propio referente ideológico del partido
socialista.
La
“
lista de los textos analizados es la siguiente:
Como
tal
entenderemos
únicamente
el
pensamiento que
defendía al sistema capitalista, sin, por motivos xnetodológiCoS, introducirnos en mayores disquisiciones o juicios de valor. 29
1.— que
Ante la Comisión de Reformas Sociales12: consideramos
para su presencia en la Comisión de Reformas Sociales el
Partido
Socialista Obrero Español prepara concienzudamente sus
intervenciones presencia
y
tienen
éstas
la
virtud,
al
considerar
su
allí por ellos mismos como labor fundamentalmente de
propaganda,
de exponer con claridad los fundamentos básicos de su
programa
político. Incluso, los mismos socialistas no dudan en
calificar
lo allí expuesto como el referente para quien quiera
conocer
sus opiniones, al afirmar:
“Las Partido
doctrinas Socialista
extensión
contenidas Obrero,
en
el Programa
desarrolladas
con
del más
en la respuesta dada por éste al Cuestionario
de
la Comisión de Reformas Sociales”3
Si
bien esta referencia creemos que hace mención expresa al
Informe Vera, no por ello consideramos menos importante el resto de
las intervenciones de los socialistas por lo que trabajamos
sobre
todas ellas:
a) de
Se han escogido tanto los Informes orales de los miembros
la Asociación del Arte de Imprimir, considerando que es ésta
12
Todas estas intervenciones e informes aparecen recogidos,
y de ahí han sido sacados, en Reformas Sociales. Información oral y escrita publicada de 1889 a 1893. 5 vols. Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1985. Los informes orales aparecen en el primer volumen mientras que los escritos en el segundo.
‘
pág.
Bases 342.
a que debe ajustarse la redacción de ElSocialista, 30
una
plataforma de destacados socialistas de la época, como los
propiamente presentados por los socialistas como integrantes del Partido. los
Se presta especial atención, por creer que se trata de
más importantes, a los discursos de García Quejido y de Pablo
Iglesias.
A
continuación
intervenciones números
exponemos la reseña de
orales
analizadas
en
los discursos
la presente
tesis.
e
Los
entre paréntesis corresponde a las páginas en que están
registradas:
1)
García Quejido: sesiones del 26—X—l884 y del 25—1—1885.
(Pp.
23—29 y 253—260).
2)
Emilio Cortés: sesión del 26—X—1884. (Pp. 29—31).
3)
Francisco Alarcón:sesión del 26—X-1884. (Pp. 31—36).
4)
Matías Gómez: sesiones del 26—X—1884 y del 25—1—1885.
(Pp.
36—48 y 260—267).
5)
José Sedano: sesión del 2—XI—1884. (Pp.49—54)
6)
Hipólito Pauly: sesión del 2—XI—l884. (Pp. 54—58)
7)
Juan Gómez: sesión del 2-XI—1884. (Pp. 58—68)
8)
Nafarrate: sesión del 7—XII—1884. (Pp. 69—78).
9)
Diego Abascal: sesión del 7—XII—l884. (Pp. 78—84).
10)
Juan Serna: sesión del 6—1—1885. (Pp. 159—164).
11)
Perezagua: sesión del 6—1—1885. (Pp. 178—185).
12)
Pablo Iglesias: sesión del 11—1—1885. (Pp. 199—217).
31
b)
Igualmente, se trabajará
enviados Obrero por
sobre los textos escritos’4
a la Comisión tanto por el propio Partido Socialista
Español, escrito por Jaime Vera, como el informe escrito
Pablo Iglesias en nombre de
la Asociación
del Arte
de
Imprimir’5.
2.—
Los artículos publicados por Pablo Iglesias bajo el
epígrafe
de El programa socialista. Comentarios.’6. Si bien es
‘
Los informes escritos, transcritos en el Volumen II, son:
1) Informe de la Asociación del Arte de Imprimir. Pp. 459-480. (fechado el 6 de marzo de 1884). Está escrito por Pablo Iglesias. 2) El Partido socialista obrero ante la Comisión de informe sobre el estado y necesidades de la clase trabajadora y las relaciones entre el capital y el trabajo. Es el llamado Informe Vera. Aparece en un apéndice del volumen II porque la Comisión, no se sabe bien por qué, no lo incluyó en la publicación original.
Sabemos su origen, aunque, como es habitual, aparece sin nombre, porque a él se refiere García Morato: ‘
su
tiLa Asociación General del Arte de Imprimir acudió con un Informe escrito que Iglesias redactó en la Cárcel Modelo, donde extinguía condena por la huelga del 82. Nos es grato hacer constar que , para nuestro gusto, es éste el mejor trabajo salido de la pluma del que ya era hombre preeminente del Partido Socialista” Morato, Juan José, El Partido Socialista Obrero, pág. 101. Madrid, Editorial Ayuso, 1976.
16
Fueron publicados por primera en el periódico El Socialis
ta, entre el 12 de marzo y el 30 de abril de 1886. Nosotros los recogemos de MORAL SANDOVAL, Enrique, Pablo Iglesias. Escritos y Discursos. Antología Crítica. Santiago de Compostela, Ediciones Sálvora, 1984. 32
conocido
por todos que dichos artículos son herederos directos de
escritos
de Guesde’7, ello no les resta ninguna importancia pues
esas
doctrinas desgranadas en los diferentes artículos de la
serie,
ocho en total, van a ser parte del ideario socialista
originario las
del partido y por lo tanto, por su aceptación plena,
podemos
catalogar como
teorías
íntegramente socialistas
españolas.
3.—
Los Programas y manifiestos elaborados por el Partido
Socialista Obrero Español desde su fundación, el programa fechado el
20 de
julio de 1879, hasta el elaborado para el Primer
Congreso
de
Estatutos
de la UGT’8.
17
historia
Barcelona,
Incluso
así
en
agosto
de
1888,
incluyendo
lo señala el mismo Morato al contar
los
la
del partido:
“De tal modo el Partido Socialista español es como una prolongación del guesdismo -y hablamos ahora de esto porque en los días a que nos referimos ya leían en España los organizadores del Partido L’Egalité más folletos de los hombres citados-, que al publicarse El Socialista la Redacción escribe una serie de artículos —fueron obra de Iglesias y hoy están publicados en folleto—, razonando el programa del partido, y estos artículos no son sino una especie de paráfrasis del libro de Guesde titulado Le progamme du Parti Ouvrier.” MORATO,
Juan José, Ídem, p. 78.
Todos ellos han sido tomados del libro: CASTILLO, Santiago, Historia del socialismo español (1870—1909). vol. 1, Barcelona, Conjunto Editorial SA, 1989. Las páginas son de la 319 a la 357. 18
33
En
esta selección se incluye el fljfieStO—PrOgrama
Partido unión no
Democrático Socialista Obrero Español, 1881, antes de su
con el mismo PSOE, un año después, si bien a nivel de citas
aparece por considerar que sus ideas, o la gran mayoría de
ellas,
no se ajustan exactamente al ideario característico del
partido aquí
socialista de Pablo Iglesias. Igualmente, se incluyen
las llamadas Bases a que debe ajustarse la redacción de j
Socialista, y
del
de 1886, por considerarlas como un documento teórico,
fundamental, del partido obrero.
Los
Programa
-
por de
manifiestos y programas son:
del Partido Socialista Obrero Español. Aprobado
el Grupo Socialista Madrileño en la reunión del 20 de julio 1879. aflifiesto-PrOgrama
-
Aprobado octubre
por el Grupo Socialista Madrileño en la reunión del 5 de de 1879.
Manifiesto-Programa
-
Obrero
del Partido Socialista Obrero Español.
del partido Democrático Socialista
Español. Propuesto por el Grupo Socialista de Barcelona en
1881. -
Programa
Elaborado
conjuntamente
socialistas —
Bases
Aprobadas
del Partido Democrático Socialista Español. 1882. por
representantes
de
los
grupos
de Madrid y Barcelona. a que debe ajustarse la redacción de ElSocialista.
en la reunión de “accionistas” del 27 de enero de 1886.
34
Manifiesto
—
de los delegados
del Primer Congreso del
Partido Socialista Obrero Español. Aprobado en el primer Congreso del
PSOE, en Barcelona en agosto de 1888. Estatutos
-
Aprobados
de la Unión General de Trabajadores de España.
en el Congreso fundacional de Barcelona, en agosto de
1888.
4.-
La introducción realizada por José Mesa a su propia
traducción Dicha y
de 1891 de la obra de Marx Miseria de la Filosofja’9.
introducción, titulada Apuntes sobre las teorías, carácter
obras de Carlos Marx, resulta de gran interés por tratarse del
estudio
monográfico más importante que
persona
y la obra de Marx en el periodo original del partido
socialista
Por escritos encuentra
se
realiza sobre
la
español.
supuesto, la selección de todos
estos artículos y
podría ser cuestionada, pero creemos que en ellos se lo teóricamente fundamental de la primera etapa del
partido
socialista. Además, ellos mismos son vistos por los
propios
integrantes del partido como los textos básicos donde
están
contenidas las teorías que se trata de defender y los
análisis
más acertados del capitalismo.
Miseria de la filosofía, Madrid, Gráfica Socialista, 1928. La primera edición se publicó en 1891, y se anuncia en el periódico El Socialista el 4 de diciembre de 1891. La introduc ción aparece fechada el 14 de mayo de ese mismo año 91, y va de la página VII a la XLII. 35
TEMAS
Y
Como
ya hemos dicho, los textos socialistas20 no delatan de
CONSIGNAS
ningún
modo una profundidad filosófica de tratamiento de los
temas.
Generalmente, y estos textos aunque seleccionados por su
interés se una
tampoco son una excepción, son escritos donde los temas
limitan a ser tratados de forma general, reduciéndose a dar serie más o menos amplias de diagnósticos sobre la sociedad
capitalista.
Además,
afirmaciones
no demasiado
dichas lo
estas
recetas
aparecen
desarrolladas,
enfundadas
en
sino exclusivamente
y admitidas sin crítica por los autores. Es por eso, por
que muchas veces resulta más interesante para el estudio
investigar
no tanto lo que se dice sobre la cuestión como qué
consecuencias defiende
plantea aquello que se dice. Es decir: por qué se
lo que se defiende y qué consecuencias se sacan de dicho
discurso.
De que de
esta manera, y esa es una de las dificultades de la Tesis
presentamos, las citas no pueden ser sacadas para la defensa una teoría que las esté explicando, pues ellas mismas, en
realidad, no
no suelen tener un contenido muy alto de información si
es relacionándolas con el resto del discurso. Además, y por
eso
hacíamos tanto hincapié más arriba de la presente introduc
ción,
muchas veces lo más interesante de los propios textos no es
aquello
20
que están diciendo de forma explícita, sino aquello que
Desde ahora, y salvo especificación en sentido contrario,
cuando nos refiramos a textos socialistas estaremos hablando de los más arriba indicados. 36
implícitamente que
están asumiendo como ya conocido, aquello de lo
no se habla o aquellas consecuencias que, en un análisis
donde
se considere
la coherencia
como
primordial, se deben
asumir.
En
numerosas ocasiones, pues, las citas que pongamos de
referencia y
no parecerán apoyar directamente aquello que decimos
el subrayado por parte del investigador de las mismas será una
opción
obligada para resaltar aquel elemento que haya hecho
necesaria
esa presencia. Pero esto tiene que ser así porque en
definitiva, dentro una su
como norma general, no se habla de una idea aislada
de un marco determinado, susceptible de ser señalada en
cita, sino de un espíritu que recorre todo el texto tanto en presencia material como en su forma implícita.
Estamos
convencidos de que en realidad esto ocurre en toda
investigación propias
miento
frases que resumen su pensamiento después de un razona o las ideas dadas hasta ese preciso momento. Igualmente,
los textos filosóficos los pasos intermedios aparecen, o al
menos
deben aparecer, de forma explícita, existe un orden en el
desarrollo
Sin y
en un texto característicamente filosófico el
se suele esmerar en poner en claro sus ideas y suele
colocar
en
se agrava debido a las
características del discurso que estamos analizando.
Efectivamente, autor
filosófica, pero aquí
de las ideas, y son la base del juicio del lector.
embargo, en este tipo de textos de contenido político,
no lo olvidemos centrados, éstos en concreto, en la propaganda 37
a
sectores de la población que generalmente carecían de criterios
culturales de que
elevados, lo que interesa sobre todo es dar una serie
ideas muy claras y esquemáticas, que buscan más la adhesión el desarrollo de un pensamiento. Es por ello por lo que los
elementos
intermedios de razonamiento de esas mismas conclusiones
desaparecen,
con lo cual se dificulta sobremanera la tarea del
investigador
a la hora de seleccionar citas que digan exactamente
de
lo que se habla en esos razonamientos intermedios e igualmente
surge lo
la necesidad de plantearse no sólo lo dicho, sino también
no dicho.
SOCIALISMO
Y SOCIALISMO EUROPEO
Hemos o
dejado como última cuestión el tema de la originalidad
no del pensamiento socialista español y su relación con el
resto
de los socialismos europeos. Parece evidente, y así lo
reconocen
todos
fundamentalmente, francés,
unido
derivación
del
pensamiento
socialista
Mesa
conoció en París
—
y
bien pronto estuvo
a él por amistad fraterna- a Julio Guesde, que,
pretenderlo ni sospecharlo, habría de influir como
nadie
en el criterio y hasta en la organización y la
conducta le
una
especialmente el de Guesde.
“
sin
los estudios, que el socialismo español es,
del Partido Socialista español, trasmitiéndo
su carácter rígido y dogmático.
38
Guesde,
Deville y Lafargue son leídos aquí en
francés
y luego traducidos. Aquí se lee L’Egalité, de
Guesde,
en que trabajan sus otros dos compañeros, y
luego
Le Socialiste, y tan grande es el influjo de esta
noble
pléyade de socialistas franceses que cuando en
España
va a publicarse un periódico se escoge por
título
El Socialista precisamente, y hasta se busca en
las
fundiciones tipográficas titulares iguales a los
del
homónimo de París. Para los socialistas españoles
la
ortodoxia está en el partido dirigido por Guesde y
Lafargue
Por del
y en la democracia socialista alemana.”21
ello, y siendo consecuentes, parecería que un estudio
socialismo español debería derivar necesariamente en el
estudio
del pensamiento de Guesde y del
Francés
o, al menos, darle una prioridad a ese mismo estudio
dentro este es
Partido Socialista
de la investigación a realizar. Sin embargo, creemos que
método no sería del todo correcto. En primer lugar, si bien cierto que el esquema que siguen los socialistas españoles
tiene
una enorme influencia del guesdisinO,también lo es que, al
menos
en la misma medida, guarda relación con las ideas desarro
lladas
por la Primera Internacional en España.
“Los
socialistas afrontarán sus primeros años de
actuación
desde la interpretación traducida de las
teorías
21
socialistas francesas —guesdismo— y desde las
MORATO, Juan José, ibidem. 39
propias
reminiscencias que en su pensamiento ha ido
forjando la
su trayectoria propia anterior, sobre todo en
AlT. Influencias ideológicas que, en su conjunto,
les
llevarán a una peculiar visión del sindicalismo,
del
estado,
dicotómica la
etc, que
desemboca
en
una
percepción
de la sociedad -burguesía-proletariado
creencia en la inminencia de la revolución.”
Pero
y
22
eso no es todo. Admitamos, puesto que hay que hay que
hacerlo,
que la influencia del pensamiento socialista francés es
trascendental habría
-
dentro del partido socialista español.
Lo que
que explicar ahora es por qué los socialistas españoles
admitieron
los esquemas guesdistas, frente a otras ideas también
accesibles
para ellos, como podría ser Proudhon, por ejemplo, y
qué de
conclusiones sacaron de ellas. No se trata pues de eliminar un plumazo el pensamiento originario sino ver qué causa hizo
que te
la aceptación de Guesde no sólo fuera realizada exclusivamen por un problema de desconocimiento de Marx, sino que también
fuera dad,
un asunto que se impusiera ideológicamente por la facili no en sentido peyorativo, sino entendiéndolo como sencillez
explicatoria
de la teoría, con que esta teoría explicaba el
capitalismo.
No admitimos como válida, pues, que la aceptación
del
guesdisnio venga dada primordialmente por ser una teoría
simplista objeto,
22
y carente de profundidad conceptual en su análisis del
sino que mantenemos la opinión de que será su esquematis— Santiago Castillo, «Organización
y acción política del
PSOE hasta 1900» en El socialismo en España. Madrid, Pablo Iglesias, 1986, pp. 14—15. 40
mo
de tintes positivistas el que la haga favorita del socialismo
español.
Aunque la
presente
admitido por
lo analizaremos con mayor profundidad a lo largo de investigac±ón, consideramos que el guesdisino es
por los socialistas españoles, y llegan a hacerlo suyo,
las siguientes causas23.
1.clara
Resulta ser, como ya hemos señalado, la explicación más
del capitalismo, en cuanto a que la sencillez de sus
elementos
permite,
sistema.
Además,
fundamentalmente injusticia clase en
sin
embargo,
una
explicación
como
veremos,
dicha
global del
explicación
se
basa
en el problema del salario, lo que sitúa la
del capitalismo en unos términos tangibles para la
obrera, la escasez de la paga, con lo cual está de acuerdo,
esta forma de ser tangible de los hechos, con el espíritu
positivo-científico
23
Todas
estudiadas
24
de la época24.
estas causas aquí señaladas serán ampliamente
en la presente Investigación.
Sobre ese espíritu de la época, dice bien Diego Nuñez:
tMás que de influencias concretas, mejor sería hablar de un difuso clima de tipo cientista, que afectaba, a modo de supuesto compartido, a casi todos los pensadores coetáneos.”
en
NUÑEZ RUIZ, Diego, Antología de textos sobre “El darwiniSlflO España”, Introducción, pág. 54. Madrid, Castalia, 1977.
41
2.—
Además,
investigación, los
también
analizaremos
en
la
presente
el discurso clasista de Guesde permitía situar a
protagonistas principales de la acción del capitalismo en un
esquema y
como
denotativo, es decir: podían ser señalados concretamente
de manera socialmente existente, muy acorde con ese mismo
espíritu
positivista.
3.-
Dentro
de
este
esquema
clasista
se
hace
especial
hincapié
en la importancia de la organización obrera, de un
partido
político de clase que rija la preparación de todo el
proletariado ta.
Así, obreros que se han curtido en las luchas contra la
patronal la
para el momento decisivo de la revolución socialis
desde organizaciones militantes, siendo la fundamental
Asociación del Arte de Imprimir de dónde salen la mayoría de
los
dirigentes socialistas, ven en esta idea un punto básico de
aceptación.
4.propio
Por último, permite mantener la esperanza en que el
desarrollo del capitalismo, basándose en la anarquía de la
producción elementos ción
y un esquema fatalista de la historia, no exento de darwinistas, conducirá fatalmente a su propia destruc
y a la llegada del socialismo.
De ciega, todos
este modo, la aceptación del guesdismo no es una actitud sino la consecuencia lógica frente a una teoría que cubre las expectativas del movimiento obrero y, lo cual también
es
de importancia capital, del espíritu positivo que caracteriza
la
época. Se trata, dentro del socialismo no solamente de España 42
sino
también del resto del continente europeo, de juntar el
positivismo, social,
él el darwinismo
reconvertido en teoría
con las ideas revolucionarias. Ya no se pretende desde el
movimiento sino
y con
obrero una mera crítica moralizante del capitalismo,
una
interpretación
científica tanto
de
él como
de
la
revolución.
EL
ESPÍRITU POSITIVO25
“Tampoco y
marxismo, es unfenómeno
particular de España, sino
algo
que ocurre, aproximadamente a igual escala, en
todos
los países vecinos. Es más, pienso que la recep
ción
de Marx en España tiene como uno de sus ingredien
tes
o como una de sus mediaciones el marco positivista
en sólo que
el que se recibe. En otras palabras, no se trata de que Marx sea positivizado en España, sino de viene positivizado de fuera.”26
Cuando sus
este hecho, la simbiosis de positivismo
se comienza a investigar el socialismo español en
orígenes, uno debe ser consciente de que está, igualmente,
Todo este tema será tratado con mayor profundidad en el epílogo de la Investigación al presentar las conclusiones sobre el estudio realizado. 26
Pedro Ribas, «El
carácter de la recepción del marxismo
por el socialismo español hasta 1918», en El socialismo en España. Madrid, Pablo Iglesias, 1986, pág. 38. 43
investigando de
los partidos socialdemócratas europeos. Efectivamente, los
elementos español que
con él, lo quiera o no, a toda la teoría fundadora
ideológicos que
definen
al
movimiento
socialista
son muy semejantes, por no decir idénticos, a aquellos
defienden los partidos socialistas del resto del continente
dentro
del marco inmediatamente anterior y coetáneo de la Segunda
Internacional.
Así Eusebio
define las características del socialismo de la época Fernández:
“Cuá1es marxista
1.
son las características del socialismo
de la Segunda Internacional?
Ideología cientificista, influencia de modelos
positivistas científico,
y darwinistas, concepto de socialismo y
la
idea de
socialismo
como
ciencia
social. (...)
2. DeterminiSmo histórico, mecanicismo, fatalismo, economiciSmO. (...)
3. marxista,
Olvido total del papel que, según la teoría corresponde a la dialéctica. (...)
4.
27
socialismo
Socialismo evolucionista.tt27
FERNÁNDEZ,
Eusebio,
Marxismo
y
Positivismo
en
el
español. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 44
Efectivamente, todas estas características están igualmente, como
veremos en esta investigación, presentes en el socialismo
español.
La historia del pensamiento socialista, en torno
“
al
Partido Socialista Obrero Español y durante el
último
cuarto del siglo XIX y primeros del siglo XX,
puede
resumirse en tres características principales:
conocimiento
exiguo, parcial y minoritario de la obra
de Marx y Engels; preponderante influencia del guesdis mo
(aunque no deben ser olvidadas otras influencias:
socialdeinocracia alemana, socialismo italiano, Jaurés, etc.);
e ideología cientificista. A estos tres rasgos
podemos
añadir los de una concepción evolucionista y
determinista socialismo cos,
casi
historia
(inevitabilidad
del
y el olvido total del análisis dialéctico
que debemos, indudablemente, relacionar con la inexistente influencia de filosofía hegeliana en
nuestro
Que
la
por evolución natural de los hechos históri
etc.)
(dato
de
país).”
28
estas características resulten por influencia del modelo
francés
o que sean conclusiones propias de los españoles, no
creemos
que resulte importante para nuestra pretensión final:
1981,
28
pp. 29—35.
tdem, pp. 104—105. 45
observar primera
si existe o no una coherencia entre dicha realidad y aquello que ha llegado a ser.
Pero tas
es que además, la aceptación por parte de los socialis
españoles del Positivismo y del DarwinismO “Social”2° es
perfectamente objetivos. que
Por ello, uno de los puntos claves de la investigación
aquí presentamos es buscar esa relación y huir de situar
todas un
consecuente tanto con sus análisis como con sus
la teorías positivistas y darwinistas españolas dentro de
esquema que las explica por la ignorancia de los escritos y
las
ideas de Marx.
Y como
es que generalmente, la obra de los socialistas es vista
un modelo al cual le faltaría el conocimiento de la obra de
Marx,
y
explicados
los análisis
políticos
y sociales
de aquellos
son
de acuerdo a esa ignorancia. Sin embargo, esta teoría
de
explicación falla al no ser capaz ella misma de explicar cómo
es
posible que una teoría que se construye desde la ignorancia y
cuya
causa, y ese es el quid de la cuestión, es esa misma
ignorancia
pueda ser, a su vez, tan consistente. No se duda,
evidentemente, Marx
de que existiera la ignorancia de los escritos de
y sobre sus mismas ideas, sino de lo que se duda es de que
fuera
esa la causa de que la teoría socialista fuera así y no de
Con este término no nos queremos referir, evidentemente, a la teoría sociológica entendida como tal, sino a la interpreta ción generalizada de los hechos sociales en claves evolutivas, de selección natural y de adaptación al medio. 29
46
otra
manera. Y de hecho, creemos que incluso el conocimiento más
profundo
de la obra de Marx no hubiera cambiado un ápice las
conclusiones parte, de
positivismo y darwinismo, no hubieran asumido las teorías
Marx
sino que
ocurrió. aquí
las hubieran
adaptado, como de hecho
así
Como muestra del error de esta teoría explicatoria que
no mantenemos, se verifica que la socialdeinocraciaalemana,
tenida
por
maestra, su
teóricas, pues el esquema interpretativo del que se
todos
los movimientos
socialistas como
la gran
sí conocía las obras de-Marx y sus ideas y, no obstante,
pensamiento en nada o casi nada se diferencia del pensamiento
defendido
por el propio PSOE.
Así, creemos
la cita más arriba indicada de Eusebio Fernández, que yerra al considerar que la ausencia de dialéctica en
el
pensamiento socialista español es debida al escaso influjo de
la
filosofía hegeliana, pues de hecho ningún socialismo, en
cuanto
partido organizado, al menos, como él mismo así reconoce,
tiene
un pensamiento construido sobre un modelo dialéctico. La
dialéctica remos
no es empleada por motivos ideológicos, como analiza
especialmente en nuestro epílogo, y no sólo por causá de
desconocimiento. una
teoría compatible con el positivismo, o que ella misma sea
positivismo, no
Lo que los socialistas de toda Europa desean es
y que, al igual que las ciencias físicas, sea capaz
sólo de describir, sino también de predecir acontecimientos30.
°
De
hecho, este sentimiento es tan poderoso que el mismo
Engels buscará en sus famosas leyes de la dialéctica una suerte de explicación física que dé sentido a todo lo real dando pie posteriormente al Materialismo Dialéctico que tanto gustará a la escolástica soviética. 47
Por
ello, buscan situar al objeto de estudio, en este caso el
Capitalismo, físico
se tratara para que su comportamiento quede regido, en la
predicción, estipulada
En A
dentro de esa descripción como si de un objeto
por la necesidad, fácilmente transformable una vez teóricamente -en fatalidad revolucionaria.
esta fatalidad es donde hará falta el darwinismo social.
pesar de que esta teoría era muy difícil de transformar en algo
asimilable
por parte del pensamiento socialista31, los partidos
31
“Conviene poner en claro los equívocos sobre los que el darwinismo social descansa. Se trata fundamen talmente de dos: una falacia ontológica y una impostura ideológica. En primer lugar, estamos ante un patente fraude metafísico de tipo reduccionista que asimila el desarrollo humano al natural. Tras esta primera y sustancial simplificación, ya no habrá dificultad para poner en marcha la consiguiente extrapolación nietodoló— gica extendiendo indebidamente las leyes naturales al campo humano—histórico. El resultado final de todo este montaje sociológico será convertir a la biología en el aval científico de la ideología social dominante. (...)
Se parte en definitiva de una ideología social para buscar ideológicamente su confirmación científica. es, pues, la ideología la que se proyecta afanosamente sobre la teoría científica, en solicitud de buenos agarraderos gnoseológicos (...) Se va de la economía política a lo natural para retornar de nuevo al sancionamiento de ese orden económico inicial. En este aspecto conviene constatar que la denuncia más nítida y decidida de esta trampa ontológica e ideológica que encierra el darwinismo social procederá en la época del pensamiento marxista.” NUÑEZ
RUIZ, Diego, Édem, Introducción, p. 48-49. 48
socialistas las
se empeñan en utilizarla, en aras de ese aprecio por
ciencias positivas, en favor propio. Efectivamente, para ello
no
dudarán en retocar, al igual que harán los ideólogos de la
burguesía,
ciertos aspectos de la teoría darwiniSta. Si para la
burguesía cia
lo importante de esta inisiua teoría será la superviven
del más apto dentro de la lucha que los individuos que
componen la
la especie mantienen para sobrevivir, y que derivará en
existencia de clases sociales y la pertenencia a una de ellas,
para
los socialistas lo más importante es la continua transforma
ción
que a través del tiempo garantiza la teoría: el capitalismo
no
es eterno. Así, la razón, es decir: el movimiento natural
asegurado sistema
por el evolucionismo, garantizará el derrumbe del
vigente y su sustitución por otro acorde con los nuevos
tiempos.
De
esta
manera,
diferenciadores, legitimador utilizan
la
de
elementos
resultará que tanto la burguesía con un discurso
exactamente los mismos modelos de pensamiento sólo por leves matices. Va a ser ésta una de las causas
que el socialismo, a pesar de su discurso explícito encendida
mente
revolucionario, mantenga en el fondo una estructura de
pensamiento
que con
suma facilidad vaya
posiciones
reformistas. Por un
resultarán
centradas en
sistema salarios; mo,
ausencia real
como los socialistas con un discurso revolucionario
diferenciados de
y ante
de
producción,
desplazándose hacia
lado, por sus peticiones que
aspectos meramente especialmente
la
coyunturales
ley
férrea de
del los
por otro, por su explicación y análisis del capitalis
marcado primordialmente en el sueldo, el antagonismo de 49
clases
y en la anarquía de la producción, hechos superados con el
desarrollo mercado, siglo
del
capitalismo
decimonónico
al
capitalismo
de
el estado del bienestar, durante la segunda mitad del
veinte.
MARX
Por
eso mismo resulta de gran interés la comparación del
modelo
socialista
con
el
pensamiento
de
Marx.
Pero
dicha
comparación
no se debe basar en la idea de ver qué le falta al
socialismo
para
enfrentar estudian mación la
como
el
pensamiento
de
Marx,
sino
en
dos modelos de pensamiento con el objeto que ambos y con la pretensión que ambos manifiestan: la transfor
radical del sistema productivo capitalista como medio para
liberación de la humanidad.
Además, herederos al
ser
los mismos socialistas se declaran
a sí mismos
del pensamiento de Marx, con lo que, en cierta medida
menos, parecen estar pidiendo que se realice dicha compara
ción. ella
E incluso, y resulta lo más interesante de la misma, en podremos intentar ver como ambos modelos de pensamiento son
incompatibles entre sí y van creando unas diferencias específicas que
delimitarán sus posteriores derivaciones32.
32
Se establecería aquí el problema sobre de dónde surge el
pensamiento comunista, el leninismo: si de la tradición marxista o de la socialdemocracia. Como no es éste objeto de ésta tesis, no podemos entrar en dicha cuestión, pero sí que queremos resaltar que es un problema muy interesante. 50
Así
pues, cuando aquí se haga referencia a Marx no debe ser
entendido
esto como que se critica a los socialistas españoles
por
no ser ortodoxos, crítica que resulta siempre ridícula, sino
que
lo que se plantea es que por la propia constitución de sus
orígenes
el
socialismo
socialdemocracia, quiere en
español,
y
siempre con
él
toda
la
estaba abocado a resultar reformista. Esto no
decir, por supuesto, que fuera en términos fatales, sino
concepto de coherencia.
EL ESTUDIO DE LA TOTALIDAD
Pero Ésta
dificultad
es la imposibilidad
propio se
una nueva
se
de tratar
presenta
en la
Investigación.
el tema
intentando
parcelar
el
objeto de estudio. Es decir: aunque nuestra investigación
presente dividida en partes y éstas a su vez en subpartes es
este
sólo un recurso, en cierta medida tramposo, por la imposibi—
lidad,
indudablemente debida a la poca habilidad del autor, de
presentarla presente
como un todo. Ciertamente, el objeto de estudio de la
tesis
capitalismo, incorrecto,
-
que
sino debe
no es sólo el análisis socialista del
que, ser
para
juzgar si
también ese mismo
éste
es
correcto
objeto al cual
o
los
socialistas pretendían analizar: el capitalismo— es una totalidad y
como tal debe ser estudiado.
Esta
es la causa de que muchas veces
la lectura haga
referencias
a partes ya analizadas con anterioridad, cite partes
posteriores
que completan esas mismas conclusiones o tenga que 51
adelantar estudio se
ideas aún no estudiadas.
Los métodos clásicos
de
no son válidos en este tema: toda división rígida, que no
correspondiera con motivos inetodológicos sino que hiciera
relación
a propiedades reales del mismo objeto, no haría sino
potenciar
la misma falsedad de éste. La investigación es así, en
múltiples
ocasiones,
un
ejercicio
recordatorio.
Si
lo
que
buscamos
es la coherencia de un pensamiento en el cual se puedan
imbricar
todas y cada una de sus partes, nuestra propia exposi
ción
de ese mismo pensamiento no puede dejar de mostrar esa
relación
Y
entre dichas partes.
eso también tiene que ver a nivel de citas. El lector se
extrañará, apartados
distintos, pero debe tener en cuenta que la relación
establecida posible
tal vez, de ver que una misma cita es empleada en dos
entre los elementos de la ideología del PSOE hace
dicha relación.
52
PRIMERAPARTE
SALARIOYCAPITALISMO
“Considerando justicia clase
que la necesidad, la razón y la
exigen que el antagonismo entre una y otra
desaparezca, reformando o destruyendo un estado
social
que tiene sumidos en la miseria
a los que
emplean toda su vida en producir la riqueza que poseen los
que en muy poco, o en nada,
sociedad.”
El
a sí mismo como revolucionario frente al orden consti—
por la burguesía. Enfrentado al sistema social vigente, el
Capitalismo pretenden
análisis, ción.
una
teoría
al propio sistema
explicatoria
y buscando,
del
mismo,
a través de
este
las posibilidades reales, y necesarias, de su supera
Por ello, una parte importante de toda la teoría elaborada
los socialistas españoles, y con ellos por los demás partidos
obreros de
como sistema de producción, los socialistas españoles desarrollar
analizando
por
1
Partido Socialista Obrero Español es un partido que se
presenta túido
son útiles a la
socialistas de Europa, será la dedicada a la explicación
qué sea eso del capitalismo y cuales son sus características
fundamentales.
Programa julio
del Partido Socialista Obrero Español. 20 de
de 1879. Pág. 319. 55
En
esta explicación vamos a poder encontrar dos frentes de
actuación. dinámica
Por un lado, atenderemos a la explicación de la propia del sistema capitalista según el análisis socialista;
por
otro, y buscando ser coherentes con el primero, examinaremos
por
qué motivo los socialistas calificarán al sistema capitalista
de
injusto.
Así, ver de
analizaremos la visión socialista del Capitalismo para
qué significado preciso tiene que este sistema vaya en contra la propia Razón y, por ello, nos veremos obligados a analizar
toda propio
la idea de salario que gira en torno, definiéndole, al sistema.
56
UNO:
CAPITALISMO Y TRABAJO
Lo
primero que observamos en el estudio general del propio
capitalismo burguesa
como sistema productivo característico de la época
es el hecho de que aparezca siempre como una relación
individualizada, proletarios
reducida, entre dos sectores de la producción,
y capitalistas, dentro del modo de producción vigen
te.
ttCada proletario es expropiado diariamente de una parte
del producto de su trabajo por el capitalista. La
propiedad del producto es exclusivamente del
poseedor
de los medios de producción, del capitalista.
(...)
El
obrero pierde toda parte de propiedad en el producto
del
trabajo, recibiendo en cambio el salario que se
reputa
2
el valor de su trabajo.”
2
Jaime Vera, pág. VI y VII.
A lo largo del presente capítulo nos fijaremos sobre todo en el análisis del Informe Vera presentado a la Comisión por ser el lugar donde más se detalla el análisis del sistema capitalista. Para ver un excelente análisis de dicho informe y su relación o no con el análisis original de Marx del Capitalismo ver la introducción de Jiménez Araya en Notas a una edición crítica del Informe de Jaime Vera , en Elorza, Antonio e Iglesias, M Carmen, Burgueses y proletarios. Clase obrera y reforma social en la Restauración , pp. 45— 71. Barcelona, Laja, 1973. 59
Ya
sea en la relación estrictamente individual entre un
empresario, comercial efectúa
o burgués, y un obrero; ya sea en la transacción de compra—venta de trabajo que como generalidad se
entre la clase burguesa, dueña de los medios de produc
ción,
y la clase proletaria, que sin poseer ningún otro bien para
vivir
debe vender su fuerza de trabajo, el Capitalismo es una
realidad algo
que aparece siempre dentro de la esfera del trabajo como
particular
individuos,
e
individualizado:
un
negocio
personal
o conformaciones de clase, concretos.
“Este es el negocio del capitalista; perfectamente conforme fuerza
con las leyes generales del cambio, compra la de trabajo en su valor, en lo que cuesta su
producción consumir, ha
(sustento del obrero, salario); pero al al emplear el capitalista esta mercancía que
comprado, y cuyo uso le pertenece, no sólo encuentra
reproducido
el valor de ella, sino que recoge más valor
(plusvalía).
La por
suma de estos valores gratuitamente obtenidos
el capitalista constituye el capital, que puede
definirse,
por tanto: trabajo no pagado.”
Ibídem.
60
de
De
esta forma, se destaca como especialmente importante la
relación
que
comprador
de la fuerza de trabajo, encarnado socialmente por la
burguesía, bajo,
establece
en
términos
laborales
entre
el
y aquel que la vende a un precio necesariamente muy
para
producir
representado no
se
plusvalía,
el
beneficio
capitalista,
por el proletariado industrial. Pero esta relación
se va a presentar tanto como una abstracción mental que la
determine
a ella misma como la consecuencia del capitalismo, es
decir:
no será tomada como algo más que los meros casos indivi
duales
que la forman, sino como la base individual, a saber: ella
será
la causa del propio sistema capitalista al cual se debe.
Así,
el estudio del sistema capitalista se centrará sobre todo en
la
compra-venta de trabajo como, en su generalización, la causa
de
su existencia, pero nunca situando a esta misma compra—venta
concreta encima
Lo
como consecuencia de algo ajeno y que se sitúe por
de la mera acción individual.
que importa aquí, pues, es esa pluralidad de casos de
compra—venta empresario
de trabajo donde uno o más obreros trabajan para un
y que acabará dando la razón al planteamiento inicial
en
cuanto a ser eso en definitiva el sistema capitalista tanto en
su
origen como en su fin. Así, la generalización de los casos de
compra—venta la
dan sentido a la afirmación de que es ésa y no otra
esencia misma
aritmética produce
del capitalismo, es
decir: la acumulación
de una explotación tras otra al proletariado que
beneficio económico para la burguesía.
61
Pero
debe quedar claro que dicha esencia se prescribe como
un
a posteriori. No se trata de que el capitalismo como estructu
ra
social previa se realice a través de la compra—venta, sino que
a
través de la compra—venta se realiza el capitalismo, pero sin
viceversa.
Y esto, viene a significar que es éste, el sistema
productivo, del de y
la consecuencia material de aquélla, la compra—venta
trabajo: el capitalismo viene determinado por la compra—venta trabajo entre la burguesía y el proletariado y él mismo es eso
únicamente eso.
Para cuanto intento
Marx, sin embargo, el Capitalismo es una totalidad, en
a que su contradicción nace de sí frente a su condición de de dominación, real y efectivo, de todos los órdenes de
la
vida humana, o, más exactamente, una pretensión de totalidad
y,
si se quiere y siendo también exactos, de totalitarismo. Es
decir,
se observa en Marx ya una visión muy alejada de lo que
podríamos
denominar afán economicista. Lo importante no es la
explotación campo
inmisericorde de tipo exclusivamente económico en el
limitado de la compra-venta del trabajo humano, sino la
explotación la
real, total, de todos y cada uno de los aspectos de
vida humana.
“Es donde
sólo en la elaboración del mundo objetivo en
el hombre
se
afirma
realmente
como
un
ser
genérico.
Esta producción es su vida genérica activa.
Mediante
ella aparece la naturaleza como su obra y su
realidad. zación
El objeto de trabajo es por eso la objetivi
de la vida genérica del hombre, 62
pues
éste se
desdobla cia,
no sólo intelectualmente, como en la concien
sino activa y realmente, y se conteiripla a sí mismo
en un mundo creado por él. Por esto el trabajo enajena do,
al arrancar al hombre el objeto de su producción,
le
arranca
genérica,
objetividad
y transforma su ventaja respecto del animal
En
el capitalismo nos encontramos, para los fundadores del con una explotación cierta y evidente del obrero por
del
económica aparece
capitalista
cuya
misma
realidad
de
explotación
define al sistema. Es importante señalar como apenas la idea de producción de capital en un sentido general,
reproducción del sistema y acrecentamiento del mismo, sino que
siempre
se trata de una relación de explotación particularizada,
decir: los dos protagonistas de la historia son el obrero, que
vende la
su real
desventaja.’”
parte
es
genérica,
en
P.S.O.E.,
de
su vida
su fuerza de trabajo en el mercado, y el empresario, que se
compra al mínimo precio posible.
Karl Marx, Manuscritos, Editorial, 1985. ‘
pp.
112—113. Madrid, Alianza
Conviene recordar esto para mantener las diferencias con el análisis de los fundadores y primeros miembros del Partido Socialista Obrero Español. Y conviene tenerlo en cuenta, como ya advertíamos en la Introducción, no para observar si son o no son “marxistas” (denominación que es de muy difícil, si no imposible, definición) o para poner a prueba su ortodoxia, sino para ver cuáles son los límites de su proyecto teórico frente al objeto que se les presenta.
63
Las
dos clases sociales que por antonomasia pertenecen al
capitalismo, clases en
aparecen, de forma aparentemente lógica, como las
que a través de su actividad de compra—venta del trabajo
el mercado forman el mismo
diferencia como
sistema5 (y creemos que esta
no es yana). El capitalismo es la suma de burguesía,
explotadora, y proletariado como explotado.
“Para miseria
librarse, pues,
los trabajadores
social, el envilecimiento
dependencia
de
la
intelectual y la
política, precisan de todo punto destruir
lacausaqueengendraestosmales,yqueessencilla menteladominacióneconómicaquelaclaseburguesa elercesobreellos. rezca,
y la esclavitud humana termine por completo, es
necesario
arrebatar
instrumentos
Conviene, ninguna es
Mas para que este dominio desapa
de
manos
de
la burguesía
los
de producción que hoy monopoliza.”
así, pararse a pensar qué significa eso de que en
ocasión, al menos tal y como Marx, que no olvidemos que
el ejemplo que ellos mismos se ponen como paradigma,
trataría, sería
lo
se anteceda la existencia de un sistema previo, que
reforzado por la explotación y, al tiempo, reforzaría a
Aunque este punto lo analizaremos con más detalle en la segunda parte, conviene recordar como el elemento que definirá al socialismo español será el antagonismo de clase.
6
III,
Pablo Iglesias, Comentarios. El programa socialista. Art. pág. 138. El subrayado es nuestro. 64
ésta,
a la explotación, individualizada en un empresario, del
obrero.
Se idea
puede considerar, como primera causa, que es debido a la
que
subyace bajoel
manifiestos, de
de los
el del 5 de octubre de 1879, que aparecen a lo largo
los orígenes del socialismo español. En él se afirma el
trabajo y
epígrafe que encabeza uno
como la fuente de la riqueza de las naciones. Con ello,
analizando ideológicamente dicha idea, se pueden sacar a luz
algunos
puntos básicos de la propia ideología del movimiento
obrero.
“El El
trabajo es la fuente de vida de las naciones.
capital es el fruto del trabajo. La propiedad del
fruto
del trabajo es, en general, el móvil de todas las
acciones humanas. De la forma que revista la propiedad, del
modo como se verifique la producción y el reparto
de
la misma dependen la paz y la felicidad de las
sociedades.
Por no presidir la razón y la justicia en
la constitución de la propiedad, las sociedades pasadas y
presentes se han dividido en clases enemigas, que han
convertido se
5
la Tierra en campo de batalla, atormentándo—
sin descanso ni piedad.”7
Manifiesto Programa del Partido Socialista Obrero Español, de octubre de 1879. Pág. 322.
Aunque explícitamente esta idea no vuelva a citarse, creemos que es algo que no deja de acompañar al movimiento socialista. Efectivamente, siempre que se quiera señalar la diferencia esencial entre la burguesía y el proletariado se hará hablando 65
Por fuente que
un lado, se observa como al situar el trabajo como
de toda riqueza, lo socialistas españoles están asumiendo
es únicamente
propiedad crea
aquél
en
su actualidad
el que
crea
una
tangible. Es decir, admitirían que el trabajo actual
riqueza en cuanto a su elaboración concreta y presente pero
no
como forjador de algo que permanezca después del propio acto
de
trabajar y haga de este acto no algo que libere (cree riqueza)
sino el
algo que esclavice al trabajador. A partir de ahí, comenzará problema, pues del mismo modo- que se admite que es sólo el
trabajo que
concreto el forjador de la riqueza, no se puede admitir
haya una realidad ajena a él, aunque estuviera formada de
alguna
manera
condiciones del
por
él mismo,
y
que
siendo previa
cree
las
de explotación en las cuales se desarrolla la vida
proletariado.
Esta fue,
descripción del trabajo como única fuente de riqueza
como es bien sabido, criticada por Marx en el programa de
Gotha.
En dicha crítica decía:
El Esta
trabajo no es la fuente de toda riqueza
frase sólo es cierta si se sobrentiende que el
trabajo
se efectúa con los correspondientes objetos e
instrumentos. permitir
Los
Pero un
programa
socialista
no debe
que tales tópicos burgueses silencien aquellas
condiciones (...)
(...)
sin las cuales no tienen ningún sentido. burgueses tienen razones muy fundadas para
del segundo como la clase que crea la riqueza y de la primera como la clase parásita. 66
atribuir pues
al trabajo una fuerza creadora sobrenatural;
precisamente del hecho de que el trabajo está
condicionado que
no dispone de más propiedad que
trabajo, social
Sin
y de civilización, esclavo de otros hombres”
embargo, por esa misma
dificultad
se
su fuerza de
tiene que ser, necesariamente, en todo estado
socialistas
vaya
por la naturaleza se deduce que el hombre
8
aceptación por parte de los
del trabajo como fuente de
la riqueza surge
la
a la hora de enjuiciar el capitalismo como algo que
más allá del propio resultado laboral y de la relación que establece en el mismo. El hecho de que se pueda afirmar que
existe
una realidad que es previa a esa riqueza producida por el
trabajo
actual, es decir una riqueza acumulada anterior, que no
importa
si ha surgido exactamente del trabajo, y que además de
ser
anterior a él y su causa es, al tiempo, su consecuencia, no
cuadra
dentro del esquema socialista. O mejor dicho, y siendo más
precisos
en
estructura
dominio auténtica
para
ellos
es
posible que dicha
se forme a través del trabajo desarrollado por los
proletarios, determinada
los términos,
y que una vez formada se perpetúe en una forma de relación social, pero siempre subyugada bajo el
de lo previo: la relación forjadora
y
esencia
laboral constituida como
del capitalismo
como
sistema
social.
Karl Marx, Crítica del Programa de Gotha. Moscú, Ed. Progreso, 1977, pág. 10. 67
Así, frente
se tiene siempre claro qué es lo primero y fundamental
a aquello que carece de importancia tanto a nivel del
análisis
teórico como para tenerlo en cuenta a la hora de la
anhelada
revolución. La relación social de un comprador y un
vendedor
es previa y necesaria al producto final de su compra,
que
no resulta ser otro sino el propio capitalismo. Esta idea
mantiene venta
pues cierta reciprocidad entre las partes, la compra
y el capitalismo, pues de manera más o menos indudable
existe
una relación en la que, como factores o como sumandos,
aparecen
ambas realidades y tanto una como otra guardan cierta
relación
entre sí conforme a ser o forjador o forjado.
Así, también dicha la
resulta evidente esa reciprocidad pero, a su vez, resulta de ahí la ausencia de una dialéctica pues en
relación, tanto la establecida por las clases sociales como
de la compra-venta con el capitalismo, ninguna de las partes
actúa
como negatividad ante el
componentes el
resultado final, sino como meros
sumatorios de una realidad que viene
conformada por
número de sus elementos.
Además burguesas
de esto, conviven con este pensamiento ciertas ideas
acerca del trabajo que calificarían a éste como aquella
actividad
que
produciría
una
riqueza
económica
eminente
e
inmediata,
dejando de lado cualquier otro punto de vista que
sobre
la realidad del trabajo se pudiera hacer. La identificación
entre
trabajo y trabajo asalariado viene así dada en cuanto a la
cuestión
de la creación de riqueza, pero
solamente
es admitida en cuanto ésta es tomada como referencia de 68
la propia riqueza
producción neutral. produce algo
material de algo y ese algo es tomado como un aspecto Y, además, como hecho capitalista de una realidad que
un beneficio económico al transformar algo sin valor en
que ahora adquiere valor y, como consecuencia de ello,
adquiere
riqueza.
“Considerando, trabajo que
en efecto, en todo producto del
un substratum material y un elemento dinámico,
es el trabajo humano condensado en el producto,
sólo
el
elemento
capitalista, mercancía
dinámico
es
productivo
para
el
porque la fuerza de trabajo es la única
que cuesta menos que los valores que crea.
(...)
La acción
productividad del trabajo, engrandecida por la colectiva y por la perfección de los elementos
auxiliares, la
es infinitamente mayor que la necesaria a
reproducción de la fuerza de trabajo gastada, esto
es,
que la necesaria para el sustento de los trabajado
res.
O, lo que es lo mismo; los valores creados por la
fuerza valor
El fuente
de trabajo son infinitamente mayores que el y coste de esa fuerza.”9
problema, por consiguiente, aquí no radica en que sea la de trabajo humana la que cree el valor, sino que ésta es
también
aquella
que
identificación
como
producido
la
Jaime
con
crea
la riqueza.
símbolo
de
riqueza que
Vera, pág. VI-VII. 69
Y,
igualdad,
de
él
a través igualar
remite en
la
de el
esta valor
sociedad
capitalista
como beneficio del burgués. Lo falso no es pues
únicamente
el error, que podríamos calificar de técnico, de no
comprender
que el valor en cuanto tal no es un atributo abstracto
y
autosuficiente, sino que necesita de una realidad previa para
realizarse ideológica
sobre
objeto,
sino
un
error
de
profundidad
mucho mayor.
Efectivamente, riqueza
el
la unión efectuada entre
la creación de
y el valor humano es de tintes similares a la que se
podría
realizar desde la conciencia burguesa entre el trabajo
pagado
con un salario y la praxis. Los socialistas españoles unen
así do
aquello que es propio del capitalismo y del sistema asalaria a él vinculado, como sería en este caso la riqueza, con lo que
sería de
propio de los seres humanos, su capacidad de crear valor,
praxis. La riqueza no es ya pues el resultado económico del
sistema de
de explotación vigente, de aplicar el valor a condiciones
explotación capitalista, sino que resulta de la mera,
abstracta, ciones vidad
y
aplicación del valor, dejando a un lado las condi
misma de dicha aplicación. La riqueza, la mayor producti y el mismo trabajo asalariado, comenzarán a tomar un valor
positivo
10
A
por crear riqueza.’0
ello se unirá, como veremos en la parte dedicada al
análisis de la revolución, que dicha riqueza creada generará una cada vez mayor cantidad de productos que, a su vez y de forma proporcional, aumentarán las mercancías sin salida, debido a la baja retribución de los obreros, en el mercado. Con ello sobrevendrá la crisis que, según el esquema socialista, permitirá la revolución.
70
Todo decir,
esto, en su versión socialdemócrata alemana, le hará
con razón, a Walter Benjamin, en su tesis undécima:
“Ya este
el Programa de Gotha lleva consigo huellas de
embrollo. Define el trabajo como “La fuente de
toda
riqueza
objetaba que
cultura”.
Barruntando
algo
malo,
Marx que el hombre que no posee otra propiedad
su fuerza de trabajo “tiene que ser esclavo de
otros No
y
hombres que se han convertido en propietarios”.
obstante sigue extendiéndose la confusión
concepto
(...)
Este
marxista vulgarizado de lo que es el trabajo
no
se pregunta con la calma necesaria por el efecto que
su
propio producto hace a los trabajadores en tanto no
puedan sos
disponer de él. Reconoce únicamente los progre
del dominio
reconocer rasgos
de la naturaleza, pero no quiere
los retrocesos de la sociedad. Ostenta ya los
tecnocráticos que encontraremos en el fascis
mo.
La
riqueza como resultado social de una forma concreta de
sistema
productivo, es decir, la forma productiva capitalista,
produce
con sus beneficios capital que para los socialistas
españoles valor,
puede ser considerado como riqueza y por ello como
sin hacer ningún tipo de distingo entre lo que verdadera
mente
es riqueza social y aquello otro que no sólo no lo es,
tesis
Walter Benjamin, Tesis de Filosofía de la Historia, 11. En Discursos Interrumpidos 1, Madrid, Ed. Taurus, 1989. 71
quedando
reducido
social,
a beneficio
burgués,
sino
que incluso
es
y humanamente, improductivo.
“Y Rcuál ha sido el factor positivo aportado al progreso factor
histórico-por positivo,
producción trabajo,
el
innegable
e
indestructible
es la
colectiva, la organización colectiva del la
perfección
el sistema capitalista? Este
concentración,
el
desenvolvimiento
y
de los medios productivos, merced a lo cual
poder del hombre sobre la Naturaleza se multiplica
hasta
el infinito y se hacen fáciles las gigantescas
empresas término
que caracterizan nuestra edad; en tanto que el antinómico, inconciliable, el término negati
vo,como resulta de los sumarios razonamientos preceden tes,
es la apropiación individual por lo capitalistas
de
los frutos de la producción colectiva.”
La
idea de que la aceptación social del término riqueza
puede
12
ser equiparada a valor proviene de la imposibilidad de
precisar entre
un pensamiento dialéctico. La reciprocidad establecida
el propio valor, en cuanto mero productor de riqueza, y
esta
misma queda, para los socialistas, en que aquél precede a
12
Jaime Vera, pág. XXVIII.
Esta cita, así en abstracto, podría resultar cercana a los planteamientos marxistas, en concreto a los esgrimidos en el Manifiesto Comunista, pero existe la diferencia del contexto filosófico en que se aplican. Para Vera, lo negativo del Capitalismo es el bajo precio del salario, para Marx la conver sión de la praxis en trabajo asalariado. 72
ésta así
en su realización: la suma de valores hace la riqueza -y es en circunstancias universales de abstracción, sin tener en
cuenta
ninguna característica social concreta: pero esa es su
falsedad esta
ideológica-. La negatividad que pudiera encarnarSe en
misma relación entre el valor y el beneficio económico
capitalista,
en cuanto a que el segundo no es sino la violación
constante
de la praxis humana que debería tener como finalidad
auténtica
convertir el reino de la necesidad en el reino de la
libertad,
no aparece en esa reciprocidad que los socialistas
establecen de
por la que una, la riqueza, es meramente el resultado
la otra, el valor.
Precisamente, en
para los socialistas la praxis se transforma
trabajo productivo cuando ayuda a la creación de esa misma
riqueza’3. La tasa de plusvalía, clave en la idea de salario de los
propios socialistas españoles, queda así reducida a cuánto
faltaría del
en la nómina del asalariado para igualarla con esa parte
valor, y con ello de la riqueza social, que el propio
proletario serle
ha depositado en el objeto durante su trabajo y que de
dada implicaría una retribución justa’4.
Como veremos con más detalle en la segunda parte de esta tesis, una de las causas del interés de mantener el término “obrero” dentro del partido y la desconfianza hacia los elementos intelectuales se relaciona con esto. ‘
Este entramado ideológico de unir valor y riqueza produci rá, como veremos, la necesidad de relacionar la Ley Férrea de los Salarios con la devolución del Producto tn.tegro del Trabajo en aras de superar la injusticia del Capitalismo. ‘
73
En
esta idea de trabajo cohabita, pues, un aspecto de la
utilidad cuanto
del trabajo como abstracción, la praxis es útil en
convertida en objeto que crea riqueza social, con otro que
convierte menos de
una forma de representación, de la praxis y no en traición
la misma.
El neutral, da
al propio trabajo asalariado en representante, o al
trabajo producido en el capitalismo es pues un trabajo una representación de la praxis sin ideología determina
en cuanto a su realización y que únicamente se ve roto en su
reciprocidad Lo
a través de la paga injusta que por él se realiza.
que el capitalismo devuelve al obrero como retribución por ese
esfuerzo
es lo que marca la justicia o la injusticia de la
relación,
ya que ésta ha sido tomada como una reciprocidad y como
tal
debe mantener cierta redistribución entre lo que uno, el
proletario la
con su fuerza de trabajo, da y el otro, el burgués con
paga de su salario, ofrece a cambio de esa donación. No hay ni
negatividad
ni potencialidad no desarrollada en el proceso, ahora
inexistente, desarrollo que
de humanización
del mundo,
a pesar
de que
su
fuera a la vez posible y necesario, ni nada que tenga
ver, por activa o por pasiva, explícita o implícitamente, con
cualquier discurso
hecho que haga una mínima mención a algo ajeno al positivamente economicista.
Resulta
ejemplificante, y creemos que muy sintomático, que
la relación mercantil de compra, por una de las partes contratan tes,
de la fuerza de trabajo del otro, quien se ve obligado a
venderse
por su necesidad, sea el rasgo básico que determine al 74
sistema
capitalista sin ningún otro elemento añadido.De esta
manera,
la presentación del capitalismo como un mero desarrollo
injusto
de compra—venta de la fuerza de trabajo, la presencia de
un
obrero (o de toda la clase obrera, en cuanto a su generalidad
social) de
que tiene que venderse en beneficio de un empresario (o
toda la clase burguesa o capitalista, también en cuanto a su
categoría nable, toda
social) para poder sobrevivir, con tener un incuestio
y evidente, bien es cierto, contenido de verdad, no es
la verdad sobre el objeto. Este, el mismo Capitalismo, queda
presentado humana, ción
como una parcialidad de la totalidad de
la vida
como una realidad que aparece sólo vinculada a la produc
económica
concreta
y
cuyo
máximo
representante
es el
salario’5. Queda así reducido lo injusto del salario, o lo que será
con el transcurrir del tiempo la paga justa del mismo, a lo
injusto
del capitalismo.
A propósito de esta misma conclusión en la economía Política burguesa decía Marx: Se comprende fácilmente que en la economía Política el proletario, es decir, aquel que, desprovis to de capital y de rentas de la tierra, vive sólo de su trabajo, de un trabajo unilateral y abstracto, es considerado únicamente como obrero. Por esto puede la Economía asentar la tesis de que aquel, como un caballo cualquiera, debe ganar lo suficiente para poder trabajar. No lo considéra en sus momentos de descanso como hombre, sino que deja este cuidado a la justicia, a los médicos, a la religión, a los cuadros estadísti cos, a la policía y al alguacil de los pobres.” Karl pág. 59.
Marx, Manuscritos. Madrid, Alianza Editorial, 1985, 75
Así,
el proceso de trabajo queda plasmado en la importancia
concedida
al
precisamente procura
proceso
el
olvido
procurado
a
aquello
que
es la consecuencia de ese mismo trabajo que no
felicidad
comprobar
del
salario y
sino desgracia’6. Es efectivamente
curioso
como precisamente el objeto concreto resultante del de trabajo en el capitalismo, la mercancía, desaparece
análisis efectuado por los socialistas españoles. De esta
manera, como
la forma mercancía no se investiga nunca en cuanto tal,
el resultado social, sino que el objeto producto del trabajo
aparece
siempre relacionado con la individualidad que
llevado
a cabo, con el trabajador concreto y su sueldo como
paradigma
lo ha
de dicho objeto, y no con la realidad social que lo
conf orma.
E
igualmente ocurre con la idea del Capitalismo como un
sistema ción
que integre la vida total de los individuos. La concre
que exige
capitalista cualquier la
el método científico al estudiar el sistema
se consigue así a base de eliminar del análisis
hecho que pudiera alcanzar mayor repercusión social de
inera relación laboral. Y esto se produce debido al afán
positivista volcado
los socialistas. La realidad del salario aparece en
relación
con la del objeto producido en la esfera de trabajo y
desaparece pudiera
que en el propio método científico previamente han
así cualquier otra relación que el Sistema económico
mantener con algo que no sea ya esa misma relación. La
positivización
16
1986.
del
análisis
“científico” del
Capitalismo
se
Karl Marx, El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, V.I
,Pág. 426. 76
elabora
a partir de fijarse en el beneficio económico que se
procura
el capitalista y en su diferencia con lo pagado al
obrero.
El capitalista (categoría no natural, no lógica, sino un
puramente histórica) se presenta por lo tanto, en tiempo del desarrollo de la humanidad interpuesto
entre
la fuerza de trabajo y los medios de producción. (...)
Si fuera
el valor producido por la fuerza de trabajo igual
función,
por
substratum quedaría medios
aplicación
al
su
consumo,
elemento
por
pasivo
su o
que transforma, el capitalista
reducido a proporcionar gratuitamente sus
su propósito, que es aumentar los valores
posee, conservar su riqueza y aumentarla, consu
base el
incesantemente de ella. Quedaría destruida la
del sistema capitalista. No sólo no sería posible incremento y concentración de los medios producti
vos,
que representan la coagulación de la fuerza de
trabajo, dose,
Las
el trabajo acumulado, sino que irían reducién
aminorándose por el consumo de la clase capita
lista.
17
su
por
de producción a los hombres de trabajo; no
miendo
ninguna
producido
material
conseguiría que
al
I17
relaciones
sociales de producción
no parecen tener
capacidad transformadora, para bien o para mal, de ese Jaime Vera, pág. XIV. 77
mismo a
capitalismo fosilizado. Lo previo del sistema económico, su
priori que consiste en que las relaciones sociales tengan que
ser,
necesariamente y sin cambiar un ápice, como están siendo, es
lo
único que reproduce el entramado social y con él a sí mismas.
Y
lo es porque, precisamente,
relaciones
el capitalismo
es sólo
eso:
sociales determinadas en un modo productivo concreto.
Pero,
a su vez y como consecuencia de lo anteriormente expuesto,
dicho
modo productivo no es más que el resultado de la adición
realizada mente
tomando como sumandos las relaciones sociales previa
establecidas.
Queda sociales, final
y
claro
que
lo
primigenio
son
las
relaciones
pero ellas mismas son también, a la vez, el producto
y último, puesto que lo constituyen realmente, del capita
lismo. el
así
Se puede, consecuentemente, hacer la identificación entre
capitalismo con las relaciones sociales que en él se forman: con nada más. Y lo que verdaderamente interesa, y lo verdadera
mente
importante,
producción, relación
es
cómo
sean
esa
relaciones
sociales
de
cómo se produzca la explotación en concreto de la
laboral.
Lo
que el socialismo español asume, y con él se podría
incluir
a toda la socialdemocracia, es un capitalismo de talante
meramente humana,
economicista y no, como en Marx, la propia existencia su limitación absoluta en la estructura totalitaria
característica
del
Capitalismo.
Por
ningún
lado aparece
el
Capitalismo
como algo diferente del mero beneficio económico del
capitalista
logrado en el proceso de producción de trabajo. Es 78
decir,
el Capitalismo, lejos de tener una realidad propia que se
impone,
incluso, sobre
producto
costreñido a las forma social de relación que él mismo
se
la clase
burguesa’8, aparece como un
ha puesto. Juega sobre sus propias reglas para garantizar la
corrección
del análisis previamente realizado.
“Lo es
que es aumento de explotación para el obrero
aumento de apropiación para el burgués. (...)
Pero res
si estudiadas la relaciones entre trabajado
y burgueses en un momento dado de la producción es
innegable
el antagonismo de burgueses,¿cabeesperar,
comoloseconomistaspagadossuponen.queelmismo desenvolvimientodelsistemacapitalistahadeponeren juegolosmecanismoscompensadoresque de a
lleven a punto
concordia a los dueños de los medios productivos y los que sólo poseen su fuerza de trabajo?
Nada producción,
más
absurdo.
yalo
Unos
y
otros
viven
de
la
hemos dicho. Verdad también que
Hay que hacer notar aquí que los socialistas sí que admitirán en cierta medida un capitalismo que se impone sobre la burguesía a través de la idea de crisis económica debida a la anarquía de la producción. El fatalismo revolucionario, la necesidad histórica ineludible que garantiza el fracaso capita lista y el triunfo socialista, es algo que se impondría sobre la voluntad de los burgueses. Sin embargo, el sistema en cuanto tal, en su funcionamiento económico corriente, no aparece como totalitario sobre la conciencia humana ni sobre su vida. Únicamente es la necesidad de producir, lo que llevará a la crisis, donde el capitalista se ve abocado a la fatalidad. ‘
79
permaneciendo cias,
a mayor producción, mayores ventajas para ambos;
pero
esto no impide que una clase se desarrolle a
expensas
de la otra ni que persista el antagonismo de
intereses jornada,
se
inalterables todas las demás circunstan
respecto al salario, a la duración de la a la productividad e intensidad del trabajo,
como
en los períodos de contracción productiVa.”
Pero
en esta misma positivización de la realidad capitalista
19
comete el error comentado por nosotros de considerarlo como
visión general y concreta del mismo. Efectivamente, el capitalis mo
para los socialistas españoles, una vez descubierta que su
célula
fundamental es la relación social de la compra—venta
injusta
de trabajo, pasará a ser un organismo multicelular a
costa
de generalizar dicho proceso. ¿Qué queremos decir con esto?
Pues,
que el capitalismo no pasará de ser sino un número más o
menos
considerable de burgueses que en la compra de trabajo roban
una bajo
parte, producen capital, del sueldo de los obreros que tienen su mando.
“
La historia de la Humanidad es la historia de la
lucha de clases, y que esta lucha, mantenida constante mente, la
ha dejado algunas de aquéllas, dejando en pie a
fecha dos clases nada más.
De
las distintas clases sociales que en épocas
anteriores
19
existieron, sólo quedan la burguesa y la
Jaime Vera, pp. XIX—XX.El subrayado es nuestro. 80
obrera: duos
constituyen propiamente la primera los indivi
que, disponiendo de los medios de producción, se
apropian
una
desposeídos obreros
tos
de ellos; pertenecen
de
los que
están
a la segunda
los
los proletarios que carecen de dichos instrunlen y para poder vivir o, mejor aún, vegetar, vense
sus
obligados a vender su fuerza de trabajo,
brazos, por una cantidad muy inferior
valores
que
a los
que producen.
Desde
el momento que hay una clase —la burguesa—
vive a expensas de otra clase -la proletaria—
diferencia, tienen
El
,
la
el antagonismo, el odio entre una y otra
forzosamente que existir.”2°
Capitalismo como modo de producción
aparece limitado al
campo de la compra—venta del trabajo, en el terreno del
contrato su
trabajo
los ponen ellos mismos en función e igualmente
forzosamente
propio
del
que siendo propietarios de los instrumentos de
trabajo, todos
parte
y del salario, que el empresario, o la clase burguesa en
totalidad, por medio de la fuerza basada en su privilegiada
situación
social, impone a la clase trabajadora. Trata así a los
trabajadores
como
si únicamente
fueran mercancías,
lo cual
resulta
ser, por cierto, una queja constante del socialismo
español
en sus orígenes finiseculares. Pero dicha crítica es
referida
exclusivamente a los obreros en cuanto tales obreros, es
20
1,
Pablo Iglesias, Comentarios. El Programa Socialista. Art.
pp. 129—130. 81
decir,
en la parcelación de sus vidas que haría referencia a la
necesidad de
de venderse para poder sobrevivir y no a la totalidad
sus vidas.
Todo mente,
el análisis de los socialistas se refiere exclusiva
en su dimensión económica, al salario como forma injusta
de retribución. Sitúan el capitalismo como una cuestión meramente económica, lista,
pero económica tal y como la propia economía capita
a la cual pretenden combatir, al menos esa es su voluntad
de
intención, presenta la economía. Se transforma así la economía
en
un cálculo de beneficios y deudas, de salarios justos y de
retribuciones realidad,
injustas.
Se
entra
en
la
parcelación
de
la
en el juego que el propio sistema tiende desde su
realidad.
Así,
al quedar todo supeditado a la relaciónestablecida
compra—venta a
de
de trabajo, la clave del capitalismo queda reducido
la relación entre el que compra y el que vende. Y por tanto, y
como
veremos a continuación, la medida de la justicia para dicha
relación tal
queda supeditada a esa idea de comprar y vender de forma
que la relación comercial sea equitativa por su proporciona—
lidad.
“Estas relaciones pueden expresarse en una fórmula sencilla:
cadaproletarioesexpropiadodiariamentede
unapartedelproductodesutrabaloporelcapitalis ta:queconlasumadeestosdespolosolatrocinios
82
parcialesaumentaelcapitalyconélelinstrumentode expoliacióndelproletariado.
La
propiedad del producto es exclusivamente del
poseedor
Pues
de los medios de producción, del capitalista.
bien: sólodemostraréisqueelobreronoes
expoliadoorelcapitalistacuandodemostréisqueel salarioquerecibeesigual.comocantidad.alaparte quelecorrespondeenelproductodesutrabaio.”2’
Ciertamente, casi y
parece que la importancia es puesta de manera
exclusiva y absoluta en la actualidad del trabajo no pagado,
con ella, de lo que se podría llamar el trabajo concreto, es
decir:
el trabajo producido por un trabajador o el resultado
aritmético cia
de la suma de todos los trabajadores. Es una importan
concedida al trabajo que cada día resulta del esfuerzo del
obrero,
pero que no tiene en cuenta nada más, y ahí precisamente
comienza
a caer en la trampa ideológica ya que se hace referencia
al
trabajo realizado en cuanto a trabajo remunerado, y no como
traición
Los desde
socialistas españoles hablan del trabajo del obrero
el punto de vista del mismo capitalismo, y por eso deben
acabar que
de algo que es la Praxis.
concluyendo que lo más importante de todo esto es el pago
se da a dicho trabajo obrero. Sin pretender la noción de la
praxis 21
traicionada, es decir, sin entrar en esa noción clave de Jaime
Vera, pág. VI. El subrayado es nuestro. 83
la
dialéctica marxista que es la existencia de una contradicción
que
niega lo actual, eliminada por los propios socialistas de un
plumazo,
la única fuente para juzgar el trabajo realizado se
convierte
en el salario. Pero, y esto es lo paradójico, el
salario
es al tiempo lo *njusto en sí mismo y aquello que decide
cuándo y
hay justicia en la relación establecida entre un vendedor
un comprador.
Así, de
el juicio de valor relacionado con el dinero se compone
forma especial. Lo que importa es, ahora, ver cómo puede ser
recompensada única
recompensa posible sería devolver aquello que se ha dado,
aunque que
sería más justo decir que se ha tomado. Si se consiguiera
eso fuera así, resultaría que la relación de compra—venta
sería
justa cuando se diera una remuneración también justa por el
trabajo de
la entrega de la fuerza de trabajo y ver que la
recibido. Cuando el capitalismo fuera de algún modo capaz
realizar dicha función de compra justa entonces el sistema se
volvería
justo.
De
esta
forma,
y
de
acuerdo
al
análisis
previamente
apuntado,
el salario cobra una importancia capital a la hora de
analizar
el propio sistema capitalista. Y la cobra, no tanto, y
como
sería de esperar, por la producción de plusvalía y la
conversión fenómenos sus
de la praxis en trabajo asalariado, sino por dos característicos del socialismo español, y, también en
orígenes de los demás partidos socialistas europeos: la Ley
Férrea íntegro
de los Salarios y la Devolución al trabajador del Producto de su trabajo. 84
DOS:
LA LEY FÉRREA DE LOS SALARIOS
“El
proletariado, por el contrario, va siempre en
aumento.
El proletario no tiene más propiedad que su
fuerza
vital, que tiene que vender por un miserable
salario. por
Este salario está sujeto a una ley económica,
la cual no puede subir más de lo estrictamente
necesario
la
para malvivir.”
22
Ley Férrea de los Salarios va ser motivo de capital
importancia dentro del análisis del capitalismo por parte de los socialistas la
españoles. La defensa de la afirmación contenida en
teoría de la Ley Férrea de los Salarios, a saber: que el
salario
otorgado a los trabajadores sólo puede mantenerse dentro
de
un estricto marco de supervivencia para el obrero y su prole
y
que nunca
podrá
significativo,
elevarse
sobre
dicho
margen
de
un modo
es una idea básica en el pensamiento socialista
español.
“El fuerza en
del
5
humana no está solamente asegurado, sino roto,
perjuicio del obrero, por los progresos del capita
lismo;
22
equilibrio entre la of erta y la demanda de
el salario será, necesariamente, la expresión
valor de la fuerza de trabajo o inferior a él; la
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español.
de octubre de 1879. Pág. 323. 87
ley
de los salarios (que es un caso particular de la
ley
de los precios), en cuya virtud la retribución del
obrero
se limita al valor de las subsistencias estric
tamente
necesarias
para él y para
su prole, será
cuiiiplidacon inexorable exactitud, aunque se convierta en
sentencia de muerte para la masa obrera que queda
inactiva
Y
en la crisis de producción.
no se repita neciamente que esta ley de los
salarios
es invención anticientífica de
ignorantes,
una afirmación sin pruebas de Lassalle. La
observación
directa la demuestra. La autoridad de los
maestros
de la economía clásica la consagra.”23
Tradicionalmente, se vez como no
agitadores
en la gran mayoría de las investigaciones
ejercita la idea de que la defensa de la Ley Férrea, y a su la entrega al proletario del producto íntegro del trabajo, veremos posteriormente, tiene una estrecha relación, cuando resulta
ignorancia cierto,
ser
esta
su
causa
principal
y directa,
con
la
que había de los escritos de Marx. Efectivamente, es
y es de todos conocidos, que la obra de Marx no era
conocida
en toda su extensión por ningún socialista español.
Incluso,
y de esto también hay pruebas irrefutables, los pocos
que
conocían alguna de sus obras, entre quienes sí estaban Vera,
Iglesias,
Mesa y, seguramente en esta primera etapa también,
García
Quejido, usaban más
propias
obras del filósofo alemán.
23
Jaime
los resúmenes
Vera, pág. XIV. 88
franceses que
las
Pero
ello no implica necesariamente que la aceptación de
determinadas
teorías
planteamientos alejamiento, obras
de
ajenas,
Marx,
e
incluso
sabiendo
ellos
contrarias, mismos
o
no
a
los
dicho
se deba a motivos de ignorancia de determinadas
o pasajes, sino -que consideramos que es debido, fundamen
talmente,
a un componente ideológico en el interior del discurso
socialista que, implícitamente al menos, permite incorporar estas teorías
al ideario revolucionario sin ningún tipo de problemas de
incongruencia. de
Marx
se
fundamenta
No la
Y aún es más, estas teorías ajenas al pensamiento defenderán
como
parte
fundamental
y
parte
que
el ideario del PSOE.
es aquí, consideramos, importante ver qué relación guarda
ignorancia de la obra de Marx con la defensa tanto de la Ley
Férrea del
de los Salarios como de la Devolución íntegra del Producto
Trabajo. Y no lo es porque el objetivo de estudio de la
presente los
investigación no es comparar la obra de Marx con la de
autores que dieron comienzo a la historia del PSOE, sino que
consiste
en confrontar las ideas de ese mismo partido socialista
con
sus propias teorías. El hecho de desconocer, al menos dando
por
válida la tesis de la ignorancia más o menos completa de la
obra
de Marx, que parece fiable y demostrada, por otra parte, la
mayoría mo
de la obra del filósofo alemán, no exime que el socialis
español muestre una coherencia en su discurso. De lo que se
trata
es, por consiguiente, de ver y analizar dicha coherencia,
dejando sido
a un lado, al menos en este sentido, lo que podría haber
si hubieran conocido la obra del propio Marx.
89
Por ella
otra parte, es evidente que la izquierda alemana, y con
por supuesto el SPD (Partido Socialdemócrata Alemán), sí
conocía
la teoría de Karl Marx, y mantenía contacto con el mismo
Engels,
y, sin embargo, sus elaboraciones programáticas y las
conclusiones de
la coherencia del socialismo español, son muy similares,
aunque dad,
mejor sería decirlo al revés por aquello de la originali
a las del partido socialista de los españoles. Incluso es de
todos
sabidos que ya en propia vida -
aceptación del ya
a las que llegarán, continuando en la reivindicación
de Marx se producirá la
de ciertas teorías que provocará la reacción airada
mismo pensador alemán que no dudará en establecer la crítica al mismo Congreso fundacional del nuevo partido obrero social
demócrata
Lo en
cierto es que la Ley Férrea de los Salarios se convierte
una necesidad dentro del esquema socialista, ya que es el
elemento juicio mo.
en Gotha24.
necesario para marcar la justicia (en este caso en un
desfavorable que reinarcasu ausencia) sobre el capitalis
Si el origen de su aceptación viene
conocimiento aquí
dado por su escaso
de Marx o bien por alguna otra causa es algo que
no resulta importante. Lo que, al contrario, sí resulta
importante,
y de una importancia radical a la hora de explicar la
24
“Sabido es que el mero hecho de la unificación satisface de por sí a los obreros, pero se equivoca quien piense que este éxito efíinero no ha costado demasiado caro.” Karl Marx, Carta a W. Bracke. Cfr. Crítica al Programa de Gotha, pág. 8. 90
ideología
fundadora
aceptación
de la Ley Férrea d.e los salarios es una necesidad de
la
de
la
socialdemocracia,
es
ver
si
la
coherencia en el discurso o bien es, como vulgarmente se suele
decir,
un pegote producto del desconocimiento.
A
este respecto, la presencia de estas dos ideas extrainar—
xistas,
la Ley Férrea de los Salarios y
Producto
íntegro del Trabajo, en el famoso informe de Jaime Vera,
el
la Devolución del
más preparado de los socialistas españoles junto a José Mesa,
ponen
sobre aviso acerca de que no se trata de un mero problema
de
ignorancia. Efectivamente, y como él mismo aseguró, Vera fue
un
lector de El Capital
y, por lo tanto, es improbable que no
conociera,
cuando menos, que la Ley de los Salarios era una
elaboración
extramarxista. Incluso, bien podría conocer que el
mismo
Marx había polemizado, y de forma bastante rotunda como era
habitual
en él, ya con Lassalle al respecto25.
Incluso
en su mismo informe, presentado como un documento
teórico,
el más importante con toda certeza del primer socialismo
español,
Vera colocaa
25
Lassalle como fundador de dicha teoría26.
Por poner sólo un ejemplo, nada más comenzar El Capital,
en el mismo Prólogo, Marx ya critica en una nota a pie de página a Lassalle. Igualmente, en todo el libro no aparece que Marx defienda, ni por asomo, la teoría de la Ley de Bronce (o Férrea, como la llaman los socialistas españoles). Por último, aparecen numerosos párrafos en la obra que garantizan que al obrero se le puede subir el sueldo mucho más allá del mero límite de la subsistencia.
26
dicha
Ver
la cita en la página 86. En realidad, el fundador de
teoría es Rodbertus. Sin embargo, se suele presentar a 91
Es
decir, no existe un interés de presentar, de escudarse en él
sería
más apropiado decir, a Marx como fundador de todo el
pensamiento socialista, sino que se acogen las teorías de acuerdo a
la coherencia con el esquema previo que sobre el Capitalismo
tienen
los socialistas. Y también es muy curioso que sea Vera, el
intelectual reconocido del partido, quien con más ahínco defienda dicha
ley, sin querer esto decir, por supuesto, que el propio
partido modo
no la reconociera como una realidad científica dentro del
de producción capitalista, como se demuestra en que aparece
citada
explícitamente en su programa27.
Lassalle círculos
como autor por haberla popularizado del movimiento obrero internacional.
dentro de
los
Por cierto, es curioso comprobar como hasta el mismo Lassalle, en relación a esta idea de la coherencia, es criticado por José Mesa en su introducción a la obra de Marx la Miseria de la Filosofía. “Sin la poderosa influencia y la resuelta actitud de Marx y Engels, la fracción lassalliana hubiera triunfado, imprimiendo al nuevo partido su carácter burgués y nacionalista.” José
27
Se
Mesa, pág. XXXVIII. cita a través de una explicación de sus característi
cas, sin llamarla a través de su nombre conocido, en el programa del PSOE fechado el 5 de octubre de 1879 (ver cita al comienzo del presente apartado). Igualmente, durante la década de los ochenta es citado repetidas veces tanto en los discursos y escritos socialistas a la Comisión de Reformas Sociales, en el informe Vera y también el de la Asociación del Arte de Imprimir, escrito por Iglesias, como por el mismo Iglesias en sus artículos donde comenta el programa socialista. 92
La
Ley Férrea de los Salarios se presenta como la realidad
social
imprescindible del proceso económico del capitalismo. La
riqueza
creada por el obrero, a través de la venta diaria del
trabajo,
no puede regresar a él más que en forma de salario de
subsistencia en
su familia, ya que si la retribución subiera por encima de ese
mínimo es
resultaría una destrucción del capitalismo (que a la larga
sólo beneficio empresarial). La realidad social y económica
determina cos el
así una clase obrera con escasísimos recursos económi
que ve cómo lo que pone en el trabajo no le es devuelto por capitalismo. La Ley Férrea se inserta dentro del sistema de
producción de y
para que su fuerza se mantenga viva y la reproduzca
como una parte más, y muy importante e imprescindible,
la propia relación capitalista: está integrada en ella misma su desaparición es imposible por su implicación directa con el
beneficio
capitalista.
“La aumento del
Además,
de existencia”
28
la Ley Férrea de los Salarios no sólo se presenta
la descripción de una realidad social, un hecho que se está
produciendo de
de su poder y su riqueza está en razón directa
aumento del proletariado y de la disminución de sus
medios
como
disminución personal de la burguesía y el
de forma más o menos generalizada, sino como una ley
inexorable valor científico que, como tal, es necesario que se
cumpla
dentro del organismo capitalista, pues es una de las
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español. de octubre de 1879. Pág. 323. 28
5
93
características
que le definen. Evidentemente, parece claro para
los socialistas españoles, y para cualquier observador imparcial, que
el sueldo de los obreros de la época no sube por encima del
mínimo sólo la
de subsistencia. Pero la Ley Férrea de los Salarios no
explica que no se den en la actualidad sueldos por encima de
inera subsistencia del obrero y su prole, sino también que es
imposible ley
que esto se produzca. Viene a cumplir el papel de una
de valor
describir,
científico, capaz
de
predecir,
y no
sólo
la imposibilidad de que ocurra un fenómeno determina
do.
ttAsí como hay medidas para apreciar la presión atmosférica, multitud salud
la temperatura
que
nos
rodea
y otra
de fenómenos físicos que afectan a nuestra
y a nuestro bienestar, hay también manera de
apreciar
con exactitud la situación material de la
clase
que trabaja. Este descubrimiento
tiempo
la ciencia económica, y lleva por nombre ley de
los
de
lo hizo ha
salarios.
Con
arreglo a esta
ley, la fuerza de trabajo
(única propiedad del asalariado) vale en el mercado en periodos
normales
trabajo cubrir
(es decir,
cuando
la
oferta de
es igual a la demanda) el salario preciso para las más apremiantes necesidades. (...)
Mas
volviendo al punto a que contestamos, haremos
observar
a la Comisión que la ley de los salarios está 94
sujeta a algunas oscilaciones: cuando hay mucho trabajo y
menos obreros de los que éste necesita, el salario
rebasa
su nivel ordinario, y cuando hay poco trabajo y
muchos
obreros que lo solicitan, el salario desciende
de
aquel nivel.”29
La
interpretación es pues la de un capitalismo sujeto a una
realidad ser.
previamente definida y que no puede cambiar de forma de
Al unísono con la Ciencia positiva, que busca leyes de
explicación su
necesarias que expliquen los fenómenos con la idea de
predicción (y, con ella, de su dominación), el positivismo
arraigado
en el pensamiento socialista presenta a los organismos
sociales
al modo de los objetos físicos de la naturaleza, que
pueden sacar
ser reducidos a una serie de variantes cuantificables y con ello unas leyes de obligado cumplimiento para esa misma
realidad
Es
a la que a su vez definen.
una suerte de fijisinoevolucionista. Es un fijismo porque
los
seres vivos, en este caso el capitalismo, nacen prefijados
como
especies inalterables y sujetos a una serie de característi
cas
que no pueden transformar y que les afectan. Pero, al tiempo,
es
un
evolucionismo
concreto,
pues
esos
mismos
seres,
en
este
caso
el capitalismo, están llamados en su enfrentamiento con
la realidad hostil a dar paso a una nueva especie, el socialismo, en
su derivación. Lo que destaca es precisamente ese punto de
imposibilidad
29
de
de que se produzca un fenómeno que haga renovarse
Pablo Iglesias, Informe escrito de la Asociación del Arte
Imprimir, pág. 466. 95
o
transformarse al ser en cuestión sin que eso iniplique su
desaparición,
pues entonces estaría en jaque la propia selección
natural30.
Como
deducción de este
precisamente formación la
la crítica se debe referir
a aquellos puntos que se consideran esenciales en la
de capitalismo y cuya existencia definan a éste. Y aquí
palabra esencia revela un contenido filosófico y a la vez
científico. es
esquema,
Por un lado, y esa sería su significación filosófica,
aquello que hace que las cosas sean como son, lo invariable
Este esquema del fijismo evolucionismo es también aplicable a la ideología burguesa, pero al revés. Para ella lo fijo e inmutable sería la propia naturaleza en la cual se desarrollan los seres, el sistema capitalista, marco donde ocurre la vida e inalterable ya, mientras que los individuos de la especia cambiarían adaptándose a esa situación o no, y por consiguiente llegando a ser o proletarios, inadaptados, o bien pertenecientes a la clase burguesa, en la selección de los más aptos. °
“Las producciones teóricas socialistas durante la II Internacional aparecerán teñidas de los mismos tonos de mecanicismo y determinismo imperantes en la esfera científico—natural (...). La aberración gnoseológica es, en definitiva, la misma que en el caso liberal. Lo que aquí varía es sólo el tipo de lectura social que se suele hacer de la teoría darwinista: frente a la interpretación individualista y competitiva del darwinismo social, se practica otra de carácter solidarista, convergiendo en este punto con la lectura cooperativista y reformista antes aludida.”
en
NUÑEZ RUIZ, Diego, Antología de textos sobre “El darwinismo España”. Madrid, Castalia, 1977. Introducción p. 54.
Trataremos siones.
más este esquema darwinista en nuestras conclu 96
del
objeto que puede cambiar en todos
precisamente
sus accidentes menos
en aquello que lo define so pena de dejar de ser ese
mismo
objeto. Por otro, y ahí se inscribe su marco cientificista,
debe
ser
algo
realmente
existente,
es
decir:
positivamente
perceptible
por los sentidos, tangible, y que se dé en grado de
actualidad,
sin tapujos. Así, la esencia del capitalismo debe ser
positiva,
algo que pueda aprehenderse por su validez material,
entendiendo validez, ha
ésta del modo más elemental. Una vez fijada dicha
se puede presentar como esencia aquello que previamente
sido definido como inmutable.
Ya un cual
hemos analizado que la Ley de los Salarios aparece como
punto obligado de la propia estructura capitalista, sin la esta no sería como es. Como algo que, cuando menos, es de
obligado
cumplimiento para toda la realidad del sistema. Pero,
incluso,
algo
viéramos
las consecuencias nefastas que, según Vera, tiene la
inexorable dor,
se nos
olvidaría,
y algo
fundamental,
si no
ley. Consecuencias nefastas no sólo para el trabaja
que la sufre en sus propias carnes, sino que también, y
primordialmente, mente,
para el propio sistema que la produce. Precisa
la clave, al menos la principal, de la defensa por parte
socialista
de la.Ley Férrea de los salarios vendrá dada por la
sencillez
con que ella misma asegura la quiebra, tanto a nivel
teórico,
como criterio de injusticia, como práctico, en cuanto a
la
condición para la revolución, del capitalismo. La Ley Férrea
de
los salarios asegura la evolución del capitalismo al socialis
mo
de
forma
fatal. Estas
consecuencias
continuación. 97
serán
estudiadas
a
TRES:
SALARIO Y JUSTICIA
La
Ley Férrea de los Salarios asegura la imposibilidad del
alza
del precio de venta del trabajo por encima de lo necesario
para
la subsistencia del proletario y su familia. Sin embargo,
más
arriba hemos insinuado que la aceptación por parte de los
socialistas
españoles de dicha ley, e igualmente de la petición
de
la devolución íntegra del producto del trabajo, guarda no sólo
el
interés descriptivo de la mente científica sobre el objeto de
estudio,
sino también el juicio moral del revolucionario. Los
socialistas del
buscan algo que no sólo explique el modo de proceder
sistema, sino que también le haga vulnerable tanto en el
juicio cia,
moral, presentando de forma clara y palpable su injusti como en el hecho práctico, asegurando el desmoronamiento
fatal
del objeto.
Se dentro
trata de que la formulación de una idea cobra sentido de un marco determinado como, creemos, es aquí el caso. La
presencia porque mente
de la Ley Férrea de los Salarios tiene importancia
pone el acento de la injusticia dentro de lo que previa se ha identificado como capitalismo, la compra-venta del
trabajo, injusticia primordial derivada
y,
por
consiguiente,
manifiesta
en
la
se
argumentará
relación
que
que
forma
habiendo de
manera
el hecho, debe también de haberla, como consecuencia de la primera, en el propio hecho. 101
La
injusticia no parte, pues, del principio —no es que en sí
mismo
el capitalismo, el sistema asalariado para los socialistas,
fuera
injusto— sino que, la injusticia final que resulta del
mismo
es el resultado de algo injusto en una parte del proceso,
la
escasa retribución del trabajo, mas no del mismo proceso como
un
todo.
Esta relación crítica pero su
injusticia existente en el capitalismo no es la propia de compra—venta de trabajo sin más, es decir: no es la
al trabajo asalariado como tal, sino que es esta relación
añadiéndole una característica, necesaria de cumplimiento a vez, como es
para
a imposibilidad de pagar más allá del salario
la subsistencia de la propia mano de obra encarnada por el
proletariado.
“Pero no
si el salario tiene un límite superior que
puede exceder, ni aun alcanzar sin quebrantar los
fundamentos
del
estado
económico
presente,
tiene
también
un límite inferior. La producción exige que la
fuerza
de trabajo se conserve. Este límite inferior
está
determinado, de consiguiente, por el mínimo de
subsistencias necesarias para que el obrero conserve su fuerza
La mismo de
de trabajo y la reproduzca en sus hijos.”’
Ley Férrea de los Salarios, la imposibilidad del alza del
por encima del salario de subsistencia, implica un criterio
injusticia restringido, una crítica muy estricta y limitada a
31
Jaime
Vera, pág. XIII. 102
la
relación que guarda el capitalismo con los seres humanos y, en
concreto,
con
injusticia
en la propia relación mercantil una vez ésta ya ha
sido
la producción
y
los productores.
Aparece
la
establecida entre un comprador y un vendedor, y no sobre la
misma
relación en sí. Es decir, la crítica se realiza en ese
lugar
en el que se establece la abstracción, tan querida por la
economía libre
política liberal, de dos personas iguales que acuden al
mercado para cada uno vender sus mercancías. Aquí, sin
embargo, a
la abstracción pasa a pretender ser concreta, ateñirse
los hechos que ocurren, en cuanto se sitúa el mercado laboral
como
realidad última del capitalismo y su constituyente, dándole
una
relación con el mismo
sociales
sistema que crea
las diferencias
a través de las clases.
“El
obrero, por el contrario, por su condición de
individuo
desprovisto de todo género de medios, se ve
obligado
a vender para comprar, es decir, la operación
inversa.
Esto es lo que divide a los individuos de las
dos únicas clases que tienen asiento en la sociedad; es decir,
que mientras el obrero tiene que prestarse a
vender
su fuerza de trabajo
individuo
por una
cantidad, el
que compra vuelve a venderla con un sobrepre
cio,
que es lo que se guarda, porque no está atento más
que
a
realizar
esa
operación
para
acrecentar
su
capital, y únicamente puede conseguirlo aprovechando el trabajo
personal
de
una
103
infinidad
de
proletarios
expoliados, la
por encontrarse en una condición inversa de
en que aquel individuo se encontraba.”32
Por
supuesto, no es exactamente igual que en la fantasía
liberal
en la que ambos protagonistas intervienen en el mercado
bajo
una igualdad falsa, ya que para los socialistas españoles
está
claro que entre el burgués y el proletario no hay una
relación
simétrica entre dos entidades sociales con un poder de
decisión
idéntico, pues mientras que al obrero le acucia el
hambre,
el industrial puede escoger entre ese mismo trabajador o
cualquier algún
otro que forme parte, todos ellos en cierta manera y en
momento, del ejército industrial de reserva (con lo que
ciertamente
no es tanta la abstracción).
“No
llamamos parias a los trabajadores, pero sin
metáfora
alguna afirmamos que el obrero está supeditado
económica
y políticamente a la clase poseedora; que la
libertad
no se ha conquistado para él; que aún existe
la
estratificación de las clases, y que la trabajadora
está
debajo sufriendo la tiránica pesadumbre de la
clase
poseyente; que si ha cambiado la forma de las
relaciones viene
entre la clase poseedora y la clase que
desnuda de todas las armas a la lucha por la
existencia,
subsisten el fondo y la esencia de esas
relaciones,
por cuya virtud, o, mejor, por cuyo vicio,
una
parte de la humanidad se alza con el dominio del
trabajo 32
García
ajeno. Quejido, sesión del 25 de enero de 1885. Pág. 255. 104
Supeditado económica y políticamente se hallaba el siervo; el
supeditado económica y políticainentese halla
trabajador. Los obreros de hoy —y ellos lo saben, y
los
que no lo saben lo sienten— son esclavos, son
siervos, ilusión
Si
a quienes se envuelve hipócritamente en una de libertad.
el esclavo era una propiedad, si el siervo era
un usufructo, el obrero actual no tiene más representa ción
social que la de una mercancía que sólo puede
subsistir
Sin la
embargo, es cierto que sí consideran esa relación como
primordial del sistema económico y la cantidad del salario,su
cantidad cual de y
más o menos holgada, como el contenido básico desde el
juzgar la justicia sobre el capitalismo y dar su veredicto
culpabilidad. Y es ahí donde precisamente surge la abstracción con ella la falsedad. Al pretender concretar tanto dentro de la
realidad situar
del mismo sistema capitalista, caen en el error de la verdad en un momento del mismo, la retribución del
trabajo, y
vendiéndose a diario hasta la muerte.”
cosificando al propio sistema en una realidad concreta
abstrayendo dicho momento de la realidad hasta convertirlo en
absoluto.
Así,
lo que no sería sino una parte mediatizada por el todo
queda
convertido en algo real por sí mismo, abstraído de ese
mismo
todo sin el cual carece en absoluto de sentido, y se le Jaime
Vera, pág. II. 105
acabará mismo te
pudiendo dar sentido en cuanto se le convertirá a él
en el máximo donador de sentido: el capitalismo se convier
en esa acción social de la retribución.
La mismo
justicia o la injusticia quedan reducidas al valor de ese
complemento material que es el salario, cuya mayor o menor
holgura
le convierten en el Procusto cruel, pero en el fondo
cómplice,
del propio capitalismo. Así, lo que el pensamiento
socialista admitir analizar
acaba teniendo de abstracto es precisamente negarse a
el todo como realidad real y, con ello, descubrir y poder el capitalismo como una realidad que se forma como
abstracción
concreta34.
La
justicia, o, en este caso concreto, la injusticia, se
produce
en un momento concreto del proceso productivo sin tener
en
cuenta dicha realidad de producción como un todo. La dif eren—
El capitalismo debe entenderse como una abstracción concreta porque él mismo no existe en cuanto realidad material sino como el conjunto de las relaciones sociales establecidas en un momento determinado. Pero al tiempo, resulta ser él quien señala las condiciones no sólo bajo las cuales dichas relaciones se desarrollan sino incluso de aquellas que marcan la vida de los seres humanos. Igualmente, y como célula básica de ese mismo sistema, lo es ya que en él aquel elemento que resulta como consecuencia de la realización final del propio sistema de producción, la mercancía, es a un tiempo lo abstracto del mismo, pues no tiene valor en cuanto propio objeto sino exclusivamente por algo que se ha depositado en él, y, sin embargo, es al mismo tiempo lo más concreto, pues ella misma resulta ser lo cotidiano del sistema y lo que se presenta como valorado por una realidad que parece surgir de sí misma (y de ahí su fetichización y, por ende, su falsedad). 106
cia
con la tasa de plusvalía marxista, cuya importancia reside en
el
problema de una racionalidad, creatividad, traicionada en
cuanto
únicamente sirve para reproducir el sistema de dominación
vigente del
que, a su vez, es elmismo
responsable de dicha negación
libre desarrollo humano, es pues fundamental. La idea de un
sistema
económico que carece, por un lado, de capacidad para
aumentar
el precio de compra de la fuerza de trabajo, de aumentar
la
paga salarial por encima del límite de subsistencia, y, por
otro,
de generar un bienestar economicista, es pues ajena a Marx.
Pero
no lo es ni a Vera ni, por supuesto y junto a él, al primer
socialismo
español y sus dirigentes.
Efectivamente tiene
para Marx el proceso de trabajo asalariado no
que ver con una relación injusta de reintegración de lo
donado
sino con algo más profundo y que, por mucho que fuera lo
devuelto bajo
al obrero, imposibilita al Sistema capitalista a lograr
ninguna circunstancia una relación justa. El trabajo del
obrero,
defiende Marx,
producción
no sirve en la actual estructura de
para humanizar el mundo (es decir, no es una praxis
que pueda realizarse verdaderamente), sino que únicamente produce más
beneficio y, con ello, más capital. Resulta pues ajena a su
tesis
la idea de que una mayor retribución económica de los
trabajadores
fuera a resultar garante de la eliminación de la
explotación.
“Así
como
el
hecho
de
que
algunos
esclavos
anduviesen
mejor vestidos y mejor alimentados, de que
disfrutasen
de un trato mejor y un peculio más abundan— 107
te,
no destruía el régimen de esclavitud ni hacía
desaparecer obreros,
individualmente,
tampoco de
la explotación del esclavo, el que algunos
acumulación volumen
del
tenerle
sólo
quiere
decir
que
el
se ha forjado ya para sí mismo, pueden
que por muy favorables que sean para el obrero
condiciones llevan consigo la necesidad de volver
venderla constantemente y la reproducción constante
Y
de la riqueza como capital.
forzosamente tiene que ser así, a un régimen de
producción
en que el obrero existe para las necesidades
los valores ya creados, en vez de existir la riqueza
material obrero.
para
las
necesidades
del
desarrollo
del
Así como en las religiones vemos al hombre
esclavizado la
capital
de precio por efecto de la
sujeto sin mantenerse tan tirantes.(...) Es
ampliada
de
suprime
condiciones en que vende su fuerza de trabajo,
estas a
no
y el peso de las cadenas de oro que el obrero
asalariado
las
mejor,
la explotación del obrero asalariado. El hecho
que el trabajosuba
decir,
vivan
por las criaturas de su propio cerebro, en
producción capitalista le vemos esclavizado por los
productos
de su propio brazo.t3S
Karl Marx, El Capital, y. 1, pp. 521—522 y 524. Esta
misma idea ya aparece en los Manuscritos:
“Un alza forzada de los salarios, prescindiendo de todas las demás dificultades,( prescindiendo de que por tratarse de una anomalía, sólo mediante la fuerza 108
Pero, Marx,
al contrario de lo que ocurre en el pensamiento de
para los socialistas el capitalismo queda perfectamente
definido
bajo la forma de la retribución del salario. Esto debe
hacerse
así para huir
de
“metafísicas” y seguir el esquema
positivo:
un criterio que adecúa su pensamiento al objeto ya
presente,
como debe hacerlo un pensamiento positivo, al situar
dicho
objeto como
pensamiento, él. su
algo ya
concluido y
que
lleva a que el
si quiere conocer su verdad, tenga que adecuarse a
Pero este criterio de verdad utilizado por los socialistas en crítica muestra su falacia, y por ello mismo su inadecuación,
frente a la realidad capitalista al situarse dentro del ámbito de la
realidad falsamente verdadera que el propio objeto se ha
formado
por y para sí mismo.
En objeto
que se le presenta como algo aparentemente ajeno en su
proceso dicho
realidad, el sujeto que cree ser capaz de definir un
de investigación, se muestra incapaz de comprender que
objeto viene a ser conformado por él mismo y que su propia
subjetividad independencia
forma parte del objeto, eliminando de esta manera la entre
los dos
factores. Así,
el criterio que
podría ser mantenida), no sería, por tanto, más que una mejor remuneración de los esclavos, y no conquistaría, ni para el trabajador, ni para el trabajo su vocación y su dignidad humanas. Incluso la igualdad de salarios, como pide Prouhdon, no hace más que transformar la relación del trabajador actual con su trabajo en la relación de todos los hombres con el trabajo. La sociedad es comprendida entonces como capitalista abstracto.” Manuscritos,
pág. 117. 109
pretende
presentarse como científico amparándose para ello en la
propia lejos
independencia del método frente al objeto de estudio, de poseer la verdad no sería sino la máxima expresión de la
ideologización través
de
resultar domina
producida por el mecanismo del propio objeto a
su propia
fetichización,
al tiempo
que
lejos
de
el objeto dominado por el propio pensamiento del sujeto,
aquél sobre todos y cada uno de los sujetos e igualmente
sobre
las representaciones de la propia realidad que el investi
gador
socialista cree descubrir.
Así,
lo falso de la visión socialista del capitalismo es el
esquema
conceptual desde el cual arranca su investigación y, por
lógica
en el seguimiento de dicho esquema, el resultado último:
son
falsos porque son coherentes. Piensan los socialistas de
acuerdo ser
a su esquema positivo que si lo presente, lo actual, debe
injusto, como resulta de rigor para poder ejercer la crítica
sobre
ello, dicha injusticia debe ser cuantificable matemática
mente
y relacionada en el máximo grado posible con
previamente
se
capitalismo. corresponderse en cual
do:
identificado
como
la
esencia
del
mismo
La cuantificación, que por otro lado sólo puede con las matemáticas, que han demostrado su éxito
el mundo físico, y ser el resultado de una operación en la funcionan la adición y la sustracción (ésta en un doble
sentido), en
ha
lo que
lleva a la conclusión de fijar la justicia del sistema
aquello susceptible de ser numerado y propiamente cuantifica el salario, la parte económica más positiva en cuanto a su
facilidad
propia de reducción a números, cuentas, haberes y
saldos. 110
“Efectivamente, de
la fuerza de trabajo, por crecido que sea, por mucho
que
se eleve, ordinariamente no llega a pasar ni a
igualar obrero
siquiera en valor a los productos que crea el que lo percibe.
Así, del
con
va
al
bolsillo
del
capitalista,
a que éste sea cada vez más poderoso, cuente
fuerza
a los obreros que de él dependan. Y lo que
ocurre
a un gran patrono o capitalista acontece a los
demás,
sin que los claros que la competencia causa en
al
filas perjudiquen lo más mínimo a su poder; antes contrario, con la concentración del capital, la
fuerza
y la acción de aquél hácense superiores a las
que
antes tenía.”36
Sin
embargo, también se podría argüir en demérito de esta
misma
teoría que presentamos, que en ningún documento socialista
señala que la retribución alta pudiera solventar el problema la explotación. Y
explícitamente
efectivamente,
si bien
es cierto que
no se articula esa hipótesis ocurre, sin embargo,
el eje del discurso enunciado gira sobre la base de dos
teorías
36
II,
que
más medios de dominio e imponga su voluntad con más
sus
que
pues, si el salario no es más que una parte
parte,
contribuye
de
(...)
valor que produce el obrero al cabo del día, la
otra
se
el salario que es la retribución
que demuestran que el sistema capitalista descansa sobre
Pablo Iglesias, Comentarios. El programa socialista. Art.
pág. 133—134. 111
la
base de la imposibilidad real de conceder al trabajador el
producto
íntegro del trabajo, que como luego veremos se reconoce
rá
como la retribución justa, por la existencia de la Ley Férrea
de
los Salarios.
Con
esto,
efectivamente dotar
el sistema capitalista se modificara y pudiera
nivel de vida por encima de la subsistencia, el proceso de de trabajo pasaría a convertirse en justo y con él,
inmediatamente, sólo
el
se considera, recordemoslo, imposible para los socialistas, mundo sería mejor.
mente,
hasta aquí visto será, como ya hemos señalado anterior una de las claves de la imposición de una paulatina
política
reformista. Efectivamente, al fijarse exclusivamente en
relaciones comerciales de compra—venta, lo que quedará como
criterio o
el propio sistema, pues, como ya hemos visto,
consiste en eso. Con una leve mejora reformista del sistema,
Lo
las
si
bastante al producto de su trabajo y con ello elevara
compra—venta
que
de que
a los trabajadores de un salario alto, igual o que se
aproximara su
se podría llegar .a la conclusión
de justicia o injusticia del sistema será la elevación
no del salario sobre lo que se considera un nivel mínimo de
subsistencia.
Al considerar dicha subida imposible,se
revolución.
Pero
consecuencia
de la imposibilidad de realizar dicha elevación por
encima
debe
quedar
claro
que
es
impone la
únicamente
como
del nivel de subsistencia, debido a la Ley Férrea de los
Salarios,
y la vida miserable que ello acarrea por lo que se debe
realizar
el cambio de sistema. Es así una protesta sobre unas 112
determinadas ésta
condiciones de vida y no sobre la vida tal y como
se manifiesta y
sistema propio
se produce. Sobre una parcialidad
del
por más que se quiera presentar a ella misma como el sistema.
De
esta manera, todo el entramado ideológico acerca de la
injusticia
del sistema queda costreñido a la justa o injusta
retribución
de la energía que el obrero despliega en el propio
proceso una
productivo en el que, y de manera directa, participa. En
palabra, la mayor o menor, y será siempre la segunda como
estamos
viendo, holgura del salario recibido como paga por el
trabajo
realizado es el criterio de justicia. No resulta, de este
modo,
vano que cuando Jaime Vera explique en su Informe las
consecuencias,
a su juicio nefastas, de la Ley Férrea de los
Salarios
ponga especial hincapié de forma explícita a la imposi
bilidad
de una suerte de emancipación reformista que consistiría
en
que, de forma improbable dentro
obreros
del propio capitalismo, los
consiguieran adueñarse, ya de manera individual ya siendo
de
manera colectiva, de uno o más medios de producción a través
de
cooperativas.
“Y
¿cuáles son las consecuencias de esta ley,
corolario
obligado del.capitalismo? Helas aquí: ellas
demuestran
que la ley de los salarios es la ley de la
eterna
dependencia y de
la eterna miseria
hombres
de trabajo dentro del sistema capitalista:
113
de
los
l
El grado de la apropiación obrera es indepen
diente
del grado de la riqueza llamada social.
(...)
pero
los hombres de trabajo sólo pueden aspirar, dentro
del
capitalismo, a vivir para trabajar y a trabajar
para
vivir, entendiéndose siempre por vida del obrero
no
la libre expresión de sus facultades y la satisfac
ción
plena de sus necesidades legítimas de todo orden,
sino
su sostenimiento y el de su prole en los términos
más
estrechos.
2
El divorcio entre los medios productivos y los
hombres
productivos es permanente. Limitado el obrero,
dentro
del capitalismo, a los medios de subsistencia
más
económica, tiene que renunciar a la adquisición de
los
medios
productivos
para
trabajar
en
provecho
propio. La emancipación individual de los trabajadores, como
hecho general, es imposible.
32
deriva también de la ley de los salarios la
imposibilidad disminución suicida
para
general del ahorro, que, suponiendo una en el
la
subsistencia
trabajador, y
diaria, resulta
resultaría también
la
ineficacia de la cooperación en cuanto, al reunirse los obreros, su res
sólo pueden aportar cada uno el contingente de
miseria. La emancipación colectiva de los trabajado no puede ser sino es revolucionaria.
114
De mera tas
esta suerte reduce la ley de los salarios a
palabrería todas las peroraciones de los economis burgueses
desvergonzada discreta
y
posible
Seguramente, de una económica
de
los
administración
salarios,
del
ahorro
y de la cooperación posible pueden resultar
beneficios, obreros; dual
¡ Oh, ilusión lastimosa o burla
(...).
la emancipación del proletariado, ni indivi
ni
tolerable obrero.
aunque limitados, para reducido número de
colectiva,
jamás;
ni
aun
siquiera
hacer
la existencia o garantizar la vida media del Ahí está la ley de los salarios para impedir
lo.”37
Pero,
¿por qué tanta atención en negar esa posibilidad?
Claramente, burguesía los
acerca de las cooperativas obreras como la panacea de
males del proletariado. Pero, al negar dicha posibilidad no
como
algo que dejaría intacto el capitalismo y por lo tanto el
problema, se
por un lado es para derrotar los argumentos de la
sino argumentando su imposibilidad actual, y por ello,
concluye, su falsedad, se deja abierta la puerta a que si
fuera
posible su existencia se admitiría como la solución: el
reformismo
La
está servido.
posibilidad de emancipación de
capitalismo
obrera del
quedaría admitida, pues, sin necesidad de transformar
radicalmente libremente
la clase
el sistema, a poco que el sueldo permitiera acceder
a la cooperación como forma de posesión de los medios
Jaime Vera, pp. XV-XVI. 115
de
producción. Por ello, Vera, en los puntos segundo y tercero,
discute
dicha solución no porque no solucionara nada (el sistema
seguiría seres
gobérnando sobre la producción y esclavizando a los
humanos, tal y como vimos en la cita de Marx) sino por su
imposibilidad
de realizarse debido a la existencia de la Ley
Férrea.
Pero,
no es únicamente Vera el que desdeña este horizonte
reformista
por la imposibilidad de su implantación y no cómo algo
que
no solucionaría nada. El mismo Iglesias, cuando acude a la
Comisión
como
representante del Partido Socialista, dice
siguiente:
Y con esto contesto al número del Cuestionario que
pregunta si los obreros llegan a ser patronos.
¿Cómo más
lo han de ser, si cada vez las fábricas son de
valor? Si antes se podía instalar una fábrica con
100.000 duros, hoy hacen falta 200.000. ¿Con qué medios podrá lo
hacerse fabricante e obrero que no cuenta ni con
necesario para su sustento?
En cuanto a las sociedades cooperativas, sucede lo mismo,
porque ninguna de vuestras soluciones puede dar
resultado. nada;
las de producción no pueden luchar, porque se
encuentran que mucho
Las sociedades cooperativas no resuelven
en este caso: tienen que limitarse a obreros
ganan buenos jornales. El Sr. Moret, que se cuida de la propaganda de estas doctrinas, que reco— 116
lo
inienda la cooperación a las clases trabajadoras, ¿por qué
no
se dirige
jornales peones no
que gann
ínfimos
de seis u ocho reales, como, por ejemplo, los
de albañil? ¿Cómo había de decirles a esos que
ganan para comer, que dejen todas las semanas dos o
cuatro a
reales para la sociedad? No; hay que dirigirse
aquellos
obreros que
concurrencia nivelará cuando
Esta
tienen un oficio donde
la
no ha llegado a nivelarlos (que ya los
también), y por esta circunstancia cobran, trabajan, un jornal mediano, del cual puede
separar
propia
a esas masas
dos, o tres, o cuatro reales semanales.”38
esperanza en que la libertad obrera pudiera venir de su
asociación en cooperativas aparece así como un horizonte
reformista
de
conocemos,
real
que,
únicamente,
como
ya
es roto por la imposibilidad del ahorro ante las
condiciones obreros
emancipación
que impone la Ley Férrea de los Salarios. Si los
que construyeron el Canal de Suez (es un ejemplo que el
propio
Vera se aventura a usar) hubieran podido comprar las
acciones
del mismo, se hubieran emancipado. No pudieron, sin
embargo,
por la escasez, necesaria y debida, de su miserable
salario.
“Creyérase, ahorro
y la cooperación como una mina de oro para los
proletarios, son 38
escuchando a los que consideran el
que si las acciones del canal de Suez no
propiedad de los obreros que lo construyeron es
Pablo
Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pág. 211. 117
sólo o
por razón de su desidia... ¡Oh, ilusión lastimosa
burla desvergonzada! Seguramente, de una administra
ción
discreta y económica de los salarios, del ahorro
posible
y de la cooperación posible pueden resultar
beneficios, obreros; dual
la emancipación del proletariado, ni indivi
ni
tolerable obrero.
los
aun
siquiera
hacer
la existencia o garantizar la vida media del
se explica que vosotros lo neguéis con tanto y la consideréis como afirmación arbitraria de
maestros
de la economía tradicional la formularon. Pero
nosotros
sabemos que esa ley es incontrastable, que la
avaricia
burguesa vela cuidadosamente porque no se
infrinja,
y que sólo podremos quebrantarla haciendo
es
posible
es así, que la emancipación de los obreros no resulta porque no poseen, no pueden poseer, sus propios medios de
producción. través
en pedazos el molde económico capitalista, que
el potro de la Humanidad que trabaja.”39
Tal
Esta idea, la posesión de los medios de producción a
de las cooperativas, que se situaba como panacea por parte
los representantes de
Sociológico bien
jamás; ni
socialistas, cuando no ellos, sino los grandes
saltar
de
colectiva,
Ahí está la ley de los salarios para impedirlo.
Así empeño
aunque limitados, para reducido número de
la burguesía tanto
en el Congreso
de Valencia como en la propia Comisión, demuestra
a las claras hasta que punto el problema del capitalismo Jaime
Vera, pág. XVI. 118
para
el partido socialista español es económico y estrechamente
económico.
La a
un criterio economicista de la realidad del sistema capitalis
ta, a
emancipación de la clase obrera, estructurada de acuerdo
convierte al propio sistema en una especie de patrón limitado un
estrecho campo
sólamente
aparece
económica mente,
tanto
en
social. El
cuanto
existe
Capitalismo
una
relación
y de forma excesiva, limitado a una realidad únicamente
contenido
La emancipación obrera aquí planteada es algo de un puramente económico, algo que sólo hace referencia a
condiciones sociales parciales en cuanto a su aceptación del
sistema ción
la realidad
de por medio, es un mero sistema productivo exclusiva
económica.
unas
en
de
económico vigente. La clase obrera logrará su emancipa
cuando tenga dinero, se viene a asegurar.
“Dentro
de una particular y reiterada oscuridad
[de los socialistas], la plusvalía vendría a consistir no
en trabajo no pagado, sino en fuerza de trabajo
despreciada control ría
de los industriales. Su extracción se produci
en el momento de su compra, antes y no durante su
puesta
en valor en la producción. Por lo cual, y
volviendo que
coactivamente en un mercado situado bajo el
la oración por pasiva, cabría incluso deducir
el aumento de salario pondría fin a la plusvalía y
119
al
antagonismo social asentado en una injusta distribu
ción.
La los
pauperación es la conclusión lógica, y afortunada para
socialistas pues ene11a
propio el
estado social del capitalismo. La pobreza a la que condena
sistema capitalista no es una consecuencia motivada por una
situación de
transitoria y que vaya a ser solucionada por algún tipo
medida reformista dentro de la política, sino una necesidad
del
propio capitalismo para su supervivencia. El pago de una
mínima tiene en
es el fundamento de su crítica, del
parte del producto realizado en la jornada de trabajo como última finalidad la obtención de un beneficio que es,
última instancia y como ya conocemos, el capital.
La
pobreza de una parte de la población, y de la parte más
extensa,
es pues una necesidad a medida que avanza el propio
sistema
capitalista y, con él, el mayor beneficio económico
sacado,
precisamente, de la producción de los obreros en relación
al
pago efectuado a ellos mismos. Por eso, precisamente, surge la
idea
de que la restitución de la injusticia generada en el propio
capitalismo devolución
sólo puede llevarse a cabo a partir de la plena del
esfuerzo realizado
en
la fabricación de
los
objetos.
Y que la imposibilidad de que dicha devolución sea
realizada
dentro de una compra—venta de trabajo con las caracte—
40
informes Estudios
ARRANZ, Luis: « El guesdismo de Pablo Iglesias en los a la Comisión de Reformas Sociales », p. 214, de Historia Social, n2 8-9, enero-julio 1979. 120
rísticas
de la capitalista, demuestra bien a las claras
injusticia
de la realidad de este.
“La
baratura en el mercado es la condición de la
victoria; es
luego la depreciación de la fuerza de trabajo
la condición de la fuerza de trabajo es la condición
de existencia de cada capitalista en particular. El que afloja la
en esta tiranía sucumbe sin remedio. El apego a
vida ha de vencer toda consideración humanitaria. Los
(...)
capitalistas, que no rigen el mercado, sino
que
son dominados por él, a despique de toda caridad,
han
de ver mayor desgracia en el deterioro de una
máquina violenta
o la mutilación de una bestia que en la muerte o en
proletarios
41
Jaime
el
desfallecimiento
que los enriquecen.”4
Vera, pág. XXV. 121
gradual de
los
la
CUATRO:
LA DEVOLUCIÓN DEL PRODUCTO ÍNTEGRO DEL TRABAJO.
Como
consecuencia de todo lo hasta aquí analizado,
socialistas
los
españoles manifiestan como necesaria la exigencia de
la
Devolución del Producto Íntegro del Trabajo para restablecer
la
justicia que la situación social de necesidad del vendedor y
el
egoísmo del comprador han escatimado en la compra—venta del
trabajo.
“Pues expoliado salario de
bien: sólo demostraréis que el obrero no es por el capitalista cuando demostréis que el
que recibe es igual, como cantidad, a la parte
propiedad que le corresponde en el producto de su
trabajo”42
Éste, ría
la distribución equitativa dentro de la propia relación
social da. de
el producto íntegro, según los socialistas garantiza
de compra—venta: se retribuiría de forma exacta lo que se
Vendría a paliar, de manera definitiva, esa realidad injusta dos individuos relacionados de forma no proporcional en un
sistema
productivo concreto.
Como Íntegra 42
es bien sabido, el error económico de la Devolución
del Producto del Trabajo consiste en la imposibilidad de Jaime
Vera, pág. VI. 125
mantener, íntegro la
teórica y prácticamente, que se debe devolver el valor del trabajo y al tiempo conservar la infraestructura de
propia fábrica y, por ende, de la sociedad, que de algún modo
habría
de
mantenerse
integrantes. Marx,
con
el trabajo
de
sus
Sumado a este argumento, que también trata, señala
en su Crítica al programa de Gotha43, la idea de que de
llevarse
a cabo
mantener
una
sacarían de
económicamente
esta
serie
acción sería
de
servicios
de
todo
básicos
punto
que,
imposible
precisamente,
su existencia del producto producido por la propia parte
valor no pagado al obrero. Una vez más hay aquí, aparte de lo
meramente
técnico en la imposibilidad económica de la misma
propuesta,
una diferencia esencial en cuanto a la idea de lo que
significa
la propia justicia en un sistema de superación del
capitalismo.
Mientras índole
personal
apropiación del ción
que
los socialistas defienden que
supera
al
capitalismo
una justicia de a
través
de
la
justa de un salario sin necesidad de la superación
propio concepto de trabajo (entendido como la mera realiza de una actividad cuya finalidad última sería satisfacer las
necesidades
individuales y de ahí la importancia capital de la
devolución
íntegra del salario), Marx plantea la necesidad de una
superación
de ese mismo concepto a través de un trabajo cuyo
beneficio
no
es
económico
ni
individual,
sino
social,
de
Crítica al programa de Gotha, pp. 13-19. Marx no sólo ataca a los socialistas alemanes por estos dos temas, sino que también les hace la crítica de pensar a través de categorías burguesas. 126
humanización españoles
capacidad
los socialistas
con ello cierta idea de la praxis en cuanto a
de la humanidad, del ser humano.
vez más, pues, con la idea de que la devolución del
producto
aseguraría
individualización conexión
de
la justicia de las
relaciones
la relación sociales,
aparece esa esa
aparente
que, en realidad y como ya hemos visto, no es más que
abstracción de las propias relaciones vinculadas al capita
lismo.
De esta manera, la caída en el absurdo de estos dos
criterios, otro,
por un lado, la Ley Férrea de los Salarios, y, por
la Devolución del Producto tntegro del Trabajo, como bien
demuestra
Marx en su Crítica al programa de Gotha, no es nada
comparable cierta
con el elemento ideológico que aquí se esconde. En
medida, cabría decir que la crítica de Marx a estos puntos
el programa de Gotha, si bien no está carente de valor en
cuanto un
cierto sentido,
económica que no forma parte de la propia esencia de la
Una
en
En
a través de un incremento económico del salario,
atestiguando
una
mundo.
mantendrían que la praxis puede ser pagada, justamente
retribuida,
vida,
del
que muestra la relación necesaria que debería haber entre
pensamiento que pretende cambiar la realidad y esa misma
realidad, crítica
La
no llega a las últimas consecuencias en cuanto a la a realizar.
necesidad de la medida concreta y particular de la
restitución
del producto íntegro del trabajo, como medida de
justicia evidente ante lo anteriormente expuesto, no es únicamen te
un tema, pues, que caiga en el error económico y por eso haya 127
que
despreciarlo sino que detrás suyo esconde una determinada
ideología. lo
Los socialistas españoles se ven obligados a defender
por ese análisis previo del cual parten como criterio real de
justicia
frente a la realidad injusta del capitalismo.
Ciertamente, venta
del trabajo, si es injusto porque en él no se paga el
salario
por su valor
producto) no
si el capitalismo es la relación de compra
(que sería
igual al valor
del
propio
y el capitalismo es incapaz de poder llegar a ofrecer,
ya sólo a realizar, dicha posibilidad debido al necesario
cumplimiento desarrollo auténtico
de la ley ferrea de los salarios, entonces el
de la justicia sería llegar a pagar por el trabajo su valor: devolver íntegro su producto. Incluso, cuando
comprendan mantienen
el error
económico
al
cual
se
ven
abocados
si
su pretensión, hecho que señalaran de forma explícita
en
al menos uno de sus manifiestos44, en el siguiente programa
lo
volverán a olvidar.
44
garantice
(...)
total
de su trabajo deducidoslosgastosgenerales”
Programa
Pág.
a cada trabajador el producto
del Partido
Democrático
Socialista
Español.
1882.
339. El subrayado es nuestro. Sin
embargo, en el programa de 1888, se puede leer:
total
“garantizando a todos sus miembros el producto de su trabajo”.
Pág.
346.
128
Aquí, sistema
de nuevo, vemos como el capitalismo es únicamente un
económico, y nada más que
necesario ante
eso. De ahí que resulte
que la justicia sea economicista ella misma y ponga
los ojos claramente, a través de su ausencia y su imposibi
lidad,
la explotación, sólo económica a su vez, en cuanto a las
relaciones
entre las dos clases antagónicas. La Ley Férrea de los
Salarios,
y con ella su acompañante privilegiado en aras de la
justicia
futura como sería la posibilidad de recibir el producto
íntegro
del trabajo, es imposible de cumplir en el sistema
Capitalista Como en
y por esa imposibilidad el sistema deriva en injusto.
contrapartida, esa misma devolución es la medida prometida
el futuro socialismo y por ello este sistema resulta justo: da
tangiblemente
lo que quita.
“El
estado obrero no puede ser otra cosa que una
Delegación
para la administración de los intereses
sociales, debe
sin facultades arbitrarias
El trabajo
organizarse de modo que, siendo los instrumentos
propiedad
común de la sociedad entera, sean usufructa—
dos
las colectividades
por
directamente contrato de
íntegro
producir;
obreras que
y esto,
los hagan
mediante un
triple
que garantice a la sociedad el uso científico
dichos
monopolio
5
(...)
instrumentos y
su
renovación
impida el
y garantice a cada trabajador el producto de su trabajo”45
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español. de octubre de 1879. Pág. 328. 129
Estos idea
planteamientos teóricos socialistas representan la
de un sistema cerrado en sus propios y estrechos líniitesde
juego
económico. Y por ello, de una injusticia que se liniita,
puramente, Férrea al
a lo explícito dentro de dichos márgenes. Así, la Ley
de los Salarios no es algo que se añada de forma gratuita
esquema que sobre el capitalismo han diseñado los socialistas
españoles, esquema a
sino una necesidad
imperiosa dentro de ese mismo
y que marca bien a las claras tanto los límites en cuanto
las posibilidades en la retribución económica del capitalismo
como
los propios límites de la realidad que imposibilitan la
entrega
de la justa retribución representada en el producto
íntegro
del trabajo.
La del
moral de la relación, la maldad que existe en la compra
trabajo por un precio mínimo al proletariado, se calibra de
acuerdo a
a un criterio que la misma ideología de larelación crea,
úna idea acerca del nivel de vida. En cierto sentido, esta
ética
forma parte precisamente del análisis previo que se ha
enmarcado
como
objetivo
el
socialismo.
Imposibilitado
de
encontrar
cualquier sentido moral a la relación, sólo el criterio
económico
de que no existe un fiel y aritmético intercambio sirve
para
establecer la idea de la injusticia: es decir, el referente
moral
es la propia idea capitalista del intercambio justo de
mercancías. injusto
Y unido a ella se tiene que añadir la idea de que lo
radica, a su vez, en la imposibilidad que tiene
proletariado burguesía nivel
el
de llevar adelante una vida como la que realiza la
en cuanto a su nivel de vida, debido a que su escaso
económico se lo impide. Así, se concluye, la causa de que 130
la
relación de compra—venta del trabajo sea injusta es porque no
cumple
estrictamente las leyes del comercio propias del capita
lisino, convirtiéndose en una estafa mercantil perpetrada sobre la clase
proletaria por la clase burguesa.
El
pensamiento
únicamente criterio
socialista,
puede presentar
con
lo que ya
su
esquema
positivo,
está constituido como
real de explotación, es decir: el ideal del nivel de
vida
está representado por la forma de vida de la propia burgue
sía.
El salario debe pagar lo suficiente para alcanzar ese nivel
que
es el que conceden al mundo los objetos fabricados por los
propios
obreros: por ello la justicia sería la devolución del
producto por
del trabajo. Así, si el mundo burgués es aquel producido
los proletarios a través de su trabajo sería justo que siendo
ellos
mismos los productores pudieran disfrutarlo, por lo que la
justicia
es, obviamente, la devolución del producto íntegro del
trabajo.
O diciéndolo en pasiva: en el mundo de la explotación
del
hombre por el hombre, y así definen al mundo capitalista los
propios de
integrantes del partido obrero, existiría la posibilidad
que un mero cambio en el interior de la contabilidad económica
permitiera acaban vender. del Pero,
el disfrute de la vida y la dignidad, pues éstas
perteneciendo al intercambio de lo que se puede comprar y No se está en contra del sistema asalariado, ni tampoco
capitalismo, sino de una consecuencia nefasta del mismo. el ideal sigue siendo la misma sociedad que se trata de
criticar.
131
Podría
situarse esto, alguien así podría hacerlo, en una
formulación marxista de que la justicia viene dada por el propio desarrollo
de los medios productivos, es decir, que a mayor
desarrollo, por
las condiciones para la justicia son más abiertas y
tanto su no cumplimiento acarrearía la injusticia máxima. Los
socialistas, inmanente
según este esquema, en su búsqueda de un análisis
no harían sino fijar la justicia en ese desarrollo
productivo disfrutan:
representado
en
el nivel
de vida
de
quienes
lo
la burguesía. Frente a palabras remitiendo a ideales
que
pudieran ser tachados de tlmetafísicostl, de forma peyorativa
por
su lejanía con respecto a la realidad material, se buscaría,
a
través de esta formulación, concretar qué se quiere decir
cuando
se habla de
justicia y, al tiempo, presentarla como
posible.
Sin
embargo, convendría destacar aquí que no es una idea
semejante su
la manejada por los socialistas españoles, al menos en
formulación inicial de la relación entre desarrollo de los
medios
de producción y la justicia, ni tampoco por la socialdemo—
cracia,
pues la medida de la justicia no viene dada por la
potencialidad estos
de los medios productivos sino por la actualidad de
mismos y, por ello, poniendo como ideal su empleo aquí y
ahora,
es decir, identificando ideal de vida con modo de vida
burguesa.
Si la clase que representa el nivel de vida justo lo
alcanza
por llevarse la parte más sustancial del producto del
trabajo
de la clase obrera, para que ésta pueda vivir de forma
digna
es lógico pedir que lo producido en su trabajo deba ser
devuelto
al productor. 132
El
criterio
injusticia, Necesidad, ajeno qué
por
el
cual
se
califica
la
situación
de
analizada desde las declamaciones relativas a la la Justicia y la Razón46, se quiere presentar como
al capitalismo cuando, sin embargo, es éste el que decide
es lo justo o lo injusto de acuerdo a su propia constitución
de
la vida: la burguesía con su alto nivel de vida en el disfrute
de
los objetos no realizados por ella. El capitalismo hace que al
no
ser él mismo otra cosa que una compra—venta de trabajo, la
injusticia
o justicia de la misma quede reducida al salario, pero
no
al sistema asalariado en sí mismo, pues un producto de éste es
el
ideal.
“Es
evidente que una sociedad donde los elementos
productores, vida
los que crean cuanto es necesario a la
y al desarrollo de la especie humana, carecen de
todo,
sufren
mil
tormentos
y
están
completamente
subyugados, mientras los holgazanes, los parásitos, los que
no aportan al acervo común casi ningún esfuerzo
útil,
nadan en la abundancia, gozan de todo y tienen
reducidos producen, esto
a horrible cautiverio a los que todo
es evidente, decimos, que una sociedad donde
pasa está condenada por la justicia.
Protesta que,
46
lo
además la razón contra un medio social
según se desarrolla y llega a sus últimos límites,
Los programas del Partido Socialista siempre sitúan este
llamamiento a la Razón, la Justicia y considerandos. 133
la Necesidad
en sus
hace
del ser inteligente, útil y moral, un esclavo, y
convierte visto
de aquellas
solamente
Así,
en señor, casi en dios, al que está despro cualidades
y
se halla
por el afán de enriquecerse
dominado
(•••)t47
el salario y todo aquello que lo rodea cobra de hecho
doble
importancia para
lugar,
a través de él se define el capitalismo como sistema cuyo
rasgo que
los socialistas españoles.
En primer
fundamental es la compra—venta de trabajo entre una clase posee los medios de producción y otra que únicamente tiene
para
vender su fuerza de trabajo,
concedida salario
—
con
ello irá la importancia
al antagonismo de clase—. En esta primera etapa, el es lo que caracteriza al capitalismo y lo que define su
esencia.
Pero, y esto es lo segundo, también el salario es
aquello
con lo cual se puede medir la justicia del propio sistema
productivo.
Al ser aquello que se recibe en la relación de
compra-venta que define al mismo capitalismo, su proporcionalidad mayor
o menor con respecto a lo ofrecido a través del valor del
objeto
marcará la misma justicia del sistema.
Conociendo Salarios
y,
ya
la existencia
de una
Ley
Férrea de
los
que sitúa a el pago del mismo dentro de una retribución
Pablo Iglesias, Comentarios.E1 programa socialista. Art. pág. 141.
Obsérvese que se pretende que al protestar sobre las condiciones de vida miserable se protesta contra el sistema. Pero el problema surge cuando al protestar contra ciertos síntomas, además no necesarios, y no contra la causa, el cambio en aquellos hará bueno a ésta. 134
de
mera subsistencia para la mano de obra, es lógica suponer la
imposibilidad como
de que el capitalismo llegue, ni ahora ni nunca
corresponde a una ley científica, a dar
la devolución
íntegra del producto de trabajo pues en eso se basa su beneficio. El
capitalismo es injusto porque el salario lo es: o, dicho de
otro
modo, la injusticia del capitalismo se halla en su bajo
nivel
de vida, que debe seguir necesariamente, para toda la clase
del
proletariado.
Lo
que
también
importa,
aparece
realmente
ideológicamente
la mercancía
como
hablando,
un
es
fetiche que
que
aquí
si
bien
representa el trabajo personal del obrero, superará su
propio
explotación a través de la devolución de la misma. Es
decir,
lo que para los socialistas españoles explota al obrerono
es
el proceso en el cual convierte su praxis en mero trabajo
asalariado,
sino que la pertenencia de la propia mercancía ya
constituida
dentro del sistema no sea pertenencia suya. Se acepta
en
definitiva el sistema de las mercancías, pues se discute no
tanto
por su proceso de elaboración y el para qué de dicho
proceso el
como por su pertenencia y propiedad una vez constituido
trabajo en mercancía.
Ésta únicamente del
el producto del trabajo. Así, la presunta concreción
capitalismo, que tendría su máximo exponente en la idea de la
devolución superación al
no se duda que se mantiene como real y neutral, como
íntegra
del
producto
del
trabajo
como
forma
de
del propio capitalismo, deviene en falsa en cuanto que
tomar únicamente como referencia el trabajo individualizado 135
acata
la ideologización del propio sistema al presentar a la
mercancía que
como sólo un trabajo realizado por un sujeto concreto,
vería recompensado su esfuerzo si se le devolviera el objeto
realizado. clave
El objeto, tal y como existe, se convierte pues en la
de la propia realización del sujeto. Cesa de
encarnación únicamente si
ser
la
de una realidad esencialmente explotada para ser una accidentalmente explotada y que podría superarse
el obrero recibiera un salario justo por el objeto en el que
depositó
su fuerza. Este salario justo es, consecuentemente, el
producto
íntegro del trabajo.
“El
partido socialista declara que tiene como
aspiración: (...)
La organización de la sociedad sobre la base de
32
la
federación económica, el usufructo de los instrumen
tos de trabajo por las colectividades obreras, garanti zando
a todos sus miembros el producto total de su
trabajo. (...)
En la
suma, el ideal del Partido Socialista Obrero es
completa emancipación de la clase trabajadora; es
decir,
la abolición de todas las clases sociales y su
conversión fruto
en una sola de trabajadores, dueños del
de su
inteligentes.
Partido
trabajo,
libres,
iguales, honrados
e
I48
Manifiesto de los delegados del Primer Congreso Socialista de Barcelona. 1888, pág. 347. 136
del
SEGUNDA PARTE
ANTAGONISMO DE CLASE
Acabamos cómo
de analizar la visión socialista del Capitalismo y
su estudio nos ha obligado a centrarnos especialmente en su
factor
fundamental como era el salario. Recordemos que, según
nuestra
investigación, el sistema de producción vigente, el
Capitalismo,
consistía esencialmente en una relación injusta de
compra—venta
del trabajo obrero por parte de la burguesía a un
precio de
necesariamente inferior, por la Ley Férrea del Salario, al
su valor auténtico y sólo válido para la mera subsistencia.
Igualmente, riado
a una situación de pauperación creciente que no hacía sino
aumentar ba
analizábamos como este proceso condenaba al proleta
la enconada lucha y los odios que ya de por sí desperta
la férrea aplicación de la ley de la of erta y la demanda en el
mercado
de trabajo.
Así, estas
los socialistas españoles, siguiendo coherentemente
premisas, van a dar prioridad en su análisis del sistema
capitalista
a la existencia de esas dos clases que son las
protagonistas ción. de
principales de las relaciones sociales de produc
La mirada fija en la clase burguesa, que posee los medios
producción y por ello compra la fuerza de trabajo, y la clase
proletaria,
que vende su trabajo a la clase poseedora para poder
subsistir,
va a resultar ser la característica básica de todo el
139
esquema el
social dentro del pensamiento socialista. Ellas van a ser
epicentro del propio sistema.
Por mismas cómo
este motivo, nos corresponde ahora analizar a estas
clases sociales, cuál es su papel dentro del capitalismo, se relaciona una con
consecuencias
la otra
de dicha relación.
140
y cuáles van
a ser
las
UNO:
LA SOCIEDAD DE CLASES
A a
la esquematizaCión que supone reducir el sistema económico
su relación social en la productividad, prestando especial
atención la
al pago de dicha relación, sigue, consecuentemente, que
mayor relevancia social la van a disfrutar las dos clases que
protagonizan dicha
relación se correspondía, exactamente, con dos agentes
principales, proletariado, lucha
la lucha en el mismo mercado de trabajo. Así si
e incluso, como veremos en este mismo punto, únicos: o clase obrera, y capitalista, o clase burguesa; la
por la emancipación social, por un lado, y por evitar dicha
emancipación, corresponder
por
parte
de
los
otros
protagonistas,
va
en su protagonismo igualmente a esas dos clases
sociales.
“Ante fe
todo, desharemos un error que unos de buena
y otros interesadamente sostienen todavía: el que
existe
clase aristocrática y clase teocrática
(...)
[estas clases] se confunden hoy con la burguesía, a la cual
prestan sus servicios.
De
las distintas clases sociales que en épocas
anteriores obrera: duos
a
existieron, sólo quedan la burguesa y la
constituyen propiamente la primera los indivi
que, disponiendo de los medios de producción, se 143
apropian
una
desposeídos obreros
tos
trabajo
de
de ellos; pertenecen
los
que
están
a la segunda los
los ponen ellos mismos en función e igualmente
los proletarios que carecen de dichos instrumen y para poder vivir o, mejor aún, vegetar, vense
forzosamente sus
del
que siendo propietarios de los instrumentos de
trabajo, todos
parte
obligados a vender su fuerza de trabajo,
brazos, por una cantidad muy
valores
inferior
a los
que producen.
(...)
Desde que
el momento que hay una clase -la burguesa-
vive a expensas de otra clase —la proletaria—, la
diferencia, tienen
el antagonismo, el odio entre una y otra
forzosamente que existir. Mientras el desarrollo
industrial,
agrícola y comercial ha estado mantenido
dentro de ciertos límites, esas diferencias, antagonis mos
y odios han permanecidos encubiertos algún tanto
por
las relaciones aparentemente armónicas y amigables
que
existían entre obrero y maestro o patrono. En esa
época,
los choques y conflictos entre uno y otro apenas
existían. tria,
al cultivo en pequeño y al comercio en reducida
escala, del
Pero inmediatamente que a la pequeña indus
sucedieron los grandes talleres, la división
trabajo y los inventos mecánicos, las costumbres
semipatriarcales en
se borraron por completo, apareciendo
su lugar un antagonismo abierto, abierto, franco,
144
declarado,
que de día en día adquiere mayores propor
ciones.”’
Efectivamente, prioritaria
la base sobre la que se sostenía de forma
todo el edificio capitalista era la cuestión de la
compra-venta salario,
Si
de trabajo,
con
la idea
de
la injusticia
del
es lógico pensar que una parte fundamental del análisis
socialista realidad
se refiera a aquellas clases que actúan en dicha de compra—venta. Una, la burguesía, como la compradora
del
trabajo ajeno; y, otra, la clase obrera o proletariado, como
la
clase que debe vender su fuerza de trabajo para garantizar su
propia
subsistencia.
Asimismo, compra,
y no
poseedora,
del
como
la
relación
establecida en
dicha
no era igualitaria. Las condiciones sociales del propio
sistema,
de
vimos
sólo
la avaricia
característica
de
la clase
aunque jugará también un papel, impedían un pago justo
la fuerza de trabajo. El salario no podía elevarse por encima miserable límite de subsistencia. Así las cosas, que las dos
clases
que guardan relación directa con este proceso se vean
impelidas claro
a perpetuar una lucha sin cuartel y a muerte, parece
e incuestionable.
Por que
ello, y según el esquema socialista, desde el momento en
lo social dominado por el capitalismo se ejercita exclusiva
mente
en el campo de las relaciones socioeconóiflicaS de la compra—
Pablo Iglesias, El Art.I. Pp. 129—130. ‘
Programa
145
Socialista. Comentarios.
venta que
de trabajo, debe surgir un discurso de contenido clasista ejemplifique bien a las claras, y sin dejar lugar a ninguna
duda
que acaso pudiera surgir, a saber: primero, que el capita
lismo
es un conflicto entre clases (burgueses y proletarios);
segundo, la y
que tiene su origen en las clases sociales (por ser una
poseedora y otra totalmente desposeída); tercero, desarrollo auge única y exclusivamente en las clases ( en
merced
al proceso de pauperación creciente, va menguado en sus
efectivos por
y otra aumenta, al tiempo que aumenta el conflicto); y,
último, finalización, necesaria y fatalista por el propio
desarrollo por
cuanto una,
al cual está condenado el sistema, ya veremos cómo y
qué, en la lucha final entre las dos clases sociales con el
triunfo definitivo, garantizado previamente, de la clase proleta ria
y su revolución.
El el
antagonismo de clases cobra así una gran trascendencia en
esquema de los socialistas españoles. La existencia de un
sistema
económico limitado y personificado en cada una de las dos
clases
sociales
evidente priori, el
en
conflagración
lleva
a
la
consecuencia,
si se sigue de forma fiel el esquema presentado a de que el desarrollo del Capitalismo, e incluso es más,
Capitalismo
española,
ya
existente
en
la misma
realidad
nacional
reduce lo social a sólo dos clases enfrentadas e,
incluso, a la existencia real exclusivamente de dichas dos clases sociales
en permanente antagonismo.
“
Ya veremos cómo deriva de la ley de la evolución
capitalista
esta
división 146
de
la humanidad
en dos
clases, de
una de las cuales es la continuación histórica
los opresores de todos los tiempos, en tanto que la
otra
representa los explotados y oprimidos; ya veremos
también estas
cómo se acentúa progresivamente la división en dos clases por la rápida desaparición de los
elementos
Cuando fundadores la y
sociales intermedios.
en su análisis previo del Capitalismo los miembros del PSOE han definido a éste como algo concretado en
compra-venta injusta de la fuerza de trabajo, en una palabra, vimos que eso era lo implícito al discurso, en lo injusto del
salario pagado y no en la injusticia del propio sistema asalaria do
contemplado por el capitalismo, han llevado la reflexión a un
punto en
en el cual el problema capitalista ha sido aparentemente,
cuanto que es únicamente una apariencia, concretizado. El
siguiente
punto de dicha concretización será, y de forma y manera
necesaria, tes,
al menos en alguno o algunos de ellos, de esos elementos
concretos, proceso
propio
y tan sólo aparentemente concretos, que por su propio
deberá crear el Capitalismo.
Este
de
la personificación en los elementos sociales existen
proceso de concretizar los elementos formadores del
sistema corresponde precisamente con el afán positivista
los primeros socialistas, pero, y al tiempo y como, paradóji
camente,
consecuencia de dicho esmero positivista falsean la
cuestión.
Si ya hemos analizado lo falso que deparaba la idea del
salario 2
injusto como epicentro del Sistema capitalista, analiza— Jaime Vera, p. VI. 147
remos
ahora como de dicha falsedad se deriva la necesidad de dar
forma tangible, al menos positivamente tangible, a dicha relación de
compra—venta para que no se pueda ser acusado de abstracto, de
metafísico.
Toda esquema mente tal
sutileza que no pueda ser representada de acuerdo al denotativo de que estos son unos y participan efectiva
de esta manera y que estos son los otros y participan de forma que resultan un perjuicio para los primeros debe ser
eliminada
del
burguesa, a
discurso.
La compra viene
dada
por
la clase
cuyo interés, evidentemente, será efectuar dicha compra
través de un salario lo más bajo posible; y, la venta de
trabajo
se representa por el proletariado, cuyo interés, al
contrario
lógicamente que el anterior, será comerciar con su
mercancía
al alza. Cada uno de los miembros en litigio forman un
bloque
cerrado y enemistado frente al otro. Y cada uno posee sus
razones o
para defender o el privilegio social que le caracteriza
para intentar acabar con el sistema económico que le mantiene
prisionero.
Así,
el mundo
peculiaridad pretenden liberal
objetivo del capitalismo se reduce a la
de los sujetos que lo forman. Sus características se
que, al igual que en el pensamiento de la utopía donde el conglomerado de las particularidades de los
individuos
libremente asociados forma la sociedad, acaben siendo
las
características del propio capitalismo, que no conoce otra
cosa
sino ser el mero suinatoriode estos dos elementos sociales
que
lo forman cono realidad social determinada. 148
Así
es como presenta el propio socialismo a sus dramatis
persOflae.
“La
razón
comprador valor
sencilla:
el
burgués,
el
inferior al que luego, puesta en acción, ha de esa misma fuerza.
capitalista para
No
(...)
tiene dinero el
para cambiarla solamente, y menos todavía
darle una cosa que no valga lo que él ha dado”3
“Por
su parte, el obrero, en lo que permite su
situación
inferior
conocimiento puede
respecto
al
patrono,
el
corto
de su estado y los escasos medios de que
disponer,
conseguir
se cuida
y preocupa únicamente de
que su trabajo disminUYa, que su retribución
mejor que la que viene percibiendo y de gozar
dentro
del
conquista de
bien
de la fuerza de trabajo, adquiere ésta por un
producir
sea
es
taller
la
mayor
consideración.
Si
la
de estos beneficios pone en apuros al burgués
quien los reclama, por no poder competir éste con
sus
rivales en
producción,
al trabajador
nada
le
importa.”4
Es que
1.
así como lo importante se personifica en las dos clases
se relacionan en esa esencia capitalista que forma el propio
Pablo P. 133.
tdem,
Iglesias, El programa Socialista. Comentarios
p. 131. 149
,
Art.
sistema tiene
y se positiviza a éste a través de un hecho concreto que que existir en la sociedad tal y como ésta se halla ya
constituida. que
Y en dicha positivación se reduce el discurso a lo
ya hay y se subjetiviza de forma falsa en un enfrentamiento
entre sin
dos sujetos, realizados socialinente como clases sociales, ningún componente objetivo ajeno a ellos mismos. De ahí
también la
que se tenga que echar mano de un trascendental tanto a
hora de explicar la futura caída del sistema capitalista como
para
expresar el juicio político y moral que merece el propio
sistema5.
La sólo
reducción del sistema económico a dos clases sociales no
reduce a éste a una relación social más bien pobre, sino que
además, que
lo forman, no puede, y de hecho no lo logrará hacer nunca, so
pena ta
al situar la verdad del capitalismo en las propias clases
de caer en un voluntarismo revolucionario de corte anarquis
que le alelaría de su propia visión cientificista, mantener la
tesis
de que algo falla en dicha relación. Es decir, a un nivel
estrictamente gustaría
científico, tal y como
a los socialistas
les
hablar en sus coqueteos positivistas, dicha relación es
absolutamente
neutral, pues
los términos
justo e injusto no
Veremos como dicho trascendental toma, asimismo, dos contenidos diferentes: primero, será tenido como una conciencia orgánico—darwinista en cuanto a considerar a la razón y la justicia como contrarias al sistema; segundo, tendrá un tinte “científico” económico, al pretender situar en un mercado ajeno al capitalismo, una naturaleza darwiniana, la caída necesaria del sistema social imperante. 150
pueden en
ser aplicados a dos miembros de una relación que concluye
sí misma y cuyo referente acaba siendo ella misma6.
Así,
la lucha de clases será presentada como una cuestión de
intereses, pero únicamente como un interés limitado a dos clases, no
de algo superior a ellas: cada una defiende lo que es suyo:
aquello que con posterioridad, y en las ideologías legitimadoras, se
llamará sus legítimos intereses.
“El
interés capitalista es la conservación del
salariado, del
trabajo ajeno supone otra clase aportadora del
trabajo
El del
y expropiada de sus beneficios.
interés obrero es, al contrario, la abolición
salariado, régimen incompatible con la apropiación
integral únicamente
6
porque la existencia de una clase a expensas
de los productos del trabajo por la clase productora.
Ello no quiere decir, por supuesto, que la crítica no deba
ser inmanente, sino que dicha inmanencia no puede ser entendida en el sentido de una realidad positiva que se cancela en sí misma, sino en una inmanencia de potencialidad que es capaz de ver la realidad como algo más de lo está siendo. Para decirlo con palabras de Adorno: “La mirada que seculariZa la metafísica es la que al interpretar el fenómeno descubre lo que es, gracias a que percibe en él más de lo que meramente es” Dialéctica negativa, p. 36. Madrid, Ed. Taurus, 1990. 151
Dentro
ya del régimen de salariado, el interés
capitalista
es aumentar los rendimientos de la fuerza
de
trabajo
El
interés
consiste se
(...)
obrero,
diametralmente
opuesto,
en aproximar cuanto sea posible el valor que
apropia al valor del producto del trabajo, ya que no
pueda
—
lograrlo totalmente.
Por
eso el capitalista se esfuerza en:
Depreciar del
la fuerza de trabajo (disminución
salario).
Prolongar Hacer
más intenso el trabajo.
Aumentar
-
Por
la jornada.
su productividad.
el interés opuesto, procura el traba
jador: Encarecer
la fuerza de trabajo (aumento de
salario). Disminuir
la jornada.
Contrarrestar intensificación
los efectos de la inevitable del trabajo en cuanto le
perjudican. Contrarrestar, con igual sentido, los incrementos, también
inevitables, de la productividad del traba
jo. Jaime
Vera, pp. XI-XII. 152
Una a
vez más, podemos analizar como el capitalismo en cuanto
estructura objetiva ajena al interés de una clase concreta,
desaparece lugar
de la idea del primer socialismo español. Y en su
toma carácter de fuerza la realidad de un interés de clase
capitalista es
que se empeña en defender un sistema que es suyo, que
su realización y su forma de ver la vida. Así, la clase
burguesa régimen
se presenta obcecada en la defensa “inmoral”8 de su de
producción
ello
Ellos,
defiende
ese
su
interés
interés
y
partidista
del cual deviene el privilegio social, son la parte
ya
privilegios.
con
económico
negativa
sus
porque
económico
y mala del capitalismo, ellos son los que lo hacen malo
que ellos mismos son, para los socialistas españoles, el
capitalismo clase
(cuando en realidad el Capitalismo se impone a la
dominante como producción de su propia realidad).
De
aquí se generará un nuevo conflicto para los socialis
tas y que es la definición de lo inmoral y, sobre todo, de la Justicia y la Razón, términos tan profusamente utilizados en sus manifiestos. Ya hemos visto como al final estos términos se deberán definir de acuerdo a la propia estructura de la concien cia burguesa: el pago del trabajo. 153
DOS:
SÓLO DOS CLASES: BURGUESÍAY PROLETARIADO
La tes, de
reducción de la sociedad a dos clases realmente existen
burguesía y proletariado, procede precisamente de ese afán positiViZaciófl
amparen
de
factualiZación,
de
buscar
hechos que
las ideas acerca de la esencia ya enunciada del Capita—
lismo. La necesidad de encontrar un principio que se dé realmente en
la sociedad ha llevado a los socialistas españoles a fijarse
en
el salario como parte fundamental y fundante del capitalismo
y
de éste se deriva a su vez el hecho que obliga a tomar la idea
de de
las clases sociales como decisiva derrocamiento
del
flO
capitalismo,
tanto de las condiciones de
sus
contradicciones
internas,
de su negatividad, sino como factor positivo de la
fundación
del mismo
sistema: ellas, en cuanto a partes que
representan denotatiValflente el salario y su injusticia, conforman el
capitalismo9.
9
“Iglesias
descarta todo planteamiento histórico
para analizar las formas de propiedad y su evolución. Insiste en la imagen de una estructura social dicotómi ca cuyos rasgos son conocidos.(...) Por encima del proceso económico capitalista, para él sigue siendo el antagonismo de clase lo que determina la miseria obrera.” ARRANZ, Luis: « El guesdismO de Pablo Iglesias en los informes a la Comisión de Reformas Sociales »en Estudios de Historia Social, n2 8-9, enero—julio 1979, pág. 214. 157
Lo
que
estructura
buscando
es explicar
esa
interna del sistema capitalista, dar una explicación
sociológica sistema
los socialistas están
del mismo. Y al no comprender precisamente dicho
deben buscar actores de carne y hueso, y no es ninguna
metáfora,
para poder explicar al sistema. Es decir, sin poder
explicar
el propio sistema desde la totalidad, o al menos la
apariencia
de totalidad y su tendencia clara de totalitarismo,
los socialistas españoles necesitan recurrir a agentes concretos, en
realidad abstractos en cuanto a como son presentados, que
realicen
la función previamente enmarcada por el análisis para el
capitalismo. análisis dicho
Es, pues,la presencia de las clases sociales en el
capitalista una demostración de las propias carencias de
análisis.
tAfirma cia
obrera que la clase
económica
buena
fe puede negar, ni aun aquellos que de ella se
dependen todos sus males colectivos y la mayor
de sus males individuales; de este estado nacen,
ya las esperanzas y amenazas de conflicto, sino el
insalvable de
de la condición social de la clase trabaja
durante esta etapa de opresión que se llama
salario, parte
(...)
bien, de esa doble supeditación, que nadie de
benefician; dora,
trabajadora está dominada
y políticamente por la clase poseyente.
Pues
no
,pues, en primer término nuestra ignoran
ese
antagonismo entre trabajadores y burgueses;
estado
dependen,
por
158
tanto,
los
temerosos
peligros
del
vuestra
¿
situar
conjunto
‘°
como el resultado del capital expropiado por la en la compra del trabajo al proletario, necesitan ese
de personajes que intervienen en esa relación, como si
dijéramos
que
producto,
necesitan
los factores
para
poder
llegar al
para poder demostrar de forma eficaz y positiva que el
Capitalismo
es eso. Y dicho sumatorio, de un lado los capitalis
dueños de
proletarios
los medios
de
producción, y,
del
otro,
los
desposeídos de toda la riqueza que no sea su fuerza
trabajo, da como resultado final las relaciones de compra
venta
de trabajo, o lo que es lo mismo: el capitalismo.
La
positivización resulta, a su vez, congruente con el
planteamiento definición verdad
previo. La búsqueda de los factores deriva en la
del producto, y la realidad de dicho producto marca la
de los propios valores que previamente lo han conformado.
la circularidad del argumento se alimenta la idea, sin embargo de forma harto paradójica, de que esa relación sería la única
forma si
con
del sistema capitalista. Al mantener la tesis del
burguesía,
y
conjurar
en su análisis agentes que realicen las condiciones de
capitalismo
En
pretendéis
dos clases ? Los socialistas españoles necesitan
existencia
de
intención”
que
A qué se debe esta división estricta de la sociedad en
únicamente
tas
capital
posible de derrotar la propia circularidad. Es decir: sólo
la relación de compra—venta de trabajo con sus dos factores
presentes
‘°
(burguesía y proletariado) resulta como suma final y
Jaime
Vera, p. IV. 159
factor
básico del capitalismo, entonces se podrá derrotar a este
resultado
último a través de la derrota de una parte de esa misma
adición.
Se
cree que la ausencia de uno de estos dos factores, o su
transformación, final más
significarían la propia ausencia del resultado
que de los dos factores resulta. Así, amparados por una fe
liberal que propiamente socialista, la defensa de la sociedad
como
el resultado de los propios individuos que la forman, los
socialistas
necesitan buscar algo que vaya a transformar a uno de
los
miembros de la igualdad para, de este modo y como resultado
de
la
adición,
eminentemente fijar
transformar
la misma
igualdad.
El discurso
clasista, que se verá reflejado en la disputa al
las bases del periódico El Socialista, se engarza con este
proceso
ideológico.
Volvemos
a ver aquí una vieja visión más cercana a la
economía
política liberal que al propio Marx. Resulta que la
sociedad
tal y como está constituida no es el fruto de la
existencia mismos
de un proceso productivo que se impone sobre los
hombres, que produce su vida, sino que es el resultado de
las
relaciones que los hombres ya formados establecen entre sí:
como
un comprador y un vendedor en un mercado. De este modo, la
creencia,
implícita por el papel asumido de los medios aunque
nunca
expuesta explícitamente, e incluso si se hubiera expuesto
nunca
hubiera sido asumida como tal, es que al ser el capitalismo
el está
resultado de la compra—venta del trabajo, de los capitales, formado por la clase burguesa y la clase proletaria, los que 160
participan, las La
y por nada más. Es decir, de forma única y exclusiva
clases que conforman el sistema asalariado del capitalismo. suma de dichas partes, pues, forma la compra—venta, y ésta el
propio
capitalismo, pero no existe una relación a la inversa. El
capitalismo las
como objetividad no existe como algo por encima de
relaciones
conformado es
sociales
entre
los
grupos,
sino
que
viene
exclusivamente por dichas relaciones. El Capitalismo
el resultado de la suma de las relaciones sociales entre la
clase
burguesa y la clase proletaria.
ttconsiderafldo que la sociedad actual tiene tan sólo
por fundamento el antagonismo de clases.
Que grado vez
éste ha alcanzado en nuestros días su mayor
de desarrollo, como bien claro lo revela el cada más reducido número de los inmensamente ricos y el
siempre
creciente de los inmensamente pobres;
Que éstos
la explotación que ejercen aquéllos sobre
es
primeros trabajo
De parte,
‘
únicamente
a
la posesión •de los
de la tierra, máquinas y demás instrumentos de ““
ahí proviene la importancia, enorme importancia por otra que cobra la existencia de la lucha de clases en el
socialismo
julio
debida
hispano: pertenece a la propia esencia del capitalis
Programa del Partido Socialista Obrero Español: 20 de de 1879. P. 319. 161
mo,
su realidad se produce merced a la compra venta de trabajo,
pero de
al tiempo, y luego veremos en el capítulo dedicado al tema
la reforma y la revolución, es una realidad que paradójicanten—
te,
aunque de forma absolutamente coherente por otra parte, va a
ser
incapaz de poder llevar adelante cualquier tipo de acción
revolucionaria.
Así, trabajo, lógico
si el capitalismo es un sistema de compra—venta de y sólo eso, y encima domina sobre la realidad social, es
pensar que sólo existen esas dos clases que realizan dicha
realidad. dicha vir
Todas las demás clases no es que no intervengan en
relación, sino que ni tan siquiera son capaces de sobrevi
al propio desarrollo de la realidad capitalista, es decir: de
poseedores
y
desposeídos, que
conforman
la realidad
social
vigente.
“Una más
de las preguntas a que puedo contestar, por
que sea inmodestia, de una manera competente, es la
referente
a las relaciones entre las diversas clases:
diversas
clases que no existen, a pesar de que la
Comisión
lo haya dado por supuesto en el Cuestionario
repartido.
He
dicho anteriormente que no existen más que dos
clases:
las otras son clases auxiliares en general de
la
i2
que posee los medios de producción”2
García
Quejido, sesión del 25—1—1885. P. 256. 162
Desde como
el momento en el cual el capitalismo es reconocido
una relación recíproca, se analiza de acuerdo a un edificio
cuyos
cimientos sociales descansan, a su vez, en las propias
clases
que cumplen de manera positiva dicha relación. El discurso
socialista cia
se reduce así a la necesidad imperiosa de la existen
real de
representan
estas
dos
únicas
clases,
que,
por
otro
lado,
la esencia del propio sistema de producción capita
lista: burgueses y proletarios. Si acaso esta dos clases dejaran de
existir, o cambiaran de forma sustancial su manera de ser y la
relación
de
igualmente posterior del
la
una
con
la
otra,
el
capitalismo
cambiaría
con ellas (y no es este un motivo baladí para el reformismo y la aún más tardíamente posterior apoteosis
propio capitalismo).
Las
clases sociales tienden
precisamente,
a reducirse
a dos porque,
esa es la esencia, previa y a priori, del capita—
lisino. Todas las clases sociales que no cumplan el requisito de pertenecer
de
comercial, temprano
dose,
forma
clara
y
precisa
a
dicha
relación
están condenadas a llegar a hacerlo más tarde o más a costa, incluso y realmente como única manera de
realizarse, arriba
una
de su propia desaparición. Es decir, a nivelarse por
o por abajo, ya sea aburguesándose o ya sea proletarizán— convirtiéndose en las clases sociales características del
capitalismo.
“Por
no presidir la razón y la justicia en la
constitución presentes
de la propiedad, las sociedades pasadas y
se han dividido en clases enemigas, que han 163
convertido se
la Tierra en campo de batalla, atormentándO
sin descanso ni piedad.
La
historia de todas las sociedades pasadas fue
siempre
una
clases. yos,
serie
de
luchas entre
sus
diferentes
Hombres libres y esclavos, patricios y plebe
nobles y siervos, gremiales y compañeros; en una
palabra,
opresores y oprimidos estuvieron siempre en
constante
oposición. La lucha, ora sorda, ora declara
da,
continua.
fue
contrarios, clases ria
incesante
de
intereses
no terminaba sino por la destrucción de las
hostiles, o por una transformación revoluciona
de la sociedad.
Lo
que distingue a la época presente de todas las
anteriores a
Batalla
es que la lucha de clases se va reduciendo
su más simple forma.(...)
La
burguesía se compone de un número cada vez más
reducido
de individuos, dueños, de los instrumentos de
trabajo,
dueños del poder político
riado, La
(...).
El proleta
por el contrario, va siempre en aumento.
(...)
disminución personal de la burguesía y el aumento de
su poder y su riqueza está en razón directa del aumento del
proletariado y de la disminución de sus medios de
ii”13
5
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español. de octubre de 1879. P. 322-323. 164
Se
consigue
representa
primordial
para
que
el
al Capitalismo sea
Efectivamente,
relación
así
sistema
social
el sumatorio
concreto
que
de la sociedad.
conseguir un resultado positivo es básico, es lo
del análisis. Si el capitalismo no es nada más que la establecida de la compra-venta de trabajo, entonces,
que
elementos
exista
el
propio
Capitalismo,
deben
existir
los
que le conforman. Es esa visión estática del capitalis
mo
la que da como uno de sus resultados, después veremos otros,
la
idea de la necesidad de la exclusiva existencia de dos clases
sociales clases
que lo formen: capitalista y obrera. Todas las demás lo único que harían sería negar la propia existencia del
capitalismo, obrero punto
español, y por lo tanto o bien no existen o bien están a de extinguirse.
Pero
incluso aquí, se puede hacer notar cómo el análisis
positivista esquema los
asimilado por los españoles, de acuerdo a su mismo
positivo, es falso: la definición marcha por delante de
hechos, necesariamente, para que el análisis no resulte
incorrecto, analizar. tienden manera
y marca las características del propio objeto a Las clases sociales media y campesina, por ejemplo,
a caer al grado de proletarización, pero únicamente de teórica, necesario para poder formar parte de esa misma
relación
comercial que
Capitalismo. sólo
tal y como lo plantean los integrantes del partido
constituye
la propia
definición
del
Si el análisis necesita dos clases, deberán existir
dos clases.
165
Pero,
cabría preguntarse aquí, ¿cómo es posible que los
socialistas contenido, una
Lo
cuando menos incorrecta?
primero que cabría decir es que, realmente, lo socialis
españoles reconocen el atraso español con respecto a otros
países les
como es bien sabido, eminentemente agrario, mantengan
tesis que de forma clara, en algo que salta a primera vista,
resulta
tas
españoles ante una realidad como la española, de
ya desarrollados’4. Por ello, tampoco sería justo acusar—
de que olvidan absolutamente la realidad nacional de la que
verdaderamente únicamente
parten. Pero, es evidente que también ellos tienen
presente
capitalismo,
el mundo
industrial
como
paradigma
del
aún cuando dicho paradigma está muy lejos de ser
alcanzado
por la España de aquella época. La repuesta debe
centrase,
creemos, en la propia concepción del capitalismo arriba
examinada.
La historia de la Humanidad es la historia de la lucha
de clases, y que esta lucha, mantenida constante—
Respecto a este punto hay que aclarar que tanto García Quejido como Pablo Iglesias, en el informe remitido en nombre de la Asociación del Arte de Imprimir, reconocen este atraso español y sitúan una realidad auténticamente capitalista sólo en Cataluña. Puede, por tanto, creerse que esta fatalidad económica persigue solamente a la insignificante España, a esta nación donde todavía el desarrollo industrial no ha llegado a adquirir importancia, exceptuando, si acaso, el Principado de Cataluña?” “.
García
Quejido, sesión del 26 de octubre de 1884, pág. 27. 166
mente, la
ha dejado algunas de aquéllas, dejando en pie a
fecha dos clases nada más. Sólo nos concretaremos a
poner
de relieve la existencia de éstas y los intereses
distintos otra.”
El un
15
análisis del capitalismo corresponde, como ya sabemos, a
presunto
adecuarse a
y opuestos que tiene cada una respecto de la
razonamiento
inductivo
que,
sin
embargo,
busca
a la verdad a través de la deducción: obligando a ésta
cumplir con los principios generales previamente enunciados’6.
La
existencia de otras
clases distintas a aquellas dos que
reafirman
la esencia previa es, por consiguiente, una anomalía
que
ser subsanada de
debe
concebible
alguna forma. Y la única manera
de hacerlo, la única posibilidad que correspondería
con
el análisis previsto, es la de su desaparición, ya realizada,
por
el desarrollo natural del Capitalismo.
Y Al
haber negado cualquier tipo de cambio en el Capitalismo, de
acuerdo
15
1.
ya realizado es aquí una faceta que no conviene olvidar.
a esa estructura previa y definitoria de la relación
Pablo Iglesias. El Partido Socialista. Comentarios. Art.
Pág. 129. 16
La mescolanza entre un principio que se adecúa con lo
empírico y una idea prefijada que se impone sobre la realidad, no es en absoluto contradictoria y un mero problema episteinológicO de los socialistas, sino el propio reflejo ideológico de una estructura social dominante que, por un lado, pretende mantenerse en la idea de una individualidad total en la acciones que la conforman, y, por otro, mantiene una estructura dominante que es previa a las acciones que a sí misma la hacen. 167
social de compraventa, y aquel deber extenderse universalmente de acuerdo
a su propia lógica, las clases sociales que no formen
parte
participando de dicha relación comercial deben desaparecer,
pues,
si acaso no llegara a ser de semejante manera, se daría la
paradoja ría
de que la propta definición del Capitalismo se produci
efectivamente en una parte de la población, la formada por
burgueses
y proletarios y, en cambio, en otra parte, y además
mayoritaria,
De en
no.
ser esto así, la teoría acabaría teniendo que aceptar que
una misma sociedad podrían convivir uno o varios sistemas
económicos, mo,
pudiendo ser incluso dichos sistemas antagónicos entre sí. La
existencia a
tal y como los socialistas han definido el Capitalis
de clases sociales ajenas al desarrollo capitalista y
la propia estructura del capitalismo, compra—venta del trabajo
y
nada
más,
existentes el que de
implicaría
otros
sistemas
sociales
realmente
que convivirían con el propio capitalismo. Incluso, en
caso concreto de España, sería aceptar, por pasiva, al menos, el capitalismo sería el sistema económico minoritario dentro la realidad social española decimonónica, pues sus componentes
forman
una clara, y reconocida por
los propios socialistas,
minoría.
Por sociales relación
eso, como se ha aceptado una relación entre agentes muy
concretos
como
esencia
del
capitalismo,
dicha
debe acabar ocupando, ya sea en un papel o en otro, a
los
propios miembros de la sociedad en su totalidad. Sin embargo,
si
existen
clases
sociales
distintas 168
a
las
eminentemente
capitalistas,
es decir, mayor o menor número de individuos que
gozando
de
absoluto
de la conocida relación comercial genuinamente capita
lista,
unas
características
concretas
no
participan
en
se establecería el problema de que existen condiciones
sociales,
y muy amplias en el caso de la España de la cual
hablamos,
no lo olvidemos, que no están sometidas por la economía
capitalista.
Y rápidamente surgiría la idea de que los proleta
rios
se hallan dominados por dicha realidad debido a su incapaci
dad,
pues en verdad existen lugares dentro del desarrollo social
donde
podrían
explotación
funciones que
no
implicaran
la
capitalista.
Incluso coherencia
ejercer otras
se daría otro problema, y este dentro de la propia socialista. Y es que ellos al defender la idea del
Capitalismo producción
como un sistema que
se ha adueñado de toda
la
social, que ha acabado con los restos del feudalismo,
defienden
el hecho de una expansión capitalista. Si es posible
que
sigan existiendo clases sociales que en nada tienen que ver
con
la compra—venta del trabajo, el capitalismo se expande de
forma a de
tal que garantiza la existencia de otras realidades ajenas
él mismo. Pero, y debido a su propia expansión dentro del campo lo social, todo
produzca ción,
sería Capitalismo. Para
que esto no se
de tan singular manera, para no caer en esta contradic
para que no sea así: se expanda, pero no llegue a ser
dominante, previsto, cierto, incumplen
y
el
Capitalismo,
tal
y
como
está
previamente
se desenvuelva dentro de los límites, estrechos bien es que le han
sido indicados, las clases sociales que
dicha relación deben desaparecer. Y dicha desaparición 169
debe que
además obedecer, por consiguiente, a los propios principioS dan forma al modelo capitalista: por un lado, que dichos
grupos
entren dentro de
trabajo; clase o
la realidad de
la compra—venta del
y, por otro, que lo hagan ya sea perteneciendo a la
dominante, evidentemente, la burguesía o clase capitalista,
bien a la clase subyugada, la clase obrera o el proletariado.
“
La historia de la humanidad, hasta el presente,
no
es más que la historia de la lucha de clase
de
intereses contra intereses; sólo que en vez de dos
clases,
,
lucha
como solamente hay hoy, ha habido antiguamente
varias. (...)
Yo la
no he de recordar aquí, y menos a la Comisión,
lucha de la teocracia, la lucha del feudalismo, la
lucha
de todos los elementos que anteriormente a la
revolución por
francesa y mucho más remotamente hañ luchado
sus intereses particulares. Pero a partir de esa
fecha
en Francia, y del constitucionalismo en España y
Portugal,
y de revoluciones idénticas en los demás
países,
la cuestión social se ha simplificado, y ha
quedado
reducida
y
la lucha de dos clases. Hay todavía,
la Comisión parece que lo entiende así al preguntar
qué
relaciones existen entre las clases trabajadoras
con
la demás, quién cree que hay más clases; pero no es
así:
lo que quedan son restos del clero
170
y de
la
aristocracia, clase
‘
que no tienen importancia alguna ante la
inedia.”17
Pablo
Iglesias, sesión del 11—1—1885. P. 201—202. 171
TRES:
LA CLASE BURGUESA
Hasta en
cuanto a la relación establecida de
trabajo. por
Asimismo, hemos analizado las afirmaciones mantenidas
un organismo expansivo, que va dividiendo a las clases
sociales son
en sólo dos, antagónicas y enemigas en sí mismas, y que
el proletariado o clase obrera, desposeída y cada vez en
mayor
aumento, y la burguesía o la clase capitalista, poseedora
cada vez más reducida.
Analizaremos esta son
ahora cuáles son las características propias de
segunda clase, cómo se genera en el entramado social, cuáles sus intereses ideológicos y económicos, y cuál ha de ser su
futuro,
de obligado y fatal cumplimiento, en el enfrentamiento
encarnizado
que
pensamiento
La
mantiene
con
la clase
proletaria
según
el
del primer socialismo español.
burguesía se define dentro del campo de los socialistas
españoles
por poseer los medios productivos característicos del
capitalismo, su
la compra-venta del
los socialistas con respecto al capitalismo. Veíamos a éste
como
y
aquí hemos visto como el sistema capitalista se define
y por contratar para producir en ellos, y en aras de
propio beneficio,
conflicto.
a los integrantes de la otra clase en
Se dan así las dos características más sobresalientes
175
de
la clase social burguesa, y que significan que la burguesía es
la
clase dominante dentro de la estructura del capitalismo.
“La clase burguesa es clase dominante por hallarse en
posesión de los instrumentos de trabajo —tierra,
minas, ferrocarriles, buques, fábricas, capital—moneda, etc.
De
•
esta manera, y motivado por ese mismo deseo de sacar el beneficio, así como auspiciado por la propiedad de los
máximo
medios
de
operaciones sea
producción,
el
empresario
realiza
una
serie
de
con la intención de lograr una ganancia cuanto mayor
posible.
cualquier la
18
Y para
conseguirla, no duda en dejar
de lado
escrúpulo social o moral que pudiera llegar a tener a
hora de explotar despiadadamente a los obreros. Para los
socialistas españoles, la burguesía se caracteriza ideológicamen te,
aunque está claro que ellos no emplean dicho término, por no
ver
en sus trabajadores a seres humanos, sino simplemente a meras
fuentes
de riqueza que, a través del trabajo no pagado, van
enriqueciendo que
generan.
“Las completo,
1,
las arcas de la clase poseedora con la plusvalía
costumbres semipatriarcales se borraron por apareciendo
en
su
lugar
un
antagonismo
abierto,
abierto, franco, declarado, que de día en día
adquiere
mayores proporciones. ¿Qué vemos actualmente
Pablo Iglesias, El programa Socialista. Comentarios.-Art. p. 132. 176
dentro las
del taller? ¿Cuáles son en el terreno económicO
relaciones entre asalariado y patrono?. Para el
burgués, mira,
cualquiera que sea su categoría, no hay más
más objetivo ni más
obrero
la mayor cantidad de trabajo por el más corto
salario. del
interés que arrancar al
Que éste no alcance a cubrir las necesidades
que lo percibe; que la salud del asalariado se
resienta
por el excesivo trabajo que se le obliga a
realizar,
que por lo mismo su vida corra peligro de
extinguirse sea
en edad temprana, nada de esto, en tanto
sufrido y tolerado por el que lo padece, interesa
al
burgués. Este, atento sólo a su negocio, no piensa
más
que explotar cuanto puede a los que no considera
sino
como fuente de beneficios y riqueza.”’9
Pero
dicha visión capitalista de la clase trabajadora no se
corresponde
a nada más que a una inmoralidad particular de la
primera
clase, es decir, es un proceso subjetivo dentro de los
propios
empresarios. Se trata así de la maldad personal de los
individuos reducido diferencia
concretos, no de la objetividad de un sistema que ha a sus integrantes a meras mercancías laborales. La entre una y otra cosa es muy importante, y da una vez
más
idea de las limitaciones características del primer socialis
mo
español.
fundadores es del
Efectivamente,
la maldad
es
analizada
por
los
del PSOE desde un punto de vista estrechamente moral,
decir: situando la moralidad de la acción no en la objetividad sistema, sino en la mala fe del actor de la misma. Así, si se Ídem,
p. 130. 177
ha
caracterizado el capitalismo como una exclusiva relación de
compra—venta burguesía sistema
de trabajo, tomando como causas del mismo
y al proletariado, es lógico pensar que la maldad del
proviene de uno de esos dos actores. Descartado lógica
mente
el
proletario,
consiguiente, porque
que
el
burgués.
Y,
por
se puede decir así que el capitalismo es malo
son así en cierta medida, al menos, por la condición de los que participan en el hecho. Y no sería falso. Pero lo que
nos interesa es el esquema que sigue dicho pensamiento, lo subyace al mismo. Y lo que subyace es que el capitalismo
permanece máxima
por la clase capitalista concreta, por la explotación
y
sin
trabajador: qué
queda
podría argumentar que existe verdad en esa idea, que las
actores aquí
únicamente
el burgués explota ininisericordementeal obrero.
Se cosas
a la
remordimientos
que
el
empresario
realiza
del
ese es su espíritu y su esencia. Y, como ya sabemos,
dicha relación, unida a la irremediable ley férrea de los
salarios,
imposibilita al sistema capitalista a cambiar un ápice
sus
características. Todo lo que el burgués hace es seguir esa
ley
férrea, pero la sigue de mala fe. Es un discurso moral que
sitúa
a la inmoralidad del capitalismo, su explotación, en la
pobreza
del proletariado, como si el hecho de que dicha pobreza
pudiera
llegar a desaparecer significara que la explotación se
había bondad
ido con ella. Como si porque la burguesía estableciera una en su acción, el capitalismo dejara de ser un sistema de
explotación.
178
En este sentido no cree el partido socialista
“
que
represento
positivo
por
que
la
sí propia,
Comisión
podrá
hacer
pues aunque haya
nada
en ella
individuos que no crean representar los intereses de la clase
dominante, en el fondo es así, y de otro modo
dejarían son
ellos los directores de la clase dominante, sino
los
dirigidos. La clase dominante tiene unas ideas y
unos
intereses, y con arreglo a ellos hay que proceder;
pues
sabido es que si sus representantes intentasen
algo
en favor de la clase trabajadora, ese día sería el
último un
de su influencia y el último en que ejerciesen
cargo importante dentro de su clase.”
Así la
20
pues, la burguesía ha tenido como primera característica
visión del proletariado como un mero sujeto de explotación,
como
una máquina más dentro del
curioso,
engranaje industrial. Y es
que además de la primera característica sea la única
unánimemente de
de ser lo que son, porque, después de todo, no
compartida por todos los burgueses. Pues en el resto
los hechos que se pueden calificar como ideológicos, la más
absoluta
disparidad reina en las filas capitalistas. Existe una
inmensa multitud de llamadas “escuelas” (opciones económicas ante la mejor postura para el desarrollo capitalista) que en su mayor parte
mantienen posturas contradictorias.
“Así
como los intereses de la clase obrera son
perfectamente 20
armónicos, los de la clase contraria no
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. P. 200. 179
lo son, como lo prueba la lucha entre el proteccionismo y
el librecambismo, entre la propiedad urbana y la
territorial, que,
representando a la clase burguesa, defienden, sin
embargo, en
cada uno uninterés particular. Esto no existe
la clase obrera, y de aquellas disensiones tendrán
que
aprovecharse los trabajadores para su campaña.”2’
De
esta manera, la burguesía,
intereses
característica
común en cuanto a pensamiento. Lo único que parece
del estado actual de cosas, del status quo capitalis
que permite mantener su privilegio social. Su único interés
común, de
no se encuentra una burguesía que pueda tener una
claro es la idea del interés de clase en la necesidad de la
pervivencia ta
en contradicción con los
del proletariado, se encuentra políticamente dividida.
Ideológicamente
tener
y la existencia de los distintos partidos
y esto lo presentan los socialista como una demostración
su idea de la lucha de clases como una realidad social que va
siendo
cada vez más poderosa, es el beneficio económico más
rentable
Es hace
posible a través de la explotación.
precisamente su búsqueda del beneficio económico lo que
que distintas facciones de la burguesía apoyen diversas
escuelas
o partidos políticos.
supervivencia disputándose
del más
apto,
En una especie de
los burgueses
ley de la
luchan entre
sí
la forma más ininisericordede explotar al proleta
riado. Es precisamente esa actuación abusiva sobre el proletaria do,
como agente que produce el beneficio capitalista, lo único 21
tdem,
p. 201 180
que
mantiene unida a la burguesía entre sí. Pero dicha unión no
se
realiza a través de un pensamiento determinado o de una teoría
peculiar, único que
sino de los meros hechos de explotación diaria. Lo
que precisa como forma común de explotación es poseer, o
el poder político le cree, unas condiciones favorable para su
propia
ganancia económica.
Por
ello,
la
burguesía
detenta
el
poder
político
en
beneficio
propio. Nada que se realice desde él, teniendo los
burgueses
en su mano el control definitivo, se sobrentiende,
puede
mejorar las condiciones de vida del proletariado y, por
consiguiente
y
pretensiones burguesía propia
Comisión,
acusan
de
lo
anterior,
las
los
socialistas
no
cansándose
de
en todas las intervenciones ante sus propios miembros, frente a las condiciones capitalistas para
su máximo beneficio22.
Señores parecer (que
es la del partido socialista obrero), que una
trabajadores propia,
De
de la Comisión; trabajadores: podría
extraño, dada la representación que yo tengo
colectividad
22
lógica
de reforma política no conducen a ningún lado. La
podrá hacer
lograr
deducción
mantiene el poder para el propio beneficio. Incluso la
recordarlo nada
como
que aspira a mejorar la condición de los y
a realizar
su
emancipación
por
sí
viniera a informar aquí, creyendo que iba a
hecho, y viendo como fue el caso, la perspicacia
práctica de los obreros aquí sí que se vio recompensada, paradoja ésta, con el acierto. 181
obtener por
algo de una Comisión que por su significación,
los intereses que representa, pertenece a la clase
dominante”23.
Pero en
toda esta crítica no hace sino reflejar la idea de que,
el fondo, la burguesía sólo cumple el papel que de forma
previa
le ha tocado ejercer en suerte. Y que además lo cumple
ainparándose en el poder, pero no creando a su vez una estructura independiente
que con
una
connotación política
clara
pueda
permitirnos hablar de un pensamiento ideológico concreto. Todo el pensamiento lucro
burgués se originará en torno a ese mismo afán de
que ha caracterizado su relación social con el mismo
proletariado.
Por lo tanto, y como veremos a continuación, no
será
necesario realizar ningún análisis sobre la ideología, pues
ésta
no tendrá importancia alguna dentro del entramado social.
Así,
el
socialismo
español
carecerá
de
cualquier
tipo
de
reflexión
de tipo ideológico pues se considerará a ésta como algo
superfluo
en la estructura social.
Una visión
vez más nos encontramos con el problema clave de la limitada del capitalismo a un problema de compra—venta de
trabajo
y de salario injusto. Efectivamente, los socialistas
españoles
han limitado tanto la realidad del capitalismo que este
se
puede considerar como inalterable. Recordemos aquí que, como
ya
hemos analizado, la propia estructura económica capitalista
impediría condiciones 23
la creación de medidas reformistas que mejoraran las de vida del proletariado. La pauperación progresiva
Ídein, p. 199. 182
de
éste, necesaria y mantenida por la ya conocida Ley Férrea, no
lo
permitiría.
Y
del mismo modo a la existencia de la idea de que el
capitalismo la
mantiene una tendencia necesaria y fatal que impide
concesión y, mucho más todavía, la realización efectiva de
reformas
sustanciales en beneficio de la clase obrera, hay otro
pensamiento conclusión sola
igualmente defendido por los socialistas y es la de que la burguesía tiende a irse agrupando en una
clase, perdiéndose la diferencia entre pequeña burguesía,
clase
media y alta burguesía o clase capitalista propiamente
dicha.
En este proceso de reunificación, y bajo un esquema muy
similar,
por no decir idéntico, al ya analizado en cuanto a la
reducción clase
de la sociedad toda en sólo dos clase antagónicas, la
burguesa va convergiendo exclusivamente en gran burguesía,
proletarizándose situación pequeña
social. De esta forma, afirman los socialistas, la burguesía
desapareciendo el
tiende
a disiparse
de
la esfera
social,
con ella la pequeña industria, el taller que era
sustento de dicha clase inedia. Es este un desenvolvimiento
lógico
y necesario del desarrollo del capitalismo, que ya hemos
analizado a
aquellos elementos que no pueden llegar a dicha
aquí, y por el cual el antagonismo entre clases tiende
simplificarse, reduciéndose a dos enconadainenteenfrentadas, a
medida
que va desarrollándose el sistema económico.
tpero
la misma clase media manifiesta distintas
fases, empieza por el pequeño industrial, que tiene uno o
dos oficiales y varios aprendices, y concluye en el 183
verdadero o
una
fábrica
obreros. media y ta
capitalista o fabricante, que tiene una inina trabajan
quizás
millares
de
Hay que advertir que al desenvolverse la clase
desaparece lo que llantamosla pequeña burguesía
viene a quedar todo reducido a la clase capitalis •
Resumiendo mentalidad aparece
del
todo lo dicho anteriormente, vemos como en la socialismo
finisecular español,
la burguesía
como la clase dirigente, que hace todo lo posible, en su
enfrentamiento que
donde
como clase con la clase obrera y sin percatarse de
se trata de una misión imposible, por retardar la revolución
necesaria carácter
que se avecina. Sin embargo, y aun dejando claro su estrictamente negativo en la época actual del Capitalis
mo,
los socialistas españoles señalan como, en tiempos pasados,
la
burguesía ha cumplido un papel social positivo de primera
magnitud.
Esta
idea, seguramente recogida de la primera parte del
Manifiesto habían de
Comunista, que los miembros del partido obrero ya
leído, olvida sin embargo, y no creemos que se trate sólo
un olvido, una parte fundamental de dicha tarea positiva
llevada contra
a cabo por la clase burguesa en su lucha revolucionaria el Antiguo Régimen.
Efectivamente, escrito 24
en
el
Manifiesto
del
Partido
Comunista
por Marx y Engels en 1847, la burguesía no sólo ha fdem, p. 202. 184
realizado grandes ser
una revolución en el campo de la producción, y con ella
obras materiales, por llamarlas de algún modo, como pueda
la introducción de la maquinaria o la producción a gran
escala, cambio
sino que también, y con este cambio, ha efectuado un drástico en la—mentalidad,
Ciertamente,
en el pensamiento humano.
Marx y Engels destacan la idea de que la burguesía
ha
sentado las bases de una nueva sociedad, pero no exclusivamen
te
en el terreno económico, tal y como lo ven de forma limitada
los
socialistas españoles, en el sentido estrecho de una realidad
productiva,
sino
pensamiento Marx
en
un
sentido
también
de
desarrollo
del
que acompaña, y no olvidemos que en el análisis de
también moviliza, a la propia nueva realidad productiva.
tiLa
papel
burguesía ha desempeñado en la historia un
altamente revolucionario. (...)
Ha
sido ella la primera en demostrar lo que puede
realizar
la actividad humana. (...)
La
burguesía no puede existir sino a condición de
revolucionar por
incesantemente los medios de producción y,
consiguiente, las relaciones de producción, y con
ello
todas las relaciones sociales.
ción
continua en la producción, una incesante conmoción
de
Una
revolu
todas las condiciones sociales, una inquietud y un
movimiento todas y
(...)
constante distingue la época burguesa de
las anteriores. Todas las relaciones estancadas
enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas 185
veneradas hacen
durante siglos, quedan rotas, las nuevas se
añejas antes de llegar a osificarse. Todo lo
estamental
y estancado se esfuma; todo lo sagrado es
profanado,
y los hombres, al fin, se ven forzados a
considerar
serenamente sus condiciones de existencia y
sus
relaciones recíprocas”25
Sin
embargo, ese punto está ausente de la reflexión de los
integrantes España.
Éstos, sólo cuestionan
entrada campo
del primer Partido Socialista Obrero constituido en el avance que representó
la
en la historia de la burguesía como clase dominante en el limitado de la producción económica, omitiendo cualquier
otra
realización burguesa. La
plantea
inmediatamente es
pregunta,
saber
cuál
es
la cuestión que la causa
se
de dicha
omisión.
“Nosotros todo
reconocemos que hay un lado bueno en
lo que ha hecho la clase media, y contra eso no
protestamos,
no lo queremos combatir; ese lado bueno es
el
haber concentrado el trabajo, el haberlo organizado
de
mejor modo que antes y el haber creado instrumentos
de
trabajo que valen mucho; pero no por haber sido
compatibles durante
esos
adelantos
que
se
han
verificado
el dominio de la clase media con los intereses
de
la clase proletaria, ha nacido otro lado malo, que
es
el polo negativo. El polo positivo está en los
25
Marx y Engels, Manifiesto del partido comunista. Moscú,
Editorial
Progreso, 1985. Pp. 39-40. 186
grandes
instrumentos
perfeccionado la
trabajo
que
ha
creado
y
esa clase; pero el polo negativo, que es
miseria de los obreros y su mayor explotación, hay
necesidad
de destruirlo, y esto es lo que nosotros nos
proponemos.
Para nuestra
de
t126
responder a dicha cuestión, una vez más debemos dirigir reflexión hacia la teorización que hemos visto realizan
los
socialistas del capitalismo, su explicación de dicho sistema
como
una realidad exclusivamente económica. El hecho de que en el
análisis
realizado la burguesía carezca de una serie de caracte
rísticas
comunes en cuanto a su ideología, se hace mucho esmero
en
declarar la división política que reina entre los miembros de
la burguesía, y que su contribución al desarrollo histórico de la humanidad de
quede reducido a su relación con la revolución técnica
los medios de producción y de las relaciones de producción
nuevas
que ha procurado,
burguesía propia. los
señalan la idea de entender a la
como una clase social que carece de una ideología Y lo que de cierto pueda tener esta tesis defendida por
socialistas españoles, no nos debe llevar a engaño. Efectiva
mente,
se puede argumentar, y creemos que con argumentos muy
poderosos,
que para Marx la clase burguesa también carecería de
ideología
propia y característica. Incluso, se puede analizar
históricamente
y observar como es verdad, lo cual es mucho más
importante
de lo que dijera Marx, que la burguesía carecía de un
pensamiento
organizado en cuanto a clase social. Si bien esto es
cierto, 26
no podemos olvidar que Marx señala al propio sistema de Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. P. 213. 187
producción
capitalista como ideológico, basándose en su estudio,
realizado
en El Capital, del fetichismo de la mercancía.
“El
carácter misterioso de la forma mercancía
estriba,
por
proyecta de
pura
y
simplemente,
en que
a los hombres el carácter social del trabajo
éstos como si fuese un carácter material de los
propios de
tanto,
productos de su trabajo, un don natural social
estos objetos y como si, por tanto, la relación
social
que media entre los productores y el trabajo
colectivo
de la sociedad fuese una relación social
establecida
entre los mismos objetos, al margen de sus
productores.
[En
cambio], la forma mercancía y la relación de
valor
de los productos del trabajo en que esa forma
cobra
cuerpo, no tiene absolutamente nada que ver con
su carácter físico ni con las relaciones materiales que de
este carácter se derivan. Lo que aquí reviste, a los
ojos
de los hombres, la forma fantasmagórica de una
relación
entre objetos materiales no es más que una
relación
social concreta establecida entre los mismos
hombres’t27.
27
Karl Marx, El Capital. Vol. 1
Económica,
.
México,
Fondo de Cultura
1987. Pp. 37-38.
Igualmente, hay que destacar que Marx presta gran atención a las ideologías en muchas de sus obras, cosa que no hacen los socialistas españoles. 188
Sin el
embargo, esto no es así en los socialistas, para quienes
Capitalismo es una relación económica de compra—venta sin
ninguna
interioridad ideológica en ella misma. Fuera del interés
económico, ningún
los socialistas piensan que la burguesía carece de
planteamiento en común, y no porque dicho planteamiento
ideológico
ya esté dado en las relaciones productivas, sino
porque únicamente se participa en la realidad capitalista como un conglomerado
de medios y actores. La clase burguesa no es más que
la
unión de los empresarios capitalistas, del mismo modo que en
su
esquema, el capitalismo es únicamente la suma de burgueses y
proletarios mercado
en su relación de compra—venta de trabajo en el
capitalista.
“El
individuo que posee un dinero, y no hemos de
examinar
la manera de cómo ha venido a su bolsillo,
pues
por lo general viene del mismo modo que después se
verifica
la evolución, sin embargo de que pudiera citar
muchas
fortunas
individuo una
manejos
ilícitos,
ese
transforma en capital su dinero por medio de
que sólo dispone de su fuerza; si ha de
acrecentarlo,
tiene necesidad de comprar para vender,
en esta operación hay un sobreprecio, que es lo que
guarda tal.
28
a
operación sencillísiina, inversa a la que hace el
trabajador
y
debidas
en su bolsillo, o sea el interés del capi
1128
García
Quejido, sesión del 25 de enero de 1885. Pp. 254—
255. 189
Así, acuerdo una
la clase burguesa pierde su capacidad de actuar de a unos criterios propios, carece de una personalidad, de
idiosincrasia característica, limitándose a cumplir estricta
mente
los términos fatales hacia los que la conduce el propio
desarrollo cuanto
del Capitalismo. Es una clase que lo único que hará en
a su relación con
desarrollando previsto
de
se está
es confirmar de forma exacta su propio acontecer,
carecía de cualquier capacidad de desarrollo frente
lo que ya estaba planteado como tal capitalismo, sujeto dentro los estrechos límites que le marcaba la compra—venta del
trabajo en
económico que
ya por los socialistas españoles. Del mismo modo que el
capitalismo a
el proceso
ajeno, la burguesía se debe limitar a cumplir, al menos
el análisis propuesto aquí estudiado, su exclusivo papel de
compradora
del trabajo ajeno, una de las dos relaciones del
propio
capitalismo: la otra sería la venta, y, por ese mismo
motivo
que la enmarca dentro de todas las limitaciones que el
sistema propio
pueda tener, aceptar las fatales consecuencias que el Capitalismo lleva implícito.
“La
clase capitalista desposeída de sus medios de
producción,
que inonopoliza, nada es, nada vale, nada
representa,
para nada sirve, no encarna ninguna idea,
ni lema
religiosa, ni filosófica, ni científica. Su único es vivir de la explotación del prójimo. (...)
Revolucionaria antiguo, en
mientras
luchó contra el privilegio
se convierte hoy en conservadora del suyo, cayendo
el doctrinarismo y la reacción. Su defensa es la de los 190
organismos cia.
Su único argumento, la fuerza. Irá cediendo el terreno
palmo
a palmo; nunca abandonará su baluarte
presión
Se
de un poder mayor.”
entra
español.
condenados por el progreso social, la resisten
aquí
dentro de
SflO
bajo
la
29
otra
paradoja
del
socialismo
Los individuos que forman parte de la clase burguesa
pueden
ser condenados moralmente por dicha pertenencia ya que son
ellos
los causantes de la pobreza en que vive la mayor parte de
la
población, a través de su afán desmesurado e inmoral de lucro,
pero,
al tiempo, la clase burguesa participa del desarrollo fatal
del
propio capitalismo, y como tal clase es inocente ya que
cumple,
como si dijéramos, su destino inexorable.
La más
solución a la paradoja arriba expuesta proviene una vez
del empeño positivo de la forma de análisis socialista. El
deseo
de desterrar la moral del análisis social lleva a los
socialistas a incluirla en el estudio personal de cada uno de los miembros se
de la clase, pero, igualmente, a pasarla por alto cuando
habla de la clase enmarcada dentro del desarrollo capitalista.
Efectivamente, y
como tal es una clase dominada por el egoísmo y la codicia,
pero
al tiempo este egoísmo y esta codicia tendrán el punto
positivo a
la burguesía es el conglomerado de sus miembros,
de crear unas condiciones irresolubles para el sistema
través de la anarquía de la producción.
29
Jaime Vera, p. XXXIII. 191
Más
que ante una cuestión dialéctica de contradicciones, nos
hallamos
ante lo que los propios socialistas califican como error
de
cálculo30.Y la calificación no es yana. Si fuera una cuestión
de
contradicciones propias del sistema, al estilo de Marx donde
la
contradicción se daentre
actual, tema
el cálculo no entraría en la cuestión, sino que sería un
alejado de
individual los
la potencialidad y la realidad
la esfera economicista
(de la niera riqueza
de cada uno de los individuos). Sin embargo, al situar
socialistas todo el problema ahí, hacen a la clase burguesa
como
responsable de su propia caída al concederle un grado de
estupidez,
de inconsciencia ante el problema, que coloca a la
burguesía
como una clase cuya evolución no sólo es incierta, sino
imposible
en cuanto a esa especie de selección natural darwiniana
que
rige el capitalismo y su mercado de mercancías. Así, de
manera
similar a como Darwin ha enseñado que los organismos
incapaces víctima
de adaptarse a las condiciones nuevas van a desaparecer
de las leyes evolutivas que rigen en el mundo natural, la
burguesía, en
llevada por su propio afán usurero, camina convertida
un organismo imposible de adaptarse a la futura hecatombe
revolucionaria
Cfr. 209—210. 30
que acabará con el capitalismo.
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. PP.
Es una idea referida a la producción desmesurada de mercancías con el fin de la ganancia, sin antes haber estudiado su salida al mercado. Debido a lo reducido de éste, los obreros no participan por la Ley Férrea, surge la crisis y con ella la revolución. Es, pues, una contradicción como consecuencia de un error de cálculo. 192
“Pero, misión
capitalista? Terminada
su
histórica, que era llevar hasta cierto grado la
acumulación está
¿y la clase
y concentración de los medios productivos,
decretada
privilegio,
su aparición. La permanencia de su
en pugna con el derecho común, es imposi
ble”3
Idem,
p. XXXI. 193
CUATRO:
EL PROLETARIADO
Una
vez analizada una parte de la sociedad, aquella que
constituye de
la sección que compra la fuerza de trabajo, correspon
ahora analizar
corresponde
parte
de la división,
a la que
la gran mayoría social y a la que en un porvenir
relativamente
muy
pertenecerán sean
la otra
cercano,
según
la
predicción
socialista,
todos aquellos individuos excepto aquellos pocos que
propietarios
de
los
grandes medios
de
producción:
el
proletariado.
La es
clase obrera o proletariado, al contrario de la burguesa,
la clase constituida por los individuos que careciendo de
cualquier estando
medio para poder producir ellos mismos su riqueza, desposeídos de cualquier medio productivo, deben vender
lo único que poseen : su trabajo o, más exactamente, su fuerza de trabajo.
Es la clase desposeída que no tiene más remedio que
acudir
a la relación establecida dentro del capitalismo, compra
venta
de trabajo, para vender su producto y con ello poder
subsistir.
“
Desde
el momento en que los obreros carecen de
las materias y de los útiles necesarios para crear por sí
mismo valores o productos con cuya venta puedan
adquirir
recursos con que atender a sus necesidades, ¿a 197
qué
se ven obligados? A una de dos cosas: a morirse de
hambre de
o a alquilar diariamente sus brazos, su fuerza
trabajo a los monopolizadores de
los medios de
producción.”32
Así, clase
social es su propia fuerza de trabajo. Pero, al tiempo y
como
hemos visto, es ésta
social, de
la única riqueza que caracteriza al proletariado como
ya que la capacidad productiva, el trabajo, es la fuente
el valor, enfrentado de este modo al capitalista que no
hace
sino constituir una traba al libre desarrollo de la propia
riqueza
económica. El proletariado no se define, pues, desde la
negatividad
puede haber en ella, sino precisamente la clase positiva
excelencia. Así, lejos de la visión de Marx de una serie de
hombres
constituidos en clase
producción clase
deshumanizada
en
favor de
la
irracional del Capitalismo33, nos encontramos con la
que en sí misma ya atesora, y en forma presente, todo lo de positivo hay dentro del mismo capitalismo.
32
1.
de la potencialidad traicionada, sino desde la fuerza
lo positivo. Es la clase obrera no la negación de lo que de
humano
que
riqueza
la clase que atesora en sí misma la riqueza de la produc
ción,
por
la máxima
riqueza. Se sitúa así, desde el principio, al proletariado
como
de
verdaderamente
Pablo Iglesias, El programa Socialista. Comentarios. Art.
P. 133.
Para una magnífica explicación de la idea de proletariado en Marx, y de Marx en general, ver: Marcuse, Herbert, Razón y Revoluciófl. Madrid, Alianza Editorial, 1986. Pp. 268—314 (las explicaciones sobre la idea de proletariado en Marx, en las páginas 285—286). 198
“Parecería económica por
natural, señores, que a una situación
tan miserable como la que pueda traslucirse
lo anteriormente dicho, debiera corresponder un
estado
sumamente inmoral. Sin embargo, no se da ese
caso.
La clase obrera, no obstante sus privaciones, a
pesar
de su falta de educación, es más moral, más
honrada sus
que la clase que la explota. Sus costumbres,
actos están ahí para demostrarlo. En su desnudez,
en
su pobreza, más ricos mil veces que los ricos en
generosidad con
sus compañeros sin trabajo el jornal que ellos
necesitan
para
aflicciones empeño
consuelanlos
en
sus
y buscan con solícito afán y denodado Cuántas
de su hija van a la casa de empeño solamente
librar de una angustiosa situación a un compañero
suyol
¡Cuántas veces familias obreras, llenas de hijos
faltas de recursos, acogen en su hogar, para darles
calor
y vida, a esas tiernas criaturas que, no mujeres
viciosas una ha
y corrompidas, sino una sociedad hipócrita y
moral falsa arrojan en medio del arroyo! Jamás se dado el caso de que un obrero, empujado por la
estrechez
de su miseria a demandar el auxilio de sus
compañeros, A
sustento,
la capa del obrero, el pañuelo de su mujer, el
vestido por
su
el modo de librarlos de un grave apuro.
veces
y
y desprendimiento, los obreros comparten
haya vuelto a su casa con las manos vacías.
montones, señores, se cuentan los rasgos de desinte
rés,
de generosidad, de abnegación que a todas horas
realiza
esa tan maltratada clase obrera. 199
(...)
Mírese superior, clase una
por donde se mire,
la clase obrera es
muy superior, en condiciones morales a la
que subyuga. Y es, señores de la Comisión, que clase que vive a expensas de
derrocha
otra, que gasta y
lo que no es fruto suyo, podrá tener más
fuerza, más inteligencia, más astucia; lo que no tendrá nunca
Si Si
será más moralidad que la clase oprimida.”34
el burgués es ocioso, la clase trabajadora es laboriosa.
la clase capitalista es un freno a la producción de
riqueza,
la
la clase obrera es la misma realidad que la produce. Si
el
industrial es ladrón que vive a costa de sustraer aquello que
no
es suyo, el obrero es la víctima de dicha sustracción35. Si,
Pablo Iglesias, Informe de la Asociación del Arte de Imprimir. PP. 467-468. Lo interesante de esta idea no es tanto la defensa de la moralidad de la clase proletaria, que seguramente podría ser cierta, sino el empeño con que se defiende y el interés puesto, extremado, en definirla de acuerdo a esa misma moralidad.
35
“Igual concordancia existe entre capitalistas y obreros que entre el salteador y el viandante, sin más diferencia que el viandante encuentra a su expoliador por acaso y sin pensarlo, mientras que el asalariado va a sabiendas a la faena donde creará un valor incompara blemente mayor que el que recibe, con el sentimiento, ya que no con la conciencia clara, de que es explotado; sabiendo, más o menos razonadamente, que sólo a condición de ser robado asegura su subsistencia.” Jaime
Vera, p. XI. 200
en
definitiva, el dueño de los medios de producción es una
especie del
condenada en el propio desarrollo histórico, el futuro
progreso corresponde al trabajador.
“De
igual suerte que la burguesía, nacida de las
necesidades
mismas de la sociedad feudal, obró como
elemento destructor de ella, unas veces con apariencias tranquilas, rio, ta
otras impulsadas por el furor revoluciona
así las necesidades del capitalismo, que represen el estado triunfante de la burguesía, engendran la
fuerza
social que
colectivista. obrera, de sus
ha
de operar
la transformación
Esta fuerza revolucionaria es la clase
la clase que sufre ‘lasdolorosas consecuencias
la contradicción que el sistema capitalista lleva en entrañas. Ha nacido en el seno de la sociedad
burguesa,
ha crecido a sus expensas, y por el juego y
evolución
de esa misma sociedad ha aprendido de ella la
virtud la
del principio colectivo, que si es fecundo para
explotación capitalista, no lo será menos para la
emancipación
obrera; el mismo desarrollo de la sociedad
burguesa
la
intereses
contrarios al interés privilegiado,; se ha
disciplinado fábrica que
constituye
clase
aparte,
con
sus
bajo la ferrea presión del régimen de
y de maquinismo; y, en fin, la misma sociedad
ha de caer bajo
elemento
en
sus golpes le proporciona el
inteligente que ha de darle conciencia cada
201
vez
más clara de sus intereses, noción cada vez más
exacta
La con
de lo que representa la evolución humana.”36
definición que se da de la clase obrera se corresponde no
la negación de las potencialidades actuales, sino con la
afirmación
de unos valores que aparecen hipostasiados en el
futuro
porque se dan ya en el presente. Esta visión, que sitúa la
verdad
última en la propia clase obrera, demuestra una vez más
hasta el
que punto la idea de adecuación se encuentra introducida en
proceso mental de los socialistas españoles y como existe la
imposibilidad de plantear una dialéctica desde la cual se pudiera sostener lismo la
que el proletariado no es la verdad oculta del capita
sino su auténtica falta de verdad siendo así, y por esto,
demostración de que el capitalismo podrá ser real pero no es
verdadero.
Pero
la admisión de esto último, el carácter verdaderamente
dialéctico a
por parte del movimiento obrero, implicaría renunciar
la idea de un enfrentamiento dual37 entre unos y otros y, con
ello,
o mejor dicho, anterior a ello, verse en la obligación de
renovar
su idea del capitalismo como algo más que una mera
relación comercial entre dos términos que acaban produciendo, por su
adición, un tercero que al resultar ser su producto los
engloba. ser
Efectivamente, para que se produzca dicha suma deben de
términos positivos los que se añadan. Y la verdad o falsedad
36
Jaime
Vera, p. XXXIV.
Dual es entendido aquí como contrario a lo dialéctico. 202
de
los mismos debe estar en consonancia con aquellos que realizan
un
papel de bueno o de malo (de creador de la riqueza social o de
usurpador
de la misma)
capitalismo. debe
dentro de la relación descrita como
Y por ello, la clase que cumple el papel de buena
ya de tener lo bueno realizado en sí misma pues si acaso no
fuera
así, esto debería salir de algo extraño y ajeno a ella que
no
estaría en ninguna forma representado previamente y al cual no
se
le podría señalar de forma positiva.
La idea
potencia aristotélica parece admitida, pero no así la
propia de la dialéctica de una contradicción que no sea ella
misma
ya la verdad, es decir: que en su negatividad no sea ella
misma
una futura verdad. Por eso, surge la idealización del
proletariado en
como forma de superar esa negatividad y convertirla
una relación de acto—potencia.
Este
hecho, por ejemplo, se ve representado perfectamente en
la propaganda, que tanta importancia adquirirá para el movimiento obrero.
Los
idealizados, presente
carteles de
siempre
acuerdo
al
presentan
canon
obreros
clásico,
que
ideales muestran
e un
ya real de realización humana plena. Incluso, movimien
tos
como el comunismo soviético a través de su cine presentarán
una
estética de apoteosis, de reconciliación, pero nunca de
negatividad38. Anclados en la adecuación, el proletariado ya es
38
De
hecho,
es curioso observar
como
la estética del
Fascismo guarda estrecha relación con la estética del movimiento obrero. Y como estas dos son asimiladas, e incluso superadas en su barbarie, por los propios anuncios emitidos a diario por la televisión en la actualidad. 203
lo
que el futuro debe ser: no hacen sino situar lo que ya son en
el
futuro de la propia humanidad. Se convierten en un ideal a
seguir, su que
algo que ya está dado ahí y únicamente precisa aumentar
poder, darse cuenta de lo que son y librarse de las cadenas le atenazan para desplegarSe.
“
ha
Pero si afirmamos que la evolución histórica no
destruido hasta aquí lo que en el fondo de las
relaciones
sociales hay de injusto y de opresor, y que
supedita
la inmensa mayoría de la familia humana a los
egoísmos
individuales de una minoría privilegiada, no
se
crea por esto que renegamos del progreso. La forma
económica las
presente tiene para nosotros, obreros, sobre
pasadas la ventaja inmensa de presentar a la clase
dominante función
reducida cada vez más estrictamente a su explotadora, pasandoaserpatrimoniodelos
hombresdetrabajo.delosasalariados,lasfunciones socialesqueenelmundoantiguoyenlasociedad feudalaparecíancomorazóndelosprivilegios.Se se
palpa, la inutilidad de la función capitalista; se
palpa el
ve,
el antagonismo entre capitalistas y trabajadores;
progreso ha planteado en sus últimos términos el
problema
social,
problema
planteado
es
problema
•139
¿Pero, la
quienes forman parte de la clase proletaria dentro de
sociedad burguesa? Se suele admitir como idea general dentro Jaime
Vera, p. IX. El subrayado es nuestro. 204
de
los estudiosos del tema, que existe cierta tendencia entre los
dirigentes aquellos
del PSOE a admitir como proletarios únicamente a
elementos que provenían del trabajo industrial y de los
sectores
más
sociedad.
Sin embargo, los discursos pronunciados y los escritos
originales te sea
económicamente
hablando,
de
la
señalan otra cosa bien distinta. Aparece explícitamen
como proletario todo aquel que vende algo de su trabajo, ya su fuerza de trabajo manual ya su capacidad intelectual, a la
clase
poseedora de los medios de producción. Los socialistas
españoles la
desfavorecidos,
no se cansan de repetir que los que trabajan dentro de
esfera intelectual son también, al igual que los otros,
obreros.
“
La clase productora [es], lo mismo al obrero de
la Universidad que al de taller, al que se emplea en el trabajo más
más fino y delicado que al que desempeña las
rudas faenas.”
“Hombre forma
obrero
y,
de trabajo: el que despliega cualquier
de trabajo; corresponde exactamente al término
obrero,
°
40
comprendiendo tanto al obrero manual como al intelectual.”
41
Pablo Iglesias, Comentarios. El programa Socialista. Art.
p. 144.
Jaime
Vera, nota a pie de página en la p. VI. 205
Sin cuanto
embargo, se produce un distingo entre unos y otros en
a la producción de su trabajo. Así, mientras que todo el
proletariado
industrial tiene cabida dentro del partido socialis
ta,
produzca lo que produzca y sean cuales fueran sus condiciones
de
trabajo,
proceder
siempre
científica, desarrollo su
los “obreros intelectuales” deben, sin embargo, en
su
producción
de
acuerdo
a
la verdad
que garantiza el triunfo socialista al descubrir el necesario de la realidad, sin prostituirse ni ellos ni
conocimiento en beneficio de la clase dominante dispuesta a
comprársela.
Sí; entendemos por obrero al individuo que en la
“
esfera
intelectual o en el trabajo material venden su
persona
como otros venden el producto de su trabajo. La
definición, entendamos cualquier de
que es clarísima, no significa que nosotros por obreros
los individuos que, cultivando
ramo de la ciencia, entregan ésta, cómo moza
partido, a merced del señor que paga. No queremos la
ciencia
prostituida; no podemos calificar de obreros a
los
individuos que ocultan la verdad científica, a los
que
no tienen honradez científica, y que, por lo tanto,
sabén
agradar a la clase que paga, velándole la verdad
para
poder continuar la dominación en que nos hallamos.
Esos
son galeotes que se interponen entre los que saben
y
los que no sabemos, porque nuestro cerebro, atrofiado
por
el
incesante
movimiento
206
muscular,
no
nos
ha
permitido
alcanzar de una manera perfecta el conoci
miento
de lo que debemos ser.”42
Cabría
preguntarse aquí el porqué de este distingo. Y la
respuesta
no se puede hallar en que los socialistas den gran
importancia a la producción intelectual de la burguesía, cosa que hemos
visto en este mismo capítulo que ni tocan. Tampoco han
hablado como
los socialistas, al menos explícitamente, de ideología
forma de dominación social. El hecho de que los proletarios
industriales puedan trabajar en cualquier actividad, frente a los intelectuales, según
tiene que ver con esa idea de fatalismo económico
la cual el Capitalismo necesariamente va a dejar paso a la
propiedad
común
de
los medios
desarrollo.
Con
capitalismo
se desenvuelva cuanto antes,
riqueza
prejuicio,
lo que
por
importa se cree
su propio es
que
el
la máxima
posible. Aquí es lo mismo el medio como se desarrolle el
capitalismo, número
este
de producción
qué industria va itásadelantada o cuál utiliza mayor
de mano de obra, sino que lo importante es la creación de
la máxima riqueza posible. Y por eso mismo no se tiene en cuenta en
qué trabaja el proletario industrial, pues trabaje en lo que
trabaje
lleva adelante el incremento del Sistema y, con su máxima
prosperidad, españoles,
su
idea
básica
de
los
socialistas
del sistema económico en sí mismo.
Vistas
42
La
y con la cual trabajan todo el tiempo, es la de la
neutralidad
problema
caída.
así las cosas, nada que refiera a ese lado del
debe de seguirse con una actitud vigilante en cuanto a
García
Quejido, sesión del 25 de enero de 1885. P. 254. 207
problemas máxima
sobre la ideología que encierre. La producción de la
riqueza posible, es decir, la labor ejercida por los
proletarios industriales, no produce nada ideológico, ni siquiera la
mercancía. Así, y por este motivo, el trabajo industrial,
separado mismo
conduce al sistema a su propia quiebra43.
Sin de
de su realidad capitalista, es positivo porque en sí
embargo, el obrero intelectual no puede trabajar en pos
crear esas condiciones materiales que apenas conocen signo
político
sino que son neutrales de por sí. Además, y ahí está el
problema,
el trabajo intelectual sí tiene un contenido ideológi
co,
aunque ellos no usen esta expresión, concreto en cuanto a las
ideas
dadas a la sociedad. Y, por lo tanto, es susceptible de
investigar este
planteamiento no se encuentra en lo que se dice sobre la
labor
ideológica de los intelectuales dentro de la sociedad
burguesa, la
cuál es dicho contenido concreto. Lo falso, pues, de
sino en querer presentar dicha realidad ideológica como
única existente dentro del propio capitalismo.
Una vez más nos encontramos aquí con una nueva diferencia con respecto a Marx. Éste ya había analizado la realidad productiva como el máximo exponente ideológico del capitalismo, aquello que iba integrando el sistema totalitario en su presunta abstracción de precisamente cualquier proceso productiva concreto, lo que atomizaba la realidad de forma ideal, cuando en realidad dicha realidad era de un estilo totalitario. Ello no quiere decir, por supuesto, que Marx no diera importancia a la propia producción, sino que para él, esta misma producción capitalista llevaba en sí una contradicción no sencilla de resolver. 208
Es
por este motivo, a nuestro juicio, por el que a los
intelectuales
se les exige, como condición previa al ingreso a
las filas obreras, la renuncia a defender los intereses burgueses usando de
como medio para ello la propia ciencia. Como consecuencia
esto deben precisamente esforzarse por buscar la Verdad, es
decir:
los argumentos que descubren como la situación favorece
totalmente
a los revolucionarios.
“Bien imperio
que los poseedores del capital, cuyo es el
del mundo, mirando las cosas a través de sus
intereses, saber
sustenten aquel error, incompatible con el
actual; pero vosotros, hombres de ciencia que no
seáis
capitalistas, no sólo vais
científica;
vais
fundamentales.”
De
bajo es
también contra vuestros
intereses
44
esta manera,
pervive,
contra la verdad
ese componente intelectual del partido
explícitamente y en una realidad que va a durar décadas,
la eterna sospecha de la traición de clase. Y el pensamiento visto desde un punto de vista
propia
ideólogico mientras que la
producción capitalista de mercancías es vista como la
garantía
que permite afirmar el propio triunfo final.
“El indica, actual Jaime
Partido Socialista Obrero, como su nombre es un partido de clase; dividida la sociedad en explotadores y explotados, el interés de Vera, p. y. 209
éstos
se halla
existente das
en
hacer
resaltar
el
antagonismo
entre unos y otros para que, una vez despeja
las sombras con que aquellos pretenden ocultar a la
vista
del proletariado este deslinde del campo social,
los trabajadores todos acudan con su esfuerzo decidido a
pelear en su terreno propio.
No
significa esto, no puede significar en modo
alguno
que el Partido Socialista se cimente en el
exclusivismo.
Aquellos
elementos
que
ejerciendo
funciones científicas o intelectuales prestan servicios verdaderamente no
hallarse comprendidos en la aceptación general y
gráfica dores
del término obrero, son, sin embargo, trabaja más o menos asalariados que desean prestar su
concurso los ción en
a la obra de una mejor organización social;
que procediendo del campo burgués sean una excep honrosa por su ejemplar conducta con los obreros; fin, cuantos acepten con lealtad nuestro Programa,
tienen
un puesto en las filas del partido, sin más
limitaciones
que las que fatalmente les crea su propia
procedencia,
fáciles de borrar con hechos que acrisolen
la
Se
sinceridad de sus opiniones.’”5
da
capitalista
27
útiles a la sociedad, y que no obstante
así
la paradoja
de que mientras
la producción
es implícitamente aceptada como aquello que necesa—
Bases a que debe ajustarse la redacción de El Socialista, de enero de 1886. P. 341 210
riamente
va a traer algo positivo a la revolución, sin embargo el
pensamiento hacer
no tiene más misión que la de la propaganda, la de
conocido por todo el mundo el mensaje del partido socialis—
ta.
No nos hallamos ante una crítica de la ideología sino ante
una
sospecha frente al pensamiento, al menos implícita, que se
coiaplementa con una apuesta total y efectiva hacia el desarrollo de
los medios productivos como elemento fundamental de la revolu
ción.
La mecanización del esquema revolucionario cobra así gran
importancia. ideas
Todo el proceso histórico se mueve no ya a golpes de
más o menos elevadas, sino de hechos por encima de los
mismos
individuos que en su fatalismo colocan necesariamente la
revolución
como culmen de un proceso temporal.
“
El
elemento inteligente que ha de contribuir
poderosamente
a la difusión de la doctrina redentora
del
Socialismo entre la clase obrera está representado
en
gran parte por los hombres que se consagran al
trabajo
intelectual. La ilusión mentida de que los
hombres
científicos tienen intereses ariaónicoscon los
del
capital no puede durar. En la gran lucha de clases,
su
puesto está en las filas de los trabajadores.
La
burguesía ha tolerado la investigación libre de las
(...).
ciencias
físico—químicas porque el progreso de estas
ciencias
era la condición del perfeccionamiento de los
medios
técnicos, o, lo que es lo mismo, del auge de su
dominación; menos
pero respecto a aquellas otras ciencias no
positivas
ciencias
que
las
llamadas
naturales,
las
sociológicas, la economía, el derecho, la 211
fisiología
mental o psicología, la clase capitalista
tiene
sus dogmas, tiene su ciencia oficial, ni más ni
menos
que los signos de dogmatismo, y la investigación
de
la verdad de que puede salir la crítica y condena
ción
del poder burgués, es tan poco libre como ella
puede
conseguirSe que sea.
(...)
Mas
lo que
espíritu
de
fatalidad
de
producción marcha vez
no
pueda
para
independencia aquellas
científica
lo
la generalidad
conseguirá
resoluciones
la misma
económicas.
sigue, aunque de
el
la
lejos, una
paralela a las demás formas de producción; cada
excede en mayor grado a las necesidades de la clase
capitalista; aumenta cada
sin cesar; la posibilidad de trabajo se hace
vez más infrecuente; la incontrastable ley de la
necesidad hombres en
el número de los obreros intelectuales
ha de arrojar, por lo tanto, la masa de
de trabajo intelectual al campo revolucionario
busca de una producción
segura
científica más
amplia,
y siempre creciente en el régimen colectivis
ta.
La tomar de
idea de que las ideas o las teorías políticas pueden parte fundamental en la revolución es un error que a ojos
los
socialistas españoles
prepotencia de
esconde,
cuando menos,
cierta
del lado de los intelectuales. Si tomamos como punto
referencia la distinción entre clase en sí y para sí que Marx 46
Jaime
Vera, p. XXXV. 212
introduce
en Miseria de la Filosofía (y que en cierta medida es
la misma que introduce en La Ideología alemana al situar las dos condiciones
básicas de una revolución en las económicas y las
ideológicas47), análisis Dicho
observamos
como
nada
de eso hay
en todo
el
que sobre la clase obrera realiza el partido Socialista.
estudio responde más a un criterio economicista que social
47
“En principio, las condiciones económicas habían transformado la masa del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, intereses comunes. Así, esta masa viene a ser ya una clase frente al capital, pero no todavía para sí misma.”
Pp.
Karl Marx, Miseria de la filosofía. Madrid, Ed. Sarpe, 1984. 173—174. Y si no se dan estos elementos materiales de una conmoción total, o sea, de una parte, las fuerzas productivas existentes y, de otra, la formación de una masa revolucionaria que se levante, no sólo en contra de ciertas condiciones de la sociedad anterior, sino en contra de la misma “producción de la vida” vigente hasta ahora, contra la “actividad de conjunto” vigente hasta ahora.” “
Marx y Engels, la Ideología Alemana. Barcelona, Editorial, 1988. P. 38.
L’Eina
Decimos que es un esquema muy similar, si acaso no idéntico, porque en las dos se hace mención explícita al hecho de que la revolución proletaria precisa tanto unas condiciones económicas de desarrollo como una condición de pensamiento que se rebela no sólo ante ciertas condiciones de la vida (reformismo) sino ante la misma vida. Así, en Marx parece claro que se juega con un concepto de revolución no sólo movido por consideraciones economicistas, sino también referidas al propio pensamiento filosófico. Igualmente, se ve en Contribución a la crítica de la filosofía del Derecho de Hegel. Introducción y en las Tesis.sobre Feuerbach la relación entre filosofía y revolución. 213
de
esa misma clase. En él se da importancia al proletariado en
cuanto
a ser la clase que imprime una de las dos funciones
básicas a
del capitalismo (produce la riqueza de toda la sociedad
través de la venta de su fuerza de trabajo) pero en realidad
por
nada más. Ni, también cabría aquí añadir, por nada menos. La
clase
en sí agota en su seno a la para sí que queda reducida
exclusivamente el a
poder. La conciencia de clase se transforma en una obediencia las directrices de un puñado de dirigentes, y en esta época
todavía unido que
no cabría hablar en términos despectivos, que consideran
por sí mismo el ser con el deber ser: el proletariado es lo tiene que
revolución vo.
a una estrategia para, llegado el momento, asaltar
ser pues
su función es el desarrollo
de
la
a costa del desarrollo del mismo capitalismo producti
En toda su faceta revolucionaria su papel se agota en la
propia
tarea que en la sociedad actual ya le es encomendada.
“Si
nos dirigiésemos a un público exclusivamente
burgués,
poco nos importarían estos inconvenientes,
puesto tal,
que estamos persuadidos de que el burgués, como sabio o ignorante, es incapaz de comprender el
Socialismo clase de
no podrá comprender jamás una teoría que, como la
Marx, es la negación de su existencia. Pero escribi
mos
para el Proletariado, el cual, según ha dicho con
mucha
razón Engels,
socialista tiempo y
científico, por la sencilla razón que una
moderno
“,
“
y
es
el corazón del movimiento
el proletariado carece hoy de
material para entregarse a profundas lecturas,
de medios pecuniarios para adquirir libros costosos. 214
El obrero se sabe únicamente algunos fragmentos de las obras
de Marx ; loquenoimpidequeviva,pordecirlo
así,pararealizarladoctrinaqueMarxhaestablecido, yqueamedidaqueadelantaenlaevolucióneconómica, reconozcaysientalosfenómenosqueMarxhabía previsto
Una cosa, ya
con la lucidez del genio.”
48
vez más, la teoría de la verdad como adecuación a la
al objeto, conlieva la necesaria aceptación de aquello que
es
como
condiciones
lo verdadero. que
de
El
positivo
proletariado pudiera
tener
reúne el
todas
las
capitalismo,
mientras
que el industrial, el burgués, como ya sabemos es lo
negativo.
Así, si la parte negativa ya es burguesa, la positiva
ya
es
proletaria con
consideración
lo cual sobra
absolutamente
cualquier
sobre la necesidad o no de que el proletariado
adquiera
conciencia. Incluso es más, la única conciencia que
adquirir
debe el proletariado es la de la idea de su fuerza y su
necesaria
unión
adecuarse
de forma positiva al tiempo que llega, pero que en
absoluto
el sujeto será capaz de construir como una condición
dentro
para
estar
preparado,
es decir, para saber
de su relación con el objeto.
“(...)
nosotros
no
hablamos
del
derecho
de
insurrección; antes al contrario, nosotros, al dirigir nos
48
a la clase trabajadora, al dirigirnos a nuestros
José Mesa, p. XXI. El subrayado es nuestro.
En la cita, se ve la creencia de que, aún sin conciencia, el proletariado cumple su función histórica. 215
hermanos, viertan
una sola gota mientras no estén todos unidos y
compactos, que
les decimos que su sangre vale mucho, que no
con plena conciencia de sus derechos, a fin
cuando llegue la ocasión de derramarla sea con
provechoso los
fruto; pero que no la estén derramando todos
días para que algunos vampiros vivan con ella.
Por influencia
eso entre nosotros, aquellos que tienen más recomiendan la calina, y dicen: “hay mucho
que
hacer todavía, hay mucho que organizarse antes de
ir
a esa lucha: luchafatal.inevitable;perocuyo
momentonolodeterminaremosnosotros.sinoquelo determinaránloshechoseconómicosopolíticos.el desequilibrioentrelasociedadqueexplotayla sociedadqueesexplotada;poresoloquehacefaltaes prepararnosparaquecuandolleguelaocasión, cual
El
esté dispuesto a cumplir con su deber.”
objeto al cual adaptarse está ahí, ya dispuesto para ser
dominado
por un sujeto que pasivamente le domina a través,
precisamente, cual, tal no
cada
del derrumbe del propio objeto por sí mismo. Con lo
el sujeto que triunfa es el que mejor se adapta al medio,
y como realizan las especies en la evolución darwiniana, pero el que lo transforma. Nada pues más lejos de la praxis que se
debería
enraizar en la conciencia de clase marxista. Aparece
además,
la apariencia de que
El
lo importante es
la práctica,
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. P. 209. subrayado es nuestro. 216
entendida aquello
ésta
como
reivindicación
diaria, dejando
de
lado
que debiera guiar a la propia práctica.
Desde este antagonismo, los trabajadores, y aquí
“
contesto a
a un punto concreto del interrogatorio, acuden
la resistencia, no como medio de emanciparse por
completo pueden
ni de impedir la explotación, que esto no lo conseguir,
efectos.
sino
Y no es que
conciencia
de
esto,
como
medio
de
atajar
los obreros tengan
porque cuanto más
sus
perfecta
tiranizados
están, más reducida es su inteligencia: es que el mismo desarrollo
La para
industrial lo ha traído consigo”
desvinculación se da así definitiva entre la teoría, que
los socialistas es negativa pues
producir
no parece
y la práctica, que por el mero hecho de producir
resulta
ideológico porque
ella misma
nada y niega así la esencia de la revolución frente al
capitalismo, algo
50
positiva.
La
supresión
de
cualquier
elemento
dentro de la práctica no sirve por ella misma, sino
ayuda en la creación del fatalismo necesario que es
previo,
curiosamente,
confirmarlo. estrategia
a
esa
práctica
que
únicamente
puede
Así, la práctica podrá variar dependiendo de la que se fije para alcanzar un fin, pero la ideología
carecerá
de importancia ante la ininediatez de los hechos. La
urgencia
histórica es la inmediata creación de riqueza material
para la
ahogar al capitalismo por la propia pobreza de las masas que
hará lanzarse a ésta a una revolución acuciada por el hambre. tdeni, p. 206. 217
“Pudiera
daros a conocer también, refiriéndOme
exclusivamente huelga que
a los tipógrafos
,
lo que significó la
sostenida en el 82; pero prefiero demostraroS
estas luchas no son locales, ni nacionales, sino
que
revisten
un
carácter
nacional
y
van
en
pos,
digáinoslO así, de una fatalidad económica que persigue a
los obreros, dependientes de la clase capitalista. En
las
diversas
en
que
el mundo
está
dividido,
la cuestión va tomando un carácter de mayor
gravedad,
conforme el desarrollo de la industria es
mayor, fuerte, más
De surgé
conforme la defensa de los obreros va siendo más conforme se va circunscribiendo a un círculo
estrecho, y va haciéndose, por tanto, su vida más
pesada
y más difícil de soportar.”
51
ahí, y producido por el propio desarrollo del sistema, ese otro punto fundamental dentro de la existencia del
proletariado proceso a
nacionalidades
en el seno de la sociedad capitalista como es el
de pobreza creciente, el efecto de la pauperación, que,
juicio de los socialistas, va generándose entre las capas
obreras
a medida que el capitalismo va extendiéndose.
El
antagonismo de intereses entre obreros y
capitalistas distintos
‘
se agrava por la concurrencia entre los
capitales.
García Quejido, sesión del 26 de octubre de 1884. Pág. 26. 218
En
primer término, el
capitalista dad
estado de guerra entre
y capitalista los coloca en la imposibili
de transigir en lo más mínimo con el
obrero.
Todo
productivo fuerza
el obrero que no sea
para el capitalista es encarecimiento de la
de trabajo y, por tanto, encarecimiento de la
producción. de
beneficio para
interés
La baratura en el mercado es la condición
la victoria; luego la depreciación de la fuerza de
trabajo
es la condición de la fuerza de trabajo es la
condición lar. El
de existencia de cada capitalista en particu
El que af loja en esta tiranía sucumbe sin remedio. apego a la vida ha de vencer toda consideración
humanitaria. mercado, toda
(...)
Los
capitalistas, que no rigen el
sino que son dominados por él, a despique de
caridad, han de ver mayor desgracia en el deterio
ro
de una máquina o la mutilación de una bestia que en
la
muerte violenta o en el desfallecimiento gradual de
los
proletarios que los enriquecen.
Acentúase, además, ese antagonismo, porque aumenta la
cantidad de fuerza de trabajo disponible: en primer
lugar, de
por el hecho de la acumulación y concentración
los medios productivos y por su perfeccionamiento
técnico,
que multiplican la productividad del trabajo;
en
segundo lugar, porque los productores por su cuenta
y
los capitalistas débiles, derrotados en la guerra
civil
de los capitales, vienen a engrosar las filas del
ejército proletario. Además, la destrucción continua de 219
centros
de producción parcial ocasiOfla un estado de
crisis lugar do
a frecuentes paros y a un trasiego no interrumpi
de obreros, restableciéndose el equilibrio más o
menos
tarde pero siempre de una manera incompleta”52
Este el
permanente, funesto para la clase obrera, dando
proceso comienza con el desmantelamiento producido por
capitalismo de las pequeñas industrias y talleres, que eran
los
lugares donde no se podía llevar a cabo hasta sus últimas
consecuencias salarios.
los efectos de la ya conocida ley férrea de los
Inexorablemente, con el trascurso del tiempo y el
desarrollo capitalista, estas pequeñas empresas van desaparecien do
y con ellas se van disipando las últimas garantías que podían
tener
los
proletarios de adquirir una buena posición económica
personal.
“Pues verifica
bien: el obrero, desde el momento en que se
esa transformación, pierde en categoría y pierde en
todos
sentidos; porque mientras en la pequeña industria no
puede
existir la ley del salario, en la grande industria, en
el gran desarrollo industrial, basado en el perfeccionamien to
de las máquinas, en la división del trabajo, etc., el
obrero la
52
es cada vez más despreciado, hasta quedar reducido a
condición de un esclavo.”53
Jaime
Vera, p. XXV.
Pablo Iglesias, op. cit., p. 202. 220
La
desaparición
importante y
de
los
talleres
marca
así
otro
punto
de inflexión para los socialistas. De acuerdo a ello,
como ya hemos analizado en la Primera Parte, el obrero que
hubiera
podido ahorrar un dinero con su esfuerzo podría haber
montado
un pequeño tal1er y con eso dejar de ser explotado por el
capital
personificado en el burgués, aunque él mismo se convir
tiera
en explotador, como no se cansan de recordar a la Comisión
los
miembros,
Incluso, de
la Asociación
de
Tipógrafos.
se presume de que con esta acción (que vendría a ser la
pasar de empleado a patrón) salvaría su capacidad y dejaría de
ser
objeto del robo de su fuerza de trabajo. La salida económica
implica, lo
inera condición económica, una situación social y laboral
concreta es
que se complica sólo por el hecho de que el capitalismo
incapaz de
condición sentido larga se
pues, la superación de la condición de explotación con
cual se debe sobrentender que la explotación es en sí misma
una
solucionarla.
social y
Pero
aparece
claro
que
si
la
laboral del proletariado cainbiara en un
favorable para ellos en su nivel de vida, su miseria y jornada de trabajo desaparecieran, entonces la explotación
consumiría con ello mismo.
Es español, concibe ca:
una vez
más
la unión
ineludible que
el
socialismo
y con él podríamos unir a toda la socialdemocracia, entre las condiciones económicas y la propuesta ideológi
es la primera la que guía a la segunda y marca su trayecto
ria. a
socialistas, de
Ella decide de forma exclusiva cuando una estrategia (pues
eso ha quedado reducida la ideología y la propia política) es
apta
para el momento o cuando no lo es. La clase en sí domina, de 221
esta
forma, sobre la para sí, controla su movimiento ideológico.
Son
las
condiciones
proletariado revolución. viene
económicas,
y el desarrollo
es
decir:
productivo,
la
pobreza
las que marcan
del la
La conciencia de clase es acuciada, incluso más aún,
formada a través de la pobreza material que aguza el
intelecto.
La
injusticia que obliga al proletariado a levantarse se
concreta la
en la carencia de alimentos y bienes materiales (y aquí
idea de ese materialismo se puede describir como el de una
grosería
absoluta: lo material responde exclusivamente a aquello
perceptible gusto).
por los sentidos, en especial, parece ser, el del
Es precisamente esto la falsa idea de la pauperación: la
reducción acción
de la materialidad del hombre a un mero ejercicio de
gastronómica y resto de funciones vitales y necesidades
primarias.
Lo falso no es sólo que la pobreza no sea lo que hace
la
conciencia de clase, sino el pensamiento que subyace a la idea
de
que la materialidad se reduce a funciones fisiológicas y que
el
resto de las funciones de un organismo humano no guardan
relación dejadas que
con dicha materialidad y, por consiguiente, deben ser de lado. Y todo esto deviene en falso porque se tendrá
acabar admitiendo una separación, entre lo estrictamente
material lo la
y aquello que aparece cómo libre frente a la esfera de
dominado por la materialidad. Así, si el trabajo pertenece a materialidad
satisfacción entra
más
evidente,
pues
es
la
formación
de
la
ante las necesidades, la cultura, sin embargo, no
a formar parte de esa materialidad. Esa es, como ya hemos
analizado
anteriormente, una de las razones que hacen que la 222
clase
intelectual sea vista como algo ajeno a la propia clase
obrera idea
y es, igualmente, la razón que se esconde detrás de la que señala la supremacía del en sí sobre el para sí.
Efectivamente, solamente
el
sistema
al
cual
material y afecta únicamente
producción, con
si
hay
que
derrotar
es
a la relación de la
lo prioritario será, asimismo, esa materialidad. Y
lo prioritario vendrá lo verdadero. La pobreza del próleta—
nado,
garantizada por la pauperación que es lo positivamente
evidente,
es lo que marca la diferencia entre ser o no ser
revolucionario.
De ria
esta manera, la pauperación como característica definito
de la sociedad burguesa adquiere una gran importancia en el
análisis
de
Efectivamente, la
clase
que
realizan
los
socialistas
españoles.
una de las causas que más va a azuzar el fuego de
lucha de clases va a ser precisamente la pobreza de una de las
pártes
contendientes. De la pobreza va a depender que la lucha de
clases
sea intensa o no. La pobreza intensa que existe dentro del
proletariado,
provoca el odio entre las dos clases que, recordé—
inoslo, únicamente forman la sociedad. Y dicho aborrecimiento se ve
reflejado en el desinterés que tanto una como otra sienten
hacia
su antagonista.
“
y
así como al patrono no le afectan las cuitas
dolores de los obreros, éstos permanecen impasibles
ante a
Y
las contrariedades o desdichas que puedan ocurrir
los burgueses. De la fuerza se valen los patronos
para
imponer sus condiciones a los obreros; de la 223
fuerza
de su unión se valen éstos para arrancar a sus
explotadores
una retribución mayor o una jornada más
corta.
Y
como en esta lucha de intereses y en esta
desigualdad de condiciones, el obrero desempeña siempre el
papel de víctima y el burgués el de verdugo, la
indiferencia
con que éste ve la muerte de un obrero, es
pagada
por los asalariados con la alegría que experi
mentan
al saber la muerte de un burgués, su enemi
go.
“
“
En
Paso
a examinar ahora la división del trabajo.
esto hay un interés de clase, y he de anticipar una
idea general. Así como los industriales no se cuidan de si
el obrero se muere, porque lo reemplazan por otro a
quien
dan el mismo jornal, bien corto por cierto, a
nosotros
nos
industrial, los
bledo
que
se
arruine
un
porque nuestros intereses son contrarios a
suyos y antagónicos; así es que cuando el indus
trial
en cualquier ramo introduce una división en el
trabajo productos
1,
importa un
que le da al cabo del día mayor
suma de
a precios más bajos, no tiene en cuenta para
Pablo Iglesias, Comentarios. El programa Socialista. -Art. p. 131. 224
nada su
el beneficio que pudiera reportar al obrero, sino ganancia.t’55
Pero
hemos de ver que dicho desinterés, dicho odio, adquiere
matices
individuales, es un odio subjetivo. No se trata exciusi—
vamente
de que las dos clases entren en conflicto debido a la
forma
definida de la estructura capitalista, sino que hay un
componente
subjetivo en todo esto: el odio de una clase frente a
la
otra. Y para los socialistas, el propio antagonismo de clases
es
debido a la miseria en la que una condena a la otra. De esta
manera,
una vez más, lo que de cierto pudiera tener la idea es
rápidamente de que
desvirtuado ya que parece como que si dicha condición
miseria progresiva desapareciera, la lucha de clases tuviera disiparse junto a ella.
“La miseria del proletariado, el pauperismo, no ha sido
ocasionado por los malos hábitos y costumbres de
los
trabajadores; antes al contrario, unos y otras
deben
su existencia y su desarrollo a la esclavitud
económica
que han padecido y padecen.
(...)
Las a
víctimas del régimen burgués son arrastradas
ella [la miseria], no por sus defectos o sus vicios,
sino
por la forma en que se distribuye la riqueza,
yendo
a parar la parte principal a la minoría parásita,
y
una parte, cada vez más exigua, a la inmensa masa
laboriosa.
En ese sencillo hecho económico está la
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. P. 205. 225
causa
de
la desigualdad
inevitable,
Y su
da.
la miseria de los que trabajan.
no solamente no depende la pobreza del obrero de
falta de moralidad y honradez, sino que cuanto más
honrado su
sea, cuanto mayor grado alcance su nivel moral,
situación económica será más aflictiva y desespera La demostración es sencilla. Un obrero que se halle
adornado lacayo
de las cualidades antedichas no puede ser
de los explotadores ni sufrir resignado las mil
humillaciones bastante
brazos.
que se cometen en el taller, siendo esto
para dificultar, y más
corremos,
De
social, y su consecuencia
en el tiempo que
el que encuentre sitio donde
ocupar sus
1t56
nuevo debemos acudir a la idea socialista sobre qué sea
el
Capitalismo para explicar de manera correcta cuál es el fondo
de
esa idea relativa al odio subjetivo que azuza la lucha de
clases.
Si el sistema capitalista ha sido caracterizado exclusi
vamente
como la compra—venta de trabajo que la clase burguesa
realiza
de
la clase
protagonistas que
ha sido ya garantizado en el propio proceso y lo
precisamente la objetividad de algo ajeno a estos dos
protagonistas. la
56
III,
los dos
ya ha desaparecido, previamente a cualquier otro análisis, ha
sido
de
proletaria, el subjetivismo de
clase
Así las cosas, si desaparece por un lado, el lado burguesa,
la
explotación
inmisericorde
de
los
Pablo Iglesias, Comentarios. El Programa Socialista. Art. pp. 136—137. 226
proletarios motivado
en la compra diaria de su trabajo, y, por otro y
precisamente por el primero, el sentimiento de explota
ción
y con él el de odio de la clase obrera hacia los capitalis
tas
¿Qué quedaría de negativo en el propio capitalismo? Todavía
más,
¿qué
queda del Capitalismo analizado por los socialistas
españoles?
227
TERCERA PARTE
REFORMA O REVOLUCIÓN: LA POLÍTICA DEL PARTIDOOBRERO
Las mente
consecuencias resultantes de los dos análisis anterior—
expuestos, sobre los teniasde la idea del salario (capita—
lismo)
y del antagonismO de clases, nos permiten adentramos
continuación por
a
en el comienzo del estudio de las ideas defendidas
los socialistas españoles en torno al tema de la política
revolucionaria.
Para
ello, en primer lugar analizaremos el modo en que el
proletariado adelante añorada
su lucha, calificada como de masas, para conseguir la revolución. Creemos que este tema puede resultar de vital
importancia entre
pues si por algo socialistas y anarquistas disputan
sí, al menos en España y creemos que también en el resto de
Europa, to
agrupado en torno al partido obrero debe llevar
es precisamente por el grado de implicación del movimien
obrero dentro de las estructuras políticas de la llamada, por
ellos
mismos, sociedad burguesa. Incluso, se sitúa en este punto
toda
la cuestión establecida, o la más importante, cuando se
produce
la escisión entre los socialistas del núcleo madrileño y
la propia Federación Madrileña en junio de 1872. Nos encontramos, por
consiguiente, ante un punto que debería considerarse como
básico miembros
por los propios socialistas para diferenciarse de los partidarios de los grupos anarquistas.
231
Sin
embargo, conviene destacar desde el principio que la
idea
de un partido obrero diferente a los ya instituidos, que
para
los socialistas españoles persiguen el interés de la clase
dominante,
no es de por sí una razón para adelantar que la lucha
política sino
cobre gran relevancia dentro del esquema socialista,
que, como ya veremos, la importancia concedida al elemento
político
es utilizada por los socialistas más como un hecho
propagandístico divulgar el
y de aprovechamiento de la tribuna pública para
sus ideas que relacionado con una auténtica creencia en
papel que las formaciones políticas puedan llevar a cabo en la
propia
realización de las convulsiones necesarias para hacer la
revolución
obrera.
Asimismo, análisis
consideramos en la presente investigación que el
efectuado por los socialistas españoles en torno a las
distinciones
políticas y sociales de los partidos burgueses y el
eminentemente efectuar,
obrero es una buena piedra de apoyo para intentar
a través de él, cuál es el sentido que los dirigentes
del
PSOE dan a la ideología como forma falsa de expresión social,
de
acuerdo al. esquema marxista que dicen mantener.
posible, socialista sobre
ción.
creemos, porque en el análisis que el mismo Partido presenta de la actuación burguesa en la política prima
todo el hecho de presentar a aquélla como una forma de
privilegio las
Esto es
burgués, como un utensilio que la burguesía emplea en
instituciones creadas para su provecho propio y su domina Podemos analizar así, y amparándonos en este mismo estudio
socialista
del papel de la política en la sociedad burguesa, la
232
crítica de
que el PSOE realiza de la función de la ideología dentro
la sociedad capitalista.
233
UNO:
LA IDEA DE POLÍTICA
Lo
primero que nos llama la atención en el estudio del
problema todo
de la política es, precisamente, el desprecio que hacia
aquello que sea político se encuentra inmerso en el discurso
socialista. cualquier pudiera
Lo más
llamativo es la absoluta falta de fe en
tipo de causa—efecto, o al menos en cierta conexión que haber entre la propia actuación política, sea del signo
que
sea, aunque con posterioridad veremos que precisamente uno de
los
rasgos definitorios de la actuación política es su carácter
de
burguesa, y la realización de reformas o mejoras en las
condiciones
de vida del proletariado.
Efectivamente, burgués, menos
la política es vista como un modelo de juego
un privilegio de la clase dominante, un adorno más o
florido con el que el sistema de explotación capitalista
pretender
amansar a los obreros que son menos conscientes de su
miserable
condición. La actuación política que se da dentro del
círculo de
burgués tiene como objetivo más claro ofrecer una serie
promesas, luego siempre incumplidas, a los obreros para que
éstos
no mantengan una actitud beligerante ante la explotación
burguesa.
“Vamos políticos
a
ver
si
efectivamente
los
partidos
todos, y con esto contesto a la pregunta 63, 237
se
conducen de ese modo. Hasta hace algún tiempo, los
trabajadores burgueses; libertad, ellos,
han han
a
creído
remolque
sus
de
palabras
los de
partidos
bienestar,
igualdad, fraternidad; se han batido por
y han
vinieran
ido
sidocarne
de cañón
para
que
otros
a ocupar elevados puestos; pero han ido pasado
todos
esos partidos por el poder
hecho
todos ellos? El que no los ha pegado, ha tenido
el
palo levantado para hacerlo.
(...)
(...)
Y,
¿qué han
En estos tiempos,
los mismos Señores de la Comisión están haciendo a cada instante cuartos de conversión, pero la masa del pueblo ya
no se va con ellos, porque comprende que nada
importan
a sus intereses.
Hay ciertos
en esos partidos avanzados programas que en puntos parece que coinciden con el que tiene el
partido
obrero que represento yo aquí.
¿debemos
(...)
Pero,
nosotros dar fe a esas reformas que estampan
en
su bandera? De ningún modo; si las estampan es por
su
propia conveniencia, por triunfar en la lucha que
tienen con otros elementos tan burgueses como ellos, no porque clase
se propongan hacer nunca nada en favor de la trabajadora.
Ahora
bien, ¿dónde milita el grueso de las fuerzas
de
ésta? En dos campos: en el de la política demoledora
y
en el partido socialista obrero. Además, hay una
fracción
que está todavía como dolorida y atolondrada 238
de
los golpes que ha recibido de la clase burguesa;
pero
esta misma fracción llegará día en que coiuprenda
que
no sirve la resignación y el abatimiento, sino que
es
preciso tener energía y buscar cada uno su puesto
para
el momento del combate; y cuando llegue ese día no
irá
seguramente a forinaren las listas burguesas, sino
en
las nuestras.”
De
esta manera, mantienen
sentido
que tiene la política burguesa es la defensa de los
privilegios
sociales, pero carece de todo sentido si desde el
proletariado función
se trata, ya que aquí tendría que cumplir una
que por sí misma le es imposible: la realización de la
revolución política que
los socialistas que el único
tan esperada. En el frente proletario, la organización
es únicamente un medio para arrancar reformas, las pocas
se pueden, a la burguesía.
“Si
nosotros queremos que vayan a aquellos sitios
diputados merced
O concejales socialistas, es porque allí,
a sus proposiciones o a sus proyectos de ley,
además
de
poder
arrancar
alguna
mejora
para
los
trabajadores, harán que se manifieste el antagonismo de clase”
Pablo 2
Pablo
2
Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pág. 208. Iglesias,
comentarioS.El programa Socialista. Art.
VII,
p. 148. ObsérVese como aquí se juntan, por un lado, la idea de un reformismo social y, por otro, la utilización de las institUCiO 239
Ciertamente, origen
esta corriente de opinión bien puede tener su
más directo en
socialista escisión estudiarla
la vena
anarquista que el movimiento
lleva en sí desde su orígenes, que se remontan a la del
semanario
La Emancipación3. Igualmente, cabría
desde la perspectiva de que la política española, ya,
al
menos en lo referente al movimiento obrero organizado, desde
la
discusión en las Cortes sobre el tema de la Internacional y su
posterior vías
nes
prohibición, no parece especialmente atraída por buscar
de aproximación hacia los socialistas4. O incluso, en el
políticas como propaganda.
La escisión producida entre los socialistas y los anar quistas no es óbice para que, en lo referente a la línea de actuación política concreta a seguir, ambos rivales estén más unidos que separados. Esto se observa muy bien, como ejemplo sintomático, ante la proclamación de la Primera República en España y el escaso apoyo que encontrará en las páginas del semanario que se suponía defendía las ideas socialistas como era La Emancipación.
mi en
Cfr. Antonio Elorza y Michell Ralle, op. cit. Asimismo, en Memoria de Licenciatura José Mesa y Leompart: una monografía, las páginas 79—95.
Se podría objetar a esto que sí existe interés por parte de la clase intelectual española en un acercamiento a los círculos obreros y, especialmente, por parte de los krausistas y sus posteriores herederos. Sin embargo, también es cierto que esta apertura se realizará bajo el signo de una tutoría que los intelectuales de la clase burguesa se invisten sobre los hijos descarriados que deben volver al redil del organismo social (ni que decir tiene que imperante): “La Información oral y escrita organizada por la Comisión de Reformas Sociales representa una manifestación más de la autoproclamación de la burguesía progresista como tutora de la clase obrera, a la que negaba autosuficiencia 240
extraño
suceso de que la Comisión de Reformas Sociales
contrario puede
los en
que
al
que otras instituciones sociales de la época en España
considerarse como un intento de acercamiento tolerante,
tolerancia entre
—
desde la dominación, para abrir una vía de diálogo
los sectores obreros, en los que se incluirían expresamente
socialistas, y la burguesía— olvida, digámoslo así, publicar su obra el informe escrito que le manda el socialismo español
emancipadora, no tanto por la incapacidad de la propia clase obrera para acceder al poder político y social, sino por las terribles consecuencias para la burguesía que de este hecho se podían desprender.” Juan Antonio Crespo Cabornero. Tesis Doctoral: Teoría Económica, estructura legal y educación popular para la reforma social en Adolfo A. Buylla. Madrid, 1994. Inédita.
“La invocacion [del Congreso de Valencia] a las reformas sociales era más bien un artificio empleado como cebo para atraer al movimiento obrero a terrenos en que sus reivindicaciones acabasen por esterilizarse. Actitud que no se hallaba muy distante de la que estará en la base de la Comisión que, esta vez desde el gobierno, pondrá en marcha Segismundo Moret.” Santiago Castillo. Introducción a Reformas Sociales. Información oral y escrita publicada de 1889 a 1893. Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1985. Pág. LXIX, vol 1. tLos miembros de la Comisión de Reformas Sociales se acercaron a los probLemas obreros con una actitud paternal, que de igual forma que representaba el fondo humano de las actitudes reformistas, lo era también de una mentalidad más antigua, aristocrática e ilustrada” MONTOYA TAMAYO, María Ángeles (ed.), La condición obrera hace un siglo: los trabajadores madrileños y la Comisión de Reformas Sociales. Madrid, ed. de la UAN, 1991. Pág. 11. 241
y
que procede de la pluma del doctor Jaime Vera5. Asimismo, y
como el
última razón de este desinterés, se podía ver reforzada por
hecho de que las leyes, mínimas en número, de defensa de los
trabajadores
que existían no se cumplían.
“Nosotros labor
consideramos
totalmente
ilusoria
la
de esta Comisión; y como en buena lid no debe
afirinarse una cosa que no pueda ser probada, voy a exponer que La
algunas de las razones que tenemos para creer
esta Comisión no adelantará un paso en su trabajo. comisión sabe perfectamente que en la información
escrita
que la Asociación del Arte de Imprimir le ha
dirigido,
se dice, aludiendo a los intereses que ahora
estamos
discutiendo, que en el pleito social que se
ventila
está imposibilitada de aconsejar a su cliente
reformas
que
trabajadora. rio podía
favorezcan los intereses de la clase Y esto es tan cierto, que en el cuestiona
se consigna que la ley de 1873, que en algún modo favorecer los intereses de la clase trabajadora,
Por supuesto, no es este un juicio de intenciones de matiz casi psicoanalítico sobre las causas del lapsus memorístico, o el acto fallido, de la no inclusión del textos en las actas recogidas. Evidentemente no se trató en absoluto de un acto de censura pues de ser así tampoco habrían aparecido los discursos del resto de los socialistas presentes, pero sí que resulta extraño que el único momento en el que los socialistas españoles son invitados a participar de igual a igual en una institución política, su documento base, considerado además por ellos mismos como el compendio de sus teorías, sea olvidado en la publicación de las actas de las reuniones cuando se publican todos los demás informes escritos enviados. 242
ha
quedado sin cumplir por los gobiernos que se han
sucedido
Existen
en el poder.”6
pues motivos suficientes concretos, y podríamos
seguir
enumerando muchísimos más, para que se diera esa descon
fianza
natural hacia la política y hacia las instituciones que se
proyecta
desde los círculos obreros más radicalizados. Pero dicha
desconfianza mente
cuentan, sino que se produce a su vez, y es el núcleo
principal propio
de ella y creemos que lo primordial, por un pensamiento
y
previo,
analizando. dirigente de
siempre
con
los
puntos
que
va
Así, si estos fenómenos de desprecio de la clase
a la clase trabajadora, basados en hechos concretos y
ejemplo de la corrupción política dominante en España, no se
tratan
sin embargo de la base teórica sobre la cual se construye
desprecio a la teoría política.
Efectivamente hechos hacia el
coherente
sobra conocidos, son una coartada, y muchas veces se usarán
como
el
no es sólo por estos hecho concretos, que indudable
se puede afirmar que se da a partir de estos
una coartada ideológica para el desprecio que se siente la política burguesa. Pero dicha coartada funciona más como
experimento que
hipótesis
6
demuestra
mismamente.
La
la hipótesis
idea
clave
que
previa
gira
en
que
como
torno
al
García Quejido, sesión del 26 de noviembre de 1884. P. 25.
Se refiere a la llamada Ley Benot (1873) regulando el trabajo de las mujeres y los niños, cuyo cumplimiento era a todo punto inexistente. 243
desprecio
inmediato hacia
pensamiento sociedad
acción
política
va
a
ser
el
que cataloga a todo el proceso político vigente en la
capitalista como una forma más o menos solapada de
administración socialista intentar da
la
de los negocios de la burguesía. Y toda la crítica
girará precisamente sobre este punto y se basará en
demostrar como las formas de gobierno, en este aspecto
lo mismo cuál sea, aunque no sea así en cuanto a las posibili
dades
para
el
desarrollo
del
movimiento
obrero
que
puedan
encerrar7, son sólo medios de los que se vale la burguesía para conseguir
sus propósitos de una mayor explotación de la clase
trabajadora,
Y cado
a este punto, hasta aquí elemental y realmente ejemplifi en las acciones de dichos gobiernos, generalmente contra
rias, se
aumentando con ello el beneficio burgués.
por no decir siempre, a los intereses de la clase obrera,
le añade un elemento nuevo que, creemos, tiene gran importan
cia.
Se trata de la tesis defendida por Jaime Vera en su informe,
pero
coherente con el resto de la literatura socialista de la
época, una ser,
según la cual el gobierno es el interés dominante no de
facción de la burguesía, por amplia que dicha facción pudiera sino de toda la clase burguesa en cuanto tal.
Es este un cambio entre las ideas del núcleo originario de La Emancipación y el PSOE. Mientras que el primero desprecia el nombramiento de la Primera República diciendo que nada tiene que ver con el proletariado (La Emancipación, n2 89, 18—111—1873), el partido socialista reconocerá preferirla en sus bases redactadas para el diario El Socialista. 244
“Y
en cuanto al gobierno, señores, ¿qué es lo que
representa? velar
Legalmente el gobierno es el encargado de
por los intereses de todos y de facilitar su
desarrollo; ción
de hecho no es otra cosa que la representa
de los intereses de la clase poseedora: a ella
atiende, están
de ella se cuida, y todo su celo y actividad
consagrados a la misma.
(...)
Y los
es forzoso que así ocurra. ¿Componen el Gobierno
trabajadores?
siquiera Luego
la
identificado con nuestros
intereses, trate de
y vigorizarlos.’t8
burguesía en cuanto clase social y, por ello mismo, el interés del capitalismo en la explotación máxima posible del
proletariado. reforma
propia
Desde este punto de vista, cualquier propuesta de
que se pueda llevar ante él, o las reformas que él mismo
realice,
es
quien no sale de nuestras filas, quien no
gobierno es visto como la representación del interés de
general
así
¿Eligen
es una quimera pensar que quien no nos representa
protegerlos
El
acaso?
a los que le eligen a él? En manera alguna.
genuinamente, está
¿Lo eligen ellos
será sólo atendida si de una forma u otra interesa a la burguesía en su búsqueda de beneficio. Las reformas son
entendidas como medios ideológicos cuya máxima pretensión no la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera de una
forma
filantrópica, sino como el resultado de buscar solución a
Pablo Iglesias, Informe de la Asociación del Arte de Imprimir.
Pp. 460-461. 245
un
doble problema. Por un lado, acallar a la clase obrera y sus
reivindicaciones evitando disturbios del orden social concediendo una
mísera porción de sus reivindicaciones.; y, por otro, evitar
la
crisis que se produciría de no mediar entre los intereses
individuales y egoístas de los burgueses, enfrentados unos contra otros
en los términos marcados por la competencia del mercado, el
interés clase
general de la propia clase burguesa, encarnada por la política y sus instituciones, para preservar el sistema
capitalista egoísmos
de una destrucción llevada a cabo por los propios
particulares.
“Todos
los gobiernos cuyo dogma económico sea el
status
quo del sistema actual son, pues, gobiernos de
clase,
representación de los intereses fraccionarios y
contradictorios Cualesquiera
de las distintas banderías burguesas.
que sean, por lo tanto, sus diferentes
tendencias
filosóficas y políticas y sus pareceres en
cuestiones
económicas subalternas, todos, desde el más
avanzado lazo
hasta el más retrógrado, están unidos por un
común;
mantener
todos
tienen
por
función
fundamental
el privilegio capitalista, que es el nervio de
la sociedad presente, la sumisión de los proletarios y, en
general, de los hombres de trabajo a los poseedores
de
los medios de producción.
La
clase trabajadora debe ver, pues, en todos los
gobiernos
dentro del régimen capitalista, los Coinites
Centrales de la burguesía, las Agencias administrativas 246
de
sus intereses colectivos, y en todo el mecanismo
gubernamental, perfectP bases la
un
sistema
complejo
y más
o
menos
de defensa del privilegio capitalista. Las
del edificio social, los intereses permanentes de sociedad,
representado Cortes
el
sagrado
principio
de
autoridad,
por el jefe de Estado, el Ministerio, las
(hechura del Ministerio) y el Poder Judicial
(hechura del Ministerio, también), todo esto no es otra cosa
que el interés capitalista. Tal es el fondo de las
cosas;
lo demás es accesorio o apariencia pura, puras
ficciones
políticas o jurídicas.”
Igualmente,
aparece el parlamento, y con él los organismos
oficiales
de la política, como una institución al servicio de los
intereses
de la burguesía, compuesta exclusivamente por indivi
duos
pertenecientes a dicha clase y, por eso mismo entre otros
factores, esa
dirigida a preservar y mantener el interés dominante de
misma clase.
“Y
no sólo ya que los legisladores sean en su
mayoría
burgueses y los principales ejecutores de ellas
también, sostén
sino que las distintas fuerzas que sirven de
a los privilegios patronales tienen a su frente
burgueses
o hijos de burgueses.
Jaime Vera, p. XXXIII. 247
Véase estado a
el ejército, y salvo algunas excepciones, el
Mayor, los directores de esa fuerza, pertenecen
la clase dominante. Obsérvese
la magistratura, y se comprobará
lo
mismo. Échese patronal, esa
una mirada a los demás soportes del régimen y a la cabeza de todos veremos elementos de
clase.
Así leyes,
es, que el mismo Parlamento, que hace las que su representante el Gobierno, que da las
disposiciones, por
para que se cumplan; que los encargados
éste de ponerlas en práctica,todoS, absolutamente
todos,
son burgueses.
El mueve en
poder político, pues, de que estos disponen se
siempre en pro de los privilegios de su clase, y
contra, por consiguiente, de los intereses de la
clase
trabajadora.
Por rios
eso es condición precisa para que los proleta
puedan llegar a la realización de sus deseos, a su
emancipación económica, que se apoderen de dicho Poder, arrebatándoselo
10
IV,
Pablo
a
las clases
que le tiene
en sus
Iglesias, Comentarios. El programa Socialista. Art.
p. 141. 248
Se podría objetar ante esto, y de hecho es una objeción ante la
que los mismos socialistas responden, que la existencia de un
sufragio
universal eliminaría de raíz dicho problema, al permitir
el
a la clase
voto
obrera. Pero, precisamente,
el sufragio
universal,
por un 1adopor
conciencia
el proletariado, y, por otro, por la propia dinámica
anteriormente
no tener adquirida absolutamente su
descrita, del carácter burgués tanto del gobierno
como
del parlamento, es inútil. La presencia en las urnas del
voto
obrero no serviría
llevada
legitimar
la explotación
a cabo por la clase dominante. Un partido obrero aún no
preparado plena
sino para
y una clase proletaria dividida y sin haber alcanzado
madurez
burguesía, derecho
en su conciencia
de
antagonismo
frente a
la
no debe tener mayor anhelo en que se le conceda el
al voto. A ojos de los primeros socialistas españoles, el
sufragio
universal sólo tiene valor como un medio de propaganda
eficaz
que el propio PSOE está dispuesto a utilizar, pero en
ningún
caso se trata, ni debe ser utilizado, como un medio real
para
alcanzar metas revolucionarias.
“Y
quienes eligen el Parlamento? ¿Quienes le
forman?
La elección, ya sea por medio de un sistema
restrictivo, universal,
ya por otro más amplio o por el sufragio la verifican siempre los privilegiados.
(...)
Nosotros un
defendemos el sufragio universal por ser
excelente medio de agitación y propaganda para
249
nuestras si
ideas, pero le negamos la virtud de poder por
mismo emancipar a la clase proletaria.”11
El
mismo
universal
sufragio
de que
burguesía
universal,
hipócritamente
ese
sufragio
piensa valerse
la
para dar un barniz de legitimidad a su poder,
será
en nuestras manos un arma revolucionaria el día
que
se
establezca.
malévola
Con
él
o equivocadamente
no
intentaremos,
cual
suponen algunos, llevar
mayoría
obrera al
llegando
así a la posesión del poder político; pero si
podremos
hacer que el antagonismo de clases se ahonde
y
parlamento
y
a los
extienda, que el divorcio entre los partidos burgue
ses
y la clase asalariada sea completo, y que
propaganda lo.
socialista tome asombroso y rápido vue
a vislumbrar aquí la importancia social que va
adquiriendo
la
ideología como
sociológico
de
los socialistas españoles.
del
la
t112
Comenzamos
tiempo,
Municipios,
realidad
dentro del
análisis
Pero, y al mismo
observamos sus limitaciones en cuanto al propio análisis
sistema capitalista y su relación con el mismo. Hasta aquí
hemos
ido observando como los socialistas españoles van mante
niendo una relación estrecha entre el propio interés económico de una
clase y sus actuaciones políticas. Pero no se trata de una
11
Idem, p. 139.
12
Idem, art. VIII, p. 151. 250
unión
entre las condiciones productivas concretas, el sistema
productivo, y una conciencia determinada. Efectivamente, al igual que
el capitalismo se ha personalizado en las propias figuras
sociales, lejos
burguesía y proletariado y su relación de compra—venta,
de plantearse su existencia como algo superior a dichas
personalidades, personalizada o
la ideología va a ser reducida a una razón
y meramente ideal, a una serie de pensamientos que,
bien por mala fe o bien por ignorancia no exenta de cierta
culpabilidad, siempre matizada, Pero
sostienen los burgueses. Es justo reconocer que no
se reconoce explícitamente dicha maldad, más o menos entre los burgueses dentro de la cuestión ideológica.
también es reconocible que cuando los socialistas españoles
se
refieren a los pensamientos defendidos por la clase burguesa
se
les califica con gran número de palabras que adjetivan de
forma
subjetiva a los propios discursos y pensamientos objeto de
análisis: y
“mala fe”, “hipocresía”, “falsedad”, “ignorancia”13...,
que nos permiten identificar dicho lenguaje con un pensamiento
determinado mantienen los
acerca de las ideas que los propios socialistas sobre la causa de la defensa de dichas teorías entre
burgueses.
Para comprobar dicha afirmación remitimos al capítulo segundo de la presente investigación cuando tratábamos el tema de los intelectuales dentro del partido obrero. Allí, hacíamos especial hincapié en como los textos hacían distinción entre una ciencia tratada con el sano deseo de conocer la Verdad, que llevaba a confirmar las tesis socialistas, y la llevada a cabo por los “lacayos de la Burguesía”, ciencia prostituida, que no era sino una falsedad evidente. 251
Así,
el análisis básico que sobre la ideología se pudiera
realizar
por parte de los socialistas implica sobre todo la
existencia por
de ésta como un conjunto de ideas, más o menos unidas
una trabazón entre sí, que para
mantienen
los políticos, y con ellos la clase burguesa a la que
pertenecen.
La ideología no se enraiza en el sistema como parte
integrante que clase para
sostenerse en el poder
del mismo, sino que consiste en un aditamento externo
se introduce en aquél de modo consciente por parte de la burguesa, y en especial los hombres de ciencia vendidos, lograr preservarlo.
Señores
“
parecer (que
de la Comisión; trabajadores: podría
extraño, dada la representación que yo tengo
es la del partido socialista obrero), que una
colectividad trabajadores
que aspira a mejorar la condición de los y a
realizar
su
emancipación
por
sí
propia,
viniera a informar aquí, creyendo que iba a
obtener
algo de una Comisión que por su significación,
por
los intereses que representa, pertenece a la clase
dominante. en
Como esto exige que explique el encontrarme
este sitio, voy a hacerlo en breves palabras.
Si atenta tenido
el partido socialista obrero ha aceptado la invitación de la Comisión, ha sido porque ha en cuenta que
exponerse tanto
ideas
deben
difundirse,
en todas partes y darse a conocer para que,
los amigos como
presente;
sus
los adversarios, las tengan
pero no porque espere de ningún modo que de 252
los
datos que exponga habrá de resultar ventaja real y
positiva más,
para la clase trabajadora. Y he de explicarme
para
entiendan
que
la Comisión
y
cuantos
me
escuchan
lo que esto quiere decir. No es que nosotros
reneguemos
que los individuos de la Comisión, ya como
Diputados,
que los son algunos, ya como Ministros, que
pueden
llegar a serlo, tengan un día que hacer reformas
beneficiosas que
para la clase obrera; no es que dudemos
las hagan; lo que sostenemos es que, así como yo,
trabajador
asalariado, voy a trabajar, no por mi gusto,
sino
obligado por las circunstancias, porque no tengo
otro
medio de vivir, así también la Comisión, si hace
algunas
reformas, será porque la clase trabajadora,
porque
los que sufren, le obliguen a hacerlas, no
porque
salga de ella espontáneamente. En este sentido
no
cree el partido socialista que represento que la
Comisión
podrá hacer nada positivo por sí propia, pues
aunque haya en ella individuos que no crean representar los y
interese de la clase dominante, en el fondo es así, de otro modo dejarían de ser lo que son, porque,
después
de todo, no son ellos los directores de la
clase
dominante, sino los dirigidos. La clase dominante
tiene
unas ideas y unos intereses, y con arreglo a
ellos
hay que proceder; pues sabido es que si sus
representantes trabajadora,
intentasen algo en favor de la clase
ese día sería el último de su influencia
253
y
el último en que ejerciesen un cargo importante
dentro
Nos desde los
de su clase.”
14
encontramos pues ante una idea que explica la ideología
unos planteamientos más cercanos a los maquiavélicos que a
marxistas’5. La idea clave estaría en la tesis de la “Astucia
y
la Fuerza”16 como las formas de poder que tiene el príncipe,
y
en este caso el gobierno burgués, para mantenerse en el poder.
Existen
elementos coercitivos violentos que en ningún caso se va
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pp. 199—
14
200.
‘
No se trata aquí de oponer de modo frontal a Maquiavelo
y a Marx, pues los dos partirían de la idea común de que hay un interés en el poder político, pero sí es importante precisar que mientras que para el primero este interés es una acción volunta ria y consciente de un sujeto, el príncipe, para el segundo no ocurre así.
16
“Desde que un príncipe se ve en la precisión de obrar completamente conforme a la índole de los brutos, los que ha de imitar son el león y la zorra, según los casos en que se encuentre. El ejemplo del león no basta, porque este animal no se preserva de los lazos, y la zorra sola no es suficiente, porque no puede librarse de los lobos. Es necesario, por consiguiente, ser zorra, para conocer los lazos, y león, para espantar a los lobos.” Maquiavelo, El Príncipe. Barcelona, Ed. Teorema, 1983.Cap. XVIII, pp. 134—135 254
a
dudar en utilizar contra el proletariado’7, y los propios
socialistas que
lo sentirán en sus carnes más de una vez, pero los
más interés van a tener para el análisis socialista son
aquellos
que guardan relación con la astucia.
“Allí
donde los trabajadores aparecen dormidos
para
el movimiento político, los Gobiernos, representa
ción
de la clase burguesa, ni prestan atención a sus
males,
ni
remedio;
por
letárgico extender los
menos el
se
preocupan
contrario,
de
buscarles
aprovechando el
algún estado
de los proletarios, muévense con afán de el campo de la explotación obrera, barriendo
obstáculos que se oponen al desarrollo de la clase
expoliadora.
Si en vez de estar adormecidas las masas
proletarias,
pelean en el campo político por disminuir
su
explotación y aliviar su malestar, entonces los
gobiernos,
atentos siempre al interés de la clase que
representan, nieganse a satisfacer las reclamaciones de aquellos,
persiguiéndolos
con
rabia
por
haberlas
‘7
“Los poderes vigentes ahorrando palabras, les harán comprender por medio de la fuerza pública que el obrero vive mientras es mercancía necesaria, y que cuando sobra, el papel que le corresponde en la escena del mundo es perecer” Jaime
Vera, p. III.
Asimismo, y para no negar verosimilitud a esta teoría socialista, es preciso recordar que Pablo Iglesias acababa de salir de la cárcel donde cumplía condena por la huelga de tipógrafos. 255
formulado, lucha
y sólo ceden cuando los obreros, como en la
económica, les hacen sentir su fuerza.”8
Lo
que destaca en esta interpretación de la ideología como
astucia
y fuerza, que también se podría unir a la idea del
llamado “fraude sacerdotal” presente en el pensamiento ilustrado, es
la, por un lado, presencia de la falsedad consciente en dicha
defensa por
de la sociedad capitalista por parte de los burgueses, y,
otro, la ausencia total, excepto en cuanto a ser el objeto a
defender,
del sistema económico vigente como productor, o al
menos
coproductor, del pensamiento ideológico de la sociedad
dada.
Lo que se mantiene como ideología es una coraza protectora
del
sistema capitalista a través de una serie de ideas más o
menos
elaboradas
cuya finalidad última es el interés de la
pervivencia del beneficio capitalista, pero que en ningún momento guarda que
otro tipo de correspondencia con esa realidad económica
se quiere preservar.
“Quizá decimos
no falte quien objete a los que nosotros
que los ingenieros, médicos, escritores y otros
individuos que ejercen profesiones intelectuales no son burgueses, superior real.
18
1,
sino
trabajadores,
y
trabajadores
de
calidad. Pero esta objeción carece de valor
En efecto; el médico, el ingeniero, el escritor,
Pablo
Iglesias, Comentarios. El programa Socialista. Art.
p. 131—132.
Aquí se darían los dos elementos que permiten el poder del “Príncipe”. 256
etcétera, a
quienes veríamos con gusto a nuestro lado defendiendo
su
propia causa; mas cuando esos obreros se consagran
a
defender la clase explotadora, a ser su mejor escudo
y
los mantenedores de sus monopolios, no sólo merecen
el
calificativo de burgueses, sino que para nosotros lo
son
más que los propiamente tales. En este caso se
encuentran componen
Así,
realidad
la mayoría de los hombres de carrera que hoy los Parlamentos.”19
la falsedad encerrada en los pensamientos políticos y
filosóficos
con
etc., son obreros, y obreros muy apreciables,
de la burguesía no guarda relación con la propia
de la cual se habla y es motivo de que no tenga que ver
ellos más que como una interpretación del mundo que busca su
preservación. capitalismo
No
Esto desvela una vez más la idea que sobre el
domina en la socialdeinocraciaespañol.
es así, sin embargo, para Marx. En este pensador la
ideología no es meramente, de manera exclusiva, una opinión falsa sobre
la realidad, sino también la demostración de las contradic
ciones
existentes
pensamiento ver,
dicha
realidad
que
se
trasfieren
al
de los hombres. Es muy interesante, a este respecto,
por ejemplo, como Marx analiza la religión no sólo como una
quimera, misma
en
sino también como el resultado de la no verdad de la
realidad en la que y por la que dicho pensamiento se
produce. ocultación
Es importante, por tanto, el empleo ideológico como de la realidad del mundo, pero, en su desenmascara—
-9tdein, art. IV, p. 139. 257
miento, mismo
también es importante mostrar su contradicción con ese
mundo al que consuela.
“La la
miseria religiosa es a un tiempo expresión de
miseria real y protesta contra la miseria real. La
religión
es
sentimiento estado
la queja
de
la criatura
en pena,
el
de un mundo sin corazón y el espíritu de un
de cosas embrutecido. Es el opio del pueblo. (...)
Es puesto dad.
No mala
la realización fantástica
del
ser humano,
que el ser humano carece de verdadera reali
2O
se trata, por consiguiente, de una inera búsqueda de la
fe del autor para conservar su poder, sino de demostrar que
la verdad de la ideología es la falsedad de la misma realidad que oculta. propio tanto
Igualmente, se puede encontrar en Marx la idea de la ideología que el mismo sistema económico lleva en sí,
en los términos de la alienación coo en el fetichismo de la
mercancía.
20
K.
Marx Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel.
Introducción.En Lacuestiónludíayotrosescritos. Planeta-De Agostini, 1992. Pág. 68.
la en
nos del
Barcelona,
Igualmente, esto se puede ver en su crítica al análisis de religión que realiza Feuerbach y de la crítica a la filosofía sus Tesis sobre Feuerbach. Para un ejemplo actual de crítica ideológica como a la que referimos, ver la crítica de Adorno a Heidegger en la obra primero Dialéctica negativa. 258
Sin embargo, el sistema, de carácter estrictamente ideológi co
para Marx, carece para los socialistas españoles de cualquier
realidad y
que no pertenezca a dicha esfera económica de producción
compra venta de trabajo. El capitalismo es única y exclusiva
mente
un hecho producido entre un vendedor y un comprador, puros
ambos
en cuanto a dicho ejercicio, y que nunca aparecen como
elementos
De
esta forma, que la ideología vaya por un lado y la
realidad el
sociales completos.
económica y productiva por otro tiene como consecuencia
hecho de que los fundadores del partido socialista no sean
capaces serie
de situar correctamente el análisis social, colocando una de compartimientos estanco que muy a su pesar niegan las
características como
reales de dicho sistema productivo. Surge así,
explicación a la ideas defendidas por la clase burguesa, una
especie
de teoría conspiratoria en la cual el pensamiento de una
clase
responde a un interés conocido por dicha clase, que lo que
hace
es mentir, ya sea de manera consciente o inconscientemente
en
sus individuos, para mantener su privilegio. Para ello, puede
contar
perfectamente con
amantes
de la verdad, es decir, de la misma ciencia, con aquellos
dispuestos caso
los hombres de ciencia que no son
a venderse, por su maldad, al mejor postor que en este
es claro que es la burguesía.
“Y se
esto es lo que no acertamos a comprender como
oculta a vuestro talento y a vuestra cultura [se
refiere
a
los hombres
prescindierais
de ciencia]; pues
a sabiendas 259
de
esta
si acaso
verdad,
si
la
tendencia a
natural del desarrollo económico apareciera
vuestra vista con la claridad y evidencia que a la
nuestra,
no habría crimen tan abominable como el de
esforzaros poniendo que
en
una
evolución
salvadora,
vuestro empeño en prolongar un estado social
la ciencia y la justicia condenan al mismo tiempo. Bien
imperio
que los poseedores del capital, cuyo es el del Inundo, mirando las cosas a través de sus
intereses, saber
sustenten aquel error, incompatible con el
actual; pero vosotros, hombres de ciencia que no
seáis
capitalistas, no sólo vais
científica;
vais también
fundamentales; dominio
contra la verdad
contra vuestros
intereses
por una paga siempre mezquina, por un
ilusorio
sagrados
y
efímero,
del trabaja.
(...)
¡
vendéis
los
derechos
Y qué ilusión si os
juzgáis
los directores del mundo, y no los servidores
pagados
de la burguesía.”21
La
burguesía
posibles dicha
coloca
una protección
teórica
contra
los
embates que pueda sufrir el sistema aun sabiendo que
protección teórica es falsa: conspira para mantenerse en el
poder. la
retardar
Precisamente, y a través de dicha teoría conspiratoria en
cual se presta más atención al elemento subjetivo que al
elemento proceso
objetivo presente en el sistema, el capitalismo como productivo se convierte en un elemento negativo para el
desarrollo
de los seres humanos, en cuanto que lleva en sí la
explotación 21
Jaime
del hombre, pero, y no es una paradoja, ideológica— Vera, pág. V 260
mente
neutral. El capitalismo carece de presencia ideológica, de
cualquier
relación
con
lo
social que
no
esté
directamente
engarzado dentro del proceso productivo concreto. ,La ideología de la
sociedad no se constituye por el Capitalismo, ni tan siquiera
tiene si
éste una importancia radical en la propia estructura social
exceptuamos la división en clases, sino que es el influjo del
mayor
deseo de riqueza por parte de un grupo determinado, algo
que
no es exacta ni necesariamente el capitalismo, y el defender
el
privilegio burgués
burguesía reducido guarda
Se de
lleva a
la ideologización. La
se sitúa por delante del capitalismo, quedando éste a una niera realidad económica, y solamente a eso, que
con el pensamiento social una relación, si acaso, de
elementos hechos
lo que
próximos y correlacionados pero en ningún caso como
inseparables.
produce así la subjetivizaciófl22de un problema como el
la ideología que en principio debía de ser tratado objetiva
mente.
Para los socialistas españoles, es la clase burguesa, en
cuanto
a conjunto de individuos, la forjadora del pensamiento
ideológico
22
y no el capitalismo como sistema. La ideología es un
Lo llamamos así por hacer referencia a un estado indivi
dual y psicológico, aunque sea de la clase burguesa en su conjunto, más que a un estado social, pues no guarda relación con el sistema productivo. Se trata, sin embargo, de una falsa subjetiViZaCiófl. En realidad el sujeto no aparece en cuanto tal sino más bien el individuo burgués. Aquel queda disminuido en sus funciones de relación con la realidad en favor de éste que lo que realiza es una interpretación de la misma, errónea, bajo un interés económico determinado. 261
proceso
guiado por la
desarrollado
“astucia y
la fuerza”, pero
no algo
desde dentro del sistema sino incorporado a él desde
fuera.
Y además, se increinentael resultado de este análisis al
situar
dicha realidad, en un caso, en el interés de clase que la
burguesía social
en la búsqueda de ideas y creencias que le permitan
mantener el
guarda, es decir, por la misma maldad de dicha clase
el orden vigente; y, por otro, en cuanto que al colocar
problema en las personas concretas y además en una falsa
convicción, título
una mala fe, de las mismas, se le da a la realidad el
de ya verdadera, de ser, a pesar de las críticas que
podrían
hacérsele, lo que verdaderamente tiene que ser.
Efectivamente, realidad su
sólo
una
realidad
ya
constituida
como
total, como lugar donde el ser de las cosas coincide con
deber ser aceptaría la libre interpretación de los individuos
que
forman parte de ella. Así, el hecho de mantener que la
ideología
emanada del capitalismo es exclusivamente una adición
realizada
desde una posición posible ante el propio sistema, la
posición
de la clase dominante, implica tener que mantener, al
tiempo,
que también es posible una posición verdadera ante el
mismo.
Y que dicha posición verdadera no se basa en la potencia
lidad
de lo real, en la negatividad que ese mismo sistema lleva
en
sí, sino sólo en su mera descripción. Carece así de valor
hablar
de verdad o falsedad del sistema en cuanto tal, sino que
lo único que puede ser verdadero o falso es la interpretación del mismo por como
en cuanto que éste, como objeto de adecuación, se coloca encima de la propia verdad o mentira, entendidas ambas sólo criterios
de relación del pensamiento con la cosa. El 262
sistema
queda así evitado de poder ser juzgado: ante él sólo
cabrá
el criterio de eficacia pero no el de falsedad23. No en
vano,
los científicos, y
verdaderamente, están los
con ellos
aquellos
que saben
ver
merced al método positivo, en las cosas que ya
ahí, que ya son, no deben caer en ese falso pensamiento, y que caen,
como ya
sabemos,
es
por
ser
comprados,
por
convertirse individualmente, y traicionando esa fe científica, en lacayos
voluntarios de la burguesía.
Y
una vez más se ve esa reciprocidad del pensamiento en
cuanto
que lo que pretende el sujeto es una adecuación a una
realidad
que ya está ahí o que ella misma ha de venir, un
pensamiento
que está, indudablemente, influido por el objeto,
pero
que no influye en el mismo más que desde la posición de
verlo
de otro modo. La verdad la marca el objeto y lo que debe
hacer
el sujeto es relacionarse correctamente con él. Al ser esto
así,
la realidad no puede ser en sí misma ideológica, es algo que
ni
se
plantean, pues
exclusivamente la
el criterio
de verdad
entonces sería
el de la propia falsedad de la realidad, es decir:
adecuación con la realidad debería ser la mentira, por ser la
propia 23
realidad falsa24. De esta manera, la realidad es como Como veremos en el capítulo final dedicado a las conclu
siones, será este punto una de las claves para que, conforme transcurra el tiempo, los criterios socialistas se vayan conduciendo hacia posiciones reformistas, y su posterior conversión en tecnocracia, dentro del mismo capitalismo.
24
Ocurre al contrario que con una dialéctica negativa. Ésta
parte de la falsedad de la realidad para deseninascarla,pero al tiempo no se reconoce a sí misma como verdadera sino como Ontología de esa misma falsedad: única capaz de desenmascararla. 263
1
aparece
en su sentido de neutral, ni verdadera ni falsa, y el
desprecio este
hacia la acción humana es una consecuencia lógica de
criterio de verdad25.
Los de
socialistas españoles traen así a colación un criterio
verdad que es absolutamente ajeno a Marx. El mero reflejo de
las
condiciones sociales como criterio de verdad sitúa a ésta en
un
terreno aparentemente científico, neutral en cuanto a su
contenido
moral (y este es otro punto clave de los socialistas
españoles:
lo científico, lo verdadero, es moralmente neutral26).
Y
es precisamente éste un problema que arrastrará el socialismo
a
la hora de situar los elementos que hacen posible y necesaria
una
revolución. Efectivamente, y como ya veremos, ésta sólo puede
realizarse fuera
y por encima del propio capitalismo, pues la realidad del
sistema qué
echando mano de un trascendente, de algo que se sitúe
capitalista, ajena a la moralidad impuesta por un sujeto
no guarda relación con ella misma, no indica ninguna causa,
25
La
praxis de Marx, el conocimiento de la realidad, se
funda, al contrario, en que las cosas no son aún verdaderas y se trataría de realizar dicha verdad. “pero esos millones de proletarios o comunistas razonan de manera muy distinta y lo probarán cuando llegue la hora, cuando de modo práctico, mediante la revolución, pongan su “ser” en correspondencia con su tteseflciat Marx
26
y Engels, La ideología
Aunque
alemana.
Pág. 42.
todo su discurso se caracterice curiosamente por
un alto contenido moral tanto en la críticas como en las soluciones presentadas, como se puede ver en los distintos Considerandos de los programas socialistas. 264
ninguna su
contradicción en ella que lleve a la necesidad humana de
derrocamiento.
La deber la
vieja disputa filosófica entre la relación del ser y el
ser se resuelve entre los socialistas españoles a través de
aceptación del ser como única realidad, como lo positivo y
verdadero, para
siendo tachado todo lo demás de quimérico y utópico:
ser exactos, de no científico.
“Mas
si esta discusión abstracta del derecho de
propiedad
individual
demostraría tir,
no
demostrar clase lo
los
medios
de
producción
fácilmente que tal derecho no debe subsis
nos
conduciría
a
nuestro
objeto,
que
es
que no puede subsistir. En las discusiones de
y clase, nada tan estéril como la persecución de
que debe ser.”2’
Pero final,
de
al unir, precisamente, el Ser, lo que hay, a la verdad
se encuentran
argumento
con
la
imposibilidad de
favorable para cambiar lo quehay,
hallar
algún
como no sea tomado
por
tal precisamente lo que de forma positiva ya hay. Es decir,
al
no mostrar ninguna diferencia entre lo que existe positivainen—
te
y
la
negatividad,
socialistas introducir
eliminada
de
cualquier
sentido,
los
españoles se sienten en la necesidad de tener que en la realidad una especie de distinción entre la que
es
verdaderamente real y la que es falsa. Y así, el capitalismo
es
verdaderamente real, como no podía ser de otra forma, pero 27
Jaime
Vera, p. IX. 265
únicamente clase.
en cuanto a su carácter disgregador, de antagonismo de
Mientras,
esa
otra
realidad
que
poco
a poco
se va
imponiendo
con su carácter integrador, entre otros la propia
ideología,
se presenta o bien como no existente, o bien como
existente del
pero distinta del capitalismo y además, como en el caso
mercado, garantía externa de su fracaso, o bien, y en una
tercera
opción,
como
distinta
y
a
efectos
revolucionarios
insignificante.
El atento
análisis se pretende realizar como científico, sólo a los hechos que se están dando y nada más que a ellos,
pero
precisamente al estar atentos a los hechos que se dan
positivamente, que y
el propio capitalismo hace de sí mismo a través de su propia, por esto mismo ideológica, representación social. Sin darse
cuenta de
y a nada más, no pasa de ser una descripción falsa
de ello, los socialista acabarán aceptando el presupuesto
que el capitalismo es exclusivamente aquello que se aparece
socialinente, negando, de forma implícita, pues en ningún momento se
cita, la posibilidad de un fetichismo que oculte una realidad
sobre todo
el mismo capital. Es captar, como consecuencia lógica de el proceso seguido, el fetichismo como realidad positiva, es
decir: un
lado, y el económico, productivo, por otro, de forma tan clara
que, y
verdadera, y deslindar así los dos campos, el social, por
al final, el social apenas tiene que ver con el económico,
éste acaba siendo solamente la relación establecida en el
propio
proceso de trabajo asalariado.
266
Se hecho les
podría pensar que a esta tesis se le puede objetar el
de que al indicar la imposibilidad de reformas fundamenta dentro del capitalismo, en cierta medida al menos, se está
realizando la
realidad política y social con la económica. Sin embargo, y
siempre que
un tipo de análisis socioeconóxnicoen el que se mezcla
dentro de la dinámica socialista, esto es al revés. Lo
ellos destacan no es tanto la relación que de forma plausible
pudiera
haber
elemento
entre
ideológico
la pretensión para
de
apaciguar
reforma
ánimos
social, como
exaltados,
y
la
realidad
económica del capitalismo, sino que, precisamente, dicha
relación
entre la realidad económica y el intento ideológico—
reformista
es imposible de ser cumplida: cualquier reforma está
condenada fuerza
a, aunque se proclame, no darse o sólo darse por la
del proletariado, pero nunca como surgida propiamente del
sistema.
tiHe
ni
demostrado que no hay en nosotros vocinglería
propósitos de declamar en balde; al contrario, lo
que
estamos haciendo es prepararnos, organizarnos y
asociarnos
Las otras la
para realizar nuestra campaña.
reformas que yo he puesto aquí, y algunas
que se me hayan podido pasar, no las propondrá
Comisión, ni habrá gobierno alguno que las acepte
hoy;
pero, y esto lo digo dirigiéndome a mis compañe
ros,
esas reformas, todas las demás que las circunstan
cias
exijan y la emancipación, que es nuestro deseo
principal
y
que constituye 267
una
aspiración
de
los
trabajadores
que piensan y discurren,
todo
eso lo
alcanzaremos apercibiéndofloSpara las dos luchas que se preparan, política”
Y un
la lucha
28
esto es debido, e implícitamente está presente, a que por
otro, a que la producción nada tiene que ver con el componen ideológico característico de la sociedad. Los hombres tienen
indudablemente carece
aquí se saca, precisamente, la escasa importancia que los
socialistas de
conceden en su pensamiento a la política como forma
lucha. Para
sistemas para su
ideología, pero el sistema económico en cuanto tal
de ella.
De
ellos
la verdadera
cuestión
se
labra
entre
económicos: uno, el Socialismo, cargado de esperanzas
toda la humanidad; y, el otro, el Capitalismo, llevado por propia fatalidad a perecer. Teniendo
política, como
esto en cuenta,
la
entendida exclusivamente y de forma a priori limitada
la forma de gobierno, tiene un nulo o escaso interés, sólo
relativo que
la lucha económica y para
lado existe una primacía de lo económico sobre lo social y,
por te
para
a la propaganda. En realidad, se trata de la creencia de
el sujeto no interfiere en nada ante el objeto, y así dicha
creencia lucha
28
les lleva a ese desprecio efectivo por la política, como
social, y por cualquier otra forma de intento propio, no
Pablo
Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. P. 217.
En cuanto a la idea de lucha política, se trata, como ya hemos analizado, de una referencia a la propaganda de las ideas socialistas. 268
guiado
por la fuerza de los hechos, de cambiar la estructura
capitalista.
Y
va ser este afán de oponerse a las reformas, o siendo más
exactos
en
demostrar interior los
de
las
intenciones, de
intentar
que las reformas fundamentales no pueden darse en el de la estructura capitalista, porque así lo demuestran
hechos (que no se ha dado ninguna relevante y las consegui
das, al
la descripción
siempre poco importantes, apenas se han cumplido)29, lo que
final, y con una coherencia admirable, haga al PSOE convertir—
29
Es
importante hacer aquí hincapié en la escasa implanta
ción de las reformas y medidas a favor de la clase obrera en España. De hecho, esta situación era algo reconocido tanto por el movimiento obrero español como por las propias facciones burguesas. Y aquellas pocas que hablan sido promulgadas, no se cumplían en ninguno de sus contenidos. “Entre los elementos que necesitamos hoy para nuestro desenvolvimiento figuran las libertades políticas, que las reclama nuestro partido.(...) Están escritas en el nuestro porque el trabajador no pude desenvolverse ni puede acudir a la asociación si le faltan esos derechos. Sobre este punto hará el partido socialista una enérgica campaña en el momento en que tenga fuerza para ello; hoy las reclama sin cesar. Si algún gobierno los concede, no será motu propio, sino porque alguna de las fracciones de la clase media, a quien le interesa tener esos derechos para luchar por las otras, se los haya arrancado; y de todas maneras si se nos concede será porque hayamos tenido bastante fuerza para imponernos.” Pablo
Iglesias, Ibidem.
269
se
en un movimiento reformista, aunque algo de eso hay ya en sus
orígenes, demuestran realizando era
al advertir que, frente a su pensamiento, los hechos las
reformas
que
el
propio
capitalismo
ha
ido
y al creer ellos en una realidad cuyo único defecto
su falta de eficacia para abastecer a la población, y no una
falsedad
de ella
misma,
el
criterio
sentido.
270
revolucionario
perderá
DOS:
LA POLÍTICA DEL PROLETARIADO
Como la
ya hemos estado analizando aquí, la desconfianza hacia
política como elemento emancipador por parte del socialismo
español
es una constante en su discurso. Para el primer PSOE, la
política, un
trabajo característico de la clase dirigente que es usada como
coartada sus
y con ella la actividad que le es propia, no es más que
para perpetuarse en el poder y obtener, a través de él,
beneficios. Ahora bien, si esto resulta así, se establece una
situación
que
efectivamente, perpetuarSe hemos
cuando
menos
puede
resultar
intrigante:
si,
el único interés real de la política es el de
en el poder, ese sentido maquiavélico del cual ya
hablado, ¿cóTmo, por qué y para qué se funda un partido
obrero?
¿Cuál es el sentido de la lucha política que entonces
mantiene
Al
el PSOE?
unificarse el grupo socialista de Madrid, el Partido
Socialista
Obrero Español, con el de Barcelona, de carácter
reformista, comienzan
Partido Democrático Socialista Español, en 1882,
así su manifiesto:
“Varios localidades política todos
grupos
de
trabajadores
de
diferentes
de España, conformes todos en la acción
del proletariado como partido distinto de
los partidos burgueses; estando conformes con los 273
principios
fundamentales
diferenciándose atacar
la acción política del
acordado
deponer sus
con
obrero que,
y sin
proletariado,
diferencias
formulando
han sus
comunes •
aquí que el partido obrero va a tener al menos
frentes de actuación. Uno de ellos, y al que podríamos
denominar
ción
en ligeros detalles
embargo,
Observamos
do
socialismo
la pureza de dichos principios retrasan, sin
aspiraciones
dos
sólo
del
negativo, sirve para disgregar y separar al proletaria
de cualquier otro elemento que no sea él mismo, su organiza política como clase proletaria, y evitar el engaño de servir sus fuerzas los intereses de alguna de las facciones que
componen
la burguesía.
“Por dondequiera, pues, que tendamos la vista, el antagonismo
entre la clase obrera y la clase burguesa
inanifiéstase abiertamente. Podría decirse que se halla en
el aire que respiramos.
El
antagonismo social existente, como los antago
nismos anteriores, no le han inventado los socialistas, como no
dicen muchos de sus enemigos, ni tampoco los que tienen sus ideas: dicho antagonismo es una conse
cuencia burguesa.
natural, precisa, de la forma de producción Lo que los socialistas han hecho ha sido
Programa del Partido Democrático Socialista Español. 1882. 338. 30
P.
274
descubrirle, trabajadora en
conocer su origen, señalarle a la clase para que abandone engañosos ideales y entre
el terreno de la lucha de clases.
Y
en
efecto,
descubierto, ideas
desde
que
ese
antagonismo
fue
los proletarios, desechando las falsas
que acerca de las relaciones sociales tenían, han
comprendido
que para mejorar su estado y para lograr su
emancipación,
el primer paso que deben dar es organi—
zarse
como clase, separándose de los partidos burgue
ses.”
31
Otro,
al que calificaremos como positivo en cuanto que busca
una
acción determinada, es utilizado como elemento de cohesión
del
propio proletariado consigo mismo, como aglutinador de la
clase
revolucionaria en torno a su conciencia.
“Conseguirá dando
-
lo primero32 el Partido Socialista
conciencia a los proletarios de las causas de su
mal
y de la manera que han de reinediarlo arrancando de
las
filas de los partidos burgueses a los trabajadores
que
en
ellos
asalariados patronos
31
Pablo
en
militan; cuantas
poniéndose luchas
al
lado
mantengan
de
los
con
los
o con los representantes políticos de éstos, Iglesias, Comentarios. El programa Socialista. Pág.
132.
32
con
Se
refiere a algo dicho en el punto anterior: “Organizar
solidez las fuerzas proletarias”. 275
y
llevando a su ánimo la convicción de que los obreros
todos,
por sufrir iguales vejámenes y tener intereses
comunes,
no deben inirarse jamás como enemigos y sí como
compañeros,
como hermanos, como soldados de una misma
causa”33
“Pero de
a estos movimientos de la clase proletaria
todos los países se agrega otro de capital importan
cia de
y de altísima significación. Perfectamente, no sólo la situación actual, sino de la tendencia y del fin
histórico que
de la evolución económica, es un argumento
llegará a ser contundente contra los sueños de los
ilusos
y
contra
pensadores resistir se a
las
ficciones
hipócritas
de
los
pagados. Los obreros no se limitan ya a ala
avidez ansiosa del capitalista; no sólo
desligan del movimiento político burgués, negándose ser sostén de sus propios enemigos y de los intereses
contrarios:
seasociancomoclasecontralaclaseque
losdominaycontralosGobiernosquesonlosinstru mentosactivosdesuopresión. antagonismo ya
esta suerte el
que late en el sistema social presente toma
en realidad la forma de lucha política de clase
contra
Partido
De
clase.”
Manifiesto de los delegados del Primer Congreso del Socialista Obrero Español. 1888. Pág. 348.
Jaime Vera, p. XXXVII. El subrayado es del propio autor. 276
El del
punto negativo, que consiste en la idea de la separación
partido obrero de cualquier otro partido que no sea de clase
proletaria, socialista dentro dos
clases sociales,
dentro
del
discurso
ya analizada
aquí,
a todos
los demás
como representantes de la burguesía y sus intereses.
ello, los socialistas se apoyan tanto en la historia de las políticas de dichos partidos, entre ellos mismos como
la misma
prácticamente en
importancia
español. Se trata de una teoría que busca presentar,
relaciones con
especial
de la lógica de la división antagónica de la sociedad en
partidos Para
toma
clase
obrera,
como
en estigma camita,
en
el
origen,
convertido
de los miembros que se integran
sus filas.
“Respecto obrero
con
aprobado,
los partidos burgueses,
el Congreso ha
como no podía por menos estando compuesto de
representantes de
a la actitud del partido socialista
que defienden el principio de la lucha
clases, que no caben conciliaciones ni benevolencias
entre
el partido que se propone realizar la emancipa
ción
económica de los trabajadores y los partidos que,
por
mantener
burguesía,
privilegios
y
monopolios
de
la
se oponen abiertamente a ella; debiendo, por
consiguiente, contra
los
el
Partido
socialista
Obrero
luchar
dichos partidos cuanto sus fuerzas le permi
tan.
Partido
Manifiesto de los delegados del Primer Congreso Socialista Obrero Español. 1888. Pág. 345. 277
del
A
este respecto, tiene especial interés la continua crítica
que
se realiza al partido Republicano—Federal, visto siempre como
el
gran enemigo a batir ya que su discurso podría llevar a
confundir sus
a los obreros todavías no formados y llevarles hasta
filas.
ItEn la controversia de las doctrinas, claro es que ha
de ser más acentuada con los llamados avanzados por
una
razón sencillísima: los partidos monárquicos no
pretenden
ya, y si alguno lo pretende lo hace sin
resultado,
nutrir sus filas con elementos trabajadores;
sus
doctrinas están ya juzgadas por éstos y no hay
peligro
de que les presten como clase concurso de sus
garantías; los
no sucede así con los partidos republicanos,
cuales tienen gran interés en hacer su recluta
entre
los obreros
para
disponer
de
masa
con
que
lanzarse a la conquista del poder, y reteniéndolos bajo sus
banderas
realizar manera osa
promesas,
imposibles
de
sin atacar en su raíz el origen del mal, la
de ser de la propiedad, arca santa a que ninguno
tocar.
derechos al
con mentidas
Sin
embargo,
el
planteamiento
de
los
individuales ha de obtener mayores garantías
desarrollo de la propaganda socialista, y en este
sentido, quía,
establecido el dilema de República o Monar
el Partido Obrero optará sin vacilar por la
primera.
En
su consecuencia, he aquí la 278
Base y
46:
constar que entre
republicana siempre
De
y
las formas de gobierno
monárquica,
El
Socialista
prefiere
la primera’t36
hecho, la lucha contra esta organización política viene
lejos. Ya en el semanario madrileño La Emancipación aparecen
continuos que
ataques a este partido político y el mismo José Mesa37,
tan importante papel tendrá tanto en la formación del PSOE
como
en su influencia francesa, y que procedía de las filas del
movimiento actitud
semanario un
republicanofederal,
como el origen primigenio del partido socialista, el madrileño internacionalista La Emancipación, José Mesa
artículo
Internacional Efectivamente,
36
1886.
no escatiina reproches ante la
de este partido. Recordemos que ya en lo que se puede
considerar
en
a todos los partidos burgueses
especialmente las doctrinas de los avanzados, si bien
haciendo
de
Combatir
Bases
famoso pretendía
separar
la política
de
la
Obrera de la de los seguidores de Pi y Margall. en el artículo titulado
A los representantes del
a que debe ajustarse la redacción de El Socialista.
Pág. 343.
Precisamente, sería esta base la que acarrearía la disputa entre Iglesias y Vera y el posterior apartamiento voluntario de la labores del partido del segundo.
Para una monografía sobre este destacado forjador del PSOE ver mi Memoria de Licenciatura: José Mesa y Leompart. Una monografía. Presentada en la Universidad Autónoma de Madrid, 1990. 279
Partido
Republicano
partido
republicano—federal una vez hubiera conseguido el poder
y
38
se
analizan las medidas que adoptaría el
las grandes diferencias que éstas tendrían con las posibles del
movimiento, retador
por entonces, internacionalista. Incluso un artículo
sobre
republicanos
cuánto
estarían
dispuestos
a
acercarse
los
en su petición de responsabilidades al gobierno
conservador39 provocó la crisis, o fue puesto como excusa de la misma
como sería mucho más correcto decir, y posterior división
entre
los anarquistas y los socialistas. Sin embargo, y como
hecho
curioso merece ser mencionado en este punto, el mismo Mesa
no
duda en rendir sincero elogio a Pi y Margall al calificarlo
como
“el único político honrado” que existe.4°
Los la
socialistas españoles consideran, pues, muy importante
idea de la creación de un partido obrero que sea de clase,
alejado creen
de los intereses de los partidos burgueses y, por ello,
los socialistas, defienda sinceramente los intereses de esa
38
La Emancipación, n9 38, 3—111—1872.
Nos referimos a Información revolucionaria, que pedía que los hombres políticos al comenzar su cargo hicieran público su patrimonio para, una vez dejada la vida política, volvieran a realizarlo pudiendo coniprobarse la diferencia. 40
ttFrancisco Pi y Margall, uno de los pocos hombres políticos básicamente honestos y sinceros que posee España” Cartas de España, para L’Egalité, fechada el 12 de marzo de --l88O. ( Cf r. S. y J.J. Castillo. « José Mesa y leompart (1831— 1904) y el socialismo español », Revista de Estudios Sociales, n9 14, mayo-diciembre de 1975, p. 98.) 280
misma
clase. Y en esta tarea no sólo está metido el PSOE, sino
que
es ya una vieja aspiración del propio movimiento obrero
español.
Así, frente a la idea de estos partidos que unicamente
defienden
la
ocultándoles que
durmiendo
a
los
obreros y
su posibilidad revolucionaria, se hallaría el PSOE,
busca definir su espacio político como el legítimo represen
tante
de
referente ningún zar
sociedad burguesa,
la clase
obrera. Queda éste
así convertido
en un
para el proletariado, pero referente por exclusión:
otro partido reúne la legitimidad necesaria para garanti
la representación proletaria41. Y como, de acuerdo a un
trasfondo
de ideología liberal encubierta recuperado a través del
positivismo, todo debe ser cuantificable en unidades, lógicamente el
partido obrero se cuantifica no en cuanto, o al menos no
exclusivamente, del
sus ideas, su posición de clase, sino a través
origen de cada uno de sus integrantes: los burgueses son
incapaces origen,
de comprender los principios de Marx por su mismo mientras
que
los
proletarios,
por
su
situación de
postergación dentro de la propia sociedad capitalista, viven esos mismos
principios.
41
“Las consecuencias más evidentes de tal postura [temor a la contaminación burguesa] llevan a concebir la organización de clase más como un refugio que no como un medio, a oponerse a cualquier tipo de alianza con las fuerzas políticas no obreras y, en particular, con las más avanzadas.” Michell Ralle «La cultura política del primer socialismo español», en El socialismo en España. Madrid, Pablo Iglesias, 1986, p. 64. 281
“Si
nos dirigiésemos a un público exclusivamente
burgués,
poco nos importarían estos inconvenientes,
puesto tal,
que estamos persuadidos de que el burgués, como sabio o ignorante, es incapaz de comprender el
Socialismo clase de
no podrá comprender jamás una teoría que, como la
Marx, es la negación de su existencia. Pero escribi
mos
para el Proletariado, el cual, según ha dicho con
mucha
razón Engels,
socialista tiempo y El
moderno
y
el proletariado carece hoy de
de medios pecuniarios para adquirir libros costosos. obrero se sabe únicamente algunos fragmentos de las
así,
de Marx ; lo que no impide que viva, por decirlo para realizar la doctrina que Marx ha establecido,
que a medida que adelanta en la evolución económica,
reconozca
y
previsto
personal,
sienta
los
fenómenos
con la lucidez del genio.”
Precisamente,
que
“,
es el corazón del movimiento
material para entregarse a profundas lecturas,
obras
y
científico, por la sencilla razón que una
que
Marx
había
42
al situarse la ideología como un producto
tal y como ya hemos analizado, cabría pensar o presumir
cada uno libremente puede pensar de un modo u otro, y que lo
importante sociales.
es precisamente dicho pensamiento y no las raíces Sin
consecuente, clase
embargo, y
frente a esa
lógica aparentemente
esto no es así, sino que la adscripción social a una
u otra marca, en ese sentido de estigma ya señalado, a los
integrantes 42
José
de la misma. Se podría recurrir aquí, como de hecho Mesa, p. XXI. 282
se
hace en más ocasiones
de las debidas, a explicaciones de
carácter
psicologista,
cristiana
y a la figura del pecado original como origen mental de
esta al
refiriéndOSe
a
la
tradición
judeo
realidad: los burgueses estarían marcados por su origen, o
menos esa sería la mentalidad socialista, por una proyección
del
concepto cristiano de pecado original. Sin embargo, creemos
que
la explicación a este principio radica algo mejor en la
propia
explicación que sobre
Capitalismo
la misma
ideología y sobre el
tiene el socialismo español y en la cual nos estamos
moviendo.
Ya
hemos visto que el Capitalismo era, para los socialistas,
la globalización de una relación personalizada de cada uno de los compradores
de la fuerza de trabajo en relación con cada uno de
los vendedores que acudían al mercado. Igualmente, anotábamos más arriba, una
realidad también individual, asociada al maquiavelismo de la
fuerza mala
la ideología asumía más que un elemento social y objetivo
y la astucia para mantenerse en el poder ligada con la fe en el engaño. Se va conformando así la idea de que el
capitalismo, conjunto su son
de beneficios empresariales es el capitalismo) como en
aspecto social (la sociedad y su pensamiento característico no sino
realidad de
la suma de
individuos Y
sus ideas falsas) es una
forjada por la suma de individualidades y que una parte
éstas, precisamente
dominante, sus
tanto en su aspecto económico (ya sabemos que el
aquellas
que
pertenecen
a
la clase
actúan, aprovechando las circunstancias favorables a
intereses, de mala fe. De aquí se saca la idea, lógica y
coherente
con este esquema, de que los sujetos pertenecientes a 283
la
clase social dominante, es decir, a la clase burguesa, son
culpables, no
a al menos sospechosos y presuntos culpables, mientras
se demuestre,
contrario.
alguno,
lo
resultado
porque los señores que forman la Comisión no los intereses de la clase trabajador, sino
intereses de la clase explotadora, y ésta procurará
siempre
que
cuestiones, perjuicio ningún
los partidos dejen
sin resolver
porque su
ha
solución
de
estas
redundar
en
suyo, y la clase acomodada no consiente que
Gobierno toque a lo que ella cree sus derechos
son en realidad sus privilegios.”43
No
se trata, por consiguiente,
religiosidad justo
su propio comportamiento,
información no puede producir
representan
y
través de
Es decir, deben demostrar su inocencia.
“Esta
los
a
de una demostración
de
oculta en el ancestro del socialismo, aunque es
décir
que
posteriormente
tomaría
formulaciones
casi
religiosas44, sino de una consecuencia más de la incorporación del
propio método positivista que, al concluir que la sociedad es
la
suma de voluntades, impone el concepto de ideología como una
perspectiva mente
individual. Y así, si, y como se ha venido repetida
comprobando en su relación histórica con el proletariado,
García Quejido, sesión del 26 de octubre de 1884. P. 25 “ Sin embargo, no conviene confundir, al menos en este caso concreto, la formulación que toma un pensamiento, sobre todo en vistas a su propaganda, con lo que se quiere decir en ese mismo pensamiento.
284
la burguesía actúa con mala voluntad entonces los miembros de esa misma
clase, cuya mala voluntad general no es sino la suma de las
malas
voluntades individuales, deben demostrar su inocencia a
través
de los actos políticos. Y no ocurre lo mismo con el
proletariado, porque,
no es necesaria la demostración de su inocencia,
como ya sabemos, se trata de la clase explotada y por
consiguiente individuos el
su anhelo, aun inconsciente en cada uno de los
no formados, es la superación de dicha explotación y
triunfo definitivo de la revolución emancipadora que supere
para
siempre y en todos los órdenes su condición de miserables
esclavos.
ttúnicamente parece que, como los antiguos cristia nos,
vemos un destello de emancipación, unas ideas que
nos
han de salvar, tarde o pronto, y a las cuales
prestamos clase te,
un religioso culto. Hacer desaparecer la
que domina, es hoy, consciente o inconscientemen
el ideal de la inmensa mayoría de la clase trabaja
dora:
lo que hay es que no se ha sabido definirlo y
hacerlo
comprensible al resto de los individuos que
trabajan;
pero
es
indudable que
se ha de conse
guir.
Es
así como se da la distinción entre ideología y sociedad,
calificando como
a la primera como mala fe y engaño y a la segunda
verdadera en y por su neutralidad. En verdad, para el
pensamiento
socialista lo único falso de la realidad, si es que
García Quejido, sesión del 25 de enero de 1885. Pág. 258. 285
cabe
hablar así, es la estructura social dividida en dos clases,
sin
tener en cuenta que dicha realidad no sería sino el producto
de
la misma estructura
igualmente, desliga y
económica al tiempo que ésta seria,
producto de la primera. La teoría socialista se
así de la realidad como totalidad, se distancia de ella
al hacerlo así se escamotea la verdad que no sea sólo positi
va46. La teorización sobre los hechos positivos, y consiguiente mente a
la práctica política derivada de ella, ocupa así el lugar,
costa de reducir los problemas a sus manifestaciones sociales,
que
debería tener el pensamiento en su enfrentamiento con el
capitalismo realidad
Al el
en cuanto totalitario (y no sólo como si fuera una
meramente económica).
dar escasa importancia al elemento político entramos en
segundo aspecto de la política del partido obrero: su aspecto
positivo
o activo, pues es evidente que la lucha política le
interesa
al PSOE ya que, por ejemplo, se presenta a las eleccio—
46
De
hecho, la clave del reformismo al que irá girando
gradualmente todo el movimiento obrero, o la mayoría no marginal, guarda estrecha relación con este proceso de atomización social que se irá realizando en el estudio del capitalismo. Efectivamen te, al ser este analizado no como una totalidad, tal y como lo era para Marx, sino como un conjunto de factores cuya suma dan paso a esa totalidad conocida como capitalismo, es posible que la reforma en uno u otro de dichos factores permita la superación de las condiciones de injusticia y el sistema pueda seguir funcio nando sin necesidad de una revolución, es decir, de un cambio cualitativo de ese mismo sistema. Es lo que con posterioridad triunfará en los congresos de los partidos obreros y que se llamará “huir de posiciones maximalistas”. 286
nes,
al contrario que el movimiento anarquista47. Cabría pregun
tar,
por consiguiente, para qué dicha presencia, para qué existe,
incluso,
un partido obrero, una vez que ha quedado claro su
conciencia aquello
de que lo social, fuera de lo meramente económico o de
que de forma directa le atañe, no tiene gran importancia
política.
Si más
bien parece claro que podría ser su aspecto negativo el
importante, los socialistas españoles no descuidan,
embargo,
su rasgo positivo, la existencia definitiva de una
organización riado.
obrera que sirva de cohesión para todo el proleta
Dicha cohesión, dicha existencia de un partido de clase
revolucionario, cohesión
da
fuerza funciona en su
de propaganda para las ideas socialistas y, merced a
poder dar así sentido a una conciencia proletaria enfrenta
a la burguesa que viene representada por todos los demás
partidos; estar poder, forma do
tiene dos motivos fundamentales: por un lado, la
del proletariado en un sola
aspecto ello,
sin
por otro lado, existe la idea de la conspiración, del
ya preparado para asumir el poder, que no de conquistar el cuando el hecho fatal, por necesario, se produzca, de irremediable y definitiva, y el Capitalismo caiga derrumba
por su última crisis que dé paso al poder socialista y a la
revolución
liberadora.
La importancia que este hecho tiene se ve, como ya hemos dicho, claramente reflejada en la escisión producida entre autoritarios y antiautoritariOS dentro del semanario La Emancipa ción. Aunque es cierto que los socialistas no ven como real un movimiento político revolucionario, la importancia que le conceden excede con mucho la que los anarquistas estarían dispuestos a admitir. 287
La en
primera de las realidades, la cohesión del proletariado
una sola fuerza correspondiente a un partido de clase, aparece
claramente
expuesta en las ideas descritas por los invitados
socialistas Pablo
a la Comisión e igualmente en los comentarios de
Iglesias al programa socialista. El partido socialista se
presenta aunque
como un medio de propagación de ideas y un aparato, todavía
concienciación resultado los
sin
usar
esa
denominación,
de
educación
y
de la clase proletaria. Se trata, como último
de todo el proceso propagandístico, de juntar a todos
miembros de la clase trabajadora en una sola finalidad y en
un
único esfuerzo revolucionarios, y no meramente en la búsqueda
de
reformas que palien la situación, frente al poder de la clase
dominante.
“El Partido Obrero debe prestar todo su apoyo a la lucha
de resistencia de los trabajadores contra los
capitalistas menos
precaria la existencia del asalariado al recabar
alguna el
no ya sólo por la consideración de hacer
mejora, sino también porque en estas contiendas
obrero se dispone a abarcar en su conjunto todo el
campo
de combate en que debe conquistar su completa
emancipación,
fortalecido ya con la práctica de la
solidaridad.”
La
información
conciencia
se
canaliza
para
la
formación
de
esa
obrera de forma tal que establezca bien a las claras
Bases a que debe ajustarse la redacción de El Socialista. 1886.
Pág. 342. 288
los
objetivos de la lucha del partido, que son los de la misma
clase. ya
Toda la presencia de los integrantes del partido obrero,
sea en el Parlamento, los ayuntamientos, actos públicos o
incluso
en la misma Comisión de Reformas Sociales, tiene como
objetivo
final usar dichos espacios como foros para la propaganda
de
las ideas socialistas. Nada de lo que desde allí se haga puede
servir
en caso alguno para acelerar el proceso de la inevitable
caída
del capitalismo ni tampoco, por
frenarlo.
parte burguesa,
para
El único sentido que tiene la presencia de candidatos
del
partido socialista a las elecciones, tomando este punto como
el
paradigma de una participación en política, es ese deseo de
propagar
y difundir
conciencia
socialistas y
formar así
la
obrera.
“No vuestra ni
las ideas
es menos fácil entender que si acudimos a cita ante la Comisión, no es con el propósito
con la esperanza de cambiar el invariable curso de
vuestras
ideas, ni de influir en vuestras ulteriores
determinaciones, hombres
sino para mostraros que no todos los
que se pliegan dócilmente a vuestras miras
personales,
de partido o de clase, y para aprovechar
esta
fugaz ocasión de propaganda; que hoy como siempre,
nos
es favorable vuestra torpeza, ya que no vuestra
intención”49
Jaime
Vera, Pág. II.
Igualmente aparece esa apreciación, como algunas ya hemos visto, en casi todas las presencias socialistas a esa, misma Comisión. 289
Las discurso de
instituciones
políticas
no
ocupan
así
dentro
del
socialista más que un lugar adecuado para la información
los obreros y la propagación del socialismo. En absoluto es
tomada
la institución como una realidad desde la cual sería
posible tan
no ya sólo el anhelado momento revolucionario, sino ni
siquiera meros avances reformistas en beneficio de la clase
obrera.
Como acaba el propio informe Vera, esa educada y cortés
invitación problema clara, parte
a la forma bajo la cual debe darse la resolución del social, y sólo a su forma pues su solución ya esta
es como debe entenderse el interés, evidente por otra del socialismo español, en ser representado en los órganos
políticos:
como un lugar para debatir con tranquilidad de lo
inevitable,
más
académicamente
preciso sería: como el su
proceso,
el
lugar para
futuro necesario
del
explicar devenir
social.
“La existe.
lucha de clases es inevitable, puesto que De vosotros depende que sea regida por
razón,
una
hombres
del siglo XIX, o que sea envenenada por el odio
y
lucha
civilizada,
una
contienda
la
entre
por instintos destructores.”5°
La
segunda idea, más importante que la primera y de mayor
importancia a la hora de enjuiciar el reformismo posterior en el cual
caerá el partido socialista, es la de la relación que se
establece
entre
movimiento
socialista, la idea de que la revolución socialista es
Jaime
el
fatalismo
revolucionario
Vera, Pág. L. 290
que
alienta
el
una
necesidad histórica que se dará debido al desarrollo de la
propia la
estructura capitalista con el transcurrir de los años, y
propia constitución de un partido obrero. El partido nunca
aparece
como sujeto activo de dicha revolución, sino como un
elemento
conspirador que aprovecha los hechos necesariamente
acaecidos
en torno a la crisis del sistema vigente para tomar el
poder
e instaurar el socialismo.
“Resulta, servir
sin embargo, un hecho notable que puede
para tranquilizar a los burgueses, y que a
nosotros
nos es conveniente por ahora; es, a saber: que
nosotros no hablamos del derecho de insurrecciófl antes al
contrario,
trabajadora, decimos sola con
nosotros,
al dirigirnos
a
la clase
al dirigirnos a nuestros hermanos, les
que su sangre vale mucho, que no viertan una
gota mientras no estén todos unidos y compactos, plena conciencia de sus derechos, a fin que cuando
llegue
la ocasión de derrainarla sea con provechoso
fruto;
pero que no la estén derramando todos los días
para
que algunos vampiros vivan con ella.
Por
eso entre nosotros, aquellos que tienen más
influencia
recomiendan la calma, y dicen: “hay mucho
que
hacer todavía, hay mucho que organizarse antes de
ir
a esa lucha: lucha fatal, inevitable; pero cuyo
momento
no lo determinaremos nosotros, sino que lo
determinarán desequilibrio
los hechos económicos o políticos, entre
la
sociedad 291
que
explota y
el la
sociedad
que es explotada; por eso lo que hace falta es
prepararnos cual
para que cuando llegue la ocasión, cada
esté dispuesto a cumplir con su deber.”
“Queremos clase
51
la posesión del poder político por la
trabajadora, para realizar desde allí la trans
formación
económica
trastornos
posibles. La clase trabajadora tiene derecho
a
la
sociedad
con
los menos
la posesión del poder político, porque representa la
razón
y la fuerza y ante estos
resistencia tiempo,
plazo
De
argumentos no hay
posible. Esta posesión es sólo cuestión de
y el Partido socialista sabrá aprovechar las
circunstancias
como
de
posible.”
para que sea un hecho en el más breve 52
nuevo, nos encontramos con el tema de la conspiración
elemento clave del movimiento político. Se trata de un
derivado
de la teoría maquiavélica de la ideología, que no de la
marxista, acerca
‘
e, igualmente, de
del
la idea mantenida
sistema capitalista
como
un
hecho
perpetuamente estrictamente
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pág. 209.
Precisamente, en esa idea de “la ocasión” consideramos que se debe enmarcar la educación política del proletariado llevada a cabo por el socialismo. Se le educa, como ahora veremos, para estar preparados ante el momento concreto en el cual se pueda hacer la revolución. Pero es un momento que no se construye, sino que adviene.
52
5
Manifiesto-Programa
del Partido Socialista Obrero Español.
de octubre de 1879. Pág. 327. 292
económiCO. economía
Efectivamente, si hay que estar preparado es porque la
capitalista va a entrar de forma necesaria, y arrastrada
por
su propio proceso, en crisis y no porque la propia presión
del
proletariado vaya a realizar esa misma crisis. No se trata de
un
movimiento político revolucionario en su sentido de masas
activas
que llevan a cabo una transformación social, sino de un
movimiento
político
estructura el
conspirador
que
pretende
mantener
una
de masas para aprovechar el momento del caos y tomar
poder53. “Lo sía,
tercero, o sea, la decapitación de la burgue
el acabamiento de la explotación del hombre por el
hombre,
la obtendrá el Partido Socialista obrero en el
momento
que, ayudado de uno de tantos conflictos como
el
régimen
bastantes Dueño él, como
capitalista
provoca,
sus
fuerzas
sean
para arrojar del poder a la clase dominante.
el proletariado del poder político, valdrase de
no para tiranizar a una parte de la familia obrera, equivocadamente y sin fijarse bien en lo que dicen
Aunque no sea aquí el momento para analizar este tema, el esquema, aunque no necesariamente su desarrollo ni su contenido, que presentan los socialistas en este aspecto es similar al que posteriormente presentarán los movimientos leninistas en Rusia y fascistas en Italia. En los tres casos, socialistas, leninistas y fascistas, se trata de partidos férreamente estructurados cuya finalidad última es, a partir de un movimiento de masas, conquistar el poder a través dé saber aprovechar el momento decisivo de la crisis. Y dichos momentos de crisis no son creados por ninguno de los tres movimientos políticos, sino que se conspira una vez iniciados debido a la preparación previa y el aprendizaje adquirido.
293
sostienen
ciertos elementos revolucionarios, sino para
arrancar
a
monopolios simples
Se y
la
burguesía
todos
sus
privilegios
y
y reducir a sus individuos a la categoría de
productores.”54
niega así esa dialéctica de lo real presente en Marx55
se ve un conocimiento que va a remolque de la realidad, una vez
Manifiesto de los delegados del Primer Congreso del Partido Socialista Obrero Español. 1888. Pág.349.
55
“En cada una de sus fases se encuentra un resulta do material, una actitud creada por los hombres hacia la naturaleza y de los unos hacia los otros, que cada generación transfiere a la que le sigue, una masa de fuerzas productivas, capitales y circunstancias, que, aunque de una parte sean modificados por la nueva generación, dictan a ésta, de otra parte, sus propias condiciones de vida y le imprimen un determinado desarrollo, un carácter especial; de que, por tanto, las circunstancias hacen al hombre en la misma medida en que éste hace a las circunstancias” Marx
y Engels, La ideología alemana. Pág. 38.
Para
decirlo con palabras de Marcuse:
tj las relaciones sociales determinan la concien cia, también determinarán la conciencia del proletaria do; y si las relaciones sociales son relaciones de clase, también introducirán una discrepancia entre la forma en que la realidad se muestra a los hombres y la “esencia” de la realidad. La discrepancia entre esencia y fenómeno constituyen una piedra angular del método marxista.” H. Marcuse, El marxismo soviético. Madrid, Alianza Edito rial, 1984. Pág. 29. 294
ésta,
merced a su propia constitución, ya se ha establecido como
fetichizada la
y por eso mismo falsa. Es decir, que no se pretende
construcción de la realidad, y con ella de la verdad, sino que
existe que
la conformidad con la mera descripción científica de lo
hay, como luego hará la sociología, y con convertirse, consi—
guienteniente, en un punto de vista sobre el objeto a tratar como si
ese mismo objeto permitiera realmente el punto de vista.
Los el
socialistas consideran ser ellos los que mejor entienden
objeto y dicho entendimiento no consiste sino en la idea de
permitir
su
destrucción.
desarrollo
pues
con
él
va
implícita
su misma
La capacidad del objeto, el Capitalismo, de saltar
esa
misma relación causa—efecto en que se basará la esperanza de
la
revolución
posteriormente lismo
se elaborará
de forma pseudofiiosófiCa en el propio materia
dialéctico a partir de leyes que garantizan el necesario
triunfo la
futura, esperanza científica que
de la revolución, no es tenida en cuenta al participar de
idea de
autonomía
objeto como
elementos
que carecen
de cualquier
y siguen fielmente aquello que deben seguir, esto es:
las condiciones de necesidad expresadas en los propios objetos de estudio
de la física. La experiencia empobrecida a través de esta
idea
que la marca ya como falsa hace que el conocimiento sea,
para
ser verdadero, reflejo fiel de esa condición de cómo se
presentan La tan
los propios objetos y no de lo que verdaderamente son.
simplificación del proceso social hasta reducirlo a un número bajo de variables que haga a este proceso perfectamente
predecible
no hace sino faisif icario y, a su vez, dar sentido al
295
pensamiento mantener
que lleva adelante dicha falsificación al permitirle
viva la esperanza en la pronta crisis.
“Desde
el momento en que el desarrollo industrial
toma
las exageradas proporciones que he indicada, un
gran
número de industriales pasan a nuestras filas, no
con
las categorías de industriales, sino con la de
obreros de
asalariados. Lo único que traen es el recuerdo
haber paladeado los manjares con que se regalan esas
clases
privilegiadas; pero, por otra parte, como ellos
suelen
tener una instrucción y una inteligencia que no
poseen
los
elementos han a
trabajadores,
traen
a
nuestras
filas
intelectuales que escaseaban antes, y que se
de convertir en fuerzas auxiliares para arremeter la clase contraria. (...)
Ese hay
es otro de los resultados de la crisis, y no
manera de evitarlo, porque después de una crisis
viene
otra
(...)
Agregad
a esto que la clase media es
la única que puede contar con esos grandes elementos de trabajo,
y que no produce de una manera científica y
proporcionada, de
56
sino con toda la anarquía que es propia
las doctrinas individualistas.”
56
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pp. 209—
210. Del tema concreto del derrumbe del capitalismo por una crisis hablaremos ampliamente en la siguiente parte. 296
Frente adueñarSe es
a una realidad que se impone surge la conspiración de
del poder como auténtica tarea obrera, pero para ello
previo, y necesariamente anterior, la propia debacle del
sistema. aquí
Si este acontecimiento no se realiza por sí solo, y es
de extraordinaria i—mportaflCia la idea de la exclusividad, el
movimiento,
por más que pretenda, no puede llevar a cabo dicha
circunstancia.
Es por ello por lo que se puede decir que las
circunstancias
de la realidad crean al movimiento obrero, pero
éste
es incapaz de crear las condiciones de su liberación en el
terreno
político y social.
El
positivismo se ve así reflejado en la creencia de que el
capitalismo ideología trata
en cuanto tal, como mero hecho positivo, carece de en sí mismo. Su caída es inexorable y de lo que se
es de que para cuando se produzca, y no tardará mucho, el
grupo
más
preparado
evolucionista catástrofes mente
basado en
hay
aquí
la adaptación del más
un
resabio
fuerte a las
naturales, esté en condiciones de tomar definitiva
partido queda limitado a una labor, más o menos bien
desarrollada,
de propaganda y formación de sus integrantes para
gran momento, cercana a esa consigna de los primeros cristia
nos como
sobre el estar preparados tanto para reconocer al anticristo para
estribaría
cuando venga
de
nuevo
el mesías.
La
diferencia
precisamente en la aceptación explícita por parte del
cristianismo de
la lucha, y
el Poder y llevar a cabo la revolución proletaria.
El
el
para
de un trascendente que es el que marcaría el momento
la Parusía, mientras que en el caso de los socialistas se 297
trata,
al menos en cuanto a lo explícito, de un positivismo
rabioso, así,
una negación de todo aquello que de hecho no se da. Y
del
mismo
pacientemente empírico el
modo
que
el
científico
positivista
espera
en su laboratorio la confirmación a través de lo
de su teoría sin-pretender intervenir en ella para nada,
socialista aguarda, pacientemente, que los hechos sociales se
desencadenen
por sí solos. La política no tiene
importancia,
ya que el curso natural de los acontecimientos no
admite
variación a través de la intervención humana.
298
pues mayor
TRES: LA PALABRA Y LA ACCIÓN
Es
dentro
capitalismo
de
todo
este
contexto
ideológico
sobre
el
y la actividad revolucionaria del partido obrero
donde
cobra sentido la disociación que existe en el socialismo
entre
el discurso, incendiariamente revolucionario, y la acción,
siempre
más proclive a la realización de reformas dentro de la
sociedad última
capitalista y admitida posteriormente como finalidad
del movimiento político.
Efectivamente,
la teoría socialista está llena de consignas
revolucionarias,
pero al tiempo también se halla en ella una
tendencia
la
hacia
capitalista, sistema,
idea
de
una
suave
reforma
paradójicamente
mejore a
el
nivel
través
de
de la
vida
de
el alza de
mercancías,
en el interior del Capitalismo.
El
los salarios para
máxima
poder proveerse
ideal debe ser fijo e invariable. Debe ser el
que guíe nuestros pasos en la lucha por
emancipación, este
los trabajadores
objetivización
representa
norte
sistema
entendida al final como la humanización de este
que
“
del
la
y por nada ni por nadie puede oscurecerse
ideal, sin que el partido Socialista deje de ser
inmediatamente la verdadera representación del proleta riado.
La transformación de la propiedad individual o 301
que de
corporativa
de los instrumentos del trabajo en propie
dad
común de la sociedad entera, cuya consecuencia será
la
abolición de las clases sociales y su conversión en
una
sola clase trabajadora, será siempre la aspiración
fija
e invariable del Partido Socialista Obrero.
El para
segundo punto, correspondiente a los medios
realizar la aspiración del partido, tampoco puede
sufrir
alteraciones esenciales sin menoscabo de la
pureza
de los principios socialistas. Sin embargo, hay
que
distinguir
lo
esencial
de
lo
accidental,
lo
permanente
de lo pasajero; aquello que constituye los
principios
de lo que forma la línea de conducta de toda
agrupación,
y en este concepto, el Partido Socialista
sabrá
adaptar su conducta a las circunstancias, sin que
sufra
en lo más mínimo la pureza de sus principios.
Estos
medios se reducen a
derechos co,
la proclamación de
los
individuales, base de todo partido democráti
y a la petición de una serie de reformas adminis
trativas
y económicas que amparen los intereses del
proletariado
hasta que llegue la hora ansiada de su
ii.”57
Igualmente, cómo
5
tdos estos elementos se ven a la perfección en
empiezan la mayoría de los Programas socialistas:
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español. de octubre de 1879. Pág. 327. 302
“Considerando justicia clase
exigen que el antagonismo entre una y otra
desaparezca, reformandoodestruyendo
social los
que la necesidad, la razón y la
un estado
que tiene suntidosen la más espantosa miseria a
que emplean toda su vida en producir la riqueza que
poseen
los que en muy poco, o nada, son útiles a la
sociedad”58
Lo entre
primero que cabe observar es como la correspondencia el discurso y la acción tiene cierta relación, a nivel
teórico lo
y de coherencia interna, con lo que hemos ido viendo en
referente a la ideología. Si allí ya hacíamos ver como la
ideología social idea
y que únicamente guardaba relación con ésta en cuanto a la de que
contexto interesado la
eran
las mismas personas
las que dominaban
el
económico y las que pretendían imponer su pensamiento sobre la realidad, ahora nos vamos a centrar en cómo
relación entre la teoría y la práctica política y social cobra
especial especial,
58
julio
-—
era tomada como algo ajeno a la propia estructura
importancia en la organización del PSOE y, de manera en la relación que guarda el propio partido con su
Programa del Partido Socialista Obrero Español. 20 de de 1879. Pág. 319. El subrayado es nuestro.
Exactamente la misma aseveración, o muy similar, aparece en el Programa de octubre de 1879; en el del Partido Democrático Socialista Obrero Español barcelonés (1881)- que habla de “móvil reformador”-; en el del Partido Democrático Socialista Español, fusión del núcleo barcelonés y el PSOE madrileño, de 1882; e igualmente, en el del Primer Congreso del PSOE, de agosto de 1888. 303
recién
constituido, en 1888, sindicato: la Unión
General de
Trabajadores.
Efectivamente, escasamente él
observamos como el partido apenas si tarda
siete años en formar un sindicato asociado aparte de
para ocuparse de las labores que afectan directamente a las
condiciones dichas como
de trabajo y las posibles enmiendas y reformas que a
condiciones se podrían proponer tanto en el terreno social en el
discursos
económico.
Prácticamente,
al tiempo
que en
los
y documentos del partido se está negando implícita e
incluso
explícitamente la posibilidad de reformas importantes
dentro
del
auspiciada
capitalismo, por
realización
de
se
el mismo tales
organiza
PSOE
una
que tiene
reformas
asociación como
analizadas
único
obrera fin
previamente
la
como
imposibles59.
Así, agosto
en el Congreso del PSOE celebrado en Barcelona en
de 1888 (mismo congreso en que se aprobarán las bases
59
“La estrategia sindical insistiría a partir de ahora en tres condiciones básicas para alcanzar el éxito en las luchas obreras: el fortalecimiento de la organización y de la unión de la clase trabajadora, la combinación de la lucha económica y la actividad política, y el abndono de toda “aventura revoluciona ria” como las defendidas por los anarquistas del momento”. Pérez Ledesma, Manuel, El Editorial, 1987, p. 208.
obrero
304
consciente.
Madrid, Alianza
fundacionales rias
de la UGT), tras enumerar las medidas revoluciona
que tomará el PSOE en el poder, se dice:
“Son, pues, las soluciones que defiende el Partido Socialista males
Obrero las únicas que pueden aliviar hoy los
que aquejan a la clase trabajadora y curarlos
radicalmente asalariados esperanza
¿Se
mañana. Fuera de ellas no hay para los ni probabilidad de mejorar su suerte ni
alguna de salvación”60
trataría aquí de una marcada incongruencia entre el
partido
socialista, que ya defendía esa imposibilidad ante la
propia
Comisión de Reformas Sociales, y su propio sindicato
recién
constituido?
En
nuestra opinión este hecho no sólo no marca una incon
gruencia
con
dirigentes el
no
ideario
expresado
repetidas veces
por
los
socialistas, sino que cabe señalar la coherencia entre
mismo y la actuación que implica dicha división entre un
partido aquí
el
y un sindicato. Si volvemos a repasar los conceptos hasta
estudiados referidos al capitalismo y a la imposibilidad o de reformas,. analizábamos como el sistema era una realidad
exclusivamente
60
Partido
económica, referida al tema del salario, y uno de
Manifiesto
de los delegados
del Primer Congreso del
Socialista Obrero Español. 1888. Pág. 349.
No es sólo, pues, que no haya partidos revolucionarios que no sean el socialista, sino que incluso las reformas sociales “probabilidad de mejorar su suerte” no parecen admitirse fuera del mismo. 305
cuyos
puntos fundamentales, y básico, como veremos con posterio
ridad,
para derribar al propio sistema, era la Ley Ferrea de los
Salarios.
Sin del
embargo, también analizábamos como las sucesivas crisis
Capitalismo deberían ir minando a éste hasta conducir a su
definitivo sería
la de
debilidad los
estar
alerta para
aprovechar
esos
momentos
de
y, amparándose en ellos, lograr mejoras para la vida de
obreros.
Se fin
hundimiento. Precisamente, la función del sindicato
trata, pues, de admitir las reformas, pero nunca como un
en sí mismas, o al menos así pensaban entonces, sino como un
medio
para
especie
lograr una
mayor
cohesión del
proletariado, una
de preparación previa, con contenido casi militar, que
permitirá
un proletariado entrenado para la lucha y con ello la
consecución
de los objetivos revolucionarios cuando la crisis
capitalista
sea una realidad sin salida.
“Mucha del
mayor convergencia se da en el tratamiento
poder político, sobre el que ejercen plenamente sus
efctos
el
excluye
todo planteamiento activo en este orden apoyado
en
determinismo
y
el
econonhiciSmO, lo que
una estrategia capaz de tener en cuenta el contexto
histórico
concreto. Tanto en Guesde—LafargUe como en
Iglesias,
esta degradación del poder político conduce
a
una concepción militar del acto revolucionario. Los
socialistas
franceses hablan del partido como “sargento 306
instructor” describe
de
Iglesias
formación
de un ejército a la espera de una crisis
económica
o diplomática, que sirva de pretexto al
Esta
última
del estado burgués.”6’
preparación de carácter casi militar se ve muy bien
representada
en la idea del para qué de las huelgas. La finalidad
de éstas no es la mejora de determinadas condiciones de
trabajo
o
la mejora
consecuencias, práctica
del
sueldo, aunque sin
desdeñar
estas
sino, fundamentalmente, la preparación por la
de la clase obrera para el momento definitivo. Funcionan
una especie de ensayo general de la gran revolución que se
originará
una vez, y esta situación temporal de la revolución
proletaria en
obrera, mientras
la preparación del acto revolucionario como la
“asalto”
como
la clase
como posterior es básica, el capitalismo haya entrado
crisis.
Recomendando a todos los obreros que se fijen en
“
los
hechos
resistencia
por
que
atraviesan
las
Sociedades
de
y se preparen ordenadamente para la lucha,
sin
hacer mal uso de la resistencia, porque las huelgas
son
una espada de dos filos, que hiere a los dos lados
si
no se inanejabien, y que antes de lanzarse al campo
cuenten con
61
la simpatía de todos los de su ramo, por lo menos
Arranz,
informes Estudios
con el dinero y con los hombres necesarios y
a
Luis: «
la Comisión
de Historia
El guesdismo de Pablo Iglesias en los de Reformas Sociales », p. n2 8—9, enero-julio 1979.
Social,
307
214,
de
la localidad, y a ser posible de la patria entera.
El
sistema de resistencia será el que convenga; pero es
preciso
prepararse, prescindiendo del entusiasmo de
momento
en los talleres, para buscar el fin es decir,
para
resolver todos los asuntos que conciernen a la
clase
trabajadora en todos los sentidos, por medio de
la
fuerza.”62
La res],
huelga es la única arma que poseen [los trabajado
por el momento, no sólo para defender su pan y su
independencia sino
para estrechar más cada día, merced a estas luchas
económicas,
los lazos que los unen, y que, ensanchando y
fortaleciendo hacen nos
batalla
futura
“
de
que
enérgicamente la libertad de coaligarse, y los se han visto obligados a ceder, o van cediendo, a
presión del hecho económico,
pueblos
lo
“
habla Marx. Por eso la clase obrera de todos los países
Gobiernos
El
las Asociaciones y federándolas entre sí,
cada día más inminente la
reivindica
la
de la rapacidad y la tiranía de los patronos,
que en casi todos
los
es ya, a estas horas, un hecho legal.”63
sindicato es algo así como un centro de reclutamiento que
que busca, dentro de su intento de cumplimiento del programa
mínimo
marcado por el propio partido, es separar las tendencia
económica,
en su sentido socialista, como lo propio del capita
62
Diego Abascal, sesión del 7 de diciembre de 1884. Pág. 82.
63
José
Mesa, p. XXVI. 308
lismo
e impregnada de política y análisis teóricos sobre su
contenido social, ver
y futuro derrumbe
-
su,
digamos, esencia
-
de
la
que es la que representa el sindicato. Es así paradójico
como el sindicato de la UGT carece prácticamente de ideolo
gía,
siendo tan sólo un núcleo de reformas y soluciones tempora
les.
Es
esta una muestra más de cómo los socialistas españoles
mantienen cerca
su influencia social directa, aquello que estaría más
de los trabajadores, lejos de los ámbitos ideológicos y
teóricos
propios del partido. Así, siguiendo con el esquema
anteriormente
expuesto, lo social no tiene ocupación real dentro
de
lo ideológico y tampoco necesita, ya sea en clave de reforma
o
en clave
ideológica
revolucionaria,
de
análisis
alguno
o
reflexión
concreta.
“El
partido Obrero comprende que hay necesidad de
adquirir
la posesión del poder político para lograr
eso; no
y sabe también la clase obrera que para destruir, los medios de producción sino la antigua forma en
que
se producía, a fin de conseguir que los intereses
contrarios poder les al que
se sometan, es necesario también que el
vaya a manos de los trabajadores; que ese poder sirva para destruir los obstáculos que se opongan
establecimiento de una nueva sociedad más perfecta la ya existente.
309
Pero
mientras
llegamos res,
se
consigue,
mientras
no
a la completa emancipación de los trabajado
como, es preciso vivir al día, el partido socia
lista
obrero se ocupa actualmente de mejorar en lo
posible de
esto
la condiciórrdel trabajador.
(...)
y
respecto
este particular voy a indicar lo que puede hacer la
Comisión
y
obligada
siempre por las fuerzas obreras, cuando se
presentan
crisis de trabajo como las que nos aque
ja. La
lo que
puede
hacer
la clase
burguesa,
1164
acción social, la acción directa del proletariado, no
tiene
así ninguna importancia política ni ideológica, no se le
concede
ninguna trascendencia política al hecho de intervenir
dentro
del entramado social. La actividad sindical, entendida
dentro
de la relación de compra—venta de trabajo para la mejora
de
las condiciones en que se realiza la misma, es así vista como
una
acción política, es decir, reformista y, por consiguiente,
sin
resultados dentro de las posibilidades revolucionarias. Pero
al
tiempo, y en esa línea que progresivamente va a ir caracteri
zando
al movimiento obrero, se va a ir convirtiendo en lo más
importante
del mismo, al ir conquistando mejoras tanto en las
condiciones
de trabajo de la clase obrera como en sus propia
condiciones
de vida. Y el hecho de que esa mejora vaya siendo
cada
vez más
explicación,
64
importante y que carezca de cualquier tipo de análisis o crítica ideológica producirá que
se
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pág. 214. 310
aplique
por sí misma y, siendo eso así, que ella misma
constituya
Es
se
como su propia ideología ausente.
decir, en el marco aparente de la no ideologización de la
reforma
de las condiciones
paradoja
de que dicha reforma acabará ocupando todo el espacio
ideológico
de trabajo
se acabará
dando
la
de los socialistas, y no sólo de los españoles, hasta
llegar
a constituir la ideología básica de la propia socialdemo—
cracia
actual.
“Apostamos ella,
por una nueva sociedad española. En
el poder estará más repartido, y el Estado más
abierto
a los nuevos valores y demandas sociales. La
iniciativa
pública y la privada no serán mutuamente
excluyentes, sino que se complementarán para materiali zar la
el enorme potencial de prosperidad que-hoy late en economía. En la nueva sociedad las instituciones
públicas,
apoyadas por
representativas, hacia de
65
debate.
encauzarán el desarrollo
sociales económico
el empleo para todos, organizarán la integración
todos los grupos y colectivos que corren peligro de
marginación en
las organizaciones
y harán posible un avance sin precedentes
la calidad de vida para todos.”65
ManifiestO
del Programa 2000, pág. 49-50. Borrador para
madrid, El Socialista, 1990. 311
CUARTAPARTE:
REVOLUCIÓN YMERCADO
“La concurrencia es el disolvente más activo de la sociedad ción
social. La sociedad burguesa está en crisis. La
cuestión y
burguesa y el arma más poderosa de la revolu
social se presenta cada vez más amenazadora,
es inútil andar con paliativos. Es necesario abordar
la
cuestión y resolverla, radical y francamente.”1
Una
vez analizadas las causas por las cuales el partido
obrero muestra su característico desprecio hacia la política, que como
bien vimos se fundamentaba en la idea que mantenía sobre el
capitalismo, posible
vendría de forma inmediata la cuestión de cómo es
entonces, y después de esta negativa a dar importancia a
la actividad política como transformadora de la realidad, que los socialistas en
su propaganda y en su mismo programa de partido, una opción
que
indudablemente se inclina por la acción revolucionaria. Si
ésta, que
como parece probado, no puede surgir de una acción de masas actúe de modo
popular, habla
5
españoles intenten ejercitar, y mantengan igualmente
consciente, con
una
revolución de
tinte
¿cómo aparece y qué es lo que se defiende cuando se
de revolución?
Manifiesto-Programa del Partido-Socialista Obrero Español, de octubre de 1879. Pág. 324. 315
Si nos
en el capítulo dedicado a la política del partido obrero
hemos vistos obligados, para una correcta interpretación del
caso,
a analizar la teoría, implícita, sobre la ideología que
subyace de
al discurso socialista, un detenido estudio sobre la idea
la revolución nos va a obligar a: por un lado, tener que
estudiar cubrir parte
la idea de la necesidad, ya que la imposibilidad de las necesidades denominadas básicas, fisiológicas, por
del sistema será la impulsora de los grandes cambios
sociales;- y, necesaria
estricto, mismo
la
introducción, con vistas a garantizar el triunfo final
pero que esté en contacto con él y gracias al cual el
capitalismo llegue a una crisis que permita el superarlo.
este álgo, como ya veremos, deberá ser necesariamente ajeno, y
por
encima, de la mera voluntad humana y su posible acción,
eliminada
ya en el discurso político.
Igualmente, fatalismo lismo de
plantearnos el tema de
la revolución, de algo que no sea capitalismo, en un sentido
de
Y
por otro, nos hará
y
por
último,
deberemos
hablar
sobre
el
revolucionario que garantiza que la caída del capita
es una necesidad histórica involucrada en el propio sistema
producción.
316
UNO:
LA IDEA DE NECESIDAD
Lo
primero que llama la atención al tratar el tema de la
revolución
es el carácter fatalista que la misma adquiere dentro
del
esquema socialista español (con justicia habría que añadir
que
igualmente ocurre en los otros socialismos coetáneos2) y cómo
son
las mismas condiciones económicas, sustanciales al sistema de
producción, ser
y esto es de importancia extraordinaria y nunca debe
olvidado, las que marcan dicha fatalidad.
Lógicamente,
frente al desprecio más o menos explícito que
sobre
la política han dispuesto los miembros del partido obrero,
yendo
con él inmerso la imposibilidad revolucionaria de una
acción
de masas consciente, y al verse en la tesitura de situar
en
algún punto tangible la necesidad de la clase obrera en hacer
la
revolución y, a la vez, garantizar el triunfo de la misma,
deben
recurrir en su análisis, precisamente, a un elemento de
matiz
económico, es decir: cuantificable.
2
Como ya hemos dicho en la introducción, la mayoría de las
ideas defendidas por los socialistas españoles en sus discursos y manifiestos lo son igualmente, de hecho es de ahí de donde las recogen los españoles, por el resto de los partidos socialistas del continente europeo. Esto es especialmente significativo en lo referente a la fatalidad de la crisis del captalismo y el triunfo necesario de la revolución. 319
Este países ataña
motivo que obligará a los proletarios de todos los
a lanzarse a la revolución, debe ser algo que a todos por igual y de forma directa. Surge así la formulación
ideológica
de
necesidades
como palanca futura de una sublevación, solventada
con
la
importancia
de
la
insatisfacción
de
las
éxito, del proletariado. Las necesidades fundamentales, y
como
tal entendemos, de acuerdo con los socialistas, aquellas que
deben
ser
cubiertas
para poder
seguir manteniendo
la vida
biológica,
resultan, generalmente, satisfechas por la propia
estructura
económica capitalista y su Ley Férrea de los Salarios:
a
través de dicha ley se garantiza la subsistencia del proleta
riado
y de su familia. Sin embargo, en los momentos de crisis del
capitalismo
esta satisfacción de las necesidades relativas a la
supervivencia forma,
no puede resultar cumplida y se convierte, de esta
en el elemento clave y fundamental de la insurrección
obrera,
ya que los proletarios, una vez organizados, se levantan
contra
el sistema que los mata de hambre cuando existe, en
realidad, que
producción suficiente, realizada por ellos mismos, para
esto no tuviera que ser así.
“Toda para por
dominar a otro o a otras clases, garantizarlas, lo menos, susubsistenciamaterial
cuando esta sía.
y,
clase social necesita, en primer término,
en cierto grado:
esto no es posible, su caída es inevitable. Y en situación se encuentra actualmente la burgue
“
Pablo Iglesias, Comentarios. El programa Socialista. Art. Pág. 142. El subrayado es nuestro. 320
Es que
así la necesidad insatisfecha la que parece garantizar
la presencia
realizará queda
del proletariado
en el proceso
social se
como un elemento revolucionario. Ahora bien, ¿cómo
insatisfecha esta necesidad?
imposibilidad
¿Cuál es la causa de
la
del sistema capitalista para ser capaz de satisf a
cena?
La las su
respuesta a estas preguntas se halla en la teoría sobre
crisis. El capitalismo está abocado, de forma necesaria y por propia estructura económica, a una serie de crisis cada una de
las
cuales tiene
peores consecuencias para él mismo
que la
ocurrida
anteriormente. El esquema que presentan los dirigentes
obreros
de la crisis capitalista es el siguiente. Para los
socialistas mente
en
españoles el capitalismo va a desembocar necesaria una
económica:
serie
de crisis
efectivamente,
consecuencia,
debido a
su propia
la cada vez mayor
dinámica
producción como
por un lado, de los constantes progresos técnicos
que
repercuten en la mecanización de las fábricas, y, por otro,
del
cada día mayor contingente de mano de obra que, consiguiente
mente,
realiza un mayor número de productos manufacturados y, con
ellos,
de mercancías es una constante y una necesidad del propio
sistema
de producción. Dicho número de productos, cada día más
numeroso, a
no encuentran salida, sin embargo, en el mercado debido
que el trabajador
con su miserable
sueldo, el
jornal de
subsistencia
que garantiza la Ley Férrea de los Salarios, es
incapaz
comprar
de
necesidad, incluso
mercancías
que
no
sean
de
primerísima
las estrictamente necesarias para sobrevivir. Es más,
éstas encuentran cada día mayor dificultad de salida en 321
el
mercado debido al alza constante de los precios de dichos
productos
que en ningún caso va acompañado de un aumento similar
en
el precio que el burgués paga por la fuerza de trabajo y que
el
proletario reinvierte en cubrir sus necesidades mínimas. Así
las
cosas, esas mercanctas producidas no tienen salida en el
mercado,
sino
producir,
por tanto, beneficio capitalista al burgués. A su vez,
el
acumulando
como
un
“stock”
sin
beneficio económico que se produce en la diferencia de cuánto el capitalista o burgués por la fuerza de trabajo del obrero
por cuánto consigue vender los productos de dicha fuerza en el
lugar
de concurrencia de las mercancías, a la bancarrota. Como el
cumplimiento inevitable el
van
lleva al propio capitalismo, que recordemos que no es más que
paga y
se
aumento de estos mismos “stocks” produce una crisis inevitable
que el
que
estricto
de la
Ley Férrea
de
lbs Salarios
es
para el capitalismo, como ya analizamos, al no poder
salario de subsistencia mantener el consumo de forma propor
cional
a la inmensa creación
económico
capitalistas lejos de dominar el movimiento
productivo, capitales
de
son arrastrados por
su fatalidad.
Los
son verdaderos organismos cuya condi
(...)
de existencia, como la de todo organismo, es el
movimiento. mos
todo el sistema
tiene sus días contados.
“Los
ción
de mercancías
(...)
Y como el movimiento de los organis
capitalistas es la producción, so pena de ruina han producir, y producir siempre, y producir cada vez
más.
La concurrencia espolea a los organismos producto
res
haciéndoles marchar siempre al galope. Pero la 322
ampliación
de los mercados no sigue esta ampliación
creciente lanzados manos
con igual velocidad, y cuando los valores por los centros de producción no retornan a
del capitalista aumentados
dinero
para continuar
incremento,
Una
es
en progresivo
entonces sobreviene la crisis.”4
a cundir entre
desfavorecidos
para
la producción
en
vez que esta crisis ha sobrevenido, la máxima pobreza
comienza
por
y convertidos
la población.
Lógicamente,
los más
son los integrantes de la clase que menos tiene de
sí, los proletarios, que nunca han tenido suficiente dinero ahorrar. Éstos, llevados por su “instinto de conservación”, decir: la necesidad de cubrir su subsistencia y la de sus
familias,
se levantarán contra el capitalismo, la revolución es
esntonces
un hecho.
“El
instinto de conservación de los condenados sin
recursos
por el capitalismo a la opresión y a la muerte
se
encarga de concluir la demostración de que los
necesarios del
sistema capitalista.”5
Así
pues, debemos observar como lo que cobra importancia
básica es
desarrollos de la realidad no caben dentro
en el esquema revolucionario de los socialistas españoles
la imposibilidad por parte del capitalismo de satisfacer las
Jaime
Vera, Pp. XXV-XXVI.
Jaime Vera, pág. XXVII. 323
necesidades
primarias de la población: la pobreza, y con ella la
consecuencia y
de la muerte por inanición, son la palanca que mueve
determina la revolución socialista. Este hecho, relacionado con
la
propia
acontece como
insatisfacción
las
necesidades
primarias
que
en el proletariado, nos lleva, sin embargo, a observar
en ningún momento se cuenta o analiza nada sobre las mal
llamadas
“necesidades
referencia palabras aquí
superiores”:
a la vida biológica,
aquellas
que
no
hacen
la subsistencia material en
socialistas. Por ello, se puede decir que resultan de
dos características, al menos, que son fundamentales para
nosotros
en el estudio que realizamos.
Por nuevo o
de
un lado, se acepta, implícitamente al menos pues de
nos encontramos ante la ausencia de un análisis filosófico,
si se prefiere más profundo de la cuestión, cierta división de
las
necesidades, ya que se admite la existencia de unas que por
su
importancia marcan los designios de la historia frente a otras
de
las que ni tan siquiera se habla; por otro, y es algo no menos
importante
que el punto anterior, se sitúa la clave de la futura
revolución
proletaria en
capitalista, de
el hecho de la absoluta incapacidad
y esencial al propio sistema, para superar el mínimo
subsistencia necesario.
Se
produce de esta manera, muy a pesar de ese espíritu
positivo
característico del socialismo, una ontologización del
sistema
económico concreto e histórico, ya que se sitúa en una
escala
similar, un esquema histórico que se repite de forma
incansable
a lo largo del desarrollo de la propia historia, al de 324
todos
los cambios
estructura
que ha demolido, lo que siempre ha deshecho y
sepultado
los organismos sociales caducos, facilitando
aparición y el desarrollo de otros organismos, ha
sido
la necesidad, esa poderosa fuerza que no conoce
dique
alguno capaz de contenerla.
Ella
fue la que redujo a la nada la esclavitud;
ella
la que puso término a la servidumbre; ella es la
que
hoy ordena, la que exige imperiosamente que el
asalariado, a
esa
primera de todas las relaciones a estudiar aquí es la de
idea de una necesidad aceptada en el análisis como primaria fundamental frente a otras necesidades de corte secundario, u
otras
necesidades, con un juego de palabras que en absoluto
frivoliza era
la cuestión, no tan necesarias. Precisamente, y como
fácil de prever, esta jerarquía de las necesidades pasa por
situar
en primer lugar aquellas que guardan relación con un
carácter
estrictamente relacionado con la supervivencia a nivel
fisiológico, abstraídas
6
y,
última forma de la sumisión de unos seres
otros, deje de existir, desaparezca.”6
La
y
fuera su
económica y sus condiciones sociales.
“Lo
la
y sistemas habidos, fuera cual
entendiendo
a
su
vez
que
dichas
necesidades,
de cualquier relación de tipo social, existen por sí
Pablo
Iglesias, Comentarios.
Pág. 142. 325
El programa
Socialista.
Art.
mismas, nes
son por sí mismas, y no como producto de dichas relacio
sociales previas.
La
“
guerra no puede desaparecer todavía y no
desaparecerá clase
burguesa, hasta el día en que no haya más que una
clase. nos
¿Es posible que esto ocurra? Los datos que se
presentan lo confirman, pues encontramos a la clase
dominante menos la
cada vez con una capacidad inferior y con
elementos para salvar los obstáculos que le crea
clase dominada. Los que dominan pueden existir en
tanto
satisfacen
dominados: mente
Así,
lasprimerasnecesidadesdelos
cuando no pueden hacer esto, tienen forzosa
que sucumbir”7
esa incapacidad de la clase burguesa de satisfacer las
necesidades para
hasta el momento en que desaparezca la
mínimas conducirá al estado social necesario y previo
lograr una conmoción social que derribe al régimen de
producción
capitalista. Creemos que no hace falta mucha perspica
cia,
consiguiente,
por
desprecio siente ver,
dicha
idea
con
el
entre las filas socialistas por todo aquello que tenga que ya sea directa o indirectamente, con la ideología y el
adquiere
El
relacionar
real, en el sentido de no tenerlo ni en cuenta, que se
pensamiento
como
para
necesario
para
ayudar a
dicha
revolución.
Ésta
así, pero por una necesidad de la teoría que la trae
consecuencia,
la característica de
un automatismo,
el
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pág. 213. subrayado es nuestro. 326
llamado
fatalismo
conciencia
no
que
hace
innecesaria
la
de clase.
Efectivamente, espíritu
revolucionario,
las ideas sociales, los pensamientos, el
o, diciéndolo de modo preciso, la conciencia de clase,
tienen prácticamente ninguna importancia enfrentadas ante el
proceso
“real” de absoluta depauperación al cual se ve sometido
necesariamente que
el proletariado. Las necesidades apremiantes de lo
presuntamente
es
estrictamente
material8,
aunque
aquí
analizaremos
que dicha realidad acabará produciendo su máxima
abstracción,
aparece eclipsando a cualquier realidad ajena a esta
pretendida
inmediatez. La jerarquización de las necesidades,
atendiendo
a su grado de proximidad con lo “vital” y situando por
ello
en primer término todas aquellas que tengan que ver con la
satisfacción
fisiológica, es en el fondo, y es ese su contenido
ideológico,
una teorización que tiene su origen en la relación
8
Por supuesto, no se trata aquí de negar la materialidad ni
de las denominadas necesidades primarias ni de las secundarias. De lo que se trata, y opinamos que es ahí donde se halla la cuestión de fondo, es de señalar cómo la negativa a socializar las propias necesidades primarias, es decir a sacarlas de la inera abstracción de la fisiología y llevarlas al terreno de lo concreto, va a producir una ontologización de esas mismas necesidades caracterizándolas como aquello que marcará, con el discurso socialdemócrata posterior, eso que se ha dado en llamar el Estado del Bienestar. Efectivamente, es en este tipo de sociedad administrada donde se observa claramente como el discurso socialista acabará defendiendo la idea de que la satisfacción de una serie de necesidades básicas, incluyendo ya aquí el dominio de la satisfacción de las necesidades superiores, por parte de un estado garantiza la legitimidad del mismo y de la sociedad que lo lleva a cabo: la respuesta ante la verdad o falsedad de la situación, la libertad de los hombres realizada o no, se acabará convirtiendo en un ejercicio de cuentas. 327
que
previamente
socialistas
se ha
establecido por
parte
de
los mismos
entre la propia estructura capitalista y los seres
humanos.
Efectivamente, y
recordemos, permitiéndonos fatigar al lector
si aún hace falta, que el sistema capitalista es asimilado como
la
relación que se establece en la compra—venta de trabajo, es
decir, de
la relación económica es la producción de la vida, o dicho
otro modo, la producción de la vida es de forma exclusiva la
relación
económica.
principio
fundamental de la satisfacción de la necesidad no sólo
de
claro,
por
consiguiente,
que
el
cada uno de los seres humanos individualizados sino también
del
sistema social de producción en el que se desarrollan es el
hecho
económico. Consiguientemente a esto, lo que los socialistas
acaban
así aceptando, aún a su pesar en esta época, es que la
División su
Está
Social del Trabajo implica al propio hombre en cuanto a
totalidad como ser humano, permitiendo diferenciar entre la
parte
productora para la satisfacción de las necesidades y la
ociosa,
aunque todavía sin usar ese lenguaje, en la que se
debería
disfrutar el beneficio que esa parte productora deja en
forma
de salario9. Todavía es más, implican esa parte productora
dentro elemento
del más puro esquema capitalista, al negarle cualquier que pudiera aparecer alejado de la mera reproducción de
las
condiciones materiales del mismo capitalismo y convirtiéndo—
lo,
como analizaremos inmediatamente, en gasto fijo constante y
De hecho, esta aceptación implícita de la división vital -----realizada por el capitalismo avanzado, trabajo y ocio, cuenta de forma primordial en la actualidad para todos los partidos políticos del espectro de la llamada izquierda. 328
su
plusvalía en mero ejercicio económico de beneficio empresa
rial.
Con
esto, los socialistas españoles se sitúan al nivel
ideológico
de la distinción falsa entre lo realmente importante
(las necesidades fisiológicas) y lo accesorio (todo lo demás)’°. Incluso
sitúan tanto las necesidades como la producción de sus
propias
satisfacciones dentro de un esquema ajeno a la sociedad
y
su pensamiento. Y es aquí donde se produce la abstracción
básica
de las necesidades sociales ya que se sitúa a éstas en un
plano
individual
concreta social
limitado
a
la
existencia
determinado.
auténticas situándolo
o
y
de un obrero en lugar de relacionarlo con un contexto
Todas
de
perteneciente
las
necesidades
en sí mismas”,
fisiológicas
son
tomadas
como
ontologizando el momento actual y
fuera de toda realidad histórica concreta. No se trata
que nosotros mantegamos que la necesidad fisiológica sea falsa tenga un menor rango que la llamada espiritual sino que, según
Este hecho sí será cambiado en el discurso posterior. Al estar garantizado por el propio sistema la subsistencia material, de nuevo lo empleamos aquí en términos socialistas, lo fundamen tal pasará a ser la parte del ocio, estableciendo distinciones con la “derecha” sobre las formas a adoptar por la barbarie: si Julio Iglesias o Ramoncín.
“ Este hecho, llevado a su máximo extremo, se encuentra desarrollado en la sociedad administrada. Efectivamente, en ella se encuentra la verdad de cualquier necesidad de acuerdo a un discurso tecnocrático que oculta que la demanda ha sido previa mente producida.
329
el
esquema que estamos criticando, la necesidad fisiológica
carece época
de historia, de elementos que la hagan distinta entre una y otra. De esta manera, al tiempo que se ontologiza la
propia
época histórica al ponerla en igualdad de condiciones con
cualquier
otra ya acaecida, se realiza una universalización de la
incapacidad necesidad
del sistema productivo concreto para satisfacer la propia: todos
revoluciones idéntico
a
sociales, y todas
las
que dieron al traste con ellos, se produjeron por un
motivo.
Con el
los sistemas
estos antecedentes, resulta fácil de entender que todo
esquema revolucionario quede, de forma no histórica, reducido un pueblo hambriento o a un segmento de la población que,
siendo
numeroso, es incapaz de alimentarse y cubrir sus necesida
des
básicas y que por ello se vea impelido a la realización de
una
acción revolucionaria: es un esquema histórico que se ha
repetido, volver
a repetirse de nuevo, también con éxito.
Pero La
no se crea que la teoría revolucionaria aparece ad hoc.
idea socialista de diferenciar las necesidades básicas de
aquellas hasta vo
y siempre con éxito, hasta ahora y parece condenado a
otras que no son fundamentales repite el esquema que
ahora hemos visto en su relación entre el sistema producti
y la propia sociedad: el primero, el sistema de producción, es
una
estructura puramente económica, carente de cualquier hecho
ajeno
a la propia economía; la otra, la sociedad en que dicho
sistema ajena
se desarrolla, es una realidad situada en segundo plano,
a toda relación directa con lo económico (excepto siempre 330
en
el papel de clases sociales), desde la cual resulta imposible
toda
influencia
económica.
ejercerse
hacia
la
estructura
lo
relacionadas con lo fisiológico, que es asimilado
auténticamente
trascendental, de
pudiera
Paralelamente a esto, y siendo fieles a sí mismos, las
necesidades como
que
económico,
cobran
una
especial,
y
importancia frente a aquellas otras que carecerían
dicho valor.
Para
presentarlo con un esquema concluyente, que creemos
reproduce
fielmente el pensamiento socialista, podríamos decir
que
el Capitalismo, hecho puramente económico, tiene su corres
pondencia hecho
social, como cualquier otro sistema económico, con el
de
la
necesidad
de
cubrir
carencias,
continúan analizando los socialistas, y es ahí donde
ser
humano.
Estas
equivocan, son abstractas en tanto en cuanto su necesidad es
siempre
la misma,
necesidad decirlo las
el
(ropa,
comida,
se
en
carencias
vivienda,
...)
implícitas
ciertas
sin tener
en cuenta que no
es la misma
la de una choza que la que se cubre con un piso (o para con Marx, no es el mismo hambre el que se satisface con
manos que con cuchillo y tenedor).
“El
objeto no es un objeto en general, sino un objeto
determinado, tal
como indica previamente la producción. El hambre es
hambre, y
pero el hambre que se satisface con la carne cocida
comida con cuchillo y tenedor es distinta a la que traga
carne la
que se debe consumir de un modo determinado,
cruda sirviéndose de manos, uñas y dientes. Así pues,
producción produce no sólo el objeto de consumo, sino 331
también
el modo de
objetiva
sino también subjetiva. De suerte que la producción
crea
al consumidor.
3)
la producción no
satisfacer necesidad su
una
consumir, y no sólo de una manera
sólo proporciona
necesidad,
sino
el material
también proporciona
para una
al material. Cuando el consumo se desembaraza de
grosería natural primitiva y pierde su carácter inmedia
to—
y el hecho de permanecer largamente en aquel estado
sería da
por sí solo el resultado de una producción inmoviliza
en la fase de la grosería natural
mediatizado dad
—,
él
mismo está
en tanto que instinto por el objeto. La necesi
que experimenta de un objeto ha sido creada por la
percepción
de este último. El objeto de arte —como cualquier
otro
producto— crea a un público apto para comprender el
arte
y admirar la belleza. La producción no produce, pues,
solamente para
el objeto.”2
Para
los socialistas, sin embargo, esto no es así. Las
necesidades hecho
un objeto para el sujeto, sino también un sujeto
se convierten en realidades ontológicas, ajenas al
histórico. La imposibilidad de cubrir estas necesidades
siempre algo
presentes, ya que ellas mismas y su no cumplimiento son
implícito en el capitalismo, garantiza la existencia de la
revolución
12
proletaria.
Karl
política.
Marx, Contribución
a la crítica de la economía
Introducción. Ed. Progreso, Moscú, 1989. Pág. 187-188. 332
¿Pero, de dónde surge esa imposibilidad del capitalismo para lograr superar los estrechos límites sociales y económicos en los que
habita el proletariado y ser imposible que desde él la clase
obrera
satisfaga
sus
necesidades?
Uno
de
ellos,
y
el
más
importante
a nivel de-cada uno de los individuos, es, como ya
conocemos,
la Ley Férrea de los Salarios. Efectivamente, el hecho
de
que el Capitalismo sólo pueda
llegar a pagar
el mínimo
imprescindible
para la supervivencia de la fuerza de trabajo y su
reproducción,
implica
únicamente el
el
proletariado
apenas
consigue
lo indispensable para vivir. Y todo esto únicamente en
caso poco probable de que mantenga su trabajo durante el
periodo no
que
de tiempo suficiente. Incluso aún siendo así, es decir:
pasando a engrosar la ya de por sí cargada lista del ejército
industrial
de reserva, el proletariado cada día tiene mayor
dificultad
en mantener su exiguo nivel de vida, es decir: en
mantenerse
dentro de los estrechos márgenes de la subsistencia.
La
pauperación cada vez más creciente entre la clase industrial
va
proyectando siempre, según el esquema socialista, su sombra
por
un cada día más numeroso contingente de obreros que se ven
desprovistos
El
“
aquí
de sustento.
salario falta con harta frecuencia, y de
que el proletario se encuentre siempre a las
puertas burguesía
de la miseria! La disminución personal de la y el aumento de su poder y su riqueza está en
333
razón
directa del aumento del proletariado y de la
disminución
La
de sus medios de existencia.”3
integrantes de la clase obrera pierden con la ausencia de
un
salario todo lo que tenían, incluso la ineray simple capacidad
de
subsistencia propia y de sus familias, y se encuentran, de
pronto ello, te
y sólo por este hecho, y sin tener una conciencia para con una capacidad revolucionaria, y con un deseo equivalen
a una conciencia de llevarla a cabo, amparada por la pobreza
hasta
entonces desconocida. Aparecen, bajo estas circunstancias
extremas,
por fin dispuestos
y concienciados a realizar una
revolución.
“Prefiero
demostraros que estas luchas no son
locales
ni nacionales, sino que revisten un carácter
general
y van en pos, digámoslo así, de una fatalidad
económica
que persigue a los obreros, dependientes de
las clases capitalistas. En las diversas nacionalidades en
que el mundo está dividido, la cuestión va tomando
un
carácter de mayor gravedad, conforme el desarrollo
de
la industria es mayor, conforme la defensa de los
obreros cribiendo
‘3
5
va siendo más fuerte, conforme se va circuns a un círculo más estrecho,yvanhaciéndose.
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español.
de octubre de 1879, pág. 323. 334
portanto,suvidamáspesadaymásdifícildesopor tar.
Se cia de
“‘4
da así, como enlazando con esa misma idea, la circunstan
de que incluso el en sí y el para sí de la clase proletaria, su conciencia obrera, se produce merced a un proceso absoluta
mente
limitado a la realidad económica y alejado, de acuerdo a la
dicotomía mente,
socialista, de los elementos ideológicos que, precisa
deberían estimular dicho proceso.
“Es
decir, que a más de que los medios que se
recomiendan mejorar
a los trabajadores no les sirven para
el estado social en que se hallan, resulta
perfectamente probado que la anarquía de la producción, en
la cual ellos no tienen parte, engendra un antago
nismo
cada vez mayor, una miseria más grande para los
trabajadores.
García Quejido, sesión del 20 de octubre de 1884. fág. 26. El subrayado es nuestro.
14
‘
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pág. 212.
Al hablar de anarquía de la producción se refiere a la creación de mercancías que no tienen salida al mercado debido a la escasez del consumo y generarán una crisis. Es también de señalar como en este texto se une la idea de un antagonismo de clase cada vez más acentuado, y por ello cada vez con más posibilidades de pasar a la conciencia, con la idea de la pauperación obrera. 335
Se
limita de esta forma el esquema hacia lo estricta y
falsamente hecho se
económico. La revolución proletaria se da porque de
en la ontologización de la realidad entra que efectivamente
dé de forma fatal, siguiendo el esquema de todas las revolu
ciones
precedentes. Un esquema histórico, mejor
ontológico, propia
de la revolución que paradójicamente es previo a la
historia y a las características concretas de un tiempo
determinado largo
y que se repite infatigable y siempre igual a lo
del tiempo.
Surge, ción
sería decir
de esta manera y por todo lo anterior, la ontologiza—
del proceso revolucionario, que se perfila de acuerdo a un
esquema
que, aparentemente, se ha ido repitiendo a lo largo de la
historia.
Del mismo
ontologizaba
modo
que,
como
ya hemos
analizado,
se
la figura del proletariado industrial al situarlo en
una
línea de continuidad no sólo moral, sino histórica con todas
las
clases explotadas con anterioridad, se sitúa ahora el modelo
revolucionario lo
que debe ocurrir. Es una ontología de la historia la que se
produce de
como falsilla sobre la cual escribir el esquema de
que en realidad esconde la creencia cierta en una especie
historia ya escrita y cíclica, un destino manifiesto, que se
repite
incansable a lo largo del tiempo.
“La como
despreocupación por el materialismo histórico
medio
española validez
de conocimiento de la formación social
se ve compensada por una confianza en la de las leyes históricas que aquel proclama
{sic], reducidas en último término a la inexorabilidad 336
de
la victoria del proletariado revolucionario y la
supresión
consiguiente de la sociedad burguesa. Es una
legalidad
de tipo ideal que determina el desarrollo de
las
sociedades y que en último término costriñe el
papel
de la lucha
de clases a una manifestación,
inevitable pero externa, de su despliegue en el tiempo. Incluso
puede decirse que la toma de conciencia y las
posiciones tes
concretas de las clases resultan irrelevan
de cara a su destino prefijado. De ahí que, de
acuerdo curso
con la alternativa adecuación/inadecuación al de la historia, las situaciones respectivas de
burguesía
y proletariado respondan a unos criterios
filosóficos, no históricos, de error y verdad respecti vamente.
En
la misma
revolucionaria sólidamente lucha,
medida
—incorporada
que
por
el
la clase
obrera
partido
obrero
organizado— acierta en su estrategia de
incluso en sus aspectos formalmente más conser
vadores,
todo acto de la burguesía conduce a su propia
pérdida.
La posición de la clase dominante se halla
predeterminada
y la imposibilidad de comprender el
antagonismo
de intereses en que se apoya su poder y su
inevitable
fin la hacen adoptar continuamente posturas
incoherentes, represivas; en una palabra, erróneas. la buena
conciencia obrera posee ya un sólido fundamento:
éxitos
y reveses no son sino manifestaciones de sus
avance
hacia la emancipación conciencia de justicia y
conciencia “ceguera”
de
verdad
obreras
que
se oponen
a
la
que aún en sus momentos de aparente afirma— 337
ción
caracteriza a una burguesía incapaz de asumir su
irremediable
Toda
la teoría socialista en cuanto a la particularidad
capitalista histórica, que
de la lucha de clases se desmorona así como realidad como el análisis concreto de una situación, pues lo
acaba siendo verdaderamente importante es que la sociedad se
adapte cias
al modelo de progreso establecido como tal desde instan
superiores a dicha realidad.
“Los
capitalistas lejos de dominar el movimiento
productivo
El recursos se
por el capitalismo a la opresión y a la muerte
encarga de concluir la demostración de que
del
los
desarrollos de la realidad no caben dentro
sistema capitalista, que no es un estado natural de
relaciones que
Pero
sociales, sino una utopía triunfante, pero
pasará como pasaron otras concepciones sociales,
religiosas
y políticas que se creyeron perdurables.”7
es que, y está aquí precisamente lo más grave de todo
problema, dicho esquema no hace sino reproducir fielmente el 16
Pág.
son arrastrados por su fatalidad.
instinto de conservación de los condenados sin
necesarios
este
desaparición” •16
ELORZA, Antonio; RALLE, Michel, La formación del P.S.O.E.. 324.
Jaime
Vera, pág. XXVII-XXVIII. 338
esquema sión,
práctico del propio Capitalismo que, esa es su preten
pretender destronar.
Efectivamente, realiza
la
reducción
que
el
sistema
productivo
de los proletarios convirtiéndolos en meros instrumentos
de
trabajo y apéndices de las máquinas, tiene su correspondencia
en
la idea socialista de unos obreros sólo sujetos al gasto de lo
que
podríamos denominar como Capital Constante.
teEl hombre se servía del útil; hoy sirve a la máquina.
Los hombres productivos formaban otros tantos
miembros
de un mecanismo viviente; en la fábrica son
agregados
de
independencia domina la
un
mecanismo
muerto
que
existe
con
de ellos. El trabajo muerto reemplaza,
y absorbe el trabajo vivo. La función social de
producción, de función casi orgánica del hombre,
tiende
a convertirse cada vez más en función puramente
automática. (...)
De
aquí la agravación notable de la lucha entre
capitalistas
y obreros desde la revolución industrial
por
el maquinismo; de aquí la guerra eterna y tremenda
del
trabajador contra la máquina
en
que le reemplaza
la obra de la producción, desvalorando su fuerza de
trabajo
y convirtiéndola en un elemento social inú
til.
18
(...)
Jaime
Vera, pág. XXI-XXII.
339
Ciertamente, las
ideas relativas a la necesidad como motivo de revolución, se
aplican
a la categoría humana del proletariado como realidad fija
económica, de
la permanencia en la ideología socialista de
vinculada al hecho del cumplimiento estricto y fatal
la Ley Férrea de los Salarios, que viene marcada por la propia
carestía esquema
media de la supervivencia. Manteniendo estrictamente el revolucionario de los propios socialistas, el proletaria—
A este respecto es también interesante observar como este sentimiento de odio hacia la mecanización de la industria, patente también en el aprecio hacia el taller en detrimento de la fábrica, no se halla, sin embargo, presente en Marx. Escribe éste: Es un hecho indudable de que la maquinaria en sí no es responsable de que a los obreros se les ttseparell de sus medios de vida.(...) Los antagonismos y las contradicciones inseparables del empleo capitalista no brotan de la maquinaria misma, sino de su empleo capitalista. Y puesto que la maquinaria, de por sí, acorta el tiempo de trabajo, mientras que empleada por el capitalista la alarga; puesto que de suyo facilita el trabajo, mientras que aplicada al servicio del capitalista refuerza más todavía su intensidad; puesto que de por sí representa un triunfo del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, pero, al ser empleada por el capitalista hace que el hombre sea sojuzgado por las fuerzas naturales; puesto que por sí incrementa la riqueza del productor, pero dado su empleo capitalista, lo empobrece, etc, etc.” Karl
Marx, El Capital
.
Pp.
366-367.
En Marx, la maquinaria es un medio de ayuda en la produc ción, pero no es hoinologableal trabajo humano. Sin embargo, y en esto son otra vez muy similares a los movimientos obreros del resto de Europa, los socialistas españoles protestan por la pérdida de la condiciones de trabajo preindustriales, a dif eren --cia de Marx, lo cual les lleva a criticar la mecanización en abstracto y añorar la época en que el trabajo manual, identifica do con un abstracto trabajo humano, era el fundamental. 340
do
seguirá siendo una fuerza no revolucionaria si se le puede
garantizar lista
de gastos para al final llegar al beneficio’9.
Si
el proletariado para el esquema marxista es capital
variable que
un fijo con el que debe contar ya el empresario en su
porque produce valor, y de esa capacidad de generar más
la mera reproducción de sus fuerza de trabajo partirá la
praxis
revolucionaria, para los socialistas puede degenerar en un
gasto
constante, en el sentido no de que deje de producir valor,
sino
que carezca de praxis revolucionaria, si es posible pagar
una
parte fija que les permita acudir al mercado como comprado
res.
Para Marx la praxis no tiene precio, y por eso resulta la
injusticia del sistema asalariado; para los socialistas españoles no
puede pagarse su precio justo por problemas estructurales del
Capitalismo. debido
Para el PSOE
aparecerá entonces como evidente,
a la imposibilidad de realizar este proceso de convertir
el
gasto del proletariado en fijo y garantizar, a través de él,
un
poder adquisitivo alto, que las sucesivas crisis que van
arremetiendo imposibilidad capital mano
al capitalismo acabarán de satisfacer por parte
en una de consumo, de empresarial ese mismo
necesario para garantizar tanto la supervivencia de la
de obra necesaria a nivel productivo como la propia paz
social.
En realidad, y como ya sabemos, la revolución se producirá precisamente, porque el beneficio capitalista debe salir de pagar exclusivamente a los obreros un salario de subsistencia, cada día más menguado, y de la imposibilidad de aumentarlo. Con ello, el capitalismo castiga su propio beneficio al no permitir la salida de nuevas mercancías al mercado. 341
La misma
Ley Férrea de los Salarios y la imposibilidad que ella implica de llevar a cabo una reforma o su misma supresión
podrían su
ser presentados como los elementos capitalistas que, en
contradicción con el propio sistema que precisa de salida para
las mercancías, marcaría el elemento dialéctico del capitalismo: pero
en realidad no pasa de ser una contradicción meramente
teórica. la
Se podría argumentar que las nefastas condiciones para
economía
personal
son
condición
indispensable
para
la
revolución20, pero la reducción de toda acción humana a la misma no
hace sino presentar dicha realidad revolucionaria como una
tarea
si acaso del destino,
actividad mente
pero nunca
de los hombres. La
transformadora de los seres humanos, reducida teórica
ya a capital no sólo en la fábrica sino también en el
20
En cierto sentido, no creemos que esté excesivamente clara
la relación que existe en Marx entre condiciones de vida y actividad revolucionaria. En unas ocasiones parece que se asimila que si no existieran pésimas condiciones de vida, la conciencia revolucionaria no se llevaría a cabo. En otras, al contrario, parece que esto no tiene que ver con la propia conciencia.Sin embargo, y esto consideramos que sí queda claro, nos parece evidente que Marx no mantiene que el Capitalismo sea injusto porque cree malas condiciones de vida o pague bajos sueldos, sino porque sitúa la actividad humana en un orden irracional. “El propio obrero produce constantemente la riqueza objetiva como capital, como una potencia extraña a él, que le domina y le explota, y el capita lista produce, no menos constantemente, la fuerza de trabajo como fuente subjetiva de riqueza, separada de sus mismos medios de realización y materialización, como fuente abstracta que radica en la mera corporeidad del obrero, para decirlo brevemente, el obrero como obrero asalariado”. Karl
Marx, El Capital. Volumen 1 .Pág. 480. 342
propio
pensamiento socialista, queda
así aniquilada a nivel
revolucionario.
La en
pretensión capitalista de anular la praxis y convertirla
mero beneficio económico a través del trabajo asalariado,
cobra para
sentido teórico al situar los socialistas un precio justo la misma que al no darse desencadenará todo el proceso de
revolución ser
social. Aquello que, en la teoría marxista, no puede
pagado por el hecho mismo de que produce valor se transforma
en
aquello que debería ser mejor pagado: la objetivización del
trabajo
humano. Los obreros pasan así a formar parte de la
infraestructura cuanto a
de la fábrica, no ya sólo a nivel fáctico, en
a que eso son en la estructura capitalista, sino incluso
nivel teórico que, además, pretende ser revolucionario21. La
plusvalía de sea
y la injusticia de la misma viene dada por el pago que
ella se realiza y no por el hecho en sí de que su finalidad no la de humanizar un mundo inhumano. Si un capital constante se
identifica
por ser asuinible en el coste, y
reproduce,
el trabajo proletario acabará siéndolo en el propio
reformismo
que el Partido Socialista defenderá con el trascurrir
del
justo pues sólo
tiempo y la mejora de las condiciones de vida en el sistema
capitalista. 21
De
hecho, esa y no otra es la lectura que debe hacerse de
la separación efectuada por la sociedad industrial avanzada entre la vida laboral y la del ocio, situando en esta última ideológi camente la verdad de la existencia y su sentido. No hace sino demostrar el triunfo teórico implícito de la conversión del trabajo humano en una especie de capital constante y por tanto reducible a ser justamente reintegrado el importe efectuado en su gasto, dejando el resto de las actividades humanas como lo auténtico de la personalidad. 343
Toda
pretensión de que la acción revolucionaria alcance
categoría
objetiva, es decir: que pueda ser capaz de transformar
el
objeto, hacer Praxis, es abandonada en aras de la propia
objetividad presentes
constituida
definitivamente
por
los
objetos
ya
y exclusivamente por ellos. De ahí, como consecuencia,
que
sea el objeto, en cuanto a su ausencia, eso sí, el que marque
la
revolución. Lo importante aquí es cómo los objetos se sitúan
por
encima de lo humano, gobernando su destino. Incluso, se puede
percibir ser
calificadas como necesidades Itobjetivasfl, por ser necesidades
cuya
satisfacción se basa en objetos concretos, se da el curioso
elemento propio
miento
de la asimilación de los caracteres más totalitarios del
sistema: la conversión de los seres humanos en máquinas al
convertir
El
cómo en aquellas realidades que puedan tener que ver o
en necesidad básica aquella que garantiza el abasteci
del productor, el combustible para continuar produciendo.
positivismo que corresponde con esta teoría, enlazado con la
idea
del ser y no del deber ser, como muy bien dice incansable
Vera,
viene dado
dialéctica: escisión esto,
la idea de que la realidad del mundo es la propia
del mismo, su contradicción y su falsa verdad. Frente a
de la realidad en cuanto a que la realidad es sólo, y
más y nada menos que eso, ya ser.
Las de
la
que los objetos son sólo lo que son no implica sino una
apoteosis nada
precisamente por la negativa a admitir
necesidades personales son así asimilables, en su nivel
gastos, aunque no en su nivel
constante
productivo, a un capital
en el sentido de que se convierten en necesidades
determinadas
con gastos perfectamente deducibles y, por todo 344
ello,
absolutamente predecibles por el sistema. Lo revolucionario
queda
supeditado a lo descontable por el sistema de su propio
beneficio comprar con
capitalista:
si la suma del gasto
necesario
para
el trabajo, como se puede hacer con las máquinas pero no
los seres humanos según Marx22, es asimilable en una ejerci—
22
El concepto de plusvalía en Marx haría referencia no tanto
al dinero que no se paga al trabajador como al hecho de que su mismo trabajo no refiere a la humanización del mundo sino a la reproducción dada del objeto que precisamente impide que la praxis se libere: el propio capitalismo. “La producción capitalista no es ya producción de mercancías, sino que es, sustancialmente, producción de plusvalía. El obrero no produce para sí mismo, sino para el capital. Por eso, ahora, no basta con que produzca en términos generales, sino que ha de producir concretamente plusvalía. Dentro del capitalismo, sólo es productivo el obrero que produce plusvalía para el capitalista o que trabaja por hacer rentable el capital. Si se nos permite poner un ejemplo ajeno a la órbita de la producción mate rial, diremos que un maestro de escuela es óbrero productivo si, además de moldear las cabezas de los niños, moldea su propio trabajo para enriquecer al patrono. El hecho de que éste invierta su capital en una fábrica de enseñanza en vez de invertirlo en una fábrica de salchichas, no altera en lo más mínimo los términos del problema. Por tanto, el concepto de trabajo productivo no entraña simplemente una relación entre la actividad y el efecto útil de ésta, entre el obrero y el producto de su trabajo, sino que lleva además implícita una relación específicamente social e históricamente dada de producción, que convierte al obrero en instrumento directo de valorización del capital. Por eso el ser obrero producti vo no es precisamente una dicha, sino una desgracia.” Karl
Marx, El Capital. [Para
Volumen 1, págs. 425—426.
Marx) la cualidad de preservar valor a
través de la creación de un nuevo valor es, por decirlo así “un don natural” de la fuerza de trabajo, “que no cuesta nada al trabajador pero que resulta muy ventajo so para el capitalista” Esta propiedad que posee el 345
cio
de cuentas, la revolución carece absolutamente de sentido y
necesidad.
La
cantidad reseñable, es decir la necesaria para cumplir,
incluso
con creces tal y como ocurrirá con el capitalismo de
mercado
posterior, con las necesidades “primarias”, no pasa pues
de
algo a descontar a principio del ejercicio económico, pero que
en
ningún caso consigue llegar a más. No es distinto a este mismo
ejercicio,
Sin
sino sólo un gasto del mismo.
embargo, los socialistas españoles creen ver en este
punto,
y de ahí su importancia, una pretensión revolucionaria, a
saber:
que la necesaria incapacidad del sistema en proveer de
víveres
a las muchedumbres garantizará la indignación popular y
con
ello el levantamiento de la clase obrera. Pero esta preten
Sión
no procede de una contradicción al sistema sino que viene
dada
por el propio mecanicismo qúe se aplica en el pensamiento
positivista. que, las
Es un esquema tan simple, tan sumamente inflexible
si acaso fuera cierto, el fatal desenlace revolucionario, en acepciones posibles del término, estaría plenamente garanti
zado.
trabajo abstracto universal y que se oculta tras sus formas concretas, pese a constituir la única fuente de valor nuevo, no tiene en sí misma un valor propio. Por consiguiente, el contrato de trabajo implica necesaria mente una explotación.” Herbert
Narcuse, Razón y Revolución. Pág. 301. 346
La prever
esquematización de la estructura capitalista permite sin margen de error que la situación económica del sistema
garantizará como
un
la pauperación creciente del proletariado y con ella,
producto
añadido,
fatal
y desencadenante
del
gran
cataclismo, surgirá la imposibilidad de llevar adelante por parte del
sector
más
satisfacción cambio de
débil
de
la
sociedad,
el
proletariado,
de las necesidades más elementales obligando al
de ese mismo sistema inútil por otro más eficaz a través
la revolución.
Algo toda
he indicado ya de esto. El industrial y
la clase media productora no responden a un fin
social:
no vienen a producir con arreglo y con sujeción
a
necesidades
las
industrial interés.
se
de
la
sociedad,
preocupa únicamente
sino
de
su
que
al mercado, no de producir
científica
y razonada
(...)
¿
cada
exclusivo
De lo que cada uno trata es de llegar
primero
el
de una manera
qué resulta? Que no
habiendo
cálculo en la producción ni en la oferta, el
mercado
se obstruye, la producción no tiene salida,
porque
hay un exceso de producción relativo. Digo
relativo,
porque este exceso de producción no resulta
comparado con las necesidades naturales de los obreros, sino la
la
con las que únicamente les permite hoy satisfacer
sociedad burguesa, que tiene en su poder el capital
social.
Ese exceso de producción llena el mercado, y
estando
el mercado lleno de productos, se mueren los
obreros
por falta de trabajo y por falta de recursos. 347
Pero
aquí no sufren solamente los trabajadores, sino la
misma
clase dominante. (...)
Esta
es la consecuencia de la crisis respecto de
los
trabajadores y respecto de la clase que domina; y
aquí
tenéis otro hecho que prueba que los intereses de
ambas
clases no son armónicos, sino contrarios
Ese hay
es otro de los resultados de la crisis, y no
manera de evitarlo, porque después de una crisis
viene
otra
(...)
Agregad
a esto que la clase media es
la única que puede contar con esos grandes elementos de trabajo,
y que no produce de una manera científica y
proporcionada, de
las doctrinas individualistas.”23
Sin el
embargo, esto solo, estas masas encrespadas, no son sino
acompañamiento de los positivo y real, de lo verdaderamente
objetivo: su
sino con toda la anarquía que es propia
el derrumbe económico del propio objeto capitalista por
misma constitución. Éste firma su condena en realidad por sí
mismo
y no a través de la acción de las masas, ya que éstas
actúan del
de un modo inmediato y automático ante la crisis última
propio sistema. Así, en su proceso todopoderoso, el capita—
lismo
ha logrado la misma cosificación del proletariado convir—
tiéndole
en un objeto que responde, como en la mecánica clásica,
ciegamente
a la relación de causa— efecto que le obliga su
Pablo Iglesias, sesión del 11 de enero de 1885. Pp. 209— 210. 348
entorno
y las leyes del mismo. Ante la situación de caos que
presumniblemente se desencadenará en el capitalismo, el proleta— nado,
ya organizado y disciplinado en el partido, atacará.
349
DOS:
EL TRASCENDENTE: EL PROCESO DE CRISIS EN EL CAPITALISMO
Hasta
ahora siempre hemos estado tratando el tema de los
socialistas
españoles y su análisis de la realidad como una
inmanencia,
falsa, que buscaba explícitamente la negación de
cualquier
deber
especial
hincapié en el espíritu positivista que impregna todo el
pensamiento Esta
ser de la realidad. Igualmente, hemos hecho
originario del Partido Sosialista Obrero Español.
adscripción a dicha escuela, ellos mismos no se cansan de
repetir
su espíritu positivo, les impedía, como hemos señalado
repetidas
veces, señalar un punto de vista moral desde el cual
condenar
el capitalismo: lo que más importaba no era si la
sociedad
capitalista debía ser así o no, sino si podía ser del
modo
en que estaba siendo y permanecer así durante un periodo de
tiempo
largo o necesariamente entraría en conflicto por su propia
constitución. como
Efectivamente, la aceptación de la sociedad, tal y
ésta pretende ser o presentarse, como norma de criterio para
criticar
esa misma sociedad impide a los socialistas señalar una
injusticia meramente
radical del capitalismo que vaya más
allá de lo
accidental representado en el valor de cambio por el
trabajo.
La base la
presunta objetividad de la crítica efectuada desde la
económica no tiene además pretensión moral alguna, sino que
desprecia situándose, o pretendiendo situarse falsamente, por 353
encima
de ella. Si se admite que es lo social establecido, desde
una
postura de positivismo, la vara desde la cual se debe medir
la
justicia de la situación dada, los elementos presentes acaban
tomando
el
cualquier
título
de
verdaderos
al
menos
por
ausencia
de
otra realidad que les juzgue. Es importante señalar
aquí
de nuevo que lo falso del análisis del capitalismo efectuado
por
los socialistas españoles
abstracto, análisis
la
inmanencia, así en
sino la idea que ellos manejan en cuanto a qué sea un inmanente.
Recordemos es
no es
que ya hemos visto como la inmanencia socialista
en realidad una reducción a lo que hay como lo verdadero y,
además,
presentando este ya hay, lo único real, como lo que
socialmente realidad cosas
se presenta como tal. Es, pues, una inmanencia que en
tiene poco de inmanencia, pues en vez de estudiar las
mismas analiza a estas cosas tal y como las presenta el
proceso como
social, pero sin tener en cuenta dicho proceso, es decir:
si lo mediato social fuera lo inmediato positivo. Nada
aparece algo
bajo aquello que ya existe que pueda ser comparado con
distinto a ello mismo.
Es
ésta la causa de que los socialistas españoles, para
condenar
moralmente al capitalismo, necesiten un trascendente
moral24, que ellos si fueran consciente de tal cosa inmediatamen—
24
Les ocurre un fenómeno parecido al de la Ilustración. Al
igual que ésta, aunque por causas diferentes, tienen una imposibilidad filosófica en buscar un marco inmanente desde el cual criticar la sociedad establecida. Y por tanto, deberán recurrir a abstracciones como la Razón o la Justicia para poder 354
te
articularían con la religión y rechazarían de modo cierto, que
les
permita comparar lo existente con el ideal. Así, y por el
motivo
anteriormente citado de lo cerca que se hallaría dicho
trascendente cierto en
de la teoría, e-l-juicio de moralidad no parece interesar
gran manera a los primeros miembros del socialismo español que
creen se
de una causa cuasirreligiosa, y esto es lo más
que la idea de justicia e injusticia, aunque existentes, no
corresponden
análisis
con
los términos
a emplear
al realizar un
con un método de investigación estrictamente científ i
co25.
Es,
por consiguiente, la consideración por parte de los
socialistas
españoles hacia la moral y las ideas morales lo que
iinposibilita, en parte, la unión entre el juicio político y el ético,
ya que, mantendrían, sería la vuelta a etapas de desarro
llo precientífico que no favorecerían en absoluto la emancipación
criticar la realidad. Esta idea se escenifica claramente en el postulado de Dios de la razón práctica kantiana: Kant debe sacar fuera de la realidad la necesaria unión entre el bien moral y la felicidad.
25
Esto no será óbice para que Razón y Justicia aparezcan
permanentemente en los manifiestos socialistas, pero reconociendo su insuficiencia en la lucha: “La justicia y la razón exigen, pues, que un estado tal de cosas desaparezca; pero ni la una ni la otra, ni ambas juntas, bastan para hacerle desaparecer
pág.
Pablo 142.
Iglesias, Comentarios. El Programa Socialista. Art. V.
355
obrera. le
Todo juicio moral queda así eliminado de la teoría26, se
juzga como un elemento subjetivo, tal y como este tipo de
juicios
son entendidos por los propios fundadores del Partido
socialista, desarrollo
es decir: el juicio interesado de un sujeto sobre un de la realidad que se organiza de forma absolutamente
independiente Además, labor ro,
al
susodicho
que
debe
ser
desechado.
se considera que dicho juicio no haría sino entorpecer la
de análisis objetivo, aquí tomando al objeto como verdade
que corresponde a los análisis puramente económicos.
Se
trata, una vez más, de una característica del discurso,
pretendidaniente, objetivo objetual: verdad
(en realidad cabría llamarlo mejor
es decir, se trata de un discurso donde la garantía de
se centra de forma exclusiva en la adecuación exacta del
pensamiento como
sujeto,
con el objeto presente, considerando a éste mismo
garantía de verdad), una idea de conocimiento en la que la
realidad
ya constituida se establece a sí misma como criterio y
garantía
de
acarreará
el problema para los socialistas de tener que encontrar
algo de
conocimiento
la
verdad.
Precisamente,
esto
en la estructura capitalista que garantice el cumplimiento las
expectativas
necesariamente, debido
a
previamente mo,
de
revolucionarias,
que
deben
cumplirse
depositadas en el mismo proceso económico. Pero,
la reciprocidad de
la compra—venta de trabajo que
han marcado como estructura dominante del capitalis
se encuentran con el problema de que realmente nada hay en lo
26
pudiera
Y con él, evidentemente, toda reflexión filosófica que se hacer sobre esa misma realidad. 356
propiamente con
económico que parezca permitir esperar una crisis y
ella, y por ella, la tan ansiada revolución.
Efectivamente, miembros
de acuerdo al análisis efectuado por los
del partido socialista, la relación establecida entre el
comprador
de la fuerza de trabajo y el vendedor de esa misma
fuerza
es un círculo cerrado que no parece romperse por ningún
lado,
que en su forma de correspondencia biunívoca no sólo no
permite una
abrigar esperanzas subjetivas sobre lo que pudiera ser
revolución, sino que, incluso, da pie para suponer que la
relación periodo
de compra—venta puede mantenerse incólume durante un de tiempo indefinido.
Igualmente, político
se ha liquidado absolutamente cualquier elemento
revolucionario en el proletariado, se le ha hecho falto
de
voluntad para dirigir una situación y se le ha sustituido por
un
partido pendiente de la toma del poder dentro de las institu
ciones
y que debe estar preparado para aprovechar el momento
oportuno la
en el cual estalle la crisis. Se limita, de esta manera,
acción revolucionaria y con ello se priva de una capacidad
crítica mero
al proletariado que, como ya sabemos, es llevado como un
sujeto pasivo de los aconteceres históricos que en su propia
dinámica
se producen de manera fatal.
Parece
pues, que ningún elemento propio de lo que los
socialistas
han definido como capitalismo es capaz de derrocar a
éste: sistema
ni lo que propiamente es la estructura económica del (la compra—venta del trabajo), ni tampoco el antagonismo 357
de
clase que se expresa como consecuencia de lo anterior en la
misma
sociedad. Y es esto muy natural y encierra la coherencia
del
propio discurso del partido obrero socialista. Si el análisis
de
la sociedad capitalista se ha definido precisamente por su
afán de
positivista, sería ilógico que ahora saliera una negatividad ese mismo capitalismo que tendiera a destruirlo o, cuando
menos, referir dades,
a contradecirlo. La positividad de los hechos sólo puede a elementos socialmente ya existentes y no a potenciali y mucho menos a negatividades expresas, aún cuando dichas
potencialidades
El
sean igualmente existentes en verdad.
sistema
exclusivamente
capitalista,
analiza
el
PSOE,
es
única
y
un ordenamiento económico de la realidad, sólo una
especie
de estructura económica y productiva que liinitael cauce
normal
de expansión del propio desarrollo económico. Lo que
importa que
señalar aquí es esa misma idea de desarrollo económico
se sitúa en cuanto tal como mayor producción de mercancías.
Efectivamente, más
ese carácter de neutralidad que permite situar la mayor
producción en
en el esquema socialista lo económico toma una vez
como algo positivo sin más. Ciertamente, el adelanto
los medios de producción y de la misma producción en general
permitirían
producir más, y conviene subrayar aquí ese “más” pues
es
la clave de un criterio meramente cuantitativo, y lo único que
lo
impide es el pago miserable que recibe el obrero y, como
consecuencia, productos que
la
imposibilidad
de
la
compra
de
todos
los
que se fabrican o que se podrían fabricar. Esto impide
esa producción se acreciente como debiera, pues de ser así la
crisis
estaría dada: un número excesivo de mercancías para una 358
exigua está
cantidad de consumidores, pues el grueso de la población
fuera del círculo del consumo.
“Pero que
entiéndase que este exceso de producción a
periódicamente
aboca
el
capitalismo
es
sólo
relativo.
Es exceso en cuanto que supera a la masa de
productos
que pueden circular mediante el cambio; mas
no
alcanza, ni con mucho, los límites naturales de la
producción.
Las
limitaciones de la producción no son, pues,
limitaciones artificioso que y
naturales:
es
que
el
mismo
sistema
de producción y de cambio forja las trabas
impiden su expansión hasta donde naturalmente puede
debe alcanzar. El molde de la producción capitalista
es,
pues, pequeño; no responde al objeto social que se
propone
realizar, puesto que él mismo constituye una
barrera
artificial para la producción y, por tanto,
para
la plenitud de la vida social.
(...)
Sin embargo,
elmismocapitalismo,querecordemosencuantotalno essinolaformaconcretadelacompraventade trabalo.noagotaloselementoseconómicosqueconf
or—
manlasociedadsinoquehaymásquelomeramente capitalista.
27
Jaime
t127
Vera, pág. XXVI-XXVII. El subrayado es nuestro.
359
De
nuevo encontramos aquí una idea muy interesante sobre el
desarrollo
del Capitalismo en el pensamiento socialista. La
necesidad
de recurrir a un elemento económico, que
mercado,
que
capitalismo, propia
la
sociedad
no
es,
sin
embargo,
se trataría de un trascendente28, para comenzar la
condena del sistema nos lleva a la idea de la incapacidad
dialéctica
del
efectivamente, del
conformando
será el
pensamiento
del
PSOE.
En
la
cita
anterior,
es interesante observar como para defender la idea
mercado como campo de batalla donde el capitalismo va a
perder
su fuerza y donde surgirán las crisis intermedias y la
definitiva, recordemos compra
Vera debe exponer que “elmismocapitalismo,
que
en cuanto tal no es sino la forma concreta de la
venta de trabajo, noagotaloselementoseconómicosque
conformanlasociedadsinoquehaymásquelomeramentecapita lista”.
Es decir, incapacitado de situar una negatividad al
capitalismo ser es
que le niegue en su desarrollo, este elemento debe
situado fuera del mismo. Una vez más, observamos que esto no dialéctica sino meras relaciones recíprocas entre elementos
positivamente una
formados y que, por su influjo mutuo, dan paso a
crisis que crea algo nuevo.
Ciertamente, encuadrada
28
Lo
si el capitalismo sólo es una relación laboral
en el estrecho margen que la Ley Férrea de
los
situamos teóricamente como trascendente porque de
seguir estrictamente el esquema socialista es algo ajeno al mismo capitalismo, en sentido estricto, que nada tiene que ver con él, aunque se relaciona con el mismo, y cuyo poder radica en ser -capaz de superar el límite capitalista. Además, como inmediata mente veremos, el capitalismo debe ir a él, pues se halla por encima del propio sistema. 360
Salarios no
le permite no parece que de ahí se pueda sacar nada y,
obstante, los socialistas aseguran que no puede evolucionar
hacia
nada que no sea su propia destrucción. Pero, al mismo
tiempo,
no puede generar él mismo su destrucción sino que ésta
debe
venir de algo ajeno y extraño a él. Cobra así gran importan
cia
una diferencia establecida entre la realidad del capitalismo
y
la realidad ajena al mismo. Esa tierra extraña, la idea de que
la producción capitalista no cubre los “necesarios desarrollos de la
realidad”29 y la distinción entre los límites naturales de la
producción halla,
y el molde social, que no se sabe muy bien donde se
pero que en algún momento y gracias a la ayuda de un
sistema
cerrado, sin salida, van a finiquitar al capital. Luego,
veremos
que esta tierra de nadie, este espacio ajeno al capita
lismo,
no
mercancías
resulta sino
ser el propio
mercado,
saturado de
por el bajo nivel de consumo de la mayoría de la
población.
Funciona el
así el esquema natural del darwinismo. Se traslada
esquema darwinista
consiste
porque hay una
selección natural que
en la imposibilidad capitalista de adaptarse al medio
natural
propio, presentando la ley del más fuerte y la selección
natural
como motor de la historia. Pero, a la vez son organicis—
29
Ver
la cita de la página 336 en el presente capítulo:
“Los necesarios desarrollos de la realidad no caben dentro del sistema capitalista, que no es un estado natural de relaciones sociales, sino una utopía triunfante, pero que pasará como pasaron otras concep ciones sociales, religiosas y políticas que se creyeron perdurables.” 361
tas, lo
y en cierta medida lainarquistas,porque la selección natural que
garantiza
organismo medio
el triunfo
final
de
la
sociedad
como
completo que, a través del socialismo, se adapta al
por su propia necesidad, asegurando una evolución con final
feliz. en
es
El Capitalismo desaparece como totalitario, nunca lo fue
realidad para los socialistas, y aparece como dominador, pero
únicamente reducido
en un parcelaniiento del propio sistema económico al campo de la producción en el que el Mercado se le
escapa.
tiLa causa de este fenómeno es tan sencilla como fatal. vida
Tiene su origen en la competencia. Produce la de la burguesía, y, al propio tiempo, crea las
condiciones cias que
que ella produce no hay ley, por sabia que sea, pueda evitarlas.
El sus
mercado es el campo de batalla donde esgrimen
armas los capitalistas. La ley de mercado es la
competencia, política
La
fundamental de
la economía
burguesa.”3°
capitalismo
como proceso
productivo
es decir, solamente como proceso productivo es, pues,
elemento clave. Tanto el capitalista como el proletario se
encuentran
30
5
principio
parcelación del
limitado, el
necesarias para su muerte. Las consecuen
en un marco social tan restringido que parece evidente
Manifiesto-Programa del Partido Socialista Obrero Español,
de octubre de 1879. Pág. 323. 362
que
no puede seguir existiendo por mucho tiempo si se puede
encontrar carga
algo que se le enfrente. Todo el peso del análisis se
sobre
aparezcan esquema
las
relaciones
sociales
dadas,
sin
que
éstas
como reproductoras de nada más que de sí mismas. Es un de
recíprocas
pensamiento
perfectamente
lineal,
de
relaciones
entre los elementos. La sociedad constituida sobre sí
misma
no es capaz de generar nada ajeno a sí misma, nada que se
sitúe
como algo diferente a la mera reproducción de lo que ya
hay.
Las la
relaciones establecidas entre las clases aparecen como
clave de todo el movimiento que se da en el interior del
Capitalismo. realmente es
socialistas
saben
bien
a
las
claras
que
el sistema vigente es un sistema capaz de reproducirSe,
activo y atribuyen dicha actividad a las relaciones entre
clases.
Pero,
ningún acaso
paradójicamente, esa actividad no generará
en
momento un cambio cualitativo en el orden social, sino si malestar y disturbios políticos relacionados con el orden
público. y
Los
La necesidad de recurrir al mercado como el necesario,
fatal, disolvente de la sociedad burguesa lleva precisamente la
contradicción, capitalismo venta
aparente, de que
por un
lado se presenta al
como un sistema de relaciones sociales de compra
de trabajo, de forma exclusiva, y por otro se coloca el
proceso relación
revolucionario social
que
en
algo
radicalmente
anteriormente
se
ha
ajeno
a
desarrollado
dicha como
fundamental y en algo, además, que no es propiamente capitalismo: el
mercado.
363
Entre
una clase y su relación con otra se concluye lo que
económicamente
se denomina capitalismo y nada más se saca de ahí.
Esto no es dialéctica, sino relaciones recíprocas: dos principios ajenos
uno a otro se enfrentan. La linealidad progresiva del
desarrollo bajo dé
capitalista basada en duras condiciones de trabajo,
sueldo y nada más implica necesariamente que su fracaso se en un enfrentamiento, tal vez cabría hablar mejor aquí de
encontronazo, obligado
con un trascendente ajeno a sí mismo y al que se ve
a acudir.
En
la búsqueda de ese trascendente, de ese elemento que
siendo positivo pueda enfrentarse al capitalismo y destruirlo, el Mercado
aparece dentro de la construcción teórica del primer
socialismo es
de una forma significativamente importante. El Mercado
el lugar donde el Capitalismo se juega su futuro, su propia
posibilidad de
real de existencia. El lugar de la libre concurrencia
mercancías donde el desarrollo y expansión capitalista se
enf renta a un muro infranqueable ante el que solamente caben dos opciones: el a
saltar o sucumbir ante él. El Mercado es un lugar que
Capitalismo no controla, es un producto que aparece como ajeno él y al que, sin embargo, el modo de producción capitalista no
tiene
más
remedio
que
acudir
para
conseguir
su
beneficio
económico.
No no
se trata, por supuesto, de que los socialistas españoles
relacionen el Mercado con el Capitalismo, no es que uno sea
absolutamente sino,
independiente con respecto al otro y viceversa,
precisamente, de la forma de relación económica que se 364
establece
entre
ambos. Y de esa forma de relación surgirá,
irremediablemente,
un
antagonismo
inmenso,
desmesurado
que
destruirá
en sucesivas crisis, y en especial con una última de
terribles
consecuencias, al propio sistema de producción vigente
hasta
ese momento.
“.Cómo ampliación humana
el
lista,
seguir
la
creciente
está reducida forzosamente por el mismo sistema a un limitadísimo consumo?”31
manera evidente surge el esquema: la producción capita asimilada exclusivamente a la relación productiva entre
burgueses ingente de
podrá
que exige el capitalismo, si la inmensa masa
capitalista
De
mercado
y proletarios que conileva la fabricación de un número
de mercancías, debe llevar adelante un proceso de salida
dichas mercancías. Se trata, por supuesto, de venderlas en
busca
del beneficio económico que asegure la permanencia de la
burguesía lismo.
como clase dominante y, al tiempo, del propio capita—
Unido a esto está el ya conocido aumento constante de la
producción
y,
simultáneamente, un
aumento
proporcionalmente
inmenso de las mercancías producidas. Si el Capitalismo no quiere agotar
sus días en una crisis de innumerables consecuencias, y
con
una principal que pronto habría de venir y que significaría
su
propia destrucción, la salida de las mercancías a través de su
canalización posible.
en el mercado produciendo un beneficio debe ser
Es decir, el consumo debe crecer también de forma
proporcionalmente
31
Jaime
inmensa al igual que lo hace la producción.
Vera, pág. XXVI. 365
Luego
el capitalismo, si quiere sobrevivir a su propia dinámica,
debe
poder poner
realice.
las condiciones para
que dicho
consumo se
Pero, ¿esto ocurre?
Ciertamente,
y al menos de forma implícita, conocemos ya la
respuesta
a dicha pregunta. El consumo de las mercancías está
condenado
a ser algo más bien escaso, reservado a las clases
privilegiadas gastarlo
en la adquisición de mercancías que no se limiten a lo
estrictamente Salarios encima
que tienen el suficiente capital como para poder
necesario para sobrevivir. La Ley Férrea de los
impide a la clase trabajadora comprar productos por
del límite de subsistencia, con Lo cual su presencia en el
mercado,
aún cuando potencialmente se podría admitir que sería
importante
como
importante.
compradores por
su número,
es poco
o
nada
De esta forma, continúa el análisis, el exceso de
producción
tiene
producción
capitalsita no puede detenerse, aún cuando ya sea
conocido
La
necesariamente que
ir en aumento,
pues
la
que no tiene ningún tipo de salida.
consecuencia de todo esto es que, necesariamente, la
crisis potencial, provocada por dicho proceso, debe cumplirse más tarde
o más temprano y cada vez con una violencia mayor. El
capitalismo
cava
su propia
fosa. El esquema presentado,
la
respuesta
a esa pregunta que Vera se realizaba y contestaba al
principio
de su informe, es, por consiguiente, de una simpleza
avasalladora.
366
“Conviene, pues, demostrar que el sistema económi co
presente, caracterizado por la producción colectiva
y
la apropiación individual, no es sostenible como
realidad
social; que sudesapariciónvaenvueltaenla
mismaleyevolutivadelsistemacapitalista;quelleva ensímismosuiropianegación;querealizadasu funciónhistórica, colectiva
que no es otra que hacer social o
la producción, mediante el acumulo y concen
tración de los instrumentos de trabajo, será reemplaza do
por otro modo económico que dé fin con las antino
mias que
que no pueden resolverse dentro del mismo sistema las engendra.”32
Unicainente, como ya hemos visto, lo que se denomina una “produccióncientífica”33,
Jaime
aquella que produzca de acuerdo a las
Vera, pág. IX. El subrayado es nuestro.
La producción científica sería aquella proporcional a las necesidades. Algo he indicado ya de esto. El industrial y toda la clase media productora no responden a un fin social: no vienen a producir con arreglo y con sujeción a las necesidades de la sociedad, sino que cada industrial se preocupa únicamente de su exclusivo interés. De lo que cada uno trata es de llegar el primero al mercado, no de producir de una manera científica y razonada (...) ¿ qué resulta? Que no habiendo cálculo en la producción ni en la oferta, el mercado se obstruye, la producción no tiene salida, porque hay un exceso de producción relativo, digo relativo, porque este exceso de producción no resulta comparado con las necesidades naturales de los obreros, sino con las que únicamente les permite hoy satisfacer 367
necesidades
sociales
capitalista,
podría evitar ese estrangulamiento que el Mercado
impone
y
no
para
lograr
un
mayor
beneficio
a la producción.
“Pero germen
no es el antagonismo de clase el único
de disolución que lleva en su esencia el régimen
capitalista;
lo es también la anarquía en la produc
ción,
influyendo mutuamente, combinándose y mnultipli
cando
sus esfuerzos fusnetos, ambos resultados de la
posesión
La capital de
condición
necesaria
para
este retorno
del
aumentado a poder del capitalista es la venta
sus mercancías. El mercado es el campo de batalla
donde para
individual de los medios productivos.
los distintos capitales contienden sin tregua vender. En el impera en absoluto el principio
darwiniano
de la lucha por la existencia. (...)
la sociedad burguesa, que tiene en su poder el capital social. Ese exceso de producción llena el mercado, y estando el mercado lleno de productos, se mueren los obreros por falta de trabajo y por falta de recursos. Pero aquí no sufren solamente los trabajadores, sino la misma clase dominante. Esta es la consecuencia de la crisis respecto de los trabajadores y respecto de la clase que domina; y aquí tenéis otro hecho que prueba que los intereses de ambas clases no son armónicos, sino contrarios •It Pablo Iglesias, pág. 209 (esta misma cita ya aparece en la página 346 del presente capítulo). 368
Así
como en la naturaleza la lucha por la existen
cia
determina el progreso orgánico, esa misma lucha en
el
terreno económico, donde toma el suave nombre de
concurrencia, la
da por resultado el progreso técnico en
producción, la acumulación y concentración capita
lista,
en una palabra, el desarrollo del capitalismo.
Pero debe
con este adelanto evolutivo del capitalismo
coincidir, según lo expuesto, una acentuación
mayor
de su carácter antinómico, y así ocurre, en
efecto:
1 ción la
Porque ocasionando la concurrencia la expropia de los más débiles por los más fuertes, niega en
práctica el derecho de propiedad individual, que es
indiscutiblemente
2
Porque
obreros entre
Es de como un
su fundamento doctrinal.
el
antagonismo
de
intereses
entre
y capitalistas se agrava por la concurrencia los distintos capitales.”34
interesante observar aquí como el darwinisinOtoma visos
ser más propiamente la teoría de Lainarck. Efectivamente, y hemos indicado más arriba, este darwinisinosocialista tiene matiz organicista del
Jaime
que carecerá el darwinismO
Vera, pág. XXIV y XXV.
369
social
burgués. Darwin, la
Para garantizar dicho matiz, ciertas teorías del mismo que éste se cuidó mucho, por cierto, de no extrapolar a
sociedad, deben ser suavizadas pasándolas por el tamiz del
espíritu la
evolucionista, pero organicista al tiempo de Lamarck: en
naturaleza la lucha por la existencia determina el progreso
orgánico que de de
es una idea más cercana “a la necesidad crea el órgano”
a la selección natural darwinista, donde la naturaleza actúa forma ciega y sin finalidad, sin una teleología cierta, dentro cada
especie.
paradójica, incapaz de
Siguiendo
este
esquema,
y
de
forma
casi
el Capital, por su misma evolución, se presenta como
de satisfacer las necesidades básicas de la gran mayoría
la población. Precisamente, por esos grados de pobreza a los
cuales
la
realizada
población
está
condenada,
la
revolución
social,
y acuciada por el hambre, está servida. Lá necesidad,
que
dirige en el esquema el desarrollo evolutivo, que no puede
ser
satisfecha, crea, como en Lamarck, el socialismo, el órgano,
que
garantiza la satisfacción por encima de la anterior criatura
generando
una nueva.
Ahora elemento responder que
bien, ¿por qué motivo el Mercado aparece como un clave
de la revolución
social? Tenemos para
poder
a esta pregunta, que volver a repasar aquellas ideas
hemos dado sobre la visión del capitalismo como sistema
económico.
Habíamos que
señalado ya, y con profusión en el presente texto,
la idea del Capitalismo para los socialistas españoles se
relacionaba,
en una forma de reduccionisino economicista, -a un 370
mero
proceso económico de compra-venta del trabajo que revestía,
particularmente,
unas
características
injustas. La auténtica
realidad
capitalista, su presencia absoluta en cuanto tal, se
producía
en la propia y exclusiva realización de objetos. Esos
objetos
eran
produciéndose vez
mercancías
cuando
se
presentaban
al
mercado,
así un curioso fetichismo mercantil negativo. En
de analizar la mercancía como el producto de un proceso
social determinado por las relaciones de producción capitalistas, en
el cual se incluiría dicho proceso de fetichización y la
propia mercancía, los socialistas españoles pretenden diferenciar entre a
la producción del objeto y su conversión en dicha mercancía
través de su salida al mercado. La fetichización también existe
pero
en sentido contrario, aunque no por ello diferente, a la
capitalista. primer
momento, por sí misma y ajena a todo proceso social de
producción, mercancía
mercancía
para los dirigentes obreros la mercancía es sólo por su presencia en el mercado35. Pero, y en eso son
similares,
proceso
Si para ésta, la mercancía es mercancía desde un
los dos son legitimadores de lo que hay: para ambos la es algo neutral, un punto sin aparente conexión con el
productivo del cual resulta.
La creciente separación elaborada por la propia sociedad administrada moderna entre la vida de trabajo y la de ocio, situando en esta última la vida auténtica, marca bien a las claras hasta qué punto la idea socialista ha impregnado la ideología dominante. El fetichismo negativo, el distinguir entre la producción del objeto y tildar a ésta de malvada y la salida al mercado de ese mismo objeto vista como positiva, no es sino la idea que emana de la diferenciación entre el capitalismo y el mercado y que en la vida particular de los individuos refiere al trabajo y el ocio. 371
Incluso, socialista. sin el a
observa
cierto
idealismo
en
la concepción
Empeñados en negar las teorías ideológicas, aunque
llamarlas así, de sus enemigos burgueses, no comprenden que componente ideológico del capitalismo no es sólo ideal, sino su vez, real y que guarda relación con la misma estructura
económica del
y productiva. Lejos de mantener que lo más sorprendente
Capitalismo es su capacidad de realizarse como un sistema
económico se
se
ideológico, es decir, donde el componente ideológico no
encarna exclusivamente en las teorías al uso, sino en el
propio
proceso
negativo
productivo,
sitúan
dicho
proceso
como
algo
porque precisamente no permite la proliferación de
mercancías
como objetos de compra en el mercado por la ausencia
de
compradores. Es decir, encuentran el error del capitalismo en
su
incapacidad transitoria de llegar a ser un totalitarismo.
Achacan
al capitalismo no poder pagar aquello que precisamente de
ningún
modo podría ser pagado: la praxis. Le acusan, aun sin
saberlo, tanto,
de no ser, todavía, suficientemente capitalista y, por
ser imperfecto en su dominación.
Pero
esta ideologización de la realidad no es sólo algo
ideal,
irterafantasmagoría, sino algo real, encardinado en el
propio
proceso productivo. Los socialistas españoles, al igual
que
los economistas clásicos de los cuales hablaba Marx, ven
neutral forma proceso
todo el proceso económico del capitalismo, y con él la mercancía,
totalizador,
establecida venta
porque no conciben sino
como
la
al capitalismo como un mera
relación
biunívoca
entre la burguesía y el proletariado en la compra
de tabajo ya presentada 372
y exclusivamente
limitada al
proceso a
de producción. Su reducción del mismo capitalismo sitúa
éste como posible de ser reformado ya que su característica
definitoria bajo no
es sólo estar situado en el proceso de producción
un sueldo injusto. Así, el mercado, el proceso económico que es estrictamente de
producción, no aparece como
sistema
capitalista.
Pero,
claro está, esto no les lleva a negar la relación del
mercado
con el capitalismo, sino que éste aparece como inmerso en
aquél.
Se debe
mercado,
observar
que
el Capitalismo
aparece con
el
pero no es el Mercado ni el Mercado puede ser confundido
con
el Capitalismo. El Mercado es el lugar de libre concurrencia
de
las mercancías, es la zona donde la competencia disuelve
precisamente en y
al Capitalismo. La limitación del Capitalismo está
su enfrentamiento con una estructura que escapa a su control dominio.
Una
de las características del conflicto al cual están
abocados
los propios socialistas por su misma teoría es tener que
recurrir
a algo ajeno a dicha relación definitoria de capitalismo
(compra—venta de trabajo a precio injusto) para garantizar cierta posibilidad,
en realidad la posibilidad enmascarada de fatalismo,
revolucionaria. dentro
de la producción, que
del capitalismo se ven como una realidad de gigantesca
capacidad, límites
Los límites naturales
tienen
su propia y definitiva
limitación en los
a los que el mercado les impone, en los límites relati
vos.
373
La
limitación
previamente
que
el
propio
capitalismo
ha
impuesto
a toda aquella parte de la población que conforma el
proletariado,
señala, y manifiesta de forma infranqueable, el
límite
del propio mercado del consumo de mercancías. Y este
límite,
denominado por Vera como relativo pues no coincide con lo
que
se podría producir, es en cuanto tal límite absoluto como
salida para las mercancías. Existe así una desproporción entre la producción ma.
La crisis va en aumento.
Es de
y la salida posible para dicha producción, reducidísi
una, otra, ley inexorable que anuncia, sin ningún género
dudas, la necesaria caída del sistema de producción capitalis
ta.
La reducción del capitalismo juega, pues, aquí un papel
fundamental injusto mismo al
a la hora de estudiar el Mercado. El capitalismo es
en su relación de compra—venta de trabajo. A su vez, él
es esa relación de compra—venta personificada, de acuerdo
esquema general que se pretende corresponder fielmente con la
propia
realidad del modelo de la producción capitalista. El
capitalismo
sólo
limitación
es
capitalismo totalidad. que
en
incapaz de
el
mercado
constituirlo,
pero
en
de darle
su
propia
forma.
El
no presenta, ni tan siquiera, una pretensión de Exclusivamente busca un beneficio económico inmediato
se encuentra personificado en la propia clase burguesa.
Precisamente capitalismo. sobre
su egoísmo
de clase
es
el egoísmo
propio del
El capitalismo, por ello, carece de cualquier poder
la estructura del mercado al cual no tiene más remedio que
acudir que
aparece
para conseguir, paradójicamente, la savia del beneficio
le hace seguir viviendo. Sin embargo, va a morir necesaria— 374
mente
arrastrado por su exceso productivo en comparación a la
limitación impuesto
que él mismo, necesariamente por la Ley Férrea, ha al mercado.
Esto [la necesidad
de
una
cada
vez
mayor
depauperación
por la Ley Férrea de los Salarios:1no se
correspondía,
al menos en el texto principal que recoge
el
pensamiento de Marx, en el primer volumen de El
Capital de
con el análisis que Marx hacía de la evolución
los salarios. El análisis de Marx se basa no en ese
techo
natural porque,COTflO bien dice en el capítulo que
trata
el salario, el trabajo
ordinaria, regula
SflO
no es una mercancía
que es una mercancía sui géneriS. No se
como las otras por el juego de la oferta y la
demanda,
dado que una de las partes de ese juego, la
of erta, es decir, la fuerza de trabajo, no es autónoma, sino
que depende del propio proceso de acumulación
capitalista industrial nivel
a través de
la creación
del
ejército
de reserva. En ese sentido, lo que regula el
de los salarios no es ese costo de producción de
la fuerza de trabajo, como señalan los guesdistas y los lassallistas, sino el proceso de acumulación capitalis ta.
(...).
LojportanteesqueesadesviacióndeVera
respectoalpensamientodirectodeMarxlellevaaotra desviaciónposteriorenelanálisisquehacedela crisiscapitalista.Veraseñala.yenestoesperfecta mentecoherenteconsuteoríadelossalarios, crisis
que la
capitalista se produce fundamentalmente por un 375
proceso techo a
de subconsumo relativo, determinado por ese
a la subida de los salarios. Aquí otra vez vuelve
estar en contradicción con Marx, en la medida en que
el
criterio de Marx en el libro primero de El Capital
no
hace descansar el origen de la crisis en la realiza
ción de
de la plusvalía, es decir, en la falta de salida la producción, sino al revés, en el proceso de
acumulación
capitalista y en la evolución de la tasa de
beneficio.
Es la evolución de la tasa de beneficios lo
que
marca, de alguna manera, el proceso de la evolución
capitalista. salario
De de
esta manera, se concluye, la zona de libre concurrencia
se halle dominado por el Capitalismo y porque ella misma
Capitalismo. Esa necesidad de un lugar que se presente por
encima mo,
la que marcaría el proceso de producción.”36
mercancías no es libre por la pobreza de la población, y no
porque sea
Y la relación relativa entre plusvalía y
del capitalismo, pero a la vez limitado por el capitalis
es una constante de las teorías socialistas. El trascendental
económico
del mercado, que pronto pasa a ser el referente de
cualquier
esperanza revolucionaria, lugar de libre concurrencia
de
las mercancías ajeno a la estructura totalitaria del proceso
de
producción vigente, cobra importancia de primera magnitud.
36
JIMÉNEZ
ARAYA, Tomás, Jaime Vera y su contribución al
marxismo, en “ El marxismo en España”, Madrid,. Fundación de Investigaciones Marxistas, 1984. Pág. 194. 376
El
mercado, aún sin pretenderlo, acabará siendo la clave del
esquema
einancipatoriOsocialista. Y es un esquema revolucionario
que
se gesta desde fuera, en ningún momento desde el núcleo de la
propia
entidad capitalista del trabajo. La distinción
formas
de trabajo capitalistas, donde el proceso productivo de
explotación ción
parece surgir con gran fuerza, y formas de distribu
y comercialización de las mercancías, que aparentemente es
libre los
entre
de cualquier condición de sumisión al sistema, será uno de puntos primordiales para entender el reformismo defendido
posteriormente. paradoja
Dicha distinción
llevará necesariamente a la
de tener que defender el mercado como fórmula revolucio
naria,
pero
por
la propia
limitación del
capitalismo como
realidad
no totalitaria. El capitalismo va a morir, necesa
riamente
y arrastrado por su exceso productivo en comparación a
la
limitación que él mismo,
consumo
necesariamente,
ha impuesto al
y al mercado, en la zona de libre concurrencia de las
mercancías.
Un
capitalismo, se podría deducir, que lograra calibrar
proporcionalmente temer. des a
ambos elementos económicos, no tendría nada que
Si los proletarios fueran capaces de cubrir sus necesida
y el mercado permitiera la libre expansión industrial porque
su vez él mismo se expandiera a zonas de la población que antes
estaban llama modelo
De
limitadas a no consumir, aumentando con ello eso que se nivel de vida, el capitalismo podría perpetuarse como económico y social de desarrollo justo y duradero.
hecho, se perpetúa. 377
CONCLUSIONES
“La
tierra será un paraíso” La
¿Por
Internacional
qué fracasó el movimiento obrero? ¿Cuál fue la causa
que
hizo que aquella organización que una vez pretendió transfor
mar
el mundo de forma radical no hiciera sino transigir con él y
acabar
integrándose en su realidad?
Consideramos
que hasta este punto hemos intentado explicar
cómo
las tesis mantenidas por el partido socialista obrero no
eran
en sí mismo revolucionarias, e igualmente que fueron la
causa
de su progresiva transformación, y de forma coherente, en
el
movimiento reformista que acabaría siendo con el triunfo
definitivo Pero
de la socialdemocracia en todo el continente europeo.
algo nos faltaría por analizar si no fuéramos capaces de
intentar,
a su vez, dar cuenta de cómo todos estos elementos se
fundieron
para terminar siendo las características dominantes del
discurso
político y social de los movimientos socialistas y sus
herederos
en el presente siglo.
381
Primero,
hemos el
analizado
crisol
los
elementos
alquimista
de
la
que
se
fueron
vertiendo
en
indiferenciación
socialista
frente a cualquier otra teoría legitimadora del status
quo.
Ahora, toca, siquiera brevemente, analizar al propio crisol
como
el recipiente que sirvió para encontrar la piedra filosofal
de
la mágica transformación del amor al plomo revolucionario en
la
apología del oro becerril.
ORÍGENES
Nada siglo
DEL PROBLEMA
nuevo diremos si analizamos el siglo diecinueve como el
de la ciencia, o mejor aún: del cientificisino,tanto por su
estricto
papel
natural,
como, y esto es para nosotros lo más importante, su
influencia de
ese
en el terreno de
la investigación del mundo
en todo el proceso intelectual de la sociedad burguesa
tiempo. Durante su transcurso,
adquiere
aquélla,
la ciencia,
una enorme relevancia pasando a ser el pensamiento
social
dominante. A partir del nacimiento del Positivismo como
teoría,
además, toma tintes de filosofía total: una explicación
global
no ya sólo de la realidad abarcada meramente por el mundo
físico-natural, resultaba
sino también de
toda
la realidad en cuanto
por fin posible la conversión de ésta en un conjunto de
hechos.
Esta para
conversión en hechos garantizaba al menos dos cosas
los positivistas: por un lado, la realidad así tratada
resultaba
simplificada
en
su
conflictividad
382
de
estudio,
el
criterio metodológico de la simplicidad de las teorías explicato rias se
de la ciencia, pues sólo sería tomado en cuenta aquello que manifestara como fáctico
—
y
de ahí procedería el criterio
tecnocrático posterior característico de las ideologías políticas del
siglo XX
punto,
la realidad,
ahora ya
también la social, tomaba sentido en su comparación con
paradigma de las ciencias: al igual que éstas dominaban el
mundo la
natural a través de la tecnología aplicada en la industria,
nueva ciencia, la Sociología, presentada como la heredera
lista a
otro, y en estrecha relación con ese primer
el anhelo de dominio de toda
incluida el
por
—;
de la filosofía, dominaría la sociedad dejando a un lado,
través de la integración en el todo de cada una de las partes,
los
conflictos hasta ahora existentes.
“He
ahí, por tanto, los dos pilares básicos que
alumbrarán
la génesis del moderno saber Sociológico; la
consolidación del método positivo gracias a los grandes avances
e indudable prestigio de la Ciencia de la
naturaleza Modernidad, tras
De
los tres
primeros siglos de
la
y el surgimiento de un nuevo Orden Social
la revolución burguesa en Francia.”’
esta manera, la apoteosis positivista guarda estrecha
relación, afán
durante
tan estrecha que sin él carecería de sentido, con ese
de la burguesía de dominar el proceso social que lleno de NUÑEZ
RUIZ, Diego, La mentalidad positiva en España.
Desarrollo y crisis. Madrid, Autónoma, 1987. Pág. 137. 383
Ediciones
de
la
Universidad
complicaciones revolución
se aparece ante ellos a partir, por un lado, de la
política, y, por otro, de la Revolución Industrial que
implanta definitivamente el capitalismo. Ciertamente, aquello que la
burguesía
individuos del
no
tanto
en
cuanto
conjunto
de
sino, especialmente, como representación ideológica
régimen
aquello
decimonónica,
de
producción
capitalista,
nunca
pudo
aceptar,
que aterraba su propia visión del mundo era el desorden:
la
impresión de que el mundo no parecía cumplir las expectativas
de
un cosmos armónico, basado en la regularidad de los aconteci
mientos,
su predicción y su propia autorregulación, que ellos
mismos
se habían creado. Pero, el caos temido no era exclusiva
mente
el desorden callejero de las turbas que amenazaba
propiedad
que
ellos
fundamentalmente, Orden
consideraban
legítima,
sino
también,
la y
aquel desorden que se hallaba dentro del propio
que consideraban como suyo: aquello surgido del mismo orden
constituido
-la sociedad burguesa y el proceso de producción
capitalista—
y que parecía que se enfrentaba a esto mismo como
una
negación del ideal de vida que la propia clase dominante se
había
planteado como objetivo.
Ya sobre como
Auguste Comte, fundador del Positivismo, había advertido esto con suma perspicacia y colocado a su propia teoría
la única capaz de solucionar el problema que comenzaba a
surgir
con cada vez mayor fuerza:
“Para concepciones no
que
esta
sistematización
final
de
las
humanas quede hoy bastante caracterizada,
basta definir, como acabamos de hacerlo, su destino 384
teórico;
hay que considerar también aquí, de una manera
distinta
aunque suinaria, su necesaria aptitud para
constituir realmente operado
la única solución intelectual que puede tener la inmensa crisis social que se ha
desde hace medio siglo en el occidente euro
peo.
Comenzaba ción
de
la naturaleza, que era
industrial mismo
a comprenderse que el método de dominio y explota
tiempo
la
negación
de
la
pretendidainente necesaria
de una sociedad cuya base económica industrial estaba
asentada
sobre la repetición incansable del ciclo de destruc
ción/transformación
de la realidad. El mundo devenía de cerrado
-
creación de Dios y los designios de su Providencia— en abierto
-el
proceso
anterior lejos
de
la
transformación
industrial—.
La
sociedad
había sido derruida durante el siglo y recreada de nuevo
de la visión consoladora de la Ciudad de Dios, cuyos
designios estaba
España,
habían sido escritos de antemano. El cambio que se
dando, paulatino
reconocible
a
de la civilización
del capitalismo del siglo diecinueve, resultaba al
eternidad
la
la base
pero
constante,
y
ya
perfectamente
en el continente europeo, y por lo tanto también en
concluía en que el mundo ya no era, o al menos comenzaba
no ser, el espejo delicioso en el cual pudiera encontrar la
burguesía
2
el ideal de su vida reflejado.
COMTE,
Barcelona,
Auguste, Discurso
sobre
Ed. Orbis, 1984, pág. 143. 385
el Espíritu Positivo.
La
Historia,
Providencia con
y
qué
historia,
venía
a
sustituir
a
la
y a la Tradición. Frente a todo esto que amenazaba
acabar con el todavía ingenuo orden burgués había llegado el
momento
de adquirir la promesa hecha en el pacto de Fausto: “el
instante más bello”: sólo se trataba de acabar con un Mefistófe les
que ya comenzaba a resultar cómplice ¿Cómo? Integrando y
asumiendo apuesta
su propio ser —“el espíritu que siempre niega”— en una con un final feliz que garantizara la pervivencia del
inundo tal y como estaba constituido.
Es va
pues interesante observar como la ideología positivista
a surgir directamente de los intereses de una clase en la
dominación,
pero aún más interesante, y ahora nos embarcamos en
ello,
es analizar, siquiera brevemente y con el fin de comprender
mejor
el socialismo finisecular, de qué manera el positivismo no
es
más que una formulación concreta de aquello, el fetichismo de
la
mercancía, que el propio sistema lleva en sí como elemento de
ideologización:
la conversión de aquellos elementos mediados por
la totalidad, que sin embargo, y ese será su elemento básicamente falso, por
son presentados ante el sujeto como hechos constituidos
sí mismos y en sí mismos, en fragmentos de realidad cuya
unión
forma a la misma totalidad. El positivismo, como escuela
filosófica, y
lo
caracteriza
estricto, siglo
recoge precisamente este fetichismo de la mercancía ideológicamente
cada
vez
de
un
modo
más
sobre todo a partir de las filosofías analíticas del
presente.
386
Lo
que aquí nos interesa, pues, es ver que ese pathos del
espíritu
de dominación burgués, esa cosificación del mundo, está
también
presente en otro múltiple número de pensamientos que, sin
necesidad no
de pertenecer estrictamente a la escuela positivista,
hacen, grosso modo al menos, sino meditar a partir de estas
mismas
premisas. Por eso, cuando analicemos a partir de ahora el
socialismo o
como teoría positiva no tendremos por qué hacer caso
referencia explícita a la teoría iniciada por Cointe,sino a ese
espíritu resulta
de cosificación ya citado y que tan característico del pensamiento para la dominación.
COSIFICACIÓN
En
un sentido general se puede afirmar que la época de las
convulsiones gobernante
sociales
las
que
la
burguesía
como
clase
como ideología para la dominación.
“Se
trata esencialmente de racionalizar y organi
el nuevo Orden social surgido de la revolución
Francesa,
de ahí que la principal tarea que su fundador
enconmiende
a
científicamente con
en
ve peligrar su dominio ya instituido es la época del
Positivismo
zar
Y POSITIVISMO COMO IDEOLOGÍA
la
Sociología
sea
la
de
controlar
tanto la conservación como la dinámica,
sus inevitables tensiones y fisuras, del Orden
social
recién instaurado.
387
El una
nuevo saber sociológico se inserta, pues, en
etapa históricamente afirmativa del pensamiento
burgués.
Así, y
fl3
atendemos a una primera característica del positivismo
es su carácter, nunca excesivamente oculto ni por ellos mismos
ni
por sus detractores, de clase: es un pensamiento surgido, y
esto
no es por ahora una crítica, desde el propio espíritu de
utilidad
e
interés
de
la
clase
positivismo
burguesa
mostrarán
así
decimonónica. cierta
Los
contenidos
del
relación
tautológica
con la realidad que se pretende explicar científica
mente
desde él mismo. Como modelo de pensamiento estará estructu
rado
para la dominación de la realidad social, a través del
surgimiento entendida, decir, que
y busca ser controlada, por la propia burguesía. Es
la explicación teórica de la realidad es posterior a lo
podríamos denominar como su propia “explicación, o realiza
ción,
práctica”:
presentando aquello
explica
como
objeto
de
conocimiento,
como un descubrimiento de algo ajeno al sujeto,
de acuerdo a la propia conciencia burguesa y que, a su
y no menos importante, ha conformado a ésta.
Una de
se
que como realidad ya ha sido conformado, pues es la misma
sociedad, vez
de la Sociología, de acuerdo a tal y como ésta es
segunda característica del modelo positivista, y con él
la propia cosificación de la realidad, es la idea de la
acomodación modelo
subjetiva al mundo. Efectivamente, al igual que su
en las ciencias Diego
físicas cuyo triunfo radicará en la
Núñez, op. cit. pág. 12. 388
tecnología, radicales
el
pensamiento
positivista
no
hace
cuestiones
sobre la realidad, no busca preguntar el por qué de los
hechos
acaecidos, sino que únicamente busca adaptarse a ella a
través
de la explicación de su funcionamiento. Así, la idea que
aparenta de
ser objetiva en el pensar positivista, buscar la verdad
los hechos tal y como estos son sin pretender añadir nada del
mismo
sujeto, se convierte en buscar su veracidad tal y como
aparece
ante sujetos conformados por ella misma. Y es precisa
mente
ahí, en su “aparecer”, donde comienza el problema metodoló—
gico.
El sujeto mediado toma como lo absolutamente real no la
propia
relación con lo otro, ya sea para juzgar a ésta como
verdadera sino
únicamente aquello que se le aparece tal y como se le
aparece:
su propia ideología, conformada por el objeto, como
reflejo más
de un modelo de construcción racional. Sin pretender ir
allá de ello, en el fondo el burgués busca con el positivismo
observar a
ya sea para emitir sobre ella su veredicto de falsedad,
y legitimar racionalxnenteaquello que ya ha puesto allí
través de su propio modelo social y que resulta previo a su
propio
método. De nuevo está la idea del círculo vicioso como
realidad
ideológica de un presunto pensamiento objetivo. Y se da
por
supuesto, como el marco nunca estudiado pues está formado por
la
suma de los hechos, el modelo histórico bajo el cual se da la
misma
falsa cosificación.
Lo dos clase
que logra el positivismo, por tanto, a través de estas
características enumeradas —su carácter eminentemente de y su búsqueda de una acomodación subjetiva del mundo— es,
mediante
un progresivo derrotismo de la razón, eliminar del 389
análisis
la propia totalidad, reduciendo el estudio de ésta a sus
propios
elementos, a los que se presenta como forjadores cuando
en
realidad aparecen forjados por esa misma totalidad. Su afán
falsamente
descriptivo
apologética
de lo que hay.
Pero
pena
de
esta
manera
en
ni de la cosificación. Existe una tercera que merece
estudiar
aceptación la
concluir
estas dos características no concluyen el análisis del
positivismo la
resulta
para
poder
entender
los problemas
que
la
de su esquema derivará en el planteamiento socialista:
estrecha relación de aquél con el propio proceso productivo
capitalista. ideológico positivo,
Efectivamente,
del
mismo
modo
que
el
elemento
de la teoría analizada sitúa la verdad en el hecho atomizado de la relación con el todo, el modelo de
producción mercantil,
capitalista
un
fetichismo
entre otros elementos ideológicos del mismo proceso
productivo, elementos
comienza a desarrollar
que comienza a ocultar la relación propia entre los que lo conforman, presentando a las mercancías como
objetos
que se relacionan entre sí por un valor inherente a sí
mismas.
La cosificación no remitirá únicamente pues a un estado
subjetivo
de la conciencia, sino a un estado del mismo proceso
productivo repetir
y de la realidad. El esquema mental no hace así sino
lo que el propio sistema, aún de forma incipiente, está
consiguiendo Efectivamente, presentar vez, del
en su unión
de lo ideológico y
lo productivo.
el fetichismo de la figura mercancía no hace sino
el mundo como un lugar compuesto de objetos que, a su
y en su unión y suma de parcialidades, forman la realidad sistema. Precisamente, lo ideológico se realiza en el olvido 390
que
se advierte sobre
previa,
las condiciones reales, la totalidad
en las cuales se forinan y aparecen socialmente esos
objetos:
siendo el todo lo falso, sin embargo el fetichismo lo
presenta
como inexistente o, si acaso, como el mero agregado de
las y
partes. El asunto se traslada a los objetos, substantivados, con él cobra importancia la propia visión que sobre ellos se
tenga.
Si ya Hegel había concluido, de una forma sin embargo
valiosa,
que todo lo racional es lo real, el movimiento positi
vista
llevará todavía más
actual
es lo real y es lo racional. ¿Qué es lo positivo? Aquello
que
lejos la identificación: el hecho
existe, que es reducible al simple enunciado de un hecho. ¿Y
lo negativo? Lo negativo no existe, no puede tener ningún sentido real
e inteligible. El positivismo, como síntoma de una época,
simbolizará productiva
El te
la cosificación llevada a cabo por la misma realidad del capitalismo.
hecho, presentado las más de las veces como exclusivamen
un recurso metodológico, acaba así tomando características
ontológicas,
precisamente aquello que el positivismo pretendió
eliminar,
por ausencia: únicamente, una vez superada la etapa
metafísica
de las esencias, el hecho será lo existente, pero a su
vez
este mismo existente se presentará como incontestable. Se
acaba
convirtiendo así en el fetiche que integra todo aquello que
puede
negar el estado actual de cosas a costa o bien de su
supresión esa
como no existente o de su conversión en una parte de
misma realidad falsa.
391
El
hecho se constituye, de esta manera, en autosuficiente y
asimilador,
a su vez, de la realidad: ésta se circunscribe a ser
exclusivamente presenta y
como
de
hechos
positivos.
Cada
hecho
su valor como propiamente ese hecho, y sólo de él mismo,
halla su
entender
un conjunto
justificación, y,
siendo esto
lo esencial
para
la postura reformista posterior, su disputa, en sí mismo
realidad sin hacer mención a la totalidad. Efectivamente,
eliminada toda
cualquier posible referencia a la totalidad como tal,
intención analítica quedará reducida al estudio de una serie
determinada hacer
de elementos estructurados en sí mismos y sin poder
relación alguna con la realidad como totalidad.
Además,
al ser presentada la realidad como el sumatorio del
conjunto
de hechos, se niega por pasiva la existencia de una
totalidad
social previa que pudiera implicar una contradicción
con
los propios sujetos tomados como individuos aislados. Se
présenta
el mundo
conformado con
a imagen de
los individuos y
por ellos, dando, de esta manera, a priori su acuerdo
esa misma realidad y eliminando cualquier contradicción que
pudiera Es
como hecho
repercutir en una escisión insuperable para el sistema.
realmente un acomodo subjetivo al mundo que, de manera harto
paradójica,
acabará siendo la supresión del mismo sujeto.
“El concepto presenta
nominalismo
empedernido,
a mera apariencia
o a
que
relega
el
abreviatura y que
los hechos como algo conceptual e indetermina—
392
do
en el entendimiento enfático, acaba siendo por ello
necesariamente
El
preconizado carácter científico del saber lleva a esa
definitiva máximas
reducción de la realidad a un conjunto de hechos a sus
consecuencias gracias a su carácter de investigación
aparentemente aquí
neutral y desinteresada. Lo neutral viene a ser
el lema de “Orden y Progreso”: nada debe haber y nada debe
existir
que niegue la sociedad tal y como ya está constituida. El
elemento asumido
extraño y negativo al propio proceso social debe ser como propio e integrado dentro del desarrollo del, ya
realizado,
proyecto de una sociedad perfectamente integrada y
superlativamente lo
abstracto”4
integradora. Lo neutral se acaba confirmado como
actual.
La naturaleza física, donde el estudio científico se realiza a
partir de que los objetos individuales pierden su contenido
Adorno, T. (editor): La disputa del positivismo en la sociología alemana. Barcelona, Grijalbo, 1972. Introducción, pág. 50. Añade a esto, en la página siguiente, otro dato que no queremos pasar por alto: “En el supuesto de que fuera lícito reprochar al método dialéctico un carácter demasiado abstracto frente a la descripción sociográfica de datos partici lares, por ejemplo, éste vendría impuesto por el objeto, por la constante igualdad de una sociedad que no tolera en verdad nada cualitativamente distinto y que de manera irremediable vuelve siempre al detalle.” 393
concreto
en favor de las relaciones que establecen entre sí5, se
plantea
como
científica paradigma
de
realidad
y
se
investiga
de
forma
para, a continuación, presentar ese estudio como de toda objetividad. Ésta es aquello reducible a una
formulación en
ejemplo
matemática: el dominio de la realidad se transforma
su conocimiento. De esta manera, se degenera la objetividad
del
conocimiento en el dominio: pero el dominio tramposo del
sujeto
burgués que previamente se ha adaptado a los hechos que
acaecen.
SOCIALISMO
Todo cual
Y POSITIVISMO: LA EXPLICACIÓN DEL CAPITALISMO.
lo presentado más arriba es, creemos, el marco en el
comienza a desarrollarse el socialismo que derivará con
posterioridad hemos
en socialdemocracia. Durante toda la investigación
estudiado porinenorizadamentecómo cada uno de los elementos
que
iban conformando el pensamiento socialista podían degenerar
de
forma
absolutamente
reformista diseccionado de
coherente
en
un
discurso
de
corte
y dejamos para el final ver, una vez que habíamos el discurso, qué relación guardaba todo ese conjunto
teorías con el marco
conceptual
en el cual se hallaban
Aunque parezca a primera vista una extrapolación exagera da, como se dice vulgarmente, no queremos dejar la ocasión de señalar, aunque sólo sea apuntándolo, la curiosa similitud que se establece entre ese mismo carácter relacional de las teorías explicatorias de la naturaleza y el carácter igualmente relacio— nal del sistema productivo capitalista, sin pretender con ello, obviamente y sin haber estudiado el caso con mayor profundidad, dar ninguna hipótesis acerca de este tema. 394
impresas.
Es, por lo tanto, ésta a la tarea a la que ahora nos
encomendamos.
Pero,
antes conviene recordar la precisión más arriba ya
indicada
acerca
hablamos
de positivismo no nos queremos ceñir a la escuela
filosófica
de
qué
entendemos
por
positivismo.
Cuando
que recibe ese nombre en exclusiva, sino, de manera
fundamental,
a ese pensamiento, lo que antaño se llamó cosinovi—
sión,
característico de la época
tiene
como características principales por un lado, la tesis de
la
burguesa. Este pensamiento
cosificación, de la eliminación de la temporalidad en el
concepto,
y con él en la realidad, y, por otro, la eliminación de
la
mediación: la realidad pasa a ser considerada como la unión de
un
conjunto de hechos que apenas guardan relación entre sí sino
es,
acaso, en su asociación6.
Con
estas
características
se
podría
definir
el
marco
conceptual
positivista dentro del cual comienza su andadura el
socialismo.
El positivismo, derivado sin embargo de la aceptación
implícita marco
de la realidad ideológica inmersa dentro del mismo
de producción capitalista, el hecho del fetichismo de la
mercancía
como el proceso que niega la totalidad a través de la
Se
podría argumentar aquí que hay teorías filosóficas no
6
dialécticas que, sin embargo, no parece que cumplan estas condiciones como podría ser, por ejemplo, la misma ontología fundamental. Sin embargo, es interesante destacar cómo estas teorías deben recurrir a elementos ajenos a los propios objetos del mundo para poder hablar de esa realidad y cómo, igualmente, esa realidad filosófica es asumida sin más con la verdad pues se trataría del “hecho” verdadero. 395
cosificación socialistas atacar
empleado
partes,
se
intentará
emplear
por
los
españoles, toda la socialdemocracia en realidad, para
en cuanto falsa interpretación de la realidad, será
para atacar a esa misma realidad por la cual ha sido
engendrado. intentar
El
esfuerzo
reconciliar esto
encarcelado
realizado
por
los
resultará vano.
socialistas Todo
para
su discurso,
dentro del corsé del positivismo, no podrá liberarse
ese mismo ropaje que le aprieta.
Para la
sus
a la propia realidad burguesa. Es decir: un producto
ideológico,
de
de
mejor comprender como este método positivista liinitaa
realidad y al discurso que sobre ella misma los socialistas
establecen,
creemos pertinente resumir brevemente lo dicho en la
tesis.
Iniciábamos mo
nos encontramos, para los fundadores del P.S.O.E., con una
explotación la
del obrero por parte del capitalista. Apenas aparece
idea de producción de capital en un sentido general, de
reproducción siempre es
nuestro estudio observando como en el capitalis
del sistema y acrecentamiento del mismo, sino que
se trata de una relación de explotación particularizada,
decir: los dos protagonistas son el obrero, que vende su
fuerza
de trabajo en el mercado, y el empresario, que se la
compra
al mínimo precio posible.
Por del lejos
ningún lado aparece el Capitalismo como algo diferente
mero beneficio económico del capitalista. El Capitalismo, de tener una realidad propia que se impone, incluso, sobre 396
la
clase burguesa, aparece como un producto costreñido a su forma
social. Efectivamente, el capitalismo, una vez descubierta que su célula
fundamental es la relación de la compra—venta injusta de
trabajo,
pasará a ser un organismo multicelular a costa de
generalizar o
dicho proceso. Así, el capitalismo será un número más
menos considerable de burgueses que en la compra de trabajo
producen
capital a través del sueldo de los obreros.
Es
una importancia concedida al proceso de trabajo en cuanto
trabajo
remunerado, y no como traición de algo que es la praxis.
Los
socialistas españoles hablan del trabajo del obrero desde el
punto
de vista del mismo capitalismo, y por eso deben acabar
concluyendo dé
que lo más importante de todo esto es el pago que se
a dicho
traicionada, convierte
trabajo.
Sin pretender
la noción
de
la praxis
la única fuente para juzgar el trabajo realizado se
en el salario. Sitúan así el capitalismo como una
cuestión
meramente económica, pero económica tal y como la propia
economía
capitalista, a la cual pretenden combatir, presenta lo
económico. y
Se transforma la economía en un cálculo de beneficios
deudas,
entrando
La la
de
salarios
justos y
de
retribuciones
en la parcelación de la realidad.
individualización de las relaciones sociales, y con ella,
reducción del capitalismo a un mero
laborales justicia
injustas,
injustas,
lleva
necesariamente
marco de relaciones a
admitir
que
la
o injusticia de la relación socio—comercial efectuada
entre
un comprador y un vendedor es la base de toda el conglome
rado
social y de la propia crítica a dicha sociedad. Parece así 397
como
que si realmente hubiera una justicia en la retribución del
precio
pagado por la fuerza de trabajo, el Capitalismo no sería
injusto.
Es más, el mismo Capitalismo queda presentado como una
parcialidad vinculada
de la misma vida, como una realidad que aparece sólo a
la producción
representante relación
cuyo máximo
es el salario. Al quedar todo supeditado a la
queda reducida a la relación entre el que compra y el
vende. Y por tanto, y como veremos a continuación, la medida
de
la justicia para dicha relación queda supeditada a esa idea de
comprar va
y vender de forma que la relación comercial sea equitati
a través de una recompensa justa.
De cia Y
concreta y
establecida de compra—venta de trabajo, la clave del
capitalismo que
económica
acuerdo con este análisis, el salario cobra una importan
capital a la hora de analizar el propio sistema capitalista. lo cobra por dos fenómenos característicos de los orígenes de
la ción
socialdeinocracia: la Ley Férrea de los Salarios y la Devolu al trabajador del Producto tntegro de su trabajo.
La realidad co.
Ley Férrea de los Salarios no sólo se presenta como una social, sino como una ley de inexorable valor científ i—
Evidentemente, parece claro para
sueldo
de los obreros no puede crecer por encima del mínimo de
subsistencia. que
Pero la Ley Férrea de los Salarios no sólo explica
no se den en la actualidad sueldos por encima de la mera
subsistencia que
los socialistas que el
del obrero y su prole, sino también que es imposible
esto se produzca. La Ley Férrea, el salario de subsistencia,
implica
pues un criterio de injusticia, una crítica muy estricta 398
y
limitada. Aparece la injusticia en la propia relación mercantil
establecida
La
entre un comprador y un vendedor.
relación que así se presenta no es, en ningún momento,
generadora
de contradicciones reales, no crea nada que haga
realmente
imposible
la existencia
humana,
como
tal,
en
el
interior del sistema capitalista, sino, si acaso, la necesidad de una
reforma en una parcela exclusiva de la producción social.
Será
esta una de las claves de la imposición de un paulatino
reformismo las
relaciones comerciales de compra—venta, lo que quedará como
criterio o
político. Efectivamente, al fijarse exclusivamente en
de justicia o injusticia del sistema será la elevación
no del salario sobre lo que se considera un nivel de subsisten
cia.
Al considerar dicha subida imposible, se impone la revolu
ción. de
Pero debe quedar claro que es únicamente como consecuencia
la imposibilidad de dicha elevación, debido a la Ley Férrea,
por
lo que se debe realizar el cambio de sistema. Es así una
protesta como
ésta se manifiesta y se produce.
De lar
por
esto surge la necesidad de la medida concreta y particu
de la restitución del producto íntegro del trabajo, como
forma es
sobre unas condiciones de vida y no sobre la vida tal y
de justicia evidente ante lo anteriormente expuesto, que no
únicamente un tema, pues, que caiga en el error económico y eso haya que despreciarlo, sino que detrás de él esconde una
determinada a
ideología. Los socialistas españoles se ven obligados
defenderlo
por
ese
análisis previo del
399
cual
parten como
criterio
real de
justicia frente a la realidad
injusta del
capitalismo.
De
esta manera, la teoría socialista de la clase obrera,
estructurada del
de acuerdo a un criterio economicista de la realidad
sistema capitalista, convierte al propio sistema en una
especie
de patrón limitado a un estrecho campo de la realidad
social.
El Capitalismo solamente aparece en tanto en cuanto
existe
una relación económica de por medio, es un mero sistema
productivo
exclusivamente, y de forma excesiva, limitado a una
realidad
únicamente
económica.
La
emancipación
obrera
así
planteada
será algo, consecuentemente, de un contenido puramente
económico.
Surge en
así el tema de la división antagónica de la sociedad
sólo dos clases. Efectivamente, si la base de todo el edificio
capitalista lógico se
pensar que una parte fundamental del análisis socialista
refiera a aquellas clases que actúan en dicha realidad de
compra—venta. como zar
era la cuestión de la compra—venta de trabajo, es
Una, como la compradora del trabajo ajeno; y, otra,
la clase que debe vender su fuerza de trabajo para garanti su propia subsistencia.
El
antagonismo de clases cobra así una trascendencia en el
esquema
de los socialistas. La reducción de la sociedad a dos
clases
realmente existentes procede precisamente de ese afán de
positivización, las
de factualización, de buscar hechos que amparen
ideas acerca de la esencia ya enunciada del Capitalismo. La 400
necesidad
de
entendiendo a
un
principio
que
se
dé
realmente,
por real sólo lo positivo, en la sociedad ha llevado
los socialistas españoles a fijarse en el salario y éste, a su
vez,
obliga a
decisivo. situar
algo
tomar
el hecho
de
las clases
sociales
como
Y al no comprender verazmente el Capitalismo, al no
lo concreto del mismo en su abstracción más aparente, la
mercancía
en cuanto su trabajo apropiado sin racionalidad, por
ajeno a lo humano, los socialistas deben buscar actores de
carne
y hueso, y no es ninguna metáfora, para poder explicar el
sistema. a
encontrar
Los socialistas necesitan, pues, situar en su análisis
gentes, agentes, que realicen las condiciones de existencia del
sistema capitalista. Al mantener la tesis del capitalismo como el resultado del
del capital expropiado por la burguesía en la compra
trabajo al obrero, necesitan ese conjunto de personajes que
intervienen en esa relación, como si dijéramos que necesitan los factores forma
para poder llegar al producto, para poder demostrar de
eficaz y positiva que el Capitalismo es eso. Y dicho
sumatorio,
de un lado los capitalistas dueños de los medios de
producción,
y, del otro, los proletarios desposeídos de toda la
riqueza las el
que no sea su fuerza de trabajo, da como resultado final
relaciones de compra—venta de trabajo, o lo que es lo mismo: capitalismo.
Volvemos
a ver aquí una vieja visión más cercana a la
economía
política liberal que al propio Marx. Resulta que la
sociedad
tal y como está constituida no es el fruto de la
existencia mismos
de un proceso productivo que se impone sobre los
hombres, que produce su vida, sino que es el resultado de 401
las
relaciones que los hombres ya formados entablan entre sí:
como es
un comprador y un vendedor en un mercado. Así, la creencia
que al ser el capitalismo el resultado de la compra—venta del
trabajo, la
clase proletaria, los que participan, y por nada más. Es
decir, mo. el
de los capitales, está formado por la clase burguesa y
las clases que forman el sistema asalariado del capitalis
La suma de dichas partes, pues, forma la compra—venta, y ésta propio capitalismo, pero no existe la inversa. El capitalismo
como
objetividad no existe como algo por encima de las relaciones
sociales
entre los grupos, sino que viene conformado por dichas
relaciones. burguesía
relación
social
entre
la
social concreto que representa al Capitalismo. Efectiva
mente,
conseguir un resultado positivo es básico, es lo primor del análisis. Si el capitalismo no es nada más que la
relación para
establecida de la compra—venta de trabajo, entonces,
que
elementos uno
exista
el
propio
Capitalismo,
deben
existir
los
que le conforman. Es esa visión estática la que da como
de sus resultados la idea de la necesidad de la exclusiva
existencia
Las mente
de dos clases sociales: capitalista y obrera.
consecuencias resultantes de los dos análisis anterior
expuestos, sobre los temas de la idea del salario (capita
lismo)
las
la
consigue así que el sumatorio de la sociedad sea el
sistema
la
es
y el proletariado.
Se
dial,
El Capitalismo
y del antagonismo de clases, señalan bien a las claras que
intervención
política en forma de partido que participa en
instituciones va a unirse a los otros elementos analizados. 402
Lo
primero que nos llama la atención en el estudio del
problema todo
de la política es, precisamente, el desprecio que hacia
aquello que sea político se encuentra inmerso en el discurso
socialista. una
Observamos como los socialistas españoles mantienen
relación estrecha entre el propio interés económico de una
clase
y sus actuaciones políticas. Pero, no se trata de una unión
entre
las condiciones productivas concretas, el sistema producti
vo,
y una conciencia determinada. Efectivamente, al igual que el
capitalismo lejos
se ha personalizado en las propias figuras sociales,
de plantearse su existencia como algo superior a dichas
personalidades, personalizada sostienen como
y meramente ideal, a una serie de pensamientos que
los burgueses. La ideología no se enraiza en el sistema
parte
aditamento
integrante externo
preservarlo. planteamientos más
la ideología va a ser reducida a una razón
Esta
que
del se
idea de
mismo,
sino
introduce
en
la ideología,
que
consiste
aquel más
para
en
un
lograr
cercana a
los
maquiavélicos que a los marxistas, desvelauna vez
la idea que sobre el capitalismo domina en la socialde—
inocracia española.
El
sistema, de carácter estrictamente económico, carece de
cualquier única un
realidad que no pertenezca a dicha esfera, se trata
y exclusivamente de un hecho producido entre un vendedor y
comprador, puros ambos en cuanto a dicho ejercicio y que nunca
aparecen ideología
como elementos sociales completos. De esta forma, que la vaya por un lado y la realidad económica y productiva
por
otro, tiene como consecuencia el hecho de que los fundadores
del
partido socialista no sean capaces de situar correctamente el 403
análisis que
social, colocando una serie de compartimientos estanco
muy
a
totalidad, convierte
pesar
niegan
de
dicho
sistema
las
características ‘reales,
productivo.
El
capitalismo
su se
en un elemento negativo para el desarrollo de los seres
humanos, pero,
su
en cuanto que lleva en sí la explotación del hombre,
y no es una paradoja, el Capitalismo es ideológicamente
neutral.
Se
produce así la subjetivización de un problema como el de
la ideología que en principio debía ser tratado objetivamente. La ideología
es un proceso guiado por la “astucia y l,a fuerza”, en
concreto
de la clase burguesa, pero no algo desarrollado desde el
sistema,
sino desde fuera. Al colocar el problema ideológico en
la
distorsión de
concretas, pasiva, tiéne
la comprensión
del mundo
en
las personas
y además en su mala fe, se le da a la realidad, por
el título de verdadera, de ser lo que verdaderamente
que ser. Y una vez más se ve ese pensamiento en cuanto que
lo que pretende el sujeto es una adecuación a.una realidad que ya está
ahí o que ha de venir, un pensamiento que está, indudable
mente, más
influido por el -objeto, pero que no influye en el mismo
que desde la posición de verlo de otro modo. La verdad la
marca
el objeto, y lo que debe hacer el sujeto es relacionarse
correctamente en
con él. Al ser esto así, la realidad no puede ser
sí misma ideológica, es algo que ni se plantea, pues el
criterio
de verdad entonces sería exclusivamente el de la propia
falsedad
de la realidad, es decir: la adecuación con la realidad
debería,
pues no se aceptaría la dialéctica, sino una especie de
adaequatio,
ser la mentira si la propia realidad fuera falsa. 404
De
esta manera, la realidad es neutral, ni verdadera ni
falsa,
y el desprecio hacia la acción humana es una consecuencia
lógica
de este criterio de verdad.
condiciones terreno
la
reflejo de
las
sociales como criterio de verdad sitúa ésta en un
aparentemente científico, sin contenido moral.
La deber
El mero
vieja disputa filosófica entre la relación del ser y el
ser se resuelve entre los socialistas españoles a través de
aceptación del ser como única realidad, como lo positivo y
verdadero, unir,
siendo tachado todo lo demás de quimérico. Pero al
precisamente, el Ser, lo que hay, a la verdad final, se
encuentran favorable que
con
la
imposibilidad
de
hallar
algún
argumento
para cambiar lo que hay, como no sea precisamente lo
de forma positiva ya hay. El análisis se pretende realizar
como
científico, sólo atento a los hechos que se están dando y
nada
más que a ellos, pero precisamente al estar atentos a los
héchos
que se dan positivamente, y a nada más, no pasa de ser una
descripción través
falsa que el propio capitalismo hace de si mismo a
de su propia, y por esto mismo ideológica, representación
social.
Es captar, como consecuencia lógica de todo el proceso
seguido,
el
verdadera, y
fetichismo
como
realidad
positiva,
es
decir:
y deslindar así los dos campos, el social por un lado
el económico, el capital, por otro, de forma tan clara que al
final
el social apenas tiene que ver con el económico, y éste es
sólamente
la relación establecida en el propio proceso de trabajo
asalariado.
405
es
Y
precisamente
socialismo una
un
problema
que
arrastrará
el
a la hora de situar los elementos que hacen necesaria
revolución. Efectivamente, ésta sólo puede realizarse echando
mano
de un trascendente, pues la realidad no indica ninguna
causa,
ninguna
derrocamiento. lugar, el
éste
contradicción
que
lleve
a
la necesidad
del
Como este trascendente aparece el Mercado, el
darwiniano, de la libre concurrencia de mercancías donde
desarrollo y expansión capitalista se enfrenta a un muro
infranqueable. controla, sin
El Mercado es un lugar que el Capitalismo no
es un producto que aparece como ajeno a él y al que,
embargo, el modo de producción capitalista no tiene más
remedios está
que acudir para conseguir un beneficio. Unido a esto,
el ya conocido aumento constante de la producción y, como
consecuencia, mercancías
Si
un
aumento
proporcionalmente
inmenso
de
las
producidas.
el Capitalismo no quiere agotar sus días en una crisis de
innumerables
consecuencias el consumo debe crecer también de
forma proporcionalmente inmensa. Luego, el capitalismo, si quiere sobrevivir, consumo
debe poder poner las condiciones para que dicho
se realice. Pero, el consumo de las mercancías está
condenado
a ser algo más bien escaso, reservado a las clases
privilegiadas. trabajadora cia. tiene que
La Ley Férrea de los Salarios impide a la clase
comprar productos por encima del límite de subsisten
De esta forma, continúa el análisis, el exceso de producción necesariamente que ir en aumento aún cuando ya sea conocido no tiene ningún tipo de salida.
406
La
consecuencia de todo esto es que, necesariamente, la
crisis potencial, provocada por dicho proceso, debe cumplirse más tarde
o más temprano y cada vez con más violencia. El capitalismo
cava
su propia fosa. Con esto, y de forma casi paradójica, el
Capital
se presenta como incapaz de satisfacer las necesidades
básicas
de la gran mayoría de la población. Precisamente, por
esos la
grados de pobreza a los cuales la población está condenada, revolución social, realizada y acuciada por el hambre, está
servida.
Es de
una, otra, ley inexorable que anuncia, sin ningún género
dudas, la necesaria caída del sistema de producción capitalis
ta.
La reducción del capitalismo juega, pues, aquí un papel
fundamental injusto mismo al
a la hora de estudiar el Mercado. El Capitalismo es
en su relación de compra-venta de trabajo. A su vez, él
es esa relación de compra—venta personificada, de acuerdo
esquema general que se pretende corresponder fielmente con la
propia
realidad del modelo de la producción capitalista. Pero, el
Capitalismo sólo aparece en el mercado, es incapaz de constituir lo,
de darle forma. El Capitalismo no presenta, ni tan siquiera,
una
pretensión de totalidad. Exclusivamente busca un beneficio
económico clase exceso
inmediato que se encuentra personificado en la propia
burguesa. Va a morir necesariamente arrastrado por su productivo en comparación a la limitación que él mismo,
necesariamente, concurrencia población, necesidad
ha
impuesto
al
mercado.
La
zona
de
libre
de mercancías no es libre por la pobreza de la y no porque esté dominada por el Capitalismo. Esa
de un lugar que se presente por encima del capitalismo, 407
pero
a la vez limitado por el capitalismo es el trascendente de
las
teorías socialistas.
El
mercado, aún sin pretenderlo, cobra una importancia de
primera
magnitud dentro del esquema revolucionario socialista. Y
es
un esquema revolucionario que se gesta desde fuera, en ningún
momento
desde el núcleo de la propia entidad capitalista del
trabajo. donde
La distinción entre formas de trabajo capitalistas,
el proceso productivo de explotación parece surgir con gran
fuerza,
y
mercancías, sumisión les,
que aparentemente es libre de cualquier condición de
llevará necesariamente a la paradoja de tener que el mercado como fórmula revolucionaria, pero que lo es
la propia
totalitaria.
del
capitalismo
como
realidad
no
su exceso productivo en comparación a la limitación que él,
garantizar justo.
ha impuesto al mercado. Un estado social capaz de
el consumo y de producir científicamente sería así
El reformismo, como defensa del capitalismo de mercado,
servido.
POSITIVISMO
Así to
limitación
El capitalismo va a morir, fatalmente, arrastrado
necesariamente,
está
las
para entender el reformismo defendido posteriormente. Dicha
defender
por
y comercialización de
al sistema, será la clave, al menos una de las principa
distinción
por
formas de distribución
Y SOCIALDEMOCRACIA
es como se presenta dentro de los orígenes del movimien
socialista sus principales componentes ideológicos. A través 408
de
esto podemos ver que la idea principal que mantendrán los
partidos
socialistas no será, por tanto y exclusivamente, la
celebérrima fatal
de que el cumplimiento de la revolución sea algo
y absolutamente necesario, idea evidentemente primordial
también
en el ideario, sino otra de la cual esta primera acabará
siendo
subsidiaria, a saber: que la escisión producida en el
sujeto
se puede ver restituida por el objeto. Es decir, que la
redistribución O
ordenada de las mercancías superaría la escisión.
dicho-de otro modo, que el criterio de verdad predominante en
Marx, se
que lo que importa de la mercancía no es que ésta tal cual
restituya o no, sino que es trabajo humano explotado, es
sustituido cierta es
por un criterio objetivado, que contiene ya en sí
idea de la futura tecnocracia de gestión: lo que importa
el cómo del proceso de circulación, la repartición de las
mercancías.
El
sujeto queda así reducido a su presencia alienada en el
objeto,
pudiéndose de esta manera realizar el tránsito desde una
unión
indisoluble de teoría y praxis, en un criterio de verdad
fuerte, aparente que
a otro criterio
tecnocrático,
ese predominio de
la
praxis que acabará en el posibilisino socialdemócrata,
impregnará a partir de entonces todo el proceso futuro del
socialismo.
Es del
pues ésta la primera consecuencia que tendrá la presencia
positivismo en el esquema ideológico del socialismo español:
impregnarle
de un espíritu tecnocrático debido a la idea de la
posibilidad
de la devolución de lo escindido a través de un 409
recurso este
propio del mismo capitalismo como es el salario y su, en
caso, aumento. Así, y huyendo de entidades catalogadas como
metafísicas las el
y asumiendo esa querencia política por los hechos y
realidades, la repetidas veces alabada idea de la eficacia, socialismo irá poco a poco admitiendo un carácter gestor de la
realidad,
siempre
encerrado
la
mejor
intención,
que
le
acabará
en ella misma.
Otro del
con
aspecto que será importante en la posterior evolución
socialismo español será la importancia progresiva que se irá
otorgando Debido
a los hechos en detrimento de la propia totalidad.
al pensamiento establecido en torno a qué sea el capita
lismo, que hemos visto resuelven con la idea de compra—venta del trabajo de
y sin referencia a una totalidad que no sea mero producto
esa misma compra—venta, los miembros del socialismo español
comenzarán totalidad, condiciones
a aplicarse sobre
pero sin tocar ésta, en especial en la cuestión de las de vida.
PARCIALIDAD
Ciertamente, capital obrera
todos a los fragmentos de esa
Y REFORMISMO
las condiciones de vida son de una importancia
y no se trata ahora de pretender criticar la postura que tanta preocupación presentó sobre ella, pues aquí sí
que
hay que tener en cuenta la concreción histórica en la cual
nos
movemos, sino que lo que pretendemos destacar en esta crítica
ideológica
es la postura que se adopta en sus reivindicaciones. 410
El
movimiento
posibilidad sistema
que
comienza
negando
cualquier
de reformas favorables al proletariado dentro del
capitalista acabará admitiendo como su fin fundamental la
defensa
de esas mismas
parcial de
obrero
reformas. Costreñidos por
la visión
de la realidad que encierra el positivismo, la agregación
elementos forma lo constituido, creerán que, como ya hemos
indicado,
si se puede cambiar el contenido concreto de esos
elementos
con ello se cambiará a su vez el resultado. Pero esto
también
se verá reflejado en la propia metodología empleada para
explicar
la sociedad, que irá de
inductivo, praxis como
abajo a arriba, en un esquema
y que acabará en una doctrina en que predominará la
política por encima incluso de su verdad o no. La eficacia
forma de lucha y finalidad acabará resultando un fin en sí
mismo,
incluso por encima de esa misma verdad de lo eficaz.
Todo recursos
pensamiento que ya no se presente como una gestión de será analizado como una falsa política. La falsedad del
posibilismo sí,
las
reivindicaciones parciales
necesidades cierto
adecuará paulatinamente, de manera maravillosa, eso
condiciones deviniendo
con
las propias
socioeconómicas del sistema productivo. Lo que de
pudiera tener
necesidad
obreras
la lucha por reformas, la idea de una
social de mejoras
inmediatas y de la creación de
para cumplir el discurso de emancipación, acabará en la máxima ideología a través de la conversión del
medio
en el propio fin. El movimiento obrero pasará a ser, de
esta
manera, un movimiento reformista llevado por su propia
coherencia Cada
con el modelo de pensamiento elegido en su principio.
vez más alejado de sus primera ideas sobre la formación de 411
un
inundo justo, donde las personas pudieran llevar una vida
digna,
aquello que no se refleja en la nómina, los partidos
herederos
de
convirtiendo nado
ese estallido social del proletariado
en valedores de un status quo directamente relacio
con la sociedad totalitaria.
“Cuando perdió y
en el ensalzado binario
teoría—praxis
la teoría, la praxis se convirtió en irracional
en parte de esa teoría que quería superar; es decir,
quedó a
a merced del poder. La liquidación de la teoría
base de dogmatizar y prohibir el pensamiento contri
buyó en
a la mala praxis. La misma praxis está interesada
que la teoría recupere su independencia. La relación
entre
ambos factores no está decidida de una vez para
siempre,
sino que cambia históricamente. Hoy, que la
actividad
omnipotente paraliza y difama la teoría,
ésta,
con toda su impotencia, atestigua contra ella el
mero
hecho de existir. Por eso es tan legítima como
odiada; no una
sin ella la praxis, que quiere cambiarlo todo,
podría cambiar. Acusar a la teoría de anacronismo es forma de obedecer al lugar común que elimina como
anticuado
lo que sigue doliendo como fracaso.”7
Recapitulando, Positivismo da.
se irán
vemos
pues
que
lo
más
importante
del
y de la Socialdemocracia es su conciencia fetichiza—
Conciencia y proceso que no puede desligarse de la figura
mercancía.
Unir hecho y realidad es celebrar apriorísticamente el
Adorno,
Theodor, Dialéctica negativa, pág. 147. 412
estado
actual
asimilación hecho la
cosas.
Que
esta
unión
como
ocultación
y
de la realidad sea todavía imperfecta, no oculta el
de que se halle aquí la semilla de aquello que confiere a
época actual su carácter de mercado totalitario. Que el
capitalismo es
de
decimonónico no pueda ocultar su propia negación, no
debido tanto a la fuerza consciente de ésta (la esperanza de
Marx
en la constitución del proletariado en una clase para sí)
como
a la propia dinámica autodestructiva inherente a este primer
capitalismo razón de
por la anarquía de la producción, y en esto tienen
los socialistas, todavía sin reconducir. Pero, al contrario
la creencia inscrita en su teoría donde el mercado será el fin
del
modelo capitalista, la creación de una estructura que se
sitúe
como límite de esta autodestrucción será lo que conforme el
mercado: única,
lugar de expansión de la mercancía y al tiempo realidad proceso
máximo
de
fetichización,
donde
todo
es
ya
mercancía.
FINAL
El
resto de la historia es conocido. La totalidad se acabará
reproduciendo recursos, propia
en
sus
criaturas.
La
gestión
de
esos
mismos
creyendo en ello ver la posibilidad de un cambio en la
realidad totalitaria, sustituirá al discurso filosófico
calificado
ya, peyorativamente, de maximalista. La política se
transformará,
tal y como ya vaticinó con cínica verdad González
413
de
la Moras, en una cuestión de técnicos. La realidad, ideológi
camente,
acabará siendo el marco de la foto tomada con una cámara
cómplice
y aquel que se mueva, como ya es conocido, no saldrá en
ella
más.
—Voy
a explicaros el porqué no debéis tapizar
las paredes de un cuarto con dibujos de caballos...!J1a— béis los
visto alguna vez en la vida, en la realidad, que caballos se suban por las paredes de un cuarto? ¿Lo
habéis
visto?
—
¡SÍ,
señor!— gritó media clase.
-
¡No, señor!- gritó la otra mitad.
El mitad
caballero dirigió una mirada de enojo a la
equivocada, y dijo: ¡Claro
—
vida
que no! Pues bien: lo que se ve en la
real, no debéis verlo en ninguna parte; no debéis
consentir vida
en ninguna parte lo que no se os da en la
real. El buen gusto no es sino un nombre más de lo
real. (...) —
—
¡Lo real, lo real, lo real!— voceó el caballero. ¡Lo
real, lo real, lo real!— repitió Tomás
Gradgrind. —
por
8
Guíate en todas las circunstancias y gobiérnate
lo real. No está lejano el día en que tengamos un
FERNÁNDEZ
ideologías.
DE LA MORA,
Gonzalo,
Madrid, Ed. Rialp, 1965. 414
El crepúsculo
de las
cuerpo
de gobernantes imbuidos de realismo, y ese
gobierno
estará integrado por
realistas, acuerdo
que
jefes de
negociado,
obligarán a las gentes a vivir
de
con la realidad y descartando cuanto no sea
realidad.”
9
DICKENS, Charles, Tiempos difíciles. Madrid, Ed. Cátedra, 1992, pp. 91 y 92. 415
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