LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES Gardner afirma que todas las personas son dueñas de cada una de las ocho clases de inteligencia, aunque cada cual destaca más en unas que en otras, no siendo ninguna de las ocho más importantes o valiosas que las demás. Generalmente, se requiere dominar gran parte de ellas para enfrentarnos a la vida, independientemente de la profesión que se ejerza. A fin de cuentas, la mayoría de trabajos precisan del uso de la mayoría de tipos de inteligencia. La educación que se enseña en las aulas se empeña en ofrecer contenidos y procedimientos enfocados a evaluar los dos primeros tipos de inteligencia: lingüística y lógico-matemática. No obstante, esto resulta totalmente insuficiente en el proyecto de educar a los alumnos en plenitud de sus potencialidades. La necesidad de un cambio en el paradigma educativo fue llevada a debate gracias a la Teoría de las Inteligencias Múltiples que propuso Howard Gardner. Por otro lado, Howard Gardner ha señalado que lo importante de su teoría no son las 8 inteligencias que propone, sino la conceptualización de la cognición humana como procesos paralelos y relativamente independientes los unos de los otros. Por ello, ha señalado varias veces que posiblemente las inteligencias múltiples no son las que él propuso, sino otras que no ha tenido en cuenta o que agrupa bajo el nombre de una sola inteligencia. Howard Gardner y sus colaboradores de la prestigiosa Universidad de Harvard advirtieron que la inteligencia académica (la obtención de titulaciones y méritos educativos; el expediente académico) no es un factor decisivo para conocer la inteligencia de una persona. Un buen ejemplo de esta idea se observa en personas que, a pesar de obtener excelentes calificaciones académicas, presentan problemas importantes para relacionarse con otras personas o para manejar otras facetas de su vida. Gardner y sus colaboradores podrían afirmar que Stephen Hawking no posee una mayor inteligencia que Leo Messi, sino que cada uno de ellos ha desarrollado un tipo de inteligencia diferente. Por otro lado, Howard Gardner señala que existen casos claros en los que personas presentan unas habilidades cognitivas extremadamente desarrolladas, y otras muy poco desarrolladas: es el caso de los savants. Un ejemplo de savant fue Kim Peek, que a pesar de que en general tenía poca habilidad para razonar, era capaz de memorizar mapas y libros enteros, en prácticamente todos sus detalles. Estos casos excepcionales hicieron que Gardner pensase que la inteligencia no existe, sino que en realidad hay muchas inteligencias independientes. Inteligencias múltiples: 8 tipos de inteligencia
La investigación de Howard Gardner ha logrado identificar y definir hasta ocho tipos de inteligencia distintas. Vamos a conocer de manera más detallada cada una de las inteligencias propuestas por la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner a continuación. INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA La capacidad de dominar el lenguaje y poder comunicarnos con los demás es transversal a todas las culturas. Desde pequeños aprendemos a usar el idioma materno para podernos comunicar de manera eficaz. La inteligencia lingüística no solo hace referencia a la habilidad para la comunicación oral, sino a otras formas de comunicarse como la escritura, la gestualidad, etc. Quienes mejor dominan esta capacidad de comunicar tienen una inteligencia lingüística superior. Profesiones en las cuales destaca este tipo de inteligencia podrían ser políticos, escritores, poetas, periodistas, actores. La capacidad para expresarnos mediante el lenguaje es una de esas características que nos distingue del resto de seres vivos. La comunicación verbal es, además, una útil herramienta que nos ha permitido sobrevivir en entornos adversos, entender mejor nuestro entorno y formar grandes comunidades en las que cientos de personas cooperan entre sí. En resumidas cuentas, somos una especie próspera en parte gracias a nuestra habilidad para combinar palabras entre sí. A esta capacidad la podemos llamar Inteligencia lingüística (o inteligencia verbal). Una definición sobre la Inteligencia lingüística Piensa en la manera en la que explicarías a otra persona que una maceta ha caído al suelo y se ha roto. Sencillo, ¿verdad? Ahora piensa en esta otra situación: debes leer un texto de dos páginas en el que una filósofa explica qué es la metafísica para ella, y hacerle un resumen sobre esto a otra persona. Seguramente creerás que esta última tarea es bastante más complicada, a pesar de no haber leído ese texto. A pesar de que eres capaz de desenvolverte bien con el lenguaje en tu día a día, algunas tareas que involucran el uso de las palabras parecen especialmente difíciles en comparación a otras. Algunas de estas actividades, de hecho, pueden parecer imposibles de realizar, como por ejemplo explicarle cómo nos sentimos a una persona cuyo idioma no dominamos del todo. Estos pequeños escollos cotidianos sirven para hacernos una idea de lo que es la Inteligencia lingüística: el grado en el que una persona es capaz de usar hábilmente el lenguaje para expresar y entender ideas y para conseguir objetivos a partir de esta habilidad.
La Inteligencia lingüística (a veces llamada también Inteligencia verbal) forma parte de la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, y tenerla en cuenta permite crear estrategias de potenciación del uso del lenguaje. Una herramienta para adaptarnos al medio. La realidad no es algo fácil de entender, así que la manera de formular explicaciones acerca de esta tampoco debería serlo. La gran mayoría de las personas nacemos con la capacidad para aprender el lenguaje, pero no todas nos llevamos igual de bien con nuestro idioma materno. Y es posible que en algunas situaciones notemos que no tenemos control sobre las palabras, que nuestra Inteligencia lingüística no está tan desarrollada como lo requiere el contexto. Precisamente por eso es importante la Inteligencia lingüística: teniendo en cuenta su existencia podemos saber hasta qué punto somos hábiles haciéndonos entender y entendiendo lo que se nos dice, tanto por hablado como por escrito. Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta que el uso del lenguaje permite que nos acerquemos a nuestros objetivos y, por lo tanto, tener más o menos Inteligencia lingüística repercute en nuestras posibilidades de gestionar problemas, abordar proyectos o incluso mantener relaciones saludables con otras personas. ¿Cómo mejorar en Inteligencia lingüística? Si es cierto que la Inteligencia puede ser resumida rápidamente como la capacidad para encontrar soluciones ante problemas nuevos de la manera más efectiva, no es menos cierto que esta se puede mejorar tomando algunos hábitos y rutinas. La Inteligencia lingüística, como parcela concreta dentro del concepto más amplio de "inteligencia", no es una excepción a esta regla. Eso significa que podemos tomar medidas para influir en nuestro grado de desempeño en Inteligencia lingüística, cambiando para mejor nuestra capacidad de adaptarnos a nuevas situaciones en las que un manejo hábil de las palabras sea útil (difícil encontrar una situación en la que no se dé esto). INTELIGENCIA LÓGICO-MATEMÁTICA Durante décadas, la inteligencia lógico-matemática fue considerada la inteligencia en bruto. Suponía el axis principal del concepto de inteligencia, y se empleaba como baremo para detectar cuán inteligente era una persona. Como su propio nombre indica, este tipo de inteligencia se vincula a la capacidad para el razonamiento lógico y la resolución de problemas matemáticos. La rapidez para solucionar este tipo de problemas es el indicador que determina cuánta inteligencia lógico-matemática se tiene.
Los célebres test de cociente intelectual (IQ) se fundamentan en este tipo de inteligencia y, en menor medida, en la inteligencia lingüística. Los científicos, economistas, académicos, ingenieros y matemáticos suelen destacar en esta clase de inteligencia. Asimismo, los ajedrecistas también requieren de capacidad lógica para desarrollar estrategias de juego mejores a las de su oponente, y a su vez anticipar sus movimientos. En la Inteligencia lógico-matemática se dan la mano la matemática y la lógica porque pensar a través de ambas requiere seguir las normas de un sistema formal, desprovisto de contenidos: uno más uno es igual a dos, sean lo que sean las unidades con las que se trabaja, al igual que algo que es no puede no ser, independientemente de lo que se trate. En definitiva, estar dotados en mayor o menor medida de inteligencia lógico-matemática nos permite reconocer y predecir las conexiones causales entre las cosas que pasan (si le añado 3 unidades a estas 5, obtendré 8 porque las he sumado, etc.). Las implicaciones que tiene para nuestra manera de pensar y actuar lo dicho anteriormente son claras. Gracias a esta inteligencia somos capaces de pensar de manera más o menos coherente, detectar regularidades en las relaciones entre las cosas y razonar lógicamente. Se podría decir que, más allá de nuestra manera única de ver las cosas y usar el lenguaje a nuestra manera para definir las cosas que ocurren en el mundo, la inteligencia lógico-matemática nos permite abrazar unas reglas lógicas que hacen que nuestro pensamiento pueda conectar con el de los demás. La inteligencia lógico-matemática no nos sirve para cuestionando si estamos sumando el tipo de unidades que deberíamos estar sumando, por ejemplo, al igual que la lógica no nos dice qué aspectos de un problema deberíamos priorizar y resolver primero, ni cuáles deben ser nuestros objetivos. Sin embargo, una vez fijadas ciertas normas, lo que queda sí puede ser evaluable como inteligencia lógico-matemática. Un ejemplo: cuando nos proponen un problema matemático, podemos elegir si resolverlo o no y, una vez aceptadas las normas del enunciado, podemos resolverlo bien o mal. Pero también podemos negarnos a resolver ese problema porque hacer eso no sería útil a nuestros propósitos, por el motivo que sea, o contestar mal adrede porque no aceptamos las reglas impuestas desde un inicio. INTELIGENCIA ESPACIAL Es un concepto que se deriva de la Teoría de las Inteligencias Múltiples propuesta por el psicólogo Howard Gardner. Este tipo de inteligencia puede ser definida como el conjunto de habilidades mentales relacionadas directamente con la navegación y la rotación de objetos en nuestra mente (es decir, su visualización imaginaria desde distintos ángulos). Por tanto, la inteligencia espacial se llama así porque está involucrada en la resolución de problemas espaciales, ya sean reales o imaginarios.
De nuestro nivel de inteligencia espacial dependerá nuestro éxito en tareas como conducir y aparcar un coche, construir una maqueta, orientarse, darle instrucciones a otra persona que ve las cosas desde otro ángulo o manejar herramientas más o menos complejas. Otras actividades menos frecuentes en las que la inteligencia espacial está fuertemente involucrada son, por ejemplo, aquellas en las que se debe esculpir una forma en un material o hacer un plano de una estructura. Por ello, tanto arquitectos como escultores tienden a mostrar buen nivel de este tipo de inteligencia. Algo que debemos tener en cuenta a la hora de entender el concepto de inteligencia espacial es que, como tal, no depende de nuestra capacidad para ver a través de los ojos. Lo determinante en la inteligencia espacial es ser capaz de imaginar un espacio tridimensional que mantenga su coherencia con el paso del tiempo independiente del ángulo desde el que se lo visualiza mentalmente. Desde luego, la vista es uno de los sentidos más importantes a la hora de aprender cómo es nuestro entorno, pero las personas que nacen ciegas también pueden servirse de la inteligencia espacial gracias a la información del entorno que les llega a través del oído, el tacto, etc. Como muchas veces pasa al tratar el tema de la inteligencia, bastante gente tiende a pensar que este tipo de capacidades mentales son innatas y vienen determinadas por la herencia genética. En el caso de inteligencia espacial, además, se da el hecho de que varias investigaciones parecen sugerir que los hombres tienen habilidades espaciales algo superiores cuando se los compara con el sexo contrario. Sin embargo, la inteligencia espacial puede ser mejorada con un cierto entrenamiento, al igual que ocurre con la inteligencia en general. Se ha demostrado que practicar ejercicios similares a los que se utilizan para evaluar el nivel de inteligencia espacial resulta práctico para mejorar en esta dimensión de las capacidades cognitivas. Estos ejercicios consisten, por ejemplo, en tareas de rotación espacial, comparación de dos objetos colocados en diferente posición que pueden ser iguales o sólo similares, atención espacial a varios estímulos, etc. INTELIGENCIA MUSICAL Corresponde a una de las inteligencias del modelo propuesto por Howard Gardner en la teoría de las inteligencias múltiples. Esta teoría propugna que no existe una única inteligencia, sino una multiplicidad. En un principio se propusieron doce, las cuales más tarde aumentaron a catorce y que, actualmente probablemente lo hagan a quince. Este tipo de inteligencia se relaciona con la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresarse mediante las formas musicales. Asimismo, esta inteligencia incluye las habilidades en el canto dentro de cualquier tecnicismo
y género musical, tocar un instrumento a la perfección y lograr con él una adecuada presentación, dirigir un conjunto, ensamble, orquesta; componer (en cualquier modo y género) y tener apreciación musical. Una persona que posee inteligencia musical es aquella que disfruta siguiendo el compás con su pie o con algún objeto rítmico, también se sienten atraídos incluso por los sonidos de la naturaleza y diversos tipos de melodías.1 También puede estar relacionada con la inteligencia lingüística, con la inteligencia espacial y con la inteligencia corporal cinética. La inteligencia musical también se hace evidente en el desarrollo lingüístico, por cuanto demanda del individuo procesos mentales que involucran la categorización de referencias auditivas y su posterior asociación con preconceptos; esto es, el desarrollo de una habilidad para retener estructuras lingüísticas y asimilarlas en sus realizaciones fonéticas. Merece la pena resaltar que las personas con discapacidad mental tienen una sensibilidad especial hacia la música, y que incluso, algunas personas con lesiones en el habla, pueden tener una gran capacidad para cantar o seguir un ritmo. Características de la inteligencia musical
Capacidad de percibir y expresar formas musicales. Facilidad para aprender canciones y ritmos. Sensibilidad para detectar rápidamente cuando un tono no es correcto o un instrumento musical no está bien afinado. Capacidad para componer y tocar distintos instrumentos. Gusto por realizar tareas con música de fondo. Sensibilidad especial para escuchar cualquier sonido de su entorno.
Actividades para potenciar la inteligencia musical
Rodearse de un ambiente donde la música sea importante en la vida cotidiana. Acudir a conciertos y recitales musicales. Aprender a tocar algún instrumento. Asistir a clases de canto, individuales o en grupo (coros) Bailar siguiendo el ritmo de una música. Conocer distintos sonidos e instrumentos utilizados en otras partes del mundo, (música andina, africana, celta, oriental
INTELIGENCIA CORPORAL CINESTÉSICA
O kinestésica es la capacidad de unir el cuerpo y la mente para lograr el perfeccionamiento del desempeño físico. Comienza con el control de los movimientos automáticos y voluntarios, avanza hacia el empleo del cuerpo de manera altamente diferenciada y competente. Permite al individuo manipular objetos y perfeccionar las habilidades físicas. Se manifiesta en los atletas, los bailarines, los cirujanos y los artesanos. En la sociedad occidental, las habilidades físicas no cuentan con tanto reconocimiento como las cognitivas, aun cuando en otros ámbitos la capacidad de aprovechar las posibilidades del cuerpo constituye una necesidad de supervivencia, así como también una condición importante para el desempeño de muchos roles prestigiosos. También existe la habilidad cinestésica expresada en movimientos pequeños, por lo que podemos admirar esta capacidad en personas que se dedican a la joyería, mecánicos o que se dedican al cultivo de distintas artesanías y trabajos manuales. La escuela tradicional no le da suficiente importancia a este tipo de inteligencia, se le dedican una o dos horas semanales a las actividades que la desarrollan y es una manera de formar socialización, la estimulación sensorio motriz no solo sirve a nivel físico sino que permite mayor desarrollo cognitivo. INTELIGENCIA INTRAPERSONAL El conjunto de habilidades cognitivas a las que da expresión es un tanto brumoso y difícil de distinguir de otras formas de inteligencia, pero en resumidas cuentas puede decirse que la inteligencia intrapersonal hace referencia al grado en el que conocemos los aspectos internos de nuestra propia manera de pensar, sentir y actuar. En otras palabras, representa nuestra habilidad a la hora de conocernos a nosotros mismos e intervenir sobre nuestra propia psique, en un sentido amplio. ¿De qué manera podemos conocernos a nosotros mismos? Según la Teoría de las Inteligencias Múltiples, reconociendo el repertorio de sentimientos que definen nuestra propia manera de ser (y el tipo de estímulos que pueden inducir a cada uno de ellos), discriminando bien entre distintos estados de ánimo y aprovechando estos conocimientos para regular nuestra conducta hacia objetivos determinados. De este modo, la inteligencia intrapersonal es la que hace posible que podamos conocer los aspectos internos de nuestra mente y utilizar esta información a nuestro favor. Por ejemplo, saberse especialmente sensible en ciertos temas puede facilitar la tarea de afrontamiento de situaciones conflictivas, lo cual puede ser clave para evitar perder el control en estos casos y, a la vez, trabajar técnicas para controlar los niveles de ansiedad, ira, etc
INTELIGENCIA INTERPERSONAL Es un concepto que se deriva del desarrollo de la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner. Se trata de un tipo de inteligencia que, junto a las demás, nos faculta para adaptarnos al entorno y a las interacciones con los demás de manera óptima. En concreto, la inteligencia interpersonal es aquella que explica el grado en el que somos capaces de hacernos una estimación aproximada sobre los estados mentales y de ánimo de los demás. Así, alguien con una buena inteligencia interpersonal es capaz de captar las intenciones de los demás, sus sentimientos (que pueden exteriorizar más o menos), saber qué información les falta a los demás... y, como consecuencia interactuará bien con estas personas, al adaptarse a ellas e incluso predecir ciertos aspectos de estas. Cabe decir que esta capacidad no se ciñe sólo a la manera de interpretar las palabras dichas por los demás, sino que se extiende también a la habilidad para leer expresiones faciales, movimientos y incluso patrones del comportamiento. Por lo tanto, no depende sólo de la información que la otra persona nos dé acerca de ella misma. Más allá de la Teoría de las Inteligencias Múltiples, la inteligencia interpersonal puede relacionarse con conceptos como las habilidades sociales o la inteligencia emocional (en su vertiente social, ya que la inteligencia intrapersonal también puede ser incluida en esta idea). En definitiva, este tipo de inteligencia está relacionada con nuestra manera de ajustarnos a la mente y los actos de los demás y con el modo de interactuar con las personas que nos define. INTELIGENCIA NATURALISTA Según Gardner, la inteligencia naturalista permite detectar, diferenciar y categorizar los aspectos vinculados al entorno, como por ejemplo las especies animales y vegetales o fenómenos relacionados con el clima, la geografía o los fenómenos de la naturaleza. Esta clase de inteligencia fue añadida posteriormente al estudio original sobre las Inteligencias Múltiples de Gardner, concretamente en el año 1995. Gardner consideró necesario incluir esta categoría por tratarse de una de las inteligencias esenciales para la supervivencia del ser humano (o cualquier otra especie) y que ha redundado en la evolución. Hay que señalar que aunque para Gardner este tipo de inteligencia se desarrolló para facilitar el uso creativo de los recursos que nos brinda la naturaleza, actualmente su uso no solo se limita a los entornos en los que no hay
construcciones humanas, sino que estos últimos también podrían ser "explorados" de la misma forma. INTELIGENCIA EMOCIONAL Siempre hemos oído decir que el Cociente intelectual es un buen indicador para saber si una persona será exitosa en la vida. La puntuación del test de inteligencia, decían, podría establecer una relación fuerte con el desempeño académico y el éxito profesional. No obstante, los investigadores y las corporaciones empezaron a detectar hace unas décadas que las capacidades y habilidades necesarias para tener éxito en la vida eran otras, y éstas no eran evaluables mediante ningún test de inteligencia. Es necesario tener en cuenta una concepción más amplia de lo que son las habilidades cognitivas básicas, aquello que entendemos que es la inteligencia. Elementos de la Inteligencia Emocional El gran teórico de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, señala que los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son los siguientes: 1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional) Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se conocen a ellos mismos. Por ejemplo, este aspecto nos puede ayudar a no tomar decisiones cuando estamos en un estado psicológico poco equilibrado. Tanto si nos encontramos demasiado alegres y excitados, como si estamos tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán mediadas por la poca racionalidad. Así pues, lo mejor será esperar unas horas, o días, hasta que volvamos a tener un estado mental relajado y sereno, con el que será más sencillo poder valorar la situación y tomar decisiones mucho más racionales. 2. Autocontrol emocional (o autorregulación) El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son duraderas, así como en ser conscientes de qué aspectos de una emoción podemos aprovechar y de qué manera podemos relacionarnos con el entorno para restarle poder a otra que nos daña más de lo que nos beneficia.
Por poner un ejemplo, no es raro que nos enfademos con nuestra pareja, pero si fuéramos esclavos de la emoción del momento estaríamos continuamente actuando de forma irresponsable o impulsiva, y luego nos arrepentiríamos. En cierto sentido, buena parte de la regulación de las emociones consiste en saber gestionar nuestro foco de atención, de manera que no se vuelva contra nosotros y nos sabotee. 3. Automotivación Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los imprevistos. Gracias a la capacidad de motivarnos a nosotros mismos para llegar a las metas que racionalmente sabemos que nos benefician, podemos dejar atrás aquellos obstáculos que solo se fundamentan en la costumbre o el miedo injustificado a lo que puede pasar. 4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía) Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos relacionamos. Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con la IE. 5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales) Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral. Y esto pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia Emocional. Así, gracias a la Inteligencia Emocional vamos más allá de pensar en cómo nos hacen sentirnos los demás, y tenemos en cuenta, además, que cualquier interacción entre seres humanos se lleva a cabo en un contexto determinado: quizás si alguien ha hecho un comentario despectivo sobre nosotros es porque siente envidia, o porque simplemente necesita basar su influencia social en este
tipo de comportamientos. En definitiva, la Inteligencia Emocional nos ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten de un modo que nos hace sentirnos de un modo determinado, en vez de empezar pensando en cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir cómo reaccionaremos ante lo que otros digan o hagan. INTELIGENCIA ESPIRITUAL Para Danah Zohar e Ian Marshall la Inteligencia Espiritual es la inteligencia primordial; es la inteligencia que nos permite afrontar y resolver problemas de significados y valores, ver nuestra vida en un contexto más amplio y significativo y al mismo tiempo determinar qué acción o camino es más valioso para nuestra vida. Consideran que la inteligencia espiritual está en todo nuestro Ser, como una totalidad trabajando de manera armónica con la inteligencia racional y la inteligencia emocional. Según Danah Zohar e Ian Marshall, la Inteligencia Espiritual se distingue por las siguientes características: Capacidad de ser flexible Poseer un alto nivel de conciencia de sí mismo Capacidad de afrontar y trascender el dolor y el sufrimiento La capacidad de ser inspirado por visiones y valores Reluctancia a causar daños innecesarios Tendencia a ver las relaciones entre las cosas (holismo) Marcada tendencia a preguntar ¿Por qué? o ¿Y si? y a pretender respuestas fundamentales Facilidad para estar contra las convenciones Dan Millman considera que la Inteligencia Espiritual pertenece a cada uno de nosotros; se encuentra en nuestros corazones y está en el corazón de cada religión, cultura y sistema moral, y señala que la vía de acceso a la inteligencia espiritual se da a través de las Leyes Universales. Robert Emmons, considera que aquellos que tienen inteligencia espiritual poseen ciertas capacidades, como la capacidad de trascendencia, la capacidad de experimentar estados elevados de conciencia, la capacidad de encontrar el sentido de lo sagrado en las actividades diarias, la capacidad de usar los recursos de la espiritualidad para resolver los problemas prácticos de la vida, y la capacidad de comprometerse en llevar una vida virtuosa expresada en el perdón, la gratitud, la humildad, la compasión y la sabiduría. Para Tony Buzan, la Inteligencia Espiritual es la forma como cultivamos las cualidades vitales de la energía, el entusiasmo, el coraje y la determinación, así como la protección y el desarrollo del alma. Él sugiere 10 formas para despertar el poder de la inteligencia espiritual que incluye una visión global y de la vida, tener un propósito, desarrollar la compasión, la caridad y la gratitud, descubrir el poder
de la risa y de vivir una actitud de entusiasmo, amor ilimitado, sentido de aventura, confianza y sinceridad, así como así como reconocer la importancia de la paz, los rituales espirituales y el poder del amor. Por su parte, Frances Vaughan señala que la Inteligencia Espiritual implica múltiples vías de conocimiento y se orienta a la integración de la vida interior de la mente y el espíritu con la vida exterior del trabajo en el mundo. Para ella, la inteligencia puede ser cultivada a través de preguntas fundamentales, la indagación, la práctica y las experiencias espirituales. Vaughan considera que la inteligencia espiritual es necesaria para discernir sobre las decisiones espirituales que contribuyen al bienestar psicológico y a una salud amplia del desarrollo espiritual. Ramón Gallegos señala que la inteligencia espiritual es exclusivamente humana. Agrega que mientras animales y computadoras muestran evidencias de inteligencia emocional e intelectual, la inteligencia espiritual es de exclusividad humana, ni máquinas ni animales tienen inteligencia espiritual ni pueden desarrollarla. La inteligencia emocional está arraigada en nuestro cuerpo biofísico, depende de nuestros instintos, sentimientos, hormonas, etc., su objetivo es dar una respuesta emocional aceptable a una situación particular. Los animales también muestran inteligencia emocional. Para lograr atrapar a su presa, un tigre necesita ser silencioso, esperar la oportunidad, posponer la satisfacción, atacar en el momento indicado, en síntesis, controlar sus emociones; la inteligencia emocional no pregunta ¿por qué? Para David Fischman, aquellas personas que son más inteligentes espiritualmente y tienen más capacidad de elegir el ser elevado, sobre el ego en su vida diaria y mantener su paz en el margen de las circunstancias. La Educación de la Inteligencia espiritual El Dr. Ramón Gallegos explica que la Inteligencia Espiritual permite, por primera vez, construir un modelo integral de todas las inteligencias sobre la base de tres niveles jerárquicos y nos ofrece un Modelo Holista de la Inteligencia donde considera tanto dimensiones como niveles. En el Modelo de Inteligencia Espiritual se observa: En el primer nivel, la inteligencia más básica, la inteligencia emocional, que está más relacionada con el cuerpo, los instintos y es acerca de sentir. El segundo nivel lo ocupa la inteligencia intelectual que está más relacionada con las actividades de la mente, lo cognitivo y es acerca de pensar. El tercer nivel lo ocupa la inteligencia espiritual que está más relacionada con el bienestar, con vivir una vida feliz y es acerca del Ser.
La inteligencia espiritual ha sido relacionada últimamente con la educación holista, como dos campos de desarrollo paralelos, un verdadero proceso de educación holista debe incluir el desarrollo de la inteligencia espiritual. LA DROGADICCIÓN La adicción a las drogas, que también se conoce como «trastorno por consumo de sustancias», es una enfermedad que afecta el cerebro y el comportamiento de una persona, y produce incapacidad de controlar el consumo de medicamentos o drogas legales o ilegales. Las sustancias como el alcohol, la marihuana y la nicotina también se consideran drogas. Cuando eres adicto, posiblemente sigas consumiendo la droga a pesar del daño que causa. La drogadicción puede empezar con el consumo experimental de una droga recreativa en situaciones sociales y, en algunas personas, el consumo de la droga se vuelve más frecuente. En otras personas, en especial con los opioides, la adicción a las drogas empieza con la exposición a medicamentos recetados, o al recibir medicamentos de un amigo o un familiar al que se los recetaron. El riesgo de adicción y la rapidez con que te vuelves adicto varían según la droga. Algunas drogas, como los analgésicos opioides, conllevan un riesgo mayor y provocan adicción más rápido que otras. Con el paso del tiempo, es probable que necesites dosis mayores de la droga para sentir los efectos. En poco tiempo, es probable que necesites la droga solo para sentirte bien. A medida que aumenta tu consumo de la droga, encontrarás que es cada vez más difícil vivir sin ella. Los intentos por suspender el consumo de la droga pueden causar deseos intensos de consumirla y hacerte sentir físicamente enfermo (síntomas de abstinencia). Es posible que necesites ayuda de tu médico, tus familiares, tus amigos, grupos de apoyo y un programa de tratamiento organizado para superar tu adicción a las drogas y mantenerte alejado de ellas. Metanfetaminas, cocaína y otros estimulantes Los estimulantes comprenden anfetaminas, metanfetaminas, cocaína, metilfenidato (Ritalin, Concerta y otros) y anfetamina-dextro anfetamina (Adderall, Adderall XR y otros). A menudo se hace uso y abuso de ellos para sentirse «eufórico» o para aumentar la energía, para mejorar el desempeño en el trabajo o en la escuela, o para bajar de peso o controlar el apetito. Los signos y síntomas del consumo reciente comprenden lo siguiente:
Exaltación y exceso de confianza Estado de alerta más intenso Mayor energía e inquietud Cambios de conducta o agresión
Dicción rápida o incoherente Pupilas dilatadas Confusión, delirios y alucinaciones Irritabilidad, ansiedad o paranoia Cambios en la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal Náusea o vómitos con adelgazamiento Facultadas mentales alteradas Congestión nasal y daño en la membrana mucosa de la nariz (si se esnifan drogas) Llagas en la boca, enfermedades de las encías y caries dentales por fumar drogas («boca de metanfetamina») Insomnio Depresión a medida que pasa el efecto de la droga
CAUSAS DE LA DROGADICCIÓN Causas más comunes de la drogadicción Entre las causas de la drogadicción más habituales encontramos las siguientes. 1. Curiosidad Tras numerosas investigaciones se ha llegado a la conclusión de que la curiosidad es una de las principales causas que originan las conductas de drogadicción. Este factor se da sobre todo en la población más joven, lo cuales se inician en el consumo de drogas influidos por la información recibida del entorno o los medios de comunicación. 2. Vivencias traumáticas Aunque no todas las personas que han experimentado una vivencia traumática o con un alto contenido emocional desarrollen conductas o hábitos de drogadicción, muchas otras encuentran en las drogas una vía de escape que les ayuda a sobrellevar ciertas situaciones especialmente complicadas. El objetivo de estas conductas es el de olvidar ciertos recuerdos que torturan la mente de la persona y así, distraer el intelecto para no tener que enfrentarse a ellos. De esta manera, son muchas las personas que deciden experimentar con las drogas para conseguir un estado de relajación o aturdimiento. 3. Alivio del estrés
Este punto está estrechamente relacionado con el anterior. Aquellas personas cuyo ritmo de vida conlleva una gran presión o estrés, bien a nivel laboral, familiar o social, pueden llegar a encontrar en las drogas una manera de relajarse y aliviar estar tensión aunque sea por unos momentos. No obstante, la propia adicción generará más y más tensión entre un consumo y otro, por lo que la persona necesitará cada vez más dosis y lo hará de manera más y más recurrente. 4. Mejorar el desempeño En ciertos ámbitos como los deportivos o académicos, es habitual que algunas personas recurren al consumo de algún tipo de sustancia estupefaciente para intentar mejorar su rendimiento. Lo que estas personas ignoran o piensan que pueden evitar, es que aunque la droga solamente sea consumida en momentos específicos con algún fin concreto, son muchas las probabilidades que acabe convirtiéndose en una adicción. 5. Falta de motivación y objetivos Son numerosos los casos de drogadicción personas que no encuentran ningún tipo de motivación en su vida, por lo tanto buscan en las drogas la experimentación de sensaciones agradables o de euforia. 6. Influencia del contexto familiar Ciertos estudios establecen que la convivencia en un entorno familiar inestable, ser hijo de padres drogadictos o los trastornos mentales en padres son factores que facilitan el consumo de drogas en los más jóvenes. En un entorno familiar en el que el consumo de drogas es algo habitual e incluso está normalizado, es común que los hijos desarrollen algún tipo de adicción y que los padres, por su condición de consumidores, no condenen estas conductas. 7. Presión o influencias del círculo de amistades Una de las causas más frecuentes de la drogadicción en adolescentes es la presión que reciben de su grupo de amistades para iniciar el consumo. En grupos en los que el consumo es habitual o frecuente, es muy posible que el menor inicie y mantenga el consumo de drogas con la intención de encajar o de integrarse en él. 8. Falta de habilidades sociales Las propiedades de ciertas drogas de abuso facilitan que la persona se sienta desinhibida y segura. Por lo tanto, aquellas personas de carácter introvertido o con escasas habilidades sociales tienen más posibilidades de consumir alguna
sustancia en los momentos en los que se tenga que enfrentar a la interacción social.
9. Imitación por admiración Sobre todo en edades más tempranas, la influencia de ciertas personas conocidas o personajes públicos puede conseguir que algunas personas quieran imitar algunas de sus conductas entre las cuales se encuentra la experimentación con las drogas. 10. Problemas de sueño Los problemas de sueño son cada vez más comunes en muchas personas, asimismo aquellas personas que necesiten descansar correctamente por cualquier motivo, o que cumplan con su trabajo en horario nocturno y necesiten dormir por el día, pueden comenzar a consumir fármacos o compuestos relajantes que les ayuden a dormir. Sin embargo, si la persona comienza a obstinarse con las horas de sueño y el cansancio, el consumo repetitivo de estos compuestos o drogas puede llegar a provocar una adicción seria. 11. Prescripción médica En la mayoría de los casos, cuando pensamos en una adicción, solamente nos vienen a la mente todo tipo de sustancias ilegales o alcohol. No obstante, aquellos fármacos prescritos con riesgo de adicción y administrados de forma errónea, son susceptibles de convertirse en posibles drogas de abuso o, al menos, generar mucha dependencia. 12. Enfermedades mentales Existen ciertos trastornos y enfermedades mentales cuya sintomatología puede instigar a la persona a consumir algún tipo de droga. Bien para aliviar el dolor. o bien para aliviar el malestar psicológico. Los trastornos que más frecuentemente se asocian al consumo de drogas son:
Depresión. Ansiedad.
Trastornos psicóticos: esquizofrenia y trastorno bipolar.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. 13. Factores genéticos
A pesar de que no pueda considerarse una causa directa de drogadicción, existe un extenso debate entre las investigaciones que defienden la existencia de una predisposición genética a la drogadicción y aquellas otras que insisten en que esta asociación se debe realmente al aprendizaje. No obstante, estudios realizados en hermanos gemelos han encontrado evidencias que apuntan a una fuerte relación entre la relación parcial entre drogadicción y genética. 14. Mecanismos neuroquímicos En la mayoría de los casos, el propio mecanismo de placer y recompensa llevado a cabo por diferentes neurotransmisores implicados en los procesos de adicción, son los que llevan a la persona a querer volver a experimentar las sensaciones agradables que sintieron durante el primer consumo. De esta forma, una persona con un organismo especialmente sensible a la acción de ciertas sustancias, puede pasar de experimentar con las drogas por primera vez a desarrollar una adicción que le permita experimentar repetidamente las mismas sensaciones de placer.