¿Es válido hoy en día hablar de la amistad?, o, mejor dicho, ¿tiene sentido hacer una reflexión filosófica de la amistad, aun cuando parece tenerse muy claro quién es un amigo? Y, para empezar, quiero dar la aclaración que el ser humano no es un ser individual es relacional, es decir que no está aislado de la interacción con otra persona. Más que individuo, es persona1.. Por ser persona, tiene necesidad de compartir con otro semejante la experiencia cotidiana de la vida. Tiene deseo en el interior de querer estar con otra persona. No quiere ser ajeno al otro. La mayoría, para no decir todos porque no faltará el pesimista que niegue la afirmación siguiente, han tenido a esa persona quien recibe la categoría de amigo. Pero ¿A quién llamamos amigo? ¿Cuál es el requisito para recibir esa clasificación diferente al resto de los demás mortales? En los filósofos clásicos, la amistad va acompañada del hombre virtuoso. Es más, no se logra entender la virtud sin la amistad, no se da una sin la otra. Pues en este marco filosófico clásico, el hombre bueno, virtuoso, que es capaz de llevar una vida digna de ser ejemplo para otros, es el único capaz de tener una verdadera amistad, fuera del hombre bueno, nadie. Y esto se debe a que la amistad te compromete totalmente con el otro, pues haciendo paráfrasis de Cicerón, la amistad es concordia de todas las cosas que son manifestadas en afecto y amor. Y es que la verdadera amistad o la amistad virtuosa antepondrá el amor. En amistad que haya un fin de obtener un beneficio será una amistad utilitarista, o más bien, utilitarismo. Sólo llamamos amigo a quién me reconoce igual a él, pues me da confianza y seguridad, de otra manera será solamente un conocido. La amistad es pues un rasgo distintivo propio del ser humano en el sentido que sólo él puede encontrar en otra persona afinidades que le resultan “llamativas” para lograr establecer un vínculo especial y no sólo eso, sino que también es capaz de impregnar en el yo algo del yo del otro, siendo más claro, el amigo imita características del otro porque quiere ser parte de él. El influye en mí y yo influyo en él. La amistad es un encuentro con el otro, porque necesariamente tiene que haber una comunicación, hay un dialogo que me interpela. Es el amigo quien me hace descubrir el sentimiento de extrañar, de hacer falta a alguien, de un te necesito cuando no estas, tú das un aire oxigenante con la compañía que me das, pues ¿no es el sueño de niño o de joven el crecer 1
Karol Wojtyla
siempre al lado de esa persona que ha estado en los mejores y peores momentos? ¿No se hacen tantos planes a futuro ideando como acabarán juntos contando anécdotas a sus generaciones? El amigo cambia los planes, cuando se acepta a la otra persona, no como un medio para la felicidad sino como otro igual que yo, reconozco su valor fundamental. La amistad, o, la verdadera amistad esta en hacer bien al otro porque para mí es alguien importante, es en palabras de Montaigne: “una entrega hasta tal punto que no le queda nada que repartir a los demás” no es un objeto, ni mucho menos un individuo ajeno a mi vida, sino que es un ser que reconozco ha logrado penetrar en lo profundo de mi ser que me hace capaz de considerarlo para una opción de entrega total. La amistad es quizá más fuerte que los vínculos de parentesco en sentido de la relación-confianza, pues en la familia une un lazo de sangre y no precisamente se da la comunicación al igual que un amigo, pues en el amigo nos une una empatía que hasta hace reconocer como parte familiar sin poseer parentesco, tanto así que San Agustín en las confesiones dedicara escritos hacia su amigo tan amado por él. Era necesario aclarar los puntos anteriores para empezar hablar de porque considero que se debe hablar sobre la amistad el día de hoy, pues considero que el amigo en tiempos actuales es en parafraseo a Aristóteles una mera amistad utilitaria. Pues para la sociedad posmoderna, la amistad consiste en sólo aportar al otro sin ningún compromiso propio, o un dame de ti lo que más puedas y el momento que falles es mejor cortar el vínculo. La amistad hoy ya no surge en el encuentro personal, sino que es a través de una red social. Se ha perdido la capacidad de transmitir al otro una parte de sí por medio del dialogo presencial, pues ¿Cuánto no se ve que hoy en día la amistad esta sólo en un sitio web social? La amistad ya no es pues un compromiso con el otro, ni que pensar de una entrega del yo al otro. Hoy no se quiere recibir del amigo tristezas sino risas, porque es cierto, el amigo da una alegría a mi persona, pero no puede limitarse a momentos agradables, sino que también a cualquier adversidad que se presente. Se corre el riesgo de ver al otro como un ello, un mero objeto, entonces se inversa el valor del sujeto y se vuelve un mero medio para obtener un beneficio. Habrá quien le sea extraño que se realice un tema de investigación sobre la amistad, en primera por tratarse del personalismo, corriente no muy aceptada por tantos filósofos, y en segunda,
¿qué se puede decir de la amistad? Y he decir que sucedió en un instante la inquietud de realizar esta pequeña investigación, porque se realizan tantos otros temas que este pareciera sin sentido, pero al reflexionar por qué quiero hablar de la amistad se me presenta en la mente que hay siempre una compañía de un sujeto (persona) que recibe la categoría de amigo y este siempre es un deleite para transcurrir en la vida. Aparte escuche: "Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro" (Eclesiástico, 6:14 ), y me ha confrontado a preguntarme ¿qué es un amigo? O ¿quién es un amigo? ¿Y por qué es tan valioso y preciado, no solo por filósofos como Platón, Aristóteles, Cicerón, Montaigne, sino que también en el pueblo israelita? Y es a partir de esta pregunta que comienzo a creer en lo fundamental que será en mi estilo de vida que es siempre estar en relación con comunidad, y no estaré por tanto exento de las amistades, o, la misma vida del seminario es establecer amistades.