Síndrome del niño maltratado Es una forma grave de maltrato infantil causada por una sacudida violenta de un bebé o de un niño. Consideraciones El síndrome del niño maltratado puede presentarse incluso con una sacudida de sólo 5 segundos. Las lesiones ocasionadas por sacudir a un bebé en la mayoría de los casos ocurren en niños menores de 2 años, pero se pueden observar en niños de hasta 5 años de edad. Cuando un bebé o un niño pequeño es sacudido, su cerebro rebota contra el cráneo. Esto puede ocasionar hematoma cerebral (contusión cerebral), inflamación, presión y sangrado dentro del cerebro. Las venas grandes que se encuentran a lo largo de la parte exterior del cerebro pueden romperse, ocasionando más sangrado, inflamación y aumento de presión. Esto fácilmente puede causar daño cerebral permanente o la muerte. Sacudir a un bebé o a un niño pequeño también puede causar otras lesiones, como daño en el cuello, la columna y los ojos. Causas En la mayoría de los casos, un padre, una madre o un cuidador en un momento de enojo sacude al niño para castigarlo o calmarlo. Estas sacudidas la mayoría de las veces suceden cuando el bebé está llorando inconsolablemente y el frustrado cuidador pierde el control. Muchas veces, el cuidador no tenía el propósito de hacerle daño. No obstante, esta es una forma de maltrato infantil. Las lesiones tienen más probabilidades de suceder cuando el bebé es sacudido y luego su cabeza golpea algo. Incluso un objeto suave, como un colchón o una almohada, puede ser suficiente para lesionar a los recién nacidos y los bebés pequeños. Los cerebros de los niños son más suaves, los ligamentos y músculos de sus cuellos son débiles y sus cabezas son grandes y pesadas en comparación con sus cuerpos. El resultado es un tipo de latigazo cervical, similar al que se observa en algunos accidentes automovilísticos. El síndrome del niño maltratado no se ocasiona por dar saltos suaves, balancearlo mientras se juega, levantarlo en el aire o al trotar con él cargado. De la misma manera, es muy poco probable que este síndrome se presente a causa de accidentes como caerse de una silla, rodar por las escaleras o caer accidentalmente de los brazos de alguien. Las caídas pequeñas pueden ocasionar otro tipo de traumatismos craneales, aunque con frecuencia son menores.
Síntomas Los síntomas pueden variar, yendo de leves a graves. Pueden incluir: Convulsiones (crisis epiléptica) Disminución de la lucidez mental Irritabilidad extrema u otros cambios en el comportamiento Letargo, adormecimiento, ausencia de sonrisa
Pérdida del conocimiento Pérdida de la visión Paro respiratorio Piel pálida o azulada Alimentación deficiente, falta de apetito Vómitos Es posible que no haya signos físicos de lesiones, como hematomas, sangrado o hinchazón. En algunos casos, esta afección puede ser difícil de diagnosticar y es posible que no se encuentre durante una consulta médica. Sin embargo, las fracturas en las costillas son comunes y se pueden observar en una radiografía. Un oftalmólogo puede detectar sangrado por detrás del ojo del bebé o desprendimiento de retina. Sin embargo, hay otras causas para este tipo de sangrado y se deben descartar antes de hacer un diagnóstico de síndrome del niño maltratado. Asimismo, se deben tener en cuenta otros factores.
Primeros auxilios Llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos). Es necesario tratamiento de emergencia inmediato. Si el niño deja de respirar antes de que llegue la ayuda de emergencia, comience a administrarle RCP. Medidas que se deben tomar si el niño está vomitando: Si cree que no hay una lesión en la columna, voltee la cabeza del niño hacia un lado para evitar que se ahogue y se broncoaspire con vómito (aspiración). Si cree que hay una lesión en la columna, gire con cuidado todo el cuerpo del niño hacia un lado al mismo tiempo (como girando un tronco), protegiendo el cuello para prevenir ahogamiento y aspiración.
No se debe No levante ni sacuda al niño para despertarlo. No trate de administrarle nada al niño por la boca. Cuándo contactar a un profesional médico Llame a su proveedor de atención médica si un niño presenta cualquiera de los signos o síntomas mencionados anteriormente sin importar lo leves o graves que sean. Llame también si cree que un niño presenta el síndrome del niño maltratado. Si cree que un niño está en peligro inmediato debido a maltrato o descuido, debe llamar al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos). Si sospecha que un niño está siendo maltratado, repórtelo cuanto antes. La mayoría de los estados en Estados Unidos tiene una línea de ayuda para el maltrato infantil. También puede usar la línea de ayuda Childhelp National Child Abuse Hotline, al 1-800-4-A-Child (1-800-422-4453).
Prevención Nunca sacuda a un bebé o niño, ni al jugar ni por enojo. Incluso sacudirlo suavemente puede llegar a convertirse en una sacudida violenta, cuando se está enojado. No cargue a su bebé durante una discusión. Si usted comienza a molestarse o enojarse con su bebé, coloque al bebé en la cuna y salga del cuarto. Trate de calmarse. Llame a alguien para que le ayude. Llame a un amigo o a un familiar para que venga y se quede con el niño si usted se siente fuera de control. Para buscar ayuda y orientación, póngase en contacto con la línea local para el manejo de crisis o la línea de maltrato al menor. Busque la ayuda de un terapeuta y asista a clases sobre la crianza de los hijos. No ignore las señales si sospecha que un niño es víctima de maltrato en su hogar o en el hogar de alguien conocido.
Nombres alternativos Síndrome del bebé sacudido; Latigazo cervical - bebé sacudido
Maltrato físico infantil El maltrato físico infantil es un problema grave. Estos son algunos hechos: La mayoría de niños son maltratados en casa o por alguien que conocen. Ellos con frecuencia aman a esta persona o le temen, así que NO le dirán a nadie. El maltrato infantil puede ocurrirle a un niño de cualquier raza, religión o estatus económico. Otros tipos de maltrato infantil son: Negligencia y maltrato emocional Abuso sexual
Síndrome de bebé sacudido Causas MALTRATO INFANTIL FÍSICO El maltrato infantil es cuando una persona lastima físicamente a un niño. El abuso no es un accidente. Aquí hay algunos ejemplos de maltrato infantil físico: Golpear a un niño Golpear a un niño con un objeto, como un cinturón o una vara Patear a un niño Quemar a un niño con agua caliente, un cigarro o una plancha Sujetar a un niño bajo el agua Amarrar a un niño Sacudir fuertemente a un bebé Síntomas SIGNOS DE MALTRATO FÍSICO Los signos de maltrato físico en un niño incluyen: Cambio repentino en el comportamiento o rendimiento en la escuela Estado de alerta, en espera de que algo malo suceda Mal comportamiento Salir de casa temprano, llegar a casa tarde y no querer ir a casa Temor cuando se le acerca un adulto Otros signos incluyen lesiones sin explicación o una rara explicación de las lesiones, como: Ojos morados. Fracturas óseas inexplicables o inusuales. Marcas de contusiones o hematomas con forma de manos, dedos u objetos (como un cinturón). Hematomas o contusiones en áreas donde las actividades normales de la infancia no ocasionarían este tipo de lesiones. Fontanelas prominentes (puntos blandos) o suturas separadas en el cráneo de un bebé. Quemaduras (escaldaduras) que usualmente se ven en las manos, los brazos o las nalgas del niño. Marcas de estrangulación alrededor del cuello. Quemaduras hechas con cigarrillo en áreas expuestas o los genitales. Marcas circulares alrededor de las muñecas o tobillos (signos de torsión o ataduras). Marcas de mordeduras humanas. Marcas de látigos. Pérdida inexplicable del conocimiento en un niño. Signos de advertencia de que un adulto puede estar maltratando a un niño: No puede explicar o da explicaciones raras para las lesiones del niño
Habla del niño de manera negativa Utiliza disciplina fuerte Fue un niño maltratado Problemas de alcohol o drotas Problemas emocionales o enfermedad mental Mucho estrés No se preocupa por el cuidado o la higiene del niño No parece querer al niño ni preocuparse por él/ella Tratamiento AYUDE A UN NIÑO MALTRATADO Aprenda acerca de los signos del maltrato infantil. Reconozca cuando un niño podría ser maltratado. Busque ayuda pronto para un niño maltratado. Si cree que un niño está siendo abusado, comuníquese con un proveedor de atención, la policía o los servicios de protección infantil en su ciudad, condado o estado. Llame al número de emergencias (911 en Estados Unidos) para cualquier niño que se encuentre en peligro inmediato debido al maltrato o negligencia. También puede llamar a la Línea directa nacional de abuso infantil Childhelp 1800-4-A-CHILD (1-800-422-4453). Los asesores de crisis están disponibles 24 horas al día, los 7 días de la semana. Los intérpretes están disponibles para ayudarle en 170 idiomas. El asesor telefónico puede ayudarle a saber qué pasos debe tomar a continuación. Todas las llamadas son anónimas y confidenciales. CÓMO OBTENER AYUDA PARA EL NIÑO Y LA FAMILIA El niño podría necesitar tratamiento médico y asesoramiento. Los niños maltratados pueden estar lastimados gravemente. Los niños también podrían tener problemas emocionales. Los grupos de asesoramiento y apoyo están disponibles para los niños y para los padres abusivos que quieren recibir ayuda. Hay departametnos o agencias estatales y gubernamentales que son responsables de la protección de los niños menores de 18 años. Las agencias de protección infantil usualmente toman una decisión de si el niño debe ir a un hogar de cuidado temporal o puede regresar a casa. Las agencias de protección infantil generalmente hacen un esfuerzo por reunir a las familias cuando es posible. El sistema varía de un estado a otro, pero usualmente incluye un tribunal de familia o un tribunal que maneja casos de abuso infantil. Nombres alternativos Síndrome del niño maltratado; Abuso físico – niños Maltrato emocional El maltrato emocional o psicológico se da en aquellas situaciones en las que los individuos significativos de quienes depende el sujeto lo descalifican, humillan,
discriminan, someten su voluntad o lo subordinan en distintos aspectos de su existencia que inciden en su dignidad, autoestima e integridad psíquica y moral. Definición El maltrato emocional o psicológico se da en aquellas situaciones en las que los sujetos significativos de quienes depende el maltratado lo hacen sentir mal, descalificado, humillado, discriminado, ignorando o menoscabando sus sentimientos, sometiendo su voluntad o subordinándolo en distintos aspectos de su existencia que inciden en su dignidad, autoestima o integridad psíquica y moral. Ejemplos de maltrato emocional son el abandono emocional, la falta de empatía, la descalificación, la violencia verbal, los insultos, las amenazas, el control excesivo, la extorsión afectiva, la culpabilización, la presión económica, los sarcasmos, la coerción, las críticas destructivas, el desprestigio de los vínculos del sujeto (descalificación de sus amistades, familiares o pareja), el aislamiento emocional, las burlas y cualquier tipo de castigo que no sea físico. El maltrato emocional puede venir acompañado de maltrato físico o no, pero cuando existe maltrato físico siempre se combina con el maltrato emocional. 1 Consecuencias Las consecuencias pueden ser sentimientos de humillación, vergüenza o culpa, depresión, baja autoestima, inestabilidad del sueño con pesadillas, automutilación, extrema dependencia afectiva, anorexia, bulimia y drogodependencia. Se puede llegar incluso a intentos de suicidio. En el caso de los niños, el maltrato infantil se da porque los adultos significativos de los que depende el niño, es decir, sus padres o sus maestros o profesores o tutores, no establecen un vínculo positivo que estimule al niño y le proporcione bienestar emocional y psicológico. El niño maltratado padece descuido por parte de dichas figuras adultas quienes no lo protegen y no lo estimulan adecuadamente ni responden a sus necesidades afectivas y psíquicas. Las consecuencias pueden ser retraso madurativo, accidentes frecuentes, trastornos de 2 aprendizaje, trastornos psicosomáticos y depresión. Indicadores Algunos síntomas del maltrato emocional en los niños pueden ser los tics, miedos, fobias, llantos excesivos, temores de salir o de ir a la casa o a la escuela, comerse las uñas, tartamudeo, falta de interés en la escuela o de curiosidad, abulia, excesiva pasividad o hiperkinesia, agresividad y negativismo.3 El maltrato emocional puede darse tanto en la familia, violencia doméstica, como en la pareja, violencia de pareja, tanto en la escuela como en el trabajo.4
Maltrato por abandono y/o negligencia
El abandono infantil también es un tipo de maltrato hacia los niños pues son todas aquellas conductas inapropiadas por parte de los padres o tutores hacia los niños. Este tipo de violencia se caracteriza por la falta de atención que requiere un niño así también como el descuido y desatención a las necesidades básicas de los niños. Ejemplo de ello es cuando los padres o tutores de manera intencional no se le proporcionan al niño de alimento, agua, vivienda, vestido, atención médica u otras necesidades básicas que pongan en riesgo la vida o integridad del menor.
Otras formas de abandono infantil abarcan: * Permitir que el niño presencie actos de violencia o maltrato severo entre los padres o adultos. * Ignorar, insultar o amenazar al niño con violencia. * No suministrarle al niño un ambiente seguro y de apoyo emocional por parte de los adultos. * Mostrar descuido imprudente por el bienestar del niño.
El abandono o la negligencia, no es un fenómeno que se vea sólo en las personas de baja condición económica. También podemos verlo en la clase media o incluso en la clase llamada “pudiente”.
Tipos de abandono Existen cuatro tipos de abandono: El abandono físico que es aquel en el que no hay una supervisión adecuada y/o poca seguridad del niño, propenso a sufrir un accidente. El abandono médico es negarle al niño la atención medica que necesite un tratamiento medico que se le haya prescrito, el cual podía incluir nutrición y medicación apropiadas, así también como la aplicación de vacunas. El abandono educativo es el incumplimiento de las leyes del estado respecto a la educación obligatoria que debe recibir el niño. El abandono emocional es ignorar las necesidades del niño para poder tener un desarrollo social y emocional normal. Causas Causas por las que existe el abandono y/o negligencia infantil. Las causas por la cual existen casos de abandono infantil son muchas y variadas pues suelen ser o económicas, culturales, sociales, biológicas y de personalidad o modelo psiquiátrico/psicológico. Algunas son: * Ignorancia de los padres. * Pobreza. * Discapacidad del tutor. * Drogadicción y alcoholismo. * Problemas de salud mental (una común la depresión)
* Embarazo no deseado. El aumento de la pobreza y la ignorancia de como prevenir embarazos no deseados son combinaciones (en ocasiones de ambas) siendo las principales causas de abandono en el mundo. Algunos síntomas por los cuales podemos darnos cuenta que un niño esta en abandonado en ciertos aspectos son por las siguientes características: * Dificultad en la escuela (problemas de aprendizaje) * Trastornos en la alimentación, que llevan a la pérdida de peso o aumento de peso deficiente. * Cuestiones emocionales como baja autoestima, depresión y ansiedad. * Comportamiento rebelde. * Trastornos del sueño. Los niños y niñas que se encuentran en esta situación, al carecer del afecto familiar no pueden establecer vínculos cercanos y estables durante su vida, les será muy difícil relacionarse, en razón de que no tienen la estructura emocional necesaria para vincularse. Y probablemente cuando sean adultos y tenga hijos, también los abandonarán. Consecuencias en el niño.
Evidencias e investigaciones muestran que tanto el maltrato como el abandono están relacionados con consecuencias negativas a corto y a largo plazo en la salud mental y física del niño, su capacidad de aprendizaje, en su rendimiento académico y en su desarrollo social y de comportamiento. * Deserción escolar. * Niños quemados o mutilados debido a la falta de atención. * Se salen de sus hogares para vivir en la calle. * Autismo. * Exposición a las drogas o consumo. * Violencia sexual. * Niños accidentados.
La desprotección infantil es una vivencia que los niños y las niñas identifican con el desamor, la no aceptación y el rechazo. Aunque el abandono infantil está relacionado con la pobreza, esto no significa que en otros sectores sociales, los niños no sean abandonados. Abuso sexual
El abuso sexual es definido como cualquier actividad sexual entre dos o más personas sin consentimiento. El abuso sexual puede producirse entre adultos, de un adulto a un menor —abuso sexual infantil— o incluso entre menores.1 Como actividad sexual se incluye:
Cualquier tipo de penetración de órganos genitales en contra de la voluntad, o aprovechando la incapacidad de un menor para comprender ciertos actos. También se incluye el inducir u obligar a tocar los órganos genitales del abusador. Cualquier acción que incite al menor a escuchar o presenciar contenido sexual impropio (observar al adulto desnudo o mientras mantiene relaciones sexuales con otras personas, ver material pornográfico o asistir a conversaciones de contenido sexual, por ejemplo).
Tipos de abuso sexual La violación, que es considerada delito sin importar el sexo de la víctima, y el estupro. La diferencia entre abuso sexual infantil y estupro radica en que en el primero son menores de edad que aún no tienen conciencia de en que consiste el acto sexual y en el estupro son menores de 18 años y mayores de 12 en el cuál el obtiene el consentimiento de su víctima por medio del engaño y la seducción, en este delito es fundamental que la víctima no pase de 18 años. Sujetos:
Activo: Persona mayor de edad que realiza el engaño. Pasivo: Persona que tenga más de 12 años de edad y menos de 18.
Por su duración: Es un delito instantáneo porque la acción delictiva se consuma en el mismo momento de su realización y es perseguible únicamente por la petición de la parte ofendida. (En este delito no existe violencia). En el caso de abuso sexual infantil, los fenómenos que se desencadenan tienen que ver con trastornos en el desarrollo psicosexual. Una dificultad en la relación madre-hija puede complicar el riesgo para el abuso sexual infantil y las consecuencias del abuso.2 Signos de posible abuso sexual
Cambios comportamentales abruptos. Heridas inexplicables, especialmente en los genitales y los senos (en mujeres). Vestimenta rota o manchada. Embarazo no deseado. Infecciones de transmisión sexual. Problemas de comportamiento inexplicables. Depresión. Autoabuso o comportamiento suicida. Abuso de drogas o alcohol. Pérdida espontánea de interés en la actividad sexual. Aumento espontáneo del comportamiento sexual. Trauma severo. Sugilación.
Sobre los efectos psicológicos y la evaluación del abuso sexual, los investigadores David Finkelhor, Lucy Berliner, y Daniel Schechter tienen trabajos relevantes. Abuso sexual infantil Se define como "...contactos e interacciones entre un niño y un adulto o animales cuando el adulto (el agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual puede ser también cometido por una persona menor de 18 años cuando ésta es significativamente mayor que el niño (víctima) o cuando el agresor está en posición de poder o control sobre otro. El abuso sexual es cualquier forma de contacto físico con o sin acceso carnal, con contacto y sin contacto físico, realizado sin violencia o intimidación y sin consentimiento. El rechazo parental puede provocar baja autoestima y se asocia con problemas de conducta tales como bajo rendimiento escolar, agresión física y abuso de drogas. A su vez, se lo ha vinculado con actividad sexual precoz y embarazo en la adolescencia, en lo que se denomina sustitución de amor por sexo. La definición de abuso sexual a menores puede realizarse desde dos ópticas: la jurídica y la psicológica, que no siempre coinciden, por cuanto la valoración jurídica de esas conductas sexuales está condicionada por el criterio objetivable del grado de contacto físico entre los órganos sexuales de agresor y víctima, algo
que no necesariamente correlaciona con la variación en el grado de trauma psicológico. Desde un punto de vista psicológico, no existe unanimidad entre los especialistas a la hora de definir con precisión el concepto de «abuso sexual a menores»; los aspectos que diferencian unas definiciones de otras son, entre otros, los siguientes:
la necesidad o no de que haya coacción o sorpresa por parte del abusador hacia el menor. Para muchos autores, la mera relación sexual entre un adulto y un menor ya merece ese calificativo, por cuanto se considera que ha mediado un «abuso de confianza» para llegar a ella. la necesidad o no de la existencia de contacto corporal entre el abusador y el menor. Aquellos que no lo consideran necesario, incorporan al concepto de «abuso» el «exhibicionismo», esto es, la obligación a un menor de presenciar relaciones sexuales entre adultos o, incluso, de participar en escenificaciones sexuales. la cuestión de las edades: tanto en lo que se refiere a si el abusador tiene que ser mayor que el menor, como al valor de esa diferencia y la edad concreta de ambos (la edad máxima para el menor oscila entre los 15 y 12 años en la mayoría de los estudios; en cuanto al abusador, lo habitual es que se sitúe entre 5 y 10 años mayor que la del niño, según sea menor o mayor, respectivamente, la edad de este). también existen investigaciones en las que se consideran abusos sexuales los producidos entre jóvenes de la misma edad; por último, en otros casos, se subraya especialmente la relevancia del abuso sexual «percibido»; esto es, se considera específicamente como caso de «abuso sexual a un menor» cuando hay repercusiones clínicas en este.
Con todo, existe cierto consenso en la idea de que el límite que traspasa la evolución natural de la sexualidad infantil nos permite hablar de una sexualidad abusiva que se produce en el momento en que el/la menor pierde el control sobre su propia sexualidad y con ello del autodescubrimiento de su cuerpo y su placer para ser instrumentalizado en beneficio de un placer ajeno del que no es protagonista, y con una persona con la que está en una relación de asimetría de algún tipo de poder: control, edad, madurez psicológica o biológica. Acoso sexual El besar a una persona sin tener su consentimiento puede ser interpretado como acoso sexual en la actualidad. El acoso sexual es genéricamente la manifestación de una serie de conductas compulsivas de solicitudes de favores sexuales con distintas formas de manifestación dirigidas a un(a) receptor(a) sin tener su consentimiento. Se puede aplicar a ambos sexos o personas del mismo sexo; pero predomina comúnmente en los hombres que se mueven en ambientes de relaciones laborales, académicos, estudiantiles, que incluyen hasta el hogar. En muchos países es una figura delictiva punitiva que se pena según su gravedad y que puede incluir hasta la privación de libertad.
Es una trasgresión a los derechos humanos que niega el principio de igualdad de trato y de oportunidades en el trabajo. El acoso sexual, es una conducta que contraviene diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Ley Federal del Trabajo. Es además un delito tipificado por códigos penales en el ámbito federal y en 20 entidades federativas, y una prohibición expresa para la Administración Pública Federal según el Código de Conducta a favor de la Equidad entre Mujeres y Hombres, establecido en el año 2003, por el gobierno del presidente Vicente Fox. El acoso de naturaleza sexual incluye una serie de agresiones desde molestias a abusos serios que pueden llegar a involucrar forzadamente actividad sexual. Ocurre típicamente en el lugar de trabajo u otros ambientes donde poner objeciones o rechazar puede tener consecuencias negativas. Estupro La diferencia entre abuso sexual infantil y estupro radica en que en el primero son menores de edad que aún no tienen conciencia de en qué consiste el acto sexual y en el estupro son menores de 18 años y mayores de 12 en el cuál el sujeto activo obtiene el consentimiento de su víctima por medio del engaño y la seducción. En este delito es fundamental que la víctima no pase de 18 años (esto es según las leyes norteamericanas de varios estados —no en todos—). En la mayoría de los países del mundo no es así; por ejemplo, en el Código Penal Argentino artículo 119, se considera estupro al acceso sexual a una menor de 14 años. Una joven de 14 años cumplidos con su consentimiento puede tener relaciones sexuales con otras personas de edad indefinida y mayores de 14 (en el caso de relaciones sexuales con otras mujeres). Síndrome de Münchhausen No debe confundirse con Síndrome de Münchhausen por poder. El trastorno facticio o síndrome de Münchhausen es un trastorno mental caracterizado por los padecimientos a consecuencia de crear dolencias para asumir el papel de enfermo. El paciente «crea» y hasta se produce autolesiones para lograr unos síntomas físicos y/o psicológicos con conciencia de acción, pero forzado a ello por una impulsión relacionada a su necesidad de consideración por terceras personas de ser asistido/a. Está registrado en el DSM-IV y catalogado en CIE-10 F68.1 como Trastorno facticio [300. xx].1 En la Clasificación de la OMS CIE 10 se define como la producción intencionada o el hecho de fingir síntomas o incapacidades somáticas o psicológicas (trastorno ficticio o artificial, no-natural de acuerdo con la Real Academia Española). Es un trastorno en el que el enfermo finge síntomas de forma repetida y consistente, en ausencia de un trastorno, enfermedad o incapacidad somática o mental confirmados. En el plano somático el enfermo puede producirse a sí mismo cortes o erosiones para sangrar o inyectarse a sí mismo sustancias tóxicas. La simulación del dolor y la insistencia sobre el hecho de la presencia de sangre puede ser tan convincente y persistente que conduzca a investigaciones e
intervenciones repetidas en varios hospitales o consultas diferentes, a pesar de la obtención de hallazgos negativos repetidos. La OMS lo considera «Paciente Peregrino» –de hospital en hospital– y lo distingue de la «Simulación» (ficticio, fingido o falso). Diagnóstico El doctor Asher fue el primero en designar esta entidad patológica como síndrome de Münchhausen en 1951. Esta enfermedad epónima toma su nombre no de un investigador que la haya descubierto, sino del excéntrico Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen (1720-1797), quien se hizo famoso por contar historias de aventuras fantásticas que nunca le habían sucedido, como haber bailado en el estómago de una ballena o haber viajado a la luna. Para ser diagnosticado es necesario que aparezca un patrón de síntomas fraudulentos y que el paciente se presente siempre como un enfermo físico en ausencia total de enfermedades mentales que puedan explicarlo. El paciente debe inventar o fingir dolencias. No se trata de una simulación porque no lo hace para conseguir un beneficio propio o evitar responsabilidades. El simulador –falso– recibe un beneficio secundario por su papel de enfermo y es plenamente consciente de lo que está haciendo, como sería en el caso de querer evitar el alistamiento militar, ir a la cárcel o cobrar un seguro médico. En cambio el paciente diagnosticado con síndrome de Münchhausen tiene una necesidad psicológica de asumir el papel de enfermo, lo cual implica un estatus psicopatológico en sí mismo. Es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por inventar dolencias para asumir el papel de enfermo. El paciente lo hace con síntomas físicos o psicológicos fingidos o producidos intencionadamente. Se trata de mentiras patológicas. El origen de su motivación y su necesidad de llamar la atención no son conscientes para el paciente. Esto no excluye la existencia de síntomas físicos o psicológicos verdaderos.1 Se trata de un síndrome crónico cuyo inicio suele coincidir con una primera hospitalización por una enfermedad física real o un trastorno mental. En el historial de estos pacientes suelen aparecer hospitalizaciones traumáticas reiteradas durante la infancia, un vínculo importante con un médico o la presencia de un grave trastorno de la personalidad. Para poder diagnosticar este síndrome no debe aparecer ningún incentivo externo o beneficio secundario que justifique los síntomas. Síntomas Los síntomas pueden aparecer en cualquier territorio del organismo, son variados y su presentación sólo está limitada por los conocimientos médicos o la fantasía del paciente.1 En ocasiones sus síntomas no «encajan» con enfermedad orgánica alguna o las lesiones físicas se han producido de manera intencionada o simulada.
El paciente suele quejarse de dolores inespecíficos demandando analgésicos, todo lo que se puede asociar a ideación fantástica: trastorno mental que consiste en creer sucesos inverosímiles como realmente sucedidos. De las fantasías proviene el nombre al síndrome. El paciente puede describir dolores abdominales agudos, intenso dolor en el cuadrante inferior derecho asociado a náuseas y vómitos, síntomas gastrointestinales como diarrea, alteración de la coordinación psicomotora o del equilibrio, parálisis o debilidad muscular localizada, dificultad para deglutir, hemoptisis por lesiones autoprovocadas en las vías aéreas superiores, erupciones generalizadas o abscesos provocados, hemorragias secundarias a la ingestión de anticoagulantes que él mismo se autoadministró, infarto de miocardio, fiebre de origen desconocido, síntomas producto de la ingestión intencionada de medicamentos, síntomas similares a los del lupus, trastornos neurológicos como cefaleas, mareos, pérdida de la conciencia, amnesia o pudiéndose simular un ataque de gran mal cuando tiene antecedentes de crisis epilépticas.1 Se han descrito casos en los que el enfermo se ha llegado a inocular el virus del HIV. Pero los síntomas no se corresponden con los mecanismos fisiológicos conocidos porque el paciente los puede estar copiando de otros pacientes que ha observado. Puede tratarse de una patología física que el paciente realmente tenga y la exagere o puede ser una patología que el paciente se haya autoproducido. 1 El paciente conoce la terminología médica y las rutinas hospitalarias pero da respuestas terapéuticas no acordes a lo esperable y empeora cuando se lo observa. Suele consumir grandes cantidades de analgésicos y sedantes.1 Ante la inexistencia de patología orgánica o por el hallazgo de sucesivas autolesiones, al ser rechazado, es factible que el paciente asista a distintos centros asistenciales para ser objeto de estudio con múltiples exploraciones o distintas intervenciones quirúrgicas: peregrino. Es posible también que sea admitido en otro hospital el mismo día que lo rechazaron en el primero. En el trastorno facticio citado en el DSM IV pueden coexistir con él, síntomas psicóticos y obsesivos graves o una combinación de signos y síntomas psicofísicos que no se corresponden con un patrón sindrómico. Estos deben ser diferenciados de la somatizaciones neuróticas, las cuales «imitan» de manera inconsciente enfermedades que el paciente ha conocido. En general quien padece un trastorno facticio suele ser muy sugestionable, llegando a admitir la existencia de cada síntoma por el que le preguntan. A diferencia de las neurosis y las crisis de ansiedad con referencias al cuerpo, en el síndrome de Münchhausen predominan los signos y síntomas físicos sin el componente angustioso (que caracteriza a las neurosis). Así el paciente pasa toda su vida intentando ser admitido en hospitales. Aunque el síndrome de Münchhausen se refiere específicamente a una patología facticia (artificial) con predominio de síntomas físicos, el término se suele generalizarse y a veces se utiliza también para referirse a otros trastornos facticios.
Es posible que los síntomas aparezcan sólo cuando el paciente está frente al médico. Cuando no se puede corroborar ninguna enfermedad orgánica, o bien se la crea o comienza a inventar y quejarse de nuevas dolencias. Como el paciente tiene una tendencia incontrolada a mentir a los médicos y una conducta errática, muchas veces no se logra diagnosticar y por eso el paciente deambula de hospital en hospital recibiendo distintos tratamientos. Al satisfacer la demanda del paciente, se contribuye a perpetuar su enfermedad, pero ante el rechazo, sólo se logra que busque otro profesional. Esto conduce a daños sobrevenidos por iatrogenia (alteración del estado del paciente producido por el mismo tratamiento médico) debido los efectos secundarios adversos a tanta medicación innecesaria. Perfil del paciente El médico debe sospechar cuando, en un paciente con un historial de múltiples intervenciones terapéuticas, que además tiene un gran conocimiento de la terminología médica y de las rutinas hospitalarias (pero que, sin embargo, no cumple las normas), aparece un cuadro clínico dramático que no se corresponde con una enfermedad física identificable.1 Son pacientes muy difíciles, manipuladores, que incumplen los tratamientos hospitalarios, boicotean las pautas, no toman los remedios como corresponde, generando situaciones disruptivas con las enfermeras. Discuten todo y desautorizan al personal de Salud. Es frecuente la presencia de peregrinaciones médicas y el deterioro en la relación médico-paciente. Las hospitalizaciones se transforman en un estilo de vida. El paciente no logra sostener un trabajo ni una relación estable de pareja. Por eso son pacientes que reciben pocas visitas cuando están internados. Se trata de pacientes con problemas de identidad, control inadecuado de los impulsos, deficiente sentido de la realidad y episodios psicóticos breves. La necesidad de que se les preste atención es pareja a la incapacidad de confiar en figuras de autoridad, a las que manipulan.3 Por los datos que se tienen este trastorno es más frecuente en pacientes varones que en mujeres.1 Diagnóstico diferencial
Trastornos mentales diversos. Los trastornos mentales que pueden producir síntomas físicos no explicados son el trastorno depresivo mayor, los trastornos de ansiedad y el trastorno adaptativo. Se deben descartar primero estos trastornos mentales.
Trastorno de somatización y trastorno somatomorfo. Los síntomas producidos intencionadamente no deben hacer pensar en un trastorno de somatización. En el trastorno de somatización los síntomas no se producen intencionadamente y no son simulados. El dolor constituye uno de los criterios
diagnósticos del trastorno de somatización mientras que en el síndrome de Münchhausen el dolor puede fingirse o ser de origen intencional, por autolesión.
Simulación. En el síndrome de Münchhausen la motivación del paciente es conseguir tratamiento médico mientras que en la simulación existen incentivos externos, como una compensación económica, huir de la justicia o conseguir drogas.
Trastorno de conversión. Los síntomas de conversión se diferencian por la ausencia de intencionalidad. En el síndrome de Münchhausen el paciente utiliza un aire exageradamente dramático para lo que le pasa pero sus explicaciones son vagas e inconsistentes.
Hipocondría. El paciente no simula, cree realmente padecer una enfermedad grave y se encuentra muy preocupado/a por su significado, su autenticidad y su etiología. El paciente con hipocondría suele presentar también otros trastornos mentales, como trastornos de ansiedad y depresivos.