Resumen Francesa: Síntoma: todo aquello que viene del “real”, lo real es lo que hace obstáculo en la vida del hombre. Algo que no funciona en la cultura, hay algo en lo social que no está funcionando. Real: todo aquello que no funciona. Psicoanálisis: se propone escuchar lo que no anda. Tres registros: trípode que propone Lacan para pensar el psiquismo. Como conjunto, la lógica de los registros es indisoluble. En un primer momento prevalece lo imaginario, en segundo lugar, prevalece lo simbólico, y en un tercer momento prevalece lo real. Estos son los tres tiempos de su enseñanza. Luego se propone que los registros no se pueden disociar. Cada registro limita al otro. No existe dominancia. Hay 4 características que comparten lo imaginario y lo simbólico:
Ambos son del otro antes de pasar a ser del sujeto. Esto ocurre cuando se produce la identificación. Al recibirlas aparecen invertidas. El sujeto queda capturado y será necesaria la introducción de un elemento tercero y ajeno para que se pueda producir la separación. Estan en un espacio intermedio entre el sujeto y el otro. El rasgo unario es un rasgo del Otro que representa al sujeto.
Toda cultura se organiza en torno a una prohibición, la prohibición del incesto. “Lo real es lo inasimilable más que lo imprevisible” Lo real no tiene que ver con la realidad, se puede definir como lo inasimilable. Pensar los registros en relación a los tiempos verbales:
Presente: Real, actual, urgencia. No hay acceso a lo real, solo manifestaciones. La angustia es el afecto que no engaña. Aparece y no se puede enlazar a un objeto. Futuro: Imaginario, anticipación. Es el que propone la imagen completa. Pasado: Simbólico, lenguaje, resignificación. La palabra se escapa.
No hay acceso a lo real, no tiene representante directo. Sólo hay manifestaciones. La angustia es aquel efecto que no engaña. Está enlazada a lo real ya que aparece en un determinado momento y no se puede enlazar a un objeto. Tragedia de lo imaginario: no poder reconocerse, o no soportar la imagen propia. La realidad es el anudamiento de los tres registros. El estadio del espejo inaugura una función simbólica, que es el yo. El sujeto es algo a constituir. Lo imaginario tiene valor estructurante La identificación no tiene que ver con la evolución, la constitución es anticipatoria. Nuestra maduración es oscilante mas que evolutiva. Necesitamos de otro para constituir la propia imagen. Desarrollo prematuro de la visión (hipótesis troncal en la teoría): la captura de una imagen es algo que toma primacía respecto de la percepción. En la constitución donde el cuerpo es un lugar que no está capturado en términos del Yo, el niño no tiene sentimiento de sí, es el primer registro en la diferencia de algo del sentimiento de sí y del resto. En el estadio del espejo Lacan propone que hay una captura de una imagen que se independiza de la percepción, porque ésta está compuesta por fragmentos. A esto lo ubica en el registro de la fantasía y lo llama la fantasía del cuerpo fragmentado. Es una fantasía que persiste en los sueños. 1
En la psicosis, la cuestión del cuerpo fragmentado también aparece. En esta época de la constitución el niño tiene una percepción fragmentada, pulsiones parciales en Freud. Lacan propone, a partir de la observación del fenómeno, es que el niño cuando ubica una imagen en el espejo lo demuestra jubilosamente. El niño, en esa imagen, se adelanta, se anticipa a la unidad del cuerpo; esos fragmentos, que responden a la percepción, se unifican anticipadamente en la captura de una imagen. La imagen se independiza de la percepción, hace que el cuerpo se unifique, se estructura. El espejo se trata del otro. El sujeto se constituye a partir del otro. Lo que vemos en el espejo, hoy en día, es el reflejo del otro. El primer paso de la constitución del Yo es la captura en el espejo de una imagen que da la completud de ese Yo. En ese momento se separa la percepción de la imagen. No todo es el júbilo del niño cuando captura la imagen, un primer problema es que la imagen está del lado del otro. El conocimiento paranoico está presente en este tiempo fundacional y se refiere a que como la imagen está del lado del otro, lo imaginario tiene un problema que persiste luego en las relaciones humanas. El problema es que hay un solo lugar tanto para el Yo como para el otro; la lógica sería “o Yo o el otro”. Es el problema de las relaciones porque la lógica de lo imaginario es la lógica de “la lucha a muerte”. Implica intolerancia. Hay una diferencia con Freud, porque éste plantea que lo agresivo es una cuestión heredada de la evolución, una mirada biológica. Lacan plantea que la agresividad no tiene que ver con la biología, tiene que ver con la constitución del sujeto. Tiene que ver con un mecanismo fundamental llamado identificación primaria en términos freudiano, porque refiere a los momentos constitutivos de la identificación. Se deferencia también con Klein, ya que no deriva de la pulsión de muerte (como plantea ella), sino de la constitución en el espejo. Para Lacan es el imaginario donde esta la clave de la rivalidad. Lo primario siempre tiene un carácter mítico, no es un hecho ocurrido en la realidad, es una reconstrucción retroactiva. El otro es un otro materno, hablando en términos de función. Lo mismo para hablar de otro paterno. Se inaugura la relación denominada tensión agresiva o agresividad. Diferente de agresión. La agresión es el acto, la agresividad es una tensión, es eso que se inaugura en este momento. La violencia puede ser ubicada en el campo de la agresión. En la agresión es en donde se quiebra la ley, algo de ella deja de funcionar, es suspendido. Cuando la ley se suspende es porque en cierto episodio el sujeto sólo pudo responder pasando al acto. La tensión agresiva es el deseo por el objeto del otro, de ella nace la triada del otro, el Yo y el objeto. El propio Yo puede ser tomado como objeto, tomado como construcción, como instancia. A partir de que hay un yo, hay un otro. La triada está en la constitución. El objeto es un objeto que tiene valor para los dos, valor en términos de objeto de la pulsión, de objeto de deseo. Es por este problema que se enlaza el registro simbólico, ya que pacifica porque instala una ley que es de la subjetividad. La tensión agresiva se pacifica a partir de la inclusión de una ley simbólica, que está en relación directa con el lenguaje. Lo simbólico marca la diferencia entre una cosa y la otra. En el caso de la psicosis no hay instalación de la ley simbólica. Hay una matriz simbólica que tiene que funcionar en el estadio del espejo. El niño mira el espejo, pero luego mira al otro buscando la confirmación de esa imagen. Este otro toma el lugar de Otro simbólico, distinto al otro imaginario. La matriz es el sustento de lo imaginario. El reflejo no sólo crea el Yo, sino que también es el umbral del mundo visible. Se instala la diferencia con los demás objetos.
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Lo simbólico: el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Está organizado en relación a los mecanismos metáfora y metonimia. El icc no tiene un lenguaje propio, pero su estructura es análoga a la del lenguaje. “La palabra mata a la cosa” – Lacan. Émile Benveniste: Código de señales (comunicación animal): fijeza del contenido, invariabilidad del mensaje, relación con una única situación, transmisión unilateral, naturaleza indescomponible del enunciado, no hay sujeto de enunciación. En el mundo animal la noción de lenguaje sólo tiene lugar por abuso de términos. Para los humanos todo es interpretable, no hay fijeza, hay singularidad. El lenguaje es lo que divide al sujeto (sujeto barrado). Esta barra es la barra del lenguaje. Lo divide de múltiples maneras (ello, yo y superyó; yo ideal, ideal del yo). El nominar da cuenta de la existencia. “la lengua no pide mas que la diferencia, es un equilibrio complejo de términos que se condicionan recíprocamente”. Saussure. Metáfora y metonimia se enlazan a los mecanismos del proceso primario. La condensación es una metáfora fallida, la sustitución es parcial. Es sustitución, reemplazo de un elemento por otro. La metonimia es un desplazamiento por contigüidad. Un término que esta contiguo a otro y lo resignifica. La resignificacion que genera la relación entre términos la da la puntuación. Esta resignificacion es permanente. Por eso decimos que el mensaje no es univoco. Los dos mecanismos funcionan todo el tiempo. Todo el tiempo hay relaciones de contigüidad y sustitución y se resignifica. Por eso el lenguaje tiene la misma estructura que el icc. “La metáfora del sujeto” – Lacan El mecanismo del deseo se piensa en relación a los mecanismos de desplazamiento. El inconsciente es algo a producir, el sujeto del inconsciente aparece entre la unión de los significantes. El inconsciente son los efectos de la palabra sobre el sujeto. El padre es una metáfora, sustituye a otro significante. En la psicosis no se encuentra nada que parezca una metáfora. Edipo: Primer tiempo: inermidad del sujeto. Necesidad de su madre. Aparece lo paterno sobre el deseo de la madre. Madre que posee aquello que la completa, que se siente sin falta, madre que olvida la castración. El niño solo desea ser deseado Segundo tiempo: el nombre del padre (ste paterno) aparece con una doble prohibición, es castrador. Si la madre desea su trabajo, al padre del niño o sentirse linda ella misma, da lugar a que el niño no quede devorado por el deseo de la madre. Si la prohibición no es aceptada por el niño se produce una identificación con el falo, y toda la vida de este sujeto pasara por ser o no ser el falo. Tercer tiempo: Padre donador. Dona, permite, esos elementos, emblemas, stes. a los cuales se pueden identificar. Se formará el ideal del yo. A barrado: la madre ya no es omnipotente, es castrada. Se le puede engañar. Es necesario que falte un ste para que haya espacio, desplazamiento. Si los stes. están juntos no hay producción objetiva. La conexión entre ste y sdo es arbitraria. Los stes forman una cadena.
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El complejo de Edipo tiene que ver con la fantasía. Hay una devoracion, un momento de identificación. El banquete totémico es una celebración que da inicio a las instituciones sociales, la ética y la religión. Los que realizaron esto tenían sentimientos de amor y odio. La culpa, en Freud, es el fundamento de la legalidad. Funciona un padre muerto quedando como ley en la estructura. Esquema óptico: hay una primacía de la imagen en la constitución y esa relación que tiene la imagen con la constitución subjetiva se sustenta en una identificación que se produce a la imagen del otro. Y esa identificación va a ser una piedra fundamental en la construcción del Yo. Retoma la idea del espejo a partir del dispositivo óptico. La constitución del sujeto esta lineada por la estructura que lo precede, el lenguaje. Lacan utiliza la topología (tratado sobre el lugar), intenta ubicar, a partir de los lugares, la estructura del sujeto. En el jarrón se ubica el cuerpo, el borde del jarrón es la zona erógena. Las flores son los objetos de la pulsión. La imagen es cautivadora. El cuerpo es una instancia que se constituye a partir de la identificación con el otro. El sujeto se identifica en su sentimiento de sí con la imagen del Otro. El Otro participa no sólo en la identificación, sino también en la libidinización. El cuerpo no es un organismo que esta funcionando, es un cuerpo erótico, necesitamos de otro que libidinice. Que sea el objeto de deseo de la madre. El cuerpo cobra valor fálico a partir de que hay un deseo que lo sostiene en ese lugar. Se puede libidinizar de diversos modos. El cuerpo tiene circuitos de satisfacción con diversos sentidos. Lacan agrega objetos de la pulsión que tienen más que ver con la relación con el Otro, son la voz y la mirada. El espejo plano es el otro. Si la voz del otro es lo que le da la inclinación, incide en que vemos o no. El sujeto no tiene un ste que lo represente en el otro. No hay algo que diga sobre esta singularidad. Yo ideal: es donde el yo coincide con el ideal. Donde el niño es objeto del deseo de la madre, primer tiempo del Edipo. La identificación primaria se da cuando el sujeto se identifica al deseo de la madre. Ideal del yo: tiene que ver con las identificaciones simbólicas a ciertos stes que el sujeto va logrando. Es desde donde se mira el sujeto neurótico. Dirige al sujeto. Las identificaciones guían al sujeto, son lo que queríamos ser, a donde apuntamos. Retrospectivamente se piensa como el intento de volver a ese lugar de yo ideal. Este ideal es pariente del superyó. Los rasgos del otro que constituyen el ideal están influidos por su mirada. Queremos ser para complacer al otro, esto es lo que guía nuestro ideal. El lugar del otro sería un sostén simbólico del deseo materno (¿). El deseo materno está enmarcado en alguna legalidad. El deseo materno es lo que va a darle consistencia a esa imagen a la que se identifica el sujeto, pero con su voz va a influir en el Edipo. Agradar a otro va a ser más difícil si este otro marca siempre lo que está mal. Lo que se estructura en el Edipo es la elección de objeto, cuál va a ser el objeto de satisfacción. Es lo que se ve en el espejo del otro, una ilusión. Como ilusión aparecen estos objetos que serían los adecuados para la satisfacción, hay una pasaje del objeto prohibido, o adecuado, a un objeto que parece adecuado. Primer narcicismo: tiene que ver con la imagen del cuerpo. Esa primera identificación, sentimiento de sí, pulsiones parciales. Segundo narcicismo: identificación al otro que permite situar su libidinización con el mundo, ordenamiento de lo libidinal, estas pulsiones, aunque ordenadas, siguen siendo parciales. Diferencia con Freud. 4
Practico: Freud propone que antes de que advenga el yo hay autoerotismo, luego se libidiniza el yo y se constituye el narcisismo, la constitución es un nuevo acto psíquico. Entre los 6 y los 18 meses sucede una identificación del niño con la imagen en el espejo y en ese acto se da lugar al Yo. La cría del hombre nace con una prematuración de su sistema neurológico. Debido a esto, el bebe está absolutamente falto de maduración, no puede tener ninguna imagen de si, no puede hacerse ninguna idea de unidad. El niño alcanza la unidad por identificarse a la imagen en el espejo, donde aparece como una unidad. Desde el punto de vista psíquico, el cuerpo se constituye. Desde esa identificación imaginaria a la imagen, se constituye el Yo. Que también es una imagen. El Yo y los objetos se constituyen simultáneamente. La imagen esta fuera, entonces nos constituimos en identificación con otro. La completud, la unidad, se alcanza a partir de la imagen de otro, es por esto que el Yo siempre está en relación con otro. En una relación que tiene dos vertientes: de fascinación por ese júbilo de alcanzar la unidad; y de tensión agresiva porque al mismo tiempo que ese soy Yo, también es otro, es una tensión imposible de resolver. El registro imaginario es el registro que tiene que ver con la imagen, con la imaginación, con el efecto de captura de la imagen, y la función de señuelo. Algunas de sus características son la plasticidad, gradaciones, continuidad, formas Gestalt. Deseo como deseo del otro. La imagen cumple la función de obturar, velar y ocultar. En este registro tenemos una relación de un Yo con un otro semejante. La tensión agresiva no se puede resolver dentro del registro imaginario, porque a partir de que el Yo adviene de la imagen semejante, donde pone al Yo en una modalidad de “Yo soy otro” (fenómeno de transitivismo). En la psicosis la tensión cobra un valor particular. La tensión no se sostiene, aparece el otro invadiendo todo el yo sin que el sujeto pueda reaccionar frente a esto. El estadio del espejo no se constituye como una etapa del desarrollo. Hay algo que se estructura, que se da en un cierto momento y se estructura de una manera determinada. En este registro estamos siempre en una tensión entre la completud y la incompletud. Es de esto que nace la tensión con el otro. Si el otro está completo, el Yo se siente incompleto; pero si el Yo está completo, deviene una falta de interés en el otro. O le falta al Yo o le falta al otro, nunca se está completo. Lo imaginario nos permite tener un cuerpo. Lo simbólico pacifica porque da lugares. En lo imaginario hay un solo lugar para dos. Una vez que se constituye el Yo, sitúa a lo anterior como fragmentación resignificando a posteriori. Esta fragmentación está constantemente amenazando al Yo con retornar. La identificación se va a dar determinada desde cierta instancia. Participa el lenguaje. La imagen vale porque es el objeto de amor de los padres. Son los otros los que le dan valor. La pregunta del niño es: “¿qué busca la madre?”; la respuesta a esto es “el falo”, entonces se posiciona de tal forma que intenta ser ese falo. El Yo es el desconocimiento de lo que motiva la conducta, es extraño con respecto al deseo icc. Lo más propio es lo más ajeno. El Yo siempre va a tender a la unidad. Siempre va a desconocer la división. La angustia desestabiliza totalmente a la imagen, al Yo. Aparte de la imagen, en el registro de lo imaginario, va a participar el significado, todo lo que cierra al modo de una Gestalt, el entender. “No entiendan” porque entender, en el registro de lo imaginario, cierra. Si uno no entiende hace que el otro siga hablando y comienza a develarse el inconsciente. Querer decir va de Yo a Yo y es desconocimiento. Anticiparse imaginariamente se da por la imagen que tenemos de los otros. Participan el Yo y el semejante. Como en lo imaginario mismo no se resuelven las cosas, se da la anticipación. En enamoramiento es un grado de fascinación con la imagen. En lo imaginario la tensión no se soluciona. 5
Lo icc se ubica en lo simbólico. Alienarse es perderse uno mismo y volverse otro. A partir de ese otro nos identificamos. No hay posibilidad de que algo surja por sí mismo, siempre están mediando los otros. No hay yo sin otro. Por eso la identificación es alienante. El cuerpo como totalidad se forma a partir de la aceptación de esa imagen exterior y ajena, como imagen propia, que unifica y totaliza. Este cuerpo esta agujereado por los bordes que constituyen las zonas erógenas. Estos cortes reales en el imaginario del cuerpo son los que producen placer y displacer. Marcan lugares internos y externos. Locura es creer en SI mismo, sin la participación de otro. En lo imaginario no hay un yo autónomo. El mundo de los objetos esta hecho de acuerdo con la relación del yo con los objetos. Lacan va a nombrar lo imaginario con minúscula: otro, yo, y otro que es como yo. El Otro de lo simbólico que es con mayúscula. Lo simbólico: es un orden, está estructurado. Lacan toma la lingüística estructural. Saussure postulaba que la lengua es un sistema de signos, y cada signo es una entidad de dos caras que son del orden mental. Hay una correspondencia biunívoca entre Sdo. (concepto, idea) y Ste. (imagen acústica). Su relación es arbitraria. La lengua nos antecede y es una institución de la cultura que se impone sobre los hablantes. Es un sistema porque cada uno de los signos solamente existen por oposición a otros signos. No tienen existencia en sí. Son entidades relativas. Los conceptos se definen por oposición a otros. Se vincula con otros en una infinidad de series. Solo existen por esa vinculación. Estructuralismo es la difusión del sistema de la estructura donde cada elemento existe por oposición a los otros. No existe el elemento asilado. No cuentan los elementos sino las relaciones Lacan dice que Sdo. y Ste. no están en igualdad, hay uno que prima sobre el otro, uno engendra al otro. Los dos órdenes nunca coinciden plenamente. Pone el Ste. arriba, con “S” porque está en el campo de lo simbólico, y abajo el sdo., con “s” porque está en el campo de lo imaginario. Es el Ste., en sus combinaciones, el que engendra el sdo. Mientras se establecen relaciones entre Significantes se crean significados. Ningún Significante tiene en sí mismo un significado, lo produce en combinación con otros Significantes. El sistema Ste. – sdo. no está conectado de manera natural. El significante es lo que permite representar al sujeto. El lapsus, el chiste, el síntoma son portadores del significante que representa al sujeto. Los llamara formaciones del icc. La barra impide el pasaje, la relación entre los dos elementos del sistema. Orden Simbólico: orden de elementos (stes) que solo existen por oposición a otros, no tienen sdos, los engendran. Registro del lenguaje, de la metáfora y la metonimia. El ste se dirige a otro ste y así produce el sdo. Es un orden icc que regula la vida de los sujetos y las comunidades. No hay temporalidad. Relación sintagmática: relación de términos en un mismo sintagma. Se puede relacionar a una figura del lenguaje llamada metonimia, que es un desplazamiento por algo que está próximo en el discurso. Relación asociativa: relación de los términos ubicados en un sintagma con términos que están ausentes, pero que podrían ocupar ese lugar. Se relaciona a la metáfora, que relaciona un término a algo que está ausente. Retórica: estudio de las figuras del lenguaje. Jakobson propone que la condensación es la metáfora y el desplazamiento la metonimia. Pero para Freud la condensación implicaba que estuvieran dos cosas en el mismo lugar, mientras que en 6
la metáfora hay una sustitución. Para Lacan no hay nada profundo en el inconsciente, está todo en la superficie, en la cadena de Significantes. El Significante engendra significados, a través de la metonimia y la metáfora, a posteriori. Funcionan la anticipación y la retroacción. Lacan, al punto final de la oración, lo llama punto de capitonado. Es un punto de anudamiento. El sentido es una combinación de significantes, pero no lo sabremos hasta que no advenga el punto. La metáfora es la sustitución de un término que iba en la línea del sintagma por otro. Engendra significado, aporta un plus de sentido. Cada vez que nos comunicamos, el sistema aporta una desestabilización, por eso se cree que no sabemos lo que decimos, la barra nos muestra que no somos dueños de lo que decimos. Es por esto que Lacan piensa que el Icc. está estructurado por las leyes del lenguaje. Es por esto que no somos dueños de lo que decimos, no dominamos la combinatoria de stes y terminamos diciendo otra cosa distinta de la queríamos decir. Cada persona tiene un lenguaje ya que hay ciertos Significantes que pesan más en unos que en otros. El registro de lo simbólico es el registro del lenguaje, de sus combinaciones, de la metáfora y la metonimia. Lacan toma lo simbólico como determinante con respecto a lo imaginario. El lenguaje es una estructura combinatoria de stes. El orden simbólico, del Significante, nos preexiste. Estos Significantes se combinan más allá de nosotros, nos determinan. Este registro da lugares, ordena. Se nos presenta como un Otro. Palabra vacía: palabra del entendimiento cotidiano. Palabra plena: emerge y tiene que ver con la verdad. Hay una implicación subjetiva. Nacemos donde existe una lengua. Los lugares sociales están ordenados simbólicamente. Hay un orden que nos antecede y nos constituyen, nos espera y nos determina. Desde antes que naciéramos estamos en el discurso de nuestros padres, ese orden se nos presenta como otro. El medioambiente de lo humano es lo simbólico, ya que tenemos que nacer en un ambiente donde haya otros seres humanos que nos hable. Lo simbólico existe antes y es Otro, del que no tengo ninguna figura especular. Este Otro (A), se va a presentar en diversas figuras, es un lugar más que una persona. Es el lugar de la cultura, de los significantes, por donde debemos pasar para ser sujetos. El Icc es el discurso del Otro. Los significantes del Otro me han marcado sin que yo lo sepa. El sujeto recibe su propio mensaje desde el Otro en forma invertida. Tomar la palabra nos posiciona. Los stes son siempre del Otro. El sentido se sanciona desde el otro (chiste). El llanto solo es llamado si interviene el Otro y se convirtió en un ste, de la madre, porque ella sanciono lo que se quería decir. El niño no existía antes del llamado. Las leyes requieren del lenguaje para poder existir, solo pueden existir en lo simbólico. El Autre es un lugar, el campo de los significantes, la cultura, el conjunto de las leyes, de allí se toman los significantes. Estos significantes se combinan de tantas formas que uno pierde estas conexiones. Pasar por este lugar impone una pérdida. Lo simbólico introduce, en el nombrar, una pérdida. Algo siempre se nos escapa, nunca agotamos el objeto, hay algo que por nombrar pierdo siempre. El símbolo mata la cosa, solo queda lo que de ella captura el ste. El ser humano surge en un mundo habitado por el deseo, por una falta. Las fantasías son una respuesta a la falta. El niño se encuentra con la falta desde siempre. Ésta aparece como habiendo estado. Hay un primero perdido que es a partir de un segundo. 7
El Otro es el lugar que una persona ocupa para mí. El Otro tiene una falta (A barrado). El campo de lo simbólico tiene una falta. Hay dos verdades:
Verdad como adecuación: hay una adecuación entre la cosa y el intelecto. Es el manejo cotidiano. Verdad como Aleteia: la verdad como algo que se desoculta, y al mismo tiempo se vuelve a ocultar.
Lo que importa es lo que aparece en el discurso y tiene efectos en la realidad. Las cosas existen porque interviene lo simbólico dando nombres, nos permite configurar la realidad porque le da sustento. El lenguaje borra lo instintual. No saber que valor tenemos para el otro es traumático, porque significa que el otro no tiene las respuestas. El sujeto deberá inventar una respuesta. Aparece la fantasía que Lacan llama fantasma. La realidad es imaginaria y simbólica. Para que haya realidad lo real debe estar velado. Nos vemos capturados en las imágenes, no vemos lo biológico en nosotros. Lo real escapa a lo simbólico y a lo imaginario, no resulta capturable. Nunca falta en su lugar, mientras que lo simbólico es lo que falta en su lugar. Es imposible de conocer. Vuelve siempre al mismo lugar. Tiene un carácter compulsivo. La angustia es parte de lo real porque está por fuera de los significantes, es por esto que Lacan dice: “es el único afecto que no engaña”. Es afecto no ligado sin representaciones, es del orden corporal. El trauma también es de lo real, es eso que no puede ser tramitado, esas representaciones inconciliables que escapan a lo simbólico. Lo real es lo que no cesa de no inscribirse. Lo simbólico posee una falta, y en esa falta introduce lo real. Lo real es lo imposible (para lo simbólico), porque no es posible ni siquiera para un sistema simbólico. Los sistemas simbólicos introducen un punto de imposibilidad. Este punto es el punto de encuentro con lo real. Son puntos en donde no hay manera de inscribir eso, el Otro no tiene representaciones posibles. El encuentro con lo real obliga a cada sujeto a hacer algo con eso. Pero de acuerdo a cada estructura el encuentro y la respuesta van a ser diferentes. Lo real no tiene definición porque se escapa, permanece por fuera al saber, en falta. Es lo que no termina de no inscribirse, porque no hay ste que pueda capturarlo. Hay algo que retorna todo el tiempo y cada vez que retorna no se puede inscribir (pesadillas de guerra). El punto imposible de nuestro sistema es sexualidad y muerte. Hay un límite en lo simbólico, una falta en el Otro. Pertenecen a lo real. El goce tiene que ver con lo real. Tiene que ver con una satisfacción aún en el displacer. Todo lo que es de lo real no tiene definición, o se define de manera negativa. La angustia no engaña, ya que sólo los afectos ligados a representaciones pueden engañar. Lacan se corre de la primacía de lo simbólico, poniendo en primacía a lo real, por el descubrimiento de la falta en el “A”. Intenta tocar desde el significante algo de lo real. Sueño de la inyección de Irma: Para Lacan, Erickson le quita el sentido al sueño. Piensa que el deseo de desresponsabilización no era inconsciente, porque Freud había estado trabajando en eso, piensa que algo encontró, pero no sabe qué. Lacan plantea que en el encuentro con Irma prima lo imaginario por la tensión que hay con ella. No sólo está Irma, está su mujer, su hija y otra mujer. Hay una tensión, como si Irma se resistiera al tratamiento que Freud le ofrece. Confrontación imaginaria con Freud. La palabra solución tiene en alemán, francés y castellano una ambigüedad. Hay dos vías, una por la química, y otra como tratamiento analítico. Esto se piensa en el registro simbólico. Se pone en juego la 8
validez de su teoría. Con este sueño se consigue haber dado un paso en la concepción de qué es la neurosis y cómo se cura. El problema es que Irma no abre la boca, se resiste, no habla de lo que tendría que hablar en el tratamiento, y cuando abre la boca se ve lo horroroso. El encuentro con lo real se da cuando Irma abre la boca. Lo que tapa lo real, en este momento, no está. Se encuentra con la posibilidad de que fracase la solución, en este punto está presente la angustia, la muerte, la sexualidad, la carne. Las asociaciones refieren al encuentro con lo real. No es sólo el fracaso profesional, está presente la muerte, la angustia y la sexualidad. Es tan fuerte el deseo de saber que no se hace posible el despertar ante ese sueño angustiante. Lacan critica el esquema del peine, dice que algo falta. La critica es que la idea de regresión comenzó a usarse para todo, como una solución. La idea de regresión supone que hay un Yo que va pasando por etapas y conquista mayor autonomía y mayor equilibrio. Lacan critica esto. Para él, el Yo es un conjunto de identificaciones imaginarias. Ante la visión angustiante no hay una regresión del Yo, hay descomposición del Yo. Nuestro Yo está tomado en la relación con Otro, no hay Yo sin Otro. La descomposición del Yo en el sueño se ve como otros. Es porque Freud tuvo esa familia, donde su padre de la ley era su hermano, que pudo formular el Edipo. El Yo se constituye en una serie de identificaciones con los otros. No es una figura armónica, muchas veces las identificaciones son incoherentes entre sí. Lo que hacen los personajes del sueño es contradecirse. En este trio con discurso delirante aparece la disculpa, la desresponsabilización, esa sería la defensa. Esa fragmentación es el precio por seguir soñando. En los sueños el Yo siempre está fragmentado, aparece una separación entre lo que sucede y el discurso. Lacan plantea que Freud debe resolver el enigma de la fórmula para conocer la “solución”. Esta fórmula es una palabra, es un mensaje que se descifra. Esta visión tiene un mensaje de otro orden a descifrar. Freud piensa sobre qué es la neurosis y si tiene un sentido, si hay algo del desciframiento. La respuesta a la pregunta por el sentido de los sueños es la fórmula. La neurosis tiene relación con el discurso. Sueño y neurosis tienen estructura de palabra y por eso son descifrables. De lo que se trata la neurosis es de la palabra, la neurosis tiene que ver con el discurso. Hay que establecer un código, y este está en las asociaciones del soñante. Hay una función simbólica en juego. El sueño se interpretar porque se lo trata como jeroglífico. Hay una función simbólica, entiendo el símbolo como construido en relación con otro. Lacan cambia la fórmula, A y Z significan principio y fin. Ahí está destituido el Yo, es el inconsciente que habla, el discurso habla solo. El discurso es el inconsciente, hay algo que habla y no es el Yo. Esto es del registro simbólico. Este sueño parte del descubrimiento del inconsciente. Este sueño está destinado a nosotros según Lacan. Lacan se esfuerza por hacer una separación entre Yo y sujeto. Hay algo que sobrepasa al Yo, hay un discurso que no es del Yo, es del inconsciente. Freud advierte que la solución es la palabra y su poder. El exceso que sobrepasa al Yo, y aparece, es lo que llamamos sujeto. El Icc es eso que habla en mí, más allá de mí Para Freud, el Edipo es el complejo nuclear de toda neurosis. Este complejo está compuesto por tres personajes. Lacan agrega uno más. Lacan piensa al Edipo como una estructura, no como un mito. Hay lugares y relaciones entre lugares. Plante el Edipo en tres tiempos, en un orden no cronológico, sino lógico. El Edipo esta fundado en la vida social en la que estamos inmersos. 9
De todos los objetos de las etapas, la única perdida no empírica es la fálica, correspondiente a la castración. Sobre esta amenaza se sujeta el primer par ordenador: falo/castración. Las distorsiones, desvíos de la vida pulsional humana se explican porque el primer objeto erotizado es un objeto tocado por la ley, prohibido y perdido. Lacan piensa la cuestión del padre. En el primer tiempo hay tres personajes (niño, madre y falo). El Falo es el deseo de la madre, lo que la completa, lo que colma su deseo. El falo es una ley que universaliza y ordena la sexualidad humana. Exige la existencia de un objeto que colme, que suture la falta. Este va a ser el objeto fálico imaginario que es el pene de la madre. El niño ingresa en el Edipo como el falo de la madre, ubicado en esa posición. Freud piensa la cuestión entre tener y no tener. Lacan piensa la cuestión entre ser y tener. Este tiempo coincide con el tiempo de constitución del Yo, el tiempo del narcicismo. El tiempo en el que se libidiniza el cuerpo. El niño quiere ser objeto de deseo de la madre. El niño quiere ser el deseo de la madre. El falo es llamado falo imaginario porque completa a la madre en forma imaginaria. Hay una ilusión de completud. Para que una madre ponga a su hijo en ese lugar tiene que haber pasado por la castración. Esta equivalencia es sustituible por otras y, a su vez, es sustitución de otra. Nada ocupa completamente ese lugar. Es un primer tiempo sumamente necesario para la constitución subjetiva. Lacan habla de padre simbólico, imaginario y real. El padre imaginario es el padre de la rivalidad, el padre terrible. El padre simbólico es el padre de la ley. El padre de la prohibición del incesto. Esta ley es la fundante de la cultura, ya que la familia no es un hecho biológico, sino un hecho cultural. Introduce esta trama de filiación y prohibición. Nadie es ese padre simbólico. El padre real se puede entender de dos formas contradictorias. Por un lado, es el padre concreto, el padre de la realidad. Pero lo real no es la realidad. La otra manera de pensarlo es como un imposible. Somos hijos de otros hijos, las personas van a análisis como hijos. En el primer tiempo el padre está velado para el niño, aunque la función de padre ya esté operando. En un segundo tiempo se hace efectiva la intervención del padre imaginario, el padre que priva (hay una distinción entre castración, privación y frustración), es el padre que introduce la legalidad por la cual priva a la madre de ese niño que es su falo, y priva al niño de su madre. Por medio de esta privación se comienza a registrar que la madre está castrada, que no es fálica. Si la madre está castrada, entonces el niño no es quien la completa. El niño debe suponer que hay un privador, que logra la separación entre él y su madre. Es aquí cuando se pasa del ser al tener. Para que el padre pueda tener esa eficacia de privación la debe introducir la madre. La madre debe darle el lugar a ese privador. La madre, en vez de buscar al niño, busca algo que el otro tiene. La madre comienza a develar que ella está sometida a una ley, que es la ley del otro. En el primer tiempo el niño cree que la madre no depende de nada. Que su deseo es propio. Pero luego comienza a darse cuenta de que su deseo depende de una ley del deseo, que ella está tomada en una ley que la hace dirigirse al padre que tiene algo que la hace orientarse a buscarlo. Es por la introducción de esas señales que el niño se encuentra con el padre privador. La misma madre que puso al niño en el lugar de falo lo debe retirar. Esto también se da cuando la madre dice “no”. Esta prohibición no es un capricho de ella, es que está siendo vocera de una ley a la que ella también está sometida. En el tercer tiempo aparece el padre real, el padre donador. Dona una habilitación, una posición deseante. Este padre pasa la ley, él no es la ley, ni la hace. Es un simple hijo, que es hijo de otro hijo. Nadie es la ley. El padre también esta castrado. 10
El padre simbólico está todo el tiempo, está desde el inicio, velado. Para poder sostener una posición hay que tener que pasar por todo esto. La perversión es no perder la madre fálica. El falo va a circular en tanto significante, va a ser un falo simbólico. La pérdida que tiene que ocurrir en el Edipo es la perdida de ser el falo. En tanto el falo circula, es decir, es un objeto que se puede poseer, se transforma en simbólico. Aparece una estructura deseante. En el Edipo, de lo que se trata es del encuentro con el deseo de la madre y del encuentro con la ley. El deseo queda ligado a una ley. Madre es lo que fue el Autre, el Otro primordial. Estructura: conjunto de lugares. Tiempos lógicos: suponen una organización. El niño se encuentra con una madre que desea, que algo la moviliza, pero no se sabe que es. Lacan pone el énfasis en el deseo de la madre, a diferencia de Freud que pone el énfasis en el deseo del niño. Con la metáfora paterna se evidencia el aspecto terrible de la madre. Porque no hay ninguna ley que regule este deseo, es un deseo loco. No se sabe que objeto es el niño para ella. En el Edipo el niño descubre que este deseo está regulado. Sobre el DM interviene el nombre del padre. Esto es llamado así porque la madre actúa “en nombre de…”, es un tercero que actúa sobre todos nosotros. En el campo del otro hay una ley que lo regula, una ley que no está afuera del campo del significante. Una vez que interviene el nombre del padre, aparece la significación fálica. Hay una regulación, hay ley en el campo del otro, una ley que regula el deseo, hay un falo que circula. Hay limite a un goce que de otra forma seria sin medida. Pone medida al goce ilimitado del Otro. Cuando no está esta intervención, se produce la forclusión. Los significantes forcluidos retornan en lo real. Por ejemplo, en alucinaciones. Forclusión significa algo que no tiene ya posibilidades de inscribirse. La intervención del padre consiste en que la madre lo traiga a esa discusión por medio del lenguaje. El falo simbólico supone, a diferencia del imaginario que es del orden del ser, una falta posibilitadora del deseo que se inscribe en la estructura. El padre del tercer tiempo tiene que mostrar que el tiene algo que hizo que la madre quiera un hijo de él. Que el si tiene lo que ella busca. Para dar un modelo que habilite a ser. Registro de lo real: Lo real es lo que escapa al entendimiento, es inaprehensible. Supone un problema porque no entra en la palabra, es de lo que no se puede hablar. Existe en relación a los otros. Lo real ocurre en el cuerpo y las palabras no lo apresan. Se relaciona con el trauma de Freud, lo intramitable. Un suceso económico que el aparato no puede tramitar, el sistema de representaciones no puede lidiar con esto. También se relaciona con la angustia, entendida como afecto no ligado, que esta por fuera de la representación. Ese límite es al mismo tiempo exterior e interior. Lo real siempre es un choque. Lo real es lo que vuelve al mismo lugar. Fenómeno de la repetición. Fijación. La repetición es un fenómeno clínico, volver a encontrarse con algo. Fijación supone una vuelta sobre ese punto. El mismo lugar: Hace referencia a eso que es siempre lo mismo, lo que se repite. En lo que se repite hay diferencia, que se nota en lo simbólico, y en esa diferencia hay algo que es siempre lo mismo. La diferencia se evidencia en lo simbólico, porque esto es diferencia. Pero en esta diferencia hay algo que 11
es siempre lo mismo, esto es lo real. El lenguaje en tanto sistema simbólico tiene un punto imposible en tanto no cierra. Lo real no se piensa desde el “qué es”, sino desde el “cómo se presenta”. Lo real es lo imposible. No tiene solución. Es lo imposible en relación a los otros registros, es lo que se les escapa. Lo imposible es una de las maneras de la castración. La castración que importa es la del Otro, es el punto en el que se da la angustia. El neurótico no quiere evidenciar la castración del Otro. Una de las formas es confundir los planos. Cuando se da la captura por lo simbólico, hay una desnaturalización de lo sexual, por intervención del ste, no hay programa para el sexo. En lugar de eso hay cierta normativización que aporta el Edipo y la castración. No hay programa porque no hay inscripción entre sexualidad y muerte, hay un imposible. Lo simbólico y lo real no coinciden. Lo real es aquello que no cesa de no inscribirse: lo que no ingresa en el registro de lo simbólico no se puede inscribir. Esta todo el tiempo no inscribiéndose. El núcleo real es lo que motiva el discurso. Eso que se escapa motoriza al significante, hace que haya discurso. Porque si no todo sería dicho. Retorno de lo reprimido: algo que se ha inscripto retorna desde lo reprimido. Pero la operación cae sobre algo que primero tuvo que ser inscripto. Que se haya inscripto significa que fue simbolizado. El retorno es en lo simbólico y por eso es interpretable. Algo que no se ha inscripto se denomina forclusión. Es algo que no se ha inscripto en un plazo determinado. El NP es un significante primordial, de la ley, aporta una regulación sobre el DM. Si este significante no se inscribe, su retorno va a ser en lo real. Un retorno en lo real podría ser una alucinación, los fenómenos elementales. Aquello que retorna no es descifrable, obliga al sujeto a tratar de darle una respuesta a esto. La forclusión es un error en el anudamiento de los registros; Lacan lo llama lapsus en el anudamiento de los registros. Hay algo que no se ha anudado y requiere una suplencia. Lo real como aquello que no falta en su lugar. La falta es introducida por lo simbólico. En lo real no falta nada. La realidad es un entramado de simbólico e imaginario, no puede ser lo real, ya que esto debe estar velado. El punto de imposible tiene que estar tapado. El hombre evoca una y otra vez su unidad ideal, jamás alcanzada y que le escapa sin cesar. La llamada es necesaria para que el deseo y la demanda sean satisfechos. Toda satisfacción de la demanda depende del Otro. El Otro tiene más allá de él, a este Otro capaz de dar fundamento a la ley. Lo esencial es que el sujeto, por el procedimiento que sea, haya adquirido la dimensión del nombre del padre. Hay que tenerlo, pero hay que saber servirse de él. S, sujeto no posee su ste, está fuera de los tres vértices del triangulo edipico, y depende de lo que ocurre en este juego. Esta metáfora concierne a la función del padre. Lo importante de la relevación del icc es la amnesia infantil que afecta a los deseos infantiles por la madre y al hecho de que estos deseos están reprimidos. Dichos deseos son primordiales, y están todavía presentes. A veces el papel esencial no lo desempeña el drama edipico sino la relación del niño con su madre, así pueden existir neurosis en las cuales el problema no es el Edipo. También ya Freud indicaba que lo que sucede antes del Edipo es importante. La perversión, por ejemplo, era una fijación preedipica. El complejo de Edipo tiene una función normativa no simplemente en la estructura moral del sujeto, ni en sus relaciones con la realidad, sino en la asunción de su sexo. Así la cuestión de la genitalizacion es doble: hay por un lado un crecimiento, una maduración. Y por otro, en el Edipo, asunción del propio sexo. 12
La virilidad y la feminización son los dos términos que traducen esencialmente la función del Edipo. La relación entre el niño y el padre esta gobernada por el temor de la castración. Hay una relación agresiva. Esta agresión parte del niño, porque su objeto privilegiado, la madre, esta prohibido, y va dirigida al padre. Vuelve hacia el en función de la realidad dual, en la medida en que proyecta imaginariamente eh el padre intenciones agresivas equivalentes o reforzadas con respecto a las suyas, que parten de sus propias tendencias agresivas. El temor experimentado hacia el padre tiene su centro en el sujeto. El componente de amor al padre es el que proporciona el final del complejo de Edipo. El sujeto se identifica con el padre en la medida en que lo ama. El también puede llegar a ser alguien. “tiene sus títulos en el bolsillo” dice lacan. También por la vía del amor puede producirse la inversión. Frente a ese padre tan temido pero que es tan amable, debe colocarse en el lugar adecuado para obtener sus favores, hacerse amar por él. El padre llega en posición de importuno, porque prohíbe. La castración es un acto simbólico, cuyo agente es alguien real, y el objeto es un objeto imaginario. El padre prohíbe a la madre. A su vez el padre interviene como un padre simbólico, frustrando al nene de un objeto real. “su deseo es deseo del deseo de la madre” hace referencia a que el niño busca, ambiciona que la madre lo desee, ser el objeto de su deseo. La relación del niño con el falo se establece porque el falo es el objeto del deseo de la madre. Este elemento desempeña un papel activo esencial en las relaciones del niño con la pareja parental. En el plano imaginario para el sujeto se trata de ser o no ser el falo. No se lo llamaría complejo de castración, si en cierta manera, eso no pusiera en primer plano que, para tenerlo, es preciso que haya sido planteado que se puede no tenerlo. Esta posibilidad de ser castrado es esencial en la asunción del hecho de tener el falo. Es solo después de haber pasado por el campo de lo simbólico que el deseo encuentra su objeto. El niño empieza como súbdito porque se experimenta y se siente sometido al capricho de lo que depende. Para que no sea pura y simplemente un súbdito es preciso que aparezca algo que le de miedo. El padre del tercer tiempo es un padre potente, por eso la relación con el padre vuelve al plano real. El padre interviene efectivamente sobre el discurso de la madre. El falo interviene como falta, como el objeto del que esta privada (la madre), pero también como objeto que de todas formas se le da. La enseñanza de Lacan comienza en 1953, comprende los seminarios y los escritos y se extiende hasta 1981. Lo que precede al ’53 él lo denomina su etapa prepsicoanalitica. El niño esta de entrada en un baño de lenguaje. Caracterizando al A:
Es el Otro del lenguaje, el del discurso universal, el de todo lo que ha sido dicho y puede ser pensado. Es el Otro de la verdad, el que ratifica la verdad dentro del discurso. Es el Otro de la buena fe. De la creencia. Es el Otro cuyo discurso constituye el icc.
La estructura lacaniana es descompleta, en falta. La verdad habla y como no puede decirse toda porque en el Otro hay una falta, la verdad tendrá estructura de ficción. El giro a lo real se produce cuando lacan encuentra la falta en lo simbólico. Cuando nosotros hablamos tomamos significantes de la batería y los combinamos, también los podemos sustituir por otros. La sanción de la madre es la que hace que la necesidad pase por el lugar del Otro. Esto hará que se hable de demanda, ya que una necesidad tomada por el lenguaje no es mas necesidad. La comunicación es fallida porque siempre se dice otra cosa de lo que se tiene intención de decir. El sujeto ya esta barrado antes de hablar por el solo hecho de que el lenguaje lo preexiste. 13
La constitución de la imagen del cuerpo se produce por un cruce de lo real del cuerpo y lo imaginario. El niño en tanto que real simboliza la imagen fálica deseada por la madre. Entre yo ideal e ideal del yo encontramos una articulación entre lo imaginario y lo simbólico. La cosa es un primer exterior irrepresentable en torno al cual se organiza el mundo de las representaciones. Es solo porque el ste del nombre del padre opera en lo simbólico, que es posible la identificación al falo imaginario y a la constitución de la realidad. Es porque la ley del padre ha operado que el falo se ha negativizado y en tanto falta, el niño se identifica a ese objeto del deseo matero en lo imaginario. El fantasma se reduce a la pulsión, y esta preminencia dada por el neurótico a la demanda oculta su angustia ante el deseo del Otro. El obsesivo niega el deseo del Otro, desconoce la falta. En la histeria el deseo se manifiesta insatisfecho, su respuesta es por la vía del objeto. En la obsesión es por la vía del sujeto. El deseo siempre se trata de deseo de otra cosa. Deseo de una falta (histéricas). Con el esquema óptico se ubica la tópica de lo imaginario. Todo el acceso que tenemos al cuerpo es sobre su imagen. Lo real del cuerpo queda capturado en lo imaginario, es libidinizado. La imagen completa es el Yo Ideal, la aspiración a la completud. El espejo plano es el A, lo simbólico. Se inviste a la imagen del objeto. Como lo real queda capturado por la imagen sentimos que habitamos un cuerpo, pero lo debo ver de manera virtual. No hay formación de ser humano si no hay otro semejante. Se conforma el Yo por intermedio de lo simbólico. El cuerpo es una imagen determinada simbólicamente. El lenguaje del Otro nos determina. Repercute en la configuración de la imagen, si no hay palabra no hay captura, lo simbólico la permite. Una vez que se da la captura del organismo, esto queda inaccesible, se piensa en una imagen. No hay acceso a la imagen si no es por fuera. Esta imagen fue tramitada desde lo simbólico. La determinación simbólica implica ese lugar en el que me pusieron, yo que era para ellos. El Yo Ideal está en el plano de lo imaginario, para acceder a él debemos seguir las reglas que impone el Ideal del Yo, que está en el plano simbólico. Este Ideal orienta como debo ser. Lo que determina la puesta en funcionamiento de la sexualidad es algo que tiene una estrecha relación con el tipo, ese algo es una imagen cuya aparición sirve como señal y pone en marcha los comportamientos de la reproducción. La pulsión libidinal esta centrada en la función de lo imaginario. Existe en primer lugar un narcisismo en relación a la imagen corporal. Ella hace la unidad del sujeto. Este primer narcisismo se sitúa a nivel de la imagen real, en tanto esta imagen permite organizar el conjunto de la realidad en cierto numero de marcos preformados. La reflexión en el espejo introduce un segundo narcisismo. El otro tiene para el hombre un valor cautivador, dada la anticipación que representa la imagen unitaria tal como ella es percibida en el espejo. El otro se confunde con el ideal del yo. La identificación narcisista, del segundo momento, permite al hombre situar su relación imaginaria y libidinal con el mundo en general. Las pulsiones sexuales se aplican primero a la satisfacción de las pulsiones del yo, y mas tarde se hacen autónomas. El niño es lo que sus padres lo hacen en la medida en que le proyectan el ideal. La represión parte del yo con sus exigencias éticas y culturales. La formación de un ideal es la condición de la represión. A este yo ideal se consagra el amor ególatra de que en la niñez era objeto el yo real. La sublimación es un proceso de la libido objetal. La idealización concierne al objeto que es agrandado, elevado, sin modificaciones en su naturaleza. Esto ultimo es posible tanto en el dominio de la libido del yo como en el de la libido objetal. El desarrollo del yo consiste en un alejamiento del narcisismo primario y crea una tendencia a 14
reconquistarlo. Este alejamiento sucede mediante el desplazamiento de la libido sobre un ideal del yo impuesto desde el exterior, y la satisfacción es proporcionada por el cumplimiento de este ideal. Las manifestaciones de la función sexual en el hombre se caracterizan por un desorden eminente. Nada se adapta. Esa imagen presenta una especie de fragmentación. Existe una especie de juego de escondite entre la imagen y su objeto normal. El ser humano solo ve su forma realizada fuera de si mismo. Lo que el sujeto ve en el espejo es una imagen que va desde lo mas completo a lo mas incompleto, esto depende de su posición en relación a la imagen real. La inclinación del espejo plano esta dirigida por la voz del otro. La regulación de lo imaginario depende del vínculo simbólico entre los seres humanos. Nos definimos por intermedio de la ley. La relación simbólica define la posición del sujeto como vidente (como nos ve el otro, como inclina el espejo para que nosotros nos veamos). El ideal del yo dirige el juego de relaciones de la que depende toda relación con el otro. Y de esta relación con el otro depende el carácter mas o menos satisfactorio de la estructuración imaginaria. El otro me hace ver lo que yo debo ser (entre el ojo y el espejo plano media el ideal del yo) y entre el espejo plano y el cóncavo, el yo ideal (que mostraría una imagen virtual completa). El otro es el único que puede servir como guía para llegar a ver el florero, mediante un ideal del yo. Porque es el otro quien enfoca el espejo. El amor es un fenómeno que ocurre a nivel de lo imaginario, y que provoca una subducción de lo simbólico, una anulación de la función del ideal del yo. Vuelve a abrir las puertas del yo ideal. La idea de interior y exterior es un efecto imaginario. Es posible por la captura del Yo en una imagen. El Otro permite que esto suceda. La respuesta hace a la demanda. La demanda juega en el campo del lenguaje, ya que no hay llamado hasta que no hay respuesta. Cuando el nene llora, la madre lo siente dirigido a ella, le da un sentido y le responde. Lo biológico pasa a ser del orden del lenguaje. Donde ese grito es llamado es el lugar del lenguaje del Otro (A). En el análisis tengo que advertir que estoy diciendo demás. Para que eso sea posible tiene que existir el lugar de Otro. Lo que importa de la madre es que habla, que nos introduce en el campo del ste. Es porque hay este Otro que hay transferencia. En el principio no hay nada, pero es real. Luego aparece el Yo como una imagen a la que me identifico, como una unidad diferente de otro. Transferencia: En vez de recordar, el sujeto pone en acto, actúa, repite. Parte del análisis tiene que ver con recordar, hacer cc lo Icc. Hay algo que dificulta esto. Cuando el paciente repite con el analista hace que permanezca inconsciente. Este obstáculo es el motor de la cura, ya que traer el conflicto, actualizarlo, permite tratarlo. No somos dueños de lo que decimos. Pero en la cotidianidad no lo vivimos así. Hay una dimensión imaginaria que va de Yo a Yo, que permite el entendimiento. La respuesta del Otro sanciona los significados. La vía imaginaria es la vía de la resistencia. Un análisis es exitoso cuando se logra que el paciente se escuche. La transferencia tiene una dimensión de amor. Erastés y Eromenós tienen una falta. El amante busca lo que le falta en el amado, y el amado desconoce lo que tiene y que el amante busca en él. El cambio de posición de amado a amante es de lo que se trata el amor. Esto es lo que Lacan llama “metáfora del amor”. El paciente llega en posición de amante, buscando el saber. El analista está en el lugar de amado. Luego se invierte. La salida del análisis es en el lugar de amante, es reconocer que estoy en falta y eso me moviliza. Agalma: algo que brilla, objeto precioso. Brillo que alguien tiene, pero no es visible. Es el objeto parcial, el 15
objeto total no existe. Está en relación con la perdida que moviliza. Hay un no-saber sobre eso que me causa. Este objeto funciona a partir de no ser visto. Los dioses son un modo de revelación de lo real. Aquellas revelaciones con lo que el hombre se encontraba en lo real, lo real lo desplaza, las buscara en el logos, en la palabra. Si hay algo que entra como objeto de deseo, como ser amado, entra en una escala de deseable. Es decir, puede ser mas o menos deseado. La transferencia está en relación con el saber. Asociación libre: el saber está ahí, lo que se despliega es el saber. Sujeto supuesto saber: al saber se le supone un sujeto. Produce el efecto, lo que cura es el escuchar eso que se dijo. Hay un punto donde las asociaciones se detienen. Este punto es la presencia del analista. Se llega a un punto donde la resistencia es grande. El objeto a no forma parte de lo simbólico, está producido por él, pero se le escapa. Está perdido. Es algo que se introduce como perdido y tiene que ver con lo pulsional. El analista pasa a ocupar el lugar del a, vela el vacío del a real. En la transferencia se pone en juego algo de lo pulsional, es eso que hace obstáculo en la cadena de asociaciones. Donde aparece esto es la transferencia. Lo real se trata porque lo simbólico llega a su límite. El deseo del analista es de analizar. El otro tiene que coincidir con el ideal y el objeto parcial, ahí se da el amor. Estas dos cosas participan en un análisis. Pero el análisis busca separar esto. El análisis tiene que despejar el objeto a. El objetivo del análisis tiene que ver con la posición deseante, diferente al ideal que impone el “que debo ser”. Hay que despejar el deseo del “debo ser”, del ideal. Este deseo es siempre deseo del Otro. Transferencia: Inconsciente, repetición, pulsión, transferencia: 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis. La relación transferencial es una metáfora. Junto con el Icc son los dos pilares del análisis. La transferencia estructura todas las relaciones en torno al analista. Requiere de la presencia entre dos cuerpos. El analista es la otra parte del ste. en tanto Otro, S2 que puntúa, y da sentido como Otro simbólico, pero también lo es porque acepta ser el soporte, el lugar donde un objeto presiona y distorsiona. Los significantes conducen al punto donde el deseo de la madre esta sustituido por significantes que la metáfora paterna puso en juego para poder hacer de ese deseo algo reprimido. Esta presencia permite que se produzca la transferencia como puesta en acto de la realidad sexual del Icc. El narcicismo es esa instancia que estructura todas las relaciones del sujeto con los otros. La transferencia es el fenómeno que permite la emergencia del inconsciente en un lugar acotado. Esto posibilita que el análisis tenga eficacia. No hay encuentro con una escena vivida, se trata de una fantasía, de otra cosa. Freud: la transferencia es el motor y el obstáculo de la cura. Sin transferencia no hay análisis. La articula con el amor, porque de este modo se le presenta. Lacan la pone en relación con el saber. El analizante relata sus malestares a Otro, al cual le otorga un saber. Pero se transforma en resistencia porque el neurótico no quiere pagar los costos de un análisis. Lacan habla de transferencia positiva de modo similar a Freud. Y habla de transferencia negativa en términos de ambivalencia. Deseo del analista: interés por la cura de la neurosis. Si responde a la demanda de amor el análisis finaliza. La transferencia habilita la toma de la palabra. Es un fenómeno producto de la relación analítica, pero ésta no la crea en su totalidad, porque también existen otros ámbitos. El dispositivo analítico es el medio adecuado para que esta se desarrolle.
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La transferencia imita al máximo hasta confundirse con el amor. Hay una variación del lugar del saber. La transferencia es un amor al saber. El amante no tiene y no sabe lo que le falta. El amado tiene, pero no sabe lo que tiene. El objeto puede ser cualquier cualidad valorada por el otro, es lo que hace a esa persona distinta. El amor es una metáfora. Consiste en una sustitución de un amado en el lugar del amante. El sujeto al final del análisis se encuentra con una falta, se adquiere un saber sobre la falta. Amor desde el punto de vista psicoanalítico nos referimos a un aspecto que tiene que ver con algún tipo de lazo que desde Freud lo ubicamos como un modo de expresión de la libido donde ese modo de expresión tiene que ver con que de alguna forma hay una relación con el objeto y esa relación con el objeto está cargada de esa energía de pulsión sexual. En el amor hay algo que se juega en relación a ubicar un objeto, que sería un objeto en principio adecuado. Parece que se encuentra el objeto que da completud. “El enamoramiento es una psicosis experimental” – Lacan. Al principio, parece que el objeto es el adecuado, parece que encontró el objeto de satisfacción, el que me completa. Esto es lo que pasa en el enamoramiento. Amor de transferencia: fenómeno que encuentra Freud en la clínica y tiene que ver con un obstáculo. Es la más fuerte resistencia al tratamiento. La transferencia estructura todas las relaciones particulares con ese otro que es el analista. El analista, en términos de presencia, está presente en el concepto de inconsciente. No se puede pensar el Icc sin analistas. Especie de enamoramiento. Un análisis solo es posible si hay una relación transferencial. Freud sobre la transferencia: Debe haber alguien que está parcialmente insatisfecho, cuya investidura libidinal se ubica en el lugar del analista. Mas fuerte resistencia al tratamiento. El analista jamás tiene derecho a aceptar la ternura ni responder a ella. Ese amor sería un “falso amor” ya que (no es conmigo sino con el lugar que ocupo) No se debe responder a ese amor transferencial pero tampoco rechazarlo. A esa posición Freud la llama “posición de abstinencia”, abstenerse de ese aspecto que aparece en la relación transferencial, abstenerse en todos los sentidos. Seminario 11: Es un seminario que viene en lugar del que hubiera sido el seminario sobre “los nombres del padre”. El ICC funciona con las leyes del lenguaje. En la clase 10 va a decir: la transferencia estructura todas las relaciones particulares con ese otro que es el analista. Que estructura todas las relaciones, implica que todo lo que pasa con el analista está dentro del marco transferencial, por eso es un falso amor que tiene que ver con el lugar. No solo lo que pasa, sino los pensamientos en esa relación. No solo lo que se hace sino también lo que se piensa debe ser ubicado dentro de esa relación transferencial “no puede estar separado de la presencia del analista” el Icc tiene que ver con la apertura y el cierre, el analista en términos de presencia está incluido en el término de Icc. El analista no puede quedar afuera.
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En el análisis el sujeto habla y asocia libremente, eso tiene una temporalidad marcada por la apertura (que se produzca la asociación) o el cierre del Icc (que es que se detengan las asociaciones, las resistencias). El sujeto habla y no sabe lo que dice. La transferencia tiene que ver con las repeticiones, la transferencia repite algo que el sujeto vivió en sus relaciones importantes, primordiales. No se refiere a cuestiones de la realidad “objetivas”. La transferencia permite actualizar las marcas que el sujeto tuvo en su constitución. Ahí se produce el terreno de intervención, que tiene que ver con la interpretación. El objeto de la pulsión es un objeto perdido, se constituye como perdido. El yo no es lo mismo que el sujeto del Icc. Hay algo Icc que se manifiesta en lo transferencial y es necesario para el análisis y hay algo de la resistencia. El discurso del yo trata de guardar cierta lógica, y se relaciona con la resistencia. El análisis se trata de que el analista escuche las interrupciones del discurso, a las formaciones Icc. Donde el yo trata de que todo cierre aparece algo que rompe esa lógica. La repetición lo que va a mostrar algo del deseo. La transferencia se repite porque hay algo del deseo que está en juego. Repite algo que el sujeto vivió en sus relaciones primordiales. a Esquema de la nasa: Trata de graficar la apertura y el cierre del Icc. En el lugar donde se ubica la a, cuando el objeto se ubica ahí, se cierra el Icc. Cuando no está la a fluyen las asociaciones. El analista aparece ahí como objeto y obtura las asociaciones. La propia presencia del analista es una manifestación del Icc. Sin analista no hay Icc que surja. La relación transferencial se aparece como obstáculo. La relación convive con estas dos situaciones, con la apertura y el cierre del Icc. Hace falta que este ese otro y, por otro lado, en algún momento surge la resistencia, y la trasferencia queda como ese objeto que queda obturando ese Icc, su producción. La transferencia es la puesta en acto de la realidad del Icc. Puesta en acto porque la transferencia tiene que ver con una puesta en acto, produce algo en la relación. Realidad del Icc: no habla de realidad en el sentido social, sino la realidad psíquica. Hay algo que se expresa de esa realidad. Aparece hoy lo que tuvo importancia en el tiempo de la constitución del objeto y a partir de ahí se construye el análisis, con la resistencia que aparece a la vez. el sujeto se ve en el espacio del Otro. Allí donde el sujeto se ve, no es desde donde se mira. El sujeto se va a ir a buscar en un lugar donde no está. El Icc es el discurso del Otro. Hay un saber que no hay que concebir como saber que haya de completarse. La verdad es algo que se instaura con cierta mentira, pues la propia mentira se postula como tal en la dimensión de la verdad. Toda enunciación habla del deseo y es animada por él. La transferencia es la puesta en acto de la realidad Icc.
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