Consideraciones Acerca De La Formación Del Estado Argentino.docx

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CONSIDERACIONES ACERCA DE LA FORMACIÓN DEL ESTADO ARGENTINO : Francisco Corigliano:

El presente trabajo pretende brindar al lector una introducción elemental acerca de los conceptos de Estado y Nación, y de los componentes que definen un Estado nacional. Por otro lado, intenta esbozar un análisis acerca de la génesis y formación del Estado argentino.

INTRODUCCIÓN: CONCEPTOS DE ESTADO Y NACIÓN: el Estado es la organización que impone y/o obtiene acatamiento de la población, valiéndose tanto del poder o coerción como de la autoridad o legitimidad para lograr este objetivo. es el ordenador de la sociedad. Debido a la diversidad de comportamientos, actividades e intereses que caracterizan a los miembros de cualquier sociedad y que a menudo resultan incompatibles entre sí, es necesaria la existencia de un instrumento para la resolución y/o regulación de los conflictos sociales, provocados por el choque de estos intereses, valores, hábitos y comportamientos existentes. Este instrumento de dominación política, cuyo objetivo es imponer un determinado tipo de orden y que expresa a la vez el interés general de la sociedad y el interés de uno o más sectores dominantes de cualquier sociedad, es el Estado. La Nación, en cambio, es una realidad del orden cultural (en el sentido antropológico) constituida básicamente por tradiciones, lengua, vínculos religiosos, hábitos y estilos de vida compartidos, y desde ya, una historia en común. Ni el Estado ni la Nación existen desde siempre; ambos se forman con el tiempo. Además, Estado y Nación no necesariamente aparecen Juntos. Existen casos en donde uno de los componentes —o el Estado o la Nación— puede estar ausente. Por ejemplo, la existencia de la nación alemana o la nación judía es anterior a la constitución del Estado alemán o del Estado israelí actual. Según Oszlak, sólo podemos hablar de un Estado nacional cuando un determinado sistema de dominación -u ordenamiento- social tiene las siguientes propiedades: 

capacidad de manifestar su poder; obteniendo reconocimiento como unidad soberana dentro de un sistema de relaciones interestatales;



capacidad de institucionalizar su autoridad, imponiendo una estructura de relaciones de poder que garantice el monopolio del poder estatal sobre los medios organizados de coerción;



capacidad de diferenciar su control, a través de la creación de un conjunto funcionalmente diferenciado de instituciones públicas con reconocida legitimidad para extraer en forma estable recursos de la sociedad civil, con cierto grado de profesionalización de sus funcionarios y cierta medida de control centralizado sobre sus respectivas actividades



capacidad de internalizar una identidad colectiva, mediante la emisión de símbolos que refuerzan sentimientos de pertenencia y solidaridad social y permiten, en consecuencia, el control ideológico como mecanismo de dominación.

Se agrega la noción de Estado nacional presupone, además de estas cuatro propiedades, la presencia de condiciones materiales que posibiliten la expansión e integración del espacio económico (mercado) y la movilización de agentes sociales en el sentido de instituir relaciones de producción e intercambio crecientemente complejas mediante el control y empleo de recursos de dominación, Esto significa que la formación de una economía capitalista y de un Estado nacional son aspectos de un mismo proceso, pues esa economía en formación va definiendo un ámbito territorial, diferenciando estructuras productivas y homogeneizando intereses de clase que en tanto fundamento material de la nación, contribuyen a otorgar al Estado un carácter nacional.

EMANCIPACIÓN Y PROCESO DE FORMACIÓN DEL ESTADO ARGENTINO: EL LARGO CAMINO HACIA LA ORGANIZACIÓN NACIONAL (1810 A 1860). para comprender mejor los factores que posibilitaron a partir de 1860 la formación del Estado argentino, resulta imprescindible examinar las razones del fracaso de los diversos intentos de organización nacional previos a esa fecha. primer período (1810 a 1829): Si bien es cierto que la Revolución de Mayo y las luchas de emancipación iniciadas en 1810 marcaron el comienzo del proceso de creación de la nación argentina, la ruptura con el poder imperial no produjo automáticamente la emergencia de un Estado nacional. Roto el vínculo colonial, pronto se hizo evidente que el Virreinato del Río de la Plata resultaba un ámbito unificado sólo por el control español. Dicho virreinato estaba constituido por un conjunto de regiones y provincias con realidades geográficas, políticas, económicas y culturales muy diferentes entre sí. La dominación española no había creado una base ni material ni política para el desarrollo posterior de una clase criolla capaz de ejercer un liderazgo centralizado sobre todo el ex-Virreinato del Río de la Plata. La Primera Junta de Gobierno surgida a partir de la Revolución de Mayo en Buenos Aires intentó utilizar la estructura política heredada del poder colonial español para imponer su autoridad sobre el resto del ex-virreinato. Pero las diversas partes de dicho virreinato —Alto Perú. Banda Oriental. Paraguay e incluso las provincias del Interior y del Litoral— tenían intereses económicos, políticos y culturales que no coincidían con los de Buenos Aires. Así, el movimiento independentista no pudo ganar adhesiones fuera de Buenos Aires. Las ideas y principios de la Revolución de Mayo no conseguían ser por sí mismos un factor aglutinante que mantuviera la unidad del ex-Virreinato del Río de la Plata. La desaparición del poder colonial español dejó al descubierto la presencia en el futuro ámbito de la República Argentina de tres áreas diferentes en cuanto a tradiciones, historia e intereses políticos y económicos.   

Buenos Aires el interior litoral.

El esquema de dominación que proponía Buenos Aires estaba ligado al fortalecimiento del circuito económico Buenos Aires-mercado externo, concentrado en el puerto desde fines del

siglo XVIII, El predominio centralizado de Buenos Aires implicaba el control de los recursos obtenidos a través de la Aduana, el fortalecimiento del circuito Buenos Aires-mercado externo y la apertura del resto de las provincias a las importaciones de los países industrializados. este régimen de libre intercambio destruye las economías del interior, cuya producción no podía competir con los productos importados europeos. la región mediterránea, que abarca las provincias del centro, norte y oeste, comprendía economías de desiguales características y grados de desarrollo. La zona central y norteña se configuró durante los siglos XVI y XVII, vinculada al circuito de las minas potosinas y el puerto de Lima, como proveedora de carretas, tejidos y animales de carga. La zona cuyana ompartió estos rasgos generales, pero sus vinculaciones más importantes fueron con la economía chilena y tuvo un mayor desarrollo de la agricultura. Las provincias de Catamarca y La Rioja. marginales a los circuitos económicos del centronoroeste y del Cuyo, formaban la zona económicamente más atrasada de toda la región. El agotamiento de las minas de Potosí a partir del siglo XVII y la posterior interrupción del tráfico con Perú afectaron significativamente el circuito entre las economías limeña e interior mediterránea. Por su parte, las barreras aduaneras internas y la competencia del comercio de importación impedían el comercio entre el Interior y la región comprendida por las provincias de Buenos Aires y del Litoral. Las posibilidades de expansión de la región interior -mediterránea dependían en gran medida de un Estado que limitara las importaciones provenientes de los países industrializados europeos, quitara a Buenos Aires el control exclusivo de la aduana, y destinara una porción importante de las rentas aduaneras a subsidiar los gobiernos provinciales y ayudara a una vinculación entre las provincias del Interior y la reglón pampeano-litoraleña. a diferencia del interior mediterráneo, la reglón del Litoral participaba de la exportación de productos ganaderos hacia el exterior y del comercio de importación proveniente de los países industrializados europeos. Pero, si bien compartían con Buenos Aires la necesidad de eliminar las barreras aduaneras y fortalecer el intercambio con el exterior de acuerdo con los postulados librecambistas, las provincias del Litoral querían terminar con el dominio exclusivo portuario de Buenos Aires a través de la sanción de la libre navegación de los ríos interiores y la nacionalización de la Aduana de Buenos Aires. estas diferencias regionales eran más importantes que las filiaciones políticas. El conflicto entre federales y unitarios, que la literatura identifica con el origen y desarrollo de las guerras civiles argentinas, reflejaba claramente estas contradicciones entre los distintos intereses de Buenos Aires. Litoral e Interior mediterráneo. La guerra civil, aunque ostensiblemente se hace entre federales y unitarios, ella no existe fundamentalmente sino entre las provincias interiores y las litorales porque los intereses de entre ambas no han estado íntimamente ligados. El período comprendido entre 1810 hasta 1829 puede ser caracterizado como una etapa en la que Buenos Aires intentó inútilmente imponer un proyecto de organización nacional basado en el control político y económico - a través del dominio de la Aduana— sobre el resto de las provincias. Así, los sucesivos intentos institucionales —Junta Grande, Primer y Segundo Triunvirato, Directorio— fracasaron estrepitosamente por intentar imponer modelos político

económicos inspirados en el ejemplo europeo y no tener en cuenta los intereses de las provincias argentinas, aisladas geográfica, política, económica y culturalmente de Buenos Aires. Los distintos intentos de Buenos Aires por imponer proyectos de Constitución con alcance nacional fracasaron. Carecían de los atributos económicos, políticos e ideológicoculturales que define Oszlak como condición necesaria para la formación de un Estado nacional. Los atributos materiales (económicos) estaban ausentes, dado que las diferencias de intereses económicos existentes entre Buenos Aires y las provincias del Interior no permitieron la conformación de un mercado en nivel nacional, factor ligado estrechamente a la conformación de un Estado nacional. Asimismo, la sola presencia de los proyectos de organización nacional elaborados por Buenos Aires no reflejaba una idea de Estado nacional que integrara en un solo cuerpo a Buenos Aires y las provincias. No existían vínculos materiales y culturales lo suficientemente sólidos como para hablar de "patria" en nivel nacional. No existía la Argentina como Nación, como república unida o como patria Caído el poder colonial español, cada provincia, liderada por caudillos locales, se constituyó en unidad política y en símbolo de resistencia al poder de Buenos Aires. Cada provincia se convirtió en la "patria" o "la Nación. La patria, para el correntino, es Corrientes; para el cordobés, Córdoba... para el gaucho, el pago en que nació. La vida e intereses comunes que envuelve el sentimiento nacional de la patria es una abstracción incomprensible para ellos, y no pueden ver la unidad de la república simbolizada en su nombre". en 1820 cayó derrotado por las fuerzas dirigidas por los caudillos de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos el último director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata y se sucedió hasta 1829 un período en donde cada provincia argentina — incluida Buenos Aires— se autogobernó. tuvo su propio ejército, su propia moneda y su propia administración.

Período 1829 a 1852: Este período puede ser caracterizado como la etapa teñida por la autoridad de Juan Manuel de Rosas Los dos gobiernos de Rosas (1829-1832 y 1835-1852) encarnaron la vuelta a una forma de orden político peculiar luego de los años de guerra civil y anarquía. Orden peculiar porque aunque estaba basado en el predominio político-económico de Buenos Aires cuyo gobierno asumía la representación exterior y simultáneamente seguía manejando los recursos de la Aduana-, se asentaba sobre una suerte de coalición entre Buenos Aires y las provincias que — funcionando como cuasi-Estados dentro de una federación— conservaban su cuota de autonomía política. También era peculiar porque este orden político no estaba institucionalizado en la figura Jurídica de una Constitución, sino "que estaba basado en los pactos y coaliciones de facto entre Rosas y los caudillos provinciales. Sin embargo, al mantener las diferencias económicas entre Buenos Aires, él Litoral y las provincias del interior, el orden rosista no implicó la constitución de un Estado nacional. la coalición de fuerzas del litoral, que con apoyo extranjero y de sectores disidentes de Buenos Aires derrotó a Rosas en Caseros, se constituyó —no casualmente— en circunstancias en que las oportunidades de progreso económico abiertas

por el sostenido aumento de la demanda externa y los nuevos avances tecnológicos disponibles al promediar el siglo (léase segunda Revolución Industrial de los países europeos), ponían crudamente de manifiesto las restricciones a que se hallaban sometidos la producción y el intercambio de las economías litoraleñas". Periodo 1852 a 1860: La victoria de Urquiza, caudillo que representaba los intereses del Litoral y pasaba a reemplazar a Rosas como figura de proyección nacional a partir de la batalla de Caseros (1852), tampoco implicó la inmediata aparición de un Estado nacional. Urquiza, al frente de la llamada Confederación Argentina, no lograba la adhesión de Buenos Aires, que se mantuvo separada del resto del país y siguió manejando los recursos de la Aduana. Este intento de organización nacional sobrevivió tan sólo hasta 1860 al no contar con el apoyo y los recursos de la provincia más rica y el puerto de ultramar más importante. Periodo de 1860 en adelante: La batalla de Pavón (1860) en la que Mitre, líder de las fuerzas porteñas, derrota a Urquiza. al mando de los ejércitos de la Confederación Argentina, marcó el comienzo del proceso de formación y consolidación del Estado nacional argentino. El Estado surgido de Pavón debió luchar duramente para establecer su dominio en nivel nacional: así. el gobierno de Mitre debió enfrentar las reacciones de los distintos caudillos del Interior, que no se resignaban a perder las prácticas autónomas que atentaban contra el poder central. En este sentido, la creación por parte de Mitre de un ejército nacional en 1864. creando cuerpos de línea que se distribuyeron estratégicamente por el resto del país, constituyó un elemento de evidente valor para eliminar los focos de resistencia armada en las provincias. Sin embargo, la presencia del poder central no podía basarse sólo en la fuerza de las armas. Los largos años de guerra civil mostraban que la organización nacional no podía asentarse sobre la represión militar por parte de un poder central. la experiencia rosista había demostrado que la organización nacional tampoco podía asentarse sobre la base de alianzas efímeras entre Buenos Aires y los caudillos provinciales, alianzas que las circunstancias cambiantes se encargaban de desvirtuar. Como sostiene, Oszlak la penetración del gobierno central en el resto del país se hizo efectiva a partir de 1860 a través de una serie de mecanismos, tanto de carácter material como de carácter político-ideológico, que harían finalmente viable la organización nacional: 

represivos, que supusieron la creación de una fuerza militar unificada y distribuida territorialmente con el objeto de sofocar todo intento de alteración del orden impuesto por el Estado nacional



cooptativos, que incluyeron el crecimiento de personal tanto civil como militar en el interior designado por el gobierno nacional y la intervención federal del Poder Ejecutivo Nacional, que le permitía controlar a su favor la evolución de los asuntos internos provinciales. Otro mecanismo de cooptación que se suma a los anteriormente señalados consistía en el otorgamiento — o suspensión— por parte del gobierno nacional de subsidios a las provincias para captar la adhesión de las burguesías o los gobiernos provinciales;



materiales, que comprendieron diversas formas de avance del Estado nacional a través de la localización en territorio provincial de obras, servicios y regulaciones indispensables para el progreso económico de dichas provincias



ideológico, que consistieron en la capacidad de difusión y creación de valores, conocimientos y símbolos reforzadores de sentimientos de nacionalidad que tendían a legitimar el sistema de dominación establecido. Ejemplo de este mecanismo ideológico fue la educación estatal, que constituyó una herramienta del gobierno nacional destinada a "argentinizar" a los hijos de Inmigrantes a través de la difusión de contenidos y símbolos culturales patrios en las escuelas.

Dentro de los mecanismos de penetración estatal que menciona Oszlak, no hay que olvidar la importancia que tuvo para la formación de un Estado nacional a partir de 1860 un conjunto de factores materiales, entre los que se destacan el aumento de la demanda de productos agropecuarios por parte de la Europa industrializada. el aumento de la demanda británica de lana Justamente se produjo en la década del '60 del siglo pasado y la posibilidad para la Argentina de acceder a avances tecnológicos como el ferrocarril y el telégrafo, que permitieron una mejor y más fluida comunicación con el resto del país, posibilidad impensable en los períodos anteriores a 1860. CONCLUSIONES: Se trata de mostrar que el proceso de formación de un Estado nacional incluye componentes de carácter político, económico e incluso de carácter cultural En el caso argentino, la caída del poder colonial español no implicó la inmediata formación de un Estado nacional. El período que va desde 1810 hasta 1860 puede ser interpretado como una etapa caracterizada por la falta de un proyecto político y económico que integrase los intereses de Buenos Aires, el Litoral y el Interior mediterráneo. Buenos Aires controlaba los recursos de la Aduana y era la provincia más rica, pero en la etapa 1810-1860 no pudo establecer un esquema de organización nacional estable y que tuviera respaldo por parte de los caudillos provinciales. A su vez, el resto de las provincias no contaban con los recursos necesarios para imponer a Buenos Aires un proyecto de organización de alcance nacional. La Organización Naciona iniciada con la caída de Rosas en la batalla de Caseros (1852), comenzó a vislumbrarse con mayor fuerza precisamente cuando la posibilidad de articular y compatibilizar estos diferentes intereses económicos regionales le otorgó sustento material, político e incluso valores culturales compartidos a la Nación. En síntesis, a partir de 1860 la conjunción de varios elementos contribuyó positivamente a la formación de un Estado nacional: la experiencia traumática de décadas de guerra civil, la efectiva aplicación de diversos mecanismos de penetración y control del gobierno nacional sobre las provincias, el sensible aumento de la demanda externa de productos agropecuarios argentinos, el aporte positivo de adelantos tecnológicos como el ferrocarril y el telégrafo en las comunicaciones y el acuerdo de intereses entre las clases dominantes de Buenos Aires y las provincias. La suma de todos estos elementos otorgó la base material, política e ideológica necesaria para la formación de un Estado nacional y de un espacio económico (mercado)

integrado en función de un proyecto de inserción internacional para Argentina: el modelo primario-exportador

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