Alimentación suplementaria de aves carroñeras
Arenas RM, Dobado PM, coords. The Black Vulture: Status, Conservation and Studies. Cordoba: Consejería de Medio Ambiente de Andalucía; 2008.
Sanidad ganadera y alimentación suplementaria: necesidades de investigación Álvaro Camiña 1 Eurasian Griffon Vulture Working Group, Madrid, España Resumen [Sanidad ganadera y alimentación suplementaria: necesidades de investigación] Desde hace unos años la alimentación de las aves carroñeras en Europa está seriamente amenazada. La aparición de algunas enfermedades peligrosas para la salud humana ha provocado la promulgación de leyes muy restrictivas. Los animales muertos deben ser recogidos de las explotaciones ganaderas, destinando sólo ciertos tipos de cadáveres a la alimentación de los buitres bajo un estricto control. Este artículo muestra la situación actual de la recogida de cadáveres en zonas de Andalucía con presencia de aves carroñeras. En conjunto, y hasta 2004, sólo se retiró el 1,0% del censo ganadero. Esta situación es similar a la del resto de España salvo La Rioja. Se revisan algunos factores que afectan a la alimentación de las aves carroñeras, como la distribución y el tamaño de las poblaciones reproductoras y las áreas de alimentación, la distribución por clases de edad, y la competencia inter e intraespecífica. Para ello se muestran ejemplos de tres buitres ibéricos: el alimoche Neophron percnopterus, el buitre leonado Gyps fulvus y el buitre negro Aegypius monachus. Es destacable el papel de la mitad sur peninsular, especialmente Andalucía, en la invernada del buitre leonado. El sistema de muladares promovido por las diferentes administraciones no puede cubrir los requerimientos tróficos de este grupo de aves, precisándose medidas más amplias como el mantenimiento de las dehesas y la ganadería extensiva. Para lograr este objetivo resulta esencial un trabajo inter e intra Administraciones Públicas, con participación de todos los agentes implicados en el manejo ganadero y la conservación del medio ambiente. Palabras clave Aegypius monachus, África, alimentación suplementaria, alimoche, Andalucía, Aragón, buitre leonado, buitre negro, Castilla y León, Castilla‐La Mancha, dieta, ecología, España, Extremadura, Gyps fulvus, Huelva, Neophron percnopterus, La Rioja, sanidad animal, Unión Europea Summary [Animal health regulations and supplementary feeding: research needs] During the last years food availability for carrion eating birds in Europe has become highly threatened. In response to the outbreak of some diseases in livestock, which may have serious implications for the human health, very restrictive regulations have been approved. Dead animals must be removed from the farms and only certain clearly defined carcasses can be used to feed vultures under control. This paper shows the current status of animal carcass disposal in areas of Andalusia (southern Spain) with presence of vulture populations. In these areas only 1,0% of livestock census was removed up to 2004. The rest of Spain may be in a similar situation with the exception of the Autonomous Community of La Rioja, in the north part of this country. Factors affecting vulture feeding are reviewed, including distribution and size of breeding populations and foraging areas, distribution of the different age classes of these birds, and inter and
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intraspecific competition. Examples of three Spanish vulture species are given: Egyptian vulture Neophron percnopterus, griffon vulture Gyps fulvus and black vulture Aegypius monachus. The importance of Andalusia for the griffon vulture in winter is highlighted. Spain has set up an important network of vulture feeding stations, but it may be not enough to guarantee the conservation of these species. Conservation of Spanish open Quercus woodlands with pastoral management ‐locally called dehesas‐ and support of extensive grazing are also needed. Co‐operation between public administrations and people involved in livestock and environmental management is essential to fulfil this aim. Key words Aegypius monachus, Africa, Andalusia, animal health, Aragon, black vulture, Castilla y León, Castilla‐La Mancha, diet, ecology, Egyptian vulture, European Union, Extremadura, griffon vulture, Gyps fulvus, Huelva, Neophron percnopterus, La Rioja, Spain, supplementary feeding INTRODUCCIÓN En los últimos años, la aparición en la Unión Europea de varias enfermedades que afectan al ganado ‐encefalopatía espongiforme bovina (EEB), fiebre aftosa, lengua azul y gripe aviar‐ ha creado alarma social por la posibilidad de que dichas enfermedades puedan transmitirse a la especie humana. La consecuencia ha sido la aprobación de una serie de leyes a escala europea, estatal y regional que intentan establecer los mecanismos necesarios para evitar cualquier posibilidad de contagio [1]. Uno de los aspectos contemplados en estas medidas es la retirada y destrucción de los cadáveres procedentes de las bajas ganaderas [2]. Durante años, la Ley de Epizootias de 20 de diciembre de 1952 obligó a los ganaderos a enterrar los animales muertos con cal. Pero esta medida fue incumplida de forma generalizada, de modo que los cadáveres eran vertidos en lugares (muladares) donde las aves carroñeras daban cuenta de ellos. Los buitres son aves originariamente adaptadas para alimentarse de ungulados salvajes de talla media y grande [3]. Sin embargo, en zonas fuertemente humanizadas como las del continente europeo, la fauna salvaje ha sido sustituida por ganado doméstico. Lejos de ser una desventaja, ello ha favorecido a estas especies al incrementar la probabilidad de encontrar alimento [4]. En España los buitres se han visto favorecidos por la reducción de la persecución directa (veneno, caza, expolios) y la protección de sus áreas de nidificación [5], posteriormente la disponibilidad de comida ha hecho el resto. En la actualidad, las poblaciones ibéricas de quebrantahuesos Gypaetus barbatus, alimoche Neoprhon percnopterus, buitre leonado Gyps fulvus y buitre negro Aegypius monachus son posiblemente las más numerosas del Paleártico Occidental [6]. Sin embargo, las medidas emprendidas para controlar las enfermedades citadas pueden volver a poner en peligro a estas especies. Conservacionistas y científicos advirtieron pronto de la magnitud del problema, reclamando a las autoridades acciones urgentes en materia legislativa y de investigación con el fin de salvaguardar estas poblaciones [7,8]. Este artículo analiza en primer lugar la efectividad del Programa de vigilancia y control de las encefalopatías espongiformes transmisibles [2], en adelante EETs. Se comparan los datos de recogida de cadáveres en La Rioja y las provincias andaluzas de Huelva y Cádiz. El sistema empleado en La Rioja es el que mejor resultado ha dado hasta el momento entre todas las Comunidades Autónomas españolas. La provincia de Huelva acoge una importante población invernante de buitre leonado (Í Fajardo, J Martín, Á Camiña, datos inéditos), además de la
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mayor población reproductora de buitre negro de Andalucía [9]. La provincia de Cádiz alberga una de las mayores poblaciones reproductoras de buitre leonado de la Península Ibérica [10,11]. En segundo lugar, se revisan las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Aves Carroñeras [7], que estuvo integrado por organizaciones no gubernamentales relacionadas con la conservación de este grupo de aves y científicos de la Estación Biológica de Doñana (Sevilla) y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (Ciudad Real). La revisión se ocupa sobre todo del buitre leonado, el más común de los cuatro buitres ibéricos [6] y el más sensible a la retirada masiva de carroña. Los datos proceden de trabajos publicados, informes inéditos y proyectos aún en curso, estos últimos amablemente cedidos por sus autores o por los organismos públicos o privados que los han financiado. INCIDENCIA DEL PROGRAMA DE VIGILANCIA Y CONTROL DE LAS EETS El Programa se implantó a escala estatal a finales del año 2000, inmediatamente después de la aparición de la EEB [2]. Una de las medidas contempladas es la recogida y posterior destrucción de los cadáveres originados en las explotaciones ganaderas. Con algunas excepciones, esta medida no ha tenido el cumplimiento previsto [1]. La Rioja fue una de las primeras Comunidades Autónomas españolas en establecer un sistema de recogida de cadáveres, que hasta la fecha ha sido el más eficaz. A ello contribuye el pequeño tamaño de esta región, de poco más de 5.000 km2. La Figura 1 muestra la evolución del número de cadáveres recogidos por especies entre 2001 y 2004. Cabras y equinos apenas superaron las 1.300 cabezas y las 200 cabezas al año, respectivamente. Una conclusión que puede extraerse es la aparente estabilidad del total de cadáveres recogidos anualmente en este periodo, salvo en 2001 en que se recogió mucho más ovino. Globalmente, estas cantidades significaron un 7,0‐ 8,0% del censo ganadero de esta Comunidad, según datos propios publicados [1] o inéditos. Para el ovino esta cifra alcanzó el 11,6% en 2001 y se mantuvo en un 4,0‐5,0% en 2002‐2004. Para el vacuno y el porcino los valores estuvieron dentro del 5,0‐14,0% a lo largo de todo el periodo.
100%
14913 80%
15585
16765
14916
2471 60%
2683
2443
40%
2581
29352 11672
10644
20%
13192
0%
2001
2002 Sheep
Cattle
Goats
2003 Pigs
2004
Horses
Figura 1 Figure 1 Número de cadáveres de ganado recogidos en La Rioja (España) en 2001‐2004: trama oscura, ovino; trama rayada, vacuno; trama punteada, caprino; trama clara, porcino; trama cuadriculada, equino. Number of livestock carcasses removed in the Autonomous Community of La Rioja (Spain) during 2001‐2004.
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Un análisis más detallado muestra que en verano se recogieron menos cadáveres de ovino y vacuno que en otras épocas del año (Fig 2). Posiblemente, este hecho esté relacionado con el traslado de numerosos rebaños a los pastos de altura en época estival, que opondría mayores dificultades a la recogida de cadáveres. En conjunto y excluyendo 2001 por ser el año con mayor esfuerzo en la recogida, se estima una “disponibilidad” de 1,7 carroñas diarias por cada 100 km2. La cantidad de cadáveres de cada especie que se genera tiene una relación directa con la abundancia de cada uno de los tipos de ganado existentes en el censo ganadero (Á Camiña, datos inéditos).
Carcasses available /Day
15
10
5
0 April
May
July
November
sheep/10
December 1 December 2
cattle
Figura 2 Figure 2 Número medio de cadáveres de ovino (círculos) y vacuno (cuadrados) recogidos diariamente en La Rioja (España) entre abril y diciembre de 2001. Los datos de diciembre se muestran por quincenas. Los valores de ovino deben ser multiplicados por 10. Mean daily number of sheep and cattle carcasses removed in the Autonomous Community of La Rioja (Spain) between April and December 2001. December data are shown fortnightly. Sheep values must be multiplied by 10.
En Andalucía el sistema de recogida comenzó en las mismas fechas. La Tabla 1 muestra los datos del periodo comprendido entre enero de 2001 y octubre de 2004. La retirada de cadáveres de vacuno aumentó a lo largo de este periodo, disminuyendo en cambio la de pequeños rumiantes (ovino y caprino), hasta dejar sin recoger casi 100 cadáveres al día de este último grupo. Para el conjunto de la región, el número de cadáveres retirados anualmente significó un pequeño porcentaje del censo ganadero, el 5,9% para el caso del vacuno y el 1,0% para el caso del ovino/caprino, sobre la base del censo ganadero de 2001 que indica una cabaña de 504.451 vacunos y 3,170.870 ovinos/caprinos. La tendencia a intensificar la retirada de cadáveres de
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vacuno, y a relajar por el contrario la de pequeños rumiantes, es similar a la que se produjo en el resto de España a partir de 2002 [1]. Tabla 1 Table 1 Número de cadáveres de rumiantes domésticos recogidos en Andalucía (España) entre enero de 2001 y octubre de 2004 a Number of domestic ruminant carcasses removed in the Autonomous Community of Andalusia (Spain) between January 2001 and October 2004 a Vacuno Ovino Caprino Total Número medio de cadáveres recogidos al día Cattle Sheep Goat Total Mean daily number of carcasses removed Jan‐Dec 2001 21.478 31.964 16.017 69.459 190,30 Jan‐Dec 2002 26.986 16.398 10.281 53.665 147,03 Jan‐Dec 2003 29.887 9.360 3.112 42.359 116,05 Jan‐Oct 2004 24.295 7.643 3.105 35.043 115,27 Total Total 102.646 65.365 32.515 200.526 a
Según la Consejería de Agricultura y Pesca de Andalucía According to the Council of Agriculture and Fishery of Andalusia
De manera más gráfica se ha representado el porcentaje de cadáveres de vacuno no retirados, respecto a todas las bajas notificadas para este grupo, en los diferentes municipios de la provincia de Cádiz en los años 2002 y 2003 (Fig 3 arriba). Por comarcas ganaderas, la retirada resultó más efectiva en el Litoral, la Campiña y La Janda que en la Sierra de Cádiz y el Campo de Gibraltar. Dicho de otro modo, la eficacia aumentó en sentido este‐oeste a medida que el relieve se torna más suave (Fig 3 abajo). Las zonas de relieve más abrupto en el este de Cádiz, donde la retirada de cadáveres de vacuno tuvo menos impacto, son también las de mayor predominio de ganado en régimen extensivo y donde se sitúan las colonias de buitre leonado de esta provincia (Fig 3 abajo). El número de cadáveres retirados significó un 3,1% para el caso del vacuno y un 0,4% para el caso del ovino/caprino, sobre la base del censo ganadero provincial de 2001. Algo similar ocurrió en Huelva, desde el entorno del área de reproducción del buitre negro en el norte de la provincia hasta las áreas costeras del sur. En el peor de los casos para las aves carroñeras, el año 2002 en que se recogió un mayor número de cadáveres, la retirada de vacuno significó sólo el 3,5% del censo ganadero provincial, mientras que la de ovino/caprino sólo supuso el 0,3%. Al comparar los resultados de Andalucía con los ya expuestos para La Rioja, o con los datos estatales del año 2003 [1], parece claro que en el campo andaluz aún quedaron muchas carroñas sin recoger y posiblemente disponibles para los buitres. Las posibles causas del escaso cumplimiento en la recogida de cadáveres incluyen la falta de un seguro de retirada para el caso de los pequeños rumiantes, los movimientos trashumantes y otras peculiaridades de la ganadería extensiva, y la propia incapacidad de las administraciones para absorber la retirada de todas las bajas que se generan en las explotaciones [12]. El propio sector ganadero ha reconocido el grave problema que la retirada de cadáveres puede causar a las aves necrófagas.
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Figura 3 Figure 3 Mapa de la provincia de Cádiz (Andalucía, España). Arriba: porcentaje de cadáveres de vacuno sin recoger en los diferentes municipios en 2002 (barras grises) y 2003 (barras negras). Abajo: rango de altitudes comprendido entre 0‐400 m (gris claro) y más de 1.800 m (negro), y distribución de las colonias de buitre leonado Gyps fulvus (cuadrículas blancas). Map of Cadiz province (Andalusia, Spain). Top: percentage of cattle carcasses unremoved by municipality in 2002 (grey bars) and 2003 (black bars). Bottom: altitude range between 0‐400 m (pale grey) and over 1.800 m (black), and distribution of griffon vulture Gyps fulvus breeding colonies (white grids).
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RECOMENDACIONES DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE AVES CARROÑERAS El Grupo de Trabajo solicitó el cumplimiento de tres puntos: la aprobación de una normativa específica que garantizara la alimentación de estas aves, la creación de un grupo de trabajo específico, dentro del Comité de Flora y Fauna de la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza, y una serie de acciones en materia de investigación. El primer punto fue atendido en parte por la Administración Central mediante la aprobación del Real Decreto 1098/2002, que permite la alimentación de las aves necrófagas en lugares acondicionados al efecto (muladares) [13].2 Previamente, algunas Comunidades Autónomas habían aprobado legislación al respecto, cuya efectividad ha sido revisada en un trabajo anterior [1]. Apenas unas semanas antes de la aprobación del Real Decreto 1098/2002, la Unión Europea aprobó el Reglamento (CE) n° 1774/2002 que establece las normas sanitarias para la recogida, transporte, almacenamiento, procesado, eliminación y usos permitidos de todos los subproductos animales y derivados no destinados al consumo humano [14]. Sin embargo, sólo a partir de la Decisión de la Comisión 322/2003 se reconoció a escala comunitaria la necesidad de garantizar la supervivencia de las aves carroñeras en aquellos países con poblaciones de estas aves: Portugal, Francia, España, Italia y Grecia [15]. El segundo punto, en cambio, no fue atendido al no establecerse el pretendido grupo de trabajo dentro del Comité de Flora y Fauna de la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza. Finalmente, poco o nada se han fijado las diferentes administraciones en una serie de necesidades de investigación cuyo fin último es la conservación de los buitres ibéricos. El presente artículo profundiza seguidamente en esta materia. Áreas de campeo La estimación del área de campeo ‐mediante seguimiento por radio o vía satélite de ejemplares equipados con emisores‐ es desigual entre las cuatro especies de buitres ibéricos. Los primeros estudios se ocuparon del alimoche [16] y han continuado hasta la fecha [17,18]. Para el buitre leonado, en el único estudio disponible se marcó un total de 16 individuos, al menos 14 de ellos reproductores, que fueron seguidos entre los meses de enero y octubre de 1996 [19]. Los autores del informe presentaron una serie de tablas que muestran el porcentaje de localizaciones de los buitres marcados, según la distancia a la colonia. A partir de estos datos se ha elaborado la Figura 4, que muestra de modo aproximado el cambio de magnitud ‐que no distancia real‐ del radio de campeo con origen en la colonia a lo largo del año. Se aprecia cómo después de un período de actividad mínima (marzo), que coincide con la incubación, el área de campeo se incrementó progresivamente entre abril y junio, coincidiendo con la presencia de los pollos en los nidos y la necesidad de obtener más alimento los adultos. La distancia a la colonia alcanzó su valor máximo en julio, coincidiendo con el abandono de los nidos por parte de los pollos. Después, se redujo progresivamente en los meses en que los jóvenes se independizan. Entre los factores limitantes de la época de cría de los buitres ibéricos, la estacionalidad jugaría un papel
Durante la edición del presente libro, el Real Decreto 1098/2002 fue derogado por el Real Decreto 664/2007, de 25 de mayo, por el que se regula la alimentación de aves rapaces necrófagas con subproductos animales no destinados a consumo humano. Ninguno de estos decretos contemplan la eliminación de los cadáveres procedentes de la ganadería extensiva, que en la actualidad deben ser retirados del campo y destruidos. 2
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determinante al condicionar el tiempo disponible para el vuelo y la búsqueda de alimento, aparte de la propia disponibilidad de comida [20]. 35
Foraging distance units
30
25
20
15
10
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Month Figura 4 Figure 4 Variación mensual del radio de campeo de los buitres leonados Gyps fulvus de la colonia del Parque Natural de las Hoces del Duratón (Segovia, Castilla y León, España) en 1996, modificado a partir de Arroyo y Garza [19]. El eje horizontal indica el mes del año: 1, enero; 10, octubre. El eje vertical muestra la distancia a la colonia expresada en unidades arbitrarias. Monthly changes in the foraging distance from the colony for the griffon vulture Gyps fulvus in Hoces del Duratón Nature Park (Segovia, Castilla y León, Spain) between January and October 1996, modified after Arroyo and Garza [19]. Foraging distance is expressed in arbitrary units.
En el caso del buitre negro, hay datos de un estudio de seguimiento por radio de 14 reproductores de la población de Sierra Pelada (Huelva) entre los años 1998 y 2000 [21]. El área de campeo y la distancia resultaron mayores en época reproductora que en época no reproductora, tal vez debido al menor número de horas aptas para el vuelo en invierno, que podría limitar el tamaño del territorio a prospectar. Además, los mayores requerimientos alimenticios durante la reproducción podrían obligar a los buitres a prospectar superficies mayores de terreno. Todas las aves evitaron los campos de cultivo, en cambio las dehesas fueron seleccionadas positivamente pese a estar más alejadas por término medio de los nidos que otros hábitats. Finalmente, las áreas de campeo excedieron claramente los límites geográficos de Andalucía, ocupando una parte de Extremadura.
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Distribución espacial de las poblaciones y sus áreas de alimentación Para ilustrar este capítulo se ha escogido una zona en el entorno del Moncayo, compartida por tres Comunidades Autónomas: Aragón, Castilla y León, y La Rioja (Fig 5). En dicha zona existían 21 muladares en 2004, para un total de 624 parejas de buitre leonado (346, 31 y 247 en cada una de las Comunidades citadas, respectivamente) según el censo de 1999 [11]. Tras un año de seguimiento se comprobó que la utilización de estos muladares era muy desigual. Mientras que unos fueron utilizados de manera constante a lo largo de todo el año (pe #44, #46, #55‐58 y #63), otros fueron visitados sólo entre mayo y noviembre (pe #1, #40 y #45), y alguno incluso no fue utilizado nunca (pe #39). No está claro el porqué, considerando que la distancia media entre muladares era de apenas 15 km y que todos contaron con carroña suficiente en todo momento.
Figura 5 Figure 5 Distribución de colonias de buitre leonado Gyps fulvus (cuadrículas negras) y muladares (triángulos) en el entorno del Moncayo (España) en 2004. Algunos muladares no aparecen numerados. La zona está compartida por tres Comunidades Autónomas: Aragón, Castilla y León, y La Rioja. Distribution of griffon vulture Gyps fulvus breeding colonies (black grids) and vulture feeding stations (triangles) in Moncayo area (Spain) in 2004. Some feeding stations are not numbered. The Moncayo area is shared between the Autonomous Communities of Aragon, Castilla y León, and La Rioja.
Competencia La abundancia de las diferentes especies de aves carroñeras en muladares y carroñas está determinada por la abundancia relativa de estas especies en la zona y por la presencia de especies dominantes: ver Álvarez et al [22] e Hiraldo et al [23] para una revisión sobre el tema. La competencia puede ser interespecífica o intraespecífica. En lo que respecta a la primera, se
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estudiaron 20 muladares del Sistema Ibérico, de los cuales uno estaba asociado a un dormidero de alimoche (Á Camiña, datos inéditos). Para este muladar se observó una correlación negativa entre el número de alimoches y el número de buitres leonados presentes (rP = ‐0,82, n = 22, P < 0,05). Además, se encontraron diferencias en el patrón de actividad de los alimoches en el muladar ‐entendiendo como tal el porcentaje de tiempo dedicado por cada individuo a caminar, vigilar o alimentarse‐ dependiendo de que los buitres leonados se hallaran presentes o ausentes (Fig 6). Los alimoches pasaban mucho tiempo en el muladar en presencia de los buitres leonados pero éstos, en cantidades de hasta 300 individuos, les impedían comer. Sólo por la tarde, cuando el número de buitres era muy reducido o nulo, los alimoches dedicaban todo el tiempo a alimentarse.
72,68%
80%
62,39% 60% 40% 27,32% 15,66%
21,95%
20% 0,00% 0% Walking
Scanning Without GV
Feeding With GV
Figura 6 Figure 6 Porcentaje de tiempo dedicado por los alimoches Neophron percnopterus de un muladar del Sistema Ibérico (España) a caminar (walking), vigilar (scanning) o alimentarse (feeding): barras oscuras, en ausencia de buitres leonados Gyps fulvus; barras claras, en presencia de buitres leonados. Percentage of time devoted by Egyptian vultures Neophron percnopterus to walking, scanning and feeding at a vulture feeding site in the Sistema Iberico mountain range (Spain): dark bars, in the absence of griffon vultures Gyps fulvus; light bars, in the presence of griffon vultures.
El buitre leonado servirá para ilustrar el asunto de la competencia intraespecífica. Es sabido que en el género Gyps los jóvenes e inmaduros son menos eficientes que los adultos a la hora de competir por un lugar en las carroñas [24,25]. Durante el seguimiento de los muladares del Sistema Ibérico se definieron tres clases de edad ‐juveniles, inmaduros y adultos‐ de acuerdo con el color del pico, los ojos, la gorguera y el plumaje en general: ver Del Moral y Martí [11] para más detalles. Los juveniles se consideraron como tales hasta el comienzo de su segundo año calendario. En cada muladar se realizaron observaciones de hasta 75 min de duración total, anotando la clase de edad de las aves que se alimentaban en cada intervalo de 15 min. Los resultados mostraron un predominio inicial de adultos en las carroñas, que dejaban paso a los inmaduros a medida que el alimento era consumido (Fig 7).
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Los juveniles, por su parte, se hicieron presentes en los muladares desde finales de julio (Fig 8). Su presencia se incrementó progresivamente hasta principios de otoño, para reducirse después hasta mediados de diciembre, cuando los registros eran ya muy escasos. La abundancia de leonados juveniles en los muladares de la zona está limitada pues a los primeros meses de vida fuera del nido, antes de que estas aves emprendan la migración hacia zonas del sur peninsular.
100 y = -5,8041x + 55,207 R = 0,40
% Adults
80 60 40 20 0 0
1
2
3
4
5
6
Time
100
% Immatures
80 60 40 y = 4,8747x + 40,662 R = 0,37
20 0 0
1
2
3
4
5
6
Time Figura 7 Figure 7 Porcentaje de buitres leonados Gyps fulvus adultos (arriba) e inmaduros (abajo) alimentándose de carroñas en muladares del Sistema Ibérico (España). El eje horizontal indica intervalos de 15 min: 1, 0‐15 min; 2, 15‐30 min; 3, 30‐45 min; 4, 45‐60 min; 5, 60‐75 min. Percentage of adult griffon vultures Gyps fulvus (top) and immature griffon vultures (bottom) feeding on carrions at vulture feeding sites in the Sistema Iberico mountain range (Spain). The horizontal axis represents 15 min intervals: 1, 0‐15 min; 2, 15‐30 min; 3, 30‐45 min; 4, 45‐60 min; 5, 60‐75 min.
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9,81%
10% 6,50%
7,13% 7,36% 4,99% 5,57%
5%
3,38% 3,02%
1,10%
3,26% 3,24% 1,50%
1,38%
et em be r Se pt em be 8t r h O ct ob 13 er th O ct ob 26 er th O ct ob 29 er th O ct ob 8t er h N ov em 28 be th r N ov e m 13 be rd r D ec em be r 23 rd
Sp
16 th
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Ju 23 rd
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Percentage of Juveniles
Zonas de migración e invernada Entre los buitres ibéricos, los desplazamientos de mayor importancia corresponden al alimoche y al buitre leonado, tanto en lo que se refiere a la distancia recorrida como al número de individuos implicados.
Figura 8 Figure 8 Porcentaje de juveniles sobre el total de buitres leonados Gyps fulvus presentes en muladares del Sistema Ibérico (España) entre finales de julio y mediados de diciembre. Percentage of juveniles in the flocks of griffon vultures Gyps fulvus observed at vulture feeding sites in the Sistema Iberico mountain range (Spain) between late July and mid December.
En la Península Ibérica el alimoche es una especie totalmente migradora. El seguimiento vía satélite de algunos individuos, efectuado en los últimos años, indica que las aves ibéricas pasan el invierno en una franja de unos 400 km de anchura entre Mauritania, Malí y Senegal [26]. En el trayecto de vuelta hacia los lugares de cría en la Península Ibérica, los alimoches visitan lugares concretos donde la disponibilidad de alimento es altamente predecible (M de la Riva, R Palomo, datos inéditos). Por su parte, los buitres leonados del Paleártico Occidental pueden considerarse también parcialmente migradores [27], teniendo en cuenta que cada año viajan a África, a través del Estrecho de Gibraltar, parte de los juveniles y quizá aves de otras edades [28]. El desplazamiento de los buitres leonados juveniles en sentido norte‐sur a través de la Península Ibérica se percibe bien en la Figura 9. En ella se ha representado la distribución por meses de los ingresos por desnutrición de buitres leonados juveniles en centros de recuperación de toda España. En el norte de la Península (Aragón, Castilla y León, Cuenca y La Rioja) la mayor incidencia de este tipo de casos se produce en agosto, mientras que en Andalucía se registra en noviembre [29]. En el centro de la Península (Ciudad Real y Toledo) se observan los dos picos citados, el segundo de los cuales podría estar relacionado con la invernada de numerosos efectivos en el área de Cabañeros (Ciudad Real y Toledo) y en el Valle de Alcudia (Ciudad Real).
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Muchos leonados no cruzan el Estrecho y pasan el invierno en lugares de clima benigno y gran disponibilidad de alimento en el centro y el sur peninsular [30]. Los datos que proporcionan los centros de recuperación sugieren la existencia de una amplísima área de invernada que incluiría, al menos, parte de Castilla‐La Mancha y Extremadura, el conjunto de Sierra Morena (Andalucía), la comarca de Doñana (Huelva y Sevilla) y buena parte de la provincia de Cádiz (Á Camiña, datos inéditos). Cabe preguntarse cómo se reparten los recursos dentro de esta área y si existe competencia entre la nutrida población nidificante gaditana y el contingente invernante no reproductor. En la Península Ibérica, la mayoría de los efectivos reproductores de la especie corresponden a la mitad norte, donde la densidad de parejas (6,2 por cada 100 km2) es dos veces y media mayor que en la mitad sur (2,5 por cada 100 km2). Entre las parejas del sur, sólo el 30% corresponden a la provincia de Cádiz. Es de suponer por tanto que la competencia por el alimento sea escasa. 60% 50% 40% 30% 20% 10%
Centro
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0%
Mitad Sur
Figura 9 Figure 9 Distribución por meses de los ingresos por desnutrición de buitres leonados Gyps fulvus juveniles en centros de recuperación de fauna silvestre de España. Mitad norte peninsular: Burgos, Cuenca, La Rioja, Soria, Teruel y Zaragoza; centro peninsular: Ciudad Real y Toledo; mitad sur peninsular: Cádiz, Huelva y Málaga. Monthly distribution of malnutrition cases in juvenile griffon vultures Gyps fulvus as recorded by Spanish wildlife rescue centres. Diamonds and continuous line: northern Spain [Autonomous Communities of Aragon (Teruel and Saragossa provinces), Castilla y León (Burgos and Soria), Castilla‐La Mancha (Cuenca) and La Rioja]; circles and broken line: central Spain [Castilla‐La Mancha (Ciudad Real and Toledo)]; triangles and broken line: southern Spain [Andalusia (Cadiz, Huelva and Malaga)].
CONCLUSIONES La principal conclusión, transcurridos varios años desde la aparición de la EEB, es que la retirada de cadáveres no ha sido todo lo efectiva que se esperaba. En gran parte, ello se ha debido a la falta de estructuras y subvenciones para acometer la retirada, así como a las peculiaridades paisajísticas y ganaderas de la Península Ibérica, que impiden encontrar todos y
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cada uno de los cadáveres. Los buitres por tanto han contado con alimento suficiente en estos años [1]. No obstante, sigue en marcha la retirada y destrucción masiva de cadáveres y la clausura de muladares. Por otro lado, la legislación es más que suficiente pero su aplicación no cubre los requerimientos ecológicos de las especies afectadas, un punto que no ha sido tenido en cuenta hasta el momento por ninguna de las administraciones. La cooperación entre Comunidades Autónomas es nula, pues se limitan a gestionar en el ámbito geográfico de sus respectivos territorios. Como trata de mostrar este artículo, el problema requiere una gestión integral amplia que excede el marco autonómico actual. Más preocupante incluso es la falta de entendimiento entre los departamentos de Ganadería y Medio Ambiente de una misma administración, responsable el primero de la gestión de cadáveres y de la conservación de la biodiversidad el segundo. Por ser ilegal, la detección de muladares es un hecho muchas veces fortuito y sólo con tiempo y experiencia puede lograrse cierta efectividad (Á Camiña, datos inéditos). La localización se torna más difícil en Andalucía o Extremadura, donde abundan los grandes latifundios y el paisaje es más homogéneo. En general, existe un conocimiento somero de la distribución de los puntos de alimentación que abastecen a la población actual de aves carroñeras. Sin embargo, se pretende regular su alimentación con unos cuantos muladares sin tener en cuenta aspectos ecológicos básicos como los que revisa este artículo. Los primeros datos del estudio en curso sobre los muladares del Sistema Ibérico sugieren que, en esta zona, los buitres dependen más de lo que se piensa de la ganadería intensiva (porcino). De un total de 124 muladares visitados, el 97% estaban asociados a la cría de cerdos y sólo un 3% a la de ovino en exclusiva, si bien un 10% de los vertederos de porcino contenían también restos recientes de ovino. Resulta curioso que, debido a su estabulación, el porcino hubiera sido desestimado como fuente potencial de alimento de los buitres leonados en los informes del Primer Censo Nacional de Buitreras de 1979 [31]. En cambio, han desaparecido todos los muladares donde se vertía vacuno [32]. Es posible que la ganadería extensiva no resulte una parte importante de la alimentación de los buitres ibéricos en la mitad norte peninsular, a diferencia de lo que debe ocurrir en otras regiones (Andalucía, Castilla‐La Mancha, Extremadura) donde el clima favorece la presencia de este tipo de rebaños durante todo el año. A la clausura de muladares hay que sumar los problemas causados por el desarrollo de nuevas infraestructuras, especialmente parques eólicos y aeropuertos como el de Monflorite en la provincia de Huesca. Amparadas en la “alegalidad” de los muladares, las administraciones dejan pasar el tiempo sin considerar el impacto de dichas infraestructuras sobre las poblaciones de aves carroñeras ni exigir los mínimos estudios necesarios. Sorprende la falta de protección de casi todos los puntos de alimentación, a diferencia de lo que sucede con las áreas de cría. Se estima que un 85% de las parejas españolas de buitre leonado nidifican dentro de alguna de las Áreas Importantes para las Aves establecidas por BirdLife [11], que suelen ser un paso previo a su designación como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs) en aplicación de la Directiva 79/409/CEE relativa a la conservación de las aves silvestres (Directiva Aves). En cambio, tres cuartas partes de un total de 192 puntos de alimentación inventariados en Aragón se encuentran fuera de cualquier espacio natural con base legal de gestión (Á Camiña, datos inéditos). Lo mismo cabe decir para el buitre negro, cuya población se considera asegurada por el simple hecho de residir sus áreas de cría en ZEPAs u otro tipo de espacios protegidos [33]. La disponibilidad de lugares de nidificación y la disponibilidad de alimento son factores conjuntamente determinantes de la distribución de las aves de presa [34]. Sin embargo, nada se ha hecho hasta el presente en relación con el segundo de estos factores.
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Los muladares por sí solos no son la solución para la conservación de los buitres ibéricos. Es el momento de que administraciones y organizaciones no gubernamentales reconozcan el papel esencial de nuestro país en la conservación de las aves carroñeras y reconsideren la visión que debe existir sobre su conservación. AGRADECIMIENTOS La información con que se ha elaborado este artículo procede de gran número de personas e instituciones, a las que quiero agradecer su colaboración. La Dirección General del Medio Natural de La Rioja financió el seguimiento de las aves carroñeras en esta Comunidad en 2001. Quiero destacar en especial la ayuda prestada por Luis Lopo e Ignacio Gámez en los trabajos de campo. Javier Puértolas (Consejería de Agricultura y Ganadería de La Rioja) proporcionó los datos de retirada de cadáveres en esta Comunidad. Cristina García, Agustín Fernández y José M. López (DAP) hicieron lo propio para el caso de las provincias de Cádiz y Huelva. Francisco Sánchez (Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León) gestionó la consulta del informe sobre el seguimiento radio telemétrico de los buitres leonados de Segovia. Rafael Arenas (Consejería de Medio Ambiente de Andalucía) y Pablo M. Dobado (Egmasa) proporcionaron información del Programa Buitre Negro en Andalucía. Justo Mañas, Íñigo Fajardo y Justo Martín (Consejería de Medio Ambiente de Andalucía) facilitaron el trabajo en la provincia de Huelva en 2003. José A. Donázar, Martina Carrete y Juan M. Grande (Estación Biológica de Doñana) cedieron datos propios aún sin publicar. Benito Andrés, Eugenio Montelío, Consuelo Atencia, Saturnino Moreno, Alfonso Godino y Rafael Palomo continúan colaborado en diferentes fases de los estudios en curso.
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