(Éfeso, hoy desaparecida, actual Turquía, h. 540 a.C.-Éfeso, id., h. 470 a.C.) Filósofo griego. Muy poco se sabe de la biografía de Heráclito de Éfeso, apodadoel Oscuro por el carácter enigmático que revistió a menudo su estilo, como testimonia un buen número de los fragmentos conservados de sus enseñanzas. ÷as enseñanzas de Heráclito, según Diógenes ÷aercio, quedaron recogidas en una obra titulada e la naturaleza, que trataba del universo, la política y la teología Ȃ aunque probablemente esta subdivisión la introdujera una compilación alejandrina de los textos de HeráclitoȂ, pero lo que ha llegado hasta nosotros de su doctrina se encuentra en forma fragmentaria y sus fuentes son citas, referencias y comentarios de otros autores. Heráclito Algunos de estos fragmentos presentan, sin embargo, la apariencia de aforismos completos, lo cual apoya la idea de que su estilo de pensamiento fue oracular. Ello ha dado pie, incluso, a formular la hipótesis de que Heráclito no escribió, en realidad, ningún texto, sino que sus enseñanzas fueron exclusivamente orales, y que fueron sus discípulos los encargados de reunir lo esencial de ellas en forma de sentencias. Sea como fuere, la oscuridad de Heráclito ha quedado caricaturizada en la leyenda acerca de su muerte: enfermo de hidropesía, preguntaba enigmáticamente a los médicos si podrían de la lluvia hacer sequía; como ellos no lo entendiesen, se enterró en estiércol en la suposición de que el calor de éste absorbería las humedades, con el resultado de que aceleró el fatal desenlace. De creer a Diógenes ÷aercio, la causa de la afección habría sido su retiro en el monte, donde se alimentaba de hierbas, movido por su misantropía. El desprecio de Heráclito por el comúprincipalmente, que simpatizaba con el rey persa Darío, a cuyos dominios pertenecía Éfeso por entonces, contra la voluntad de la mayoría de sus ciudadanos. A estos últimos, en cualquier caso, no debió de apreciarlos en demasía, y Heráclito los colmó de improperios cuando expulsaron de la ciudad a su amigo Hermodoro.
alegorias de
homero;metamorfosis
el oscuro
(en griego: ɏəɈɉɂɇɒɍɑ ɔɚɐɇɍɑ Oerákleitos ho Ephésios), conocido también como «El Oscuro de Éfeso»,1 fue un filósofo griego. Nació hacia el año 535 a. C.y falleció en el 484 a. C. Era natural de Éfeso, ciudad de la Jonia, en la costa occidental del Asia Menor (actualTurquía). Como los demás filósofos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Heráclito es netamente aforístico. Su estilo remite a las sentencias del Oráculo de Delfosy reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando el oxímoron y la antítesispara dar idea de la misma. Diógenes ÷aercio (en idas..., IX 1Ȃ3, 6Ȃ7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (Ɏɂɏɇ ɔɓɐɂɘɑ), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmológica», «Política» y «Teológica». No se posee mayor certeza sobre este libro. I. Bywater hizo un reacomodo de los fragmentos conforme a la indicación de ÷aercio, traducido al español por José Gaos. Agustín García Calvo reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón política» y «Razón teológica». Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene, que todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
1º ÷a substancia común y el elemento primordial de todas las cosas es el fuego, o una substancia etérea, ígnea y sutil, substancia que, a juzgar por las propiedades y efectos que le atribuye, es principio, [113] medio y fin de las cosas. Bajo este punto de vista, la doctrina del filósofo de Éfeso coincide con la general de la escuela jónica. 2º Todos los seres deben considerarse, y son en el fondo, meras transformaciones y derivaciones de este fuego primitivo, y, a su vez, estos mismos seres o substancias se convierten en fuego etéreo, por medio de combinaciones varias y de transformaciones, ya depurativas, ya descendentes. 3º Estas transformaciones son fatales y universales: fatales, porque están sujetas al estino, o sea a una ley fatal e indeclinable, la cual es independiente de los dioses y de los hombres: son universales, por cuanto se extienden a todos los seres sin excepción. El universo puede, por lo tanto, considerarse como el resultado de dos grandes corrientes; una cuyo proceso es de arriba abajo (transformación del fuego primititivo en aire, en vapor, en agua, tierra, &c.), y otra cuyo proceso es de abajo arriba (transformación de las piedras y metales en agua, de ésta en vapor, de éste en aire, de éste en fuego, &c.); de manera que todas las cosas salen del fuego o éter primitivo, y vuelven a él en periodos determinados.
5º Así como en el momento que concebimos pro priori a la primera derivación, o sea al desarrollo del [114] primer mundo, sólo existía el fuego primitivo, eterno y divino (Dios), así cada vez que un mundo desaparece por medio de la combustión, una vez terminada su evolución periódica (Estoicos), sólo queda Dios, o sea el fuego divino y eterno en su estado primitivo, en el cual y por medio del cual comienza la formación del mundo segundo, al cual sucederá un tercero, y así sucesivamente desde la eternidad y hasta la eternidad. De aquí se infiere que la esencia de las cosas, en cuanto distintas del fuego primitivo, el ser del Universo, en cuanto conjunto de naturalezas finitas, determinadas y especiales, consiste en el flujo y reflujo perpetuo, en el movimiento continuo de las mismas; es un sermovimiento, fluens semper,como escribe Aristóteles. El mundo, como ser permanente, es una mera ilusión de los sentidos. ÷a esencia de las cosas consiste en el cambio continuo, en el hacerse (fieri), en el tránsito perenne del no ser al ser y del ser al no ser, o mejor, en la amalgama transeunte y variada a cada instante del ser y del no ser. 6º ÷a vida vegetal, la animal y la intelectual, son manifestaciones diferentes del fuego celeste o primitivo, resultantes del choque y de la combinación de las dos corrientes (de arriba abajo y viceversa) que se desarrollan en el seno de aquella substancia primordial y que constituyen su ley general. El bien y el mal, la vida y la muerte, el ser y el no ser, se confunden e identifican en la armonía universal (Hegelianismo, la idea = fuego primitivo; la ley dialéctica = el destino), la cual resulta de la lucha y contradicción de las dos corrientes contrarias ya indicadas, de las cuales la una tiende a transformar el éter en materia terrestre, [115] y la otra tiende a transformar ésta y sus derivados en fuego etéreo, en ser divino. 7º El alma humana es una emanación superior del fuego celes