LA INVESTIGACIÓN EN AGROECOLOGÍA Roberto García Trujillo1 y Eduardo Sevilla Guzmán2 1
Consocio “Centro de Investigación y Formación en Agricultura Ecológica y Desarrollo Rural” Granada 2 Instituto de sociología y Estudios Campesinos (ISEC), Universidad de Córdoba
Índice 1. Introducción.................................................................................................................. 1 2. El enfoque de sistema. .................................................................................................. 2 2.1. Estilos agrarios. ..................................................................................................... 4 3. La jerarquía y la escala en Agroecología...................................................................... 5 3.1. La jerarquía............................................................................................................ 5 3.2. La escala ................................................................................................................ 7 4. La Investigación Agroecológica................................................................................... 8 4.1. La perspectiva distributiva..................................................................................... 9 4.1.1. La tipificación................................................................................................. 9 4.1.2. El diseño de la investigación. ....................................................................... 11 4.2. Perspectiva estructural y dialéctica...................................................................... 12 4.2.1. Investigación-Acción-Participativa. ............................................................. 12 5. Bibliografía................................................................................................................. 14 1. Introducción La ciencia convencional que ha investigado los procesos agrarios por lo general ha centrado sus trabajos en resolver las barreras biológicas y tecnológicas que limitaban la producción, desconociendo por lo general las relaciones entre el agricultor, la sociedad agraria y los sistemas de producción que estudian y tratan de mejorar. La propia “neutralidad” de la ciencia proclamada por la academia, inculca en sus investigadores, la objetividad y la imparcialidad, lo cual aísla al investigador de la realidad social en la cual trabaja. La investigación con enfoque agroecológico introduce en la investigación agraria una nueva perspectiva y que se resume en: -
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Investigación con enfoque de sistema El agricultor, su familia y la sociedad agraria forma parte de los sistemas agrarios e interactúan con ellos, desarrollando diferentes estilos de agricultura en su interacción con la naturaleza, entre ellos y el mercado. Trata no solo de estudiar y desarrollar sistemas sostenibles de producción, sino también de producir cambios en los sistemas de producción y especialmente en las relaciones de producción (hombre-naturaleza; hombrehombre) Combina en sus estudios los métodos de investigación cualitativos propia de las ciencias naturales con los cualitativos de las ciencias sociales ya que en los sistemas nos encontramos fundidos naturaleza y sociedad. Considera la escala de trabajo, por tanto sus análisis tienen impacto local y global
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El enfoque multidisciplinario de los estudios y la transdisciplinaridad de la acción La investigación no experimental forma parte importante del enfoque agroecológico, ya que asume que en la diversidad de los sistemas se encuentra una gran cantidad de los conocimientos necesarios para su transformación. Reconoce el carácter investigador de los agricultores y por tanto lo incorpora a toda la fase de la investigación, reconociéndole este derecho legítimo La investigación persigue el desarrollo endógeno de la sociedad donde se trabaja, por tato aplica, dentro de su arsenal metodológico, la investigaciónacción- participativa (IAP).
Según Guzmán et al. (2000), la perspectiva de la investigación agroecológica se adapta a las categorías desarrolladas por Jesús Ibáñez para caracterizar esta en las ciencias sociales. Ibáñez (1979) considera que la investigación se estructura en tres niveles; el distributivo, el estructural y el dialéctico. Según los primeros autores, abordar el manejo de los recursos naturales desde una perspectiva ecológica, socioeconómica y política, no son excluyentes, sino al contrario, pueden constituir niveles acumulativos que permiten una indagación cada vez más profunda de la realidad. La perspectiva distributiva es la forma de indagación del sistema por la obtención de datos empíricos de carácter físico, ecológicos, tecnológicos, económicos o sociales para expresarlos cuantitativamente con el mayor apoyo estadístico posible. La perspectiva estructural se refiere al intento de explicar las relaciones existentes entre los fenómenos analizados y los discursos desarrollados por los actores involucrados en los sistemas estudiados. Esta perspectiva genera una información cualitativa que da sentido sociocultural a los procesos generados en la realidad, sean estos naturales o sociales. La perspectiva dialéctica hace regencia a la relación que se establece entre el investigador y la parte investigada. Según los autores antes citados, se trata de intervenir y articularse con el objeto investigado para incidir, en forma critica, en el curso de la transformación, lo cual supone una clara ruptura con el proceder científico convencional. 2. El enfoque de sistema. Una de la características de la investigación agroecológica en su enfoque holístico y el análisis de sistema aplicado a los estudios agrarios. Los primeros estudios con enfoque de sistemas aplicados a la agricultura y basados en La Teoría General de Sistemas, fue el conocido como Farm System Research (FSR), nacido en los EEUU, después de la Segunda Guerra Mundial, como un diseño para el manejo de fincas y la aplicación de programas de desarrollo comunitario y tuvo su auge entre los años 70 y 80. En el FSR la unidad de análisis lo constituyo las fincas o explotaciones agrarias, aunque se utilizó el término sistemas agrarios como la articulación de un territorio dado caracterizado por contexto socieconómico de intereses comunes. Su meta era la de elevar la productividad del sistema agrario en un contexto de intereses sociales y privados, sin embargo identificó en su enfoque tanto la unidad productiva como familiar
y estudió las relaciones existentes entre el medio ambiente y el medio humano (Gilbert et al. 1980). En el proceso de estudio de la metodología FSR se suelen considerar cuatro fases: -
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La Primera fase es de diagnóstico de las explotaciones seleccionadas para la investigación, que por lo general fue una comunidad, un grupo de explotaciones con semejanzas o diferentes planificadas. En esta fase también se realiza un rastreo de toda la información secundaria disponible para reducir el coste de la toma de información directa. En la toma de datos de campo se emplea principalmente lo que se conoce como Diagnóstico Rural Rápido (DRR) y Participativo, aunque se solía emplear otras técnicas distributivas como sondeos y encuestas. La Segunda fase es la de diseño como consecuencia de la anterior y ya localizados las limitantes, los problemas a resolver y establecidas las prioridades de investigaciones necesarias. En algunos casos se realizaban ensayos en estaciones experimentales para dar respuestas a los problemas encontrados o se realizaban en las propias fincas conocidas como “On Farm Reserch”. En la Tercera fase se realizan evaluaciones de los resultados obtenidos en las fases de diseño, para lo cual se establecen experiencias en los campos de los agricultores. La Cuarta fase es la de extensión, tras haber llegado a las soluciones en las que las tres partes implicadas (agricultor, investigador y extensionista) están de acuerdo a fin de introducirlas en programas de desarrollo pensadas para zonas con problemas similares.
No obstante el FSR tuvo diferente tendencias. Una de ella se trata de realizar investigaciones en los campos de los productores basada en los resultados encontrados en las estaciones experimentales y estuvo muy ligada a los centros internacionales de investigación empeñados en generar prototipos para mejorar la productividad de los sistemas agrarios, pero sin considerar en muchas ocasiones las realidades sociales de los productores. La segunda buscó resolver problemas locales de forma rápida y eficiente y para ello ha propiciado la interacción y participación de los agricultores en el proceso de investigación (Gilbert et al. 1980). El FSR abrió en el campo agrario los estudios con enfoque de sistema la incorporación del componente social, algunos métodos rápidos de obtener información (DRR), sin embargo su metodología trata de desarrollar modelos homogéneos que deben ser imitados por otros agricultores, muchos de ellos basados en modelos experimentales probados en granjas específica, sin considerar la gran heterogeneidad de los sistemas agrarios, la realidad de los agricultores y su cosmovisión de la cultura local (Chambers, 1997). Por otro lado la metodología del FSR requiere de largos procesos de experimentación y extensión, lo cual dilata las respuestas necesarias para emprender procesos de cambios. Como parte de la crítica al FSR han surgido variantes de estos con el fin de aproximarse a los problemas existentes y sobre todo resolver el problema de la participación como es el llamado Agroecosystems Analisis, Farm Participatory Research (FPR), que se
distingue porque considera el conocimiento como un proceso social y un sistema en si (Boden, 1997). Desde las ciencias sociales y la educación la participación se convirtió en un elemento central para el desarrollo y la trasformación de los grupos sociales sobre los cuales se trabaja, lo cual unido a un proceso de investigación dio como resultado el surgimiento de la Investigación-Acción-Participativa (IAP). Esta metodología surge en los años 60 en el Tercer Mundo con el objetivo declarado de procurar, a partir del conocimiento adquirido por los grupos sociales y los investigadores, y mediante la acción , realizar las transformaciones sociales necesarias (Anisar Rahman y Fals Borda, 1991) y es asumida por la Agroecología como metodología de investigación y acción que más tarde se describirá. La Agroecología desarrolla un enfoque de sistema más integrador, donde los componentes ecológicos, (recursos naturales), tecnológicos-económicos y los sociales son considerados a un mismo nivel. Se distingue en el enfoque de sistema de la Agroecología por un lado los componentes físicos del mismo (medio ambiente y sistemas agrarios) y por otro el componente social, integrado y en interacción con aquel, formado por el sistema de conocimientos, creencias y prácticas sociales de las unidades sociales que forman parte del sistema y que lo moldean. 2.1. Estilos agrarios. Considerando la interacción que se establece entre los actores sociales (grupos indígenas, campesinos, agricultores, etc.) y la naturaleza se ha desarrollado el concepto de estilos agrarios que reflejan la forma de apropiación por grupos humanos de los recursos naturales y la forma en que emplean estos para relacionarse entre ellos y el exterior de los sistemas, o sea el mercado. Estos estilos también llamados “Estilo de Manejo de los Recursos Naturales” (Guzmán et al, 2000 pag 182), y definido por estos autores como el conjunto de explotaciones que posee análoga naturaleza respecto a las tecnologías agrarias utilizadas, fruto del conocimiento local común y de similares estrategias de producción, reproducción y consumo. Remmers, (2000), señala que el concepto de estilos agrarios, desarrollado en los años 80 en los Países Bajos, es interesante debido a que, por un lado, toma como punto de partida la capacidad estratégica de los actores locales para desarrollar sistemas de producción o sea lo que es la capacidad endógena de desarrollo y por otro intenta explicar la coherencia en el trabajo diario que realizan los diferentes grupos que actúan en el medio agrario desde el agricultor familiar hasta el latifundista. Continua Remmers señalando que “el estilo agrario es una expresión del saber local, un saber de cómo ha de trabajarse la tierra, como ha de organizarse el hogar, quién (hombre mujer, hijos) trabaja y en que cosa, como han de relacionarse con el exterior y con el mercado y con la tecnología disponible”. Van der Ploeg, en Holanda empleo las variables tecnologías y vinculación al mercado para estudiar los procesos de desarrollo y toma de decisión de los agricultores. Según este autor, “el mercado y tecnología juntos crean el espacio de maniobra. Ellos no determinan la agricultura como actividad específica, pero si constituyen el contexto en el cual posiciones diferenciadas son posibles. Los agricultores son capaces, como
actores sociales, de definir y por lo tanto de influir en la manera en que la actividad agrícola está relacionada con los mercados y la tecnología. El distanciamiento y/o la integración a los mercados y a la tecnología no se basan en decisiones caprichosas, estas son objeto de un razonamiento estratégico encarnado en la historia, la ecología, las relaciones socio-políticas que prevalecen, etc. Simultáneamente, es a través de este razonamiento que las posiciones particulares son creadas, o sea que estas relaciones sociales de producción específicas son producidas y/o reproducidas y que, por lo tanto, las decisiones futuras de desarrollo vienen a ser condicionadas”. Por otro lado Toledo (1990) desarrolló una metodología para estudiar el proceso de “modernización rural” fenómeno por el cual el modo campesino de apropiación se ve transformado o sustituido por el modo agroindustrial. Para Toledo todo proceso de apropiación/producción es realizado por un segmento periférico de la sociedad (los productores rurales), quienes son los encargados de “internalizar” al organismo social diversos materiales y energías de la naturaleza. Para realizar esta apropiación cada unidad de producción, ubicada en la membrana o periferia social establece dos tipos de intercambios materiales: con los ecosistemas (intercambios ecológicos) y con el resto de la sociedad a través de diferentes circuitos y mercados (intercambios económicos). Toledo seleccionó un grupo de atributos para diferenciar los modos históricamente determinados de apropiación de la naturaleza que prevalecen en el mundo contemporáneo. Estos rasgos son: (1) el tipo de energía utilizada durante la producción, (2) la escala de las actividades productivas, (3) el grado de autosuficiencia de la unidad productiva rural, (4) su nivel de fuerza de trabajo, (5) el grado de diversidad (ecogeográfica, productiva, biológica, genética) mantenida durante la producción, (6) su nivel de productividad ecológica o energética, (7) su nivel de productividad del trabajo, (8) el tipo de conocimientos empleados durante la apropiación/producción y (9) la visión del mundo (natural y social) que prevalece como causa invisible u oculta de la racionalidad productiva. Para cada atributo se buscan indicadores que se le dan valores desde 0 (modo totalmente campesino) hasta 1 (modo totalmente agroindustrial). Este entendimiento de los sistemas agrarios desarrollados por los autores antes señalados dan una herramienta muy importante a la Agroecología para entender en la gran heterogeneidad de los sistema agrarios, cuales son las semejanzas y diferencias que subyacen en ellos y especialmente entender cuales son las fuerzas endógenas y exógenas que actúan en su evolución. 3. La jerarquía y la escala en Agroecología. La investigación agroecológica considera ambos, jerarquía y escala en sus investigaciones. 3.1. La jerarquía La jerarquía significa el grado de organización y complejidad de los sistemas, sean estos naturales o sociales. El conocimiento de la posición que ocupa el nivel en el que se trabaja, los subsistemas que lo forman y los sistemas mayores a que pertenecen o están vinculados, es básico en toda investigación agroecológica. A continuación se muestran dos ejemplos simples de niveles jerárquicos, uno natural y otro agrario.
Niveles jerárquico en un sistema natural
Célula
Organismo
Población
Comunidad
Ecosistema
Paisaje
Niveles jerárquico en sistemas agrarios Suelo
Cultivo
Campos
Animales
Rebaños
Granja
Zona
Región
Nación
Las relaciones e interacciones entre los diferentes niveles jerárquicos moldean los sistemas y subsistema. La presencia de determinados cultivos, animales o sistemas de manejo puede venir dado por decisiones que se toman en niveles superiores como es el caso de las ayudas de la PAC a los cultivos y los animales y los problemas surgidos a niveles bajos pueden incidir en los niveles superiores sean estos de tipos naturales o sociales. Desde el punto de vista social en los sistemas agrarios también se pueden identificar niveles jerárquicos como el individuo, la familia, la comunidad local, la sociedad local y la sociedad mayor, independientemente de que pueden existir otras formas de agrupaciones sociales según intereses de los diferentes miembros de la sociedad como son los relacionados con el género (jóvenes, mujeres), la actividad que desempeñen (jornaleros, campesinos) y su grado de integración en organizaciones sociales como (asociaciones, sindicatos, cooperativas, etc.), todas ellas presente en los sistemas de sociedades locales y sociedades mayores, y constituyendo espacios de intercambio y desarrollo. Atendiendo al componente social, Guzmán et al. (2000) proponen diferentes nivele jerárquicos para el estudio de los sistemas agroecológicos. Estos son: Explotación o predio entendido en sus dimensiones tanto ecológica como socieconómica, lo que incluye al grupo doméstico sobre el que descansa la gestión de la explotación. Plantean los autores que el hecho de que la agroecología trabaje preferentemente con explotaciones familiares, tengan estas un carácter empresarial, campesino o indígena, justifica la expresión “grupo doméstico”, aunque se puede dar el caso que la explotación o predio tenga un carácter colectivo o excepcionalmente sean empresas capitalistas. Es la explotación o predio la unidad básica de trabajo de la Agroecología, pues es el nivel jerárquico menos donde aparece claramente el componente social ligado al sistema natural-productivo formando una unidad. En este nivel se observan objetivos centrales como son; productividad, seguridad, continuidad predial, reproducción social e identidad sociocultural. Comunidad local, definida como el agregado de grupos domésticos, que estando asentado sobre un territorio específico, mantienen su cohesión social, por diferentes
tipos de relaciones sociales como parentesco, vecindad y cooperación. Destacan los autores que la comunidad local es el grupo de agregados domésticos (explotaciones) unidos por un sistema de lazos y relaciones, por intereses comunes, pautas compartidas de normas y valores y por la conciencia de ser diferentes a los demás grupos definidos de acuerdo al mismo principio, Esta definición va más allá del estilo agrario, pues dentro de un mismo estilo agrario pueden existir diferentes comunidades locales que se diferencien entre ellas, lo cual también marca las pautas de la investigación y la acción agroecológica. Sociedad local, es el conjunto de comunidades que componen un espacio socioeconómico y ecológico que permite su percepción por un observador externo y que en muchas ocasiones se encuentran cohesionado por un sentimiento de pertenencia por parte de sus habitantes, que cristalizan en una unidad sociocultural. En el caso de las sociedades indígenas portadoras de una cosmovisión vinculada al manejo de los recursos naturales, la cohesión de la sociedad local es muy fuerte, sin embargo en el caso de las sociedades campesinas donde se da una fuerte coexistencia con la agricultura industrializada, la perdida de identidad de la sociedad es mucho mayor debido a los débiles lazos que los unen en mantener y desarrollar el conocimiento local y el mantenimiento de los recursos naturales, no obstante en aquellas sociedades de agricultores con alto empleo de tecnologías foráneas, la acción agroecológica se puede desarrollar mediante el uso de métodos de desarrollo endógenos. Sociedad mayor, es el espacio social y ecológico que abarca varias tato varias unidades comarcales o sociedades rurales como sus respectivas comunidades urbanas, que comparten un número significativo de elementos culturales, constituyendo una región, país o nación cultural. Esta unidad de análisis tienen generalmente un sentido de “telón de fondo” de los estudios de caso que sirven para reseñar experiencias productivas que aparecen como propuestas de carácter expansivos o sea que desean ser diseminadas. Este nivel de análisis permite considerar las relaciones entre la sociedad rural y urbana, los puentes de comunicación entre ellos, también permite contemplar los procesos de degradación global de los recursos naturales así como aquellos de tipo políticos y económico que establecen las formas de dependencias. 3.2. La escala La escala tiene dos dimensiones, la espacial y la temporal. La primera dimensión se refiere a la escala o el espacio en el cual trabajamos la cual está muy interrelacionada con la jerarquía, pues en la medida que trabajo a una mayor escala por lo general lo hacemos también a un mayor nivel jerárquico. No obstante el aumento de la escala a un mismo nivel jerárquico permite obtener una superficie de respuesta que agiliza la obtención de información en la búsqueda de soluciones. La dimensión tiempo se refiere a la duración del estudio del fenómeno en cuestión. En este sentido destacar que cuando se buscan solución a problemas de tipo socioeconómicos, no es posible realizar estudios a largo plazo siguiendo comportamientos durante años de los sistemas de interés. En este sentido la agroecología trabaja con métodos que permitan la reconstrucción histórica de los fenómenos tantos ecológicos-productivos como socioeconómicos lo cual unido el aumento de la escala de la investigación nos permiten obtener información veraz y en corto tiempo.
La escala tiene que ver también con los niveles a los cuales se toma la información (cultivo, rebaño, explotación) y a los cuales se toman las decisiones que afectarán los sistemas agrarios (Dalgaard, et al. 2003). Por lo general la información tomada a la escala de investigación no es escalada a los niveles que se toman las decisiones (regional, nacional, supranacional). Este hecho señala que es necesario en las investigaciones agroecológicas tomar indicadores ecológicos y socioeconómicos que permitan escalar a otros niveles los resultados obtenidos a niveles jerárquicos inferiores (rebaños, fincas, etc.), así como emplear métodos adecuados para el procedimiento de escalar la información. Los indicadores que tienen que ver con el gasto energético, contaminación, emisión de gases invernaderos o creación de empleo, renta agraria, etc., tienen suficiente entidad para ser escalados y que sean tomados en cuenta en los niveles de decisión. Los métodos empleados para escalar la información pueden ser de diferentes tipos (lineales, no lineales y jerárquicos)1 y se pueden emplear diferentes criterios para escalar la información desde el nivel científico hasta el de la toma de decisiones (Dalgaard, et al. 2003). 4. La investigación agroecológica La investigación Agroecológica se desarrolla a través de las perspectivas distributiva, estructural y dialéctica. Como se explicó al inicio de este artículo, cada una de ella establece el objetivo de la investigación, el fin de esta investigación y los métodos que se emplea para llevarla a cabo, como se muestra en el cuadro siguiente: Tabla 1. Algunas características indagativas de las perspectivas de investigación agroecológica (Construida a partir de Guzmán et al. 2000, pag. 172) Perspectivas y Dimensiones Nivel de investigación principal Nivel de análisis al que se asocia Objetivos Información principal que se genera Nivel de participación Protagonismo principal
1
Distributiva
Estructural
Dialéctica
Tecnológico
Metodológico
Epistemológico
Descriptivo
Explicativo
Crítico
Obtención de datos empíricos
Análisis de discursos/
Transformación
Cuantitativa
Cualitativa
Se obtienen datos del sujeto (persona, agricultor, etc.)
El sujeto opina, se recoge su visión sobre el problema analizado
El sujeto toma decisiones y actúa
Investigador, el sujeto es obviado
Investigador/investigado, el sujeto es parcialmente integrado
Investigado, el sujeto es el protagonista del proceso
Para escalar el gasto de petróleo medido en las parcelas de cultivo a nivel de granja se puede asumir que el gasto de petróleo total (Pt) esta en función lineal de la superficie de terreno (S), de aquí que el modelo empleado será Pt=Pn Sn. Esto implica que P es constante independiente de la superficie, pero si esto no es así, o sea a mayor superficie P es menor, entonces el modelo debe ser no lineal y este se describe como Pt=∑ Pn Sn donde F es diferente para diferentes tamaño de campos (ejemplo, P> 100l/ha para S< 5 ha; P< de 100 l/ha para S> 5 ha); pero el modelo puede ser tipo jerárquico o sea donde Pn de un campo dado Sn esta en función de la distancia del campo al lugar donde está la maquinaria (D), en cuyo caso aumenta el gasto de petróleo en función de la distancia adaptándose esta condición al modelo ∑ Pn Sn + Dn (1+ Sn). El empleo de estos tres modelos para analizar el gasto de petróleo para granjas de diferente dimensión puede tener hasta un 15% de diferencia (ver Dalgaard, et al. 2003.
4.1. La perspectiva distributiva Esta es la forma de indagación de los sistemas para la obtención de datos empíricos de carácter físico, ecológicos, tecnológicos, económicos o sociales y los cuales deben ser expresarlos cuantitativamente con el mayor apoyo estadístico posible. La metodología principal en esta perspectiva es el estudio de caso, combinando para ello la encuesta semiestructurada, el análisis de datos secundarios existentes de la explotación(es) y la observación del investigador, en este último caso para describir y registrar diferentes comportamientos y expresiones del sistema. Básicamente se emplea la filosofía del DRR, o sea obtener la mayor información posible en un corto tiempo, pero de utilidad, produciendo datos no existentes y recopilando los existentes. Un paso previo en la investigación agroecológica es conocer las características de la población con la cual se va a trabajar (tipificación), el nivel jerárquico que ocupa en el sistema de estudio (cultivos, rebaños, explotaciones, comunidades, etc.) y las relaciones que son importantes identificar con otros sistemas físicos o sociales. Esto es importante cuando se desea trabajar en grandes zonas. 4.1.1. La tipificación La tipificación es básica para poder elegir la muestra adecuada con la cual se trabajará obre todo cuando e trabaja en sistema complejos. La característica de este análisis varía si se desea estudiar componentes del sistema, sistemas agrarios o comunidades. En los dos primeros casos, la tipificación se realiza buscando en la información secundaria existente la mayor cantidad de datos que nos sirvan para describir los subsistemas o sistemas, mientras que cuando trabajamos con comunidades, la mejor forma de elegir las comunidades adecuadas para iniciar un proceso investigativo es la entrevistas con informantes claves y personas líderes de cada comunidad, lo cual nos permitirá conocer el grado de disposición de iniciar procesos de investigación agroecológica. La selección de la muestra o población a estudiar es muy importante, ya que los recursos existentes para realizar estos trabajos, en muchas ocasiones son escasos, y por otro lado y según el propósito del trabajo, se requiere tener una muestra lo más representativa de la población o escoger aquellos grupos de interés donde queremos incidir. Estos estudios nos pueden clarificar la complejidad de los sistemas que deseamos estudiar. Cuando estudiamos componentes o sistemas se nos puede dar dos casos para su tipificación, que tengamos una sola variable de cada sistema (tamaño de los rebaños, tamaño de las explotaciones, tipo de cultivo o actividad principal, etc.), o disponer de varios datos de cada sistema que es lo más común. En el primer caso con un análisis de dispersión (histograma), es suficiente para conocer las características de la población (Figura 1), y poder seleccionar la muestra y/o la sub-población a estudiar. En el caso que tengamos varios indicadores, por lo general se emplean sistemas de clasificación conocidos como análisis de conglomerados (Pardo y Ruiz, 2005), lo cual nos permite identificar los grupos existentes en una población caracterizada con diferentes variables.
Figura 1. Distribución del número de ovinos/caprino por rebaño de la población total en la comarca Alhama-Temple en Granada 60
No. de rebaños
50 40 30 20 Std. Dev = 313.79
10
Mean = 302 N = 196.00
0
0 10 -2 0 00 2 0 1 90 00 0 1 8 1 70 00 0 1 6 150 00 0 14 30 -1 0 00 12 110 00 10 00 -9 0 80 0 0 -7 0 60 00 -5 0 40 0 0 -3
-1
0 20
0
00
Animales totales por rebaño
El análisis de conglomerados e emplea para establecer grupos con similitudes dentro de las poblaciones cuando tenemos dos o más variables que identifican cada sistema o subsistema. Los más usados son los de conglomerados jerárquicos y el análisis discriminante de los conglomerados. En la Figura 2 se expone un ejemplo sencillo de un análisis de conglomerado de agricultores de una comarca de los cuales se cuenta con información sobre la superficie, el número de cultivos, y la vinculación al mercado local de cada explotación. Figura 2. Resultado de un análisis de conglomerado para clasificar una población de 35 agricultores clasificados por tres variables
Variables Tamaño Explotación
No Agricultores en cada grupo
Superficie (ha)
No cultivos
Vinculación Mercado Local (%)
3
6
98
(11)
4
2
0
(5)
6
6
50
(1)
9
3
28
(8)
25
3
0
(5)
Pequeñas
Medianas Grandes
En este estudio podemos tener dos objetivos generales; a) conocer la eficiencia productividad, tecnologías, utilización del conocimiento local, resultados económicos, impactos ambientales, conocimiento local, vínculos de cooperación, etc.; b) mejorar la vinculación de los pequeños productores, su estabilidad productiva e independencia. Por supuesto que en el caso (a) debemos tomar una muestra representativa de toda la población y en el (b) trabajar con una muestra de las poblaciones pequeñas y medianas.
4.1.2. El diseño de la investigación. Por lo general, cuando trabajamos en investigaciones agroecológicas a nivel de sistemas agrarios, no manipulamos los factores que deseamos estudiar, no obstante ellos están presentes en cantidades y variabilidad que podemos intuir, pero que desconocemos a priori. En este caso estamos ante una investigación no experimental que requiere una selección cuidadosa de la muestra a investigar así como de la aplicación de análisis específicos a los datos obtenidos para poder establecer las variables y relaciones que expliquen el comportamiento de los sistemas y nos permitan inferir como se pueden mejorar estos incidiendo en aquellas variables independientes o supervariables que tienen una alta determinación en los elementos que deseamos mejorar (variables dependientes). La investigación agroecológica en sistema, utilizando la variabilidad real de los sistemas agrarios permite reducir el tiempo y esfuerzo en la búsqueda de soluciones y respuestas que puedan mejorar la productividad, economía, eficiencia en el uso de recursos, etc., o la reducción del impacto ambiental en comparación con las investigaciones experimentales en granja o centros de investigación. También estos estudios realizados con la información de los productores y bajo las condiciones de riesgos de estos son muy bien aceptados por los agricultores o grupos sociales sobre los cuales se realizan si sobre todo si se les involucra en la búsqueda de la información y los análisis intermedios. No obstante dentro de la perspectiva distributiva agroecológica también se realizan investigaciones experimentales o cuasi experimentales. Las investigaciones experimentales se realizan cuando no tenemos las variables que se desean estudiar incluidas dentro de los sistemas agrarios, como por ejemplo, cuando se desea conocer el efecto de la cubierta vegetales en frutales, la respuesta a un tratamiento homeopático en animales determinados o cuando hacemos cambiar el tipo d materia prima en un pienso. En estos aplicamos un diseño experimental y nos aseguramos de reproducir la máxima homogeneidad de los factores no estudiados entre los tratamientos de estudio. Las investigaciones cuasi-experimentales son aquellas donde establecemos grupos naturales en la población existentes, por ejemplo ante una encuesta establecemos grupos por género, edad, profesión, etc., y realizamos un grupo de pregunta. Podemos pensar que las respuestas solamente están influidas por los grupos confeccionados, sin embargo en estos casos pueden existir otros factores no controlados que tengan una influencia en las respuestas obtenidas muy importante. En estos estudios muy frecuentes también en agroecología se consideran para su análisis como investigaciones no experimentales. La información obtenida puede ser sometida a diferentes análisis estadísticos como son los de frecuencia, tendencia central (media, mediana, moda, suma), dispersión (desviación típica, varianza, amplitud, valores mínimo y máximo, error típico de la media), Distribución (asimetría, curtosis), relaciones entre variables, comparación de medias, etc., lo cuales nos permitirán describir la información obtenida encontrar relaciones entre variables o diferencias entre medias representativa de situaciones similares encontrada, sin embargo, en las investigaciones no experimentales los análisis estadísticos más fuertes para explicar el comportamiento de las variables de respuestas
(variables dependientes) son las técnicas multivariadas (ver a Catena et al., 2003), las cuales nos permiten reducir el error de tipo I (declarar diferencias cuando realmente no las hay) a niveles aceptables (< 0,05) e integrar un grupo importantes de variables en los análisis. 4.2. Perspectiva estructural y dialéctica. Estas tratan de captar los discursos desarrollados por los actores sobre los aspectos o fenómenos analizados, pero a su vez y es lo más importante involucran a los actores en la generación de conocimientos y en la toma de decisiones, estableciéndose una nueva relación entre investigador y los actores sociales o la parte investigada, lo cual pasa del distanciamiento, el no compromiso y la “imparcialidad” del investigador convencional, al investigador comprometido que da y propicia la participación, que estimula la creatividad, el empoderamiento de los grupos locales y los acompaña en los procesos de desarrollo, defensa de sus recursos, modos de producción, cultura, etc. Según Toledo (1993), la perspectiva estructural y dialéctica de la agroecología pretende dar la palabra a lo investigado, al reconocer la lógica ecológica de la producción campesina, tratando de elaborar metodologías que trasformen al campesino/agricultor de “objeto” de la investigación en “sujeto” de la misma. 4.2.1. Investigación-Acción-Participativa. Aunque las técnicas empleadas en ambas perspectivas son múltiples, tanto en la investigación social como el pluralismo metodológico de la Agroecología, la Investigación-Acción-Participativa (IAP), constituye la técnica paradigmática de estas perspectivas (Guzmán, et al. 2000). Continúan los autores, El IAP es un modo de aproximarse a la realidad tratando de actuar desde dentro y constituye un curso dinámico en cuyo interior pueden aparecer la totalidad de las técnicas utilizadas en la agroecología. El IAP es un enfoque mediante el cual se pretende la plena participación de la comunidad o beneficiarios en el análisis de su propia realidad, con el objeto de entenderla y promover la transformación social y el desarrollo. Por tanto, es un proceso de educación, investigación y acción, para la transformación (Schutter y Yopo, 1983; Park, 1992; Fals Borda, 1992). El IAP requiere la instrumentación de dos tareas íntimamente relacionadas: la investigación como herramienta para adquirir distintos tipos de conocimientos y la acción como aplicación de los mismos (Parker, 1992). Para llevar a cabo el IAP se necesita un grupo de acción de personas implicadas en la situación a resolver y un investigador(es) o animador(es) que catalice la investigación acción. En el IAP la investigación no es el fin, sino el medio para promover un desarrollo, un desarrollo que rescate y active las capacidades de los productores y comunidades y que, a partir del reconocimiento y valoración del conocimiento local, permita a los actores en condiciones ventajosas de empoderarse del conocimiento exógeno, adaptándolo e integrándolo en un desarrollo endógeno Desde el punto de vista de la investigación, el IAP permite trabajar en las condiciones de los agricultores, con grandes poblaciones y muchos factores (sistemas), los trabajos
se realizan bajo las condiciones de riesgo que asumen los agricultores, los agricultores y técnicos participan en un proceso de aprendizaje mutuo, los agricultores se convierten en agentes de difusión y la difusión de los resultados es más rápida. Además los productores tienen una gran cantidad de conocimiento sobre los sistemas que trabajan, y aunque pueden ser más o menos conciente de la importancia de estos estimulados, con una metodología adecuada, se convierte en un arsenal de prácticas y una forma de empoderamiento social. En los estudios de IAP se encuentran muchas soluciones a los problemas existentes, que están aisladas, o sin reconocimiento adecuado ya que muchos productores son generadores de conocimientos y tecnologías, lo que refleja el dinamismo del conocimiento local. La participación desarrolla actitudes de compromiso, la creatividad de las personas se fomenta la colaboración y se activan los procesos de participación. Se trata de estimular que la participación camine desde la pasividad hasta el autodesarrollo (Figura 3).
Figura 3. La escalera de la participación (tomado de Geilfus, 1997)
Autodesarrollo Participación Interactiva Participación Funcional Participación por incentivo Participación por consulta Suministro Información Pasividad
Toman iniciativa
Participan en la formulación, implementación y evaluación de proyectos
Participan en grupos de trabajo para responder a objetivos del proyecto
Ponen trabajo o recursos por incentivos, pero no participan en las decisiones
Son consultadas por agentes externos, pero sin incidir en las decisiones
Participan respondiendo a encuestas, pero no tienen influencia ni al uso que se le dará a la información
Participan cuando se les informa , pero no tienen ninguna incidencia en las decisiones e implementación del proyecto
Las fases de un proyecto IAP según Geilfus (1997) son cuatro y se describen como: • • • •
Diagnóstico participativo Análisis de problemas y soluciones Planificación de las acciones a desarrollar Monitoreo y evaluación
El IAP emplea cuatro herramientas básicas que en realidad es un grupo de metodologías de investigación participativa que se agrupan en: • • • •
Técnicas de dinámica de grupo Técnicas de visualización Técnicas de entrevistas y comunicación oral Técnicas de observación de campo
Una detallada descripción de las fases de un proyecto IAP y las técnicas que se pueden emplear en cada una de ellas se puede revisar en el manual 80 herramientas para el desarrollo participativo (Geilfus, 1997).
5. Bibliografía. Anisar Rahman, M. y Fals-Borda, O. 1991. Un repaso de la IAP. En Acción y conocimiento. Cómo romper el monopolio con investigación-acción participativa. CINEP. Santafé de Bogotá. Borda, O. F. 1992. La Ciencia y el Pueblo: Nuevas Reflexiones. En La Investigación Acción Participativa, Salazar M. C. (ed). Ed. Popular, Madrid. Catena, A.; Ramos, M. M. y Trujillo H. M. 2003 Análisis multivariado, un manual para investigadores. Edit. Biblioteca Nueva, Barcelona Dalgaard, T; Hutchings, J. y Porter, J. R. (2003). Agroecology: scaling and interdisciplinarity, Agricultura, Ecosystems and Environment, 100, 39-51 Geilfus, F. 1997. 80 herramientas para el desarrollo participativo: Diagnóstico, Planificación Monitoreo Evaluación. EDICPSA; San Salvado Gilbert, G.H.; Norman, D. H. y Winch, F. E. 1980. Farming Systems Research. A critical appraissal. MSU Rural Development Papers. Paper No. 6. Department of Agricultura Economics. Michigan State University. Guzmán, G; González de Molina, M y Sevilla-Guzmán, E. (2000). Introducción a la Agroecología como desarrollo Rural sostenible. Mundi Prensa, Madrid. Ibáñez, J. 1979. Más allá de la Sociología. El grupo de discusión. Siglo XXI, Madrid. Pardo. A. y Ruiz. M. A. (2005). SPSS 13 Guía para el análisis de datos. Mc Graw Hill Park P. 1992. Qué es la Investigación Acción Participativa. En Salazar M. C. (eds). La Investigación Acción Participativa,). Ed. Popular, Madrid. Remmers, G. G. A. 2000. El desarrollo endógeno en zonas rurales: acertando en un blanco movil. En Guzmán, et al. (eds). Introducción a la Agroecología como desarrollo rural sostenible. pp 411-429. Mundi Prensa, Madrid Schutter A y Yopo B. 1983. Desarrollo y Perspectiva de la Investigación participativa. En La investigación Participativa en América Latina, Vejerano G. (ed). CREFAL, Pátzcuaro, México Toledo, V. M. 1990. The ecological rationality of peasant production”, en M. Altieri y S. Hecht (eds.), Agroecology and Small Farm Developpment, CRC Press
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