SALUD FÍSICA Y SALUD MENTAL Desde 1946, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió ésta como «el estado integral de bienestar físico, mental y social... y no solamente la ausencia de enfermedad», se ha llegado paulatinamente a entender que los enfoques terapéuticos más efectivos son los que tratan el cuerpo y la mente en conjunto. En el presente artículo se analiza la influencia de los factores psicológicos en enfermedades del sistema cardiovascular o el cáncer. Las enfermedades crónicas, graves o letales como el cáncer, la diabetes, las cardiopatías o el sida representan una carga tremenda para quienes las padecen (y las sobreviven) y con frecuencia conducen a serios trastornos psicológicos, entre los que destaca por su frecuencia, la depresión. Igualmente, las personas que adolecen de serias y persistentes afecciones mentales se ven frecuentemente afectadas por una serie de trastornos y complicaciones físicas. Así pues, es fundamental ser conscientes de que para promover la buena salud en general, y el bienestar de la población, es preciso tener en cuenta la salud mental. Factores psicológicos en la enfermedad neoplásica Aunque se ha logrado la curación de ciertas neoplasias, y otras se han convertido en enfermedades crónicas, la enfermedad oncológica es una de las principales causas de muerte en los países desarrollados. Antes de continuar ahondando en este tema, conviene definir lo que se entiende por enfermedad tumoral, denominación que engloba un conjunto de enfermedades caracterizadas por la clonalidad en su origen, la autonomía en su crecimiento, la anaplasia y la capacidad para generar metástasis. El pronóstico de este tipo de enfermedad varía de unas a otras, alcanzando actualmente una supervivencia del 50%. Por ello la enfermedad oncológica sigue asociándose a sufrimiento, irreversibilidad y muerte. La reacción del paciente ante un diagnóstico de cáncer depende de cómo perciba éste la enfermedad; así, aparecerán reacciones de ansiedad (si se percibe como amenaza para la propia vida), depresión (si se percibe como pérdida de control sobre sí) e ira (si se percibe como una agresión y una injusticia). Ante este panorama, no es infrecuente que buena parte de los pacientes oncológicos sufran trastornos mentales, cuyos tipos y frecuencias son los siguientes: Trastorno adaptativo de tipo ansioso, depresivo o mixto en el 68% de los enfermos. Depresión mayor en el 13% de los pacientes. Delirium en el 8% de los enfermos.
Al estudiar los estilos de afrontamiento y los rasgos de personalidad del enfermo oncológico, se ha descrito el patrón conductual de tipo C, que caracteriza al paciente cooperador y no autoritario, que suprime sus emociones negativas, particularmente la ira, y que acepta y sigue las instrucciones de las autoridades externas. Actualmente puede concluirse que si las situaciones estresantes u otros factores psicológicos ejercen un efecto sobre la incidencia del cáncer, este efecto no es muy relevante. Náuseas y vómitos anticipatorios Las náuseas y los vómitos son frecuentes en el paciente oncológico y son una consecuencia de la afectación neurológica que produce la quimioterapia. Sin embargo, esta explicación tan simplista no es válida para todos los casos, pues hay pacientes que presentan náuseas y vómitos anticipatorios horas antes del tratamiento o ante situaciones que les recuerdan la propia quimioterapia. La hipótesis más acertada para explicar este cuadro sería la de un condicionamiento clásico a los efectos de la quimioterapia, que es generalizado por el propio sujeto, de modo que esta conducta aparece a medida que se acerca el día del tratamiento o cuando el paciente recibe ciertos estímulos, ya sean estos de carácter visual, olfativo, situacional o de otro tipo. LA SALUD: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades. De un modo amplio, la salud es el estado general de un organismo y puede ser, por ejemplo, buena, mala, frágil, etc. De una forma simbólica, también se habla de 'salud' para referirse al estado y funcionamiento de un grupo, una institución o una actividad. Utilizada como interjección ('¡Salud!') es una fórmula para saludarse y para brindar. Procede del latín salus, salūtis. SALUD FÍSICA Es uno de los tres componentes del concepto global de salud, junto con el aspecto mental y el social. Hace referencia al ámbito físico de la persona, el estado y funcionamiento del organismo. Una buena salud física suele repercutir positivamente en el resto de dimensiones personales y viceversa. SALUD MENTAL La salud mental es un estado de equilibrio y bienestar psíquico, emocional y social en el que la persona tiene consciencia de sus capacidades y puede hacer frente a las exigencias normales de la vida y ser productivo para la sociedad. Hace referencia a las emociones, sentimientos, actitudes y comportamientos de una persona y sus relaciones sociales. La enfermedades que afectan a la salud mental son variadas y también sus causas.
NUTRICIÓN: La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos animales y vegetales absorben de los alimentos los nutrientes necesarios para la vida. La nutrición es importante porque es fundamental para el funcionamiento y el mantenimiento de las funciones vitales de los seres vivos, ayuda a mantener el equilibrio homeostático del organismo, tanto en procesos macrosistémicos, como la digestión o el metabolismo. Asimismo, permite realizar procesos moleculares (aminoácidos, enzimas, vitaminas, minerales), que son procesos fisiológicos y bioquímicos, en los cuales se consume y se gasta energía (calorías). Asimismo, la nutrición humana es la ciencia que investiga la relación entre los alimentos consumidos por el hombre y la salud (enfermedades), para buscar el bienestar y la preservación de la salud humana. Una buena nutrición previene de muchas enfermedades crónicas, y está relacionada con un estilo de vida sano. Muchos problemas de salud se pueden prevenir a través de una alimentación o una dieta saludable, que siga las proporciones adecuadas de cada alimento. Las seis clases de nutrientes que el cuerpo necesita diariamente son agua, vitaminas, minerales, carbohidratos, proteínas y grasas.
El profesional de la nutrición es el nutricionista o dietista, que es quien se especializa en la nutrición humana y posee estudios especializados sobre el tema. Es su responsabilidad planificar las comidas, desarrollar menús y gestionar los programas de alimentación y nutrición de las personas. Tipos de nutrición Nutrición autótrofa Se conoce como nutrición autótrofa aquella que utilizan los organismos autótrofos, que son organismos que producen su propio alimento, sintetizando las sustancias esenciales que necesitan para su metabolismo a partir de las sustancias inorgánicas, como el dióxido de carbono. Existen diferentes tipos de seres autótrofos, por ejemplo, los denominados quimiolitótrofos, que son las bacterias que utilizan la oxidación de compuestos inorgánicos para la producción de energía, tales como el anhídrido sulfuroso o los compuestos ferrosos. Asimismo, están los fotolitoautótrofos, que son los organismos que usan la fotosíntesis, como las plantas. Nutrición heterótrofa Como nutrición heterótrofa se designa aquella propia de los organismos heterótrofos, que son los seres que necesitan de otros para vivir, es decir, que se alimentan con las sustancias orgánicas que son sintetizadas por otros organismos. Ejemplos de nutrición heterótrofa los vemos en los hongos, los animales y multitud de bacterias y protozoos o protozoario, que fabrican moléculas orgánicas complejas aprovechando la energía de los seres autótrofos que se han comido. Existen diferentes tipos de seres heterótrofos, que según su nutrición, pueden dividirse en cuatro clases, holotrofa (cadena alimenticia, carnívoros, herbívoros o fitófagos, y omnívoros), saprófaga (se alimentan de muertos), simbiótica y parásita. Pirámide nutricional La pirámide nutricional o pirámide alimenticia es una manera de representar gráficamente cómo debería estar constituida una dieta equilibrada. La pirámide nutricional está dividida en cuatro partes siendo la base de la pirámide los cereales y tubérculos, en el siguiente nivel se encuentran las frutas y verduras; luego, los alimentos de origen animal y las leguminosas, y, por último, en el vértice de la pirámide, están los azúcares y las grasas. Nutrición enteral y parenteral Existen diferentes formas de ingerir alimentos, además de la forma natural, que es la que se hace por la vía oral, sobre todo cuando se trata de pacientes con necesidades dietéticas o nutricionales especiales: la enteral y la parental.
Nutrición enteral: el alimento se coloca directamente en el tubo digestivo. Nutrición parenteral: el alimento se administra directamente en la vena.
¿QUÉ ES ACTITUD? La actitud (del latín actitūdo), puede ser definida como la manifestación de un estado de ánimo o bien como una tendencia a actuar de un modo determinado. Definiciones de otros autores:
C. M. Judd. “Las actitudes son evaluaciones duraderas de diversos aspectos del mundo social, evaluaciones que se almacenan en la memoria”. R. Jeffress. “La actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida”.
El concepto de actitud es muy utilizado en el ámbito de la psicología, en el que las actitudes no pueden ser consideradas como cuestiones particulares, sino que más bien deben ser entendidos dentro de un contexto social y temporal. Las actitudes son adquiridas y aprendidas a lo largo de la vida y adquieren una dirección hacia un determinado fin. Esto lo diferencia de caracteres biológicos, como el sueño o el hambre. La actitud se conforma de tres componentes esenciales:
Elemento conductual. En primer lugar, este elemento refiere al modo en que son expresados las emociones o pensamientos. Elemento emocional. En segundo lugar, este elemento refiere a los sentimientos que cada persona tiene. Elemento cognitivo. Por último, este elemento hace referencia a lo que el individuo piensa.
Tipos de actitudes Alguien con actitud emocional tiende a interesarse en los sentimientos ajenos. Las actitudes que adquieren los individuos son influidas por diversas causas, como relaciones, creencias y experiencias que hayan sido vividas a lo lago de la existencia de cada persona. Estas variantes impulsan a los individuos a actuar de distintas formas ante situaciones muy similares. Es por ello que es común oír términos como actitud positiva o actitud negativa, lo cual puede determinar el éxito o fracaso de lo que se intente realizar. Por otro lado especialistas han realizado ciertas clasificaciones determinando los tipos de actitudes en:
Actitud egoísta. La personas que actúan con este tipo de actitudes se caracterizan por interesarse en conseguir satisfacer sus propias necesidades sin interesarse en las necesidades ajenas. En este caso se utiliza cualquier medio, incluso las otras personas pueden resultar un medio para alcanzar lo deseado. Actitud manipuladora. Los individuos que poseen estas actitudes suelen tener características en común al caso anterior, a diferencia que realmente utilizan a los demás
como el instrumento para alcanzar satisfacer sus propias necesidades, es decir que efectivamente utilizan a otras personas como herramientas. Actitud altruista. Las personas que adoptan este tipo de actitudes resultan completamente opuestas a los dos casos mencionados anteriormente ya que no se interesan por el beneficio propio, si no en el de los demás. Las otras personas no son utilizadas como un medio o herramienta si no que son entendidas como fines en sí mismos. Las personas con actitud altruista suelen ser comprensivas y atentas. Actitud emocional. Las personas que adquieren actitudes de este tipo suelen interesarse en los sentimientos y estado emocional de las otras personas. Al igual que el caso anterior no buscan satisfacer de manera exclusiva sus necesidades si no que son considerados con los demás. Muchas veces estas personas son afectivas y sensibles para con los demás.
3. ¿Por qué adoptamos distintas actitudes? La actitud de un individuo puede diferenciarse en negativa y positiva. La actitud que exponen los individuos ante su entorno y el medio social en el que se encuentran integrados, en más de una ocasión, pueden reflejar diferentes funciones según el resultado que se quiera alcanzar. De esta manera, un sujeto que adopta una actitud cautelosa tiene como objetivo cumplir con sus tareas de manera segura y procurando disminuir el margen de error al mínimo posible. Las diferentes actitudes que un sujeto exponga determinarán el sentido de predisposición con el que éste querrá actuar. Muchos especialistas afirman que la actitud adopta un grado de importancia considerablemente elevado dentro de un grupo o incluso una sociedad. No obstante, el rol que cumple la actitud de un individuo puede diferenciarse en positiva o negativa. Mientras que exista una actitud positiva en la mayoría de los integrantes de un grupo, el mismo podrá decirse que posee tendencias de evolución y adaptación efectivas, puesto a que la predisposición de cada individuo es positiva. Cuando un grupo se encuentra con integrantes que emanan actitudes negativas, el rumbo del grupo se consolidará como involutivo y las posibilidades de fracaso serán más altas. La obtención de las actitudes de ninguna manera es innata, sino que contrariamente el ser humano es quien las adquiere y adopta en función de las experiencias vividas. En este sentido, es correcto decir que una actitud es adquirida por la experiencia activa con algo en específico, tal como lo puede ser un objeto, un suceso, una persona, etcétera. También el resultado provocado como respuesta a un estímulo, generado por agentes externos, es un medio por el cual se obtienen las actitudes. 4. Características de las actitudes Las actitudes son un motor de influencia en relación a las respuestas frente a estímulos.
Las actitudes están sometidas a diversas características completamente reconocibles:
Las actitudes están predispuestas al cambio espontáneo y a una flexibilidad innata. Las actitudes son el principal motor de influencia en relación a las respuestas frente a estímulos y a las conductas adoptadas. Las actitudes pueden responder a múltiples situaciones, por lo tanto se dice que son transferibles. Las actitudes se adquieren con la experiencia y la obtención de conocimientos en cada suceso que compone la vida de un individuo. De esta manera, las actitudes influyen en las distintas conductas que el sujeto adopte.
5. Elementos de la actitud El psicólogo social, Rodríguez Aroldo, remarca que la actitud se encuentra compuesta por diferentes elementos esenciales:
Elemento cognitivo. La propia existencia de una actitud se encuentra complementada conjuntamente con la existencia de un esquema cognoscitivo que el propio sujeta recrea. Dicho esquema se encuentra conformado por la percepción que puede captarse sobre el objeto en cuestión, junto con las creencias y datos que se tienen previamente del mismo. Este elemento puede ser entendido también como modelo actitudinal de expectativa por valor. Los estudios realizados por Fishbein y Ajzen afirman en base a esto que cualquier objeto del cual no se posee ningún tipo de dato o información, nunca podrá entonces generar una actitud en el individuo. Elemento conductual. Según Rodríguez Aroldo, el elemento conductual es aquel que en todo momento se encuentra activo. Además, lo define como la corriente actitudinal que se produce al reaccionar frente a un objeto de una forma específica. Elemento afectivo. A diferencia del conductual, el elemento afectivo se compone por los sentimientos expuestos, sean positivos o negativos, frente a un objeto social. También representa el punto de comparación existente entre las creencias y las opiniones, caracterizadas siempre por su lado cognoscitivo.