HONORABLE JURADO CALIFICADOR RESPETABLES MAESTROS COMPAÑEROS DEL PARLAMENTO PÚBLICO EN GENERAL Mi nombre es Armando Adán García Luna, curso actualmente el quinto grado de primaria y es un honor para mí, el poder dirigirme ante ustedes, con un tema importante para la niñez. El castigo corporal y otras formas humillantes de castigo son todavía usados como medios de disciplina. En México al menos 6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes, de entre 1 y 14 años, ha experimentado algún método de disciplina violenta. Y esto es porque en nuestro país existen Leyes y códigos que permiten el castigo corporal contra los niños Explicando un poco lo que les acabo de mencionar, en varias entidades del país se “perdonan” o “justifican” las lesiones provocadas en los niños y niñas cuando el agresor es un familiar y lo hace bajo una “emoción violenta”, sin dolo o no es una agresión frecuente. En dos estados de la república mexicana todavía son permitidos los golpes como parte del “derecho a corregir”. Los niños en México y Latinoamérica están desprotegidos de la violencia, pero no solo de la delincuencia sino principalmente de la que ocurre dentro de sus casas. En México, únicamente Ciudad de México, Zacatecas y Chiapas prohíben específicamente el castigo corporal en sus leyes, mientras que Guanajuato y Chiapas lo prohíben en sus códigos penales. En tanto, los códigos penales de 14 entidades contemplan excusas para lesionar a los descendientes, es decir a sus propios hijos. México firmó en 1990 la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, comprometiéndose a alinear sus leyes y reglamentos con dicho documento, sin embargo, lo incumple tanto a nivel federal como en casi todos los estados. Hasta la fecha solo hay tres leyes estatales que prohíben el castigo corporal a los menores de edad. Si bien dichas reglas y leyes se aplican a cualquier familiar de los mencionados, los niños son más vulnerables a las lesiones y tienen menor capacidad de defenderse de sus parientes adultos, particularmente cuando existe la creencia de que lastimar a un niño es “necesario” para educarlo.
Querido público, “Tenemos que invertir en prevención, en nuestras mentalidades”, sabemos que la respuesta a la violencia contra los niños no debe ser la criminalización de los miembros de la familia, ya que esto puede provocar que el niño se sienta culpable por haberse quejado de su padre o su madre, lo que lo victimiza. “Lo que queremos es promover acciones de paternidad y parentalidad positiva, de apoyo a las familias para que tengan el tiempo, las habilidades, los conocimientos para crear el mejor entorno para sus niños y la niñez de México”. Debemos poner fin al castigo corporal; los golpes y los castigos NO enseñan, solo generan temor y miedo. Eduquen a la niñez a través del diálogo, el respeto y su buen ejemplo. No toleremos el castigo físico y la violencia contra niñas, niños y adolescentes. Para que esto suceda, es urgente un profundo cambio de nuestra cultura y de las actitudes de todos como gran sociedad. Construir una cultura de paz empieza con las niñas y niños en casa, desde el hogar. Eliminemos el castigo corporal con nuevas formas de criar a los hijos con el diálogo y el respeto. Compañeros y público presente, Considero y creo que las consecuencias de los castigos corporales en la niñez son graves para las niñas y niños en la sociedad, porque creo que la violencia se transmite de una generación a otra. Pero también considero que la fé en la disciplina positiva y los cuidados a nuestro cuerpo y a nuestras emociones favorecerán la salud y desarrollo de todos nosotros.
Finalizo mi participación haciéndoles la mención del Representante de la UNICEF en México Christian Skoog quien dice que en México la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, promulgada en 2014, marcó un hito en materia de derechos de la infancia; pero sin embargo NO prohíbe el castigo corporal. Es necesario desnormalizar la violencia para garantizar un ambiente seguro de desarrollo a la niñez. Queridos adultos, familiares, autoridades, docentes y público que me escucha, los niños y niñas de nuestra sociedad mexicana NO necesitamos de disciplina violenta. Trabajen desde la familia para que el diálogo y el respeto sean los pilares en la rianza de la niñez. Gracias por su atención.