La Revolución del 24 de Abril 1965 La revolución de abril de 1965, fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch. En ella se produjo una alianza de clases, ente sectores de la burguesía urbana y amplios sectores de los trabajadores y obreros. Esencialmente fue una revolución democrática, en el sentido de que la misma no perseguía, como maliciosamente argumentaron los norteamericanos, establecer un régimen socialista o comunista. En realidad, el control de la revolución políticamente hablando, estaba en manos del Partido Revolucionario Dominicano, a pesar de la presencia de los partidos de izquierda, como el 14 de junio, el P.C.D., el M.P.D., y otros. Asimismo, el control militar, de la misma estaba en manos principalmente de los militares y oficiales a cuya cabeza se encontraba el coronel Caamaño, quien naturalmente no era en esos momentos, comunista ni nada parecido. Asimismo, fue una revolución popular en cuanto a sus bases sociales. Una característica de la revolución de abril fue que la misma estuvo localizada, concentrada en la ciudad de Santo Domingo. Es decir, que la misma no se expandió hacia los pueblos del interior del país contrario, muchos revolucionarios y personas simpatizantes del gobierno de Bosch, llegaron del interior a la capital, para participar en los eventos. Lo anterior significo, que los conspiradores tanto balagueristas-trujillistas como los del Partido Revolucionario Dominicano, jamás pensaron en organizar una revolución popular nacional, para derrotar al triunvirato: se sobre entendía, que se trataba de un simple golpe de estado. Pero, tal y como dijimos anteriormente las contradicciones provocadas a la hora de decidir, la forma de sustitución el derrocado gobierno, motivaron la conversión de la conspiración, en una formidable insurrección popular, a favor del regreso de Bosch al poder sin elecciones. Ahora, la forma de organización política y militar que se estableció en el bando constitucionalista, fueron los llamados comando. Estos estaban integrados por civiles armados y militares constitucionalistas, y fulgían como órgano de poder, lo mismo operaban en diferentes zonas geográficas controladas por los partidos dl regreso de Bosch sin elecciones. Desde el punto de vista de su composición social, los comandos estaban conformados por sectores pequeños burgueses y obreros sumamente radicalizados. Por supuesto, antes que los comandos constitucionalistas estaban subordinados militar y políticamente a la dirección burguesa populista del Partido Revolucionario Dominicano, y alto mando constitucionalistas a cuya cabeza se encontraba el coronel Caamaño, quien además fue elegido presidente de la República en base a una sugerencia y con la aprobación del profesor Juan Bosch. Sin embargo, tal subordinación no implicaba, naturalmente, que los comandos representaban un autentico poder popular. De forma pues, que la base de sustentación del gobierno constitucionalista, eran los sectores militares, la burguesía populista, la pequeña burguesía radicalizada, sectores obreros y sindicales. CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN DE ABRIL DEL 1965: Bosch y Balaguer organizaron una conspiración cívica militar, en la cual militares jóvenes, y de baja graduación, vinculados al Partido Revolucionario Dominicano, pero con una conciencia democrática y constitucionalista, se unieron con militares trujillistas-balagueristas como el llamado Clan de San Cristóbal, encabezado por Ney Nivar Seijas, y que respondía al liderazgo del Dr. Balaguer. La conspiración fue desvelada, el 24 de abril de 1965, pero simplemente ya era muy tarde para READ Cabral, el cual fue apresado por oficiales que horas antes, lo apoyaban. En esta coyuntura, se aceleran las discusiones y negociaciones
entre
los
bandos
militares
que
coadyuvaron
al
derrocamiento
del
gobierno.
La contradicción surgió precisamente, porque los militares trujillistas-balagueristas, desconocieron los acuerdos políticos, y se negaron a aceptar el gobierno de Bosch, sin elecciones, precisamente esas descendencias fueron la causa principal para que un golpe de estado, se transformara rápidamente en una revolución. HECHOS PRINCIPALES DE LA REVOLUCION DEL 1965 Los militares jóvenes, encabezado por el coronel Fernández Domínguez, tomaron la histórica decisión de distribuir armas entre la población civil, miembros de los Partidos de la Izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano; así se organizaron los llamados comandos, forma de organización militar, propia de las guerrillas urbanas. La Guerra Civil para el 25 de abril de 1965, era un hecho indetenible. Dos bandos enfrentados, los constitucionalistas, cuyo objetivo militar era destruir al viejo Ejercito Nacional Trujillista, el cual estaba controlado en su totalidad, por lo militares trujillistas-balagueristas, en cuanto al objetivo político, se trata simplemente e restablecer el Gobierno de Bosch sin elecciones. Un hecho interesante que hay que mencionar, fue la conversación sostenida por un grupo de militares constitucionalistas, encabezados por Francisco Alberto Caamaño, con el embajador Norteamericano; a quien se le solicito su mediación, justamente para evitar la guerra civil. Este sin embargo, se limito a decirles a los constitucionalistas que se rindieran para evitar males mayores. Indignados, los militares constitucionalistas se dirigieron de inmediato a la cabeza del Puente Duarte, pues las tropas de CEFA dirigidas por Wessin y Wessin, se dirigían al centro de la ciudad con la intención de tomarla y derrotar a los constitucionalistas. La batalla del Puente Duarte en la revolución del 1965 La batalla del Puente Duarte fue un de las más sangrientas, pero al final de la misma, las tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus pasos. Fue tan formidable la participación popular, que muy pronto el aparato militar regular, quedo virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas. Fue tomada la fortaleza del Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional, en su versión de los cascos blancos. En el momento en que los constitucionalistas, quienes ya había derrotado en santo domingo a las tropas regulares, se preparaban para el ataque decisivo de San Isidro, base aérea en donde se encontraban concentradas las tropas del CEFA, dirigidas por Wessin y Wessin y el general Benoit, estos temerosos, solicitaron a los Estados Unidos su intervención militar, para evitar un supuesto peligro comunista. SEGUNDA OCUPACIÓN MILITAR DE EE.UU.: La Segunda Ocupación Militar Norteamericana a la República Dominicana, se produjo el 28 de abril de 1965. A nuestro país llegaron aproximadamente unos 42,000 soldados norteamericanos. El pretexto casi el mismo del 1916 a salvar vidas norteamericanas y proteger los intereses norteamericanos en la Rep. Dom. A demás, el gobierno de Washington justifico la ocupación militar, señalando que se trataba d evitar la formación de una nueva cuba en el Caribe.
Los soldados norteamericanos se dedicaron a darle apoyo logística, e incluso a participar activamente en escaramuzas militares en contra del bando constitucionalista, el cual a partir d la llegada de los soldados norteamericanos se replegó a la zona colonial de la capital, o llamado Ciudad Nueva. En cuanto a las tropas del CEFA, dirigidas por Wessin y Wessin recibieron ayuda, pertrechos, etc. De los soldados YANKEES. En aspecto político, los partidarios de Balaguer y cuya base de operaciones estaba en la base Naval de San Isidro, instado por los ocupantes, tomar la escisión de proclamar la formación de un gobierno Militar llamado: Gobierno de Reconstrucción Nacional, a cuya cabeza se encontraba el general Imbert Barreras. El gobierno de Reconstrucción Nacional esencialmente era un gobierno títere. Un gobierno que respondía a la política imperialista de Washington, y cuya finalidad era evitar por todos los medios el regreso de Bosch a la presidencia. En fin, era un gobierno rabiosamente anticomunista, formado por los Estados Unidos para manipular la política local. La presencia norteamericana finalmente obligo a los constitucionalistas a buscar una solución negociada a la crisis. En realidad, los norteamericanos intentaron en algunos momentos, particularmente en los meses de junio, de derrocar militarmente a los constitucionalistas, quienes s encontraban muy bien atrincherados en la zona colonial, como dijimos anteriormente, pero los ataques fueron rechazados, y muchos soldados norteamericanos, cayeron bajo balas constitucionalistas. En esas condiciones, los estrategas norteamericanos comprendieron que tomar por la fuerza la zona constitucionalista, implicaría una cantidad extraordinaria de muerto, heridos y de destrucción de la propiedad. El hecho de que, como bien afirmamos anteriormente, la revolución de abril de 1965 no se expandió a la zona rural del país, salvo un intento frustrado en San Francisco de Macorís por parte de algunos revolucionarios, podía es países de Latinoamérica tropas del gobierno de Reconstrucción Nacional, decidieron inteligentemente, buscar como dijimos la salida negociadora. En los demás pueblos los comandantes militares se mantuvieron en la expectativa, controlando militarmente sus diferentes departamentos. En verdad fue un gran alivio para los marines la calma reinante en los pueblos del interior, donde los comandantes militares mantenían un control militar de los diferentes pueblos, manteniéndose al margen y a las expectativas. Al final, naturalmente se inclinaron a favor del gobierno de Reconstrucción Nacional, como era muy natural. Es un hecho incontrovertible que la consecuencia más importante de la ocupación militar norteamericana fue que evito el triunfo de la revolución de abril de 1965. Y por supuesto, impidió el retorno a la constitucionalidad, aspiración máxima del movimiento. Es decir, que la derrota del movimiento constitucionalista, sé debió única y exclusivamente a la intervención desvergonzada, y violatoria de las más elementales tomas de convivencia de las naciones del mundo y del derecho de las naciones. Pero, como siempre l derecho internacional, es en realidad el derecho del más poderoso a aplastar y dominar las naciones mas pequeñas. Otra consecuencia, fue que acrecentó los ánimos en contra de los Estados Unidos, en amplios sectores de la población. Asimismo, la intervención militar de los estados unidos facilito y condiciono el triunfo del Dr. Balaguer en las elecciones realizadas bajo tutela de las botas norteamericanas. Nadie hoy en día puede poner en dudas que la decisión de Washington había sido planificada con mucha antelación al estallido del 24 de abril de 1965.Por supuesto, que la celebración de las elecciones de junio de 1966, representaron el inicio de un proceso de
reordenamiento y reorganización del estado, el cual quedaría más fuertemente vinculado a los organismos interventores, como el cuerpo de asesores militares, agencia de desarrollo, la CIA, entre otros. La guerra de abril en 195 finalizo después de muchas rondas de negociaciones, dirigidas por la OEA, La cual había integrado la llamada Fuerza Interamericana de Paz, donde participaron soldados de diferentes países. La República Dominicana conmemora este lunes el 52 aniversario de la insurreción y victoria cívico-militar que dio inicio a la Revolución de Abril de 1965 o Guerra Patria, uno de los sucesos más relevantes de la historia política y social de ese país caribeño. El 24 de abril de 1965 se sublevaron los campamentos militares 16 de agosto y 27 de febrero -ubicados al este de Santo Domingo (capital) y simultáneamente miles de dominicanos salieron a las calles con el objetivo de restablecer el gobierno constitucional del presidente Juan Bosch, derrocado el 27 de septiembre de 1963 por una conspiración del Estados Unidos a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la oligarquía y la jerarquía eclesiástica dominicana. Ese día, un grupo de oficiales creó el Comando Militar Revolucionario encabezado por los coroneles Vinicio A. Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez Ramírez, Francisco Alberto Caamaño Deñó y lograron cohesionar un movimiento cívico-militar que destituyó el triunvirato encabezado por Donald Reid Cabral y el pueblo en armas juramentó al Dr. Rafael Molina Ureña como presidente provisional de la República Dominicana, siguiendo el hilo constitucional de 1963 y en su condición de presidente de la Cámara de Diputados que fungía al momento del golpe a Bosch.
Reid Cabral informó a la embajada de Estados Unidos que se proponía “rodear el campamento rebelde 27 de Febrero con tropas leales y cortar los servicios”. Cerca de la medianoche, un coronel del ejército de Estados Unidos acudió al sublevado Campamento 16 de Agosto e increpó al capitán Mario Peña Taveras (uno de los oficiales rebeldes) sobre lo que había sucedido. “Lo que está pasando aquí es un problema de los dominicanos que va a ser resuelto por los dominicanos”, respondió de manera enfática el militar perteneciente al bando constitucionalista, quienes lucharon para preservar la legalidad, justicia, democracia, libertad y soberanía nacional de la República Dominicana.
El coronel Francisco Caamaño fue el líder del movimiento cívico-militar dominicano. Los militares patriotas comandados por Caamaño asaltaron la Intendencia del Ejército Nacional, mientras otras agrupaciones militares ocuparon la ciudad de Santo Domingo. Una vez que la insurrección popular logra deponer el gobierno del triunvirato, el 25 de abril, reunido el Congreso Nacional y restaurada la Constitución, fue juramentado y posesionado un gobierno constitucional transitorio. Al verse derrotados, un grupo de generales dirigidos por Elías Wessin y Wessin, por órdenes del gobierno norteamericano, realizaron bombardeos aéreos en horas de la tarde el Palacio Nacional, donde se encontraba el presidente Molina y su gobierno, dando inicio a la denominada Guerra Patria, que duró tres días.
Los constitucionalistas bloquearon el Puente Duarte para impedir el avance de los generales y militares contrarios a la Revolución. Wessin y Wessin y los militares afines a los poderes fácticos nacionales y extranjeros fueron derrotados de manera definitiva y aplastante por el pueblo dominicano en la Batalla del Puente Duarte. “Abril del 65 nos muestra lo importante que resulta en la sociedad dominicana la claridad acerca de un objetivo programático adecuado para la movilización popular en pos del desarrollo social”, afirmó el historiador Roberto Cassá en un video difundido por la Presidencia de la República Dominicana este viernes.
Cuatro días después de la victoria popular dominicana, el presidente Lyndon B. Johnson ordena invadir la República Dominicana con 42 mil marines en la denominada “Operación Power Pack”, con el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y bajo la excusa de “no permitir otra Cuba en el Caribe”. En dicha invasión estadounidense, la segunda en menos de 50 años a la isla caribeña, duró un poco más de un año y fueron masacrados miles de dominicanos y dominicanas. El Dato: Juan Bosch fue el primer presidente elegido democráticamente luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo, impuesto por Estados Unidos en 1930 y gobernante hasta el 30 de mayo de 1961. Mártir de la Revolución: A raíz del derrocamiento de Juan Bosch el 25 de septiembre de 1965, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez y otros militares como Caamaño iniciaron un plan para acabar con el Gobierno de facto del Triunvirato y restaurar el Gobierno constitucional de 1963. Para el momento del estallido de la Revolución de Abril, Fernández Domínguez se encontraba fuera del pais en misión diplomática, la que aprovechó para organizar al grupo de militares constitucionalistas que lideraron la revuelta cívico-militar. Regresó a Santo Domingo el 14 de mayo del 1965 pero fue asesinado por un francotirador estadounidense en el intento de retomar el Palacio Nacional (sede del Ejecutivo), cinco días después.
La Revolución del 24 de abril de 1965, fue la epopeya de más trascendencia en la historia dominicana del siglo XX. En los primeros dos días de la conflagración cívico-militar que enfrentó a los que luchaban por la vuelta a la constitucionalidad sin elecciones, contra sectores de las Fuerzas Armadas que se oponían ella, la revuelta ocupó las primeras páginas de la prensa nacional. Luego de un obligado silencio por la falta de “El Caribe”, “Listín Diario” y “La Información” aparecieron nuevos medios informativos dedicados exclusivamente a lo que se estaba viviendo desde el comienzo de la conflagración cívico-militar: “La Hoja”, “La Nación”, “Patria” y el “Boletín del gobierno de reconstrucción Nacional”. Todavía el 28 de abril, cuando el presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Johnson ordenó el desembarco de sus tropas en el territorio dominicano, las noticias de lo que acontecía solo circulaban a través de la prensa extranjera, la que era desconocida para la generalidad de los dominicanos. Especialmente se escuchaban en la Voz de la Organización de Estados Americanos (OEA) y en otras emisoras extranjeras y con cierta dificultad, las informaciones relacionadas con la operación de las tropas norteamericanas y el supuesto interés de salvar vida y evacuar los ciudadanos de los Estados Unidos que residían en la zona de conflicto.
La idea de fundar el periódico Patria fue del intelectual Alberto Malagon. Desde su surgimiento, el 14 de mayo de 1965, el periódico “Patria” se convirtió en la más destacada publicación representante de los intereses de los constitucionalistas y memoria diaria de lo que fue el acontecimiento políticomilitar más importante del siglo XX, en la República Dominicana. Pronto, el país comenzó a enterarse de los detalles de la guerra, la presencia americana y el Corredor de seguridad, su apoyo a las tropas del CEFA y San Isidro, la existencia del gobierno de Reconstrucción Nacional encabezado por el general Antonio Imbert Barrera; los préstamos millonarios facilitado por la Agencia Interamericana de Desarrollo, con el fin de ejecutar el pago a los empleados públicos y propiciar el control de la zona bajo ocupación militar; pero en especial “Patria” informaba de los combates, promovía las consignas, motivaba a los combatientes, exaltaba a los héroes, insistía en la resistencia, y dedicaba importante espacio a las actividades culturales y artísticas de los combatientes; “Patria” fue el periódico más importante de la Revolución de Abril y en él aparecen los detalles que marcaron ese período de la historia dominicana. En “Patria” aparecieron los pormenores de la Revolución, en especial desde el momento en que los constitucionalistas quedaron divididos en dos zonas de guerra y con un “Corredor” controlado por los norteamericanos que dividía y debilitaba las fuerzas rebeldes. Informaba de la «Operación Limpieza» ejecutada por las tropas del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) y de las Fuerzas Aéreas de San Isidro, bajo el mando del general Elías Wessin, con el apoyo de militares extranjeros. Reseñaba de lo que acontecía en el perímetro de la ciudad de Santo Domingo considerado “rebelde”, que concentraba su poder de fuego en los barrios de San Carlos, una porción de Gascue, Villa Francisca, Borojol, Ciudad Nueva y la zona colonial, principalmente. Sin proponérselo, “Patria” nos cuenta paso a paso lo que fue la guerra civil de 1965: Los combatientes civiles y militares que luchaban por el regreso de Juan Bosch a la presidencia, estimados en 1,800 militares y 5,000 civiles armados distribuidos en 117 unidades de combates conocidas como “Comandos”, convocaron al Congreso Nacional y proclamaron al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó como presidente constitucional, el 3 de mayo de 1965. Los comandos, que integraban a civiles y militares, se organizaron por simpatía política, profesionales, localidades del interior, barrios y unidades que se identificaban con nombres de héroes o simplemente con letras y números. Los partidos que participaron en la parte constitucionalistas fueron el Movimiento Popular Dominicano (MPD), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), y el Partido Socialista Popular (PSP); además existieron comandos de obreros, sectores sociales y laborales, sindicatos, asociaciones de profesionales, y estudiantiles. Los Estados Unidos decidieron implicar a la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la solución del conflicto armado. La propuesta norteamericana para un “Mando Interamericano” de las tropas de ocupación, fue presentada en la Décima Reunión de Consulta de los ministros de la OEA y aprobada a mediado de mayo con la oposición de México, Chile, Perú y la
abstención de Venezuela. Mientras que Brasil, Paraguay, Bolivia, Costa Rica, Honduras y Nicaragua se integraron a las tropas de ocupación, comandadas por el general brasileño Hugo Panasco Alvim y el mayor Bruce Palmer, de los Estados Unidos, con el nombre de Fuerza Interamericana de Paz (FIP), quienes participaron directamente atacando la zona constitucionalista los días 15 y 16 de junio, sin que lograran tomar bajo control el sector liderado por el coronel Francisco A. Caamaño Deñó. El Periodico Patria circulaba en la zona constitucionalista. En cuanto a la estrategia de los líderes constitucionalistas, para llevar la revuelta a otros pueblos de la República, estos decidieron elaborar un plan de ataques con el propósito de extender la guerra a las principales ciudades del país. En especial, se planificó el ataque a la Fortaleza San Luis de Santiago y la Fortaleza Duarte de San Francisco de Macorís. Además, se planeó atacar las fortalezas de Mao, Montecristi y otras localidades, siendo el alzamiento de San Francisco de Macorís del 25 de junio, el de más significación, al precio de decenas de combatientes y personas de la población civil asesinadas. La imposibilidad de propiciar una situación militar que llevara a los constitucionalistas al triunfo, y debido a la presión internacional que dificultaba que los Estados Unidos pudieran tomar bajo control la zona y derrotar a los constitucionalista, motivó desde la estrategia de ambos bandos un proceso de negociaciones en las que la Organización de Estados Americanos (OEA) se responsabilizó principalmente de encabezar las iniciativas que pusieron fin al conflicto. Los bandos en pugnas firmaron el Acta Institucional el 31 de agosto, y se comprometieron a apoyar las elecciones que fueron fijadas para ser celebradas en un plazo no menor de seis ni mayor de nueve meses. Las negociaciones dieron paso al Gobierno Provisional de Héctor García Godoy, quien se juramentó el 3 de septiembre. Ese mismo día, el presidente constitucional Francisco A. Caamaño anunció su renuncia ante una concurrida manifestación celebrada en la Fortaleza Ozama, de la zona bajo su control. Terminada la guerra los soldados constitucionalistas fueron concentrado en la Fortaleza de la Marina de Guerra que quedaba en la margen oriental del río Ozama en San Souci, constituyendo la “Brigada Mixta Gregorio Luperón”, mientras que los comandos comenzaron a entregar las armas y sus integrantes, muchos de los cuales no vivían en la capital, iniciaron el regreso a sus pueblos, el 12 de septiembre de 1965. El 25 de septiembre de 1965, regresó desde Puerto Rico el profesor Juan Bosch encabezando de inmediato una impresionante manifestación en el malecón, frente al obelisco “hembra” que culminó en la “Plaza de la Constitución”, antigua Fortaleza Ozama. Esta masiva concentración sirvió de colofón a lo que fue la Revolución de Abril, el acontecimiento histórico de más trascendencia en la historia dominicana del siglo XX. Todo ese proceso y la cotidianidad de la “zona rebelde” fueron reseñados día a día por el periódico “Patria”: El primer número de “Patria”, bajo la dirección de Ramón Alberto (Chino) Ferreras, apareció el 14 de mayo y circuló hasta el número 156 de noviembre de 1965. Tuvo una segunda «época», también bajo dirección del Chino
Ferreras. En esa última el periódico intentó mantenerse como un diario de circulación nacional, pero sin enfocarse directamente en los acontecimientos de 1965, lo que fue impedido por las autoridades. Durante los primeros días de la guerra los periódicos más importantes del país dejaron de salir, como fueron los casos del “Listín Diario”, “El Caribe” y “La Información”. En cambio, el conflicto permitió el nacimiento de nuevos medios informativos: “Patria”, “La Nación”, “La Hoja” y el “Boletín del Gobierno de Reconstrucción Nacional”. Aunque se hace difícil determinar con precisión el momento en que los tradicionales periódicos dejaron de salir afectados por la crisis, pues las instituciones que poseen colecciones las tienen incompletas, se puede establecer que “La Información”, impreso en Santiago de los Caballeros, circuló el 24, 28 y 29 de abril de 1965. Después de un largo silencio impuesto por la situación política, reapareció en la última semana de agosto del mismo año. Por su parte, el “Listín Diario” suspendió su salida al comienzo de la primera semana del conflicto y reapareció en la última semana de octubre, mientras que “El Caribe” hizo lo mismo y volvió a circular a partir del 28 de octubre de 1965. Tanque de guerra en manos de la población dominicana En cuanto a “La Nación”, periódico que comenzó a imprimirse en 1942 y que perteneció al tirano Trujillo, había desaparecido el 27 de julio de 1963 y sus talleres ubicados en la avenida Mella casi esquina avenida Duarte, se encontraban inhabilitados. Resurgió con el mismo nombre durante la Revolución, dirigido por José Jiménez Belén y José Escalante Díaz como administrador. A partir del 5 de mayo regularizó sus tiradas y se le tuvo como voz informativa oficial del gobierno constitucionalista. También, en los meses del conflicto salió regularmente apegado a los intereses del gobierno de Reconstrucción Nacional y de los Estados Unidos, el periodiquito conocido como “La Hoja”, que bajo dirección de Pedro Gil Iturbide apareció a mediados de mayo y concluyó sus tiradas en 1966 antes de finalizar el Gobierno Provisional de Héctor García Godoy. Por su parte, el “Boletín del gobierno de Reconstrucción Nacional” salió por primera vez el 13 de mayo y la última el 28 de agosto. Este boletín era el de menor incidencia y pasó desapercibido entre los lectores. Al parecer circulaba principalmente en las oficinas públicas de la zona bajo control del general Imbert Barrera; diferente a “Patria” que tenía gran incidencia en la zona de combate, y de manera clandestina en la zona controlada por los Estados Unidos y el gobierno de “Reconstrucción”. “Patria” —dice en la mancheta— es un periódico destinado a servir consecuentemente al pueblo dominicano en esta hora trágica para la nacionalidad dominicana en que el invasor extranjero pisotea nuestra soberanía, humilla a nuestra población indefensa, asesina a nuestra juventud y pretende prostituir a nuestras mujeres y nuestros amigos”, que salía diariamente a medio día, impreso en los “talleres de Patria” y dirigido por Tulio Carvajal bajo la administración de Mercedes Jiménez.
Resulta interesante y aclaratoria la narración que hace Ramón Alberto Ferreras Manuel, quien en realidad era el periodista que discretamente tenía la responsabilidad de sacar el periódico, ya que por estar «muy quemado» entendía que no podía aparecer públicamente como director. Cuenta el Chino Ferreras, como todos lo conocían, que la iniciativa surgió de Alberto Malagón, un intelectual de izquierda que antes había estado vinculado a la publicación del periódico “1J4”, órgano del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Junto a este habló con los dirigentes catorcistas Juan Miguel Román, Rafael (Fafa) Taveras, Guido Gil, Emma Tavárez, Arsenio Ortiz, y Jimmy Durán, y se tomó la decisión de ocupar el local del periódico “La Nación”, que estaba en la Avenida Mella, con el fin de publicar un diario que circulara en horas de la tarde. Esto no fue posible, debido a que otras personas habían recibido ese encargo. Por esa razón se propusieron utilizar la imprenta de la Editora Enriquillo, pero en medio de la guerra, constataron que no tenían los recursos para adquirir los materiales y comenzar la impresión. Para ese fin, contaron con el apoyo económico de Carlos Nolasco y Tulio Carvajal, quienes aportaron cien pesos que sirvieron para obtener papel en la Editora Duarte, quedando Carvajal como director y como administradora María Mercedes Jiménez (Chea), «una muchacha residente en la casa de su suegra, en la calle Salomé Ureña No. 8». También se contó con el apoyo de los linotipistas Félix Peguero y Conrado Roques, responsables de hacer que la maquinaria, una prensa Chandler que estaba instalada en un patio de la barriada de Villa Francisca, funcionara y de tirar el periódico en “formato de cuatro páginas tamaño ocho y media por once pulgadas». Protesta de las mujeres contra la intervencion miitar americana El primer número, que circuló el 14 de mayo, se compuso sin autorización de su administración, en los talleres del periódico “La Nación”. Entre los reporteros del diario patriótico se encontraba Alfredo Vásquez y Manuel Danilo Piña como redactor. Además, algunos de los que participaron en la revolución apoyaron los trabajos que se hacían para que el periódico no dejara de salir, entre ellos Brunilda Amaral, una estudiante relacionada con el partido 1J4. El periódico, que en ocasiones tuvo que ser impreso en mimeógrafos, trajo secciones fijas relacionadas con el conflicto que se estaba viviendo, como por ejemplo «Concho Primo, Que Joroba!», una expresión dominicana de principios de siglo XX, firmada por un tal «Siño Ambrosio» que de manera jocosa decía ser escrita por alguien que se encontraba «debajo de la cama» y no había querido «dar su nombre completo a los lectores por razones de seguridad yancófila y sanisidriana». También traía, aunque esto no era sistemático, la sección «Canticios» firmada por «T. Achepe», Noticias locales, noticias internacionales y la sección «Mundo del Trabajo» que era redactada por el dirigente sindical y de izquierda Julio de Peña Valdez. Incluía poemas sueltos, y las «Páginas Literarias», espacio dedicado fundamentalmente a la poesía patriótica. Como el medio informativo servía de vocero a los revolucionarios, casi siempre traía a pies de páginas, consignas que tomadas cronológicamente como iban apareciendo, dan indicios sobre la situación que se fue desarrollando desde
mayo hasta octubre de 1965: 1) Fuego con los yanquis….; Quisqueya, sí…. ¡yanquis, no…!; Soberanía con paz, pan y libertad…!; «Fuera los invasores yanquis!..; «Contra el yanqui invasor: ¡movilización popular!; «Contra el yanqui invasor ¡organizar al pueblo!; Tarea básica de la paz: ¡prepararse para la guerra!; Contra el cerco maldito: ¡el trabajo clandestino!; Para organizar los comandos: ¡disciplina militar!; El gobierno se fortifica: ¡conversando con el pueblo!; Dar muestras de valor: ¡evitando la imprudencia!; ¡Compatriota: unidad contra la ocupación militar yanqui!; Compatriotas: ¡unidad en pro de la revolución democrática!; Fuera los genocidas del gobierno ¡fuera!. “Patria” trascendió los días de la Guerra de Abril, la que formalmente finalizó el 31 de agosto de 1965 con la firma del Acta Institucional y la instauración del Gobierno Provisional del doctor Héctor García Godoy; pero a partir de ese momento el periódico comenzó a tener dificultades tanto para su impresión como para su circulación. Estuvo saliendo, al parecer, hasta el número 192 del 15 de noviembre de 1965, impreso a mimeógrafos y reapareció en octubre de 1966, cuando ya Joaquín Balaguer ocupaba la presidencia de la República. Con nuevo formato e impreso en otra prensa, el periódico teniendo a Ramón Alberto Ferreras como director, quien pidió excusas «a sus lectores por la forma poco vistosa en que presenta su edición de reapertura, la cual se debe a la agresión de que fuera víctima nuestro local y la mayor parte de nuestra tirada de la mañana del lunes 20 del corriente». En ese número también se informó de la incautación del periódico de parte de la policía, en allanamiento hecho a la imprenta Carmen, propiedad del periodista que estaba ubicada en la 19 de Marzo casi esquina José Gabriel García. La represión buscaba detener su circulación, ya que las autoridades alegaban que la publicación no tenía «autorización para ser editada», aunque la verdadera razón para que el gobierno de García Godoy lo clausurara, era que se le tenía como vocero de sectores que habían participado en la Revolución. Santo Domingo, RD-. A 52 años de haberse llevado a cabo el inicio de la Revolución del 24 de Abril de 1965, con la finalidad de volver al gobierno constitucional de Juan Bosch,dirigentes políticos e historiadores aseguran que en el país se ha construido un silencio cómplice para fomentar el desconocimiento de esta gesta patriótica que dividió en dos bandos a los organismos militares y unió a la población. La alianza entre la burguesía urbana, trabajadores y obreros dominicanos, ubicados en Santo Domingo, se hizo presente el 24 de abril de 1965, para dar paso al establecimiento de un régimen democrático.
Una combinación de militares y aguerridos combatientes civiles salieron a las calles y ese día tomaron el Palacio Nacional para restablecer el gobierno constitucional que fue derrocado en 1963. Ya a 52 años de la gesta, dirigentes políticos como Fidelio Despradel y el historiador Manuel Núñez consideraron que se está fomentando en la sociedad y juventud dominicana el desconocimiento de batallas como esta.