Mujer y esclavitud doméstica la Habana (1790-1844) Resumen Mujer y esclavitud doméstica: La Habana (1790-1844) Introducción.
La esclavitud constituye un tema central de la historia social del Mundo Atlántico. Ha creado realidades cuyas consecuencias no sólo condicionaron las relaciones humanas de la época en que estuvo vigente sino que sus secuelas han pesado como pocas en la posteridad. Es inseparable de la colonización de América, de la formación del imperio español y, en la última etapa, de la acumulación de capitales del siglo XIX. En Cuba, colonia española, estuvo vigente hasta 1886, hace apenas 128 años, siendo un factor esencial en el desarrollo de la economía, la sociedad y, en general, la historia de ese país.
A lo largo del siglo XX, en particular en su segunda mitad, el tema de la esclavitud ha pasado a ocupar un lugar preferente en los estudios histórico-sociales de y sobre Cuba, como también lo es para el resto del Caribe, Brasil y Estados Unidos.
Nuestra propuesta de análisis de la perspectiva de ¿género¿ no pretende hacer hincapié en el rescate de la historia de la mujer como una actriz secundaria que merezca ser ensalzada. Nuestro enfoque destaca la historia de muchas mujeres olvidadas en la historiografía dentro de un conjunto social y económico, una sociedad esclavista que no se ha tenido en cuenta en la historiografía. Las esclavas, y en especial las domésticas y urbanas, fueron mujeres que formaron parte de un cambio social en el que quedaron doblemente subyugadas: por esclavas y por mujeres. A su sometimiento se une el trabajo que el androcentrismo les ha asignado siempre, el trabajo doméstico, formando parte de una idea ¿no productiva¿ y del ámbito privado, lo que los investigadores han catalogado de ¿historia secreta¿.
La tesis que desarrollamos en nuestra investigación está, pues, compartida con la idea de historia total. El hecho de que la esclava pertenezca al ámbito privado y las esclavas urbanas al espacio público, queremos remarcar que la división significativa de estos términos no implica una separación histórica. Ambos conceptos, relacionados con el mundo de la mujer se interrelacionan y conviven, partícipes del mismo cambio y de una misma estructura social. Pues la esclavitud femenina en particular y la sociedad esclavista en general no podrían entenderse sin estudiarse en conjunto.
Las esclavas fueron protagonistas igual que los hombres de un cambio en el que la sociedad mercantil de los centros urbanos dependía de la fuerza de trabajo femenina para sacar adelante sus negocios y comercios.
En una perspectiva de diferenciar entre el mundo rural y el urbano se ha tendido a generalizar el tipo de esclavitud en ambos lados, es decir, se han atribuido ventajas e inconvenientes en ambos espacios creando estereotipos muy marcados. Bien es cierto que en la ciudad se tenían diversas ventajas como la opción a la libertad y que los castigos físicos eran menos violentos, pero no inexistentes, además de tener otra serie de inconvenientes. En esta tesis mostramos las diferencias existentes en la misma ciudad según el tipo de familia propietaria, el trato que recibían muchos y muchas de los esclavos domésticos, que en ningún momento concordaría con la historiografía tradicional en la que han llegado a ser catalogados de esclavos ¿afortunados¿. Las causas de un mejor trato no eran asignadas a un cierto ¿paternalismo¿ sino más bien a una causalidad histórica, ya que esa ¿felicidad relativa¿ dependía absolutamente del lugar de residencia ¿familia adinerada con más de cinco esclavos¿, del tipo de trabajo ¿costura, lavandería, nodriza, etc., recibían trato y consideración diferentes¿ y de la época ¿las décadas en las que peligraba la introducción de mano de obra esclava favorecía el trato y cuidado, dependiendo también de algunas tareas y grado de inserción en sistemas productivos, pues algunas tuvieron mejor trato y consideración en una época que en otra.
Entre 1790 y 1844 la evolución del ¿papel¿ de la mujer esclava no sólo ha evolucionado respecto a la economía sino también dentro de su trabajo y/o en el ámbito doméstico. Pasaron a ser importantes en la casa, pues podían ser utilizadas directamente por sus amos o alquiladas. Contaban, a su vez, por su identidad como esclavas, con condiciones de vida que no siempre han sido reconocidas ni analizadas documentalmente. No obstante, el punto que intentamos destacar en esta investigación es el cambio en la consideración de la mujer para el campo, no sólo como procreadora de más mano de obra, sino también como alternativa a la falta de brazos para el azúcar. En este aspecto, a pesar de que la tesis está dividida de forma temática queremos adelantar que se destacan tres periodos claves a lo largo de la investigación. Por un lado los años que transcurren entre la libertad de comercio y la abolición de la trata legal, 1790-1820, donde destacamos la importancia del porcentaje de esclavas llevadas a la Isla. El segundo lapso que podemos acotar abarcaría el tiempo de clandestinidad de la trata pero que se continuó importando esclavos de forma masiva a Cuba (1821- 1835). El tercer periodo cronológico establecido se destaca por la insistente presión abolicionista, que obliga a firmar un nuevo tratado, haciéndose efectivo en 1837 y acabaría en 1844, coincidiendo con el primer censo que pretendía cuantificar la proporción de esclavos domésticos y urbanos en la Isla, publicado en 1846. En las décadas que transcurren entre 1790 y 1844 las funciones y consideraciones de las mujeres domésticas evolucionaron de forma notable en base a lo que sucedía en el campo. La esclavitud urbana funcionó y creció de forma paralela a la esclavitud rural.
Metodología.
En nuestra investigación de tesis estudiamos las contradicciones jurídicas, religiosas y, sobre todo, el nuevo pensamiento que determina el siglo desde la esclavitud femenina.
Para el desarrollo de nuestra tesis hemos dividido la investigación en tres partes y seis capítulos estructurados de forma temática: cantidad, economía y sociedad.
La primera parte de nuestro estudio está enfocada al recuento, cuantificación y cualidad de las esclavas, aspectos que se han desarrollado en dos capítulos. En el primero analizamos los vacíos historiográficos y cuantitativos de la mujer esclava en la trata africana. El porcentaje de mujeres llevadas a Cuba desde África fue inferior al número de hombres importados, porque el destino inicial era el campo en la producción de azúcar, donde las mujeres no eran consideradas con la fuerza de trabajo necesaria. No obstante se introdujeron un 30% de esclavas que fueron destinadas a las ciudades. La historiografía, a partir de los prejuicios de los estudios de producción, omite el porcentaje como algo no suficientemente relevante en la historia económica de la esclavitud. Sin embargo en el mundo urbano las emplearon en las funciones domésticas. Los aspectos políticos y económicos que se sucedieron entre 1815 y 1835 afectaron a la importación de esclavos. Las mujeres fueron más numerosas a partir de estos años. La experiencia que fueron adquiriendo en las dos primeras décadas convirtió sus tareas en trabajos cualificados y oficios reconocidos, algunos realizados también por mujeres blancas. La necesidad de la utilidad de estas mujeres fue evolucionando en la transformación de la ciudad mercantil. Este aspecto queda remarcado en la nueva visión del trabajo de la esclavitud ya que al ser tareas domésticas, muy pocas veces se ha considerado el grado de destreza y cualificación que llegaban a tener muchas de estas esclavas, posteriormente libres.
El segundo capítulo ha estado enfocado en la división del trabajo de las esclavas, el estrictamente doméstico y el que se podía desempeñar en las calles distinguiéndose en términos funcionales y económicos. Hemos considerado necesario establecer qué tipo de conceptos y significados atribuimos a la esclavitud doméstica, la esclavitud urbana y la esclavitud rural en el desarrollo de la investigación para especificar la diferencia entre estos términos, que algunas veces se han dado como sinónimos o se han analizado en su conjunto sin matizar qué tipo de esclavitud podemos encontrar en la historia de principios del siglo XIX. Por otro lado, el mismo aumento de la población generó el impulso económico de una ciudad mercantil, donde comprar y vender productos artesanales, comida y prendas de ropa en las calles de La Habana propició un aumento de demanda de mano de obra femenina esclava que se encargara de ello.
En la segunda parte de la tesis, titulada ¿De la necesidad al valor económico¿, hemos querido destacar la relevancia que adquiere la esclava doméstica desde la casa a la calle y cómo necesidad y economía no siempre están en concordancia. En el tercer capítulo aportamos una nueva perspectiva del análisis del valor y del precio de los esclavos, en nuestro caso específico de las mujeres. Una nueva fuente como las redhibitorias nos permite dar precios reales de compra, pero sobre todo nos da la perspectiva del valor y la necesidad ¿Qué era necesario para un dueño y no para otro? ¿A qué funciones, tareas u oficios se les daba más valor? Y sobre todo ¿Quiénes estaban dispuestos a pagar más o menos por las esclavas domésticas? En el cuarto capítulo establecemos un nuevo enfoque económico para el estudio de la esclavitud, el ahorro y el beneficio constante de la utilidad de una esclava doméstica y de una urbana. El análisis queda abarcado desde el término acuñado en la Sociedad Económica de ¿economía del tiempo¿, el de Bourdieu de ¿capital simbólico¿ y el analizado por Marx, ¿valor de uso¿, lo que en nuestra investigación hemos podido distinguir con el término de ¿capital redituable¿. La perspectiva de incluir el tiempo, el beneficio a largo o corto plazo, la utilidad que le pueden atribuir a una mujer esclava y el valor que para ellos puede llegar a tener nos traslada a teorías económicas actuales,
como la del ¿capital humano¿ de Becker. Las esclavas, que eran compradas para fines educativos o sanitarios tenían una finalidad económica de capital humano, aspecto cuantitativo imposible de calcular para los economistas, pues la pregunta fundamental estaría enfocada del siguiente modo: ¿cuánto cuesta la salud, la educación o la vida de un hijo? ¿Cuánto cuesta el tiempo libre del que se podía disponer al tener una esclava que se encargara de todo en la casa? Una perspectiva de importancia económica de la esclavitud doméstica y de la esclavitud urbana.
La tercera y última parte de la tesis ha estado enfocada a un balance global e interrelacionado directamente con el campo, ya que los aspectos que se destacan influyen en el desarrollo de la mujer esclava, la doméstica y la urbana, vienen interconectados con los problemas que se suceden en el mundo del azúcar. En el quinto capítulo combinamos la problemática y el beneficio del aumento de población y cómo cambió la consideración de las mujeres esclavas. Las epidemias, pestes y enfermedades que asolaban la isla aportaron nuevas ideas para higienizar las casas y las calles. A partir de la segunda década del siglo XIX se empezó a tener en cuenta el ámbito privado de la sociedad, los hogares debían estar limpios y aseados para evitar contagios que pudieran trasladarse a los esclavos de los ingenios, ya que la ciudad quedaba cada vez más reducida en extensión y ocupación.
En el sexto capítulo hemos considerado necesario destacar la importancia de las comadronas, nodrizas y enfermeras en la primera mitad del siglo XIX dado que pasaron de ser funciones asignadas a una clandestinidad a ser oficios incluidos en la medicina, donde se incluyeron a las mujeres de color por primera vez. Sin embargo, el destino de las nodrizas y la consideración evolucionó a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, pero sobre todo, se hizo más notable a partir de la segunda mitad. En las primeras décadas eran necesarias y se pagaban precios muy elevados por ellas, pero tras las nuevas doctrinas moralizadoras se convirtieron en una opción degradante para la clase alta. Las mujeres adineradas o de elevado estatus social pasaron de requerir una buena nodriza a toda costa a preferir que sus hijos murieran antes de que una esclava o ¿libre de color¿ lactara a sus hijos. Fue un proceso lento pero se intensificó el hastío hacia los 70s del siglo XIX, no obstante, se fomentó ese pensamiento hacia 1831-32 con las nuevas teorías morales de las revistas para mujeres.
Conclusiones.
En general, hemos abarcado de forma más soslayada pero considerada de gran relevancia para el desarrollo de los puntos analizados los modos de educar a la sociedad, cómo la influencia de la metrópoli se trasladaba a La Habana a través de la prensa y cómo se observa la ciudad a ojos de los extranjeros o escritores de la Isla. Los prejuicios, los estereotipos y los roles que se han asignado a las mujeres, esclavas o libres, fueron creados, principalmente, a partir de los periódicos, revistas y manuales. La conciencia de una moral religiosa, de unas costumbres europeas y de unas nuevas preocupaciones de higiene, fue trasladada a las mujeres de la clase más acomodada, que eran quienes leían este tipo de publicaciones. La mentalidad europea fusionada con los intereses económicos del azúcar hizo cambiar la perspectiva y la forma de ver a las esclavas domésticas y urbanas y cómo se les reconsideró para el campo ante la amenaza
de no poder importar más mano de obra clandestina. Se intentaba inculcar una mentalidad burguesa: el hombre trabajaba y la mujer se quedaba en casa, encargada del bienestar familiar, de las tareas domésticas y, en Cuba, de seleccionar las esclavas domésticas con los requisitos que los manuales determinaban como ¿excelentes cualidades¿ y de ¿buena moral¿.
Es obvio que la forma de producción para el que se empleaba al esclavo distaba mucho del de la mujer, pero tenían un papel importante en el mercado interno de la ciudad desde dos vertientes: ya fuera de una forma indirecta empleándolas en las funciones de la casa o de forma directa, mediante alquiler o ¿dándolas a ganar¿.
Las esclavas fueron protagonistas igual que los hombres de un cambio económico y social, donde la ciudad mercantil de los centros urbanos dependía de la fuerza de trabajo femenina para sacar adelante sus negocios y comercios. Estos centros neurálgicos a su vez crecieron, se expandieron y evolucionaron dentro del proceso de cambio internacional subyugado al mundo del azúcar. Ambos transcursos se sucedieron de forma simultánea y la historiografía no debería de distinguir entre una economía u otra. El concepto económico que más se destaca en la esclavitud femenina es el de capital redituable. Los dueños destacaban una utilidad constante y un beneficio no estrictamente económico. Para nuestra tesis resulta fundamental destacar la idea con la que comenzábamos esta tesis, la perspectiva de historia total. Queda demostrada la importancia y la interconexión de mujeres y hombres, ciudad-campo, en la historia de la esclavitud en Cuba. La historia de dos espacios que quedan unidos por la misma evolución política, económica y social, en el que tanto la esclava como el esclavo han sido imprescindibles para el desarrollo de Cuba. Para la esclavitud femenina no se puede distinguir entre trabajo productivo o improductivo.
Con la presente tesis, la esclava de la ciudad ha quedado incluida en un proceso de industrialización y de crecimiento económico en Cuba. Al igual que el auge azucarero no podría entenderse sin estudiar la esclavitud masculina, la esclavitud en la isla no podría comprenderse sin analizar a las esclavas