Filosofía Humanista Universidad Kino Lic. Juan Carlos Baena
5. El espíritu y el cuerpo en el hombre Como hemos visto el hombre posee dos dimensiones, la dimensión espiritual y la dimensión corporal. Cada una de estas dimensiones actúa en su esfera y convergen, es necesario no perder de vista la concepción integral o unitaria del hombre, más sin embargo, para poder entender cabalmente qué es el hombre se estudiará cada una de estas dimensiones, desde una perspectiva unitaria, pero deteniéndose en cada una de ellas. 5.1. El espíritu del hombre Para poder entender la dimensión espiritual del hombre vamos a estudiar el pensamiento de dos filósofos que estudian al ser humano desde una visión completa y que buscan dar respuesta a las preguntas: ¿Qué es el hombre? y ¿Cuál es su lugar en el cosmos? y la respuesta la encuentran en el espíritu. 5.1.1. El espíritu humano según Max Scheler La superioridad del hombre sobre los demás seres vivos estriba en el espíritu, el cual consiste en autoposesión y trascendencia, en ser dueño de sí mismo y poder elevarse sobre la realidad propia y ajena. Unas de las notas distintivas del hombre, por su espíritu, son la inteligencia y el dinamismo propio del ser humano, los cuales le permiten superar el instinto y ser independiente de la naturaleza y el medio que le rodea. De tal manera que el espíritu no es incorporeo, sino que está corporeizado, es decir que más que ser etereo, está desligado de lo particular y lo inmediato aún que se vehicule en el cuerpo. Por medio del espíritu, el hombre da sentido a la naturaleza, mediante la autosuperación y transformación, por él, el hombre puede concer todas las cosas.
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5.1.2. El espíritu humano según Teilhard de Chardin El espíritu humano, para Teilhard, es la materia y la vida llevadas al extremo, por medio de él, el hombre rebasa la linea anterior evolutiva, es decir que el espíritu es el resultado máximo del dinamismo del cosmos llamado evolución. La actividad específica del espíritu es la autoreflexión, es decir que el hombre sabe que sabe, que puede autocentrarse y autoposeerse. Así el espíritu no es una parte o entidad foránea al ser humano, sino es el hombre mismo que revierte sobre sí autoposeyéndose por completo, es decir materia evolucionada. Por tanto, después de estudiar brevemente a estos dos autores su visión sobre el espíritu, podemos afirmar que el espíritu, es autoconciencia, conocimiento del mundo, crecimiento constante, autoliberación e intersubjetividad, es una realidad superior al plano biológico.