Pasado Estuve sentado por horas, sin que me interrumpieran. Con mi lápiz incesante y con vida propia moviéndose por el papel reciclado, para luego ser reducido con mi mano y triturado con mis dientes. A ese punto llega mi ira al darme cuenta, después de releer lo que escribía, que todos los seres creados por mi puño no eran más que yo. Me es inútil siquiera intentar darle vida a algo si este no es semejante a mí… Hace años que no duermo y que como papel. Estuve esperando un poco de inspiración, que tocara la puerta y me pidiera pasar. Pero solo estuve esperando, porque si ella viniera y me rogara dejarla influenciarme, cerraría mis ojos y sellaría mis oídos. A ese punto llega mi envidia. Envidio a los personajes que creo, porque son mejores que yo, porque saben amar y odiar, porque son lo que no soy. Por eso los desaparezco de la faz de mi existencia, alimentándome de ellos, literalmente. Estuve mirando por la ventana única de mi “no-hogar”, y en la playa de mi dolor estaba yo, con el pelo húmedo y los pies helados, con la mirada fija en mis ojos y apuntadote con mi dedo blanco. Estaba yo acusándome de no ser quien era, de no ser quien quería ser. Me estaba rogando que volviera atrás para poder seguir adelante. Pero yo no puedo volver atrás… Solo me di la espalda, y como si lo hubiese ordenado, mi yo del pasado se desvaneció en las aguas de mi tristeza. Y ahora que no lo pienso, acaso era yo otra persona en el pasado, si sigo siendo yo en carne, puedo no ser yo en mente. O tal vez soy una versión avanzada de mi mismo. ¿Quien soy? ¿Acaso soy más de lo que en ustedes me han transformado?. Tal vez soy solo la suma de todos los eventos que han deformado mi carácter. Pero eso es suponer. Solo tengo permitido saber que por ser humano, comparto el mismo fin que mis semejantes, morir. Si pudiera devolver el tiempo, haría que los demás tuvieran una vida plena y hermosa, entonces, a pesar de mi muerte, ¡estaría vivo! Por que seria recordado... ¿Pero puedo yo retroceder el tiempo?... Además, la gente que me recordara, con el tiempo morirá. Y si morir es lo único predestinado para mí, porque no adelantar el tiempo y dejar que la sangre de mis venas se derrame sobre el papel reciclado, para poder escribir mi final con tinta roja. No, eso no. También soy un cobarde, y no quiero morir jamás.
Kamál Fontirroig