Parte Moral Del Evengelio.pdf

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6 ~

PARTE MORAL DEL

EVANJELIO ESPLlCADO POR LOS ESP[RITUS PERFECTOS.

Precedidn de un \'ocalmJario cspiritn 1 d.e una comunic:lcion del cSJlÍIilu del señor M",iucl J"s(, Mo.quer", aJ'ZQbi.po que rué <1e BQgotá. i "'guIJa de ,-"ri"" coruunicacionc i uu hecho hi,lórico ,,,'piril:!.

P("DUCAOO~ Dl:llIC.!JJA .lo LOS COLOl!1lI.L'IOS

Pur la. Sociedad Espiritllita americlWa - Seccion Dogola.

B O G o T.\. Ull'RE.·U DE G.l.lTA.:·.-lBGS.

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I I

EL ESPIRITISMOPERFECTO, COMPARADO CONEL ESPIRITISMOIMPERFECTO.

• Sabido es en espiritismo que el mundo espiritual está poblado por espíritus pe/tectos, que razonan bien i de acuerdo con el axioma Dios es perfecto, i con el principio moral de justicia i de caridad, redactado así: haz a otro lo que quieras que hagan contigo, i no hagas a otro lo que no quisieras que hicieran contigo. 1 que ese mundo espiritual tiene tambien en su seno, espíritus imperfectos, que enseñan cosas CODtrarias a la pe/tercian divina, i a la lei de justicia i de caridad. Con tal motivo advertimos aquí al público, que quiera ocupar e de evocaciones precaviéndose del espiriti mo iinperfecto, inmoral e irracional, qu-e tenga como e pÍl'itus imperfectos, aquellos que enseñen algo contra la pC1teccion de .Dios, atribuyéndole inj usticia, venganza o cOfl'uptibilidad en algo. 1 que no tenga por perfectos o santo", sino a los e pÍrilus que en toda su enseñanza, no enseñen sino doctrinas cODcordantes todas con la. perfeccion absoluta ele Dios. De e ta manera llegaremo algun dia a la tilll deseada unidad de creencia", partiendo el > un 010 axioma: .Dios es perfecto, i de una . ola moral: haz a otro lo que r¡uisic/'((s quc Mciel'an contigo i no hagas a otro lo que no fJ.1deras quc te hagan a tí. Pero como algunos eSl)~l'itlls impc!.t:ec~os han querido hacer creer que ellos son los ameos que

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tienen po,iblo comun'c cion oon ln(lI08,

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tener tambien i con mayor razon con los espíritus óuuws i con Jos ].Je,fectos. En efecto: Dios perfecto, quiere el progreso hácia el bien, del hombre malo, pueslo qne Jo cri6 para que gozara del bien eterno; luego le debe facilitar lo m~dios consecuenciales con ese fin. Ahora bien: si Dios no le facilitara a Jos hombre malos comunicaciones con los espíritus buenos, careceria de caridad, es decir que dejaria de ser perfecto; pero como Dio no puede dejar de ser perfecto, no carece de caridau; luego si el hombre se puede comunicar con los espíritus majos, con mayor razon se puede comunicar con 10 bueno . Re uelta así esa cue lion pa emos a tralar otra para cortar los mal entendidos, provenientes de la ai¡tbigüedad en el ignificac10 ele la palabra, definiendo el sentido que el espiritismo perfecto les da siempre a las que emplea. ,e

A.bsurdo-Todo lo que em"ueh'e conlradiccion conigo mi mo. Abuso-Toda pdctica pOI" medio de la cual se infrinja la lei moral de justicia i de caridad. Albedrío (libre)-Facullad de infrinjil' o no infrinjir la moral, o ea la lei de ju ticia i de cal'idad. A.lma- in6nimo de espíritu: el' intelijente capaz de di. tinguir el bien moral del mal moral. El e:-píl'itu exi,te encarnado en el hombre, o sin cuetpo carnal en la vida de ultra-tumba. Barbarie-::iin6nimo de libertincrje. Bien-E" Dio perfecto i lo que procede de Dio •. Toao bien "iene de Dio .

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Caridad~Amar a Dios perfecto, i al pr6jimo por Dio ... Castigo-Escuela de dolor en que Dios pone al hombro o a su alma, par:!. que aprenda a enmendarse, i a aproximarse a Dios. Civilizaoion-La prúclÍca de la moral, por medio dE' la cual va ascendiendo el hombre a Dios. Conciencia-Conocimiento del bien i del mal moral. Cuerpo-Todo lo que manifiesta su presencia por medio de una i?1pre ion cualquiera. Culpa- inónimo de pecado, delito i crimen: infraccion n la lei moral de justicia i de caridad. Demenoia-DepresioD de la intelijencia. Esperanza perfeota-Nace de la fé perfecta o creencia en Dios perfecto. Esp1ritu-Sin6nimo de ánima o alma. Equidad- inónimo de justicia: haz a otro lo que en igual caso, quisieras que se hiciese contigo. Error-Todo lo que se aparta de la verdad, i la verdad eS Dios perfecto. Expiar-Pagar i aprender con dolor. Expiacion-.Accion de e>"1>iar. Fatalidad-Acontecimiento inevitable; no es inevitable, sino lo ordenado por Dios, porque Dios es infalible. Fé-Creer que Dios no puede ser perfecto e imper. fecto a la vez, sino solamente que es infinitamente pe~fecto en todos sus atributos. Fluido-Todo lo que corre o puede hacer correr por sí mi mo. Ignaldad- inónimo de equidad i de justicia: ~az a otro lo que quisieras que se ktCuJra contigo. . TInstracion-Adquisicion de datos Clentlficos para llegar a poseor la verdnu. --·~.I-

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Incrunprensible no absurdo-Lo que sin encerrar contradiccion en sí rnlsmo, ofrece dificultades para esplicarlo ~ompletamente. El incomprensible que no envuelve contradiccíon, es admisible en lo racioDal. Intelijencia.-Facultad de distinguir el bien del mal, o la verdad del error. Instinto-Intelijencia en embrion. Ira-Exaltacion del ánimo con pérdida de la razono lnsticia-8in6nimo de equidad: haz a otro lo que en igual caso, fjldsieras que se hiciese contigo. Libertad-Uso de nuestras facultades arreglado a ~ la lei de ju ticia i de caridad. Liberal-El hombre que usa de sus facultadcs arreghlndose a la lei de justicia i de caridad. Libertinaje-Abuso o mal u o de nuestras facultades, infl'injiendo en la pníctica la lei de jnsticia í de caridad. Libertino-El hombre que usa de sus facultades infrinjiendo la lei de justicia i de caridad. Loclll'a-E travÍo de la intelijencia hasta perder el libre albedrío. Lójica de Dios-El carnlno mas corto para ir de una verdud a otra. Lójica de los hombres-El camino mas torcido para buscar la verdad. Mal-Todo lo que se aparta de Dios perfecto, porque todo e o hace snfdr. Materia. imponderable-Fluido in,j ibIe que cansa moyimiento en la materia pesada. Materia ponderable-Todo lo que tiene pe'o. Matrimonio-La uníon moral, intelectual i permanente de un hombre i una mujer, con el objeto de contribuir al progre o moral e intelectual del universo por medio de la educacion moral e intelectual de los hijos que Dios les dé.

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Moral-El conjunto de obligaciones que impone la lei de justicia i de caridad. Ofensa-Todo lo que produce o puede producir alteracion o pasibilidad en el ofendido. Pecado-Infraccion a la lei de justicia i de caridad. Pena-Véase castigo. Perfecto-Lo que es completo i armonioso en su conjunto. Permiso de Dios-Consentimiento del Sér Supremo. Dios no consiente sino lo que está de acuerdo con el 6rden universal; i muchos dssórdenes parciales en tiempo i en lugar, no son sino puntos de árden en el árdeo universal, en tiempo i en el conjunto de los mundos vi ibIes e invisibles. Progreso-Aproximacion contíuua a la verdad. Prueba (la)-En que Dios pone al hombre, no debe llamarse prneba, porque Dios no nsce ita de prueba ; debe, pues, llamarse ejercicio en que Dios pone al hombre. Razon-Facultad interectual, por medio de la qne el hombra se precu,'e del error pensando o di cUlTiendo en que Dios es perfecto. Racional-Lo que está de acuerdo con la perioocion de Dios. Uso-Toda práctica de acuerdo con la perfeccion de Dios, i con la lei moral de justicia i de caridad. Venganza-Apetíto desordenado de vol,er mal por mal. Aunque estas palabras en otras ciencills que en el e'piriti~mo, tengan accpcione mas o m~n08 diferente, de la que aquí le damos, DO e:s menos cierto, que el e píriti mo no la emplea Slll~ en el sentido aquí e pre ado, i as( evita ~a "conjusW'n ck las ideas proveniente de la amlufluedad de ___ _ tí:rminos.

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COMUNICACION DE UN ESPÍRITU QUE SE

FIlm6

MANUEL JOSÉ :ll:OSQUERA,

ARZOBISPO DE BOGOTÁ.

l. El espírilu de Manuel José Mosquera está presente para en eñar lo que es el romanismo, el cristianismo i el espiritismo de una manera que no haya exajeracion en pro ni en contra de ninguna doctrina, sino con toda imparcialidad. El cristiani mo lo fundó J e ucri to en el año del mundo de 5230 de la era vulgar latina. En ese tiempo el hombre estaba aún envuelto en los paliales de la idolatría pagana. Vino J e ns i predic6 una moral que, aunque estaba escrita ya en la conciencia humana, se habia olvidado por motivo de la pasiones que cegaban al hombre, hasta el punto en que se apart6 mas o ménos de la lei natural, que es la misma lei de Dios. J esuCl'i to recibió de Dios la elevada IDÍsion de sacudir la humanidad en su intelijencia i en su corazon, enseñándole los deberes que ya no existian, porque ya lo habia oh'idado; i e a humanidad no lo comprendió i ménos lo supo apreciar. Pasaron 3lgunos iglos sin que los hombres rucie en caso de lo enseñado por J e UB j pero, en fin, lleO'ó el tiempo en que el jérmen .que dej6 en el cora~n humano, empez6 a produclr algo del fruto grandio o que el evanjelio encierra, aunque en palabras empleadas en entido figurado, el cual tomado a la letra, desfiguró el sentido parab6liéo del mi IDO evanjelio, e traYÍúudolo de su camino progre ivo Mcia el cultivo necesario de la razon, única irraJiacion de la luz eterna de Dios en el espírilu del hombre .

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-7Desviado así por el hombre el evanjelio de su primitiva significacion, muerto así el espíritu de la verdad que contiene, ya 110 civilizó, ya no ilustr6, ya no ~i.rvi6 sino de obstáculo, en lugar de servi! de ausIlro al adelanto de la hum:midad, en la adqm. sicion de la verdad moral i de la perfeccion posible para la hnmanitlad, Pero, ¿ quién fué la causn de esa muerte del jérmen que Dios habia sembrnt10 en el evanjelio por medio de J e us? ¿ Quién? Pesoso es confe arlo: los mismos que ee atribu· yeron la mi ion de dirijir la conciencia de la huma· nidad. Ellos i no otros la e traviaron i la estr3vian todavía del sendero trazado por J esns. La mayor parte de los papas, de los obispos, de los clérigos i de los concilios romanos, i Wiego¡;¡, pospu ieron el bien de la humanidad, a una jeri. gonza que llamaron cie?,cias sagradas; i ahoga~'on la humanidad en el plClagO de las forma, pISO· teando con descaro el fondo relijioso i moral c1el cristianismo, Sí; los a cetismo romano i griego, enterraron el fondo de la moral cri tiana eu un piélago de el'roree, de donde solo el e piritismo puede sacarlo, por medio de la mision que los espíritus hemos recibido de Dios de manifestarno de diferentes maneras a los hombres, sobre todo con demostraciones al alcance de su razon, i en un todo conformes con esa razono El romanismo cometió la torpeza de prohibirle al hombre el razonar, pues la razon hum.~)]~ ha estado siempre en pugua contra lo, dogmas IOIute· lijiblc. de la igle in. romani la, porque una de las a piracione ju ta i r:lcionale' del hombre, e la de comprender el porqué i el para qué de lo ,que le couyicne; i en e a a~piracion obeJcce a una 1m lJUI. ion que Dios le ha dado, para que se cnmpla a,J

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la lei del progreso humano, lei infalible, porqu& es parte de la lei de Dios. Toda secta, toda relijion, toda doctrula social, moral o científica, que le exija al hombre que no haga uso diario i continuo de su razon, es atea, i el ateiSIDo, lo mi mo que el materiali mo, destrnye en el hombre que lo profesa, u elemento mor:1l, único que puede hacerle andar infaliblemente por el camino de su gravitacion natural Mcia Dios. Es ateo, es ateísmo todo aquello que exija contrlldiccion en Dios; porque admitir que Dios se arrepiente, se contradice o se cambia, es lo mismo que creer que se equiyoc6, que es absurdo, o que no es eterno pue to que se cambia. Pues bien: Dios cri6 la razon humana para que el hombre hicie e u o de ella, no para qne la guardara sin uso, como fücultad inútil o perjudicial; Luego si conforme :1l romani mo la cli6 i la prohibió, Dios se contradijo, i clecir que Dios se contraclice e el' aleo, porque e renegar de la perfeccion divina, siu la cual Dios es impo ible. No hai medio entre admitir a Dios absolutamente perfecto o no admitirlo, pue admitirlo imperfecto, e admitirlo para no respetarlo, pura no obedecerlo, para burlal'"e de Él, i eso mismo hace el materialismo. Por consi~nienle: el romani mo cuando enseña que Dio dio i prohibió la misma facultad, es ateo i por lo mismo inadmisible. N o así el cristihlJismo cuando se dirije al C0razon i ordena: que 08 ameis l08 tinOS a lOi:! ot/'OSj porque este pr~c~J~to no lo contradice la razono Ni t..'1.IllpOCO el e.l)ll"lU~IllO cuando os enseña, que en vuestras comunicacione , e.tai obligados a usar de la razon, para di cernir bien la verdad del error, pues Dio no quiere que 'enís máquinas sin actualidad razonaule, para que no o dejcis embancar

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9con errores morales ni científicos, por mecio de los espíritus imperfectos, que os pueden indueir a error. Este mundo espírita que habito, tiene entre sus habitantes espíritus como yo, mas o ménos buenos moralmente, mas o méno sabios científicamente; pues otro el'1'OI' enseñado per el romanismo, es el ele creer que el alma al separarse de su cuerpo, entra ipsofacto en posesion de la verdad eterna, feliz para las unas almas, desgraciada para las otras, Sepan que no es así; que las almas en estado espírita, son tan imperfectas i tan ignorantes, como lo eran en el instante de salir de sus cuerpos, en el momento de la muerte. Sepan qne lo primero que aprenden acá, es a despreocuparoc ele los errores ele la l'elijion romanista n otra a que hayan pertenecido; para eutrar apreueliem10 aquí, la única I'elij~o,n, cierta, ante Dios, la moral enseñada por el esplrltl~mo, 1 aprobada por la razon humana; pues el espiritismo enseña., que lo inacional, es decir, lo ab urdo, no se admita por el hombre,

TI. Sin embargo, el hombre no debe exajerar el dominio de la razon en materia ninguna, porque ~al­ dria de un laberinto por defecto, para entrar en otro por exajel'3cion, i tanto uno como otro, son escOllos que la prudencia sabe evitar, cuidando de no confundir lo irracional con 10 incomprensible., ,~Jla co a es irracional i por con igl1iente madIlli lble cuando para darle a~jento en el r::mgo,dc la verdade" sea preciso admitir en eJ1:1, el ser 1 el no ser a la Yez; pero entónce la r:tZOll humana tiena pleno derecho de rebu~ar1e un pue. to en la categ-ol'Ía tle las verdada , ~I[ls nO e deb,e confnndir e..:to con lo il1compren ible, pues lo lDcom-

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prensible puede ser verdadero, pero en el único caso en qne no encierre nada que sea contradic· torio, porque 10 que se contradice se niega a sí mismo. Sentados estos principios, podemos ventilar muo chas cuestiones relijiosas con la luz de la l'azon, guia mui segura cuando no se aparta de esas reglas infalibles de buen criterio. El mundo filosófico dice, i dice mui bien: que D ios no puede dar una facultad i al mi mo tiempo prohibir su uso; mas debian agregar que el uso no lo prohibe, pero el abuso sí; i en eso es que consis· te la posible pel'feccion humana, pues el dia en que la hnm~J.Didad use de todos los dones de Dios sin abusar de nada, ese día habrá llegado a la perfeccion moral, única posible en la tierra. Este principio jeneral, es la antorcha luminosa que debe guiar al hombre en la tierra; con él bien manejado i bien aplicado, puede na\-egar con pero feccion, en el mar tempestuoso de la vida. Pero ¡ cuán difícil es al hombre, no est1'3limitarse en na· da! i por esto es que le son precisas muchas espe. riencias para llegar un dia, a mantenerse en el equi. librio que lo constituye en el ~lS0 sin pa~ ar al abuso. En este sentido todo le e permitido al hombre, pero tnmbien toda estralimitnciou le es prohibida; los hombres discuten mncho sobre permisiou i prohibicion, porque han carecido de una regla de criterio de fiícil aplicacion en todos los casos prácticos de la vida. Pues bien; esa regla ya la teneis: 11sar de todo i no abusar de Jl(ula. Aplicadla con mesma i ten· dreis la perfeccion del yo, de e e yo tan difícil de manejar bien, porque Sil tendencia contínua es a la traslimitacion de él, traslimltacion que constituye el egoismo, egoismo que viene a ser la raíz de todos los vicios.

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vienen de Dios, siendo la una la de usar de las facultades que Dios nos dió, i siondo la otra la de no abusnr de ninguna de ellas en el entido que dimos a esta palabra. N o abllseis, no abuseis i sereis felices; pero ngregad: A~LAD A. VUE:;TROS rRÓJUlOS CO}lO A YOSOTROS ID '}lOS, i sereia perfectos, Os hnbinis figurado que mi tratado sobre reJijion iba a el' mui largo, porque estabai. acostumbrado al estudio de sus formas que complican inútilmente esa cueslion. Pues bien; ya yeis que ha. sido corto, i que me puedo despedir de YO satí fecho con haberos aclarado que no haí mas verdadera relíjion que la del espiritismo, enseñada por los Espíritus perfecto , A Dios, Bogotá, 2 de julio de 1 66: lU..\Xi:EL JosÉ 1IoSQuERá., arzobispo de Bogotá,

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EL EfANJELIO ESPLIttDO POR LOS ESPIRITUS PERFECTOS .

..... PA.RTE MORAL.

INTRODUCCION. Nada es mas útil ni necesario al hombre, qne el conocer el camino que Dios le ba marcado para llegar a él, porque aunque los materialistas niegan que el hombre tiene una alma inmortal, no por eso es ménos cierto que la tiene; i que esa alma debe gozar o stú'rir en su inmortalidad, como consecuencia justa de su manera de vivir con sus semejantes. ~ o nos detendremos a demostrar e te principio, porque nosotros no escribimos para los que niegan su alma i la ju licia de Dios. Para ellos es preci o aguardar su desengaño, hasta despues de la muerte de sus cuerpos; porque hasta ent6nces no senío testigos de los hechos que los de engañarán muí a su pesar. . Entramo, p~~~, en materia con los espiritua~stas 1 con los e.pll'lUstas, que casi son de la mIsma escuela, cuando ámbos son oe buena fe, i de buena 16jica. El evanjelio que enseñó J esus contiene todas las verdades morales que le son' indispensables al hombre saber para andar, si quiere, por el camino

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-Hde la justicia í de la caridad; i si las naciones que !e llaman cristianas lo hubieran observado, no se habrian ocupado de consumar tantas i tantas injnsticias, como se reji tran en sus respectivas historias. El no haberlo ob,;ervado, ni esas naciones, ni SUB directores espirituales, demuestra muí evidentemente que, ni ellas, ni ellos, le han dado ascenso como divinas, a las doctrinas en él contenidas; pero sí les ha servido de pretesto para esplotar i perseguir a los hombres que se sometían a la esplotacion, o que enseñaban ql1e no se sometieran a tan vil tráfico, como es aquel ql1e se hace en nombre de Dios. Empero, la humanidad fuera del cristianismo, ha tenido, tiene i tendrá, la misma lei moral que dentro del cristianismo; porque e ta lei moral, es lei moral natural, i por cOllsiguiente es divina i universal, sin cuyos requisitos ¿ en dónde estaria la justicia de Dios? Si Dios hubiera revelado su leí moral a unas naciones sí, i a otras DO; en unas épocas sí, i en otJ:as no; habría delinquido a la justicia distributiva) protejiendo a los unos con privilejio de los otros. Ahora bien. Dios no ha podido delinquir contra la justicia, porque así dejaría de ser perfecto. Luego; el cristianismo como lei moral, es decir, como lei moral natural, ha sido i es conocido de todos los humanos qne pueblan i han poblado el universo; pue~ aunque el nombre del Cri to, no haya sido cODoCldo de todos los hombre , el nombre de Ori to no e la lei moral del cri tianismo, ni el títUlo de cristianismo es e encial para que la lei moral sea conocida en el mundo. En efecto. Para Dios las cuestiones doctrinales no son fala-

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cias de palabras, como para ciertos hombres; porque Dios ve con el mayor desprecia, esas cuestiones de forma que no han servido a los hombres de mala fe, sino de escalera para hollar el fondo de las cosas en el piélago de las falacias. l por eso, desechan toda discusion l6jica sobre las ideas, para lanzarse en el camino ilójieo, irracional de la disputa, aprovechándose para ello, de la ambigüedad de los términos, para aterrar a los unos, i esplotar en mal sentido el sentimentalismo de los otros. Podnamos agregar volúmenes enteros a lo dicho, en demostracion histórica de lo aquí sentado j pero preferimos guardar silencio Bobre eso, hasta mejor ocasiono Basta de preámbulos.

CA.PíTULO l . .TESUS DIJO: "YO NO HE VE.N"IDO A DESTRUIR LA LE1 SUiO A CUMPLIRLA."

Esto dijo J esus, i si hubiera dicho que venia a establecer una lei moral nueva, o diferente de la hasta ent611ces conocida en la tierra, tendria hoí la sana lójica contra él i contra su doctrina. Porque la lei moral, ha debido ser conocida por el hombre, desde que Dios bizo al hombre; porque de lo contrario, ignorando el hombre la lei moral, ¿ por medio de cuál lei le exijia Dios la responsabilidad moral de sus acto ? El ab urdo aquí, es demasiado claro, puesto qt:e pono a Dios en contradiccion con Dios, en materla de justicia. Perdonemos, pues, a esos autores q~e le han atribuido a Dios, la I1cepcion de personas 1 ae nacio-

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nes discerniendo a las unas justicia, i a las otras injusticia, puesto que a las unas les promulgaba' su lei para, cuando la. infrinjiel'au, saucionar la ÍDfraccion con la pena; miéntras que segun esos autores, Dios no promulg6 su lei.moral a otras naciones, i así quedaban libres de tal lei, i de su sancion penal .. J esus no dijo, pues, nada ilójico ni estraordinario, cuando dijo que: no habia venido a abroyar la leí sino a cumplirla.

CAPíTULO

n.

lESUS DIJO: "MI REINO NO ES DE ESTE :lllJXDO."

El reino de la justicia i de la verdad, no es de un mundo tan imperfecto como el que habita en la tierra; pues la imperfeccion, miéntras dure su tiránico imperio en la tierra, tirunizará a la verdad i a la justicia, como el pueblo hebreo, tiranizó a Jesus, colgáudolo de una cruz, porque le en euaba las leye de la justicia i de la caridad, i le afeaba los de~afueros que cometian sus sacerdotes, en nombre de Dios. La justicia i la caridad nunca han imperado en la tierra; i e o se demue tra hLt6ricamenle. ¿ Hubo caridad i justicia en los papas i concilios, que no impusieron censura a los que se hacian dueños de hombres, dándoles a esto hombres el título de esclavo? Un papa decretó que no debia haber esclavo, porque el hombre no habia nacido e clavo; pero como dejó su decreto in u respectin. sancion penal para quien lo infrinjíera, resultó nulo su aecreto; porque es nula toda leí, que no lleve al fin·la sancíoD penal, para el que DO la obserrc. ®Biblioteca Nacional de Colombia

-17 Los reyes i emperadores, que prohibieron fa espresion libre del pensamiento humano; ¿ no es verdad que oprimieron a la verdad , porque le tenian miedo a la verdad? Sí. Luego no querian, ni qmsieron que imperara con ellos i por medio de ellos la verdad. Ahora bien: los gobiernos que quieren Ignorar la verdad, rechazan así, la buena administracion del Estado; i por lo mismo la justicia queda hollada, por carencia de medios apropósito para administrar la verdad. . ¿ Qué fué la inquisicion, sino una depresion tiránica contra la verdad i la justicia? ¿ Qué han sido las leyes re trictivas de la libertad de imprenta, de la libertad de enseñanza, i de la libertad del u o de los libros, sino actos tiránicos contra la verdad i In ju licia? Por eso habló Je us la verdad cuando dijo: mi reino no es ele este mundo, porque en J esus estaba encarnacla la verdad i la justicia, i por consiguiente la doctrina que él venia a recordar, era la de la verdad i de la justicia.

CAPÍTULO

rIl.

JESUS DIJO QlJE: " HABIA VARIAS ML"<SIO).>!:S .E..'\ L .\ CASA DE su PADRE."

Si todos los bombres fueran igualmente malos, o igualmente buenos, en ju licia no debia baber mas que uoa sola mansion preparada por Dios, para recibirlos a todo . Pero, como los que bayan llegado a la perfeccion de criaturas, merecen una mansíon aparte de los 2.

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que no han llegado a esé grado de perfeccion, es evidentemente lójico, que esa mansion existe aparte de las otras; i que habrá tántas mansiones allá, cuantas categorías de imperfecciones presente la especie humana, a la hora de la muerte; sin lo cual, ¿ en dónde estaría la sabiduría i la justicia de Dios? ¿ N o es cierto que en las naciones ilustradas, ya no se ponen a todos los delincnente , de diferentes delitos, en una misma mansion, SIDO que hai secciones para los diferentes delitos? 1 ¿ quién ser:i mas sabio i mas justo, entre Dios i una nacion ilustrada? La.respuesta no puede ser dudosa: Dios es mas sabio i mas justo que las naciones mas ¡lustradas. Luego Dio tieue varia man ione , para los varios grados de imperfeccione~, que presenten los hombres, cuyas alma se le vayan pre entando.

CAP:í'r1;LO IV. JESUS ANUXCIÓ QUE: ":NADIE PUEDE VER EL REINO DE DIOS, ~ I :NO :NACE DE :NUEVO."

I habló la verdad en e to ; i si DO preguntádselo a la buena 16jica. El hombre te~restre cuando muere, aun no ha llegado a la completa perfeccion de criatura. Ahora bien. La criatura no puede entrar al estado de merecer el cielo, ~i no ha llegado a e a perfecciono Luego: ninguna criatura humana terre Ire, puede ver el reino de Dios, i no nace de nuevo, para por medio de una nueva vida, que empieza en e e nuevo nacimiento, progresar Mcia la completa l)erfeccioo.

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-191 como ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro &,& &,& vidas, ~lcanzan para llegar a esa perfeccion, le es necesano n~cer de nuevo, tantas veces, cuantas le sean preCl as para Ilegal' a ella. Queda así demostrado, que J esus habl6 16jicamente cuaudo dijo: que nadie puede ver el reino de lJios, si no naoe de nuevo.

CAPíTULO V. JESUS DIJO: "BIEYA VIDITURADOS LOS QUE LLORAl' SUS PECADOS, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS."

1 dijo bien; porque para que el hombre llore sinceramente sus infracciones a la lei de justicia i de caridad, es preci o que e té ya muí adelantado en el sentido moral i aun en el sentido intelectual, para que sienta bien i comprenda mejor, cuanlo estas infracciones, le ban alejado de aquello a que naturalmente ha aspirado siempre, sin haberlo logrado nunca; por no haber seguido el camino recto, quc conduce a la felicidad inmortal, cual es el de 103 actos repelidos i continuos de justicia i de caridad. Miénlras el hombre se encuentre ensimismado fuera de la ju ticia i de la caridad, en vano hace mil cálculos para ser feliz, para sentirse feliz, pues no estará 8.'ltifecho miéntras no sea justo en la prúctica, i bené\'olo, induljente i tolerante para con sus emejante.. Por con iguiente, J e us dijo mui bien, cuando anunci6 a la naciolle que: son bienaventurados o felices aquellos que lloran sus pecados oon sincericlacl, pue lo que ese llanto, los pone precisa®Biblioteca Nacional de Colombia

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mente, en el camino de la enmienda verdadera i práctica; i así, toman el camino de la justicia, único camino que hai para llegar al cielo.

CAPíTULO VI. JESUS DIJO: "EL YUGO DE DIOS ES SUA.VE 1 CARGA. LIJERA. ."

su

J esus consuela así a los hombres de buena fe, porque nunca les habló, sino dándoles fundadas esperanzas de llegar a la felicidad inmortal, i por eso les decia que: el yugo de .Dios es suave i su carga liviana; porque el yugo de Dios se limita a exijirnos en lo moral, la pnlctica de la justicia i de la caridad. ¿ Qué ménos podia Dios exijir de los hombres para acordades el acompañamiento de la sociedad pelfecta del cielo? Que responda la sana 16jica i ella os dirá, que no podía erijir ménos, sin que hubiese que de quiciar esa e celenle sociedad de Dios i.de espiritus jnslos i caritativos cuyo conjunto forma e e estado cele le. Luego J esus, al resumir toda la lei en el amor moral i ju lo de Dios i del prójimo, con 016 a todos los humano que lo comprendieron, porque los apartó de e as idea de un Dio cruel i vengativo, de que e t¡Í,n llenas toda las leyendas ascéticas, escrita bajo la influencia del erro¡' mas craso, que una imajinacion estraviada pueda ~nventar.

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CAPíTULO VII. JESUS DIJO:

"BIENA. VENTURADOS LOS POBRES D:& EspíRITU."

Pero, examinemos qué quiso decir aquí. Aquellos hombres que piensan que, en sus pocas luces, hai suficientes datos para juzgar con ellas 16jica!lleqte aDios, i que se creen ricos de espíritu, están muí léjos de conocer su indijencia intelectual, i esos son los vanos, orgullosos i soberbios. Sucede al reves con aquellos otros que, conociendo su indijencia intelectual, e ab tienen siempre de pronunciar fhllos con sus poca luces. Estos son los humildes, i estos cometen ménos errores i ménos injusticias, que los orgullosos i soberbios. Es, pues, en este sentido i no en otro, que J esus tu,o razon cuando dijo: bienaventurados los que conocen que son pobres de espíritu j porque ellos evitará/~ los erl'ores de la vanidad i del orgullo. En e ta vez, como en otras muchas, los evanjelistas suprimiendo o intercalando palabras, hicieron confusa la idea e presada por J esus.

CAPíTULO

vrn.

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JESUS HABL6 DIClE..'\DO: "BIESAV~"TURADOS A.QUELLOS QUE TLE~RN PURO EL CORAZON."

La pureza en las acciones, es el único modo que tenemo de proceder para no tener nunca motivos de alTepentimiento moral; i por consiguiente, de allí se deriva nuestra verdadera felicidad. Esto no necesita de mas comentarios.

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Luego J esus habló 16jioamente cuando dijo, que son bienaventurados o felices aquellos que proceden. sin malicia.

CAPÍlTULO L\: . .TESUS ASEGUR6 : QUE so~ "BlE~AVE~URADOS LOS QUE SOy M.A.:8SOS 1 PACÍFICOS."

1 nosotros lo aceptamos así como cierto para la vida inmortal, porque la mansedumbre i pa ividad moral, en el sentido de equidad, no ptrede t;ler sino aprobada por Dios. Luego J e us tuvo raZOll al prometer bienaventuranza inmortal, a los metnsos i pacíficos.

CAPíTULO .rn~U

PROMETIÓ: QUE

x.

ERÁY" BI.EX AVEXTURADOS

LOS MISERICORDIOSOS."

Es claro que J esus tu,o razon al prometer esto; porque para ser pedecto el hombre, debe imitar en lo posible. las perfecciones ele Dios. Ahora bien. Dios es mi ericordioso. Luego el hombre que quiera vivir un día con Dios debe practicar la misericoruia con su seme· jante , i la mi ericordia es la caridad basada en la justicia: querer para ellJr6jimo lo que se quiere para 81.

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CAPíTULO XI. JESUS "AMAD

ORDEN6 Á

IMPERATIVAMENTE CUANDO DIJO:

VUESTROS

PR6JIMOS eOlIO A VOSOTROS

mSMos." Sabed mortales que de nada os vale ningun culto, ni las variadas ceremonias que celebrais en vuestros templos i si úntes que eso, no arrancais de vuestros corazones e e fuego de odio que os consume unos a otros. IIaceis ilusoria i nula la santa relijiou que os recordó el Cristo, no solo en sus discursos morales, sino tambien con la santidad de sus ejemplos, en las di,er as tribulaciones, molestias i calumnias con que lo persiguie.·on los sacerdotes, el gobierno i el pueblo de J erusalen. Acordaos que él no enseñaba sino la sana moral que vosotros ven erais, i que sinembargo, lo persiguieron como al mas grande corruptor de las costumbres. No olvideis ese ejemplo que os dej6 J esus sellado con su sangre, dejándose sacrificar en una cruz por los sacerdotes que abusaron así de la credulidad pública, diciendo que Jesus no hacia otra cosa que atacar la relijion de :JIoises; cuando él mismo les declaró, como consta por medio de los evanjelistas, que ' no vino a abrogar esa lel sino a cumplirla. " Roí el Espiritismo viene anunciando lo mismo qn~ J esu 1 lo mismo que Moi e i i declara con .el Cnsto, que no viene a de lrnida lei moral del crlStiani n;
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Hos; ,porque teneis en vuestras creencias el hecho hist6rlCO de J esus, i sino os aprovechais de él para ser mas cautos en vuestros juicios i en vuestros actos con los espiritistas, tendl'eis mas responsabilidad anLe Dios, que los hebreos i sus sacerdotes; porque sabeis mas que ellos, i l:iinembal'go, pl'ocedeis lo mismo que ellos, i Alto, humanidad, sino quereis ('ontinllar en el llanto i en el cI'ujir de dientes en el valle de higrimas que habitais! ! ! Porque si vnestras plegarias a Dios, van diriji. das con oLlio i venganza, como las de los hebreos, permanecereis iempre en el dolor i en la pena, pidiendo cielo, pero sin poder entrar al cielo; pues a esa ilichosa mansion, no entra, no ha entrado, ni entrará, sino amor moral, beneyolencia, misericol'iiia, amistad, perdún al pr6jimo. Sí; J esus dijo muchas i repetidas veces, que el que no ame a su prójimos, sin distincion ninguna, no es digno de Dios. Pue biE'n: ya que el cristianismo ha divinizado a J esns; ¿ por qué no lo imitan los que se titulan cristianos? Desgraciados, pues, de los cristianos, que no sean mansos, pacíficos i tolerantes, como lo fué J esus ; porque Je us tambien dijo, que a quien Dios da mas tambien le exije mas. ,La sana 16jica i la sana moral, acordes cntre sí, están de acuerdo con Jesus, para asegurar que el que no ame a sus pr6jimos, aunque esos prójimos sean sus enemigos; elie tal no entra al cielo llliúntras no cambie su odio en amor, 1 contra una lei de Dios, nadiu ¡meJe nada; pues Dios no está obligado a infrinjir sus leyes, para agradar al que con sus hechos malos prote ta contra la sabiduría i justicia de las leyes divinas.

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C.APíTULO XII. JESUS )[A~DÓ: QUE" AMElS A VUESTROS ENEMIGOS."

1 no se limit6 a dar esta 6rden de palabra; puesto que él, que tuvo tantos i tan encarnizados enemigos, los amó a todos de todo coraZOll, como queda históricamente demostrado, que nunca manifestó odio contra ellos i que siempre le pidió a su Eterno Padre el peruon para su' enem.igos. ¡ Oh cristianos! ¿ por qué teniendo la gran antorcha encendida, en la historia del Cristo; la qnereis poner uebajo del celemin, para que no alumbre al mundo, como dc.:ia el lI1í~mo Cri to? ¿ Por qué a cada paso de intolerancia que dais imitais en eso a los japoneses, que siempre que h~ ido llli 'joued cristianas allí, a euscIlarles la leí moral cristiana, matan a lo:> mioioneros católicos, diciendo que estos misioneros van a corromperles /mB doctriuas i costumures? N o hagais como ellos, sino mas bien examinad cuidadOoamente si la doctrina que se os viene a enseñar hoi, es o 110, el dc. arrollo moral de la misma que os en"eñan los libros que se atribuyen a )Ioises i a J esus; tanto mas cuanto que los hebreos, c1,lanuo mataron al Cristo, en lugar de matar el cri tianismo, le dieron mas motivo de desarrollo en el mundo.

CAPíTULO

xm.

JESUS ACON EJ6: QUE "TU li.\SO IZQt::IERD.\ LO Qt::E DA TU lI.1~O DERECHA."

so SEP~

Como es ma bien un vicio que una yirtud, la ostentaciou dt'l bien que e practica, púrq~e así no se tiene coufianza i fe en que para no ~~ nada oculto, J esus hizo lójic:lmeutc bien en eXlJll"

.DIOS

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que la buena obra, en su calidad de tal, no olvide que el único verdadero apreciador de ella es Dios, i que por consiguiente dirijirsela a los hombres, es renuncial' al buen criterio en el asunto, Con efecto; ¿ qué han hecho hasta ahora los hombres respecto a la verdadera yi¡,tud? La han hollado, la han pisoteado, cuaudo la han tenido en su presencia; i no le ha quedado otra recompensa que el te timonio interno de la conciencia moral de la persona que la practica, pues los hombl'es tene tres en SE calidad de malos, siempre echan a mala parte la interpretacion intencional dc las buenas acciones, De manera que a esa interpretacion intencional no le queda en buen sentido, en enlido de rectitud, ino Dios i una pequeiHima minoría de la ociedad humana, Por cim"iglliente, el hombre que se propon~a hacer el bien eperando la aprobarían de la oCICdad humana, dejaria de hacer el bien cuando el tiempo le de engaña~c de que e yana e imposible la recompen a que se habia imajiuado, Por e ta l'aZon e que Dios quiso i quiere darle un estímulo con. tante a la yirtud prometiéndole recompen, 3, fuera de la falacias con qne los hombres la de5preci3n; i dentro de un e~ tímulo de con tanci3, no aguardando su bienandanza, sino del único ~ér abio i con -tante que es Dio" Luego J esus tuvo razon cuando dijo: que" tu mano izquierda ignore lo que da tu mano derecha,"

CAPÍTLLO An:--, JE

ÚS

ORDESÓ Así: "IIO),""R.\' A TU P..l.DRE 1

Á

Tt'

)[,iDRE,"

·i el hOlll bre uo e 'tuvie-e obligado por Jei moral natural, a honrar a sus padre'; e decir, a obe-

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decerlos i a respetarlos; tendría la sociedad humana que lanzarse en una anarquía, que sumeljiria al hombre en un des6rden sin límites, Ahora bien. Dios para evitar el des6rden social, orden6 por medio de J esns, i de la lei natural, que los hijos, por gratitnd i por utilidad, estu \'Íesen sometidos racionalmente a los que les han dado el cuerJlo fí ico i la cducacion moral e intelectual. 1 ¿ cómo podrían los padres i los maestros administrarles e a educacion, si los bijos i educandos no les debíe en una obediencia racional? Luego J e us obró lújicamente cuando dijo: IzOIlra a tu padre i el tu madre.

CAPÍTL"LO XV. FC'ERA DE LA PlucrrcA DE LA Jl7 TIGrA. 1 DE L.\ CARIDAD SO IIAI SALVAtIOY,

J esos no emple6 e tas mi mas palabras, para espresar e ta mi. roa sentencia. Pero la. e. pl'e 6 en estas otras: toda la leí, i los profetas, está. encerrada en (U,W¡' a Dios sobre todas las cosas i a tu pr6jimo como a tí. mismo. Ahora bien: ¿ qué cosa es amar a Dios? Es amar sus atributos que sou su cualidades, pues de otta manera: ¿ cómo fijari::uuos en él nuestro amor? En efecto: ¿ acaso se puede amar a un Dío~ inju lo? No. Luego amUl' a Dio. e amar su iu, ticia, i no amamos su ju ticia cuando no pracúcamos la ju ticia. ~or otr~ parte, ¿ no e, tá demo tra?o que U?3 ?cledad sm bene\'olepcia, in toler:lD~la, es .decIr, SID amor moral e impa ¡bIe en la tICrra 1 en el cielo?

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Luego, sin ese amor moral que se llama aquí caridad, no hai felicidad posible, ni en el cielo ni en la tierra. Por consiguiente J esus tuvo razou cuando espre56, que amar a Dios sobre todas Zas cosas, i al pr6jimo como a sí mismo, en eñaba toda la perfeccion moral, nece aria para eutrar al cielo; j que fuera de e a perfeccion, no hai salvacion, es decir, no hai cielo.

CAPÍTULO XVI. JE~U DIJO: QUE" EL HOMBRE XO PUEDE SERVIR A DO,; SE_-'ORES, PORQUE _\"í DEPRECIA AL UNO o AL OTRO."

J esus habló aquí de los dos _eñores que se yienen di"putando la po esion Jel mundo moral e intelectual. Esto dos ~eñores 00 la yenlau i el error con la mentira, o en otros terminos, el amor i el interes pecuniario. Quien pretenda senir a la yez :1 la yerdad i al error, a la .erJrld i la mentil-a, al alUor lUoraL i al intere.:; peeuniario, no ilTe con O"u"lo,ino :ll error, a la mentira, al dinero o a lo que lo repre::,ente. En efecto: la \""erdau no reina en el mundo telTe"tre, i por eo Ji jo J e 'l1S COIl mucha ruzon, que Slt reino no es de este mllndo. No rein:lOJo la yerda,l, no hai duda que su contrario el error, la m
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res terrestre, formado por un jurado compuesto de la gl'an mayoría de In. humanidad. 1 esto queda demostrado hist6ricamente con la biografía de todos los hombres que, como S6crates, J csus, Colom b i otros, han querido el bien de la humanidad. Todos ellos han tenido que pa ar por el crisol de la calumnia i de las penas mas amargas, ántes de entregar su alma al Creador. 1 estos que han querido el bien de los humanos i que han sido por ello castigados por los hombres, son los que han llegado mas pronto al eno de Dio. Iiéntras que aquello qne han hecho mas males que bienes, han sido durante su vida teITe tre mui bien aceptados por los hombres; pcro mal recihidos por Dios. Por consiguiente, queda hist6ricamente demostrado, que J esus dijo la "erdad cuando anunci6 : que ninguno puede a la vez servir a dos sefí.01·cs, al mundo i a Dios, a Dios i a las riquezas; porque esos señore on incompatibles, como lo son el elTor i la verdad, la maldad i la virtud.

CAPTÍULO

xvn.

JESUS DIJO: "SED PERFECTOS COMO LO ES liI PADRE."

N otad bien que J esus no dijo: sed dioses como lo es mi padre, sino sed lJel'fectos como lo es mi

padre. 1 dijo 16jicamente bien, porque el bot,llbre n
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Por eso J esus dijo: sed perfectos como lo es mi padrej e~ decir: imitad en lo que os sea dable, la perfeccion de Dios. . Ahora bien: Dio es perfecto, en su justicia, en su caridad, en n tolerancia, en u benevolencia. Luego J e us nos impnso muí bien la obligacion de ser perfectos en jnsticia, en caridad,. en tolerancia, en benevolencia para con Ilue tros prójimos.

CAPíTCLO JE 1:"

xvrn.

DIJO:" TODOS SOX LLA:llÁDOS A GOZAR DE VAN !R.'mO E ' COJIDOS." Muchos son los llamados i pocos los escojidos.

DIOS, PERO POCO

Los e,anjelistas dijeron muchos, i nosotros sabemos que J e' us dijo: todos son llamadosj porque si Dios no nos llamara a todos, sino olamente a mUr chos, cometeria la injusticia de no ¡lamarlos a todos. Ahora bien Dios e infinitamente justo. Luego . no llama a todos. in embargo, como no todos e presentan a Dios en el grado de pureza i pecl'eccion indispensables para acordarles el mismo estado o man ion, son poco los e'cojido cada yez para las mansiones cele"tiale. ; porque poco on los que en la tierra trabajan por merecer el entrar a otra mejor. Por con. iguiente J e~ u tUlO razoo cuando dijo: lodos son llallludos, pero pocos son lo escojidos. Pero lo. hombre pueden hacer cambiar lo términos de e ta sentencia, trabaj:mdo todos en el progre o moral o intelectual, para a í llegar a "el' escojitlo todos, todos.

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CAPíTULO XIX. JESUS DIJO: QUE "LA ];'E TRASPORTA LAS MONTAÑAS."

Si los hombres conocieran bien los atributos de Dios i los creyeran como verdades infalibles, tendrian siempre en ellos un infalible motivo de confianza en Dios en todas sus tribulaciones terrestres; porque no olvidándose de que Dios es justo, no lo apellidarian injn to, ni a causa de las' mayores desgracias; sabiendo que es infaliblemente caritativo i benholo, verian como ·u n acto de cari(bd, i de benevolencia esas pri,'aciones i esos dolores en que nos sumerje para nuestro bien. 1 e las son la montañas metaf6ricas de que nos habla J esus. í; las montaiias de nuestras dolencias de nuestro sinsabores; las sabríamos i las podridmos llevar con resignacion i humildad, si tu,iéramos ulla ilimitada fe en la justicia i en la misericordia di ,'¡nas. Así, i solamente a!\í, es como el hombre puede sacar buen pro,eho del mal, i así cs como trasporta flícilmente la montaiia del mal, para colocar en u lugar la montaiia del bien. En este cntido J e u tuvo razon, cuando dijo, que la f e trasporta las montaíias.

CAPíTULO XX. LOS ODRERO

A LA UTDL\ llORA.

Aquí queremos recorJarle a todos los ho~ bres, que calculan mui mal i engaí'ío amente! querJe~do ganar el cielo no trabajando para ello, SIDO a últIma hora, es decir, en la vejez, o 10 que e peor, a la hora uprema de In. rrmerte; porqllc, pasar todo el tiempC? útil para trabajar en lo que &l hombre h~ in-

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teresa para su vida inmortal; en no hacer oada preparatorio para eso, es lo mismo que pretender concluir una casa, sin haberla empezado en tiempo oportuno; es querer el fin de una obra larga, sin darse la pena de empezar esa obra, con la anticipacion necesaria, a fin de concluirla en el tiempo que se tenga prefijado para hacerla. Por consiguiente, las personas que no empleen toda su vida en mejorarse moral e intelectualmente, no piensen que el tiempo perdido se recupera a la hora de la muerte.

CAPÍTULO XXI. JESl; LO DIJO: "IIABRA FALSOS PROFETAS" QUE COXDUZCAN A LO S nOMBRE " POR EL CA:llINO DEL ERROR.

1 la hi toria lo demne tra que lo ha habido. 1 si no: ¿ qué son e_a multitud de bonzo_ i sacerdote de la mayor parte de las reliji.one3, ~ino falsos profetas? En efecto: ¿ cómo di tinguirémos los falsos de los verc1adero~ profeta ? J esw ya re pondió a esta pregnnta cuando dijo: por los frutos los conocereis. Ahora bien: ¿ qué buenos frntos están dando muchísimos de los que se titulan ministros del Alti imo ? Que re ponda la historia de lo mini tros que en nombre de Dios ~au per egnic10 a lo bombres, ora con 13 calumma, ora con la <1ifamacióu, ora con la escitacion al pueblo ignorante, a que consume ase inatos i pueblada, en nombre de J esos, de J e811S manso, tolerante i benevolente, ha ta con l:\ mujer adúltera a quien lo hombre querían apedrear, i a quien Jesns despidió diciéndola, que

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quien no hubiese pecado le tirase la primera piedra. 1 con esto contuvo a los acusadores, pues ninguno de ellos se hallaba puro i sin mancha, para tirar la primera piedra. Los falsos profetas en materias relijiosas, iambien se reconocen en que una parte i casi el todo de lo que enseuan contradice, mas o roímos, alguno de los atributos de Dios. Por ejemplo: Dios es justo, pero ellos enseñan que es vengativo, i que Dios vengativo, prohibe la Yenganza. Dios es misericordioso, pero el falso profeta le atribuye actos (Je cl'uelL1ad, i que ha exijido de lo hombres que sean crueles con sus semejantes. Dios es tolerante puesto que a to(Jo 110S tolera, pero el falso profeta predica la intolerancia i aun el esterminio de los que no le están sometidos. A í, pues, como Dios es perfecto en to(Jos ~ns atributos es falso el profeta que en su doctrrna enseñe aigo q 1le contradiga, en lo mínimo, la perfeccion de Dios . La histol'ia demuestra que ha habido multitud de hombres que han enseñado doctrinas atribuyéndole a Dios muchas imperfecciones humanas. Luego J esus fné bnen profeta de lo futuro, puesto que muche' e han ocupado en adultcrar su enseñanza, prostituyéndola, i atribuyéndole impetfecciones a Dios, de que Dios no es susceptible sin dejar de ser Dios. áPíTULO XXII. n:,-;C'S DIJO: "QUE EL IIO:llllRE so SEP.\.RE á LOS Q'C'E DIOS JI.\. O~DO.'

Pero preguntémonos primero: ¿a quiénes ha unido Dios? Dios no ha UlÚUO a lo' qne 'e aborrecen, porqne eso e'hín separado' ue corazoD, i a lo que están separados de COl'azon, Dios no lo ha 3

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unido; pues si Dios los hubiera unido no estarian separados, porque Dios es infalible en sus actos i si resultase separado lo que Dios habia unido, querria decir que Dios se habia equivocado, i suponer que se equivoca es infrinjir el axioma que dice:

Dios es perfecto. Luego Dios no ha unido ni une a los que no se aman de todo corazon. Por con igniente: ¿ a quiénes ha unido Dios? A los que se aman bien espiritual i moralmente. Pues a esos tales, no hai poder humano que los separe de su amor, porque las leyes de Dios son infhlibles i las leyes humanas son impotentes para contrariar la leyes aivina . Luego J esus
el hombi"e no separe a los que Dios ha unido. r allí queda subentendido, que el hombre no una a los que Dios no ha unido, es decir, a los que no se aman.

CAPíTULO

xxm.

os DARÁ." Pedid i se os dará, pero no todo lo que pidais, porque el hombre es como el niño que se equi,"oca frecuentemente en la e timacion de lo que le con,-iene para su felicil1ad inmortal. 1 como en la mente del hombre atra ado la felicidad terre tre e d. las mas veces en oposicion con la felicidad inmortal, pide i pide mal, porqne pide riqueza, alud corporal, amenidade para lo: entido", ignorando que esa riqueza, e 'a . alud corporal: c"a - amcnillade" lo engolfan en su emuotamiento moral que le hace de~llUidar el tmbajo del progre 'o moral e in electnal, indispen~a ble para lleg, r al cielo. 1 ID tarde en el t~l'mino de la vÍt1:J. corporal, el t1c cog:üio "ione n ihurarlo i le hace compreuder JE'US DIJO: "PEDID I SE

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que todo e o que él llamaba felicidad, no fué sino un verdadero impedimento a la vcrdadera felicidad, a la feliciuad inmortal. Por e ta razon es que Dios no le acuerda al hombre lo que le pide en el 6rden de comodidades terre,' tres. Pero sí le concede iempre e infaliblemente, todo aquello que le pida i que le sea nece,'ario en el órden del progreso moral e intelectual. En e le sentido J e us tuvo razon cuando dijo: pedid i se os dar(Í, lo que o convenga moral e intelectualmente. CAPÍTULO XXIV. ~ cúMO DEBE

ORaR EL IlOill3RE ORaR BIE...~?

QUE

QUIERE

La oracion es una peticion que el alma le hace a Dios. Para que la oracion llegue a Dios, es nece ario que el alma pida mentalmente a Dio, aquello que Dio" juzgue con,eniente conceuerle a e a alma, para que consiga u progre .. o moral e intelectual; de mauera que si Dios cree couycniente, para que ea alma logre e e progre 'o, que el cuerpo en que e tá enc.'ll'llaua ufra, i a í ufra el alma tambien, no hai duda que Dios no le concederá ,ino ese sufrimiento, e e dolor que nece~ita el alma para de eu!!;:ÜJ.arla de u;¡ errore~ ten'e tre i Je prenderla de lo que impida u encarril:1miento por el camino <1el pro .... re o moral e i!Jt lectual. Lo mi mo, i el alma e puede perjudic:lr moralmente con el 11'0 i po e ion de 1. riqueza torre treo Dio 110, e la Calle era. o (; la qnitar:i .i n í le e cOllycnielltc al bien de dla. Lo camino e Dio on freeu 11 cm nte inver, o ,dclmo lo el" cnten 1 r 1 humano, a í como lo camino del bu n 1 adre de fl mili on frecu 11-

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temente inversos de los exijidos por los niños pe- . queños. El niño no sabe pedir, i por eso el padre no le concede todo lo que el niño le pide. El padro tiene mas esperíeucia que el niilo; i por e. o el padre tiene que pasar por el dolor de no ser tan condes• cendiente, a fin de que el niilo no venga a ser vÍctima de u propia inesperiencia, i de la irracional comlesceJ:dencia del padre. Así Dios no puede, sin carecer de mi ericordia, concederle a l:l criatura todo cuanto a esta se le antoje pedir. Dios no le concede infaliblemente a la criatura, sino los medio. que le sean útile a la criatura de buena voltmtaJ, para su progreso moral e intelectual. Por consiguiente, a Dios no sc le elebe pedir nada determinado, sino todo indeterminado, porque solamente Él sabe determinar con buen criterio lo que a cada criatura le es conveniente para su aJvacion.

CAPíTULO XXV. EL CIELO 1 EL

I~"F1ERXO.

El cielo es una roan ion in mezcla de pena intelectual ni moral. Como allí no hai nada fü;ico, no bai tampoco placeres ni peMs fí icas. A. esa man ion,. no pu~de entrar nada imperfecto, ni en lo mora~ ro en lo mtelectual ; porque la mas lijera msonanc13, en lo uno o en lo otro, introduciria el ue-úruen enmedio del órden, i allí empezaria In pena, i pena e incompatible con cielo. Los humano terrestres carecen de 10 necesario para comprender a Dios, i por consiguiente, no pueden tampoco comprender en quó con iste la felioldad que se disfruta acompañando a Dios.

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Por esto es que no podemos pintarles esa felicidad; pero sí tienen bastante discernimiento para imajinarse con la mente un estado de plena felicidad, sin mezcla de ningun dolor ni pena presente ni futura, i ese estado es el cielo. En el cielo no hai odio, sino amor moral, amor perfecto, amor de Dios correspondido plenamente por Dios. Si compren deis el amor moral perfecto, tonclreis una idea bien aproximada de lo que es el cielo; si no lo compl'endeis, estais mni lejos de merecer que os amen i por consiguiente de SC1' felices. EL

I:¡"""FIER~O,

El infierno es una mansion donde reina la imperfeccion física, si hablamos del mundo corporal; i donde reina el error, la mentira, el odio, si hablamos J.el mundo moral e intelectual. Ahora bien. Como la leí del progreso es leí dí~a i como toda lei divina es infalible, el infierno durará tanto cuanto dure en retardo la imperfeccion de las almas, para salir de e"a impel'feccion en que las retiene el error i el odio, para llegar a la perfeccion, es decir, a la pose, ion de la verdml i del aIDor moral.

El infierno C' pues infaliblemente temporal, puesto qlle todas las criatura de Dios deben infaliblemente progresa¡', i no pueden pro~re al' sino saliendo ue los errore::; ¡adquiriendo ,-erda· des, de "prendiénllo "e J.el odio i lIe"aut!o al amor perfecto. .'" Si. el infierno fnera eterno para algnnrls criaturas, la lel del pl'ogre 'o no ~eria infalible, puesto que para las almas que se hubieran qnechdo eternamente entref;ada al Ill1ll i a In. pella; no habl'ia habillo progreso. Pero como Dio:, nos ha re\-elado que nadie esw

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esceptuado de la benéfica accion de la lei del progreso, nadie se queda sin progresar. . Luego nadie se queda en ese estado de imperfeccion que llaman infierno. Hemos concluido esta obrita para que se publique por la imprenta, cuando se presente la ocasion oportuna. Así lo quiere Dios i así lo exijimos nosotros los espíritus que acompañamos al Altí imo. FL.'l DEL EVAXJELIO ESPLICADO POR LOS EspiRITUS.

LUGAR DE PENA ETERNA, NO ES IGUAL A ETERNIDAD DE PENA. COMU~lCACIO:N

SOJffiE ESTE Pu:'\TO.

Procurad, por todos los medios que estén a vuestro alcance, combatir la idea de ]30 eternidad del castigo, pensamiento blasfematorio contra la justicia i la bondad de Dio~ , fucnte fecunda de incredulidad i de matcf'ialismo, que ha invadido las jentes desde que su intelijencia ha principiado a desarrollarse; porque su razon l'echaza ese pensamiento, i manda al mismo o tracismo doctrinal, no solamente a esa idea, sino tambien al Dios a quien se la atribuyen. De allí vienen los innumerables males morales, que en materia de doctrina enferman el cuerpo social. Pero la mision que aquí os señalamos, es tanto mas fácil, cuanto que J::¡s autoridades doctrinales en las cuales se pretende apoyar la doctrina de la eternidad de las p enas, han evitU(lo todas el pronunciarse (1.firma~ivamente a e te re pecto, pues ni los concilios Dl los antos Padres han resuelto esta gr:n'e cue tion. Si segun lo mismos eva11)elistas, tomando literalmente las palabras emblemáticas de J esu_, ame·

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naz6 a los culpables con el fuego eterno, esto no quiere decir que 108 condenaba a pe:rmanecer al[¡ eternamente. (Firmado.)-LAMENNAIs. iQUE ES LA MUERTE' COMUNICACION DE UN EspíRITU SOBRE ESTE P UNTO.

El prodijio de esa gran partida celeste que llamais muerte, está en que los que se van no se alejan: se hallan en el mundo de la claridad, pero asisten como testigos en vuestro mundo de tinieblas intelectuales. EJxisten en el cielo i cerca de vosotros. Oh! quienquiera que seais que bayais visto desvanecerse en la tumba un sér qUQrido, no os creais abandonado por él; porque ese sér está siempre a vuestro lado. La belleza de la muerte está en la presencia del espíritu, es decir, de la parte intelijente i noble del hombre; presencia misteriosa de las almas amantes i amadas, sonriendo a vuestros ojos inundados en llanto. El sér llorado ha dejado de ser visible a ,uestros ojos, pero no ha partido. Y a no veis su ameno rostro pero eslais junto a él, porque los muertos son invisibles pero no están ausentes. Haced ju ticia a la muerte. No seais injustos con ella, creyéndola una completa destruccion, un mal, porque es un error pensar que en la oscuridad de la abierta fosa todo se acaba, todo se pierde. No es así; porque allí no entra sino la envoltura del alma. La tumba es un lugar de restitucion, porque en ella vuel ve a tomar el alma su habitacion del espar cío infinito, i así recupera el pleno de su libertad, i recobra nuevamen te la posesion de toda su misteriosa naturaleza, deslizándose del cuerpo en

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donde por necesidad estaba sujeta a la fatalidad del peso que lo abruma. La muerte es, pues, la mas grande de las libertades, i es t.ambien el mayor ele los progresos; porque ella es la ascension a grado superior de todo lo que ha vivido encarnado. i Ascension maravillosa, sagrada! porque así todo se trasfigura en luz i por la luz. Cada uno hace su adelanto: quien ha ido bueno en la tierra, pa<:3 a ser santo; quien era escelente, asciende a adillirabie; quien fué admirable, se trasforma en sublime, i el sublime se convierte en ánjel ! ! (No bai firma.)

COMUNICACION DICTADA POR CY ESPÍRITU QCE SE LLAMÓ ÉL :mS:110 CON" EL MUr RESPETABLE XOMBRE DE JESes.

P\.:ro ántes de ella debemos advertir aquí que el ellor AlIan Kardec, ha publicado ya otra mui anáZOfla, en su Livre des mediulíw, impre o en París, pijA/3, númcro XII. cuya lectura recomenuamos mucho al lector, lo mismo que la o!Jse¡-¡xLCion puesta allí al pié en la que e hí dicho, que" e."a comuni· ,. cacion obtenida por uno de lo' l/ujore.3 mediums l. de la sociedad esptl'ita de P:uis, está firmada con l . un nombre que el respeto no no;; permito re pro"dncir, sino bajo mucha pr1Ulem:la) por el insigne "favoi" de.SIl autenticidad. E te nombre eC' el de "JesllS de ~Yazat'et/¡, pero nosotros no po(le,TWs " dudar que pueda manifestarse," para d "bien de la /nwlwLidad. Por otm parte, un espiriti~t:'l colombi:mo ha hecho el siguiente raciocinio: "el C'píritu 'plC razona " de acucrJo con la perfeccion de Dios i con la leí "de justicia i de caridad, e perfecto. Ahora bien: "el espíritu que e ha lla1iwtlo Je._'us. ha razo"nado a 'í en sus citadas comunicacíoue ; luego e.q

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"pel'fecto, i por consiguiente no miente cuando ha

., dicbo : que es el mismo Je.~us Mjo de María." L eeu pues su citada comnnieaeion en Oolombia, i juzgad. Ella dice al:iÍ :

VEXGO, como en otro tiempo vine ante la nacion hebrea u renovar mi enseITanza de eutónees, porque los hombres la ban e "traviaclo del sendero de la nrdacl que yo le tl'~leé. VE:'IGO, porque muchos enseñan en }/~i nombre, que Dios es pe/fecto e il/lpei:fecto lt lct vez, disculpándoile con el uso del kllflllaje met(1fórico, que los ha espnesto a sel' llwl entendidos, en los 19 siglos trascurridos despaes de mi c¡'uciji.ciotl, por haber emprenuido yo el reino de la verdad en la

tieua, VEXGOj a ol'llenarle al hombre, en nombre de mi Pudre qne e~ Dio;!, que 110 u 'e \ll~'i en su enseñanza mOl'al de ese longllaje lI1l'tafórico que, e ha prestado al absw'do de atribuirle a Dio", perfeecion e imper¡eocion a la vez. 1 "EXGO tamhien a enseITarle al hombre que Dios no quiere mas Jirofttas ni apústoles que monopoliz:l.U la en:leiianza; }lues mi etern.o P:1(ll'e ha resuelto que mleerlos i t'iV08 se ayw7.ell recíp¡'ocamente en la enseüanza del camino progresivo htícia Él. Los muertos segnn la carne, comunican a los vivos cglln la cal'l,e, ciertas ~'eI'tZ/((lcs que de_piertan en esos yi\'os la idea de la inllwrtalidad del alma i a~í el' í destruido el mut-:-l'Ílilismo de la mente hllm:llla. P ero en eS:H <'olfull/ica 'iones de ultl'atUIltOa, Dios permite la 11¿eze!a do la buena eOIl la mala doctrin3, porque mi Padre 1m,;p .l'.\. TA:\T(¡ el libre alb..,dl'ío de I()$ -;ércs c'piritn!11c' lIamatlos l1lmu$ o c"J.'~I'i(us 'como el uc lo' mi:mos ,él'e: el/l:ar!lados en lrl t.~­ pecie hwn'CJw, que no q lIiere di"lIIimúrles en nuda el uso de e"e libre albcdr'o. Mas lo toca allwmld

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qne quiera ser ?'acional el bacer buen uso de su líb¡'e albedrío, no aceptando como 'verdadera ninguna doctrina que aunque venga del mundo espiritual, e té en desacuel'do en lo teolójico con la perfeccion de D ios i en lo moral, con la leí divina del haz con el t¡( lo que ... quieras para el yo, ino hagas contm el tú lo que no quieras contra el yo. VENGO tambien a declarm', en nombre de mi eterno Padre, qne el espiritismo e cie/'to, porque hoi es la voluntad de Dios, que sus apóstoles i profetas no sean los que viven corporalmente en la tierra, sino los eS}Jll'itus perfectos que rodean a Dio~; porque un ciego que vive en la tierra, no puede guia¡' a otro ciego, porque úmbos caerán en el abismo. Pero adnerto tumbieu, que entre e'3S almas que se comunic:m hoí con lo. hombres bai muchas cuya ~'m}Jerfeccion moral e intelectual es mui grande i cnyas doctrinas son falsas. :Ma ya be dicho que es falso todo lo que contra· diga la perfeccion de Dios. i que es cierto todo lo que concuerde con dicha perfecciono El que quiera oir que oiga i el que quiera creer que crea, pues para eso es el libre albedrí.o, Abril, ~6 de 1 68. JE "C"s, bijo de María en Betbleem.

COMUNICACION DADA

POR

UN ESPÍRITU

MARÍA

Q"C"E SE

LL.urÓ

Así

lli~MO

MADRE DE JESU •

VE.-GO a vindicar el espiriti. mo perfecto contra su calumniadO/'es, que le han atribuido el ab urdo de que ataca la pureza moral de la madre de J e ns. - iugulla roa que yo ,abe que el espiriti roo perfecto, no se ba permitido nunca la mas leve

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enseñanza contra mí. Antes bien, me consta que be sido defendida por él en las conferencias que se han tenido sobre mi conaucta moral. No es, pues, el espiritismo perfecto el que me ha calumniado sino los traficantes con mis !av01'es, que enseñan que no protejo sino a los que les como pran mi protoccion con dinero, pues me igualan con las mujeres que han prostituido su amor. 1 si no veá e lo que han hecho con las advoca· ciones de Chiql1inquil'á, la Peña i otras mui conocidas. Abril, 28 de 1868. lliARÍA, madre de JESUS. MEDIOS PARA ENMENDARSE EL PECADOR.

El pecador que quiera enmendarse, debe ante todo hacer un estudio prolijo de sí mi mo, i para ello es precis? que pr~ct.ique lo que yo hacia en los últimos dUlS de mi Vida mortal. Al fin de cada dia interrogaba mi conciencia i pasaba en re\i ta todo los actos de aquel dia, preO'untándome si no había faltado a algnn deber, si álguien tenia qneja ju tá contra mí, si pude hacer algun bien i no lo hice, porque el hombre es responsable no solo del mal que hace, sino tambien, del bien que pudo hacer i no hizo. Así fué como pude llegar a conocerme, i a ver qué tenia que reformar en mí. Aquel que cada noche recuerde todos sus aclos del día, i se pregunte lo que ha hecho en bien o en mal, o dejado de bacer en. bien de u prójimo., pidiéndole a. ~i,os i a su :ínJel de guarda que lo ilustren, adqtlll'lra una gl'a~ fuerza para en.menelar e, para p~l'feccional'se camll1ando progl'e.l\'amuute húcia DlOS; porque así, Dio le ayudará, 110 lo dudei . Haceo , pue>:, pregullta sobro lo que habeis hecho i sobre elji//. con que lo habeis hecho j si habei

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practicado lo mismo que criticais al pr6jimo ; si habeis cometido alguna accion no confesable ante el público. Pr~guntaos tambien eslo: si alwra fuera la voluntad de Dios llwnal'tnc a la ,ida de ultratumb a, al entrar al mundo de los espíritu, donde Ilada está escondido i donde no hai secreto posible, ti' tendria yo algUil temo/' Examinac1lo que pol1eis haber hecho infrilljiendo la lei de justicia, de amor i de caridad, incluyendo en la justicia, el amor i la caridad, la obligaciOD que el hombre tiene de iln lfarse i de ilustrar a su inferiores en sus conocimiento, i i las res puest..'1S obtenidas o: darún reposo a la conciencia, o su ajitacion producida, os hará conocer un mal que es preciso cOl'l'ejil'. El conocimiento de ~í mismo, obliga al hombre a ilu,t1':1rse, para conseguÍl' la doetrilla que le deba ser ,ir de guia cierta, para minorar o disminuir el número ue sus imperfbcciones. En efecto: ¿ cúmo juzgar!'e bien e imparcialmente a í mismo? Por medio de la leí Je jll'ticia, de amor i de caridad. . Leed la ' definiciones de e. as palahras en el ,ocaoul:1rio e.'píl'ita; aprended bien el sentido de ellas, aconbos que quien pneae hacer el oién i uo lo haC(', no cumple con la caridad, j que quien no cumple con la earithl1, ese tal ha pecauo. Cuanuo yacileis sobre el , alor moral de UílO de >Lwstro ' actos, preguntao ' cómo lo califical'iai' si huhiese illo hecLo por un PI'6jimo ; porque ~i en otro lo criticni..;, el. acto e" mal . plle..; Dio~ no tíene doS! Illedilln' III <10' ju..;ticia" 1:h:,cau lambien ~3ber cúmo pieo!:>:lll oe YO~ vue tr05 enemigos / porque freenentemente Dios lo ha Ime lO como cmtline[a alerta , (pte O' !\ hiel' n vlle"ll'o~ ,1c::yío!'l. Que aquel, pu ~', que tieue firme yoluutaJ de pro-

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gresar M.cia Dios esplore su conciencIa 1 que la ilustre, a nn de que conozca ctulles son las malas yerbas, i las arranque de allí como arrancaría las d c su jardin dcspues de que le fue e conocida sn nocividad. Que haga la balanza de su diario moral, como el tr::incante hnce la de sus beneficios pecuniarios; i si él puede decirse que u diario moral es bueno, dormid tranq nilo i satisfecho, i aguardarlÍ sin temor el despertar en la otra vida. Haceoi-1, pues, preguntas claras i precisas, i no temais multiplicarlas; porque es bueno gastar todos lOR días algunos minutos en conquista¡' infelicidad eterna. ¿ No trabajais tallos los oías con el fin de juntar capital para cl"eposo de vuestra ancianidad? 1 este reposo, objeto de vuestros deseos, ¿ no os obliga. a sufrir fatigas i privaciones? Pues bien: comparad este ropo o temporal, turbado por las enfermedades del cuerpo, con aqnel otro espiritual i eterno que aguarda en ultratumba al espíritu del hombre justo i caritativo. Sé que los materialistas aseguran que lo presente es lo positi-¿·o, i que lo futmo es dudoso . Ahora bien: ved aquí que ese penl;lamiento, es el que estarnos encargados de de'truir, haciendoos compr ender ese futuro vuestro, de manera que no deje rastro de duda en vuestras almas. Hé aqui por qué hemos I1:.unado primero vae tm atencion, por medio de hechos espíritas que impresio,wn vuestros sentido8, p~ra daros tambiell instl'llccipnes racionales, qne cada uno de vosotros tiene obligacioll de tr~ 'mitir a su prójimos, i e con estejin que hemos dlctado el libro de los espíritus. (Firmado.)- S..L..... A.GUtilU.

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DIFERENCIA HISTOltICA , ENTRE LO QUE PIENSA UN OEl PO EN LA TrERRA 1 LO QUE ENSERA DESDE SU VIDA DE ULTRATUMBA.

En la Revista espírita de Pm'is, año

5,· número

8,° pájiua 231, leernos lo siguiente:

" N os ban escrito de España, que el obispo de Barcelona, el mismo que hizo quemar 300 volúmenes ele espiritismo, el 9 de octubre de 1861, muri6 e19 de este mes (agosto de 18ü2.) "De aquel auto defe a esta parte,. no ban trascurri9-0 sino diez meses, i ya ese auto ba producido sus '!'esultados l6jicos, presentidos por todos los espiritistas, cual es la propagacion del e piritismo en España, " Con efecto: el ruido que hizo en España este acto incalificable, en pleno siglo XIX, llW/tó la atencion jeneral Mcia.l:r doctrina e:pil'itista, i la prensa de todos los partidos habló, i nadie qued6 mudo en la cue tion espiritismo, " El aparato de plegado contra esta doctrina, en las aludidas cirCltllstancias, picó la curiosidad, por lo atractivo del fruto p¡'ohibido, i sobre todo, por la importancia que se le dió; pues cada cual Be dijo: que no se procedia tan se¡'iamente, contra una jJuuilú1ad oí contra una ilusion o un ensueño, "Todos pensaron en la historia de los siglos pasado;:, en que no solo quemaban libros sino personas, "¿ Qué podrian, pues, contener esto lió¡'os, que merecieron la solel/mídad de ser que/liados." "Eto fué lo qll~ quisieron abcr lo:; españoles, e 'to t'nú lo que 'upwrou, i e'to fué lo que CÚI.~'irtió en E 'paila a roucha joute al fJspil'itis/llO. "E 'te e' un hecho po ..iti.o: pOl'fIna siempre que en nn lugar, el espiritismo Ita sido saludado con un anrltema, allí hemó,; ,-isto mtllle/darse Ilues(¡'os BU

crtto,'ee,

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" La España no podrá escaparse de esta leí, í por lo mismo, los espiritistas nos heJlws regocijado con los autos defe ele Barcelona i de Alicante, 1 todos los dias tenemos h prueba irrecusable de la marcha lJro[Jresiva del espiritismo, en las clases mas ilustradas de la nacion donde cuenta ya celosos i fervientes part~'dal'ios, "Uno de nuestros corresponsales de :España, al anunciarnos la muerte del citado obispo, nos invitó a evocarlo j i cuando estábamos disponiéndonos para ello, se pl'esentó espontáneamente, respondiendo con anticipacion a todas nuestras preguntas, ::íntes de que ellas fuesen pronunciadas con la palabra. verbal o escrita, "Esta comunicacion de un carácter inesperado, contiene eutre otros el pasaje siguiente : "Áusiliaclo pOi' vuestro presidente espiritual (San Luis), he vellido a enseriaros con mi eje?llplo i a cleci¡'os,' que no ?-echaceis ninguna de las ideas anunciadas, porque un dia, un dia qUe durará i pasará como un siglo, estas ideas amontonadas gritarán como la voz del álljel,' Cain, ¿ qué has hecho con tu he1"J1wno? El hombre que poluntariamente vive ciego i sordo de espírituzSfll'!..o otros lo son ele cuerpo, sufrirá, expiw'á i ?'enacerá para comenzar la labor intelectual que su pereza i S1¿ orgullo le ha?Jan hecho evitar j i esta terrible voz me ha dicho: TÚ HAS Q,CE:llADO IDEAS 1 LAS lORAS TE Q,UE:llA.R,L-, 1,

Orad

pOI'

mí;, ol'ad, porque la oracion (;s

agradable a .Di08, 800re todo

LA QUE E"'; DITIIJ1DA POR EL PERSEGUIDO EX x-A\-OR DEL PERSEGl7IDOR.

(Fil'lllado,)-EL QUE FUÉ OBISPO, I QUE tO ES YA SINO UN PENITE:\TE. ;, E:'>te contra·le entre las palabras del obispo i la" de su e'~Ji¿1'itu, no dehen sorpreuder; pUco toclos los diaoS yemos casos iguales,

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"En su "ida mortal, el obispo de Barcelona veia el espiritismo al traves de un prisma particular que desnaturalizaba sus colores, porque no lo conocía. "Ahora él10 ve con la verdadera luz de ultratumba, i le sondea sus profuntliuades; i como el velo cayó de su vista, el espiritismo cesó para él de existir como opínion, i pasó a ser un hecho; i este hecho es la revelaríon ae una leí natural inc6gnita para muchos, leí irresi~tible como el poder de la gravitaríon, lei que Jebe por la fuerza de las cosas, ser aceptada por todos, como todo lo que es natural. " He aquí lo que el espíritu del obispo comprende ahora, i lo que le ha hecho decir, C]ue las ideas que él quiso quemar lo quemaNlll, o destruirán las preocupaciones que se las habia hecho condenar. "1:\ osotr06 no podemos, pues, aboNccc do, por el triple moti,'o de que el espiritismo perfecto, ordena no aborrecer a nadie, no guardarle ¡·elocor a nadie, i que tambien manda olL'idar las ofensas, 3 ejemplo del Cristo que perdonó a sus enemigos. "Tampoco lo odiamos porque léjos de perjudícar al e:
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