IN-FOCUS
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Paseo del Buen Pastor, corazón del Barrio de Nueva Córdoba Es así que la vida universitaria puede convertirse en una etapa de desarrollo y maduración como también poder desencadenar crisis existenciales más o menos problemáticas que puedan requerir o no de asistencia profesional. En mi experiencia personal profesional, son crecientes las demandas de jóvenes universitarios y particularmente oriundos del interior de Córdoba o de otras partes del país que requieren de acompañamiento para transitar los diferentes desafíos que se le presentan, así el psicólogo y el psicoterapeuta se convierte en un recurso externo más que aporta a esta etapa de de�niciones.
la riqueza o el “regalo” que traen los cambios y las crisis de esta etapa Desde un enfoque de salud, procuramos favorecer el darse cuenta de las potencialidades internas y aprender a desarrollarlas, el aumentar el autoconocimiento y la asunción de la responsabilidad de la propia vida y los propios actos, colaborar en el proceso de aclaración y de�nición de la propia identidad, opciones, valores y construcción de un proyecto saludable de vida, la conciencia de pertenecer a un grupo social y de relacionarse con otros/as, etc. Es decir, instrumentar a los jóvenes para que puedan dar respuesta a interrogantes claves como: ¿quien soy?, ¿qué quiero?, a dónde voy?… con qué cuento?, qué puedo?, a qué y cómo quiero apostar en mi vida?, con quienes y cómo elijo vincularme? cómo afrontar
las di�cultades y resolver problemas? etc. Si bien son muchas y variadas las demandas, detrás de todas ellas subyace, como elemento común, la hermosa posibilidad de dar lugar al planteo y replanteo de cuestionamientos vitales que van de�niendo la identidad de los jóvenes, algo así como la noble tarea de ayudar a dar luz y de posibilitar que los jóvenes se “apoyen sobre sus propios pìes” y afronten la enorme riqueza de los desafíos que la vida presenta, asumiendo la libertad de toda persona y la responsabilidad de las elecciones, encontrando así sentido al transitar el camino de la vida. Esa es la riqueza o el “regalo” que traen los cambios y las crisis de esta etapa, si los jóvenes pueden reconocer lo que les pasa y animarse a ponerle nombre.. Si aceptan el cuestionamiento que conlleva y se deciden a afrontar y transitar la crisis, ella puede convertirse en una posibilidad más de crecimiento y aprendizaje.
María Hebe Quintana Lic. en Psicología M-P Nº 2824 E- Mail:
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