Omc
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- Pages: 4
El enfoque multilateral: Impulsar el Programa de Doha para el Desarrollo
Encauzar la globalización
O B J E T I V O S P R I N C I PA L E S
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Conseguir que los beneficios alcancen a todos Reforzar las normas e instituciones multilaterales para que apoyen el desarrollo Integrar a los países en desarrollo en la economía mundial de manera equitativa
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Conseguir que los beneficios alcancen a todos
La globalización ha cambiado la naturaleza y el contenido de la política comercial, y la ha acercado a nuestra vida cotidiana. Incide directamente en nuestra forma de vida y políticas sociales en ámbitos tales como la protección del medio ambiente, la salud pública, la seguridad de los consumidores y el desarrollo sostenible. La globalización ha cambiado la naturaleza y el contenido de la política comercial, y la ha acercado a nuestra vida cotidiana. Incide directamente en nuestra forma de vida y políticas sociales en ámbitos tales como la protección del medio ambiente, la salud pública, la seguridad de los consumidores y el desarrollo sostenible. A los ciudadanos les preocupa que la globalización sea una fuente de mayor inseguridad (temor por los puestos de trabajo, por ejemplo) y la relación entre la búsqueda del beneficio y las prioridades sociales, pero, en realidad, la globalización puede ofrecer auténticas oportunidades de crecimiento y niveles de vida más elevados en todo el mundo. La globalización también puede ser un vehículo para lograr una mayor prosperidad; el aumento de la productividad derivado del acceso a la inversión extranjera, una mayor especialización internacional y el incremento de la competencia contribuyen a la consecución de un mayor bienestar mundial. El proceso de globalización ha generado una reducción de costes, ha incrementado la productividad y ha ampliado las posibilidades de elección de los consumidores. El crecimiento económico resultante ha mejorado el nivel de vida en todo el mundo. La clave para que todo el mundo se beneficie de este proceso es la adopción de normas multilaterales que creen condiciones iguales para los comerciantes, hagan las transacciones comerciales más transparentes y preserven los valores sociales. Y por encima de ello, corresponde a cada país conseguir que ese crecimiento económico se traduzca en una mayor igualdad social.
La globalización es el resultado de un aumento en el flujo mundial de bienes, servicios, capitales, tecnologías y personas en un contexto de desregulación. Es un proceso que está en marcha desde hace muchos años, pero se ha visto acelerado por la expansión de Internet y otras tecnologías. La globalización puede generar más bienestar para todo el mundo, siempre que se encauce mediante normas internacionales. La UE quiere que la globalización no se vea sólo como una forma de generar riqueza, sino que también sea un medio justo y equitativo. Esa es la razón por la que la UE desarrolla una política comercial con el objetivo de que el comercio beneficie a todo el mundo.
Tener en cuenta las prioridades sociales La UE ha lanzado un debate dentro de la OMC sobre asuntos que preocupan al público en general. He aquí algunos ejemplos: 1 | Se debe mantener unos niveles de calidad y seguridad. Las normas de la OMC ya permiten a los países introducir medidas comerciales para proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos, siempre que dichas medidas estén justificadas científicamente. Cuando no existan pruebas científicas, debería permitirse a los países la posibilidad de adoptar medidas de prevención provisionales a la espera de que se disponga de tales pruebas. 2 | En las negociaciones la UE está también decidida a mantener su derecho a preservar la diversidad cultural. Los servicios audiovisuales son esenciales para preservar la cultura y por tanto, no pueden ser considerados como cualquier otro comercio de servicios. No se debe permitir que las negociaciones comerciales uniformicen los productos culturales; todo lo contrario, deben servir para garantizar que el comercio se organiza de forma que se respete la diversidad cultural. 3 | Comercio y desarrollo social: la OMC debe participar en un diálogo más amplio para fomentar una mejor comprensión de las relaciones entre comercio y desarrollo social. Dicho diálogo no debe limitarse a la promoción de normas fundamentales del trabajo. Por ejemplo, es necesario comprender mejor la relación entre la liberalización comercial, la creación de puestos de trabajo y la lucha contra la pobreza. Dado que ninguna organización internacional ha conducido por sí sola este debate, es necesario promover el diálogo sobre estas políticas entre la OMC, la OIT, la UNCTAD, el PNUD, etc, para llegar a una visión común de las cuestiones laborales.
P R E G U N TA M Á S F R E C U E N T E
¿
No aumentará el Programa de Doha para el Desarrollo los efectos negativos de la globalización?
No; la OMC, una organización cuya fuerza radica en sus miembros, prácticamente todos los países del mundo (ciento cuarenta y ocho miembros), es el único foro en el que éstos pueden trabajar de forma efectiva y conjunta para «encauzar» la globalización. Todos los países deberían impulsar la apertura de fronteras y abordar el problema del proteccionismo, sin lanzarse por ello a una globalización incontrolada y desbocada. El objetivo del Programa de Doha para el Desarrollo es conseguir la integración armoniosa de todos los países en vías de desarrollo en el sistema comercial mundial y el control de los flujos comerciales mundiales, gracias a una apertura equilibrada de los mercados de bienes y servicios y la instauración de normas comerciales equitativas. El comercio debe de ser un vector de desarrollo, de ahí el nombre de Programa de Doha para el Desarrollo.
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Reforzar las normas e instituciones multilaterales para que apoyen el desarrollo
En la medida en que va cambiando la economía global, también debe cambiar el corpus de normas de la OMC. Con esta finalidad, la UE desarrolla una política comercial que contribuya a controlar y gestionar los procesos de globalización y garantice que el nuevo mercado mundial funcione mejor y para más personas. La UE entiende que una simple liberalización comercial sin normas eficaces que vinculen igualmente a los miembros grandes y pequeños, no será efectiva. En definitiva, para que una economía global sea equitativa y sostenible, es necesaria la existencia de normas comerciales globales e instituciones multilaterales más fuertes. La OMC no es el único foro que promueve la gobernanza global: la Organización Mundial del Comercio es el foro legítimo para promover una progresiva liberalización comercial para estimular el crecimiento, pero no es, ni debe ser, el único foro para intentar lograr una mejor gobernanza global. En un mundo en el que tanto los países como las políticas son cada vez más interdependientes, debe mantenerse y reforzarse el conocimiento adquirido durante años por cada organismo internacional (por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud en el ámbito sanitario); además, debe velarse a nivel internacional por la coherencia entre las distintas políticas. Al mismo tiempo, la acción de la OMC deberá abarcar nuevos ámbitos capaces de promover la buena gobernanza de la economía a nivel nacional. El corpus normativo de la OMC debe actualizarse y consolidarse para gestionar mejor la relación existente entre el comercio y las demás políticas, como el medio ambiente y el desarrollo, con el fin de garantizar unas condiciones de competencia equitativas, de tal forma que la globalización sea una fuerza positiva, tanto para las economías desarrolladas como para las economías en desarrollo. Por esta razón, la Unión Europea considera que la actual Ronda de negociaciones comerciales de Doha debe de servir para estimular el crecimiento económico y mejorar el acceso a los mercados mundiales de todos los miembros de la OMC de manera equitativa, trabajando al mismo tiempo en favor de una mejora de la gobernanza mundial. La UE está dispuesta a compartir su experiencia en la integración de mercados, normas comunes y mecanismos de solidaridad, con otros países o grupos de países que deseen desarrollar sus propias mecanismos de apertura e integración de los intercambios comerciales y de inversiones. |
Integrar a los países en desarrollo en la economía mundial de manera equitativa
El propio título, Programa de Doha para el Desarrollo, ya refleja la determinación de los miembros de la OMC de situar el problema del desarrollo en el centro de esta ronda de negociaciones. Los objetivos perseguidos por la OMC relativos a la apertura progresiva de los mercados y el incremento de la estabilidad y la confianza mediante un marco de normas multilaterales ofrezcen a los países en desarrollo la posibilidad de incorporarse a la economía mundial sobre la base de normas transparentes y no discriminatorias, con las salvaguardias necesarias que tengan en cuenta su grado de desarrollo económico. En el Acuerdo marco de julio de 2004 sobre el Programa de Doha para el Desarrollo se reafirmó y reforzó este aspecto. Si se acompaña de una verdadera apertura de las economías desarrolladas y las grandes economías emergentes, el desarrollo del comercio puede constituir una oportunidad para integrar a los países más pobres en la economía mundial, siempre y cuando se asocie a una política que favorezca su integración en el sistema comercial multilateral. La historia pone de manifiesto que la expansión del comercio ha contribuido al despegue de diversas economías (Corea del Sur, Malasia o Taiwán) y a que otras se recuperen de su retraso (China, Brasil o Europa Central y Oriental). La Unión Europea está decidida a apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo para integrarse en el sistema comercial y recoger los frutos de la globalización. La mejora del acceso al mercado de bienes, productos agrícolas y servicios incrementará las posibilidades de exportación de los países en desarrollo, lo cual estimulará el crecimiento económico. Las negociaciones sobre la elaboración de normas, en particular en el ámbito de las inversiones, la competencia y la facilitación del comercio, favorecen intrínsecamente el desarrollo, dado que contribuyen a instaurar una normativa clara y equitativa para las empresas, aumenta la capacidad de los países en desarrollo para atraer inversiones extranjeras directas, reducir los costes de sus operadores, aumentar los ingresos públicos y mejorar la gobernanza, al tiempo que preserva el derecho de los miembros de la OMC a desarrollar sus propias reglas. La Declaración de Doha sobre el Acuerdo relativo a los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y la salud pública constituye una muestra de las posibilidades que ofrece el marco de la OMC para incorporar los aspectos relacionados con el desarrollo.
Para mayor información sobre este tema: http://europa.eu.int/comm/trade/issues/global/index_en.htm Para el sitio web de la DG Comercio Exterior: http://europa.eu.int/comm/trade
MARZO
DE
2005
Para recibir regularmente las noticias de la DG Comercio Exterior, suscríbase en la siguiente dirección: http://trade-info.cec.eu.int/eutn/RegistIndex.php
Encauzar la globalización
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Conseguir que los beneficios alcancen a todos Reforzar las normas e instituciones multilaterales para que apoyen el desarrollo Integrar a los países en desarrollo en la economía mundial de manera equitativa
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Conseguir que los beneficios alcancen a todos
La globalización ha cambiado la naturaleza y el contenido de la política comercial, y la ha acercado a nuestra vida cotidiana. Incide directamente en nuestra forma de vida y políticas sociales en ámbitos tales como la protección del medio ambiente, la salud pública, la seguridad de los consumidores y el desarrollo sostenible. La globalización ha cambiado la naturaleza y el contenido de la política comercial, y la ha acercado a nuestra vida cotidiana. Incide directamente en nuestra forma de vida y políticas sociales en ámbitos tales como la protección del medio ambiente, la salud pública, la seguridad de los consumidores y el desarrollo sostenible. A los ciudadanos les preocupa que la globalización sea una fuente de mayor inseguridad (temor por los puestos de trabajo, por ejemplo) y la relación entre la búsqueda del beneficio y las prioridades sociales, pero, en realidad, la globalización puede ofrecer auténticas oportunidades de crecimiento y niveles de vida más elevados en todo el mundo. La globalización también puede ser un vehículo para lograr una mayor prosperidad; el aumento de la productividad derivado del acceso a la inversión extranjera, una mayor especialización internacional y el incremento de la competencia contribuyen a la consecución de un mayor bienestar mundial. El proceso de globalización ha generado una reducción de costes, ha incrementado la productividad y ha ampliado las posibilidades de elección de los consumidores. El crecimiento económico resultante ha mejorado el nivel de vida en todo el mundo. La clave para que todo el mundo se beneficie de este proceso es la adopción de normas multilaterales que creen condiciones iguales para los comerciantes, hagan las transacciones comerciales más transparentes y preserven los valores sociales. Y por encima de ello, corresponde a cada país conseguir que ese crecimiento económico se traduzca en una mayor igualdad social.
La globalización es el resultado de un aumento en el flujo mundial de bienes, servicios, capitales, tecnologías y personas en un contexto de desregulación. Es un proceso que está en marcha desde hace muchos años, pero se ha visto acelerado por la expansión de Internet y otras tecnologías. La globalización puede generar más bienestar para todo el mundo, siempre que se encauce mediante normas internacionales. La UE quiere que la globalización no se vea sólo como una forma de generar riqueza, sino que también sea un medio justo y equitativo. Esa es la razón por la que la UE desarrolla una política comercial con el objetivo de que el comercio beneficie a todo el mundo.
Tener en cuenta las prioridades sociales La UE ha lanzado un debate dentro de la OMC sobre asuntos que preocupan al público en general. He aquí algunos ejemplos: 1 | Se debe mantener unos niveles de calidad y seguridad. Las normas de la OMC ya permiten a los países introducir medidas comerciales para proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos, siempre que dichas medidas estén justificadas científicamente. Cuando no existan pruebas científicas, debería permitirse a los países la posibilidad de adoptar medidas de prevención provisionales a la espera de que se disponga de tales pruebas. 2 | En las negociaciones la UE está también decidida a mantener su derecho a preservar la diversidad cultural. Los servicios audiovisuales son esenciales para preservar la cultura y por tanto, no pueden ser considerados como cualquier otro comercio de servicios. No se debe permitir que las negociaciones comerciales uniformicen los productos culturales; todo lo contrario, deben servir para garantizar que el comercio se organiza de forma que se respete la diversidad cultural. 3 | Comercio y desarrollo social: la OMC debe participar en un diálogo más amplio para fomentar una mejor comprensión de las relaciones entre comercio y desarrollo social. Dicho diálogo no debe limitarse a la promoción de normas fundamentales del trabajo. Por ejemplo, es necesario comprender mejor la relación entre la liberalización comercial, la creación de puestos de trabajo y la lucha contra la pobreza. Dado que ninguna organización internacional ha conducido por sí sola este debate, es necesario promover el diálogo sobre estas políticas entre la OMC, la OIT, la UNCTAD, el PNUD, etc, para llegar a una visión común de las cuestiones laborales.
P R E G U N TA M Á S F R E C U E N T E
¿
No aumentará el Programa de Doha para el Desarrollo los efectos negativos de la globalización?
No; la OMC, una organización cuya fuerza radica en sus miembros, prácticamente todos los países del mundo (ciento cuarenta y ocho miembros), es el único foro en el que éstos pueden trabajar de forma efectiva y conjunta para «encauzar» la globalización. Todos los países deberían impulsar la apertura de fronteras y abordar el problema del proteccionismo, sin lanzarse por ello a una globalización incontrolada y desbocada. El objetivo del Programa de Doha para el Desarrollo es conseguir la integración armoniosa de todos los países en vías de desarrollo en el sistema comercial mundial y el control de los flujos comerciales mundiales, gracias a una apertura equilibrada de los mercados de bienes y servicios y la instauración de normas comerciales equitativas. El comercio debe de ser un vector de desarrollo, de ahí el nombre de Programa de Doha para el Desarrollo.
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Reforzar las normas e instituciones multilaterales para que apoyen el desarrollo
En la medida en que va cambiando la economía global, también debe cambiar el corpus de normas de la OMC. Con esta finalidad, la UE desarrolla una política comercial que contribuya a controlar y gestionar los procesos de globalización y garantice que el nuevo mercado mundial funcione mejor y para más personas. La UE entiende que una simple liberalización comercial sin normas eficaces que vinculen igualmente a los miembros grandes y pequeños, no será efectiva. En definitiva, para que una economía global sea equitativa y sostenible, es necesaria la existencia de normas comerciales globales e instituciones multilaterales más fuertes. La OMC no es el único foro que promueve la gobernanza global: la Organización Mundial del Comercio es el foro legítimo para promover una progresiva liberalización comercial para estimular el crecimiento, pero no es, ni debe ser, el único foro para intentar lograr una mejor gobernanza global. En un mundo en el que tanto los países como las políticas son cada vez más interdependientes, debe mantenerse y reforzarse el conocimiento adquirido durante años por cada organismo internacional (por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud en el ámbito sanitario); además, debe velarse a nivel internacional por la coherencia entre las distintas políticas. Al mismo tiempo, la acción de la OMC deberá abarcar nuevos ámbitos capaces de promover la buena gobernanza de la economía a nivel nacional. El corpus normativo de la OMC debe actualizarse y consolidarse para gestionar mejor la relación existente entre el comercio y las demás políticas, como el medio ambiente y el desarrollo, con el fin de garantizar unas condiciones de competencia equitativas, de tal forma que la globalización sea una fuerza positiva, tanto para las economías desarrolladas como para las economías en desarrollo. Por esta razón, la Unión Europea considera que la actual Ronda de negociaciones comerciales de Doha debe de servir para estimular el crecimiento económico y mejorar el acceso a los mercados mundiales de todos los miembros de la OMC de manera equitativa, trabajando al mismo tiempo en favor de una mejora de la gobernanza mundial. La UE está dispuesta a compartir su experiencia en la integración de mercados, normas comunes y mecanismos de solidaridad, con otros países o grupos de países que deseen desarrollar sus propias mecanismos de apertura e integración de los intercambios comerciales y de inversiones. |
Integrar a los países en desarrollo en la economía mundial de manera equitativa
El propio título, Programa de Doha para el Desarrollo, ya refleja la determinación de los miembros de la OMC de situar el problema del desarrollo en el centro de esta ronda de negociaciones. Los objetivos perseguidos por la OMC relativos a la apertura progresiva de los mercados y el incremento de la estabilidad y la confianza mediante un marco de normas multilaterales ofrezcen a los países en desarrollo la posibilidad de incorporarse a la economía mundial sobre la base de normas transparentes y no discriminatorias, con las salvaguardias necesarias que tengan en cuenta su grado de desarrollo económico. En el Acuerdo marco de julio de 2004 sobre el Programa de Doha para el Desarrollo se reafirmó y reforzó este aspecto. Si se acompaña de una verdadera apertura de las economías desarrolladas y las grandes economías emergentes, el desarrollo del comercio puede constituir una oportunidad para integrar a los países más pobres en la economía mundial, siempre y cuando se asocie a una política que favorezca su integración en el sistema comercial multilateral. La historia pone de manifiesto que la expansión del comercio ha contribuido al despegue de diversas economías (Corea del Sur, Malasia o Taiwán) y a que otras se recuperen de su retraso (China, Brasil o Europa Central y Oriental). La Unión Europea está decidida a apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo para integrarse en el sistema comercial y recoger los frutos de la globalización. La mejora del acceso al mercado de bienes, productos agrícolas y servicios incrementará las posibilidades de exportación de los países en desarrollo, lo cual estimulará el crecimiento económico. Las negociaciones sobre la elaboración de normas, en particular en el ámbito de las inversiones, la competencia y la facilitación del comercio, favorecen intrínsecamente el desarrollo, dado que contribuyen a instaurar una normativa clara y equitativa para las empresas, aumenta la capacidad de los países en desarrollo para atraer inversiones extranjeras directas, reducir los costes de sus operadores, aumentar los ingresos públicos y mejorar la gobernanza, al tiempo que preserva el derecho de los miembros de la OMC a desarrollar sus propias reglas. La Declaración de Doha sobre el Acuerdo relativo a los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y la salud pública constituye una muestra de las posibilidades que ofrece el marco de la OMC para incorporar los aspectos relacionados con el desarrollo.
Para mayor información sobre este tema: http://europa.eu.int/comm/trade/issues/global/index_en.htm Para el sitio web de la DG Comercio Exterior: http://europa.eu.int/comm/trade
MARZO
DE
2005
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