Desde comienzos de los años 50 la OIT proporciona cooperación técnica a países de todos los continentes y en todas las etapas de desarrollo económico. Durante la última década fueron destinados un promedio de 130 millones de dólares anuales a proyectos de cooperación técnica. Estos son realizados mediante una estrecha colaboración entre los países receptores, los donantes y la OIT, que tiene una red de oficinas regionales y de área alrededor del mundo. El objetivo general de la cooperación técnica de la OIT es la puesta en práctica del programa de Trabajo Decente al nivel nacional, apoyando a los mandantes tripartitas con el fin de que este concepto se haga realidad para todas las mujeres y hombres. La extensa red de oficinas en África, Asia, América Latina, Europa Central y Oriental y el Medio Oriente proporciona orientaciones técnicas sobre políticas y apoya el diseño y la aplicación de programas de desarrollo. IPEC El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT fue creado en 1992 y su objetivo general era la erradicación progresiva del trabajo infantil, cometido que habría de alcanzarse fortaleciendo la capacidad de los países para ocuparse del problema y promoviendo un movimiento mundial de lucha contra este mal. Ahora, IPEC es operativo en 88 países, con una inversión anual en cooperación técnica que superó la cifra de 61 millones de dólares en 2008. IPEC es el programa más amplio en el mundo en su género y el más grande programa operativo individual de la OIT. A lo largo de los años el número de copartícipes de IPEC ha aumentado, e incluye ahora a organizaciones de empleadores y trabajadores, otras agencias gubernamentales e internacionales, entidades privadas, organizaciones de base comunitaria, ONG, los medios, parlamentarios, la magistratura, universidades, grupos religiosos y, por supuesto, los niños y sus familias. El trabajo infantil perpetúa el círculo vicioso de la pobreza e impide que los niños adquieran las calificaciones y la educación necesarias para asegurarse un futuro mejor. Asimismo, las consecuencias de ese nocivo fenómeno van mucho más allá de la niñez: recaen también sobre la economía de un país pues éste pierde competitividad, productividad e ingresos potenciales. La labor del IPEC constituye una faceta importante del Programa de Trabajo Decente de la OIT Rescatar a los niños de las garras del trabajo infantil, impartirles una educación y ayudar a sus familias mediante la formación y las oportunidades de empleo contrarresta el déficit de trabajo decente. Establecer grupos destinatarios prioritarios Si bien el objetivo del IPEC sigue siendo la prevención y erradicación de todas las formas de trabajo infantil, la meta prioritaria para actuar de forma inmediata son las peores formas de trabajo infantil, definidas en el Convenio núm. 182 del siguiente modo: todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños. El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Así pues, se alude al trabajo que: es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; e interfiere con su escolarización puesto que: les priva de la posibilidad de asistir a clases; les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo. En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades (con frecuencia a una edad muy temprana). Cuándo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno y otro sector.
Los convenios y las recomendaciones de la OIT abarcan un amplio abanico de temas relativos a trabajo, empleo, seguridad social, política social y derechos humanos conexos. Los órganos de control de la OIT- la Comisión de Expertos sobre Aplicación de Convenios y Recomendaciones y la Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia- supervisan sistemáticamente la aplicación de las NIT. También es posible iniciar procedimientos de reclamación y queja contra Estados Miembros que no cumplen con los Convenios que han ratificado. En el marco de un procedimiento especial, el Comité de Libertad Sindical examina las quejas relativas a las violaciones a la libertad sindical, hayan los Estados Miembros ratificado o no los convenios pertinentes. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es un organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales. Fue fundada el 11 de abril de 1919, en el marco de las negociaciones del Tratado de Versalles. Su Constitución, sancionada en 1919, se complementa con la Declaración de Filadelfia de 1944. La OIT tiene un gobierno tripartito, integrado por los representantes de los gobiernos, de los sindicatos y de los empleadores. Su órgano supremo es la Conferencia Internacional, que se reúne anualmente en junio. Su órgano de administración es el Consejo de Administración que se reúne cuatrimestralmente. Cada cinco años El Consejo de Administración elige al Director General, encargado de dirigir la Oficina Internacional del Trabajo e implementar las acciones en el terreno. En 2003 fue reelegido para el cargo el chileno Juan Somavía. La sede central se encuentra en Ginebra, Suiza. En 1969 la OIT recibió el Premio Nobel de la Paz. Está integrado por 180 estados nacionales La Organización Internacional del Trabajo se organizó desde un principio con un gobierno tripartito, único en su género, integrado por representantes de los gobiernos, los trabajadores y los empleadores y eligió como primer Director General al francés Albert Thomas. Entre 1919 y 1921 la OIT sancionó dieciséis convenios internacionales del trabajo y dieciocho recomendaciones y en 1926 se introdujo un mecanismo de control, aún vigente, por el cual cada país debía presentar anualmente una memoria informando sobre el estado de aplicación de las normas internacionales. Con el fin de examinar esas memorias se creó también la Comisión de Expertos, integrada por juristas independientes, que cada año presenta su informe a la Conferencia. En 1934, bajo el gobierno de Franklin D. Roosevelt, los Estados Unidos solicitaron su ingreso en calidad de miembro de la OIT. Durante la Segunda Guerra Mundial la OIT se instaló temporalmente en Montreal. En 1944, cuando aún la guerra no había terminado, la Conferencia Internacional del Trabajo en Filadelfia aprobó la Declaración de Filadelfia que se integró como anexo a la Constitución, fijando los principios, fines y objetivos de la OIT. En 1948 se adoptó el Convenio sobre Libertad Sindical Nº 87. Entre 1948 y 1970, durante la dirección del estadounidense David Morse, debido al proceso de descolonización se duplicó el número de estados miembros de la OIT, quedando en minoría los países industrializados. La OIT amplió sus actividades quintuplicando el presupuesto y cuatriplicando el número de sus empleados. En 1960, se creó el Instituto Internacional de Estudios Laborales y en 1965, el Centro Internacional de Perfeccionamiento Profesional y Técnico, con sede en Turín. En 1969, al cumplirse cincuenta años de su creación, le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz. En 1977 Estados Unidos se retiró de la OIT causando una crisis presupuestaria debido a la disminución automática del presupuesto en un 25% que ello significó, pero que logró ser controlada hasta su reingreso en 1980. En los años 80 la OIT desempeñó un papel decisivo en el desarrollo del Sindicato Solidaridad dirigido por Lech Wałęsa, aplicando el Convenio sobre la Libertad Sindical (1948). Finalizada la Guerra Fría y frente al proceso de globalización y deterioro de los derechos laborales en todo el mundo, la OIT ha señalado la necesidad de dar prioridad al cumplimiento de las Normas y Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo garantizados por los ocho convenios fundamentales (libertad sindical, negociación colectiva, abolición trabajo forzoso, abolición del trabajo infantil, eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación), destacando los conceptos de empleo decente y democratización de la globalización. La Conferencia Internacional del Trabajo es el órgano superior de la OIT. Se reúne anualmente, en junio, en Ginebra. sobre lo que ordena la Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo, que debe preparar la Oficina, debiendo dar cuenta, cada año en forma rotativa, el estado en que se encuentran cada uno de estos puntos: libertad sindical y de asociación y reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil, la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación. Comisión de Expertos
La Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones (CEACR) es un organismo permanente asesor de la Conferencia Internacional, integrado por juristas especialistas en Derecho Internacional del Trabajo. Consejo de Administración [editar] El Consejo de Administración está integrado por 56 personas. De los 28 integrantes que corresponden a los gobiernos, 10 son designados directamente por los diez países de mayor importancia industrial (Alemania, Brasil, China, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) y el resto por los delegados gubernamentales en la Conferencia. Los otros 28 miembros corresponden en partes iguales a los trabajadores y empleadores y son elegidos por los bloques correspondientes en la Conferencia. Los miembros se renuevan cada tres años. Comité de Libertad Sindical El Comité de Libertad Sindical (CLS) es un importante organismo que depende del Consejo de Administración, integrado por nueve de sus miembros, pertenecientes por partes iguales a los tres bloques. Su función es intervenir en las quejas relacionadas con la libertad sindical, derivadas de las potenciales violaciones a los Convenios Internacionales Nº 87 y 98 y aquellos que resultan complementarios. La importancia del CLS radica en Oficina Internacional del Trabajo y Director General [editar] La Oficina Internacional del Trabajo está dirigida por el Director General, elegido por la Conferencia Internacional en mandatos de cinco años, quien a su vez contrata el personal de acuerdo a estrictas normas de concursos Oficinas regionales [editar] La Oficina Internacional del Trabajo posee una estructura regional descentralizada en cinco regiones: África América Latina y el Caribe Estados Árabes Asia y el Pacífico Europa y Asia Central A su vez, cada región tiene oficinas subregionales y de área. Estados Unidos y Canadá no están incluidos en ninguna región especial. Dirección Ejecutiva de Diálogo Social [editar] La Oficina Internacional del Trabajo está integrada por un gabinete de cinco direcciones ejecutivas. Una de ellas es la de Diálogo Social, la que a su vez está dividida en dos importantes estructuras: las oficinas de Apoyo a las Actividades de los Trabajadores (ACTRAV) y de los Empleadores (ACTEMP). ACTRAV [editar] ACTRAV es la Oficina de Apoyo a las Actividades de los Trabajadores. Actúa en relación directa con el bloque de trabajadores de la Conferencia Internacional, las dos centrales internacionales (CSI y FSM), los sindicatos mundiales (federaciones sindicales internacionales) y las centrales sindicales nacionales. ACTEMP [editar] ACTEMP es la Oficina de Apoyo a las Actividades de los Empleadores. Actúa en relación directa con el bloque de empleadores de la Conferencia Internacional, la central internacional (OIE), Existen ocho convenios internacionales considerados fundamentales: Convenio N° 29 sobre el trabajo forzoso, 1930 Convenio N° 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 Convenio N° 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 Convenio N° 100 sobre igualdad de remuneración, 1951 Convenio N° 105 sobre la abolición del trabajo forzoso, 1957 Convenio N° 111 sobre la discriminación (empleo y ocupación), 1958 Convenio N° 138 sobre la edad mínima, 1973 Convenio N° 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 Además, en 1989 se aprobó el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales que hasta la Declaración de Derechos de Pueblos Indígenas de Naciones Unidas fue el único instrumento internacional que reconocía derechos colectivos a los indígenas. La Declaración dispuso brindar especial atención a la efectiva aplicación de los derechos fundamentales de los trabajadores, a saber: la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil; y la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.
Jefes de Estado y de Gobierno, Vicepresidentes, ministros del Trabajo y dirigentes de organizaciones de empleadores y trabajadores se reúnieron en Ginebra entre el 15 y el 17 de junio en una Cumbre sobre la Crisis Mundial del Empleo organizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La cumbre de la OIT fue una oportunidad sin precedentes para discutir sobre las políticas que están siendo implementadas al nivel nacional e internacional para enfrentar la crisis mundial del empleo. La Cumbre de la OIT, que duró tres días, fue parte de la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, incluyó cuatro discusiones de alto nivel sobre los siguientes temas: coordinación regional y mundial, cooperación para el desarrollo, gestión de programas nacionales de empleo y derechos en el trabajo, diálogo social y supervivencia de las empresas. 19 de junio de 2009 GINEBRA (Noticias de la OIT) – La Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó hoy un Pacto Mundial para el Empleo con el objetivo de orientar políticas nacionales e internacionales destinadas a estimular la recuperación económica, a generar empleos, y a proteger a los trabajadores y sus familias, en un escenario de crisis que genera aumento del desempleo, pobreza y desigualdad, y provoca el colapso de numerosas empresas. “Se requieren acciones urgentes para impulsar la recuperación económica y la generación de empleo, mientras sentamos las bases para una economía global que sea más ecológica, equilibrada, justa y sostenible”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. “Este Pacto ofrece una vía para lograrlo, es resultado del aporte de todos los miembros de la OIT y está basado en políticas que ya han sido probadas”. El Pacto Mundial para el Empleo fue adoptado después que obtuvo un fuerte respaldo en la Cumbre sobre la Crisis Mundial del Empleo que se realizó en el marco de esta Conferencia con la presencia de Jefes de Estado y de Gobierno, vicepresidentes, ministros del Trabajo, y representantes de empleadores y trabajadores. Durante la Cumbre también recibió un fuerte apoyo la propuesta para que la OIT tenga una mayor participación en el G20 tras el encuentro de este grupo en abril, cuando al referirse al empleo y la protección social se hizo un llamado a la OIT para “trabajar con otras organizaciones que sean relevantes, en la evaluación de las acciones ya adoptadas y de aquellas que será necesario adoptar en el futuro”. “Son ustedes, los actores de la economía real, quienes nos sacarán de esta crisis”, dijo Somavia ante la plenaria de la Conferencia Internacional del Trabajo que convocó a unos 4.000 delegados de los 183 Estados Miembros de la OIT. “Ustedes representan a los trabajadores y sus familias, a empleadores y empresas, a gobiernos. Líderes de diversos lugares del mundo nos han dicho que el cambio es necesario, y tiene que incluir mayores oportunidades, empleos, protección para los trabajadores, con el tipo de inversiones y crecimiento que permita generar una solución de largo plazo para esta crisis. Este es nuestro desafío actual, nuestro mandato para el futuro”. El Pacto Mundial para el Empleo constituye la respuesta más urgente y amplia que se ha adoptado en los 90 años de la OIT para enfrentar una crisis económica. El Pacto pide a gobiernos y a organizaciones de trabajadores y empleadores, que trabajen unidos para enfrentar la crisis mundial del empleo con políticas que estén alineadas con el Programa del Trabajo Decente de la OIT. Antes de la adopción del Pacto, la OIT había difundido informes en los que se advertía sobre un aumento sin precedentes del desempleo mundial y la persistencia de altos niveles de pobreza. Somavia hizo notar que aún si la recuperación económica comienza a notarse este o el próximo año, la crisis del empleo podría durar entre seis y ocho años. También ha planteado que debe tenerse en cuenta el ingreso de 45 millones de nuevos trabajadores en los mercados laborales cada año, la mayoría jóvenes, y por lo tanto la economía deberá crear al menos 300 millones de empleos en los próximos cinco años sólo para mantener los niveles que existían antes de la crisis. Durante la Conferencia también se realizaron intensos debates sobre el papel de las empresas, de las políticas laborales, de la protección social, de los derechos laborales, del diálogo social, de la cooperación para el desarrollo, y de la coordinación regional en la aplicación de medidas para enfrentar la crisis. El Pacto Mundial para el Empleo propone una serie de medidas para responder a la crisis, que los países pueden adaptar a sus necesidades y situaciones específicas. No se trata de una solución única para todos, sino de un portafolio de propuestas basadas en ejemplos exitosos, que también han sido diseñadas para informar y apoyar las acciones al nivel multilateral. Además pide tomar medidas para mantener a las personas en sus trabajos, para apoyar las empresas, y para impulsar la generación y recuperación de los empleos en combinación con sistemas de protección social, en particular para los más vulnerables, integrando en todos los casos la preocupación por la igualdad de género. El Pacto también solicita “la construcción de un marco regulador y de control del sector financiero más fuerte y más coherente al nivel mundial, de manera que dicho sector sirva a la economía real, promueva las empresas sostenibles y el trabajo decente y asegure una mejor protección de los ahorros y las pensiones de las personas”. Además plantea “la promoción de un comercio y unos mercados eficientes y bien regulados
que redunden en beneficio de todos” y evitar el proteccionismo. Por otra parte plantea la necesidad urgente de avanzar hacia una economía con menor consumo de carbono, más ecológica, que además acelere la recuperación de empleos. También propone considerar opciones de políticas como la inversión en infraestructura pública, los programas especiales de empleo, el aumento de la protección social y la aplicación del salario mínimo. Argumenta que en los países en desarrollo, en particular, medidas como estas pueden reducir la pobreza, aumentar la demanda y contribuir a la estabilidad económica. Se pide a los países donantes y a las agencias multilaterales que consideren aportar recursos, incluyendo los recursos que en la actualidad se usan para enfrentar la crisis, para la puesta en práctica de las recomendaciones y las sugerencias de políticas del Pacto. “Los empleadores apoyamos el Pacto Mundial para el Empleo como una contribución importante para generar políticas destinadas a impulsar la recuperación”, dijo Daniel Funes de Rioja, vicepresidente empleador de la Comisión Plenaria sobre Respuestas a la Crisis. “Los esfuerzos conjuntos de empleadores, sindicatos y gobiernos han conseguido identificar estrategias realistas y prácticas para enfrentar la crisis. Acordamos un Pacto Global para el Empleo, el trabajo duro comienza ahora. El desafío para la OIT, los sindicatos y los empleadores, y en especial para los gobiernos, es el de traducir este compromiso en medidas al nivel nacional que generen empleos reales, ingresos reales y que contribuyan a la recuperación de la economía. Los empleadores estamos listos para desempeñar nuestro papel”. “Estamos enviando un mensaje visionario, de cambio y realista, tanto a los gobiernos como a las mujeres y hombres en la calle”, dijo Leroy Trotman, vicepresidente trabajador de la Comisión Plenaria sobre Respuestas a la Crisis. “En este momento el Pacto es solo un pedazo de papel. Somos los gobiernos, trabajadores y empresarios quienes debemos convertirlo en una realidad. Esto implica el compromiso de los gobiernos con el dialogo social y con instituciones del mercado de trabajo fortalecidas. Pero también requiere que no haya interferencia de los empleadores, cuando los trabajadores buscan organizarse y representar sus intereses en forma colectiva. La recuperación requiere de un aumento de la demanda agregada impulsada por los salarios, de protección social y diálogo social, y de negociación colectiva. Si fracasamos, las sociedades saldrán perdiendo. Si tenemos éxito, estoy convencido que los historiadores del futuro escribirán como la OIT cumplió con su mandato”. Somavia dijo que la OIT comenzará de inmediato a brindar asistencia a sus mandantes para la aplicación de las medidas incluidas en el Pacto, así como a trabajar con otras agencias multilaterales. También destacó que este Pacto no se trata de cuánto más pueden gastar los gobiernos, sino de cómo lo gastan. “Necesitamos poner en práctica este compromiso”, dijo Somavia. “Todos tenemos una responsabilidad colectiva con el futuro. Juntos podemos responder a aspiraciones comunes. Tenemos el mandato de actuar ahora, y si trabajamos juntos con seguridad vamos a tener éxito”. http://www.ilo.org/global/lang--es/index.htm