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TALLER DE COMUNICACIÓN COMUNITARIA - Ficha de Cátedra (2004) Observables para construir un Diagnóstico Comunicacional
El comunicador / comunicólogo comunitario como interventor social El comunicador / comunicólogo comunitario interviene en las organizaciones sociales (institución, asociación, movimiento social, grupo o comunidad); y lo hace con una mirada que investiga y acciona en sus procesos de interacción social, en las mediaciones de su comunicación, y en la construcción de sentido y valor de contexto de su vida social. Comienza su intervención produciendo “comunicólogo comunitario” que pone en procesar, interpretar y diagnosticar los definiendo un proyecto colectivo desde un problemas.
un proceso de conocimiento, en un rol más de acción sus recursos intelectuales a fin de conocer, problemas “en” y “con” una organización social, abordaje comunicacional para la resolución de esos
El proceso de conocimiento como experiencia comunicacional Este proceso de conocimiento constituirá en sí mismo una primera experiencia de comunicación con la organización, pues la manera de producirlo será participativa. Es decir, en este proceso se pondrá en movimiento una metodología participativa de intercambios entre los comunicólogos y la organización que darán forma a un diagnóstico participativo, que a su vez dará lugar a un proyecto. El proyecto resultará entonces más acertado para resolver comunicacionalmente los problemas que la misma organización reconoció y en los cuales se interesó. Luego, en un rol más de “comunicador comunitario”, se continuará el proceso de intervención con la puesta en acción de los conocimientos prácticos y técnicos que permitirán la concreción del proyecto con la organización.
El diagnóstico comunicacional como parte del diagnóstico social El diagnóstico comunicacional implica entender el modo cómo se está produciendo la comunicación en un ámbito específico (en una organización social). Entender los signos como síntomas que se expresan, dándoles nosotros lugar a esas expresiones a través de una investigación que focalice en determinados hechos o fenómenos. Este diagnóstico comunicacional forma parte del diagnóstico social, porque los “observables” que desarrollemos desde nuestra mirada comunicacional y para construir un diagnóstico comunicacional formarán parte de las posibilidades de observables de lo extenso y complejo que significa un diagnóstico social. Una concepción que nos permite el trabajo en conjunto con otras disciplinas que también intervienen en lo social o psicosocial, en función de la construcción de un “diagnóstico social” y la definición de un proyecto que haga hincapié en lo comunicacional.
Los observables como camino de la investigación El desarrollo de los “observables” dependerá del tipo y características de cada organización social, y también de la subjetividad del equipo investigador (de trabajo de campo) con sus intereses, preocupaciones y saberes. En otras palabras, reconocemos al diagnóstico como una construcción donde la profundidad y organización de los observables van a marcar un camino de
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la investigación. Para desarrollar los observables, el equipo investigador deberá utilizar diversas “técnicas” dando mayor o menor participación a la organización, siempre desde un proceso intencionado. A continuación, la Cátedra ofrece recomendaciones y posibilidades sobre qué observar para construir un diagnóstico comunicacional.
Comenzar por lo más formal, instituido, descriptible, manifiesto Al llegar a la organización, y en las primeras conversaciones que entablemos, es conveniente un comienzo de la investigación sobre observables que den cuenta de cuestiones más formales, más reconocidas, de fácil descripción, y que refieran a situaciones manifiestas. De esta manera conocer sus datos formales, su tipología, su estatuto, su misión y objetivos, su organigrama y cronograma, su historia y recorrido institucional, sus datos científicos, su característica y distribución espacial, su territorio, su población inmediata, sus recursos, sus demandas manifiestas. Y más referidos a los procesos y prácticas comunicacionales: la descripción de sus propios medios de comunicación; sus canales y circuitos formales de comunicación interna; su tipo de comunicación con la comunidad, con otras organizaciones, con el Estado y con el sector privado; su concepción acerca de qué es la comunicación; las expectativas que tienen sobre ustedes (sobre el grupo de comunicadores).
Continuar con lo más informal, instituyente, interpretativo, latente Una vez que tomamos mutua confianza, y que avanzamos en la investigación pudiendo observar su vida cotidiana, continuamos desarrollando lo más informal que ocurre en la organización, lo que no está tan legitimado, lo que no aparece a simple vista. Para posibilitar la aparición de situaciones problemáticas y demandas latentes, y para poder establecer relaciones y distancias entre lo que se dice (discurso) y lo que se hace (práctica), en donde sea posible (en donde se abra un espacio para) la intervención de un comunicólogo / comunicador comunitario. En este sentido investigar las relaciones reales entre sus miembros, los agrupamientos informales, sus actividades y el cumplimiento de sus objetivos, sus tipos de liderazgo, el grado de participación de sus miembros y destinatarios, el clima institucional, sus recursos potenciales, sus demandas latentes. Y más referidos a los procesos y prácticas comunicacionales: opiniones de la organización sobre sus medios de comunicación; los canales y circuitos espontáneos de comunicación interna; los mitos y creencias que circulan; la construcción de sí misma a través de los mensajes que produce; valoraciones acerca de la comunicación; el trabajo en red / cooperativo; límites y posibilidades de lo comunicacional. Datos formales de la organización Son los datos que le dan la primera caracterización a la organización como su nombre completo; su dirección (de una o varias sedes), su teléfono, fax, e-mails, página web. Si se trata de una organización formal (con reconocimiento jurídico) o informal; su número de personería jurídica; su tipo (fundación, cooperativa, asociación civil, hospital, etc); y si es con o sin fin de lucro. Por otra parte es necesario marcar su forma de intervención y de actuación; así cómo quiénes son sus destinatarios. También es importante marcar la pertenencia a otro ámbito superior (si es parte de otra organización mayor, por ejemplo en el caso de una organización
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social-gubernamental); y su carácter público, privado, mixto o como ONG.
Objetivos y misión institucional Entendemos como misión al sentido de la organización, al objetivo mayor o general, a esa idea que dio fuerza para su creación y que aparece acompañando en forma de pequeño texto o slogan los mensajes institucionales. Los objetivos son las intenciones explícitas de la organización, que intenta cumplir con sus actividades. Si se trata de una organización formal, es casi seguro que todo esto se encuentre por escrito, por ejemplo en el estatuto vigente. Este estatuto tendría que ser público, pudiendo solicitar una copia del mismo, y en él se puede encontrar el funcionamiento general así como los momentos de reuniones y toma de decisiones. Además de conocer lo escrito sobre los objetivos y la misión institucional (en el caso que existieran), es interesante relevar el conocimiento que tienen sus miembros y la población sobre estos. Pues puede suceder que haya desconocimiento o incluso diferentes comprensiones en sus significados. En el caso de no existir por escrito, el relevamiento sobre las creencias en este punto (de cuáles son los objetivos institucionales) resulta imprescindible. También es conveniente indagar acerca de su difusión (suponiendo que si hay más difusión habrá más preocupación por cumplirlos) y de su cumplimiento a través de sus actividades. Otro tema interesante es la “visión”, que implica la proyección de la organización en el tiempo y permite contemplar si se comparten o no los puntos de vista, los valores institucionales, y los objetivos; ya sea entre pares, ya sea entre las bases y su dirigencia en una organización; ya sea entre diferentes áreas o niveles jerárquicos.
Organigrama y cronograma El organigrama formal muestra la conformación de áreas y responsables dentro de la organización (jerarquías y dependencias internas). Muchas veces no hace falta buscarlo pues aparece en un cartel a la entrada de la organización; otras veces está más “escondido”; otras no se encuentra a la vista; y otras tantas, por lo informal de la organización, directamente no existe. De todas maneras, siempre la organización funciona distribuyendo roles y funciones, así que será cuestión de preguntar. También desde las preguntas, y más aún desde las observaciones y escucha atenta, se verá que este organigrama “formal” pocas veces coincide con el organigrama “real”. El organigrama real es el que reconstruimos nosotros en las organizaciones, que marca cómo funciona una organización: más fragmentada o integrada, más vertical u horizontal, más o menos relacionada; etc. A su vez, el cronograma muestra los tiempos de la organización: para sus actividades, reuniones, encuentros, o simplemente su apertura y cierre; y nos brinda información sustanciosa tanto para comprender a la organización como para tener en cuenta si lo que buscamos es participar de su vida cotidiana (que se desarrolla en distintos momentos). Este cronograma a veces está en carteleras o folletos, otras en la Secretaría, otras lo sabe el portero, un vecino, o sólo el presidente de la organización.
La historia institucional
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Toda organización que permanece en el tiempo tiene una historia. A nosotros nos importa tanto como conocer la historia instituida, institucional, el conocer quién la escribió y cómo se escribió. No será lo mismo un texto producido sólo por un directivo de la organización, que por su cuerpo profesional, que por sus “beneficiarios”, que por el plenario de sus miembros. En esa historia será importante conocer quién fue el grupo fundacional de la organización, sus ideas matrices, y el contexto histórico-social de su fundación. Muchas veces, una organización que nació en determinado contexto con unos objetivos, hoy puede estar necesitando un cambio en la formalidad de los mismos. De igual manera, los objetivos iniciales se pueden haber cumplido y hoy la organización necesite reconvertirse. Al conjunto de relatos de la organización los llamamos “novela institucional”: el mito fundacional de la organización, sus hitos, etapas, quiebres, conflictos; que marcan un proceso, una evolución en el tiempo.
La descripción de su espacio / Semiótica de las organizaciones Al describir el espacio físico que constituye la organización, entendemos a la misma como un “cuerpo” en donde se desarrolla la comunicación. En este sentido su análisis semiótico es relevante pues este espacio, esta infraestructura edilicia, permitirá u obstaculizará la comunicación en la organización. Cómo están distribuidas las diferentes habitaciones (funcionalidad), cómo es la señalética, sus carteleras, sus accesos y circulaciones, su estado general, sus luces y colores, su decoración, los graffitis de los baños, todo comunica y nos habla acerca de ese cuerpo. Que quizás obstaculice o permita trabajos en conjunto, encuentros, reuniones, las conversaciones, la atención al público, o simplemente la comunicación con ese mismo cuerpo para llegar al lugar deseado. Esta descripción tiene que ser pertinente, es decir, en función de lo que voy a analizar y me va a servir para interpretar su situación de comunicación. De poco servirá una descripción exhaustiva de sus espacios cuando no encuentre una vinculación con sus problemas comunicacionales.
Recursos Por un lado debemos describir los recursos que posee la organización (humanos, materiales, financieros, de infraestructura). Esto nos permitirá conocer con quiénes cuenta la organización, con qué materiales trabaja, cómo se financia y en qué lugares desarrolla sus actividades. Por otro lado nos interesará conocer sus recursos en función del proyecto que estamos construyendo; y entonces podremos investigar -por ejemplo- las potencialidades entre sus miembros para involucrarlos con nuestra propuesta de una manera activa, las posibilidades de conseguir recursos económicos o materiales, y el desarrollo del proyecto en diferentes ámbitos con los que cuenta la organización.
Territorio Es el contexto inmediato donde se ubica (físicamente) la organización, o bien el lugar donde se inscribe (desde sus prácticas). Este territorio debe describirse caracterizando su nivel de desarrollo comunitario (localización, morfología, infraestructura y equipamiento, servicios educativos, sanitarios y de transporte, principales problemáticas sociales y la forma de solucionarlas -por parte del Estado y de la propia comunidad organizada-, etc. Por territorio entendemos entonces al espacio local, barrio o zona cercana donde se inserte la organización. Su descripción se profundizará de acuerdo al vínculo actual y potencial que se
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tenga con dicho territorio. No será lo mismo la observación y el análisis de una escuela en una zona densamente poblada de la Capital (que en general funciona “puertas adentro” y se vincula poco con su territorio y otras organizaciones), que un comedor comunitario dentro del territorio de una villa (y muy vinculado con su contexto inmediato). En el caso de una organización que posea su edificio, local u oficina en un lugar diferente de donde realiza sus prácticas con/para la comunidad, deberá considerarse el “territorio” adonde se encuentre dicha comunidad (por ejemplo: una fundación con sede en el centro, que no recibe al público, y que a través de su cuerpo de profesionales brinda talleres en barrios carenciados del conurbano tendrá su territorio en esos barrios del conurbano).
La población y sus organizaciones También como parte del contexto, es necesario tomar conocimiento de la población (comunidad) que tiene relación con la organización investigada; porque es vecina y participa, o porque se constituye como destinataria o “beneficiaria” de las actividades de la organización. En esta descripción no es conveniente caer en reduccionismos, que pinten de una manera ambigua a esta población. Es preferible abarcar menos pero abordar mejor. Al mismo tiempo, es necesario relevar las organizaciones políticas, religiosas y sociales con presencia en el territorio, y en particular las vinculadas con nuestra organización.
Áreas, Responsables y Actividades La organización, ya dijimos, se conforma por áreas y responsables (personal rentado o voluntario, o sea, sus actores sociales) que llevan adelante determinadas acciones (y actividades). La comunicación coordina las acciones que se desarrollan en una organización a fin de lograr los objetivos que ésta se propone. Es necesario tener un conocimiento integral de su funcionamiento, que abarque mínimamente a todas las áreas, y que profundice en aquellas más pertinentes para la tarea diagnóstica. En este relevamiento se buscarán ejes y puntos comunes desde los cuales construir o reconstruir el trabajo cooperativo o conjunto entre las áreas de la organización. Asimismo, se buscará establecer si existe el cumplimiento de los objetivos planteados mediante la observación directa o indirecta de las actividades; es decir, mediante la observación de su vida cotidiana.
El clima institucional Los actores y su dinámica cotidiana, sus vínculos, sus estilos en el desempeño de roles y funciones construyen una atmósfera que se percibe como de “bienestar” o “malestar” dentro de la organización. Los grados de conformidad con la tarea, con su posición en la organización y sus tareas concretas se expresarán en las conversaciones con sus miembros. Este clima institucional facilitará u obstaculizará la intervención, por lo que es importante tenerlo presente cuando se piense en el involucramiento de los otros en el proyecto. Este clima institucional podrá trabajarse, movilizarse, transformarse con las nuevas prácticas comunicacionales desde las que intervenga el comunicador comunitario en su rol de constructor de “puentes”. En particular en lo concerniente a compartir información, espacios de diálogo e intercambio, y la recreación de los objetivos y de la propia identidad de la organización.
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Sus datos científicos La organización de seguro posee datos que considera científicos, y que ha ido obteniendo a lo largo de su historia: encuestas, estadísticas, registros, informes, documentos de trabajo, consideraciones planteadas desde alguna disciplina particular (incluso de comunicadores, que pasaron o forman parte de la organización). Estos datos, así como la forma en que fueron obtenidos, podrían conocerse para comprender mejor a la organización; ahora bien, no todo será pertinente para analizar e incluir en el informe. Sí aquello que ellos mismos nos ofrezcan como “dato”, que tendrá un peso relevante y puede significar una necesidad que -de alguna manera- nos están señalando.
Demandas manifiestas y latentes La sola presencia de un comunicador / comunicólogo en la organización, y su aceptación para realizar una intervención profesional, produce el efecto de explicitar o expresar una o varias demandas concretas. Estas demandas estarán en estrecha relación con las expectativas que el equipo de comunicadores genere. Las demandas manifiestas deben ser escuchadas e incorporadas al proceso de intervención, valiéndose del mismo proceso de conocimiento para reformularlas y contener también las demandas latentes. Las demandas latentes se expresan de otro modo, pero tienen directa relación con las necesidades de la organización, siendo tarea del comunicólogo ponerlas en juego en el proceso diagnóstico para conseguir (si son acertadas) hacerlas manifiestas e incorporarlas al proyecto construido.
Concepción y valoración de la comunicación Las demandas que una organización, o mejor dicho que algún o algunos de sus miembros manifiesten, sirven como primer signo para interpretar cómo conciben y valoran la comunicación. Es necesario relevar los “problemas de comunicación” que identifican los miembros de la organización (relevarlo de manera individual, grupal y colectiva), así como preguntarles sobre sus posibles causas, consecuencias, formas de solucionarlos. Es necesario investigar cómo caracterizan la comunicación en su organización: fluida, permanente, armónica, fracturada, monopolizada, horizontal, obstaculizada, autoritaria, etc. Es necesario conocer qué entienden por comunicación. En otras palabras, cómo construyen la importancia o no de la comunicación; qué tipos de acciones se realizan para fortalecerla o para reprimirla; cómo marcan los límites y posibilidades de un trabajo que desarrolle lo comunicacional en la organización. Si en la organización investigada funciona un “área de comunicación” o trabaja un “comunicador” habrá que conocer cómo es valorada su tarea, qué y cuántos recursos destinan, cómo se siente en la organización, con qué posibilidades cuentan, de qué manera trabaja este comunicador en la organización (concibe a la comunicación como un marketing, una administración de recursos humanos, desde un sentido difusionista o instrumental, tratando de compartir información, produciendo medios propios, utilizando diversos dispositivos, etc). Por último, la misma práctica que ustedes están comenzando a realizar va a ser valorada por la organización (por distintos actores sociales de la organización); ya sea de manera verbal o gestual, compartiendo los proyectos, o bien obstaculizándolos.
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Comunicación dentro de la organización (intrainstitucional o interna) La comunicación es constitutiva de las organizaciones, pudiéndose leer de manera transversal al observar e interpretar sus prácticas culturales. Todo comunica dentro de la organización, y en todo momento se están “tejiendo” relaciones comunicacionales en su interior y con su contexto. A fin del análisis, podemos distinguir una comunicación interna y una comunicación externa. Observar qué fortalezas y debilidades comunicacionales presenta, qué tipo de obstaculizadores y facilitadores aparecen de manera frecuente y recurrente (que favorecen o impiden los procesos comunicacionales necesarios), es una manera interesante de sistematizar los observables para poder interpretar la organización. Momentos formales y espacios informales de comunicación Los momentos formales de comunicación “interna” son aquellos planificados por la organización, en donde participan sólo sus miembros, y con múltiples propósitos posibles: reuniones, encuentros, retiros, jornadas internas, etc. En estos se informa, se opina, se dialoga, se debate, se propone, se acuerda, se decide, desde prácticas comunicacionales que se desarrollan a través de la expresión verbal y con el apoyo de variados dispositivos. Estos mismo momentos pueden ser abiertos a no miembros de la organización. En este caso sus propósitos serán otros, y nosotros no lo tomaremos exclusivamente como comunicación interna sino también parte de su comunicación “externa”. Los espacios informales de comunicación “interna” son aquellos no planificados, pero que ocurren de todas maneras “sin un control” de la organización: el “radio pasillo”, la cocina, el baño, el buffet, el patio, son buenos lugares para observar la vida cotidiana. Incluso podemos considerar los espacios compartidos entre los miembros que se encuentren fuera del ámbito organización: la “puerta”, el bar de la esquina, los colectivos compartidos, etc. Todo esto, sea formal o informal, es observable e interpretable. La manera de observar no deberá ser invasiva, y la de interpretar no deberá partir de un conocimiento sólo parcial de lo que ocurre con estos momentos y espacios en la organización. ¿Existen momentos o espacios de comunicación suficientes y adecuados? ¿Dónde, cuándo y quién/es toma las decisiones?
Canales, soportes, medios comunitarios Los canales de comunicación expresan de manera conceptual por dónde circula la información y en qué sentidos lo hace; como vimos, estos canales pueden ser más formales (instituidos) o más informales (instituyentes). La pregunta pasa entonces por investigar ¿qué tipo de canales está necesitando la organización?, y aquí entran a jugar cuestiones más ideológicas intrínsecamente ligadas al tema del “poder”. Los soportes significan los tipos de dispositivos que se utilizan: sonido, gráfica, imagen, NTICs (Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación: web, mail, chat, etc), expresiones no verbales, mímicas, artísticas, etc. Los medios comunitarios, es decir aquellos micromedios o medios existentes en esa organización / comunidad, son lo más concreto para observar. Siendo importante también conocer las experiencias mediáticas pasadas o discontinuadas (que formaron parte del proceso de la organización: ¿por qué fracasaron? ¿de qué sirvieron?). Y teniendo el comunicador comunitario a los medios comunitarios como herramientas o
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estrategias para intervenir en las organizaciones, tiene que investigar cómo se trabajan esos medios, cómo están apropiados, instalados, compartidos. La producción de los medios comunitarios debe ser participativa, para que la comunicación en el seno de la organización se comprenda y produzca como participativa… sino no estaríamos hablando de comunicación.
Circulación de la información Las organizaciones están compuestas de circuitos de comunicación e información. Estos se han ido conformando en el tiempo, de manera más o menos conciente, más o menos planificada; y su construcción ha sido más o menos participativa. Nosotros debemos reconocer cuál es el “mapa” de la circulación de la información, distinguiendo la circulación instituida de la espontánea (que quizás exprese una necesidad de mayor comunicación); donde a veces la circulación espontánea es la que informalmente mantiene en funcionamiento, permite, posibilita la existencia de esa organización. ¿Será conveniente formalizar ese circuito espontáneo? Por otro lado la información que circula ha sido producida por alguien (persona, área, grupo, organización). Es necesario averiguar de dónde emergen las informaciones más relevantes en su interior, y las fuentes de información que utiliza de su contexto (medios de comunicación, “asesores”, representantes barriales, instituciones, etc). Tomamos la información como base del proceso de participación; de aquí la necesidad de que ésta circule, se comparta y crezca. La información posibilita incluir a los otros para que también opinen, y se puedan tomar decisiones colectivas de una manera ordenada; siendo el respeto por las decisiones colectivas lo que garantiza más participación o una participación sostenible.
Comunicación con su comunidad, con sus destinatarios/beneficiarios Este dato es fundamental: nos muestra cómo se construye la organización a sí misma, con qué fines la organización se quiere relacionar, y de qué manera considera a su comunidad y a sus destinatarios (como parte de la organización, como sus “beneficiarios”, como colaboradores, como meros receptores). En otras palabras, cómo permite la participación de los otros. En este sentido, más allá de analizar los medios de comunicación externa, sus mensajes y su lenguaje; será importante relevar los grados de conocimiento de la comunidad sobre la organización (objetivos, actividades, horarios, quiénes son) y qué imagen tienen de la organización. Todo esto pensando en cómo va a ser posible involucrarlos en función de algún proyecto institucional. También es necesario tomar conocimiento sobre cuáles son los medios de comunicación barriales que circulan en la comunidad (revistas, periódicos, radios, volantes, carteles, carteleras, graffitis, etc).
Comunicación con otras organizaciones ó con instancias superiores Es parte de la comunicación externa de las organizaciones, e indica si existe el trabajo conjunto y los proyectos comunes con otras organizaciones locales, regionales y extranjeras; y si se tiene conciencia de un trabajo en red (este concepto de trabajo en red puede aplicarse al interior de la propia organización). En otro sentido, a veces la organización depende económica o jurídicamente de una instancia superior. Puede que sea parte de una gran organización, y que se comunique periódicamente a
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través de representantes. Puede que reciba subsidios de fundaciones empresariales, ONGs o del Estado, y que tenga que elevar informes (comunicaciones) que expresen sus tareas y cumplimiento de lo pautado. O Puede que forme parte de la estructura del Estado, con un vínculo más permanente y respondiendo a políticas de instancias superiores (que resulten como limitantes). Si no pertenece al Estado ¿cómo se relaciona con él? Respecto a las otras organizaciones ¿existe la idea de co-gestión?
Comunicación masiva La comunicación comunitaria puede apoyarse en una comunicación más masiva a la hora de instalar y posicionar temas, difundir ideas y problemáticas, solicitar apoyo o convocar para múltiples propósitos. Estos objetivos tienen que estar claros, y complementarse en la acción con estrategias propias de la comunicación comunitaria. ¿La organización tiene acceso a una comunicación masiva? ¿A qué tipo de medios se acerca o quiere acercar? ¿Con qué intereses? ¿Cómo los concibe?
Participación, poder y liderazgo Como se ha visto, la participación acompaña o atraviesa la concepción de una comunicación comunitaria que intenta instalarse en las organizaciones como proyecto pedagógico y también político. Pedagógico por la manera de actuar del comunicólogo / comunicador, que trata de involucrar a todos en el proceso. Político, por la clara intencionalidad de democratizar y transformar las organizaciones. La participación en las organizaciones puede interpretarse desde la mayoría de los observables hasta aquí planteados para, en un proceso de diagnóstico participativo, construir un proyecto colectivo desde una “mirada comunicacional”. Esta mirada comunicacional es la que hace que el diagnóstico se constituya como comunicacional. Este proyecto, por sus características, no podrá escapar a la situación del poder en la organización; pues participación y poder parecen ser parte de la misma problemática. En este sentido, el tipo de liderazgo que se desarrolle en la organización intervendrá en cómo se construye el poder y la participación en la organización. ¿Son democráticos? ¿autocráticos, que toman todas las decisiones? ¿indiferentes a la vida organizacional? ¿Cómo influye esto en la organización? ¿Cómo son considerados por los demás miembros? Estos líderes o referentes (así considerados por ocupar un cargo o una función; por su carisma o saber; por sus contactos o su manera de actuar) tendrán de seguro un papel importante en la manera en que la organización vive su comunicación, y son entonces factores interesantes para que acompañen de una manera activa al proyecto que estamos construyendo “en” y “con” sus organizaciones.
Post-data: Observables para el Anexo Es conveniente solicitar y conseguir copia de ciertos observables que guardan una calidad testimonial (y de corpus para el análisis), para su inclusión en el Anexo del Informe de Trabajo de Campo. Estos pueden ser: estatuto, organigrama, datos científicos, medios gráficos propios y de otras organizaciones, planos, fotos, etc.