Guillermo Aníbal Gärtner Tobón Piedad Navarro González
PARA UN BALANCE DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE UN OBSERVATORIO DEL DELITPO PARA EL DEPARTAMENTO DE RISARALDA (Documento base preparado por Guillermo A. Gärtner Tobón)
ASUNTO DE MÉTODO ¿VOLUNTAD POLITICA Y/O CAPACIDAD TÉCNICA Y HUMANA?
AÑO 2002 ¿Qué pasó con la carta de civilidad? MESAS DE TRABAJO Actor Académico: Universidad Tecnológica de Pereira, Colegio de Villa Santana, Colegio de La Salle Actor Social: Juntas Administradoras Locales, Asociación Municipal de Juntas de Acción Comunal, Organizaciones No Gubernamentales
Actor Económico: Comité Inter.-gremial, Acrip, Air, Aciem Actor Político Institucional: Alcaldía de Pereira, Consejo Municipal de Pereira, Institutos Descentralizados, Procuraduría, Contraloría Municipal de Pereira, Magistrados del Tribunal Superior de Risaralda “Valga destacar entonces que ante la disyuntiva propuesta a las mesas en torno a sí lo que se necesitaba era un código de policía que regulara los comportamientos ciudadanos a través de la sanción punitiva o una carta de navegación cultural, conteniendo las pautas orientadoras para el desarrollo y apropiación de saberes de auto-regulación cultural para la convivencia civilizada, las mesas destacaron la urgente necesidad de la participación ciudadana para aprender a aprender a auto-regular permanentemente nuestros comportamientos, hasta volverlos saberes generadores de costumbre, tradición, cultura de la civilidad. De este modo, la ciudadanía organizada que participó en la formulación de la carta advirtió que más que volver a normatizar lo que está normatizado, de lo que se trata es de auto-re-formarnos y de formar a las nuevas generaciones para el respeto al otro, a las cosas de la ciudad y a la ley, en la seguridad de que al ganar más espacio para la auto-regulación ciudadana, la regulación jurídica, para la sanción de los comportamiento insociables, incorporará como uno de sus énfasis (en una primera instancia) la oportunidad del reconocimiento de las faltas y los propósitos sinceros de mejorar, sin menoscabo del rigor de la sanción a los hechos antisociales o delictuosos en la convivencia ciudadana. La carta de la civilidad que hoy presentamos ante la opinión ciudadana, buscando encuentro con la voluntad colectiva para una validación social, es una propuesta de pautas de acción para el desarrollo de saberes sociales que tienen como finalidad alcanzar cada vez más capacidad para la auto-regulación cultural de los comportamientos ciudadanos, en los distintos contextos sociales e institucionales, propuesta formulada y validada por la ciudadanía (convocada y que correspondió a la convocatoria) organizada en la Institucionalidad Pública y Privada, en Organizaciones Comuneras (JAL’s) y Comunales (JAC’s), Consejos Estudiantiles, Gremios Económicos, Organizaciones Sociales (ONG), Iglesias, Policía Nacional, Universidades y medios de comunicación, para la validación social de la ciudadanía pereirana.” Conclusión La Carta de la Civilidad Pereirana: Compromiso de Todos es un cúmulo de referentes conceptuales e instrumentales, dispuestos para ser validados, revaluados y mejorados para mejorar la percepción y la capacidad de valoración ciudadana respecto de cómo hacernos partícipes, cada vez mayor número de ciudadanas y ciudadanos, de este gran propósito ciudadano de cualificación de la cultura ciudadana pereirana para formar ciudad y ciudadanía. Desde luego, la Carta será un referente de navegación ciudadana siempre y cuando la voluntad política se comprometa con la institucionalización de una auténtica política pública de cultura ciudadana que va desde la meta de alcanzar cobertura total para toda la población en edad de
educación básica, pasando por el mejoramiento de la calidad de la educación, entendida como capacidad del actor educativo de corresponder con sus saberes a la cualificación de los saberes sociales, dispuestos en saberes académicos y a la explanación de la vanguardia intelectual de la academia hacia la cultura ciudadana, tanto en las instituciones educativas como en las comunidades de entorno, para los desarrollos curriculares de los procesos de pedagogía social y escolar, tendientes a posibilitar ciudadanas y ciudadanos posibilitados para las valoraciones de su convivencia y de las aplicaciones e impactos de las política públicas para el beneficio del interés colectivo. Finalmente, la Carta será posible traducirla en un esfuerzo de la voluntad colectiva para disponerse a repensar los hábitos y actitudes ciudadanas conflictivas y transformarlos en cultura ciudadana para la convivencia civilizada, si hay la voluntad política para destinar inversión social en el empeño de la movilización ciudadana para la co-gestión intersectorial e interinstitucional, pública y privada, para el fortalecimiento de liderazgos colectivos, de equipos, en la ciudad y en los distintos contextos socio-económicos y culturales, autocapacitados para alcanzar una cada vez mayor cobertura de ciudadanas y ciudadanos, jóvenes e infantes, participando de este gran proceso formador de ciudad y ciudadanía.”
CENTRO DE INVESTIGACIONES CRIMINOLÓGICAS OBSERVATORIO DEL DELITO AÑO 1999 Informe cic 2º semestre Introducción El presente informe corresponde a un nuevo esfuerzo conjunto de las entidades agrupadas en el Cic de Risaralda: el CTI de la fiscalía, la Sijín de la Policía y Medicina Legal aportaron sus bases de datos; el CCL del Hospital San Jorge produjo la síntesis de las mismas, así como la redacción, diseño e impresión; y el DAS, a través de su representante, realizó la coordinación del equipo.
El retraso de casi seis meses en la publicación obedeció a los procesos de ajuste interno del CIC, tendientes a brindar una mejor información y a lograr una presentación más clara de la misma.
En este sentido, se ha avanzado en el desarrollo de la aplicación del programa POP MAP, de Naciones Unidas, con el cual se ha llegado a la georreferenciación de los datos hasta el nivel de zona (urbana y rural) en el conjunto de municipios y hasta comunas/corregimientos en el caso de Pereira.
La labor realizada hasta el momento permitirá la reducción en los tiempos de publicación de los próximos informes, en los cuales se incluirá, de manera adicional, información relacionada con otras conductas violentas.
El hecho de ser este apenas el segundo semestre elaborado con la nueva metodología (inclusive, todavía en construcción) impide el análisis de tendencias tan necesario en este campo.
El problema se irá superando con el tiempo y en la medida en que se reconstruyan las series históricas con una misma metodología, trabajo ya iniciado, para el caso de Pereira, por el Instituto de Medicina Legal.
Respecto al informe anterior, se ha reducido la información presentada, habiéndose privilegiado la que se consideró mas importante y que puede dar una visión más clara del problema.
El CIC y las entidades participantes en él reiteran su disposición de entregar mayores detalles a quienes requieran de ellos para efectos de estudio o toma de decisiones.
El total de muertes violentas en Risaralda
Bajo el nombre de muertes violentas se presentan las correspondientes a homicidios, suicidios y las ocurridas como consecuencia de eventos de tránsito. Se excluyeron las ocurridas por otras causas externas, como ahogamientos, caídas, intoxicaciones involuntarias, etc, por corresponder circunstancias muy variada y de naturaleza diversa, cuyo análisis se escapa a los propósitos de las diferentes entidades participantes en el CIC.
La referenciación geográfica de los casos se hizo con respecto al sitio de ocurrencia de los hechos que originaron finalmente el deceso, aunque en algunas ocasiones ello no pudo establecerse y estos casos fueron adjudicados al municipio de hallazgo del cadáver.
Las mayores dudas al respecto las generan los levantamientos realizados en Marsella, en el río Cauca, sector de Beltrán, que en muchos casos, como posteriores reconocimientos lo indican, parecen corresponder a hechos ocurridos en el Norte del Valle. En menor medida, la misma situación se presenta también en la Virginia.
Lo anterior exige tomar con reservas los datos correspondientes a esos dos municipios.
El total de muertes violentas contabilizadas en el semestre fue de 655, lo que significaría un incremento de 14% respecto a las 574 reportadas en el semestre anterior (primero del 99).
La distribución por tipo de muerte en el departamento es prácticamente igual (con diferencias de décimas) en los dos semestres: homicidios 80%; muertes en eventos de tránsito 13%; y suicidios 8%.
El Mapa 1 muestra una clara concentración espacial de los casos en los municipios del Area Metropolitana (Pereira, Dosquebradas y La Virginia), aunque, cuando se calculan tasas por 100.000 habitantes (Mapa 2) la mayor problemática se observa en la subregión 2, pasando la subregión 1, donde se encuentran Pereira y Dosquebradas a tener la menor tasa de muertes violentas del departamento.
El Cuadro 1 muestra, para quien quiera más detalle, las cifras absolutas y los valores de las tasas por municipio.
CUADRO 1
Risaralda, muertes violenta por municipio, según tipo de muerte Valores absolutos y tasas anuales por 100.000 habitantes Segundo semestre de 1999
Fuentes: CTI, SIJIN, MEDICINA LEGAL
AÑO 2002
Borrador de trabajo presentado para la reunión ordinaria de la mesa del día 20 de febrero del 2002:
ANÁLISIS ESTADÍSTICO DE LOS CASOS DE HOMICIDIOS Y LESIONES PERSONALES (SIN INCLUIR EVENTOS DE TRÁNSITO) OCURRIDOS EN EL DEPARTAMENTO DE RISARALDA DURANTE EL MES DE ENERO DEL 2002 Y CONTENIDOS EN LA BASE DE DATOS DE LA ESTACIÓN 100 Elaborado por: WILLIAM MEJÍA OCHOA CARTAGO, FEBRERO 17 DE 2002 INTRODUCCIÓN El presente documento no pretende explicar nada, simplemente es una manipulación (en el buen sentido del término) de los datos contenidos en la base de las Estación 100 para extraer de ellos las particularidades de lo ocurrido durante el mes de enero del 2002 en Risaralda, en lo relacionado con lesiones y homicidios, no ocasionados en eventos de tránsito o por accidentes domésticos o laborales. La selección de las variables a cruzar, así como de los niveles de desagregación o agrupación de las mismas (que permiten hablar de un primer análisis, esto es de la consideración de las partes de un todo) no son neutrales, de manera consciente o no, suponen unas hipótesis sobre la naturaleza y causas de los hechos en cuestión, no obstante, son las más comunes en este tipo de presentaciones. Lo anterior no implica que no se puedan (y deban) considerar otras opciones de tratamiento de los mismos datos, lo cual ocurrirá en la medida que se de la discusión y surjan nuevos planteamientos que puedan ser reforzados o contrariados con los datos disponibles. Con el trabajo realizado se tiene apenas una primera descripción cuyo valor como base para elaborar interpretaciones depende de la calidad y cubrimiento de los datos recogidos, así como de la fidelidad del registro, materias en las cuales existen limitaciones cuya superación es otra meta de la mesa. En la medida en que el ejercicio de reflexión y estudio que hoy emprendemos cobre regularidad, seguramente iremos distinguiendo, en la realidad regional, lo esencial de lo accesorio y lo usual de lo episódico, discernimiento que será necesario si queremos llegar a obtener claridad sobre “nuestras violencias” con miras a elaborar un discurso sustentado de las misma y poder influir, de alguna manera, en su reducción. La titulación de cuadros y mapas en lo que hace referencia a la denominación de los hechos observados como “homicidios fuera de eventos de tránsito y lesiones por agresión” no es la mejor, pues no corresponde exactamente a la realidad, dado que, por ejemplo, aparecen algunos lesionados con arma de fuego supuestamente accidentales. La insatisfacción me llevó a cambiar, en la portada del documento, tal denominación por “casos de homicidios y lesiones personales (sin incluir eventos de tránsito)”, que tampoco es suficientemente precisa. Con esta observación apenas quiero mostrar que, por elemental que parezca, debemos empezar (como dicen que hacían los antiguos griegos en sus discusiones) por aclarar los términos: de que muertes u homicidios y de que lesiones queremos hablar.
En el anexo aparece otra información procesada “en bruto”, que no alcancé, por razones de tiempo, a convertir en cuadros o gráficas, pero que puede ser de utilidad. W. Mejía
POLICIA NACIONAL DEPARTAMENTO DE POLICIA RISARALDA
ACTA No. 004 / QUE TRATA DE LA REUNION DEL PROYECTO ANALISIS ESTADISTICO Y CRIMINAL CIC - OBSERVATORIO DEL DELITO EN RISARALDA, REALIZADA EL DIA 060302 A LAS 14:30 HORAS EN EL AUDITORIO DEL COMANDO DEL DEPARTAMENTO. En la ciudad de Pereira, siendo las 14:30 horas del día 06 de marzo, se reunieron en el auditorio del Comando del Departamento, los integrantes de la mesa de trabajo para el análisis estadístico y criminal, donde se trataron los siguientes temas: 1. Se habló del análisis del Manual de Estadística de la Policía Nacional, llegando a la conclusión que es un documento muy completo y que lo único que hay que hacer es seguirlo. Trae la codificación del Código Penal, es una riqueza de información, pero hay que empezar por capacitar al personal en conocimientos sobre el Código Penal. 2. Hay que comprometer a los Comandantes de Distrito para que reporten adecuadamente la información. 3. Es necesario capacitar a los Estadísticos a nivel Departamental de acuerdo con las exigencias del Manual y que estos a la vez lo hagan con las Estaciones y subestaciones de su jurisdicción. 4. Hay que unificar criterios para recolectar la misma información, es necesario incluir todos casos que se presenten en la jurisdicción sin importar que no hayan sido conocidos por la Policía. 5. Crear estrategias para que la información llegue oportunamente, tal vez a través de las E 100 y que la SIJIN se encargue del complemento. 6. Se dio a conocer que los cuatro distritos tienen copia del Manual de Estadística y que se debe crear conciencia para que se tome interés en la recopilación de información, porque hasta ahora se cumple solo con una fase; hay que complementarla con la recolección de información en las inspecciones de Policía, juzgados, Hospitales para que sea en lo máximo real. 7. Se recalca la importancia de realizar un seminario para unificar el manual, aclarando todas las dudas que hayan al respecto. 8. Se enunciaron algunos inconvenientes que se han presentado en las estadísticas, por ejemplo en Marsella, las muertes de Beltran que han sido recogidos por el río en jurisdicción de Marsella, se suman a Marsella cuando realmente son de Beltrán. 9. Para la próxima reunión va a participar ORLANDO PARRA para presentar el trabajo realizado por Pereiranos por la Paz, es importante tener las estadísticas de enero y febrero para verificar las información. 10. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es en el momento de citar el lugar de los hechos, se debe especificar el sector. 11. Para la elaboración de los informes se debe ser muy cuidadoso en la redacción, terminología, presentación y análisis. 12. El Doctor Gartner manifiesta que existe la posibilidad de vincular al profesor Alejandro Uribe de la Universidad Tecnológica quien entre otras cosas en sus investigaciones ha hecho un seguimiento de las noticias de prensa sobre violencia, ya que es otra fuente de información muy importante para el proyecto.
13. Se habla de la problemática de algunos municipios, por ejemplo la Virginia desde hace 15 años existía la misma violencia, y es otro Municipio donde llegan por el río Cauca muertos de otras jurisdicciones. CONCLUSIONES - Se visitó a los Estadísticos de la SIJIN, se recibió el Manual nuevo de Estadistica, se estudio, se analizó y se llegó a la conclusión de que es un documento muy completo y que lo único que hay que hacer es seguirlo y que la gran parte del problema radica en que no se está dando cumplimiento con lo estipulado en el manual: También existe desconocimiento por parte de las unidades del departamento, pues no conocen las especificaciones que establece la mísma policía para los delitos. - Se tiene que empezar por formar cultura estadística, partiendo de que es una orden de la Dirección General y que las unidades deben sujetarse a eso, hay que avanzar y programar el curso de capacitación. - En la última reunión se acordó que se va a proponer a las unidades la recolección de la información comprometiendo a las Inspecciones de Policía en cada jurisdicción y de acuerdo con los diferentes comportamientos. - Se hacen comentarios del programa de Alcaldía Nocturna que se toma atribuciones que no le corresponden, por ejemplo da permiso a establecimientos rurales para que las actividades se extiendan hasta las 03:00 horas. Cuando lo reglamentado es hasta las 01:00 horas. - Se trató sobre la problemática de correos humanos, de acuerdo con una encuesta realizada a 142 personas recluidas en las cárceles de la región se comprobó que la mayoría de estas personas son empleados, lo que no tiene nada que ver con la situación económica del país. Es una muestra que la gente busca la forma de conseguir dinero lo más pronto y fácil que pueda. - Se analizaron otros aspectos y la necesidad de realizar estudios comparativos con el fin de romper con el círculo vicioso, por ejemplo la gente consigue armas de fuego a causa de la violencia. No siendo otro el motivo de la presente reunión, se da por terminada una vez leída y aprobada por los que en ella intervinieron.
TC. ALEJANDRO CALLEJAS CAMACHO Subcomandante Operativo CR. ® GUILLERMO CARREÑO ACORPOL
SP. LUZ MARINA OTALVARO B. Coordinadora OGESI
IT. JAMES HOLGUIN ARIAS Estadístico SIJIN
DR. GUILLERMO A. GARTNER Universidad Tecnológica TC.
® LUIS EDUARDO ACORPOL
ALTAMAR
SP. MARIA ELENA URIBE GARCIA Comandante E- 100
DRA. MARIA ALEYDA ROCHE A Trabajadora Social DERIS
DR. WILLIAM MEJIA OCHOA Alma Mater.
AÑO 2003 PREGUNTAS:
Hola Guillermo:
Aunque no he estado mucho en comunicación física, mentalmente he pensado mucho en tí y en tu sentir, por estos procesos que estas pasando, uno que termina y otro que parece empezar... puedes disfrutar por lo menos con tranquilidad ahora de tu espacio que tanto reclamaste y que justamente te correspondía, tu casa y tus hijos. Piensa también en el terreno que has ganado y que eso sea un aliento para fortalecerte y seguir luchando en esta selva de cemento y no sólo te empeñes en pensar las cosas no tan agradables que se podrían venir, pues de una manera u otra, no han llegado...
Revisando y revisando el registro de homicidios, me surgen algunos cuestionamientos, de los cuales tal vez ya habíamos tratado con Holguín.
Para un mejor entendimiento de lo que te planteo me gustaría que vieras, si tienes el archivo, el registro de homicidios de este primer semestre de 2003 y prestaras principal atención al tipo de muerte marcada con color morado como OT (otras muertes), las cuales hasta el momento no me he atrevido a incluir en los informes porque no están catalogadas por la policía como homicidios, pero que según mi parecer, de alguna forma no están siendo tenidas en cuenta y haciendo una inferencia basada en el sentido común puede verse claramente que son homicidios.
Me atrevo a comentar esto, excusándome por mi falta de conocimiento en el tema de Delitos y su definición formal según el Derecho, pero a veces las preguntas más simples pueden generar un buen aporte y seguro
que más de uno se las ha hecho y no sabiendo la respuesta o temer preguntar, al pensar lo obvias que puediran parecer, pero conociendo cómo funciona este, país?.... y sus entidades....
1. Cuántos de los móviles que aparecen como inmersión son sumersión? Ya que según el diccionario (Lexis 22), encontré: Sumersión: Muerte por inmersión.
Inmersión: Introducir o Introducirse algo en el agua u otro líquido. (No necesariamente hasta morir).
2.
Tienes algunas definiciones según el código penal o...(?) sobre esto?
3. De igual forma el código penal tiene una clara y detallada clasificación de los Móviles y de las Armas/Medios de las muertes? Sé que tratamos algo sobre esto en la iniciativa del taller que se hizo en el B( segundo piso de la biblioteca) con Gloria Inés, Holguín y la gente de homicidios de la Policía, cuando vimos el video de Garavito, pero... la reunión que me dijiste que hicieron durante mi ausencia con la gente de homicidios tuvo este mismo objetivo o es de otro tipo. Pienso que esto es de vital importancia. Realmente uno en la vida asume que muchas cosas se sobreentienden por su característica de básicas pero la realidad es otra, ya sé que estarás pensando eso en este momento y que me lo volverás a escribir como varias veces atrás ;)).
4. Los registros 89 y 105 de Abril, clasificados como OT con Arma/Medios Sobredosis, se asume que es de qué tipo de sustancia?
5. Es el aborto, un Arma/Medio como lo ponen en Enero y Febrero, por qué no lo ponen en Abril entonces al tratarse de fetos?
6. Si homicidio, según mi Lexis 22 es la muerte que uno le ocasiona a otro, un móvil llamado Imprudencia del conductor, (ver registro 131 del mes de Febrero) es claramente un homicidio, por qué entonces aparece clasificado como OT (Otras Muertes)?
7. Se considera al aborto un homicidio o sólo un delito? Sobre esto deberíamos tener una buena discusión, pero no de las que terminan en pelea. Apreciaciones objetivas y subjetivas.
8. En cuanto a los homicidios ocurridos en accidentes de tránsito que te cuestionas en un correo anterior, sobre cuántos de ellos son realmente accidentes y no homicidios preterintencionales (?), recuerda que como hemos venido trabajando hasta ahora, estos homicidios no se incluyen en los informes y por tanto no sé nada sobre ellos, pero me surge la inquietud: por qué no incluirlos o trabajarlos de alguna forma en nuestro trabajo, asimismo con los homicidios que no ncluimos, clasificados por la policia como: D.D.B Delincuente Dado de Baja y C.A Conflicto Armado.
Ahí te va... para que veas que si te he pensado.
Tal vez la próxima semana pudieras venir y reunirnos, con José, si le interesa a él, y así generar una productiva discusión.
Un abrazo con mucha fuerza y cariño.
Piedad ;-)
From: Guillermo Aníbal Gärtner Tobón
las posibilidades de que lo sea "endógena" o "exógena"?. Me explico, tórnese muñeco o quedose indiferente en virtud del garrotazo, la machetiada, el balazo, que se ganó en familia?, o vino, de fuera?. Victima de su propia identidad y relaciones inmediatas o víctima por el encuentro con otro nivel de realidades?. Me entendiste? Claro que sí. En los accidentes de transito (así registrados) dejará el cadáver reconocer si el conductor fue simplemente descuidado, negligente e inexperto, o si por lo contrario iba con una piedra y ganas de atropellar al que se le atravesara y con mayores ganas si era alguno de esos (desechables, marica, marihuanero, etc.etc.)?. El estudiante que murió "a causa" de la caída de un vehículo y registrado como muerto en A/T , no le darían de pronto una empujadita?. Has observado el porcentaje o participación de mujeres en esa columnota llena de "desconocidos? Y cuántos de los desconocidos podían ser desconocidas?. Problemas personales?, y es que los pasionales no lo son?, y de qué tipo?. Bueno, si me preocupa que estés tan desinformada :) de lo que ocurre físicamente por la U., cerrada hasta el lunes y guardada por la fuerza pública, hoy que madrugué encontré que el "nuevo país" ahí estaba igual que el viejo y me devolví a Santa Rosa a pensar pensamientos. De las demandas la incertidumbre a la cual ya las circunstancias me han habituado. Aquí si debo como querdenker contradecir tu optimismo: el que nada debe nada teme, noooooononononnnnnoooooo aquí en este país de Alicia no es así te lo puedo demostrar con hechos. Esta maquinaria requiere como alimentación lo que en otras partes serian sobredosis de chivos expiatorios. Ahora si sigo con mis pensamientos, te doy un abrazo fuerte y no te desanimes, estás penetrando en la mejor forma dentro del entramado estructural de este sistema de m..... ¿Cómo has estado en tu salud, esto es, recuperación física? Te pienso permanentemente y destino buena parte de mi energia a desear tu bien.
Un abrazo,
Guillermo
Así las cosas ocúrreseme preguntar:
1. ¿cómo organizar la base de datos para cruzar horas con posibles “causas”, por ejemplo: atraco.
2. ¿cómo se da o puede presentar esto aquì y ahora?. Muertes en atraco y por sicarios, ¿coinciden en horas?.
y esto solo para comenzar a cuestionar y ponernos más trabajo. No te molesto más y te deseo una buena noche.
******
3. En relación con nuestro trabajo tengo la idea de en las distintas agrupaciones que tu hagas con la base del dato hacer enlaces a propuestas explicativas.
Guillermo
Hola Herr Guiller:
Pensando y re-pensando sobre estas cuestiones y con el ánimo de que nos permitan desde la Academia seguir adelante en el cumplimiento de los objetivos de nuestro proyecto de investigación y de propiciar cambios positivos y necesarios para el mejoramiento de la labor que realiza el departamento de estadística de la Policía-SIJIN, te vuelvo a escribir sobre la respuesta a estas preguntas que ya antes me habías hecho pero que creo no había respondido con claridad en el momento por puro despiste, ya sabes que la mente va más rápido que la palabra, ya sea escrita o hablada, a pesar de que seamos locuaces y veloces en esta misma acción (tu y yo particularmente).
Una verdadera Base de Datos, como El SIEDCO, es la única capaz de establecer automáticamente relaciones entre los campos (Columnas Ej: hora, nombre, lugar, móviles) de los registros (Definición informal: Filas. Cada uno de los eventos: Lesiones personales, homicidios, homicidios en accidentes de tránsito, es decir el hecho con toda su información asociada), así como de seleccionar los instantáneamente con un filtro de condiciones de evaluación deseadas y previamente establecidas como lo que planteas. Como están las cosas, con el registro que tenemos de Excel, lo que pretendes sólo puede hacerse “A Ojo”, o sea mirando uno a uno los registros del archivo que nos han suministrado, sumándole la experiencia que en estas áreas ya tienes. Aún teniendo toda la disposición, energía y tiempo disponibles para llevar a cabo esta dispendiosa labor, pienso que no es muy posible hacerlo con la precisión que se quisiera por la insuficiencia de la información. Pues este formato que maneja la SIJIN es muy resumido. Creo que para hacer ese tipo
de análisis, ya de carácter cualitativo, como es lo que tú haces, sería necesario acceder los expedientes donde se explica mejor y de manera más detallada el hecho, como los que te prestaron en un folder verde que creo todavía reposa en el Observatorio.
Los enlaces a propuestas explicativas no tienen ningún inconveniente en hacerse, lo que pasa que es que hasta ahora, esto sólo se ha hecho, o más bien lo has hecho, porque tú eres el único que está calificado para emitir este ipo de apreciaciones, de manera verbal; pero si lo escribes es sencillo ponérselo a la presentación en que se hace el informe de homicidios.
Voy a anexarte la “Base de Datos” de la SIJIN, como ellos me la entregaron de todas maneras, para una mejor ilustración y entendimiento de todos estos carretazos que te he echado sobre mi “trabajo” sobre ella.
Así mismo te adjunto el archivo con los errores encontrados en la asignación de comunas con su respectivo número de registro.
En cuanto a mi insistencia sobre la importancia de incluir una columna de Zona en el registro de homicidios quiero explicarles cuáles son las razones:
La SIJIN no hace un discriminación de los homicidios rurales, únicamente le colocan Rural en el campo de COMUNA en la hoja de cálculo o “Base de Datos” pero no colocan en qué Vereda y/o Corregimiento, (que como mínimo debería hacerse en Pereira donde se presenta mayor número de homicidios y tenemos la información de Planeación Municipal actualizada en un archivo suministrado por ellos, con el que también cuenta la SIJIN ya que yo personalmente se los he entregado), mientras que si lo hacen con los homicidios Urbanos donde lo hacen por medio de las comunas, que ha sido una sugerencia del Observatorio acatada por ellos desde hace un año.
Nosotros en el POPMAP, tenemos gracias a William Mejía, la aplicación (el mapa) de Pereira por Veredas y Corregimientos, aunque no lo tenemos para los demás municipios del departamento de Risaralda, me parece interesante hacer las clasificación para Pereira sola y así poder utilizarlo. Yo, cada vez que voy a hacer un informe, como ahora, me encargo de clasificar nuevamente los homicidios rurales en Pereira, por Veredas y Corregimientos en donde ocurrieron y coloco el respectivo nombre en la columna nombrada COMUNA, aunque en realidad se trate de una Vereda y/o Corregimiento. Por esto es que sugiero que se cree una nueva columna con el nombre de ZONA para colocar allí si el homicidio fue Urbano o Rural, pero en la forma que la SIJIN lo trabaja es imposible hacerlo (no sé si es que no me han entendido esto, o
simplemente no le ven importancia a hacer esta clasificación o no es de su interés particular y por ello no acatan la observación que desde hace más de un año se les viene haciendo), es decir no meten esta información en el registro de los homicidios. Por medio de la información que aparece en el campo Lugar de los hechos, hago una clasificación del homicidio si fue en la parte urbana o rural del municipio de los demás municipios, aunque no tengo mapas ni archivos que me den una información precisa, pero le pido un poco de ayuda a la intuición, dado que en la mayoría de los municipios, (a diferencia de Santa Rosa, Dosquebradas, Pereira y la Virginia), el área geográfica del municipio es casi toda zona rural, pues la parte urbana se reduce a la plaza y su caserío alrededor, que normalmente no es muy grande. Esta clasificación he sido yo, quien la ha incorporado al informe, porque a mi parecer es interesante, no sé si valga la pena seguirlo haciendo, pues antes no se realizaba. No sé hasta qué punto pueda interesar esto.
Este trabajo aún no se lo he hecho a este archivo porque quiero esperar a discutirlo con ustedes, pero para que vean de manera más clara lo que intento decirles, les adjunto un archivo de semestre anterior (EneroJunio de 2002 )
Me gustaría que tuvieran en cuenta todas las observaciones que les he hecho a ambos este fin de semana (Guillermo y José) para que cuando hagamos nuestra próxima reunión tengamos claro que es lo que quiero que tratemos respecto al informe y consecuentemente a la producción del segundo CD-ROM del Observatorio. En las mañanas de los lunes, miércoles y viernes tengo terapia de 10:30 a 12:00 y no hay espacio, o sea que puedo todos los días por la tarde o en la mañana los Martes y Jueves. Espero confirmación.
Saludos,
Piedad.
Hola Guillermo:
Revisando y revisando el registro de homicidios, me surgen algunos cuestionamientos, de los cuales tal vez ya habíamos tratado con Holguín.
Para un mejor entendimiento de lo que te planteo me gustaría que vieras, si tienes el archivo, el registro de homicidios de este primer semestre de 2003 y prestaras principal atención al tipo de muerte marcada con color morado como OT (otras muertes), las cuales hasta el momento no me he atrevido a incluir en los informes porque no están catalogadas por la policía como homicidios, pero que según mi parecer, de alguna forma no están siendo tenidas en cuenta y haciendo una inferencia basada en el sentido común puede verse claramente que son homicidios.
Me atrevo a comentar esto, excusándome por mi falta de conocimiento en el tema de Delitos y su definición formal según el Derecho, pero a veces las preguntas más simples pueden generar un buen aporte y seguro que más de uno se las ha hecho y no sabiendo la respuesta o temer preguntar, al pensar lo obvias que puediran parecer, pero conociendo cómo funciona este, país?.... y sus entidades....
1. Cuántos de los móviles que aparecen como inmersión son sumersión? Ya que según el diccionario (Lexis 22), encontré:
Sumersión: Muerte por inmersión.
Inmersión: Introducir o Introducirse algo en el agua u otro líquido. (No necesariamente hasta morir).
2.
Tienes algunas definiciones según el código penal o...(?) sobre esto?
3. De igual forma el código penal tiene una clara y detallada clasificación de los Móviles y de las Armas/Medios de las muertes? Sé que tratamos algo sobre esto en la iniciativa del taller que se hizo en el B( segundo piso de la biblioteca) con Gloria Inés, Holguín y la gente de homicidios de la Policía, cuando vimos el video de Garavito, pero... la reunión que me dijiste que hicieron durante mi ausencia con la gente de homicidios tuvo este mismo objetivo o es de otro tipo. Pienso que esto es de vital importancia. Realmente uno en la vida asume que muchas cosas se sobreentienden por su característica de básicas pero la realidad es otra, ya sé que estarás pensando eso en este momento y que me lo volverás a escribir como varias veces atrás ;-)).
4. Los registros 89 y 105 de Abril, clasificados como OT con Arma/Medios Sobredosis, se asume que es de qué tipo de sustancia?
5. Es el aborto, un Arma/Medio como lo ponen en Enero y Febrero, por qué no lo ponen en Abril entonces al tratarse de fetos?
6. Si homicidio, según mi Lexis 22 es la muerte que uno le ocasiona a otro, un móvil llamado Imprudencia del conductor, (ver registro 131 del mes de Febrero) es claramente un homicidio, por qué entonces aparece clasificado como OT (Otras Muertes)?
7. Se considera al aborto un homicidio o sólo un delito? Sobre esto deberíamos tener una buena discusión, pero no de las que terminan en pelea. Apreciaciones objetivas y subjetivas.
La confrontación que hace la sijin con ml y el cti es solo de los sujetos y no los móviles”
2005
AMOR Y DOLOR MAS ALLA Y MAS ACA DE LAS CIFRAS Guillermo A. Gärtner T. Profesor Asociado – Universidad Tecnológica de Pereira
Leyendo los cuadros estadísticos juiciosamente elaborados por el Centro de Referencia del Instituto Nacional de Medicina Legal Regional Occidente sobre las lesiones fatales y no fatales correspondientes a 2004 y los comparativos de lesiones fatales registradas en el primer cuatrimestre de los anos 2004 – 2005 lo que puede afirmarse desde una perspectiva cualitativa es que, habida consideración de algunas variaciones no sustanciales, las violencias cotidianas siguen presentando unas magnitudes proporcionales a la población tan llamativas o preocupantes como las que podemos consultar en el primer censo delictivo realizado en esta región en el ano de 1995. Valga citar aquí a Ernesto Sabato cuando pone en boca de Juan Pablo Castel la afirmación que “la frase todo tiempo pasado fue mejor no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que –felizmente- la gente las echa en el olvido”
Los números no dicen por si mismos cosa diferente que en nuestro entorno la violencia no cesa y no hay nada nuevo bajo el sol pues, pese a la globalización y los adelantos en ciencia y tecnología, las formas de cultura en el campo de las relaciones interpersonales en nada han variado. Seguimos siendo los mismos monos desnudos cubiertos con ropas de marcas famosas y cometiendo las mismas tropelías en vehículos mas sofisticados.
Las hojas de Excel sobre “lesiones no fatales por municipio y manera” se integran por unas columnas las cuales, excepto las correspondientes a lesiones accidentales y accidente de transito, permiten inferir de manera especulativa la existencia de unas relaciones de genero nada ejemplares pero si deplorables exteriorizadas en lesiones personales, delitos sexuales, violencia conyugal, maltrato infantil, violencia intrafamiliar, en magnitud tal que seguramente mantienen bien ocupados a los profesionales ocupados en su constatación, examen y registro.
La especulación no resulta arbitraria pues si estas cifras las confrontamos con otros registros que dan cuenta de presuntos motivos para su producción (ajustes de cuentas, problemas pasionales), además leemos las paginas judiciales de la prensa regional y prestamos atención a noticieros de radio y TV, entonces la proposición conjetural va adquiriendo cuando no valor explicativo si por lo menos de hipótesis plausible.
Para una comprensión de lo que subyace a las registros estadísticos el camino indicado es el de la observación (participante o no) y la consulta de los conocimientos ya producidos sobre la naturaleza humana y los hechos concebidos como delitos o como crímenes. En este contexto las investigaciones del inolvidable Alfonso Reyes Echandia sobre la dinámica criminal resultan de especial valor y para esta oportunidad al ser invitado a comentar las estadísticas del CRV Regional Occidente me alientan a afirmar que, no es que estemos involucionando sino que definitivamente no hemos evolucionado.
Reyes Echandia recuerda como la violencia fue el medio primitivo de posesión carnal del hombre sobre la mujer demostrando con ello su derecho exclusivo sobre la hembra ante la tribu y daba origen a la institución de la familia . Esta constatación antropológica, histórica, unida a las propias observaciones, estudios y reflexiones, hechas desde la perspectiva del Observatorio de la Convivencia – Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos de la Universidad Tecnológica de Pereira, me inclina a afirmar sin rodeos que en buena medida, la llamada violencia intrafamiliar no es un mal que como una externalidad ataca el valor familia, sino que en nuestro medio existen uniones familiares violentas como que también muchos de los niños cuya cotidianidad es materia de registros estadísticos tales como los que ahora nos ocupan, fueron ultrajados no solamente después del parto sino desde su concepción misma.
Visitas a los hogares, talleres comunitarios, discursos aleccionadores, no son de descartar en cuanto a que pueden ser de alguna manera útiles, pero ni ellos ni a través de ellos se resuelve un problema cultural enraizado en y alimentado por unas condiciones de vida caracterizadas por la pobreza (incluida la espiritual), la exclusión (inclusive entre los privilegiados) y, la anomia generalizada.
Conciente del sentido critico de lo que expresare como conclusión sin animo de ofender a quienes con buenas intenciones o no han cumplido y cumplen funciones en la prevención y represión del delito, cierro esta nota afirmando que prácticas rutinarias como retenes, el perseguir famélicos y muchas veces patéticos consumidores de drogas ilegales, requisar y desarmar borrachos, controlar establecimientos públicos, resultan más sencillas que modificar patrones culturales y nodos estructurales del sistema social como los constituidos por la economía ilegal en sus múltiples expresiones. Prohibir la movilización de parrilleros masculinos es mas simple que cambiar patrones culturales, insistir en restricciones a las libertades sin resultados monitoreables o constatables resulta menos comprometedor, fatigoso y menos arriesgado, que proponer cambios sistémico-estructurales.
Guillermo Aníbal Gärtner Tobon Mayo 29 de 2005
Piedad,
luego de nuestra conversación telefónica que me pareció interesante y estimulante me puse en la tarea de buscar en la red lo que hiciera relación con las siguientes combinaciones:
•
Seguimiento estadísticos eventos de criminalidad
•
Seguimiento estadístico fenómenos ambientales
Has la prueba y apreciarás la cantidad y variedad de documentos disponibles. Otra cosa es su pertinencia y calidad para ser tomados en cuenta.
La preocupación acerca de encontrar y fijar los “intervalos” , la periodización relevante, y otros conceptos y criterios para hacer agrupaciones y derivar secuencias, ritmos y tasas, condicionó esta primera exploración de la cual podemos aprovechar algunas otras experiencias de investigación que han involucrado similares variables y propósitos que la nuestra.
Antes de copiar y pegar algunos documentos que me han parecido de utilidad para nuestra reflexión, quiero invitarte en relación con el propósito de fijar los intervalos si trimestrales, semestrales, anuales, etc. a considerar en el caso de los homicidios que el ritmo e intensidad (Q) de su ocurrencia tiene sus complejidades. Los homicidios, como bien he insistido desde que el diablo usaba pantalón cortito, no pueden echarse en el mismo costal y deben discriminarse. Y, preguntarás ¿qué tiene que ver esto con mi pregunta de este sábado en la mañana?.
Te lo digo con rodeos: si vamos a informarnos acerca de la ocurrencia de homicidios en personas que ejercen el periodismo tenemos que considerar que salvo excepciones, no tienen la misma frecuencia que los correspondientes a indigentes, etc.
¿Cuál es el valor de conocimiento representado en tener la tasa de homicidios y hacer comparaciones de los ocurridos en cada enero, o en cada trimestre, o semestre, entre el 2000 y el 2006? . Haces figuritas con líneas quebradas que muestran como las cifras suben y bajan y a veces en un punto se mantienen, y … ¿qué?, se arruga el ceño y se decide emprender una campaña de desarme, un ciclo de programas para “anidar” la paz en determinados barrios. Ocúrreseme en este momento pensar que si de pronto algún violentologo además mide estadísticamente que en los hogares de los puntos georeferenciados como de mayor ocurrencia de eventos homicidas, las gentes desayunan con arepa y chocolate, entonces … mejor suspendo aquí esta glosa antes que a alguien se le ocurra sacar un decreto prohibiendo semejante combinación, muchos se cambiarán al café con leche y el pan tostado pero de vez en cuando se darán su toque de cacao y arepa de mote, otros no lo confesarán pero que lo hacen, lo hacen y seguirán haciendo.
A qué fenómenos, expresiones o manifestaciones de la vida, en las comunidades concretas debemos prestar atención para capturar y eventualmente relacionar con las cargas de violencia que pueden subyacer a los registros estadísticos? Un cambio en la expresión cultural de repudio a los homosexuales debe seguirse en segmentos de días, meses, años? Podemos suponer exista una “sincronia” entre esa trasformación cultural y la disminución de homicidios en travestis y homosexuales?.
Ahora me parece que puedo estar confundiendote y mejor te dejo en mejor compañía con los siguientes tres textos con las preanunciadas experiencias de georeferenciación y empleo de aplicaciones, de sistemas de monitoreo en y para fenómenos de criminalidad y procesos de cambios culturales y ambientales. La idea es que luego, si estas de acuerdo y lo consideras pertinente lo apreciemos en una conversación de trabajo de nuestro grupo, en particular con John William y Julian.
Ahora si me despido y procedo a copiar y pegar:
1. DOCUMENTO
http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ric04a03.htm
Número 4 - Junio - Septiembre 2003 "La investigación y la gestión cultural de las ciudades" Tulio Hernández ________________________________________ Antes de entrar de lleno en el tema, quisiera saludar el hecho de que en una reunión de autoridades culturales de diversos gobiernos de ciudades latinoamericanas y españolas(1) se haya incluido una mesa para debatir exclusivamente sobre las relaciones entre investigación social y gestión cultural. Es una circunstancia alentadora. Porque si en América Latina ya resulta difícil convencer a las autoridades de los gobiernos centrales sobre la importancia de usar adecuadamente los instrumentos y hallazgos de la investigación social para el diseño y ejecución de políticas, más difícil aún resulta hacerlo en una escala -la de los gobiernos locales y de las ciudades- que generalmente está marcada por la brevedad de sus períodos de gestión, la fuerte rotación o variación de las autoridades y la reiterada discontinuidad entre gobiernos que en la mayoría de los casos se suceden sin lograr consolidar el seguimiento de estrategias y programas de largo plazo. La inclusión de esta mesa en el evento parece dar cuenta de cambios sustanciales en las preocupaciones y los hábitos de gestión cultural que sin duda están ocurriendo tanto en España, donde se ha acumulado ya una fuerte tradición e innovación en las áreas culturales de los gobiernos locales, como en América Latina donde también se comienzan a acumular experiencias exitosas. Entre lo tangible y lo intangible Aunque parezca obvio subrayar la importancia de la investigación en cualquier práctica de diseño, aplicación y evaluación de políticas públicas, no está de más recordar que mal podemos intervenir sobre un campo determinado de la realidad si no disponemos de un conocimiento, más o menos preciso y complejo, de sus
características, sus carencias o sus fortalezas, para de ese modo decidir con propiedad en dónde se colocan acciones correctivas y en dónde se refuerzan tendencias, servicios o prácticas previamente existentes. En el caso de las políticas públicas en cultura esta condición no siempre se cumple. El tiempo relativamente reciente que ha transcurrido desde que el área ha sido incorporada como campo específico dentro de la gestión pública; el hecho de que lo cultural no sea un aparato en el sentido que lo son, por ejemplo, lo educativo, lo mediático e, incluso, la salud pública y que, por tanto, no haya generado, al menos en América Latina, sistemas confiables de seguimiento estadístico de sus realidades; la innegable circunstancia de que las escalas de necesidades en el campo de la cultura no tienen la contundencia, la visibilidad o el rango de amenazas que generalmente adquieren en otros campos (no hay epidemias, como en la salud; ni cifras para todos alarmantes, como las de analfabetismo o deserción escolar, en educación), son factores que en su conjunto hacen creer que la gestión de la cultura no requiere de los mismos “insumos” de realidad que otras esferas. Es verdad que cada vez se desarrollan más instrumentos formales para “medir” los grados de “desarrollo cultural”, los niveles de consumo y dotación cultural en una sociedad –número de butacas de cine, de bibliotecas, de museos o de salas de teatro por cada mil, diez mil o cien mil habitantes- o, como se ha hecho recientemente en Chile, los índices de dinámica cultural por regiones(2). También es cierto, que con mayor frecuencia se hace énfasis en los aspectos tangibles y el aporte concreto de la cultura a la actividad económica(3), al empleo(4), o al capital social(5). Pero una cierta tradición romántica, voluntarista o bellartística hace que todavía muchos subestimen en la gestión cultural los instrumentos propiamente gerenciales, de desarrollo organizacional, o de investigación empírica que hoy son moneda común en cualquier otro tipo de intervenciones públicas. Esta preocupación por los aspectos, digamos, tangibles de la gestión cultural no debe significar en lo más mínimo abandonar o soslayar su naturaleza simbólica irreducible a datos y cifras. Porque precisamente es en esa naturaleza “intangible” donde se encuentra su máximo valor: en el hecho de funcionar a un mismo tiempo, tal y como lo señalara alguna vez Edgard Morin, como el cemento ideológico pero también como la enzima que, de un parte cohesiona y le da consistencia a una sociedad y, de otra, la moviliza generando innovaciones y rupturas. Por esta razón lo cultural tiende a diluirse en la trama social, y se torna inasible, porque es vida real, compleja, libre y creativa, aquello que se fragua diariamente poniendo en conexión, recreando y organizando simbólicamente todos los demás campos de la existencia. Es en el campo cultural donde las sociedades han concentrado necesidades humanas tan diversas (y aparentemente secundarias) como la memoria colectiva, en su sentido más genérico de identidades universales, étnicas o locales; el ejercicio de la belleza y el placer, en sus versiones más generalizadas del arte, la gastronomía y la fiesta; el territorio de la imaginación pura, por los caminos de las ficciones artísticas, las utopías y los modos de vida “contraculturales”; y los modos de poner en escena la trascendencia de la experiencia humana a través de los imaginarios estéticos que recrean la maravilla y el horror, la tragedia y la felicidad, en tanto componentes inexorables de la experiencia humana a los que todos debemos enfrentarnos. Modos de conocer, modos de decidir Por esta razón hay que distinguir muy claramente entre el sistema cultural y las políticas culturales. El sistema cultural, para seguir las conceptualizaciones de José Joaquín Brunner(6), es la cultura real y concreta de una sociedad, que nunca se reduce a las intervenciones del Estado y sus instituciones, ni a las del mercado y sus operaciones, y se conforma a la manera de un "ecosistema” en donde se entrecruzan,
conviven y se recrean productos, mensajes y prácticas culturales tan diversas como los provenientes de los massmedia, los cultos religiosos, los discursos institucionales, los fenómenos contraculturales, la memoria popular tradicional, los valores de la nacionalidad o los ritos de la vida familiar. Las políticas culturales, en cambio, son intervenciones, concientes, intencionadas, formales, racionales y estratégicas realizadas desde el Estado o desde la iniciativa privada para tratar de incidir sobre un determinado sistema cultural, apuntando a corregir sus fallas, compensar sus carencias o reforzar sus potencialidades. En un esquema semejante, obviamente existirán áreas que no requieren de la intervención emergente del Estado (por ejemplo en sociedades que tienen un mercado editorial floreciente y diverso, no es indispensable una editorial nacional del Estado), otras que en cambio demandan iniciativas ambiciosas y urgentes para corregir sus fallas (pensemos en las estrategias para reforzar las cinematografías nacionales frente a la avalancha monopolizada del cine estadounidense) y aquellas que siempre necesitarán para su existencia de un cierto grado de intervención pública o de mecenazgo privado ya que el mercado, al menos hasta ahora, no resulta suficiente para garantizar su existencia (por ejemplo, los museos de arte, historia o de ciencias naturales, las orquestas sinfónicas, o las actividades de promoción de las culturas comunitarias). El asunto no es secundario, pues no en todos los casos las conclusiones y las decisiones son tan evidentes como en los ejemplos anteriores. No siempre resulta fácil decidir cuáles componentes de un sistema cultural deben ser prioritario en la atención pública y cuales puede dejarse a su libre discurrir. Tampoco es siempre aceptado como obvio que sólo conociendo a fondo la cultura real de un colectivo -interrogando la vida común de la gente, sus hábitos, su consumo y sus expectativas- podemos saber qué es lo que necesitan, cuáles son sus carencias y cuáles son las amenazas a sus equilibrios culturales. Pero el conocimiento del sistema cultural estará siempre tamizado por el tipo de concepciones que se tengan sobre el hecho cultural mismo y por la capacidad para identificar las transformaciones sucesivas que, al menos en el mundo contemporáneo, le afectan de manera permanente. No es sólo un problema de disponer de una data –estadísticas culturales, diagnóstico de infraestructura, estudios económicos-, sino de hacerse de un marco conceptual, estratégico, ético desde el cual hacer comprensible esa data y ponerla en relación con una visión de la política, de la cultura y de la ciudadanía. Al final se pueden diseñar y aplicar políticas, o en su ausencia, prácticas culturales institucionales, por olfato, a ciegas o “volando por instrumentos”. Se le pueden concebir por capricho, intuiciones, buenas intenciones o por ideologías entusiastas que busquen adecuar las culturales a los impulsos políticos generales de una alcaldía, intendencia o gobernación. Pero el modo ideal, el mecanismo que será siempre más democrático y a la vez efectivo es el de diseñar políticas culturales a través de un diálogo con sus destinatarios, una investigación de la realidad y la adecuación a, por una parte, una visión compartida de futuro del país, la región, el municipio o la localidad y, por la otra, al sentido de continuidad de las mejores experiencias institucionales en el contexto de una tradición y una situación cultural específica. Para la primera opción –diseñar políticas por olfato, a ciegas, “por instrumento”, o por meros entusiasmos de transición política- la vía es expedita y dependerá más del ensayo y error o de la capacidad para innovar. Para la segunda opción, la investigación, el pensamiento, la consulta permanente y el conocimiento del sistema cultural son instrumentos indispensables. Los retos de una política cultural urbana y municipal
Esta condición parece obvia pero no es siempre aceptada. A pesar de los avances, de las sugerencias y modelos recomendados por los organismos intergubernamentales, de la inmensa cantidad de leyes y programas aprobados, o de buenas intenciones convertidas en frases hechas como “la cultura no es sólo bellas artes”, “la cultura debe llegar al pueblo”, o “las políticas culturales deben ser elaboradas participativamente”, no siempre las políticas culturales de los gobiernos locales se basan en un conocimiento real, a veces ni siquiera aproximado, del sistema cultural ni en una aplicación práctica de los avances del pensamiento político y cultural. ¿Cómo puedo saber, por ejemplo, cuanta energía y recursos le debo colocar a un plan de lectura, si no tengo una idea certera y verificable de la situación en la que se encuentra la industria, el mercado y el consumo editorial, los hábitos de lectura, la dotación de bibliotecas, la capacidad inductora del sistema de educación básica, y otras variables que nos permitan definir cómo debe ser esa intervención consciente dentro del sistema cultural, área lectura, en su conjunto? ¿Cómo puedo determinar un Plan de recuperación del patrimonio edificado sino conozco a fondo la situación de conjunto en la ciudad o municipio que administro? En el caso de los gobiernos locales o de las ciudades esta situación se hace aún mucho más compleja. En primer lugar, porque la gestión cultural municipal o local exige establecer una cierta diferenciación de competencias y áreas de intervención con las responsabilidades del gobierno central -Ministerio de Cultura, Consejo Nacional o su afín- y con las instituciones nacionales especializadas, tales como las Compañías Nacionales, Museos, Cinematecas, etc. En segundo lugar, porque en las nuevas condiciones internacionales, pensar culturalmente una ciudad exige mezclar la visión de conjunto, nacional y global (las personas que habitan una ciudad y un municipio son miembros de la nación pero también, como nos ha explicado Renato Ortiz(7), del nuevo universalismo y la nueva cultura popular global), con las percepciones de la ciudad como proyecto autónomo, como destino, espacio de administración y de las representaciones, y a su vez, como “confederación” de espacios micro: tribus urbanas, vecindades, comunidades e identidades superpuestas que conforman el espacio urbano. Digamos entonces que como condición básica para diseñar políticas culturales urbanas necesitamos investigar/conocer/pensar sobre: 1. Las dimensiones del desafío: características de los municipios, las parroquias, los barrios, el equipamiento, los habitantes, los servicios públicos, las audiencias, los fenómenos de exclusión e inclusión; 2. La realidad institucional y de mercado: infraestructura cultural y servicios existentes, concentración y dispersión, oferta cultural dominante o carencial; organizaciones que en ella hacen vida pública; 3. Los sistemas de representación: relaciones perceptivas e imágenes compartidas del ciudadano sobre la ciudad y las visiones de necesidades de conjunto en oposición o convergencia con las sectoriales de grupos de opinión, barrios, profesionales, etc.; 4.
Los subsistemas: micromundos, tribus que conforman la diversidad interior;
5. Las conexiones operativas, primero, entre los Planes Culturales nacionales y los locales y, luego, entre la vocación que esa ciudad ha definido (cuando tienen Plan Estratégico o un instrumento equivalente) y sus condiciones u posibilidades culturales dentro del Plan Cultural. En el fondo se trata de entender la ciudad, además de otras estrategias- económica, ciudadana, turísticatambién como una estrategia cultural. Pero asumiendo que “lo cultural” va más allá de lo que se diseña en
las oficinas o dependencias específicamente culturales, que es indispensable “culturizar” los planes estratégicos y las visiones de futuro de la ciudad, y, además, conocer su dinámica cultural real para interactuar con ella. Lo cultural, en las ciudades contemporáneas, requieren entonces de una comprensión articulada entre: •
las políticas culturales y el marketing de la ciudad: la vocación económica.
•
las políticas culturales y la equidad: la vocación democrática.
• las políticas culturales y los servicios y la oferta artística y del espectáculo: la vocación lúdica y del entretenimiento. • las políticas culturales y las anomalías sociales, el racismo, la xenofobia, la violencia, la exclusión, etc.: la vocación civilizatoria. •
las políticas culturales, la ciudad y la organización local: la vocación ciudadana.
Investigación y políticas culturales de las ciudades: experiencias y tendencias Para ilustrar esta relación entre gestión cultural local e investigación vamos a enumerar algunas tendencias temáticas y experiencias concretas llevadas a cabo en diversos lugares de Iberoamérica. 1. Conocimientos básicos de infraestructura, equipamiento y consumo cultural desde el punto de vista de la ciudad y sus ofertas locales. En este caso se trata de investigaciones que ayudan a definir aspectos cuantitativos, operativos y de infraestructura que reunidos en su conjunto podrían mostrar una “radiografía”, una “cartografía”, o un “atlas” que muestre la realidad instrumental del espacio geopolítico sobre el que se quiere actuar. Es, por ejemplo, lo que hicieron a finales de la década de los ochenta en Cataluña, los autores del Atlas Cultural de Barcelona (*) en el que se mostraba, incluso gráficamente, la infraestructura y los servicios culturales de la ciudad, sus características, posibilidades de uso y otros aspectos operativos. También, las investigaciones sobre consumo cultural, coordinadas por Néstor García Canclini con el equipo de la Universidad de Xochimilco, en Ciudad de México, a solicitud y en alianza con el gobierno del Distrito Federal. Estos estudios tuvieron la particularidad de aplicar formas, vamos a decir, genéricas de los estudios de consumo cultural con aplicaciones concretas al estudio de la gestión y la infraestructura cultural de la ciudad. Ya no se trataba sólo de saber qué bienes o servicios consumían los ciudadanos de un país o una región, sino saber cosas muy específicas como el comportamiento de los públicos ante los espectáculos que se ofrecían en el Festival de las Artes que realiza anualmente gobierno local del DF. O las maneras en que incidía sobre el consumo cultural la ubicación de las salas de espectáculos o el tipo de información y los medios que se utilizaban para promover los espectáculos. En el libro El consumo cultural en México ( México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1993) ha quedado muy bien plasmado cómo se pueden mezclar ambos niveles –datos duros sobre crecimiento y características de la población urbana, la distribución espacial de equipamiento, y las oposiciones entre las formas de usos de la ciudad al uso del hogar como lugar de esparcimiento, las relaciones entre los usos de la televisión, vida privada y los géneros consumidos.
2. Estudios comparativos o específicos de experiencias concretas de gestión cultural de ciudades. En este caso se trata de estudios donde el tema no es la ciudad misma ni su sistema cultural, sino la evaluación de las políticas culturales locales, sus estrategias, principios y metas. Una resaltante expresión de esta modalidad lo representa el trabajo de INTERARTS, el observatorio cultural catalán, titulado Las políticas culturales en 7 ciudades europeas. Este trabajo, desarrollado entre 1999 y 2001 (*), como su nombre lo indica, tuvo como objetivo preciso “comparar las políticas culturales de 7 ciudades europeas en el marco de sus políticas urbanas”. Las ciudades incluidas fueron Amberes, Bruselas, Barcelona, Copenhague, Carlsruhe, Turín y Manchester. Las áreas seleccionadas como instrumento de comparación fueron: i. las competencias culturales definidas en cada ciudad como prioritarias; ii. las políticas culturales definidas; iii. la manera de poner en escena esas políticas; iv. las relaciones entre educación y cultura; v. las relaciones entre cultura, empleo y empresariado; vi. el papel asignado a las nuevas tecnologías; y, algo que en Europa es hoy motivo de gran preocupación, vii. las relaciones interculturales y las políticas de migración. Al revisar los resultados de este trabajo nos encontramos, primero, con cuadros comparativos y datos estadísticos precisos que nos permiten comprender cómo se aborda cada uno de esos campos en cada ciudad; y luego, tal vez lo más importante, con análisis cualitativos que logran reconstruir con absoluta claridad los perfiles individuales de las políticas culturales desarrolladas en cada una de ellas. Al concluir la lectura de los resultados, sabemos por ejemplo que Amberes oficia una estrategia construida sobre el trabajo de los actores locales en función de su visibilidad internacional; que Turín ejerce la acción cultural como eje para el desarrollo local, la visibilidad internacional y la capitalidad de la región del Piemonte en una región fronteriza en emergencia. Y así sucesivamente para cada una de las ciudades. (8) 3. Estudios de representaciones simbólicas e imaginarios urbanos como manera de acercarse a los modos como el ciudadano percibe y usa la ciudad Son enfoques que, a diferencia de los anteriores, apuntan a identificar, la manera como cada ciudadanos se representa, hace uso o visualiza y valora su ciudad. En este se recurre por tanto a los instrumentos propios del psicoanálisis o la etnografía, y a elemento de orden cualitativo menos ligados a la realidad de la ciudad de piedra y más vinculados a la ciudad imaginada (8) Un buen ejemplo de esta línea lo representa Culturas urbanas en América Latina y España, una investigación, actualmente en desarrollo, coordinada por Armando Silva Téllez, aplicada a 13 ciudades de ambos lados del Atlántico, con el propósito de ubicar los grandes imaginarios urbanos de cada una de ellas y de organizar lo que podría ser una primera enciclopedia multimedia de las culturas urbanas de la región. En este caso ya no se trata de identificar la ciudad a través de hechos fácticos y verificables –datos duros como vivienda, consumo, o servicios- sino más bien de indagar cómo los ciudadanos elaboran de manera colectiva ciertas maneras de entender la ciudad subjetiva, la ciudad imaginada, que termina guiando con más fuerza los usos y los afectos que la ciudad real. Para ilustrarlo un poco, podemos decir que creer o imaginar que una zona es la más peligrosa de la ciudad termina incidiendo mucho más que el hecho fáctico de que efectivamente lo sea, en lo que se refiere por lo menos a la decisión de transitar por ella, tomar un decisión habitacional o realizar una inversión inmobiliaria. 4. Estudios de la dinámica cultural interna de los grupos e instituciones que operan la vida cultural de la ciudad.
En este caso ya no se trata de evaluaciones de las políticas sino de maneras de identificar “lógicas de funcionamiento” de organizaciones independientes u oficiales que son las responsables de la prestación de servicios culturales y dinamización de la oferta y la creatividad cultural de un ciudad o un municipio. Un buen ejemplo lo constituye el trabajo de Sandra Rapten, Pasión por la cultura (Editorial Trilce, Montevideo, 2001) una investigación sobre la gestión, el financiamiento y la problemática de las organizaciones culturales de Montevideo en el que estudia las formas de financiamiento de los grupos culturales de la ciudad, identificando, entre otras cosas, cuáles son las constantes, las carencias y las reglas esenciales de la relación entre financiamiento público, subvención estatal y otras formas de autofinanciamiento. La lista de experiencias y tendencias podría extenderse considerablemente pero, por razones de espacio, nos referiremos sólo a una más: 5. Las prácticas de investigación para la participación académicamente no convencionales. Y aquí citamos el caso de las desarrolladas en Caracas, a través de la Fundación para la cultura y las artes (FUNDARTE) de la Alcaldía de Caracas, entre 1993 y 1996, basadas en la capacitación “de emergencia” de activistas de diversas comunidades de la ciudad para que pudieran realizar “catastros” de infraestructuras y servicios locales, inventarios de festividades y grupos, y, sobre todo, diagnósticos de tradiciones, necesidades y expectativas, que funcionaran como insumo a lo que se conoció como el Programa de parroquialización cultural. Basado en esa investigación de campo, desarrollada por los propios habitantes de las parroquias caraqueñas (los municipios de Venezuela están subdivididos en parroquias como la unidad mínima de administración); la Junta Directiva de FUNDARTE, la institución encargada de la política cultural del Municipio Libertador, asignaba un volumen determinado de recursos para el desarrollo de los programas locales. A modo de conclusión: Hacia una integración entre visiones estratégicas, investigación empírica, pensamiento cultural y proyecto democrático. Pero tampoco nos confundamos, la relación entre investigación social, de una parte, y diseño y aplicación de políticas culturales locales, de la otra, no es una panacea. Puede operar, es cierto, como un antídoto a ciertas tentaciones –el elitismo, el populismo, el asambleismo, el voluntarismo, el clientelismo, el mito de la preeminencia de lo popular o lo grupal por encima de cualquier otro proyecto o necesidad municipal o urbana. Puede usarse como un instrumento que contribuya a liberar la gestión del pragmatismo y la simplificación o la urgencia política (el alcalde o gobernador empuja porque necesita visibilidad de su gestión que al final será medida en votos). Y puede ser de máxima utilidad para saber con exactitud la diferencia entre el tamaño de las necesidades y la restricción de los recursos disponibles. Pero en lo que no debe convertirse es en un criterio único, digamos que tecnocrático, de diseño y ejecución de apolíticas. Lo verdaderamente importante en este campo es la posibilidad de que desde las unidades responsables del área cultural se asegure una práctica a la vez promotora y vigilante de la importancia decisiva del carácter cultural de la ciudad y el municipio, y de la necesidad de conocimiento riguroso de ese componente. O, para decirlo de otra manera, en la comprensión de la ciudad como una estrategia cultural cuya concreción va más allá de las oficinas o direcciones de cultura. Entendiendo que lo más cultural de las ciudades deriva precisamente no de un grupo de teatro o una editorial sino del uso mismo de la ciudad, de la apropiación colectiva del espacio público, del autorreconocimiento y reconocimiento mutuo entre ciudadanos, memoria colectiva, espacio construido y espacios de convivencia que a la larga son una resultante de la articulación de estrategias y políticas públicas en otras áreas –urbanismo, servicios, seguridad, etc.- que no parecieran ser propiamente culturales. Me permito recordar a Víctor Hugo quien sostenía que en las ciudades los
edificios son del propietario, del dueño legítimo, pero su belleza, la de sus fachadas y su construcción es un bien colectivo, es propiedad de todos, es lo que hace la ciudad. Por eso, y obviamente con mucha fuerza en las megalópolis y las grandes ciudades latinoamericanas, la preocupación por la cultura urbana, la necesidad de generar pensamiento propio sobre nuestras ciudades, e imaginar futuros realizables sobre su destino ,es una prioridad. Los latinoamericanos acudimos, en la mayoría de nuestras ciudades, a procesos muy complejos de redefinición de lo urbano y de fragmentación de lo público resultado de las amenazas crecientes de la pobreza, la violencia, el caos y la exclusión. La existencia de lo que Susana Rotker ha llamado las ciudadanías del miedo(9) y lo que Calos Monsiváis(10) define como las ciudades posapocalípticas; la secuencia de grandes insurrecciones populares que periódicamente sacuden a nuestras capitales (Caracas en 1989, Buenos Aires en el 2001, La Paz en el 2003, por sólo citar los casos más sonados); la aparición en su seno de un repertorio semántico para designar a, como lo define Mabel Piccini(11), “los que no son como uno” (el pelado en Ciudad de México, el marginal o la chusma en Caracas, el cholo en La Paz o Lima) y afirmar formas de exclusión y de neorracismo; son datos fundamentales desde dónde pensar las políticas culturales. No hacerlo desde allí es trabajar para ciudades artificiales, imaginadas, existentes sólo en la comodidad de los barrios “bien”, las zonas “rosa”, o los centros históricos bien equipados culturalmente en todas nuestras ciudades. Está, por supuesto, el otro lado de la moneda. Estas ciudades -lo escribí en 1993 en la inauguración de la Cátedra de Imágenes Urbanas- “son al mismo tiempo, los grandes laboratorios de la innovación social y de la creatividad cultural de nuestros países. Las nuevas musicalidades que nos definen e identifican, las mutaciones deslumbrantes del habla popular, los novedosos mecanismos de resistencia política y solidaridad social, los lenguajes visuales permanentemente renovados, encuentran en las grandes ciudades su fermento crítico y su mejor espacio de realización.” (12) Intentar conocer esa complejidad es una tarea esencial para la gestión cultural. Notas 1. Este texto fue presentado en INTERLOCAL. Foro Iberoamericano de ciudades para la Cultura, realizado en Montevideo, entre el 25 y 28 de marzo de 2003, bajo el auspicio de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Diputación Provincial de Barcelona y la Intendencia de Montevideo. 2. Nos referimos al informe Desarrollo Humano en Chile. Nosotros los chilenos, un desafío cultural, PNUD, Santiago de Chile, 2002. 3. En los últimos años se han incrementado, por ejemplo, los estudios sobre la relación entre economía y cultura tales como: El aporte de la economía de las industrias culturales en los países andinos y Chile: realidades y políticas, Informe ejecutivo del proyecto, Convenio Andrés Bello, Bogotá, 2001. 4. Ya es una referencia pionera el estudio de Sotolovich, Lescano y Mourelle, La cultura da trabajo, Fin de siglo, Uruguay, 1977. 5. Bernardo Kliksberg y Luciano Tomassini (compiladores), Capital social y cultura: claves estratégicas para el desarrollo, FCE, Buenos Aires, 2001. 6.
José Joaquín Brunner, América Latina: cultura y modernidad, Grijalbo, México, 1997.
7.
Renato Ortiz, Otro territorio, Convenio Andrés Bello, Bogotá, 1998.
8. El italiano Corrado Beguinot sugiere que cada ciudad esta compuesta por tres ciudades: la ciudad de piedra (la construida, formada por edificios, plazas, avenidas, etc.); la ciudad de relaciones (formada por los intercambios y actividades que las personas realizan dentro de la ciudad de piedra, los negocios, la vida familiar, el ocio) y la ciudad imaginada (la subjetiva, la que cada uno crea imaginariamente a partir de su experiencia). 9.
Susana Rotker (ed.), Ciudadanías del miedo, Nueva Sociedad, Caracas, 2000.
10.
Carlos Monsiváis, Los rituales del caos, Ediciones Era, México, 1995.
11. Mabel Piccini, “Territorio, comunicación e identidad –apuntes sobre la vida urbana-”, en Fernando Carrion y Dorte Wollrad (comp.), La ciudad como escenario de comunicación, FLACSO, Quito, 1999. 12. Tulio Hernández, “Una cátedra para pensar la ciudad”, presentación a Néstor García Canclini en La cultura en la Ciudad de México. Redes locales y globales en una urbe en desintegración, Fundarte, Caracas, 1993. Tulio Hernández Sociólogo, especializado en temas de Cultura y Comunicación. Se ha desempeñado como profesor la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas, en las Escuelas de Arte y Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y como investigador en el Instituto de Investigaciones de la Comunicación (ININCO) de la UCV. Fue Director-fundador del Centro de Investigación y Documentación de la Fundación Cinemateca Nacional de Venezuela, y presidente de la Fundación para las Artes y la Cultura (FUNDARTE) de la Alcaldía de Caracas. Profesor invitado en los cursos de gestión y cooperación cultural de la OEI en San José de Costa Rica, Bogotá y en Barcelona en los cursos de la Fundación Interarts, la Universidad de Barcelona, y la Cátedra UNESCO de Políticas Culturales de la Universidad de Girona. Actualmente se desempeña como columnista en la edición dominical del diario El Nacional, coordinador de la Cátedra Permanente de Imágenes Urbanas, y como director del Laboratorio de Cultura Contemporánea de Caracas http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ric04a03.htm
2. DOCUMENTO
Página: Medios para la Paz (www.mediosparalapaz.org) Sección: HOME> Claves sobre Colombia> El contexto nacional colombiano> Documentos> Los homicidios: Entre su descenso y las nuevas opciones de seguridad Dirección URL: www.mediosparalapaz.org?idcategoria=2069 Los homicidios: Entre su descenso y las nuevas opciones de seguridad El homicidio en Colombia está en descenso por varios factores, entre ellos la política de seguridad democrática del Gobierno y opciones exitosas de seguridad ciudadana de ciudades como Bogotá y Medellín.
Dos son las realidades sobre las últimas estadísticas de homicidio en Colombia. Una, que las cifras revelan una disminución de los homicidios en el país en los dos últimos años. Y dos, que en ciudades capitales se han consolidado opciones -diferentes a la política de seguridad democrática- para lograr éxito en la reducción de la violencia.
Así lo demuestra el análisis de las estadísticas realizado con representantes del Gobierno, analistas y ONG ante las polémicas presentaciones de las cifras de homicidio. La controversia más reciente dejó en el aire la sentencia: “Una cosa es hablar de política de derechos humanos y otra, muy distinta, es hacer política con los derechos humanos”.
La frase es del politólogo y abogado Rafael Merchán, quien en un documento titulado “ONG: ¿Objetividad No garantizada?” hizo fuertes reparos al manejo de las cifras por parte de algunas ONG. CINEP y la Comisión Colombiana de Juristas, reconocidas por sus bases de datos sobre violencia sociopolítica en Colombia, defendieron la veracidad y rigurosidad de la labor que desempeñan, y quienes han expresado dudas ante las cifras oficiales.
En esta ocasión las diferencias sobre el tema no se centran en si hay o no una reducción de los homicidios en Colombia, aspecto en el que se coincide, sino en la magnitud de dicha disminución y, especialmente, en la razón de la misma.
Si se tiene en cuenta las estadísticas de la Dirección Central de la Policía Judicial (Dijín) –que a diferencia de cualquier otra entidad oficial lleva el registro de homicidio en Colombia desde 1965 y de masacres desde 1994 - en el 2004 se redujo el homicidio así como el número de casos y víctimas de masacres (ver Cuadro 1 y 2).
En los dos casos, asegura el Gobierno, la disminución se debe a la Política de Seguridad Democrática y a hechos como el fortalecimiento de las Fuerzas Militares –en un proceso que viene desde el Gobierno anterior-; el aumento del número de efectivos de la Fuerza Pública en 96 mil hombres; la presencia de la Policía en 168 cabeceras municipales; el incremento del gasto militar del 2,8 al 3,3 por ciento del PIB en los últimos cinco años; la creación de 7 batallones de alta montaña; 15 brigadas móviles; 14 grupos de fuerzas antiterroristas urbanas y 32 grupos Gaula, entre otros.
Para el Gobierno en dicha reducción ha influido el proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia y el cese al fuego decretado por este grupo ilegal desde diciembre del 2003.
Otros factores
En el análisis de la reducción de homicidios también hay que tener en cuenta otros factores, en lo que coinciden diferentes analistas consultados. El primero, la significativa reducción de los niveles de homicidios en ciudades como Bogotá y Medellín en el 2004 y que confirma la tendencia a la baja desde los últimos años: en la capital, desde 1994 y en la ciudad antioqueña desde el 2003. Estos niveles tienen un impacto en las estadísticas nacionales si se tiene en cuenta que las dos ciudades representan, sólo para el año pasado, el 15.3 por ciento de los homicidios ocurridos en el país y para el 2003, el 18.2 por ciento.
Mientras Valle registró el mayor número de homicidios en el 2004 (3.955) con un aumento de un 7%, Antioquia le siguió (2.702) con una disminución del 39%, la más baja en el departamento en los últimos 14 años, como lo revela el último informe de la Vicepresidencia de la República. El hecho de que Medellín concentre 40% de los homicidios departamentales y que en 2003 se haya desmovilizado el Bloque Cacique Nutibara ayudan a explican la reducción en el total de Antioquia (Ver Cuadro 3).
El segundo factor a analizar es la reducción de la violencia en estas ciudades como resultado más de las políticas adoptadas por los últimos mandatarios locales –políticas de seguridad ciudadana y convivencia,
acciones preventivas, la “hora zanahoria”, el programa de cultura ciudadana- que de la política de seguridad democrática del Gobierno Nacional. Medellín y Bogotá han optado por fórmulas que no necesariamente corresponden a los parámetros de la política de seguridad democrática y que, por ahora, les están dando resultado, como afirma el analista Álvaro Camacho.
Un tercer elemento a tener en cuenta en medio de los números es cómo mientras en las grandes ciudades se registra una reducción de los homicidios, la violencia parece “desplazarse” a pequeños municipios cuyas estadísticas no tienen un impacto tan evidente en las cifras nacionales. Así, por ejemplo, las más altas tasas a nivel municipal se concentraron en Antioquia, Arauca, Boyacá, Casanare, Meta, Norte de Santander y Risaralda. Y la más alta del 2004 se registró en San Juan de Arama (Meta) con 410 homicidios por cien mil habitantes, aunque disminuyó con respecto al 2003, según un informe de la Vicepresidencia. Las tasas más altas corresponden a municipios de este último departamento: El Castillo, Fuente de Oro, El Dorado, Vistahermosa y Mesetas, éstos dos últimos ex municipios de la zona de distensión durante el proceso de paz del Gobierno de Andrés Pastrana.
La intensificación del conflicto y el aumento de homicidios también se registró en Tame, Puerto Rondón (Arauca); Tibú, El Tarra (Norte de Santander); San Francisco, Argelia (Antioquia); Balboa (Risaralda); Aguazul (Canasare) y Labranzagrande (Boyacá).
Precisamente Caquetá, uno de los departamentos dentro del Plan Patriota –ofensiva del Gobierno lanzada a finales del 2003 en el sur del país- registra un aumento de homicidios en el 2004 con relación al 2003, mientras que otros presentan un descenso (Ver Cuadro 4).
Decisiones estratégicas
La violencia responde también a decisiones estratégicas de los grupos armados, factor que es necesario tener en cuenta en el análisis de las estadísticas.
Desde diciembre del 2003 las AUC llamaron a un cese al fuego que aunque incumplido varias veces, como lo ha reconoció el propio Gobierno, ha contribuido a que haya menos muertos en el país. Así lo demuestra, además, la disminución de las cifras de masacres que históricamente han tenido como principales responsables a estos grupos ilegales. Precisamente en 2001 y 2002 (Ver Cuadro 3) se registró el mayor número de masacres de los últimos 12 años como estrategia de los paramilitares en contra del proceso de
paz del presidente Pastrana con las Farc. Posteriormente, dichas masacres se redujeron durante lo que lleva el proceso de paz del Gobierno con las AUC.
Por otra parte también está lo que algunos analistas llaman el “repliegue” de las FARC, que para el Gobierno no existe. “Aquí no hubo repliegue del terrorismo. Aquí lo que ha habido es acción de la Fuerza Pública y jamás habrá en Colombia repliegue popular para derrotar el terrorismo”, señaló el presidente Uribe el 21 de febrero para desestimar análisis que señalaban que la reducción de la violencia se debía al “silencio armado” de la guerrilla en el último año.
Sobre homicidios “políticos” y de sindicalistas
No es fácil distinguir entre muertes debidas al conflicto y aquellas por “violencia ordinaria”, como lo señala el Informe Nacional de Desarrollo Humano, El Conflicto: Callejón con Salida, debido a los híbridos y nexos que existen entre violencia ordinaria y conflicto: • Asesinatos ordinarios cometidos por algún actor armado • Delincuencia común al servicio de grupos armados • Aprendizaje social de la violencia entre unos y otros • Reducción de la capacidad del Estado para hacerle frente al crimen.
Así, por ejemplo, la categoría de “homicidio político” no está contemplada en las estadísticas de los organismos oficiales, que para el Cinep y la Comisión Colombia de Juristas es una información necesaria para conocer los homicidios perpetrados por individuos que pertenecen a organismos del Estado u originados por motivaciones políticas, discriminación social y causados por el conflicto interno.
Las dos ONG se han caracterizado por el estudio de ese tipo de violencia usando para ello diferentes categorías y metodologías. El Cinep, como lo señala el investigador Teófilo Vásquez, cuenta con el Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política desde 1988, cuyo órgano de difusión es la revista Noche y Niebla, mientras que la Comisión Colombiana de Juristas, dice su director Gustavo Gallón, hace un seguimiento al fenómeno desde 1988, el cual está sistematizado a partir de 1996.
En su informe, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos llama la atención sobre el hecho de que en las estadísticas oficiales no se “discrimina adecuadamente si el autor ha sido un agente del Estado o un particular actuando con el consentimiento o aquiescencia de éste”.
En el caso de los sindicalistas la situación es otra. El Observatorio, que se ha caracterizado por presentar las estadísticas discriminadas de homicidio de alcaldes, concejales, sindicalistas, maestros, periodistas e indígenas, ha señalado que la violencia contra los sindicalistas disminuyó y que entre los años 2003 y 2004 se registró una disminución de homicidios contra esta población en un 16%.
Sin embargo, como lo advierte la coordinadora del Observatorio, desde el 2003 hay un cambio en la metodología para el procesamiento de dicha información. En la base de datos ya no se incluyen los maestros entre los sindicalistas asesinados sino que se presenta la información por aparte: en una tabla se registran los sindicalistas asesinados y en otra, los maestros tanto sindicalizados como no sindicalizados. La coordinadora Sanz reconoce que centrales obreras y ONG no están de acuerdo con esta metodología pero ella advierte: “la idea no es manipular las cifras sino mostrar la realidad porque no todos los maestros están sindicalizados. La separación es necesaria para un mejor estudio de la situación”.
Cada uno de esos aspectos, las metodologías que se emplean para la recolección de la información, las variables que se definen y los conceptos que cada entidad maneja son una guía para conocer las tendencias de la violencia en Colombia, su aumento o su real descenso.
Unificación de metodologías
Es necesario “el establecimiento en Colombia de un sistema de estadísticas oficiales que recojan más adecuadamente las violaciones de los derechos humanos y las infracciones del derecho internacional humanitario”, afirmó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en su informe sobre la situación de derechos humanos y derecho internacional humanitario en Colombia dado a conocer el 11 de marzo. Así, dijo, se podrán tener “mejores elementos para la formulación y puesta en práctica de políticas públicas integrales en la materia”.
El Observatorio Presidencial de Derechos Humanos y DIH de la Vicepresidencia de la República está trabajando en la recolección y contraste de las estadísticas que recibe de las diferentes entidades oficiales, “tarea que no ha sido fácil”, como lo reconoce la coordinadora de dicho Observatorio, Anne Sylvie Sanz. “Hemos avanzado pero aún falta por hacer”, asegura.
La primera tarea tendrá que ser la unificación de información teniendo en cuenta diferentes variables:
1. En el caso de los homicidios, organismos oficiales manejan distintas cifras: en las estadísticas del 2003 la Dijín registra 23.214 homicidios; el Vicepresidente sostiene que son 23.031 y el Ministro de Defensa, 23.509. Diferencias menores también se observan en otros años, incluyendo en masacres. Para Sanz y el Jefe de
Estadísticas de la Dijín, el intendente Ferney Rodríguez, esto se debe a que las cifras se van actualizando a medida que se conocen nuevos hechos o la justicia se pronuncia sobre casos que están en investigación. Además, advierte el intendente, desde el 2002 la Policía cuenta con el Sistema de Información Estadístico Delincuencial, Contravencional y Operativo, SIEDCO que procesa la información de 36 unidades de policía de todo el país, lo que ha permitido avances en la sistematización y confiabilidad de dicha información.
2. En las estadísticas de homicidios comunes la Dijín incluye los muertos en combate –guerrilleros, autodefensas y miembros de la Fuerza Pública-, mientras que para el Observatorio esa es una separación indispensable y necesaria para conocer la realidad en cuento a violaciones de los derechos humanos e infracciones del Derecho Internacional Humanitario.
3. Aunque la Dijín incluye en sus estadísticas sobre homicidios a los miembros de la Fuerza Pública que mueren en combate reconoce que las Fuerzas Militares –Ejército- no le reportan dicha información, lo que estaría provocando un subregistro. La misma deficiencia la señala el Observatorio.
4. Las estadísticas de los diferentes organismos oficiales presentan la situación de violencia en el país por departamentos y, de manera diferenciada, por las áreas metropolitas de Bogotá, Cali y Medellín. A partir de 1991 la Dijín incluye a “Urabá” como una nueva área territorial, mientras que en los informes del Observatorio esa información del urabá antioqueño y el urabá chocoano se distribuye en los dos departamentos.
5. La desaparición forzada no aparece en los registros de la Policía Nacional lo que estaría provocando un desconocimiento de los niveles de ese tipo de violencia en el país.
cambios culturales georeferenciación y seguimiento estadístico
3. DOCUMENTO
AVANCES MUNDIALES NOTABLES EN EL ÁMBITO DE LA INFORMACIÓN PARA LA SUSTENTABILIDAD
Los sistemas de información ambiental y sobre sustentabilidad han avanzado notablemente en el mundo industrializado en esta última década. Con sofisticados sistemas de información georeferenciados, se puede obtener información de buena calidad para guiar las políticas públicas y la acción ciudadana. La información ambiental aún no se produce ni en los países más avanzados como Canadá, Suecia, Nueva Zelanda y varios de la Unión Europea, con la misma inversión y sostenimiento de equipos como los que trazan la evolución de la economía y de variables sociales, pero es indudable que han avanzado mucho y sus varios reportes, casi todos disponibles vía internet, dan muestra de esto. Pero en el mundo industrializado, y particularmente en Europa, se asiste al florecimiento de una nueva conceptualización del rol de la información en el desarrollo. Así, el acceso oportuno a información estratégica, el “derecho a saber” como ahora se concibe, supone la comprensión de la información como una herramienta democratizadora que permite la participación informada, y por cierto potenciada, del público en general y de las organizaciones ciudadanas, en la gestión ambiental y en el desarrollo sustentable en los distintos territorios. Un hito en el desarrollo de mecanismos para garantizar el acceso público y la participación con información adecuada es, sin duda, la negociación liderada por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, que condujo a la producción de la “Convención Sobre Acceso a la Información, Participación del Público en la Toma de Decisiones y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales”, adoptada el 25 de junio de 1998 en la ciudad danesa de Aarhus, en el marco de la cuarta conferencia ministerial del proceso “Ambiente para Europa”. El objetivo de la misma establece que “a fin de contribuir a proteger el derecho de cada persona, de las generaciones presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente que permita garantizar su salud y su bienestar, cada Parte garantizará los derechos de acceso a la información sobre el medio ambiente, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en asuntos ambientales de conformidad con las disposiciones de la presente Convención” (Comisión Económica para Europa 1999). Vinculando derechos humanos y derecho ambiental, la convención reconoce que tenemos una obligación con las futuras generaciones y establece que el desarrollo sustentable puede ser logrado sólo mediante el involucramiento de las partes (stakeholders), utilizando la información ambiental como una forma de democratizar y mejorar la participación en el desarrollo. La Convención de Aarhus es un instrumento para Europa, entró en vigencia en octubre de 2001 y hasta la fecha ha sido firmada por 20 países. Se han sostenido dos encuentros de signatarios, habiéndose organizado grupos de trabajo en cumplimiento, registros de emisión y transferencia de contaminantes, organismos genéticamente modificados, herramientas de información electrónica y acceso a la justicia, reportándose que el tema de evaluación ambiental estratégica ha sido explorado para redactar un nuevo protocolo. En general, esta Convención trata de levantar el velo sobre el secreto ambiental y fortalecer el derecho a saber de los ciudadanos, proveyendo de información clave en forma oportuna, para que estos puedan prevenir los efectos negativos de los procesos productivos. La convención pretende asegurar que todos tienen acceso a este tipo de información e impedir que los gobiernos “cubran” desastres ambientales. Así, ha sido ejemplo para el resto del mundo, como establece Kofi Annan: Although regional in scope, the significance of the Aarhus Convention is global. It is by far the most impressive elaboration of principle 10 of the Rio Declaration, which stresses the need for citizen’s participation in environmental issues and for access to information on the environment held by public authorities. As such it is the most ambitious venture in the area of ‘environmental democracy’ so far undertaken under the auspices of the United Nations. (Secretario General de la ONU, citado en www.unece.org/env/pp)
De manera complementaria, y con la intención de que todos los países del mundo se embarquen en este esfuerzo, gestores de información ambiental, asesores de política y abogados ambientales que representaban a gobiernos y ONG de seis continentes, se reunieron en Irlanda para desarrollar la Declaración de Dublin. Producida en septiembre de 2000, aboga por el mejoramiento del acceso público a la información ambiental, llamando a los países a fortalecer mecanismos de coordinación y redes, principalmente en forma de consorcios de productores de información ambiental clave del sector público, ONG y privados, para lograr sistemas de información interactivos de sustentabilidad y mejorar la cooperación internacional.
http://www.ine.gob.mx/ueajei/publicaciones/libros/363/cap5.html
georeferenciación frecuencia homicidios
Bien, hasta aquí y lo demás lo que queramos refutar, asumir, ampliar, etcétera.
Guillermo
Santa Rosa de Cabal, sábado 20 de Mayo de 2006”