Domingo 31 de marzo 2019
“La guerra es muy cruel, comés y dormís solamente cuando podés” Juan Antonio Solonyezny (hoy con 56 años) era un joven muchacho posadeño que vivía en San José y en 1982 estaba haciendo el Servicio Militar en el Regimiento de Infantería 4 de Monte Caseros (Corrientes).
Juan Antonio Solonyezny (hoy con 56 años) era un joven muchacho posadeño que vivía en San José y en 1982 estaba haciendo el Servicio Militar en el Regimiento de Infantería 4 de Monte Caseros (Corrientes). De repente, comenzó a recorrer el país de norte a sur hasta llegar a Las Malvinas, en el inicio mismo del conflicto bélico.
“Por aquella época había escasas comunicaciones, teníamos poco conocimiento de lo que pasaba en el país y menos en el mundo. Un día nos fueron a buscar al Regimiento y nos dijeron ‘muchachos, recuperamos las Malvinas’ y nos embarcaron a Buenos Aires, de ahí a Trelew y de ahí a Río Gallegos. Recorrimos medio país, del calor al frío, sin saber mucho que estaba pasando”, fue lo primero en recordar Juan en esta ronda de excombatientes. Luego dio paso a otro recuerdo cargado de emoción. “Al llegar no dieron de comer, uniformes, armas y nos dijeron ‘prepárense, dentro de poco vamos a ir a las Islas’. Y así, sin más preámbulos, nos subieron a un avión sin asientos y en plena madrugada llegamos a Malvinas”. Acomodándose los anteojos y mirando a lo lejos, Solonyezny especificó que “fue entre el 7 y el 10 abril. Fuimos de los primeros en llegar. Participamos en varias batallas hasta caer prisioneros, luego nos devolvieron a Puerto Madryn para no tocar más las Islas. La guerra es muy cruel, comés y dormís cuando podés. Uno, al salir de la isla y darse cuenta de que estaba vivo y sano, lo primero que quería era volver a ver a su familia, nada más”. “Se corría la noticia de que me habían matado” Al volver a la “Tierra Colorada”, Juan no corrió la misma suerte que muchos de sus compañeros, a los cuales les costó muchísimo insertarse en la sociedad. “Me fui a San José para reencontrarme con mi familia. Fue algo muy emocionante y a la vez gracioso, porque se corría la noticia de que me habían matado en Malvinas, pero no fue así: volví sano y salvo”, contó entre risas. “Igual, a los cuatro días ya estaba trabajando en el mayorista Moconá, en Posadas. Luego presenté los papeles a la también ya desaparecida Entel y a los cuatro meses me llamaron. Así hice toda mi carrera en Telecom y ahora ya soy jubilado de dicha empresa”. En otro tramo de la charla, Juan dijo que ahora se dedica a trabajar por el resto de los compañeros que no corrieron la misma suerte que él, a través de la Federación de Veteranos Héroes de la Guerra de Malvinas de Misiones. “Hoy, a más de tres décadas, buscamos acomodar a los veteranos de Misiones a la misma altura que los de otras provincias del país que lograron una mejor conjunción que la que hoy tenemos en la tierra colorada. Eso es lo que queremos: mejorar, ayudar, trabajar y acompañar a los excombatientes”. Juan también formó familia con su esposa María y tiene tres hijos: Gastón (31), Karen (25) y Ayelén (25). La lucha continúa: La Federación de Veteranos Héroes de la Guerra de Malvinas de Misiones busca desde su creación -en conjunción con otras siete asociaciones del interior de Misiones- insertar el tema de la Guerra de Malvinas como una materia en las escuelas primarias y secundarias; lograr una obra social para los veteranos; mayor contención al veterano (psicológica, espiritual, moral y médica); mejor remuneración económica y un mayor reconocimiento público y privado.