Neg - Sem 07 - Ses 14 A3 - Caso Relaciones Eu Ue(1).docx

  • Uploaded by: Jhonatan Palacios Hurtado
  • 0
  • 0
  • November 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Neg - Sem 07 - Ses 14 A3 - Caso Relaciones Eu Ue(1).docx as PDF for free.

More details

  • Words: 2,603
  • Pages: 5
RELACIONES COMERCIALES ENTRE EUROPA Y ESTADOS UNIDOS

E

uropa y Estados Unidos comercian una gama creciente de bienes y servicios, y sus ganancias respectivas destacan los beneficios del libre comercio. Aun así, los desacuerdos alteran regularmente sus relaciones. Por ejemplo, en 1993, la Unión Europea (UE) adoptó una política comercial que favorecía directamente a los pequeños productores de plátano de diversos países de África, el Caribe y el Pacífico. Por consiguiente, esta política impuso en forma indirecta barreras comerciales a los plátanos, más baratos, que se cultivan en América Latina. Nueve años después, la UE y Estados Unidos dieron fin a la llamada guerra del plátano y decretaron un nuevo acuerdo de cooperación comercial. Pero mientras duró, la guerra del plátano adquirió una importancia política y económica tan grande que involucró tanto a autoridades comerciales nacionales como industrias específicas, productores y distribuidores, instituciones transnacionales y partidos políticos. La guerra del plátano es una saga notable porque fundamentó la esperanza de que, cómo los buenos amigos que ocasionalmente discrepan, Estados Unidos y Europa pudieran interpretar aspectos del comercio en formas diferentes sin amenazar sus relaciones comerciales más amplias. Esta creencia era importante dado el número de intensas disputas comerciales entre países a uno y otro lado del Atlántico. De manera específica, Estados Unidos y la UE discrepaban en asuntos como la importación de carne de res tratada con hormonas, el etiquetado y la legislación de alimentos modificados genéticamente, la protección y la confidencialidad de la información, los subsidios aeroespaciales, las normas para una nueva generación de teléfonos celulares y los subsidios agrícolas. Esta situación pareció llegar al extremo cuando Estados Unidos decidió proteger su mercado del acero de 80,000 millones de dólares. Estados Unidos dijo que asignaría un impuesto mayor al 30 por ciento del valor de importación del acero extranjero para dar tres años de protección a su industria doméstica. El Comisionado de Comercio de la UE llamó a este hecho "un llamado descarado al proteccionismo" y "un clara violación a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC)". La UE, junto con Japón, China y otros países, se quejaron ante la OMC, la institución que arbitra las disputas comerciales entre países, y ésta amenazó con imponer aranceles en represalia. Conforme ésta y otras disputas crecían, algunos se preguntaban si la guerra del plátano entre la UE y Estados Unidos era una rara excepción o un patrón general. La tabla 6.1 informa sobre aspectos significativos de las relaciones comerciales entre la UE y Estados Unidos. La integración del Mercado Europeo Único, en 1992, implicaba que la UE debía unificar los diversos acuerdos existentes en Europa para la importación de muchos productos, incluyendo a los plátanos. Por ejemplo, Alemania no cobraba aranceles de importación a los plátanos, en tanto que el Reino Unido daba un trato especial a las importaciones procedentes de sus antiguas colonias caribeñas. En 1993, la UE aprobó una política de importación de plátanos para toda la comunidad que dio a ciertos países un acceso privilegiado al mercado europeo. En esencia, este sistema protegió la participación en el mercado del plátano cultivado en la UE por agricultores políticamente poderosos, como Grecia y las áreas no continentales de las Islas Canarias (España), Martinica y Guadalupe (Francia) y Madeira (Portugal). Además, otorgó un acceso comercial preferente a los "plátanos tradicionales" de países africanos, caribeños y del 1

Pacífico, muchos de los cuales eran antiguas colonias británicas o francesas. La UE argumentó que los pequeños productores de plátanos de esos países sufrirían sin esa ayuda. Las importaciones de plátanos de menor precio provenientes de América Latina y Sudamérica, producidas principalmente bajo la dirección de empresas multinacionales estadounidenses de alimentos, fueron penalizadas con restricciones de volumen y aranceles de importación más altos. TABLA 6.1: COMERCIO ENTRE ESTADOS UNIDOS Y LA UNION EUROPEA, 2000 EN MILES DE MILLONES DE DÓLARES ESTADOUNIDENSES Exportaciones estadounidenses de bienes a la UE Importaciones estadounidenses de bienes desde la UE Exportaciones estadounidenses de servicios a la UE Importaciones estadounidenses de servicios desde la UE Total de exportaciones estadounidenses de bienes y servicios a la UE Total de importaciones estadounidenses de bienes y servicios desde la UE Las 5 exportaciones principales de bienes a la UE Computadoras y productos electrónicos Equipo de transporte Químicos Maquinaria no eléctrica Productos manufacturados Las 5 importaciones principales de bienes desde la UE Reactores nucleares, calentadores y maquinaria Vehículos Químicos orgánicos Maquinaria eléctrica Instrumentos ópticos

CAMBIO PORCENTUAL DESDE 1999

159 220 93 82 255 302

+9.1% +13.0% +5.0% +18.5% +7.6% +14.4%

43.2 30.3 22.6 19.8 7.5

+2.7% +3.9% +2.7% -0.7% +13.8

39.5 27.7 19.3 16.4 11.6

-1.5% +3.0% +8.3% +2.7 +3.1

Fuente: Unión Europea (7 de noviembre de 2002): http://www.eurunion.orglprofile/EUUSStats.htm.

Había tres cuotas de ventas, cada una de las cuales contemplaba subcuotas. El sistema de cuotas de la UE afectó a la competencia y los precios de los productos. En primer lugar, al asignar una participación en el mercado por país de producción, eliminó el incentivo para los exportadores de usar el precio como una estrategia competitiva. En su lugar, el sistema de cuotas estableció los precios de los plátanos europeos a partir de los altos costos de los productores del Caribe oriental (Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente), cuyos salarios más altos y menor eficiencia hacían que el costo de sus plátanos fuera tres veces mayor que el de los plátanos producidos en América Latina. Para impedir que los productores de bajo costo cosecharan ganancias inesperadas por los precios de mercado ahora más altos, la UE asignó aranceles más altos a sus importaciones de plátanos y exigió también pagar recargos adicionales. En segundo lugar, pocas empresas manejaban el transporte, la maduración y la distribución de las exportaciones de plátanos. En 1993, tres empresas realizaban dos tercios de la logística de los plátanos. Como el sistema de cuotas de la UE les impidió aumentar su participación en el mercado, tenían pocos incentivos para mejorar su eficiencia o reducir sus precios. Por lo tanto, sus costos eran mucho más altos para el mercado de la UE que para el de Estados Unidos, inflando aún más los precios para los consumidores europeos. El Banco Mundial calculó que los consumidores europeos pagaban alrededor de 2,000 millones de dólares al año en precios más altos debido al sistema de cuotas. Más aún, el sistema de cuotas ocasionó que los consumidores europeos gastaran 13.25 dólares por cada dólar que invertían los países productores a los que se había otorgado acceso privilegiado. Básicamente, 150 2

millones de los 2,000 millones de dólares de aranceles más altos se destinaron a los países seleccionados para recibir ayuda. El resto generó ingresos arancelarios para la UE y utilidades infladas para los intermediarios. En tercer lugar, el costo elevado para los consumidores europeos desalentó la demanda de plátanos, conduciendo a un exceso de existencias en todas partes. Esto redujo aún más los ingresos y las utilidades de los productores de plátanos que habían perdido participación en el mercado por las cuotas de la UE. Aunque es la fruta más popular del mundo, el valor del comercio del plátano era insignificante con relación al comercio total entre la UE y Estados Unidos. Aun así, el humilde plátano desencadenó una guerra comercial en gran escala. Inmediatamente, las empresas multinacionales de plátanos, sobre todo Chiquita Brands y Dele Food Company, protestaron por el sistema de cuotas porque restringía ilegalmente su expansión. Chiquita, el principal distribuidor de plátanos en Europa, había invertido millones en plantaciones y barcos a principios de la década de 1990 con la expectativa de que una Europa unificada estuviera más abierta al comercio. Chiquita presionó a Estados Unidos para que cuestionara la decisión de la UE. Esto, por sí mismo, exacerbó la mala reputación de la guerra del plátano, Carl Lindner, el presidente de Chiquita Brands, fue uno de los principales patrocinadores financieros del presidente Clinton, había sido huésped invitado del presidente Clinton en la Habitación Lincoln en 1995 y había prestado su avión familiar al senador estadounidense Bob Dale. El señor Lindner presionó a funcionarios demócratas y republicanos para que tomaran medidas en la OMC en contra de la UE y presionaran a los países latinoamericanos para protestar por las cuotas de la UE. Sin embargo, en un escenario más amplio, Estados Unidos sostuvo que la UE usaba las cuotas de importación para proteger a los importadores europeos de plátano y al sector agrícola de Europa, al tiempo de castigar a sus clientes, a otros países y empresas. Esencialmente, Estados Unidos argumentaba que la política de la UE con relación a los plátanos se oponía a los esfuerzos de los gobiernas para liberalizar el comercio mundial. En 1995, Estados Unidas, apoyado par México, Guatemala, Ecuador y Honduras, presentó su caso ante la OMC. En 1997, la OMC dictaminó que el régimen de importación de plátanos impuesta por la UE era ilegal porque discriminaba a los plátanos de América Latina. A la UE se le dio de plazo hasta enero de 1999 para cumplir las directrices, pagar daños o enfrentar las represalias. El 1°de enero de 1999, la UE anunció enmiendas a su política con relación a los plátanos afirmando que éstas cumplían can las directrices de la OMC. Estados Unidos y sus aliados argumentaron que la política corregida de la UE contenía cambios triviales y pidieron a la OMC que la rechazara. En abril de 1999, la OMC dictaminó que las reformas promulgadas par la UE eran todavía injustas y le ordenó a la UE modificar su política nuevamente. Acusando a Europa de realizar maniobras dilatorias, Estados Unidas dijo que planeaba tornar represalias aumentando en 100 por ciento el impuesto o arancel que cobraba a los productos europeos cuando ingresaban a Estados Unidos. Estados Unidos se centró en los artículos de lujo europeos, con un valor de 520 millones de dólares, porque éste era el valor que las empresas estadounidenses, como Chiquita Brands y Dole, calculaban que habían perdido debido a la cuota que la UE impuso a los plátanos. Entre los productos europeos seleccionados para aplicarles el aumento del arancel estaban el vino francés, los panecillos belgas, los suéteres de cachemira escoceses, el queso italiano y los artículos de piel españoles que dependían grandemente del mercado 3

estadounidense. Aunque estaban muy lejos del mundo de los plátanos, estos productos destacaban en los países que al parecer apoyaban las cuotas que la UE impuso a los plátanos. Estados Unidos esperaba que los afligidos productores europeos presionaran a sus gobiernas para reformar la política de los plátanos. Los productos de Dinamarca y Holanda estaban exentos porque se oponían a esta política de la UE. Los aranceles punitivos de Estados Unidas prometían ganancias económicas mínimas: los 520 millones de dólares representaban menos de un cuarto del 1 por ciento de las importaciones estadounidenses provenientes de Europa en 1998. Sin embargo, el impacto político fue enorme. El Comisionado de Comercio Europeo lo llamó un "hecho inaceptable e ilegal que avivó las llamas de esta disputa". El presidente Clinton respondió, "no podemos mantener un sistema comercial abierto, el cual considero que es esencial para la prosperidad global, a menos que tengamos leyes que cumplir". El representante comercial de Estados Unidos hizo la observación de que las sanciones arancelarias del 100 por ciento aseguraban que cuando "los árbitros tomen una decisión final, estaremos en la misma posición coma si hubieran rendido su decisión final ayer". La UE se quejó ante la OMC de los aranceles punitivos de Estados Unidos. La OMC dictaminó que estaban permitidas, pero sólo para 191.4 millones de dólares de las exportaciones de la UE. Aunque el monto se redujo, se permitió el aumento del arancel al 100 por ciento a exportaciones selectas de la UE. Las empresas muy afectadas buscaron soluciones. Arran Aromatics, la empresa más grande de una isla escocesa, culpó al gobierna británico por su necesidad de despedir empleados. El director de una empresa de empaques británica, Beamglaw, dijo que tendría que reubicarse en Holanda. Algunas otras empresas buscaron exenciones de los aranceles estadounidenses para sus propios productos. Los representantes de la industria de la cachemira escocesa lograron eliminar este producto de la lista de productos castigadas después de reunirse con el presidente Clinton y otros funcionarios estadounidenses. Sin embargo, esto ocurrió después que la disminución de las importaciones de la industria de la cachemira virgen ocasionara desempleo en el segundo segmento de exportación más grande de Mongalia. Mientras tanto, algunas empresas estadounidenses se quejaran de los costos crecientes de las provisiones. Por ejemplo, Exide fabrica baterías y emplea a 18,000 personas. Su director general afirmó que el aumento del precio del plomo en gel, procedente de Alemania, para su producción de baterías "ocasionaría serias dificultades". En 1999, la UE adaptó una nueva regulación para la importación de plátanos compatible con la OMC. Este sistema requería que las empresas declararan su intención de importar una cantidad específica de plátanos y entonces la UE usaría un principio de asignación previa "el primero en llegar, el primero en ser servido". Dole, que había diversificado su abastecimiento de plátanos, además de hacerlo en otras líneas de frutas, aprobó esta propuesta. Lo mismo hizo Ecuador, el cual abastecía a Dole con una gran cantidad de plátanos. Estados Unidos rechazó este plan rotundamente y declaró que presentaría una nueva queja ante la OMC si se implantaba esta regulación. La UE retiró esta propuesta. En 2001, la UE y Estados Unidos declararon el fin de la guerra del plátano. Ambas partes acordaron establecer un nuevo régimen para la importación de plátanos en la UE. Específicamente, hasta 2006, la UE seguiría un sistema por medio del cual los países podrían 4

enviar la misma cantidad de plátanos que habían enviado a Europa de 1994 a 1996. A partir de ahí, la UE aplicaría el mismo arancel a todas las importaciones de plátanos. Aunque no es perfecto, el acuerdo cumplió con las directrices de la OMC y garantizó un acceso justo al mercado europeo para los plátanos de cualquier origen o distribuidor. La UE y Estados Unidos afirmaron simbólicamente su espíritu renovado de cooperación comercial al declarar que, "las disputas por el plátano durante los últimos nueve años han sido perjudiciales para todas las partes involucradas: comerciantes, productores latinoamericanos, africanos y caribeños, y consumidores. Confiamos en que el acuerdo de hoy terminará con las fricciones pasadas y nos llevará hacia un mejor terreno para el comercio del plátano". Unos meses después, Estados Unidos suspendió los aranceles punitivos a las exportaciones selectas de la UE. Al desvanecerse la guerra del plátano, la atención se dirigió hacia la confrontación creciente con relación al acero. Europa había ya arremetido contra Estados Unidos por violar los principios del libre comercio y las directrices de la OMC. La UE simpatizaba poco con el argumento estadounidense de que los aranceles sobre al acero importado eran un apoyo crucial para que la industria estadounidense en dificultades recuperara su competitividad internacional. En abril de 2002, la UE propuso la aplicación de sanciones comerciales con un valor de 336 millones de dólares a un raro, pero políticamente sensible, surtido de productos estadounidenses. Es decir, la UE planeaba "golpear a Estados Unidos donde más le doliera", centrándose en las exportaciones de estados importantes para la reelección del presidente estadounidense George W. Bush en 2004; las exportaciones incluían frutas cítricas de Florida, manzanas y peras de Washington y Oregon, y acero de Pensilvania, Ohio y Virginia del Oeste. A mediados del 2003, la OMC resolvió que los aranceles impuestos por Estados Unidos eran ilegales. La administración Bush dijo que apelaría la decisión. Si Estados Unidos pierde, Europa y otros países podrían imponer sanciones de valor similar en contra de Estados Unidos.

5

Related Documents


More Documents from "paco ces"