N46

  • May 2020
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  • Words: 12,084
  • Pages: 16
Editorial:

¡GANAMOS PARA AVANZAR!

LAS PALABRAS

Ganó la Revolución, ese es el primer dato de quien quiera analizar la nueva situación política nacional, ahora todas las fuerzas se mueven alrededor de ese hecho, construyen sus opciones, presentan alternativas, lo hacen de acuerdo a sus ideologías, a los intereses que defienden, a las clases que representan. Veamos. Podemos decir que en la derecha hay una reacción principal que propone un pacto, lo hace de diferentes maneras, con diversos matices. Asombra como en este empeño coinciden voceros oligarcas y voceros bolivarianos. Veamos. Luis Yáñez-Barnuevo, coordinador del grupo Socialista en el Parlamento Europeo (PSE) declaró: "estos resultados demuestran a la vez la división del país en casi dos mitades y, por lo tanto, la necesidad de impulsar el diálogo, la inclusión y el consenso para construir el futuro de Venezuela". José Vicente Rangel escribe: "El papel de Chávez, quien siempre demostró disposición a dialogar --siendo rechazado en cada oportunidad con torpes desplantes por los potenciales interlocutores-- hoy por hoy es determinante en este tema. Nada pierde Chávez con insistir en la apertura; con tender puentes. Claro está que en el marco de la Constitución, respetando la legitimidad que él encarna como Jefe de Estado. En definitiva, quien gana con una iniciativa de esta naturaleza es Venezuela (…) considero que gobierno y oposición están obligados a ofrecerle a los venezolanos una alternativa con menos tensiones. Destinada a romper la polarización y a echar las bases para la normalización de la vida nacional". Albornoz, del PPT: …recomendó incluir en el gabinete ejecutivo a personas que trasciendan la órbita de las organizaciones chavistas. "El Presidente está tratando de tirar puentes hacia sectores importantes de la vida nacional. Vienen momentos difíciles que no se pueden resolver solamente con el Gobierno", acotó. Julio Borges fija posición: "El dirigente de la tolda amarilla reconoció el triunfo de la opción oficialista, pero se preguntó si la ganadora era Venezuela, "porque hay muchos temas pendientes", además sostuvo que el país sigue dividido en dos mitades y se cuestionó, "¿pero serán agua y aceite? O podremos inaugurar una época donde trabajemos juntos". Está claro que hay una corriente, que hoy parece la más fuerte, planteando el pacto colaboracionista, tiene partidarios en los dos lados y merece nuestra atención. El dilema en la Revolución Bolivariana es avanzar hacia el Socialismo o regresar al pasado, no hay más alternativas en Venezuela. Ahora bien, el regreso al capitalismo se puede hacer de dos maneras, o con un golpe de Estado tipo Pinochet, o con un pacto restaurador que debilite a las opciones revolucionarias, debilite al Comandante y facilite la reimplantación del capitalismo. El pacto es una forma "honrosa" de restaurar al capitalismo, es una manera de devolverse y no avergonzarse, de olvidar al Socialismo sin decirlo. La opción revolucionaria debe desechar las ilusiones de pacto con nuestros enemigos irreconciliables, es de una candidez inexplicable, un suicidio.

Mario Benedetti

¡Ganamos para avanzar en la construcción del Socialismo, sólo así cosecharemos nuevas victorias! ¡Con Chávez Resteados!

www.debatesocialistadigital.com

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DIRECTOR HONORÍFICO Manuel Cabieses Donoso EDITOR Ramón Carrasquel S. DIRECCIÓN Roberto Carlos Palacios. COLABORADORES Revista Punto Final (Chile) Antonio Aponte

Néstor Kohan Rosa Tristán Alejandro Mena Colectivo AMAUTA (Argentina) Neftalí Reyes Jean Cabot DIAGRAMACIÓN David Luhan

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No me gaste las palabras no cambie el significado mire que lo que yo quiero lo tengo bastante claro

si habla de paz pero tiene costumbre de torturar mire que hay para ese vicio una cura radical

si usted habla de progreso nada más que por hablar mire que todos sabemos que adelante no es atrás

si escribe reforma agraria pero sólo en el papel mire que si el pueblo avanza la tierra viene con él

si está contra la violencia pero nos apunta bien si la violencia va y vuelve no se me queje después

si está entregando el país y habla de soberanía quién va a dudar que usted es soberana porquería

si usted pide garantías sólo para su corral mire que el pueblo conoce lo que hay que garantizar

no me gaste las palabras no cambie el significado mire que lo que yo quiero lo tengo bastante claro

no me gaste las palabras no cambie el significado mire que lo que yo quiero lo tengo bastante claro

no me ensucie las palabras no les quite su sabor y límpiese bien la boca si dice revolución.

Por Hugo Chávez.- Larga ha sido la marcha para llegar a esta fecha de hoy, 15 de febrero. Es una fecha gloriosa, fecha luminosa, de consolidación de los plenos derechos y poderes democráticos. Porque ese es el destino que nos hemos trazado y en el que estamos dispuestos a dejar el alma para conquistarlo. Tiempo histórico que nos compromete, tiempo de nuestros ancestros y a la vez tiempo de nuestros nietos. No será una batalla más: en esta ocasión tenemos la oportunidad de despejar el horizonte, reimpulsando el devenir de un pueblo comprometido con los altos designios de esta hora. Avanzar en el sueño y el proyecto libertario de nuestro Padre Libertador, encarnarlo y realizarlo, pasa por la cita que hoy nos espera: lo que comenzó a fraguarse a principios del siglo XIX, entre el filo del pensamiento y el filo de la espada, lo podemos consolidar este domingo, con nuestra firme voluntad de darnos el derecho de ser real y verdaderamente libres, real y verdaderamente soberanos. Lo que está en juego hoy 15 de febrero, puede sintetizarse en un dilema que debe ser resuelto por el Pueblo: seguir avanzando hacia el ejercicio pleno de la soberanía popular o la pretensión contrarrevolucionaria de ponerle frenos, cortapisas a la democracia revolucionaria. Es el dilema del Hamlet de Shakespeare: ser (el Sí) o no ser (el No). Desde hace diez años hemos plenado la historia venezolana de sentido: de sentido bolivariano, abierto, popular; de sentido constructivo, creativo y liberador. Antes la historia no nos pertenecía, otros la tramaban y nosotros sólo la padecíamos. Éramos simples peones de un macabro ajedrez dispuesto por el imperio y sus cipayos apátridas. Eso cambió y cambió para siempre, desde hace diez años: el Pueblo heredero de las grandes batallas, encarnación viva de todas nuestras luchas, le ha puesto sangre y hueso, alma y corazón a esta revolución; hemos sido y somos, todas y todos, un solo protagonista estelar de las transformaciones emprendidas: transformaciones que no acaban aún porque se requiere seguir completando el sagrado anhelo que nos impusimos: tener Patria Libre, Patria Buena y Bonita, Patria Socialista, para nosotros, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Quiero decir que le hemos propuesto al país una orientación que ha venido perfilándose entre aciertos y dificultades, es cierto, pero que desde que la parimos ha tenido el mismo horizonte: es nuestro pueblo haciéndose un Pueblo cada vez más digno día a día; un Pueblo que se

reconoce el trayecto recorrido y comprende lo que el porvenir le exige. En definitiva: un Pueblo que sabe que sólo fraternalmente unido en el empeño y conservando el camino, podrá un día decir que nos estamos acercando al sueño, al alto sueño de la Patria definitivamente liberada. Que no haya duda entonces: ¡¡Eso es lo que nos estamos jugando con nuestra decisión, hoy 15 de febrero!! Decía el gran poeta Willian Blake en un aforismo: así como hay un tiempo para la siembra hay otro para la cosecha. Sirva esta idea para perfilar lo que les quiero advertir. Desde antes de haber llegado al Gobierno y lo que llevamos en él, han sido tiempos de paciente y laboriosa siembra. Algo hemos recogido, pero no basta. Hoy 15 de febrero, es la fecha para garantizarnos el inicio del tiempo de las grandes cosechas: el tiempo de llenar los graneros de esta hermosa travesía en la que estamos comprometidos todos por un porvenir que sea nuestro de verdad y no un simple accidente del tiempo y de la vida. Hoy 15 de febrero, luego de la victoria del Sí, bien podremos decir con voz de Pueblo unido: ¡¡El porvenir comienza a ser nuestro!! No habitamos ni vivimos un país. Habitamos y vivimos un reto, un reto de Patria. Por eso nuestras conquistas siempre estarán un poco más allá de lo que logremos; por eso es que tratar de darle consistencia al socialismo democrático es, para nosotros, una permanente exigencia: una frontera que hay que vencer cada día. De allí este empeño sin descanso, porque simple y llanamente nos lo merecemos: el reto de una democracia auténtica y revolucionaria, de participación plena y protagonismo pleno, es la idea que nos toca a la puerta de nuestra historia; esa es la idea poderosa que nos debe alentar porque como lo dijo Víctor Hugo: Nada hay más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo. Finalmente, lo advierte también el Eclesiastés: "Todo lo que va a ocurrir debajo del sol tiene su hora".

Es pues, la hora del pueblo... Por eso te lo repito: ¡¡Te estoy esperando en aquel lugar!! ¡Venceremos!

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Para la Revolución Bolivariana es importantísimo investigar la naturaleza de las revoluciones pacíficas, sólo así podremos construir los criterios y conceptos que nos guíen hacia la superación de la primera etapa de la Revolución: en la que se cohabita con las instituciones, leyes, valores del pasado en el camino hacia el Socialismo. El dilema de toda Revolución es la confrontación vital entre restauración y Revolución, la hegemonía de una u otra tendencia establece el rumbo definitivo de un proceso de cambios sociales. La restauración mas dañina es la que suele mimetizarse como reformismo conciliador y que casi siempre, cual Caballo de Troya, termina destruyendo la Revolución desde adentro. Es así que casi todas han sido truncadas o atrapadas sin superar esta primera etapa que podríamos llamar de la "maldición restauradora". POR: NEFTALÍ REYES

Las revoluciones pacíficas son singulares y casi siempre experiencias fallidas. El experimento más cercano a nosotros es el Chile de Allende, que sucumbió bajo las garras del fascismo y el imperialismo. Es una muy valiosa enseñanza para los que también intentamos transitar la senda pacífica.

dañina es la que suele mimetizarse como reformismo conciliador y que casi siempre, cual Caballo de Troya, termina destruyendo la Revolución desde adentro. Es así que casi todas han sido truncadas o atrapadas sin superar esta primera etapa que podríamos llamar de la "maldición restauradora".

Para la Revolución Bolivariana es importantísimo investigar la naturaleza de las revoluciones pacíficas, sólo así podremos construir los criterios y conceptos que nos guíen hacia la superación de la primera etapa de la Revolución: en la que se cohabita con las instituciones, leyes, valores del pasado en el camino hacia el Socialismo. El dilema de toda Revolución es la confrontación vital entre restauración y Revolución, la hegemonía de una u otra tendencia establece el rumbo definitivo de un proceso de cambios sociales. La restauración mas

Para construir una respuesta debemos investigar el comportamiento político de la masa, y la dinámica de la dominación.

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La masa tiene varios estratos: si consideramos sus relaciones económicas encontraremos las clases sociales: obreros, clase media, pequeños burgueses, burgueses. Si consideramos su conciencia, encontraremos dos tipos fundamentales de conciencia: la conciencia dominante, la hegemónica, que anida transversalmente en toda la sociedad, en todas las

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clases sociales donde colide con las particularidades de la existencia de clase. De esta forma las clases portan dos conciencias, la hegemónica dominante, y la que surge de su existencia, esta última aplastada, dominada por la hegemónica. En estas circunstancias la masa, se mantiene políticamente pasiva, sólo participa, cuando lo hace, en un acto electoral que más es un ejercicio de marketing, que es individual, ocasional y no establece ningún nexo organizativo, ni político. La masa se distrae en objetivos subalternos: las novelas, la vida de los artistas, el deporte comercial, que es equivalente al circo romano, la vida de los deportistas, la lotería, la "búsqueda de la vida". La actividad política es ejercida por unas elites que funcionan más como directivas de compañías mercantiles.

En situación de tranquilidad, el control que las clases dirigentes ejercen sobre las masas es casi absoluto, evitan que se dispute el poder. El dominio se fundamente en la familia autoritaria, los medios de deformación, la escuela, la iglesia, la cultura hegemónica. Este control se sintetiza, se resume, se expresa en las elecciones burguesas, que son la "manifestación suprema" de la participación política. En esas elecciones se construye una ficción de mayoría pasiva, que en realidad no actúa en política y que en realidad no es mayoría, ni de la sociedad toda ni de los posibles votantes. El oligarca establece el límite de edad para votar, allí ya excluye de la participación política a un grueso de la sociedad, a los de catorce, quince, dieciséis, hasta dieciocho años, que la combatividad de los liceos demuestra que son activos en política. Por otra parte, la participación en las elecciones es en términos redondos, cerca de un 60% de los electores inscritos. Y de ese 60% de electores que participan la supuesta mayoría es muchas veces de solo un 30%, en definitiva lo que ellos llaman mayoría no alcanza ni a un 15% de los electores totales, ni a 10% de la población activa políticamente. La dominación burguesa se basa en la pasividad y no en la actividad de la masa. En situación de tranquilidad social, la conciencia hegemónica y su expresión política mantienen a la sociedad estabilizada. Sin embargo, en determinados momentos, la dominación se resquebraja, presenta grietas profundas, y entra en turbulencia, se dice que hay un período pre o revolucionario. Si la Revolución es violenta, si la toma del poder es consecuencia de una confrontación militar, entonces la institucionalidad, las leyes burguesas, oligarcas estallan y sobre ese terreno se instaura la legitimidad revolucionaria. La vanguardia, que fue exitosa en captar sectores de masa actuante, que participaron o

“...Ahora bien, si la Revolución es pacífica, las dos primeras etapas de la Revolución se cumplen, es decir, se forma una vanguardia, esta capta sectores de masa actuante, triunfa, pero tiene grandes dificultades para pasar a la última etapa, la de consolidar una mayoría revolucionaria actuante. Entre la masa actuante, que se ha concientizado, y el resto de la sociedad que se ha mantenido pasiva, se interpone todo el mecanismo de dominación oligarca que se mantiene intacto...”

Si la decisión de la confrontación se hace en el terreno, y con las reglas de la burguesía, esto es con la expresión de la voluntad de la mayoría pasiva, en unas elecciones especialmente diseñadas para eso, entonces estratégicamente, la Revolución esta en desventaja, se irá desgastando poco a poco, la distorsión oligarca irá tomando cada vez más fuerza en la zona pasiva de la sociedad y finalmente derrotará a la Revolución. La propuesta oligarca es más atractiva para la gran masa pasiva: es cómoda, menos riesgo, menos miedo, está anclada en milenios de costumbres, no tiene el desasosiego de lo desconocido, tiene medios más poderosos para difundirse. De lo anterior conclusiones:

se

desprenden

varias

Primero, las elecciones oligarcas no son inocuas, inocentes, son un instrumento de dominación, miden la voluntad de la pasividad. La mayoría como la proponen los oligarcas, es un fraude.

Segundo, la Revolución tiene otra manera de expresión de la voluntad, la voluntad que vale es la actuante. apoyaron activamente a la Revolución durante la confrontación, y esa masa actuante que posibilitó la toma del poder, continúa su labor de difundir los valores revolucionarios, es así que se construye una sólida mayoría revolucionaria actuante en esa sociedad.

Tercero, la Revolución tiene la urgencia de defenderse de la ofensiva de los mecanismos de dominación oligarcas: la televisión, la escuela, la iglesia, la familia autoritaria etc. Debe considerar como principal campo de batalla la conciencia de la población.

Ahora bien, si la Revolución es pacífica, las dos primeras etapas de la Revolución se cumplen, es decir, se forma una vanguardia, esta capta sectores de masa actuante, triunfa, pero tiene grandes dificultades para pasar a la última etapa, la de consolidar una mayoría revolucionaria actuante.

Cuarto, la Revolución debe, lo más rápido posible, instaurar un nuevo sistema de expresión de la voluntad popular revolucionaria, es decir, debe construir otro tipo de elecciones:

Entre la masa actuante, que se ha concientizado, y el resto de la sociedad que se ha mantenido pasiva, se interpone todo el mecanismo de dominación oligarca que se mantiene intacto.

Un sistema que sea permanente, rápido de consultar, que cree organización, que conecte a elegidos y electores, que los responsabilice. Este sistema tiene como base la elección indirecta. La directa es parte de la trampa de las elecciones burguesas.-DS-

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EL OPORTUNISMO,

UN ATAJO SIN SALIDA POR: NÉSTOR KOHAN

duard Bernstein (1850-1932) fue uno de E los principales teóricos del socialismo reformista a nivel mundial. Se había afiliado en 1872 al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Desde 1881 a 1890 editó junto a August Bebel (1840-1913) el diario Sozialdemokrat [Socialdemócrata].En 1901 fue elegido diputado del Reichstag (cámara baja del Parlamento alemán), donde participó en tres legislaturas (1902-1906, 1912-1918 Y 1920-1928). Por sobre otros políticos de esta vertiente socialista, Bernstein contaba en su haber con una sólida cultura filosófica y una extensa formación teórica. Su propuesta consiste en sintetizar a Carlos Marx [1818-1883] con lmmanuel Kant (1724-1804). De esta forma, propone que el socialismo sea tan sólo un ideal ético a largo plazo (el "programa máximo" en la jerga de la época), evitando todo intento por llevarlo a la práctica mediante levantamientos revolucionarios. El experimento teórico de Bernstein fue calificado en su tiempo como "revisionista" porque revisa los fundamentos del socialismo marxista. Sus artículos, polémicas aparecieron entre 1897 y 1898 en la Neue Zeit, órgano oficial del SPD. Luego fueron reunidos en dos libros: Problemas

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del socialismo y Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia. Como también hacen algunas corrientes actuales, hoy de moda, Bernstein planteaba: (1) para cambiar la sociedad no hay que tomar el poder, y (2) quienes quieren transformar la sociedad deben abandonar la dialéctica. Resulta sugerente comprobar cómo, un siglo después, ambas proposiciones han resurgido en los libros del famoso Toni Negri y en otros ensayistas contemporáneos que también son best seller. En sus escritos, Bernstein rechaza todo "salto brusco de la sociedad capitalista a la socialista", los "milagros" y todo "gran corte" entre capitalismo y socialismo. Tres nombres distintos para designar su rechazo a la idea misma de revolución socialista que él designaba peyorativamente como "utopismo". La joven Rosa Luxemburgo, cuando todavía no había cumplido los 30 años, sale a contestarle con artículos que se publican en el periódico Leipziger Volkszeitung, luego reunidos en su libro Reforma o revolución [1900, segunda edición de 1908]. El siguiente capítulo forma parte de ese libro y en su edición original lleva por título "El método oportunista":

Según Bernstein, el desarrollo del capitalismo hace cada vez más improbable su hundimiento general, debido a que, por un lado, el sistema capitalista muestra cada vez mayor capacidad de adaptación y, por otro lado, la producción se diversifica cada día más. La capacidad de adaptación del capitalismo se manifiesta, según Bernstein, en: 1) la desaparición de las crisis generales, gracias al desarrollo del sistema crediticio, las alianzas empresariales y el avance de los medios de transporte y comunicación; 2) la resistencia demostrada por las clases medias, a consecuencia de la creciente diferenciación de las ramas de la producción y del ascenso de amplias capas del proletariado a las clases medias; 3) y finalmente, la mejora de la situación económica y política del proletariado, como resultado de la lucha sindical. La conclusión de todo esto es que la socialdemocracia ya no debe orientar su actividad cotidiana a la conquista del poder político, sino a la mejora de las condiciones de la clase obrera dentro del orden existente. La implantación del socialismo no sería consecuencia de una crisis social y política, sino de la paulatina ampliación de los controles sociales y de la gradual aplicación de los principios cooperativistas. El propio Bernstein no ve nada nuevo en sus proposiciones; al contrario, cree que coinciden tanto con determinadas observaciones de Marx y Engels como con la orientación general de la socialdemocracia hasta el presente. En nuestra opinión, en cambio, es difícil negar que las concepciones de Bernstein en realidad contradicen abiertamente las tesis del socialismo científico. Si el revisionismo bernsteiniano se redujera a afirmar que el proceso de desarrollo capitalista es más lento de lo que se pensaba, ello no implicaría más que un aplazamiento de la conquista del poder político por parte del proletariado, en lo que todo el mundo estaba de acuerdo hasta ahora. Su única consecuencia sería un ritmo más lento de la lucha. Pero no es éste el caso. Bernstein no cuestiona la rapidez del desarrollo capitalista, sino el desarrollo mismo y, en consecuencia, la posibilidad misma de la transición al socialismo. La teoría socialista mantuvo hasta ahora que el punto de partida para la transformación socialista sería una crisis general y catastrófica, perspectiva en la que hay que diferenciar dos aspectos: la idea fundamental y su forma externa. La idea fundamental es que el capitalismo, víctima de sus propias contradicciones internas, llegará a desequilibrarse, a hacerse imposible. Había buenas razones para pensar que esa coyuntura se daría en la forma de una crisis comercial general y estremecedora, aunque esto es de importancia secundaria a la hora de considerar la idea fundamental. La justificación científica del socialismo reside principalmente, como es bien sabido, en tres consecuencias del desarrollo capitalista. En primer lugar y ante todo, la anarquía creciente de la economía capitalista, que convierte su decadencia en inevitable. En segundo lugar, la progresiva socialización del proceso de producción, que da lugar al germen del futuro orden social. Y en tercer lugar, la organización y la conciencia de clase crecientes del proletariado,

el cual constituye el factor activo de la revolución venidera. Bernstein, al afirmar que el desarrollo capitalista no se aproxima a una crisis económica general, niega el primero de estos pilares del socialismo científico. No rechaza una forma concreta de' hundimiento, sino el propio hundimiento. Bernstein dice explícitamente: "Podría argumentarse que cuando se habla del hundimiento de la sociedad actual se está pensando en algo más que una crisis económica general y más fuerte que las anteriores, esto es, se está pensando en una quiebra total del sistema capitalista, a resultas de sus propias contradicciones". A lo cual contesta él mismo: "Con el creciente desarrollo de la sociedad, un hundimiento simultáneo y cercano del actual sistema de producción no es más probable, sino más improbable, porque el desarrollo capitalista aumenta, por un lado, la capacidad de adaptación de la industria y, por otro, o al mismo tiempo, su diferenciación".

Surge aquí la gran cuestión: ¿Por qué y cómo, en este caso, llegamos a nuestro objetivo último? Desde el punto de vista del socialismo científico, la necesidad histórica de la revolución socialista se manifiesta sobre todo en la anarquía creciente del capitalismo, que lo conduce a un callejón sin salida. Pero si se admite la tesis de Bernstein de que el desarrollo capitalista no lo encamina hacia su propio hundimiento, entonces el socialismo deja de ser objetivamente necesario. Por tanto, sólo restan los otros dos pilares de los fundamentos científicos del socialismo: la socialización del proceso de producción y la conciencia de clase del proletariado. A esto se refiere asimismo Bernstein al decir: "La eliminación de la teoría del hundimiento en absoluto priva a la doctrina socialista de su poder de convicción, puesto que, pensado con más detenimiento, ¿qué son en realidad todos los factores de eliminación o modificación de las antiguas crisis que hemos mencionado? No otra cosa que las premisas, e incluso en parte el germen, de la socialización de la producción y la distribución". Sin embargo, una breve reflexión permite darse cuenta de la falacia de esta conclusión. ¿Cuál es la importancia de los fenómenos -los cárteles, el crédito, el desarrollo de los medios de transporte, la mejora de la situación de la clase obrera, etc.- que Bernstein cita como medios de

la adaptación capitalista? Evidentemente, que eliminan o, al menos, atenúan las contradicciones internas de la economía capitalista, frenan el desarrollo o la agudización de dichas contradicciones. De este modo, la eliminación de las crisis sólo puede significar la eliminación de la contradicción entre producción y distribución en el sistema capitalista. Y la mejora de la situación de la clase obrera, o la integración de ciertos sectores de la misma en las capas medias, sólo puede significar la atenuación del antagonismo entre capital y trabajo. Ahora bien, si los fenómenos antes mencionados eliminan las contradicciones del capitalismo y, en consecuencia, evitan el hundimiento del sistema, si permiten que el capitalismo se sostenga -por eso Bernstein los llama "medios de adaptación"-, ¿cómo pueden los cárteles, el crédito, los sindicatos, etc., ser al mismo tiempo "las premisas e incluso en parte el germen" del socialismo? Evidentemente, tan sólo en el sentido de que ponen más claramente de manifiesto el carácter social de la producción. Pero, dado que se conservan en su forma capitalista, convierten en superflua la transformación de esa producción socializada en producción socialista. Por eso sólo pueden ser el germen o las premisas del orden socialista en un sentido conceptual, pero no en un sentido histórico. Es decir, son fenómenos que, a la luz de nuestra concepción del socialismo, sabemos que están relacionadas con éste, pero que en realidad no conducen a la revolución socialista, sino que la hacen superflua. Como único fundamento del socialismo nos queda, por tanto, la conciencia de clase del proletariado. Pero, en este caso, ya no es el simple reflejo intelectual de las cada vez más agudas contradicciones del capitalismo y su próximo hundimiento –que será evitado por los medios de adaptación-, sino un mero ideal cuyo poder de convicción reside en la perfección que se le atribuye. En pocas palabras, lo que aquí tenemos es una justificación del programa socialista a través de la "razón pura", es decir, una explicación idealista del socialismo, que elimina la necesidad objetiva del mismo como resultado del desarrollo material de la sociedad. La teoría revisionista se enfrenta a un dilema. O bien la transformación socialista es, como se admitía hasta ahora, la consecuencia de las contradicciones internas del capitalismo, que se agudizarán con el desarrollo capitalista, rematando inevitablemente, en un momento dado, en su hundimiento - siendo entonces inútiles los "medios de adaptación" y correcta la teoría del hundimiento-, o bien los "medios de adaptación" evitarán realmente el hundimiento del sistema capitalista y, de ese modo permitirán que éste, al superar sus propias contradicciones, se mantenga, con lo cual el socialismo deja de ser una necesidad histórica y pasa a ser lo que sea, excepto el resultado del desarrollo material de la sociedad. Este dilema lleva a otro. O el revisionismo tiene razón en lo relativo al desarrollo capitalista, y por tanto la transformación socialista de la sociedad es una utopía, o el socialismo no es una utopía, y entonces la teoría de los "medios de adaptación" es falsa. En resumidas cuentas, ésta es la cuestión. -DS-

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Comandante Hugo Chávez. 15 de febrero de 2009. Balcón del Pueblo, Palacio de Miraflores

(Fragmentos) ¡HA SIDO UNA GRAN VICTORIA! 15 de febrero: hemos escrito, como te lo prometimos, otra página memorable en tu calendario. ¡Febrero, febrero, siempre febrero! ¡Febrero rebelde! Febrero de pueblo unido, febrero de pasión Patria. Febrero siempre febrero. ¡Ha ganado el SÍ! ¡Ha ganado la verdad contra la mentira! Ha ganado la dignidad de la Patria, contra los que niegan a la Patria; ha ganado la constancia. Recordemos a Bolívar el Padre libertador cuando dijo: “Dios concede la victoria a la constancia...” La constancia de un pueblo, la dignidad de un pueblo ha ganado, se ha impuesto por una clara mayoría; hemos abierto hoy de par en par las puertas del futuro. Venezuela no volverá al pasado de indignidad. Los que pretenden llevar a Venezuela por los recovecos oscuros de la cuarta república, del hundimiento de un país, han fracasado hoy y fracasarán para siempre. Hoy estaba yo leyendo algunos fragmentos de una obra de Miguel de Unamuno. Don Miguel de Unamuno habla del pueblo, y dice una gran verdad: “Sólo cuando un pueblo se ha hecho a sí mismo, cuando se ha constituido a sí

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mismo; cuando se ha consolidado desde dentro; sólo cuando un pueblo adquiere la conciencia de su valor, de su fuerza; sólo entonces es cuando un pueblo comienza a irradiar la luz que lleva por dentro...” La luz del pueblo, el pueblo venezolano construyéndose a sí mismo, constituyéndose de nuevo, hoy está brillando al mundo. El pueblo venezolano hoy está irradiando sus luces y sus virtudes humanistas, bolivarianas y revolucionarias al mundo entero. Que vea el mundo, pues, cómo brilla la luz del pueblo de Simón Bolívar. Fue el jueves por la noche, era 12, “Día de la juventud”, recuerdo que muy emocionado yo terminé mis palabras diciéndoles que los esperaba aquí parado, firme. Aquí estoy parado firme, mándeme el pueblo que yo sabré obedecerle, soldado soy, ustedes son mi jefe. Soldado soy del pueblo, dispongan ustedes de este soldado, dispongan ustedes que yo obedeceré al mandato del pueblo. Bueno, ¿saben cuál fue el primer mensaje que recibí para el pueblo venezolano? El de Fidel Castro: Les transmito el mensaje de Fidel, dice lo siguiente, leo: “Querido Hugo, felicidades para

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ti y para tu pueblo por una victoria que por su magnitud es imposible medirla...” Fidel Castro. Por su magnitud es imposible medirla. Desde aquí enviémosle un fuerte aplauso a Fidel y nuestro agradecimiento a Cuba, y un fuerte aplauso para todos los pueblos de América Latina y del Caribe... Esta victoria es tuya también Fidel, es del pueblo cubano, y es de todos los pueblos de América Latina, de nuestra América. Es una victoria verdaderamente histórica. LA PATRIA VENEZOLANA O ES SOCIALISTA, O NUNCA SERÁ UNA PATRIA Jorge Luis Borges, ese grandísimo escritor, poeta y pensador de la Patria argentina, pero de la Patria nuestra, por supuesto de la gran Patria, en una ocasión escribió lo siguiente, a ver si recuerdo la frase del gran Borges, dice Borges: “Nadie es la Patria, nadie es la Patria, todos somos la Patria...” Pero para que haya Patria perpetua tiene que haber un pueblo perpetuo, de luchadores y luchadoras para decirlo que Bertolt Brecht: “…aquellos que luchan toda la vida, esos son los indispensables...”

La Patria o es una o no lo es, y agregamos nosotros con más claridad en el horizonte, la Patria venezolana o es Socialista, o nunca será una Patria. Yo sabía que ustedes no me iban a fallar, y ahora me toca cumplir a mí, yo les ratifico que no les voy a fallar a ustedes, al pueblo de Venezuela, a la esperanza del pueblo, a los clamores del pueblo, al amor del pueblo. Por eso, hoy 15 de febrero ustedes han escrito mi destino político, que es igual al destino de mi vida, yo quiero decirles que lo asumo con plenitud en el alma y en el espíritu. ME CONSAGRO AL PLENO SERVICIO DEL PUEBLO VENEZOLANO Esta tarde cuando ya soplaban fuertemente los vientos de la victoria que se concretaba, yo en mi soledad por aquí dije: Dios mío y ahora qué hago yo, Dios mío qué le digo yo al pueblo, Dios mío, de hoy en adelante después de esta victoria, qué me toca a mí hacer que no haya hecho. Por supuesto me respondo a mí mismo que muchas cosas me toca hacer, desde el Gobierno muchas cosas nos toca hacer, desde el pueblo muchas cosas tenemos que seguir haciendo, pero yo, este soldado que aquí está, hoy quiero jurar de nuevo, pero voy a utilizar una palabra que usaba mi abuela Rosa Inés Chávez, una palabra que usa mi madre, yo hoy les juro al pueblo venezolano que a partir de este instante me consagro, me consagro íntegramente al pleno servicio del pueblo venezolano, una consagración definitiva... así lo juro ante ustedes. Y por allí llamé al padre Rojas para pedirle la bendición ahora hace un rato, y el padre Rojas y el padre Torrealba me dieron sus bendiciones, y me dieron esta cita, me la dio el padre Rojas, muy apropiada porque yo les confesé por teléfono lo que me decía mi corazón cuando ya sabía que la victoria era nuestra, como es nuestra, y que nada, ni nadie podría arrebatárnosla. Fíjense esta frase, es de una carta de San Pablo, yo la tomo para mí en este momento delante de todo el pueblo venezolano, delante de mis hijos, mis hijas, mis nietas y mis nietos, la voy a leer: “Me consumo y me consumiré gustosamente al servicio del hombre sufriente, de la mujer sufriente, del pueblo sufriente...” Lo digo yo tomando las palabras de San Pablo, ese guerrero de los pueblos. A partir de hoy declaro que me consumo, y me consumiré de por vida al servicio pleno del pueblo venezolano, me consumiré gustosamente, como dice San Pablo. Al respecto en ese camino por el que ahora a partir de hoy juntos seguiremos transitando y construyendo Patria, en ese camino me consagro, y en ese camino me consumiré, todo lo que me quede de vida, así lo juro, así lo prometo delante del pueblo, y delante de mis hijos y de mis nietos... AFINEMOS LA BRÚJULA PARA CONSTRUIR PLENAMENTE LA PATRIA SOCIALISTA Yo estoy listo, hemos abierto las puertas del futuro para continuar transitando el camino. Ahora ¿cuál es el camino? Ustedes lo saben, el camino

es el camino de la dignidad del hombre, de la dignidad de la mujer, de la dignidad del pueblo, y ese camino no tiene otro nombre, ese camino se llama: El Socialismo. Quiero ratificar mi compromiso con el Socialismo venezolano, y quiero invitarlos a todos y a todas a redoblar la marcha en la construcción del verdadero Socialismo, de la Revolución Socialista. Quiero invitarlos a que juntemos esfuerzos, redoblemos el paso, afinemos la brújula para construir plenamente la Patria nueva, la Patria Socialista. Bolívar lo escribió y lo dijo, hablando de esta Revolución que él inició hace 200 años junto al pueblo y los líderes de aquella hora, Bolívar dijo: “El impulso de esta Revolución ya está dado, nada ni nadie podrá detenerla, lo que nos toca a nosotros ahora (dijo Bolívar) es darle la dirección correcta a esta Revolución...” Esa Revolución, esa dirección correcta hoy se llama el Socialismo, el Socialismo.

“Yo estoy listo, hemos abierto las puertas del futuro para continuar transitando el camino. Ahora ¿cuál es el camino? Ustedes lo saben, el camino es el camino de la dignidad del hombre, de la dignidad de la mujer, de la dignidad del pueblo, y ese camino no tiene otro nombre, ese camino se llama:

El Socialismo.” El Socialismo, el Reino de Dios en la Tierra, el Reino de la paz, de la justicia y de la igualdad, lo que Cristo vino a anunciar hace más de 2.000 años: el Socialismo, una sociedad donde vivamos todos como hermanos, como iguales, una sociedad por tanto de justicia social y de paz, de alegría y de felicidad. Simón Bolívar pues lo dijo así: “Debemos triunfar únicamente por el camino de la Revolución, cualquier otro significaría el fracaso de los patriotas...” Yo quiero repetirlo hoy, sólo por el camino de la Revolución tendremos Patria, y tendremos victoria para siempre. TODOS LOS QUE VOTARON POR EL SÍ VOTARON POR EL SOCIALISMO Este invento heroico hoy ha recibido una nueva inyección de fuego patrio, de apoyo popular, porque hay que recordarlo, todos los que votaron hoy por el SÍ, votaron por el Socialismo, votaron por la Revolución... Y todos los que

votaron por el SÍ, votaron por Chávez... Y votar por Chávez es votar por ustedes mismos, votar por nuestros hijos, votar por el futuro. Hace 190 años Bolívar terminó el Discurso de Angostura volando hacia el futuro, volando hacia esta época dijo: …volando por entre las próximas edades veo a Venezuela libre y grande, sentada sobre el trono de la justicia, coronada por la gloria, mostrarle al mundo antiguo la majestad del mundo nuevo. Aquí estamos Padre Bolívar, 200 años después mostrándole al mundo antiguo la majestad del hombre nuevo, la majestad de la sociedad nueva, la majestad del hombre nuevo y de la Patria nueva. A medida que pasen los años la magnitud del 15 de febrero irá creciendo en el horizonte de la Patria. Ésta es una de esas victorias que quedan escritas para siempre en las páginas imborrables de la historia que ahora el pueblo venezolano ¡Sí es verdad que ha comenzado a escribir con su propia mano, con su propia idea, con su propia alma, con su propio corazón! Pido a Dios que lance sus bendiciones sobre todos ustedes, sobre todas ustedes pido a Dios que lance sus bendiciones sobre el bravío pueblo de Bolívar. Sobre la Patria buena, pido a Dios que siga iluminándonos el camino, este camino nuevo, este camino que labramos juntos y que labraremos juntos. ¡Esa juventud! Ustedes son los dueños de la Patria. Ustedes son el presente construyendo su futuro muchachos, muchachas, como los amo, pueblo venezolano como te amo. Y hoy ustedes me han comprometido ya para toda la vida, por eso aquí en el balcón del pueblo quedo consagrado por entero a la batalla para seguir solucionando los problemas del pueblo y para que sigamos levantando la Patria, así lo juro, me consagro desde hoy ¡mucho más plenamente! Mucho más por entero a la construcción de la Venezuela nueva. Y como dijo San Pablo me consumiré en el camino y me consumiré gustosamente porque el pueblo lo merece y porque en verdad como se los digo, yo no me pertenezco yo le pertenezco al pueblo de Venezuela. Mi vida es de ustedes. ¿Qué me queda a mí? Servir al pueblo, servir al pueblo, servir a la Revolución, servir al Socialismo, servir a la Patria. Servirles a ustedes jóvenes muchachos y muchachas que es como servirles a mis hijos y a mis nietos. Un ejemplo más, el de hoy, que el pueblo venezolano como un gran Lázaro colectivo resucitó de entre los muertos y aquí está construyéndose de nuevo, construyendo su Patria de nuevo, nuestra Patria buena, nuestra Patria bonita que Dios los bendiga muchachos, que Dios los bendiga y a toda Venezuela. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Patria, Socialismo o muerte! ¡Venceremos! ¡Viva Venezuela! ¡Viva el pueblo! ¡Viva el Socialismo!

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FAMILIA MONOGÁMICA PILAR DE LA MISERIA CAPITALISTA Por: Rosa Tristán o sería excesivo afirmar que las N revoluciones de nuestro siglo están determinadas por la lucha de la humanidad por el

tiempo más o menos largo; el hombre tenía una mujer principal, y la mujer un esposo principal entre todos los demás. De este prevalecimiento de la pareja voluntariamente monógama, se observa que la evolución de la familia desde los tiempos prehistóricos, consistió en una reducción del círculo familiar, primero con la exclusión progresiva de los parientes cercanos y después de los lejanos.

restablecimiento de las leyes naturales de la vida amorosa. Habría que preguntarse en qué momento la humanidad quebró el orden natural de aquella especie de Edén para iniciar su camino hacia el caos. La familia, dice Morgan, es un elemento activo; nunca permanece estacionada, sino que cambia en la medida que la sociedad lo hace. Lo mismo -añade Carlos Marx- sucede en general con los sistemas políticos, jurídicos, religiosos y filosóficos. Comienza Engels explicando que lo primero que encontraron los estudiosos fue, registros que indicaban que en las comunidades primitivas la característica principal del matrimonio era que se efectuaba por grupos. Hombres y mujeres se pertenecían recíprocamente. Cada mujer junto con sus hermanas hembras podía conformar núcleos familiares con maridos en común, lo que daba muy poco margen para los celos y la búsqueda compulsiva de mujeres fuera del núcleo familiar. La filiación sólo podía contarse por la línea femenina según el derecho materno, y por ende, las mujeres disfrutaban de una profunda estima, aprecio y respeto. A pesar de que muchos podrían catalogar este tipo de familias como inmorales, estos grupos se regían por una moralidad estricta: so pena de infamia, todo comercio sexual fuera del grupo estaba prohibido con la consecuente pérdida de todo tipo de prerrogativas de protección. Las mujeres administraban la casa;

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Finalmente el matrimonio por grupos quedó reducido a la molécula biatómica: un hombre y una mujer, unida por vínculos frágiles, con cuya disolución concluía el matrimonio en general. La selección natural había realizado su obra reduciendo cada vez más la comunidad de los matrimonios. Por tanto, si no hubieran entrado en juego nuevas fuerzas impulsivas de "orden social", no hubiese habido ninguna razón para que surgiera otra nueva forma de familia. Pero entraron en juego otras fuerzas impulsivas que dieron origen a la familia autoritaria, monogámica y patriarcal.

las provisiones eran comunes, pero ¡desdichado del pobre marido o amante que era demasiado holgazán!, porque la casa se convertía para él en un infierno. Las mujeres de ser necesario, no vacilaban en destituir a un jefe y rebajarle a simple guerrero. Por lo tanto, una de las ideas más absurdas y falsas que se nos ha transmitido es que, en el comienzo de la sociedad, la mujer era esclava del hombre. En el régimen de matrimonio por grupos, se fueron conformando parejas conyugales para un

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Al introducirse la cría de ganado que era propiedad particular de las familias, las cosas tomaron otro aspecto. La familia no se multiplicaba con tanta rapidez como el ganado. Ahora se necesitaban más personas para su custodia: los esclavos o los prisioneros de guerra. Con el nuevo arreglo de la división del trabajo, correspondía al hombre procurar la alimentación y los instrumentos de trabajo necesarios, era, por derecho, el propietario de dichos instrumentos y en caso de separación del matrimonio, se los llevaba consigo, de igual manera que la mujer conservaba los enseres domésticos.

Algunos estudiosos como Morgan, Engels, Marx y Reich entre otros, se interesaron en el estudio de algunas comunidades primitivas remanentes en la sociedad contemporánea, consiguiendo valiosísimos datos para tratar de encontrar el camino perdido. En esta primera entrega estudiaremos parte de lo expuesto por Engels en su libro Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, donde se expone el nacimiento de la monogamia y el patriarcado como fundamentos de la sociedad capitalista y en la segunda entrega veremos los planteamientos de Wilhem Reich acerca de las consecuencias conductuales y represivosexuales imprescindibles para la instauración del sistema económico capitalista.

Así, pues, a medida que las riquezas aumentaban, el hombre iba adquiriendo una posición dominante frente a la mujer en la familia y, por otra parte, hacían que naciera en él la idea de valerse de esta ventaja para modificar en provecho de sus hijos el orden de herencia establecido. Pero esto no podía hacerse mientras permaneciera vigente la filiación según el derecho materno. Este tenía que ser abolido, y lo fue. Aquella revolución -una de las más profundas que la humanidad ha conocido- no tuvo necesidad de tocar ni a uno solo de los miembros vivos de la familia. Todos los miembros de ésta pudieron seguir siendo lo que hasta entonces habían sido. Bastó decidir sencillamente que en lo venidero solo los descendientes de un miembro masculino permanecerían a su familia. Así quedaron abolidos la filiación femenina y el derecho hereditario materno, siendo sustituidos por la filiación masculina y el derecho hereditario paterno.

esclavitud y con las riquezas privadas, aquella época que dura hasta nuestros días y en la cual cada progreso es al mismo tiempo un regreso relativo y el bienestar y el desarrollo de unos beneficiarse a expensas del dolor y de la represión de otros. La monogamia es la forma celular de la sociedad civilizada, en la cual podemos estudiar ya la naturaleza de las contradicciones y de los antagonismos que alcanzan su pleno desarrollo en esta sociedad.

Pero la Revolución Socialista que transformará los medios de producción en Propiedad Social, reducirá al mínimum todas esas preocupaciones por la herencia, desaparecerá el trabajo asalariado, el proletariado, la prostitución, así como la mayoría de las compulsiones y perversiones sexuales. Se anularán en la psiquis femenina todas aquellas consideraciones económicas en virtud de las cuales tienen que aceptar la infidelidad habitual de los hombres por la preocupación de su propia existencia y aún más por el porvenir de sus hijos.

Ahora, en esta familia monogámica sólo el hombre, podía romper los lazos del matrimonio y repudiar a su mujer. De igual forma se le otorgó el derecho de infidelidad conyugal, y ese derecho se ejerció cada vez más ampliamente, a medida que progresaba la evolución social. Si la mujer se acordaba de las antiguas prácticas sexuales y quería renovarlas, era castigada rigurosamente. La monogamia en esta fase de la historia no representó una reconciliación entre el hombre y la mujer ni tampoco una expresión más elevada de matrimonio. Por el contrario, entró en escena el esclavizamiento de un sexo por el otro y el conflicto entre los sexos, desconocidos hasta entonces en la prehistoria. En un viejo manuscrito inédito, redactado en 1846 por Marx y por Engels, se encuentra esta frase: "La primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la procreación de hijos". Engels añade posteriormente: el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino. La monogamia fue un gran progreso histórico, pero al mismo tiempo inaugura, juntamente con la

queda excluida del trabajo social y no puede ganar nada; y si quiere tomar parte en la gran industria social y ganar por su cuenta, le es imposible cumplir con los deberes de la familia. Lo mismo que en la fábrica, le acontece a la mujer en todas las ramas del trabajo, incluidas la medicina y la abogacía. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales sin conexión entre sí. El hombre en la familia es el burgués; la mujer representa al proletario.

En cuanto los medios de producción pasen a ser propiedad común, la economía doméstica se convertirá en un asunto social; el cuidado y la educación de los hijos, también. La sociedad cuidará con el mismo esmero de todos los hijos, sean legítimos o naturales. Así desaparecerá el temor a "las consecuencias", que impiden a una joven soltera entregarse libremente al hombre a quien ama. Se desarrollarán progresivamente relaciones sexuales más placenteras y la opinión pública dejará de su intransigencia acerca de la honra de las vírgenes y la deshonra de las mujeres. El gobierno del hogar perdió su carácter social. La sociedad ya no tuvo nada que ver con ello. El gobierno del hogar se transformó en un servicio privado; la mujer se convirtió en la criada principal, sin tomar ya parte en la producción social. Sólo la gran industria de nuestros días le ha abierto de nuevo -aunque sólo a la proletaria- el camino de la producción social. Pero esto se ha hecho de tal suerte, que si la mujer cumple con sus deberes en el servicio privado de la familia,

El matrimonio no se concertará con toda libertad sino cuando, suprimiéndose la producción capitalista y las condiciones de propiedad creadas por ella, se aparten las consideraciones económicas accesorias que aún ejercen tan poderosa influencia sobre la elección de los esposos. Entonces el matrimonio ya no tendrá más causa determinante que el amor y su expresión sexual plena y voluntaria. -DS-

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go Próelo d las s a i r o m e M del General o i c n e r o l F l e i n a D

: y r a e O'L

NARRACIÓN rro olás E. Nava ic N r o ñ e s n Por: Mo 1952 ) (Fragmentos

A continuación presentamos a nuestros lectores el prólogo al libro de las narraciones de Daniel Florencio O´Leary, como un homenaje en su natalicio (4 de febrero de 1801). En próximas ediciones Debate Socialista obsequiará a sus lectores las principales NARRACIONES del Edecán del Libertador, que revelan las causas del destino de la Gran Colombia y de su fundador, Simón Bolívar.

La obra histórica de O'Leary es sin duda alguna fundamental para seguir el curso de los acontecimientos de nuestra emancipación política, y nunca sabrá Venezuela agradecerle bastante al insigne irlandés el amor que dedicó a esta recopilación de noticias y la acendrada y jamás desmentida devoción que profesó a la persona y memoria del LIBERTADOR. Es por cierto, cosa digna de admiración la riqueza de la mentalidad y el caudal de cultura literaria que desde el primer momento se descubren en nuestro historiador, quien, “habiendo llegado casi niño a Venezuela y ocupándose todo el tiempo en menesteres de guerra, halló, sin embargo, vagar para continuar la formación clásica de su espíritu, que apenas habría podido iniciar en las escuelas de Cork o tal vez de Dublín”. O’Leary llegó a Venezuela el año de 1818, por el mes de marzo, formando parte, con el grado de alférez, del cuerpo auxiliar comandado por el coronel Elsom bajo el nombre de Húsares Rojos, el cual a su vez pertenecía a la expedición que en Londres formara el coronel Wilson. No era, por cierto, este Wilson, el mismo Belford Hinton Wilson que, como edecán de Bolívar, hizo más tarde tan bella figura, sino un aventurero atolondrado que intentó derrocar a Bolívar, quien hubo de encerrarlo en la fortaleza de la Vieja Guayana, despedirlo del ejército y echarlo luego

para siempre del país. Pues bien, ésta fue la ocasión para O'Leary de comenzar a destacarse en la admirable elevación de juicio y en la entrañable afición al Libertador que fue su glorioso timbre en todo el resto de su vida. Sublevado el noble espíritu del joven alférez ante la villanía de Wilson, logró a fuerza de instancias su separación del mencionado cuerpo de ingleses, solicitó se le alistara en un cuerpo criollo, “deseoso como estaba de aprender el castellano”, teniendo la suerte de ser inscrito por mandato del General Soublette, con quien así estableció su primer contacto, en el que entonces organizaba el General Anzoátegui, y siéndole también dada en la ocasión la fortuna de ser recibido con benevolencia por el Libertador y oír de él la aprobación de su conducta. Nuestro clásico Baralt rinde magnífico testimonio a esta acción de tan gallardo mancebo al narrar el episodio, concluyendo su relato con este elogio que es toda una credencial de inmortalidad: "Por lo demás, en aquella ocasión de triste memoria sólo un hombre procedió con rectitud y entereza, pidiendo al jefe del Apure permiso de regresar a Angostura por no acomodarse con sus principios semejante insurrección. Este fue un joven irlandés llamado Daniel Florencio O'Leary, alférez de los húsares rojos; oficial de valor y seso a quien Bolívar distinguió grande y justamente desde entonces".

La trayectoria de O'Leary no pudo ser más brillante tanto en la carrera de las armas como en otros servicios de alto relieve a las órdenes del Libertador y en la vida de la República. Bajo el mando de Anzoátegui recogió sus primeros laureles en la Batalla de Boyacá; en Pichancha ganó en grado de Teniente Coronel; en la jornada de Ibarra en 1825 ya fue ascendido a Coronel y su brava actuación en la batalla de Tarqui le valió sobre el campo mismo las preseas de General de Brigada; jerarquía con la cual se enfrentó luego al desgraciado General Córdova, obteniendo la victoria del Santuario. Pero su mérito eminente estriba en el título antonomástico de Primer Edecán de Bolívar y en el aprecio cada vez mayor de su capacidad y admirable provisión de cultura que éste le dispensó, como lo comprueban varias misiones de grave carácter político y diplomático que se dignó encomendarle. Ya en 1823, apenas de 23 años (o tal vez aún sin los 22) le envía a Chile en solicitud de auxilios para el Perú y en mayo de 1826 le confía la ardua comisión para Bogotá y Venezuela – con motivo de la actitud del General Páez en la época – y respecto de cuyo desempeño han abundado los adversos comentarios. Pero únicamente queremos referirnos a lo del enojo del Libertador por el presunto abandono de sus instrucciones por parte del comisionado para seguir otros consejos. Si atendemos, en efecto, al tenor de dichas instrucciones y lo cotejamos con los actos de O'Leary en el lleno de su cometido debemos convenir con el historiador Restrepo en que el primer edecán “había llenado fielmente la comisión que trajo desde el Perú cerca del General Páez y sostenido la constitución, según las instrucciones del vicepresidente, que el mismo Bolívar le había pedido que cumpliera”. Lo que tal vez sucedió fue que Bolívar cambiara luego el dictamen, movido por las trácalas del enviado de Páez ante él, José Antonio Leocadio Guzmán , no quedándole más remedio sino desautorizar en forma agria a su abnegado mensajero. Aquel estallido de indignación no fue, pues, sino aparente, como bien lo demostraron a poco sus señales de confianza y cariño hacia el reprendido embajador. O’Leary por su parte no tomó en serio aquella reprimenda ni guardó por ella un amargo perdurable resentimiento, ya que al relatar el episodio concluye con estas nobles palabras: “Con motivo de este disgusto no acompañé al Libertador a Venezuela. Pero él, siempre justo y generoso, reconoció su error y me devolvió su confianza, de la que yo nunca, había abusado ni abusé jamás”. Pero el argumento de mayor cuantía en tal sentido es el hecho de que O’Leary en plena “caída en desgracia” resultó siendo el paladín más gallardo de los méritos de Bolívar para humillar a sus malquerientes en Bogotá mientras Su Excelencia desarrollaba en Venezuela su discutida campaña de 1827 por la armonía de los espíritus. La pieza que vamos a reproducir es una obra maestra de ironía y un latigazo en el rostro de aquellos obcecados, un valiente panegírico del Libertador so capa de favorecer al contrario bando y casi diríase un

sumario anticipado de la obra histórica que habría de valerle el hermoso dictado de “evangelista” del Padre de la Patria. Dice, pues, O’Leary:

“Yo había permanecido en Bogotá después de la partida del Libertador para Venezuela y fui testigo de todas las intrigas de sus enemigos para desconceptuarlo en la opinión pública. Solo en uno de los cargos que se le hacía convenía yo con sus opositores, y era en haber perdonado a los facciosos de Venezuela. Por lo demás, en la prensa privadamente hice cuanto estuvo a mi alcance para defender su nombre. “Por aquel tiempo se formaron sociedades secretas que se denominaban Círculos, cuyo objetivo principal era minar la reputación del Libertador y sembrar la desconfianza entre las diferentes clases que componían a Colombia, desconfianza que tan amargos frutos debía dar después. El Círculo principal residía en Bogotá y contaba de doce individuos, cada uno de los cuales era jefe de un Círculo subalterno, que se componía también de doce miembros, que estaban en correspondencia con el central de Bogotá. Por medio de esta organización, de que eran principales directores Santander, Soto y Azuero, se mantenía agitado el país y se concitaban odios contra el Libertador, haciéndolo aparecer como enemigo del pueblo y promotor de planes liberticidas. “La prensa de la oposición se exaltaba cada día más y más, achacando toda suerte de errores y aún crímenes al Libertador. El conato principal de la facción encabezada por Santander era alejarle de Bogotá, para lo cual se esforzaban en demostrar la necesidad de admitir la renuncia que había hecho la presidencia”. Bien poco duró la ficticia cólera de Su Excelencia contra su Primer Edecán, pues ya el 4 de marzo de 1828 vemos a éste salir “de Bogotá para Ocaña, encargado por el Libertador de entregar su mensaje al presidente de la gran convención que debía reunirse en esta ciudad, y con orden de permanecer allí mientras duraren las sesiones, para darle cuenta de lo que

ocurriera”. Y la correspondencia a que ello dio lugar manifiesta luminosamente con cuánta eficacia, afecto y espíritu de sacrificio cumplió O’Leary este otro arduo cometido en medio de aquella heterogénea asamblea. Estallado en seguida el conflicto con Perú, O’Leary es enviado por Bolívar a Lima para “ajustar una suspensión de hostilidades, durante la cual se arreglarían las cuestiones pendientes entre los dos países, es decir, la de límites y la de la deuda a favor de Colombia”; llevando además “instrucciones para invitar a Perú y a Bolivia a cooperar contra España, que, según se decía, intentaba invadir las costas de Venezuela con una fuerte expedición”. No llegó O’Leary a su destino o más bien tuvo que cambiar el rumbo por los trastornos de la situación peruana en aquella emergencia, y por fin se halló frente al Presidente General La Mar para proponerle las bases de paz, que fueron por éste replicadas pero a las que hubo a poco de someterse a virtud de su derrota en Tarqui, pues quedaron incluidas en el convenio de Girón con lo que se selló aquella intensa aventura del gobierno que no del pueblo del Perú. No dejó Bolívar de seguir apreciando las calidades diplomáticas de O’Leary, sino antes bien llevó al colmo esa estimación al elegirlo luego para Ministro de Colombia en los Estados Unidos y despacharle credenciales como tal, después de notificárselo en una cariñosa carta rebosante de confianza en su talento y sagacidad, de la cual queremos reproducir los pasajes más del caso como nuevo tributo a la preclara memoria de nuestro personaje: “Guayaquil, 17 de agosto de 1829 Al señor general D.F. O’Leary Mí querido O’Leary: A poco de haber salido de un furioso ataque que he sufrido y de que me hallo todavía bastante débil, me impongo de la carta de Ud. Del 7 de julio adicionada el 8 con la noticia de la libertad de Santander. Ahora crecerán en superlativo grado las detracciones, las calumnias y todas las furias contra mí… Sólo me consuela la esperanza de que Ud. y Wilson hagan frente y me defiendan. Conciliando esto con los intereses de Colombia, le he destinado a Ud. de ministro de los Estados Unidos donde seguramente procuraran despedazarme más mis enemigos, y donde debo necesitar que me defienda. Le ruego, pues, a Ud. que lo haga y le encargue lo mismo de mi parte al coronel Wilson. …..….. “Adiós mi querido O’Leary, que sea Ud. feliz en su nuevo destino diplomático, y que tenga Ud. constancia y acierto en la vindicación del honor de su mejor amigo que lo ama de corazón”. Bolívar Esta misión de O’Leary a los Estados Unidos quedó frustrada por la muerte del Libertador y sus fatales consecuencias para la integridad de Colombia. -DS-

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Corría el año 2006. Yo estaba en realidad muy grave pero a la vez muy consciente de lo que ocurría. La XIV Cumbre del MNOAL, donde se eligió a Cuba como Presidente, finalizaba por esos días a mediados de septiembre. A duras penas podía incorporarme y sentarme en torno a una mesa. Recibí así a importantes Jefes de Estado o de Gobierno. El Primer Ministro de la India estaba entre ellos. El visitante de más jerarquía que recibí en aquella habitación de emergencia del Palacio Presidencial fue el ghanés Kofi Annan, Secretario General de Naciones Unidas que pocas semanas después finalizaría su mandato. Abdelaziz Bouteflika, Presidente de Argelia, una de las personalidades con las que me reuní, mirándome fijamente a los ojos me dijo: "Fidel si necesitas mi sangre, la tendrás". Yo lo apreciaba mucho. Fue Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de nuestro amigo Houari Boumediene. Por su parte Bouteflika acababa de pasar por una crisis de salud que lo puso al borde de la muerte. Puede afirmarse que su recuperación fue asombrosa. Sus palabras constituyeron un noble y desinteresado apoyo a nuestra causa, que no se esperaba, por nuestro espíritu internacionalista que nunca se ejerció a cambio de algo. Su noble gesto tuvo lugar años después de que en la ciudad de Monterrey, Méjico, un vil traidor a la historia de su abnegado y combativo pueblo, coincidió con la exigencia del Jefe del imperio de que se me expulsara de una Cumbre que tenía lugar allí, después que hablara a los convocados, con excepción de Bush, que no tocaría suelo mejicano, mientras yo pisara la misma tierra. Antes del minuto en que partí, Hugo Chávez me visitó con urgencia, e indignado con tan alevosa conducta del Jefe de Estado del país anfitrión, exclamó: "Fidel, dime cuánto petróleo necesita Cuba para vencer el bloqueo yanqui". El diálogo parecía irreal. No es fácil de recordar a través de la bruma de la emoción cuáles fueron mis palabras exactas de respuesta. Sin duda que las de negarme a la aceptación. Fuera como fuese, el destino de Cuba siguió su curso. La suerte de nuestro pueblo estaba atada al legendario recuerdo del Che y el pensamiento de Martí y Bolívar. Nuestro futuro es inseparable de lo que ocurra el próximo domingo cuando se inicie el día de la aprobación de la Enmienda Constitucional. No existe otra alternativa que la victoria.

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El destino de los pueblos de "Nuestra América" dependerá mucho de esa victoria y será un hecho que influirá en el resto del planeta. Faltaría sin embargo un reconocimiento a Hugo Chávez, por su aporte a la literatura española. Su último artículo publicado ayer 12 de febrero bajo el título "Las líneas de Chávez", es un inspirado documento de excepcional calidad, que solo los grandes escritores pueden elaborar. Es Chávez en cuerpo y alma reflejado en letras de molde, como muy pocos pueden lograrlo. La multitudinaria y entusiasta concentración de ayer, es un espectáculo que solo la televisión hace posible acceder, a un número incalculable de personas en el mundo. El desenmascaramiento de la autoprovocación escenificada en la sinagoga judía, es la antítesis de aquellas conmovedoras imágenes que en 1945 tropas soviéticas, que tomaron por asalto el campo de concentración de Auschwitz, mostraban al mundo de lo que había quedado de millones de hebreos y de otros países ocupados, incluidos niños, ancianos y mujeres, llevados al cautiverio por los nazis. No fueron los soldados de Eisenhower quienes se esforzaron y derramaron su sangre por liberarlos. El monstruoso mundo de las injusticias que el imperialismo ha impuesto al planeta, marca el final inexorable de un sistema y de una era a la que no puede quedar mucho tiempo. Éste también se agota. Agradezcamos al compatriota venezolano su clarinada.

Fidel Castro Ruz Febrero 13 de 2009 11 y 30 p.m.

LIBROS POR ENTREGA

Inauguramos esta sección de Libros por Entrega con la Síntesis Biográfica de Marx y Engels, escrita por el Che Guevara, una verdadera joya. Luego presentamos una de las obras emblemáticas de los fundadores del Socialismo Científico, El Manifiesto Comunista, material de obligado estudio para todos los revolucionarios del mundo. Ahora entregamos a nuestros lectores el libro Introducción al Pensamiento Socialista, donde el intelectual argentino Néstor Kohan nos ofrece una clara y accesible síntesis de la historia del pensamiento socialista mundial, vista desde una perspectiva latinoamericana que contribuye y enriquece la constante batalla de las ideas. Incluye amplios apéndices con textos claves de la obra de Carlos Marx, Che Guevara, Fidel Castro, Rosa Luxemburgo, José Carlos Mariátegui, Flora Tristán, Jean-Paul Sartre, V.I. Lenin, Ho Chi Minh, Julio Antonio Mella, Albert Einstein, Hugo Chávez, entre varios otros, imprescindibles para las nuevas generaciones de jóvenes que se oponen al imperante sistema capitalista de dominación global, así como para los estudiosos de la historia de las ideas.

Fragmento Nº 6

No solo interpretar o imaginar, sino también transformar: de la utopía futurista a la praxis

A partir del pasaje del socialismo utópico a la filosofía de la praxis y a la concepción materialista de la historia que el marxismo trajo consigo se produce en el socialismo moderno un salto cualitativo. Con los pensadores alemanes Carlos Marx (1818-1883) y su compañero y amigo Federico Engels (1820-1895), la teoría socialista abandona definitivamente todo rostro especulativo y todo proyecto imaginario del futuro para intentar vincularse políticamente con las clases trabajadoras de las sociedades capitalistas de masas. Si bien los socialista utópicos (desde Saint-Simon y Fourier hasta Owen y Flora Tristán) no eran simples <soñadores>, es recién el pensamiento de Marx y Engels que el socialismo dejará de ser una secta más -en este caso reformadora de la sociedad -para convertirse en un protagonista central de la política contemporánea durante los dos últimos siglos. Haciendo un balance conjunto y refiriéndose a todos los socialistas anteriores, a sus imagines futuristas y sus proyectos utópicos, Engels señalo que El socialismo es, para todos ellos, la expresión de la verdad absoluta, de la razón y de la justicia, y basta con descubrirlo para que por su propia virtud conquiste el mundo. La tradición del pensamiento que fundan Marx y Engels forma parte medular de la historia del socialismo, aunque a la hora de bautizar en 1848 la difusión de sus principios fundacionales ambos hayan optado por el título Manifiesto Comunista.

1830- para designar en términos generales a las ideas y a los partidarios de Babeuf, a los owenianos, a los fourieristas y los saint-simonianos. Todos ellos, muchas veces sin hacer distinciones entre unos y otros, eran considerados <socialistas> porque hacían resaltar . fue otra palabra que empezó a utilizarse en Francia durante la agitación social que siguió la revolución de 1830 8que derrocó a la monarquía borbónica para reemplazarla por la orleanista). No se sabe exactamente cuando surgió, pero se utiliza por primera vez en relación con algunas de las sociedades revolucionarias secretas de París durante la década de 1830. Pasó a ser de uso corriente hacia 1840 para designar la teoría de Étienne Cabet. Tal como la utilizaban los franceses, evocaba la idea de la communu, o sea la unidad básica de la vecindad y el gobierno autónomo, e indicaba una forma de organización social basada en una federación de . Pero al mismo tiempo sugería la noción de communauté, es decir, la tenencia y la propiedad en común de las cosas. Bajo el segundo aspecto lo utilizaba Cabet. Bajo el primer aspecto el término se relacionaba con los clubes clandestinos radicales y, a través de ellos, pasó a ser empleado en el nombre de la Liga Comunista de 1847 y en del Manifiesto Comunista de 1848 de Marx y Engels. Aunque el término (utilizado en Inglaterra a partir de 1848) contaba con una referencia semántica sumamente próxima a la de <socialismo>, tenía una aroma más militante, radical y clandestino. Por ello la prefirieron Marx y Engels al designar su manifiesto. Querían asustar la burguesía y lo lograron. A la idea de <socialismo>, con toda la crítica al capitalismo y a la desigualdad que este implicaba, el término le agregaba la noción de confrontación y la lucha revolucionaria para acabar con él. Además tenía en su mismo nombre una conexión más próxima con la idea de propiedad y goce comunes.

Continuará...

El nombre de <socialismo> era utilizado -especialmente en Francia a partir de

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Decía un clásico, que "si no existiera el reformismo ya la Revolución se habría hecho en todo el mundo". Daba así una imagen del peligro de este virus ideológico que padecen todas las revoluciones del mundo. El reformismo tiene diversas formas de presentarse, sin embargo, todas tienen como fundamento común evitar el avance de las revoluciones, sustituyendo el camino transformador revolucionario por cambios inocuos acompañados por una retórica revolucionaria fraudulenta. Veamos: Su esencia es el egoísmo, el aislamiento capitalista, la salida individual, por eso son incapaces de organizar tejidos sociales, todo lo que proponen está teñido de fracción. En la economía proponen formas que no lesionan la propiedad capitalista, son formas nosociales con un ligero barniz de cambio. Estas formas de propiedad son inoperantes y terminan siendo arrolladas por la dinámica de la evolución capitalista. No atacan a la propiedad capitalista, al contrario, justifican su existencia y a la primera señal de adversidad corren despavoridos a escampar en el manto del capital. En lo social proponen Consejos Comunales aislados, que sólo tienen su conciencia en lo local, y a esto lo llaman "empoderamiento". Estos Consejos fragmentan al pueblo, lo debilitan, educan para lo mezquino, sólo se importan de su entorno, así son pequeños instrumentos para diseminar la ética y la filosofía capitalista: "si yo estoy bien todos estamos bien", "si es lucrativo, es lícito". Evitan construir un poderoso tejido organizativo nacional, que agrupe a los Consejos Comunales, que les de dimensión y conciencia nacional y universal a sus miembros. Impiden el verdadero empoderamiento del pueblo: construir un Estado que sea su instrumento de gobernar, de planificar, que sus organizaciones locales se ensamblen con la organización de ese Estado.

En la formación del partido tienen la misma actitud, aquí sabotean a la organización, la disciplina, prestigian el asambleísmo. En lo político, en tono con todo lo anterior, cuando ven la posibilidad del Socialismo se horripilan, inventan cualquier excusa para plantear pacto con los capitalistas, estos pactos en realidad son claudicación, llevan la Revolución a su patíbulo. Hoy en Venezuela, cuando hay inmejorables condiciones revolucionarias, ganamos en las elecciones para avanzar hacia el Socialismo, inmediatamente, no esperaron ni un día, los voceros del pacto salieron a vociferar su necesidad urgente. Ahora dicen "o pacto o barbarie", todos los medios de deformación están al servicio de esta propuesta. La Revolución Bolivariana atraviesa momentos estelares y cruciales. Si caemos en la trampa reformista, si nos apoyamos en los capitalistas, si construimos pactos políticos con sus representantes, la Revolución está firmando su condena. Por el contrario, si nos afirmamos en el pueblo desposeído, si construimos organización social y política que verdaderamente empodere, si construimos economía de Propiedad Social, estaremos construyendo Conciencia del Deber Social, conciencia revolucionaria, y seremos invencibles. Ya el Comandante ha dicho que esta Revolución ante la crisis mundial se colocará al lado del pueblo humilde, eso es garantía de Revolución, debemos apoyarlo.

¡Con Chávez hacia el Socialismo!

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