Mitos Y Verdades Del Condon

Mitos y verdades acerca del condón Fuentes: -CONASIDA -Información obtenida a través de Internet ¿Sirven los condones para evitar embarazos? Está demostrado que tienen una efectividad del 99 por ciento para evitar embarazos; sin embargo hay casos en los que las mujeres conciben, lo cual casi siempre está directamente relacionado con el uso incorrecto del preservativo. Los condones de látex son altamente efectivos como métodos de control natal siempre y cuando se usen adecuadamente. ¿EI VIH puede pasar a través del condón? Una duda frecuente es si los condones de látex tienen pequeños poros que puedan permitir el paso del virus de inmunodeficiencia adquirida; estudios de laboratorio han demostrado que los condones de látex brindan una barrera contra múltiples microorganismos, incluyendo al virus del Sida. ¿Algunos condones producen reacciones alérgicas? Hay hombres y algunas mujeres que manifiestan que los condones les producen cierto tipo de alergia, la cual se caracteriza por la aparición de ronchas pequeñas, descamación e inflamación en los genitales; en ese caso es conveniente probar otras marcas hasta que encuentre la adecuada. ¿Es más efectivo ponerse dos condones juntos? Definitivamente no. Incluso puede ser riesgoso, pues es más fácil que se zafen o que al frotarse, uno de ellos se rompa. Historia preservada A diferencia de lo que se cree, la invención del condón o preservativo es muy antigua. Se tiene conocimiento de que los egipcios faraónicos representaron a su dios Bes con una funda en el pene; asimismo se sabe que los chinos de la era precristiana elaboraron condones con papel de China aceitado, mientras que los soldados romanos los hacían con la capa envolvente de los músculos de sus enemigos muertos. Sin embargo, el término condón se atribuye a un médico de la corte de Carlos I de Inglaterra, de apellido Condom, quien propuso al monarca incorporar este elemento en sus prácticas sexuales con el fin de limitar su ya numerosa descendencia. En la Europa de finales del siglo XV y principios del XVI, la incidencia de devastadoras enfermedades venéreas -especialmente de la sífilis- provocaron que el uso del condón se extendiera. El primer tratado sobre el uso del condón para prevenir enfermedades de transmisión sexual apareció en el libro Morbo Gallito, del anatomista italiano Gabriel Fallopio, en 1564, donde se recomienda utilizar el preservativo hecho de lino como medida de protección contra la sífilis. No fue sino hasta 1920 cuando comenzaron a fabricarse tal y como ahora los conocemos. Actualmente existe una gran variedad de condones en el mercado, siendo los más utilizados los de látex, que además de tener una mayor variedad de colores y formas, son impermeables a los microorganismos. Algunas preguntas básicas sobre el tema son: ¿Cuál es el tipo de condón más recomendable? Los condones de látex son los más recomendables como método de protección contra las enfermedades de transmisión sexual; si usted elige un espermaticida como complemento al condón, los mejores son los que cubren totalmente el interior de la vagina, como las espumas y las cremas. La marca no es importante, siempre y cuando se cumplan las instrucciones descritas en el empaque. ¿Puede utilizarse un espermaticida sin condón? No, ya que la protección contra embarazos no deseados y enfermedades sexuales la brinda básicamente el condón. La efectividad del espermaticida está limitida por la zona vaginal que cubra, por lo tanto no es posible garantizar una protección total. ¿Puede utilizarse un condón sin un espermaticida?

Si, los condones de látex por si mismos son una efectiva barrera para reducir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. Si se utiliza el espermaticida con el condón el riesgo de contagio disminuirá si el condón llegara a romperse. ¿Dónde debe colocarse el espermaticida y en qué cantidad? Debe colocarse dentro de la vagina y debe cubrir todo el interior. ¿Qué es el nonoxinol 9? Es un ingrediente activo que contienen la mayoría de los espermaticidas. Si está utilizando un condón que lo incluya, la cantidad que contenga el preservativo no es suficiente para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual, por lo cual es recomendable poner una cantidad extra directamente en la vagina.