Milanese Pb.docx

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Fichas de Ariel Milanese

Alteraciones mentales Introducción Ciertos signos y síntomas psicopatológicos se organizan en cuadros complejos y constituyen estructuras, organizaciones, que reciben distintos nombres. Tienen características que los relacionan, los diferencian y agrupan en familias, cuyo conjunto constituye el campo de la psiquiatría. Lo psicopatológico es lo que se aparta de aquellos procesos psicológicos básicos, comunes a los humanos. Es decir, los humanos compartimos un número y un modo de realizar las actividades propias de la mente o quizás que constituyen lo mental, que muchas veces presentan perturbaciones leves, moderadas o graves. Esas actividades y determinados conjuntos de perturbaciones constituyen las enfermedades o trastornos mentales que se agrupan en familias.

Una primera familia es la de las oligofrenias (oligo = poco, pequeña; frenia = mente), que agrupa a todos los trastornos cuyo rasgo mas sobresaliente es que implican distintas formas e intensidades de retraso mental o de detención del desarrollo de la capacidad mental. Trae aparejada un trastorno global de la personalidad. Las oligofrenias son el resultado de causas variadas que afectan en la infancia: infecciosas (meningitis, encefalitis, etc.), traumáticas (anoxia cerebral del parto, lesiones mecánicas cráneo encefálicas, etc.), toxicas (envenenamientos, intoxicaciones), genéticas (trisomia del par XXI o síndrome de Down, etc.), metabólicas (fenilcetonúrea, kernicterus, etc.). Lesiones del sistema nervioso en su periodo de maduración  impiden la constitución, desarrollo y función de las estructuras nerviosas mediadoras de la capacidad mental normal. Estas oligofrenias se clasifican como leves, moderadas o grave, de acuerdo a la autonomía que tengan las personas que las padecen. Se ponen en relación con distintos valores de CI y grados de dependencia de terceros para la vida cotidiana. La estimulación temprana, la disminución de los prejuicios, los más avanzados descubrimientos de la ciencia, han favorecido la inclusión de los afectados en la vida cotidiana, lo cual permite un relativo mejoramiento de sus condiciones de vida y un mayor desarrollo de sus capacidades especiales. Los trastornos o alteraciones mentales que se encuadran en la familia de las oligofrenias son crónicos y su etiología es de naturaleza biológica.

La segunda familia es la de las neurosis (neuro: nervios; osis: deformación, desnaturalización, degeneración). Es la que tiene como elemento común el infantilismo y la persistencia de estados de angustia y/o ansiedad, dudas, inestabilidad emocional, ambigüedad, indecisión, trastornos del dormir, miedos, llantos, sentimientos de culpa, temores, arrepentimientos, inhibiciones sexuales, obsesiones, compulsiones, astenia, fatiga crónica. En muchos casos síntomas somáticos difusos y variables, habitualmente sobre un telón de fondo caracterizado por infelicidad e insatisfacción generalizada. Las alteraciones de los procesos psicológicos básicos no suelen ser de gran gravedad pero si generadoras de contratiempos cotidianos aunque no invalidantes: olvidos, distracciones, pérdidas o extravíos de objetos, actos fallidos, paresias, parestesias, sueños angustiantes, frigidez, impotencia. Se trata de un malestar no muy grave pero constante, consigo mismo y con el mundo. Las características enumeradas corresponden a trastornos emocionales, se deberían a la deformación, degeneración o desnaturalización del sistema nervioso, de los nervios. Por eso, se llamaban enfermedades nerviosas. Las enfermedades neurológicas en cambio son aquellos donde es la estructura material del sistema nervioso la que esta comprometida (mal de Parkinson, esclerosis múltiple, entre otras). Las neurosis deben mucho de su existencia a Freud. Para el, su rasgo mas característico es la presencia de fuertes inhibiciones, que son las que generan síntomas neuróticos. No obstante, en el presente, con la aparición del “manual diagnostico y estadística de los trastornos mentales” elaborado por la APA, han desaparecido como entidades nosológicas y sus elementos constituyentes han sido transformados en diagnósticos parciales .Se ha extendido el uso de psicofármacos para su tratamiento. Se ha hecho consistente en el imaginario social que se trata de desequilibrios entre moléculas de sustancias que afectan al sistema nervioso. Por lo tanto, su tratamiento consiste en la administración de otras moléculas químicas, artificialmente producidas y que son neutralizantes en el restablecimiento del equilibrio. Las neurosis son alteraciones mentales crónicas y su tratamiento psicoterapéutico excepcionalmente produce la desaparición o remisión de toda la sintomatología. Lo común es que quien las padece, mediante la psicoterapia, aumenta su capacidad de conocerse a si mismo mejor y mas profundamente de manera tal que esta toma de conciencia sobre sus limitaciones y aspiraciones son mejor administradas al par que se fortalece su si mismo y aprende a sobrellevar sus dificultades de una manera mas adulta y madura. La frustración producida por los deseos infantiles insatisfechos va disminuyendo.

Una tercera familia es la de las psicosis. Reúne estructuras que presentan alteraciones mentales, perturbaciones de los procesos psicológicos básicos, hace que quienes las padecen sean reconocidos como verdaderos enfermos mentales, locos. En las psicosis se encuentran las conductas bizarras y extravagantes, los

discursos absurdos, las acciones extrañas e inexplicables, los comportamientos incoherentes, las razones irracionales. El nombre propio de esta familia de alteraciones se refiere a la desnaturalización, degeneración o deformación del alma humana o psique. Lo característico de esta familia es la desorganización profunda de la personalidad, la alteración del juicio critica y de la relación con la realidad, los trastornos del pensamiento, las ideas y construcciones delirantes y frecuentemente las perturbaciones de la sensopercepción, como son las alucinaciones. La naturaleza de estas perturbaciones es tal que conduce a la imposibilidad de la vida integrada en la familia, la sociedad o el grupo, en el trabajo, etc. Es la enajenación; no ser dueño de si mismo. Algunas variedades aparecen abruptamente, otras, de una manera lenta y progresiva. Muchas son crónicas (se desarrollan en el tiempo y mantienen a la persona afectada en ese estado de manera indefinida) otras son cíclicas y pasas de periodos de profundas alteraciones a otros de lucidez y normalidad. En esta familia encontramos psicosis crónicas y psicosis agudas. Son y han sido tratadas con métodos biológicos: máquinas de tortura, balneación (agua fría o caliente), electroshock, hipnoterapia (cura de sueño), chalecos de fuerza, psicofármacos neurolépticos, antipsicóticos. Los pacientes que adolecen de estas perturbaciones psicopatológicas son los pacientes psiquiátricos, obligatoriamente medicados, frecuentemente aislados en internados. Los diagnósticos psiquiátricos sobre ellos son equivalentes a inhabilitación civil y penal. Son inimputables, no responsables de sus actos, fuera de autocontrol.

La cuarta familia es la de las demencias. Esta representada por un conjunto que muestra como elemento unificador diversos grados de deterioro psíquico e intelectual, donde la pérdida de la memoria es a la vez efecto y causa. Efecto porque el deterioro de las estructuras nerviosas lleva a un deterioro de la memoria; la disminución de la capacidad mnémica es causa de mayores perdidas intelectuales. La unidad de la persona, la identidad que da sentido se va perdiendo hasta que no quedan más que restos fragmentarios, inconexos y absurdos. No se sabe quien se es, no se reconoce a los seres queridos, no se puede hacer ningún plan ni proyecto para el futuro. La vida va perdiendo el significado. Las demencias son estados característicos por la paulatina perdida de las capacidades anteriormente adquiridas. La progresión del trastorno conduce a una incapacitación cada vez mayor que si se prolonga, termina en una dependencia regresiva a un estado infantil. Diariamente el enfermo empeora y necesita más tutela y cuidados. Las demencias son trastornos orgánicos que implican deterioro material de las estructuras neuronales. La demencia se produce por ello. Además del envejecimiento, muchas causas metabólicas, infecciosas, traumáticas, circulatorias, nutritivas, toxicas pueden provocar el deterioro cerebral y van produciendo un proceso de demenciación. Mientras que en los estados de retraso o debilidad mental u oligofrenia, lo que existe es una falta de desarrollo o completitud, simultáneamente aparecen algunas capacidades especiales compensatorias, en los procesos demenciales en cambio lo que va quedando son las ruinas de algo que alguna vez estuvo completado, pero que cada vez se dispersa, corroído por la destrucción neuronal y deja restos ineficientes e inconexos, invalidantes para la vida autónoma.

La última familia es la de las psicopatías. Es de límites difusos, atravesada por cuestiones ideológicas, éticas, políticas, no presentan o es difícil identificar en ellas perturbaciones de los procesos psicológicos básicos. Lo perturbado no es del orden de lo mental en cuanto a su funcionamiento. Este grupo engloba cuestiones y personalidades, modos de conducta y valores. Resulta más sencillo plantearlas en términos de alteraciones en la capacidad de adaptación al medio socio cultural y en términos de destructividad hacia otros, razones por las cuales se desenvuelven en cárceles, tribunales y lugares relacionados. Las neurosis se caracterizan por inhibiciones. En este caso, lo principal es la carencia de inhibiciones. En las neurosis hay una ausencia de gratificación de los impulsos vivenciados como prohibidos. En las psicopatías es lo opuesto: la ausencia de inhibiciones permite la satisfacción inmediata y sin culpa de los impulsos instintivos más opuestos a la convivencia humana. Entre las psicopatías podemos incluir: casi todas las conductas antisociales como la piromanía, la trata de blancas, el proxenetismo, conductas delictivas (no todas), la tortura, el secuestro, el robo, los ataques, el asesinato porque si, las violaciones, el terrorismo, las distintas formas de violencia, la “limpieza étnica”. Son todas formas de vida que incluyen el sufrimiento de los otros. No existen sentimientos éticos de preocupación, cuidado y preservación de la vida ajena. El valor de la vida humana desaparece y en su lugar el otro o los otros son objetos sin dignidad ni derechos. Son perturbaciones éticas profundas, generalmente irreversibles y por lo tanto crónicas, surgidas de condiciones muy precoces que alteran la construcción de la personalidad, vinculadas modelos parentales deficitarios, perversos o en ambientes de exclusión social, promiscuidad, pobreza extrema y ausencia de límites.

Alteraciones agudas y alteraciones crónicas La preocupación de las psicopatologías acerca de las alteraciones mentales era en principio saber o llegar a comprender las causas que producían la aparición de las perturbaciones mentales, osea, su etiología.  La búsqueda se realizaba fundamentalmente en el campo de lo biológico y así era que se encontraban influencias familiares de sangre y se estimaba que se trataba de taras hereditarias; o se imaginaban malformaciones encefálicas que justificaban la presencia de signos y síntomas. Los medios tecnológicos eran pobres y rudimentarios, y los conocimientos del cerebro, escasos. Se hacían todo tipo de investigaciones sobre aquellos factores que podrían estar implicados en la génesis de los trastornos que se estudiaban. Muchos fueron exitosos y aportaron conocimientos perdurables al conocimiento de enfermedades mentales. Se fueron separando las perturbaciones mentales de causas orgánicas, metabólicas u hormonales conicidad de aquellas desconocidas. Los resultados no demasiado satisfactorios de la búsqueda de los factores endógenos o exógenos, biológicos o funcionales, de las alteraciones mentales, llevaron a pensar como lo hacen Henri Ey y Brisset, que resulta mas practico y efectivo el reconocimiento de la transitoriedad o permanencia del trastorno, con miras a su atención, y que esta condición esta relacionada con ciertas características de los trastornos. Estos autores, en lugar de las clasificaciones sobre la base de la etiología, proponen otra en función de la duración del o los trastornos y agrupan las alteraciones mentales en agudas o crónicas. Lo agudo, en el contexto de las alteraciones mentales se relaciona con la duración temporal de las mismas, que luego del paso del tiempo, desaparecen muchas veces sin dejar rastro. Puede ir desde la breve duración, minutos, de las crisis epilépticas, hasta los meses que llevan los episodios maniacos o depresivos de las psicosis periódicas. Los estados de las oligofrenias y demencias son crónicos. Lo mismo las psicopatías o desequilibrio psíquico o perversiones. Únicamente la familia de las psicosis presenta algunas alteraciones agudas entre la mayoría de crónicas y las reacciones neuróticas agudas o psiconeurosis emocionales, ya que las neurosis se consideran todas crónicas. A pesar de la postulación de diversos psicofármacos para su tratamiento, es bueno aclarar que es un tratamiento paliativo (que disminuyen el padecimiento de los enfermos, pero no lo resuelven ni eliminan) Permiten un mejoramiento de la calidad de vida, un mayor rendimiento es diversas áreas, una disminución de la angustia, una ampliación de la autonomía personal, pero ninguna conduce a la desaparición definitiva de los síntomas. Son los síntomas psicopatológicos y su particular forma de presentarse los que constituyen la esencia inteligible de los trastornos mentales agudos. Algunos trastornos agudos, si bien son pasajeras sus crisis y la persona retorna al estado anterior, sin defecto, se repiten a lo largo de la vida, lo que las convierte en incurables. Las alteraciones mentales agudas representan distintos niveles de desestructuración de la conciencia, o sea, trastornos donde encontramos signos y/o síntomas de: desorientación auto o alopsíquica, desorientación espacial, disminución o pérdida de la lucidez y claridad del campo de la conciencia, trastornos de la memoria, de la concentración, de la atención, de la percepción, del estado emocional, etc. Otro rasgo importante es la variedad de grados y formas clínicas que presentan que se corresponden con distintos niveles de desorganización. El grupo principal de trastornos mentales agudos incluye:  Reacciones neuróticas agudas  Crisis de manía  Estados depresivos y crisis de melancolía  Psicosis periódicas maniaco-depresivas  Psicosis delirantes agudas  Psicosis confusionales * Epilepsia. Es una afección neurológica más que psiquiátrica, caracterizada por la interrupción brusca de la conciencia, con amnesia lacunar del periodo crítico y a causa de la expansión de un estado de hipersincronización de la excitación de una población neuronal, con o sin crisis convulsivas y con dos variedades principales en su etiología: a) Epilepsia esencial, idiopática, criptogenética o primaria. Es de origen desconocido. b) Epilepsia sintomática o secundaria, crisis en las cuales la causa es una lesión encefálica, llamada foco, a partir de la cual comienza la expansión. Las enfermedades o alteraciones crónicas no se centran en la desestructuración de la conciencia sino más bien en la presencia de otras alteraciones como los trastornos de la psicomotricidad, del pensamiento, del lenguaje, de la personalidad. Pueden agruparse de la siguiente manera:  El desequilibrio psíquico (perversiones, psicopatías)  Las neurosis  Las psicosis delirantes crónicas (paranoia)  Las psicosis esquizofrénicas  Las demencias  Los estados de retraso mental u oligofrenias

Cuadros esquizofrénicos Los trastornos esquizofrénicos (no existe la esquizofrenia sino variadas presentaciones con un par de rasgos que los unifican) se caracterizan por la desintegración de la personalidad, por la tendencia al autismo. Su sintomatología es la más parecida al estereotipo acerca de la locura: actos absurdos, incoherentes, extraños, sorprendentes, palabras exóticas que enhebran discursos incomprensibles en idiomas desconocidos, actitudes y posturas corporales que desafían la lógica y la gravedad. En los trastornos esquizofrénicos lo fundamental es la división o disociación de la personalidad. Al mismo tiempo o a medida que el proceso avanza se profundiza una actitud de retirada del contacto con el mundo, un repliegue al interior, un grado de introversión, que denominamos autismo. Esas son las dos características psicopatológicas principales: disociación y autismo. Es un trastorno progresivo y por lo general irreversible. Tiende a permanecer en el tiempo, aunque a veces presenta episodios o crisis. Definición conceptual Los trastornos esquizofrénicos son formas de enajenación mental que tienden a hacerse crónicas, caracterizadas por un proceso progresivo de disociación mental de la persona, que acarrea una profunda transformación de su personalidad, que cesa de construir su mundo en comunicación con los demás para perderse en un pensamiento autístico, en si mismo y para si mismo, construyendo un caos imaginario y hermético Resulta evidente que alguien que rompe o no mantiene lo lazos con el mundo circundante, no es posible que pueda sobrellevar la adaptación que implica la vida social, laboral, familiar y amorosa. Se podría pensar que mientras la generalidad de las perturbaciones mentales presenta síntomas que son estados o vivencias conocidas intuitivamente por cualquier persona, en el caso de los síntomas esquizofrénicos no ocurre. Perplejidad y extrañeza es lo que experimenta la persona frente a otras, que con toda naturalidad dice que no puede dormir porque cuando lo hace le roban los sueñosConsiste en la disociación de la personalidad, en la presencia de la incoherencia ideoverbal y afectiva, en la exagerada rigidez o plasticidad de las masas musculares que permiten adoptar posiciones incomodas, contranaturales, ilógicas sin que aparezca el cansancio. Esto es la catatonía. Los síntomas pueden dividirse en positivos o negativos. Mientras que los primeros son aquellos en que los procesos psicológicos básicos aparecen exacerbados o distorsionados, los segundos, son los que representan disminución o pérdida de una función normal. Estas personas están o son dominadas por la ambivalencia, que se caracteriza por la experiencia conjunta y simultanea de pares de sentimientos, pensamientos, expresiones, enunciaciones, contradictorias. Igualmente se puede observar la impenetrabilidad de la intencionalidad o del significado de sus actos tanto como su extravagancia. Hay un desapego. Son impersonales. Hablar de si mismos en tercera persona es frecuente. Definición clínica Los trastornos esquizofrénicos son un conjunto caracterizado por la dominancia de la discordancia, la incoherencia ideoverbal, la extravagancia, la ambivalencia, el autismo, las ideas delirantes y alucinaciones mal sistematizadas, sobre un fondo de perturbaciones afectivas profundas en el sentido del desapego, de la extrañeza de los sentimientos, que tienden a evolucionar en forma progresiva hacia un déficit y hacia la disociación de su personalidad. Formas de comienzo Los trastornos esquizofrénicos no comienzan todos de la misma manera. En su mayoría se presentan en personas jóvenes, de entre 16 años y hasta antes de los 40. Hay formas de carácter, que sin ser patológicas, tienen rasgos denominados esquizoides, que son normales pero que tienen tendencia natural a la introversión, al alejamiento de la realidad, al ensimismamiento y a la obsesiva intelectualización de sus vivencias afectivas. En los adolescentes los signos y síntomas se confunden con los de la propia adolescencia. La diferencia estriba en que en los adolescentes estos son pasajeros, transitorios, pueden desaparecer de un día para otro, mientras que cuando son verdaderamente patológicos se consolidan, se multiplican, se hacen constantes. Es una forma de comienzo insidiosa: preanuncia un trastorno grave, progresivo, con deterioro notable, con pocas posibilidades de remisión. Otra forma de instalación de los trastornos esquizofrénicos es la llamada “por brotes”. En personas hasta esos momentos aparentemente normales, se produce de un día para otro la repentina y brusca aparición de intensas y floridas perturbaciones psicopatológicas: un brote. Presenta variadas modificaciones inexplicables, parece que tuviera otra personalidad. Se conduce con ideas raras acerca de si mismo o de los demás, insiste en sospechar que conspiran contra el o que hay enigmáticos personajes invisibles a su alrededor; no se quiere levantar de la cama, Esa característica la agitación, comportamiento desordenado, sin objetivo, acompañado de angustia, desasosiego y cierto grado de confusión o perplejidad. Quienes están en su entorno no entienden que sucede y no saben como tranquilizarlo. Producida la tranquilización, el proceso continua con la atención psiquiátrica y la determinación del diagnostico. Por lo general, después del brote, se desarrolla el trastorno más o menos intensamente, se estabiliza hasta la aparición de un nuevo brote, que profundiza la sintomatología y consolida la conducta psicopatológica. En caso de que la medicación actúe benéficamente, hay una remisión del cuadro, pero no obstante queda un deterioro, un déficit con respecto a la personalidad de antes del brote.

Una tercera forma por la cual se van instalando los trastornos esquizofrénicos es la que se denomina cíclica, por la cual la progresión de los mismos, hasta su completo desarrollo, que implica la disociación definitiva de la personalidad del enfermo, sumergido en el autismo que lo mantiene lejos de la realidad. Metafóricamente, se produce como las mareas, con el avance paulatino de las olas, hasta que finalmente llegan a su limite máximo en el que permanecen por un tiempo, para luego retroceder con el mismo mecanismo y recomenzar el ciclo, para finalmente llegar a lo que se denomina periodo de estado esquizofrénico, que es cuando ya no se producen otras modificaciones que las del deterioro producido por le proceso morboso, y en el cual permanece indefinidamente por años. Algunos autores mencionan una cuarta forma de comienzo del trastorno, caracterizado por la irrupción repentina de algún acto que por su gravedad, desproporción e intensidad, inaugura un proceso de desintegración mental que se produce a partir de entonces. Este síntoma suele girar en torno a homicidios absurdos, de personas sin relación alguna con el enfermo, autocastraciones, mutilaciones u otros actos violentos inexplicables, porque si. Es llamada monosintomática. Formas clínicas (Kraepelin identificó y formalizó teóricamente la demencia precoz, y luego fue reemplazada por el nombre actual de esquizofrenia propuesto por Bleuler). Las formas clínicas se diferencian por la sintomatología secundaria predominante y por el área de la personalidad más visiblemente afectado, conservando como núcleo la disociación y el autismo. Los síntomas pueden ser positivos y negativos. Los positivos reflejan un exceso o distorsión de las funciones normales, mientras que los negativos muestran una disminución o pérdida de las funciones normales. Los síntomas característicos son: ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento catatónico o gravemente desorganizado, síntomas negativos. Las formas clínicas mas clásicas son:  Hebefrénica: típica de los mas jóvenes .El área mas visiblemente afectada es la afectiva. Los rasgos predominantes de su sintomatología son: indiferencia, desapego, frialdad, ambivalente, pobreza imaginativa, abulia, alogia.  Catatónica: en ella se destacan los trastornos psicomotores, los síntomas que involucran la expresión corporal, Los síntomas más frecuentes son: estupor, almohada psíquica, catalepsia, cataplexia, paracinesias,, ecolalia, ecopraxia.  Paranoide: hay un trasfondo de suspicacia y sentimiento de persecución, persiste la vivencia psicótica de ser victima, como en los síntomas de robo de pensamiento o sueños, control a distancia, robo de órganos, aparatos de influencia, interceptación del pensamiento, etc. Junto a estas, aparece la forma simple, que hace referencia a la falta de originalidad o complejidad de síntomas que son “simple-mente” elementales. También la forma desorganizada, la que según el DSM IV corresponde a la predominancia del habla y comportamientos desorganizados y aplanamiento afectivo o inapropiado. Otra forma clínica propia del DSM IV es la residual, en cuyo cuadro clínico no es patente la existencia de síntomas psicóticos positivos. Hay manifestaciones continuas de la alteración como lo indica la presencia de síntomas negativos o síntomas positivos atenuados Periodo de estado El periodo de estado es largo. Evoluciona durante la mayor arte de la existencia. Por una parte, el llamado síndrome de disociación, es el responsable de la destructuracion de la conciencia y de la persona, y el proceso se expresa mediante los síntomas negativos. Los vacíos que va dejando la destructuracion se van transformando en una producción delirante que es el delirio autístico o autismo, evidenciado en los síntomas positivos que constituyen una exageración de los procesos normales; percibir > alucinar, pensar > delirar, etc. Formas terminales Si la enfermedad no se estabiliza en el período de comienzo o incluso en el periodo de estado, la evolución tiende a continuar hasta un nivel de disgregación profunda, que muestra un estado regresivo característico que concluye en una abolición de la existencia psíquica, en una especie de suicidio del ser en el mundo, en el cual los afectados yacen en posición fetal, inertes, ausentes, mudos, con la mirada perdida y conservando solo las funciones de la vida vegetativa. Siguiendo a Henri Ey, describiremos 3 tipos de déficit esquizofrénicos terminales:  Un grupo en el que predomina la inercia y la regresión casi total de la vida psíquica, con vida vegetativa y comportamiento automático y estereotipado de tipo catatónico.  Otro grupo caracterizado por la incoherencia ideoverbal, en el cual el lenguaje ha sido reemplazado por otro autístico, hermético, impenetrable, compuesto de sonidos desconocidos, denominado esquizofasia.  Un tercer grupo en el cual el delirio, con sus expresiones y comportamientos extraños es lo que prevalece. En las formas mas degradadas se trata de una especie de fabulación estereotipada en la que la actividad alucinatoria es sustituida por una especie de monologo. Los trastornos esquizofrénicos se definen por su deletéreo potencial evolutivo hacia la ruptura total, de la persona afectada, con la realidad.

Efectos adversos de los psicofármacos Los neurolépticos, la mayoría inhibidores de los receptores dopaminérgicos, son los mediadores de las vías nerviosas del control voluntario de la musculatura estriada y por ende del movimiento. La inhibición de las vías dopaminérgicas, produce: desaparición de las alucinaciones, el delirio y aparente mejoría de las psicosis, pero también, causada por el bloqueo de la DA, da lugar a una variedad de síndromes neurológicos. Los medicamentos farmacológicos en general y los psicofármacos en particular, producen en el organismo humano múltiples efectos, pero solo uno de ellos, se considera el objetivo principal de su uso terapéutico. Los restantes son designados como efectos adversos, indeseables o secundarios. Los efectos indeseables de los fármacos pueden aparecer cuando la dosis se recibe una sola vez (exposición aguda) o cuando la exposición lo es por tiempo prolongado, en el cual hablamos de crónica, con características acumulativas. La toxicidad puede ser clasificada como: a) farmacológica b) patológica c) genotóxica. Si las concentraciones de las sustancias no exceden cierto nivel crítico, los efectos farmacológicos serán reversibles y desaparecen cuando la concentración ha disminuido por la excreción. Los patológicos y genotóxicos pueden ser reparados, aunque cuando son severos pueden producir la muerte en corto tiempo. La idiosincrasia es una reactividad anormal frente a una sustancia, determinada genéticamente. Entre las sustancias implicadas con mayor frecuencia, en la exposición humana a envenenamientos, están los psicofármacos antidepresivos, analgésicos, estimulantes, agentes cardiovasculares y, en quinto lugar, sedantes e hipnóticos. No obstante, su administración tranquiliza a los familiares, a la sociedad y al mismo enfermo, que se siente aceptado y deja de sentirse acosado por los síntomas. Los 6 efectos neurológicos colaterales de las drogas neurolépticas son:  Disfonía aguda: consiste en espasmos de los músculos de la lengua, cara, cuello, dorso. De mecanismo de producción desconocido. Se trata con agentes antiparkinsonianos.  Acatisia: consiste en inquietud motora, no ansiedad o agitación. La persona no puede mantenerse quieta. Su mecanismo de producción es desconocido. Para su tratamiento se recomienda la reducción de las dosis o el cambio de psicofármacos.  Parkinsonismo: consiste en la aparición de rigidez muscular, temblores variables, fascies de mascara, marcha festinante. La producción es por inhibición de vías dopaminérgicas. Se trata con agentes antiparkinsonianos.  Síndrome neuroléptico maligno: consiste en la presentación de catatonía, estupor, fiebre. Puede ser fatal. puede persistir durante días después de la interrupción de los neurolépticos, mecanismo al que puede contribuir la inhibición dopaminérgica. Hay que interrumpir de inmediato el uso de antipsicóticos. Los agentes parkinsonianos no son efectivos.  Temblor perioral (síndrome del conejo): puede ser una variante tardía del parkinsonimo.. El mecanismo de producción es desconocido. Ayudan a su desaparición los agentes antiparkinsonianos.  Discinesia tardia: consiste en un conjunto de automatismos motores, especialmente centrados en el rostro, como movimientos masticatorios, cara de conejo, muecas, etc., es decir, movimientos anormales y automáticos coreoatetósicos o distónicos del área oro-facial, que se presentan en meses o años después del tratamiento neuroléptico. Empeora al interrumpirlo. El mecanismo de producción seria por exceso de las funciones dopaminérgicas. Su prevención es fundamental porque no tiene tratamiento satisfactorio. Para contrarrestar los síntomas descriptos, se agregan psicofármacos cuyo uso por tiempo prolongado produce efectos adversos perturbadores. Por tiempo prolongado nos referimos a un lapso superior a 6 meses continuados, a las dosis indicadas. En la práctica, la palabra del enfermo esta anulada, porque como tiene síntomas psicóticos, se considera que carece de responsabilidad para opinar, y el resto del ambiente prefiere que se continúe con la medicación que suprime los síntomas.

Hipótesis neuroquímicas sobre los trastornos esquizofrénicos A partir de lo que percibimos y como lo percibimos con nuestra sensorialidad, construimos una imagen compleja e integral a la que llamamos realidad. La característica distintiva de las alucinaciones, es que, definidas como percepciones sin objeto, son estructuradoras de la noción de realidad de quien las experimenta, razón por la cual, condicionan la conducta del afectado, para el cual no hay otra realidad a la que debería ajustarse. La teoría de la transmetilación patológica se aplica a la comprensión y explicación de los trastornos esquizofrénicos. Teoría de la transmetilación patológica Alrededor de 1950, se había tomado en cuenta la similitud existente entre los trastornos perceptuales ocasionados en los seres humanos por la intoxicación con sustancias tales como la mescalina y la psilocibina y los trastornos sintomáticos de algunas psicosis, especialmente de los trastornos esquizofrénicos, los cuales presentan alucinaciones y delirios. Se había detectado la semejanza molecular entre la mescalina y del neurotransmisor de la noradrenalina (NT NA). Se supuso entonces que ciertos cambios bioquímicos endógenos (producidos naturalmente por el organismo) podrían transformar la NA en mescalina, ocasionando la aparición de trastornos sensoperceptuales, dando lugar a una crisis aguda de lo que denominamos esquizofrenia. (En esta parte explica los criterios de Hollister y el proceso histórico – no creo que sea importante para el parcial) La resultante de todas las investigaciones es que si bien los pacientes esquizofrénicos agudos tienen la característica estadísticamente significativa de presentar sustancias metiladas en su orina, no se ha podido establecer definitivamente una sustancia como causante de la esquizofrenia y actualmente siguen dos vertientes: una que postula la hipermetilación, como originalmente se pensó, y otra que se orienta en la hipótesis de la lentitud en el proceso de de-metilación, lo que genera su acumulación facilitando altas concentraciones de sustancias endógenas alucinógenas. La vulnerabilidad del paciente a estas endotoxinas y la forma de presentación de los compuestos no se encuentran exclusivamente en pacientes esquizofrénicos. Es probable que las alteraciones bioquímicas implicadas en la transmetilación patológica forman parte de las condiciones necesarias para el desarrollo de los trastornos esquizofrénicos, pero no son causa suficiente para producirlos por si solas. Compuestos metilados de efecto alucinógeno se han encontrado posteriormente en todas las alteraciones mentales. Feniletilamina (FEA) en las enfermedades mentales En la búsqueda de explicaciones de las enfermedades mentales como resultado de factores endógenos como NT u otras sustancias que pertenecen al metabolismo electro bioquímico del sistema nervioso. La psiquiatría biológica ha dado mucha importancia a una sustancia derivada del aminoácido alanina. Los criterios para demostrar que una neuroamina juega un rol en la regulación del afecto son:  Su administración intracerebral debe inducir estimulación de la conducta  Una disminución en su reciclaje debe estar asociada con depresión, y un aumento, con manía  La administración de su precursor debe ejercer efectos antidepresivos  Sus niveles cerebrales deben ser disminuidos por drogas que causan depresión y aumentados por drogas estimulantes. Muchos trabajos tienden a sugerir que la FEA cumple con estos criterios. La fenil-etil-amina (FEA) es una amina con efectos simpático miméticos conocida desde 1910. En 1971, Boulton y Majer la descubrieron en humanos. Estructuralmente es semejante a la anfetamina (sintética) ya que esta es una alfa-metil-fenil-etil-amina y actúa por la liberación de catecolaminas. Como ella, la FEA es un estimulante, en este caso natural, una amina con un mecanismo de acción indirecta. Su descubridor en humanos, Boulton, la definió como perteneciente a la clase de las aminas en traza, monoaminas muy dinámicas, con rápido reciclaje, que comparten mecanismos de síntesis con los neurotransmisores que son transformadoras de la conducta. Ejercen su acción sobre los neurotransmisores y por ello han sido llamadas neuromoduladores. También se la encuentra en el chocolate y varios quesos. Es un líquido coloro, que forma con el dióxido de carbono una sal carbonatada sólida, al ser expuesta al medio ambiente.

La feniletilamina se ha considerado portadora de efectos psicoactivos. Sin embargo, es rápidamente metabolizada por la enzima MAO-B, de manera que no llegan al cerebro concentraciones significativas. Recientemente se ha comenzado a asociarla con el sentimiento de amor (su producción en el cerebro puede desencadenarse por un intercambio de miradas, un roce, un apretón de manos) sugiriendo que el cerebro de una persona enamorada contiene grandes cantidades de feniletilamina y que esta sustancia podría ser la responsable por las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando ocurre el enamoramiento, como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento, insomnio. P Parece ser además un precursor de la dopamina, que es la sustancia responsable de las sensaciones de amor romántico. Las feniletilaminas sustituidas son una amplia y diversa clase de compuestos que incluyen alcaloides, neurotransmisores, hormonas, estimulantes, alucinógenos, entactógenos, anorexígenos, broncodilatadores, y antidepresivos. Las sustituidas llevan modificaciones químicas adicionales al anillo fenilo, la cadena lateral, o el grupo amino:  Las anfetaminas son feniletilaminas que tienen un grupo alfa-metil en el átomo de carbono de la cadena lateral adyacente al grupo amino  Las catecolaminas son feniletilaminas con dos grupos hidroxilo en las posiciones 3 y 4 del anillo fenilo  Los aminoácidos aromáticos fenilalanina y tirosina son feniletilaminas que llevan un grupo carboxilo en la posición alfa. Varias feniletilaminas sustituidas son drogas farmacológicamente activas debido a su similitud con las monoaminas que actúan como neurotransmisores:  Estimulantes como los alcaloides de origen vegetal efedrina y catinona y las drogas sintéticas anfetamina y metilfenidato  Alucinógenos como el alcaloide mescalina y la droga sintetica 2C-B  Entactógenos como el MDMA y el MDA  Anorexígenos como la fentermina, la anfetamina y la benzfetamina  Broncodilatadores como la efedrina y la pseudoefedrina  Antidepresivos como el bupropión y la venlafaxina. Los resultados de las investigaciones emprendidas sobre la presencia de feniletilamina en grupos de pacientes afectados por distintas patologías (trastornos esquizofrénicos, depresión, bipolaridad, psicopatías, etc.) arrojan cifras bajas en pacientes depresivos endógenos y constituye un poderoso marcador biológico de la depresión endógena. La administración de anfetaminas en cantidad suficiente, provoca una psicosis toxica clínicamente muy semejante a la verdadera psicosis esquizofrénica paranoide. La FEA es un interesante y sensible marcador para el diagnostico de depresion endógena, y que existe un correlato evidente entre los valores obtenidos y la evaluación clínica de la depresion a lo largo de su evolución. No hay pruebas contundentes acerca de los factores bioquímicos endógenos como causantes de las enfermedades mentales. Lo que hay son hipótesis o teorías que nunca se apartan de la condicionalidad. En los casos mas favorables, lo único que se puede probar es la concomitancia de comportamientos neuroquímicos alterados con la existencia clínica de trastornos mentales y en el mejor de los casos, la participación de los mismos en calidad de factores necesarios pero de ninguna manera suficientes para ser “causa de” Todo intento de reducir la comprensión de las enfermedades mentales a un solo aspecto de la naturaleza, conduce al fracaso, porque los humanos somos unidades indivisibles, con aspectos biológicos, psíquicos y sociales, integrados e interdependientes.

Cuadros maníacos, depresivos y esquizofrénicos Introducción Desde el punto de vista biológico, son perturbaciones que cuentan con hipótesis neuroquímicas. Lo cual no quiere decir que son causadas por factores biológicos. Son hipótesis, propuestas de comprenderlas desde el punto de vista de anormalidades de la neurotransmisión. Un cuadro es una totalidad compleja constituida por una persona en la que se pueden observar, captar y escuchar, signos visuales, comportamientos, estados emocionales, expresiones habladas y escritas que en conjunto vivenciamos como psicológicamente perturbadas. Hay componentes que son figura y otros que pertenecen al fondo (como un cuadro artístico). Los cuadros maníacos y los depresivos son complementarios, porque cada uno es le negativo del otro. Porque en muchas oportunidades se presentan en alternancia en la misma persona. Ambos son trastornos del estado de ánimo y psicopatológicamente se encuentran entre los trastornos de la afectividad. El estado de ánimo normal, en momentos en que no hay situaciones de excepción, es aquel que permite dormir, trabajar, pensar, descansar, amar y realizar las funciones vegetativas con naturalidad y sin sobresaltos. En el estado de ánimo, los polos opuestos son la tristeza y el buen humor. Estos polos anímicos, cuando están intensificados exageradamente, al punto que interfieren e impiden en diferentes grados, reciben el nombre de depresión y manía. Definiciones conceptuales La manía es un estado de hiperexcitación de las funciones psíquicas con inquietud motriz, ánimo eufórico, y tendencia a la liberación de las pulsiones instintivas. La depresión es un estado de pesadez y lentitud en el procesamiento psicológico, con tendencia a la quietud e inmovilidad, ánimo triste e inhibición de los instintos vitales. Una u otra pueden presentarse en forma de crisis, accesos, o episodios y después de un tiempo desaparecer y restituir a la persona afectada a su estado anterior o estabilizarse de manera crónica. Depresión Constituye un síntoma y un signo de muchas situaciones afectivas. Es una alteración mental grave. Este fenómeno global se pone de manifiesto por la tendencia a la quietud o inmovilidad (inhibición psicomotriz); por la lentitud y cierta torpeza con la que fluye la vida psíquica (bradipsiquia); falta de placer (anhedonia) y profunda tristeza. Los pacientes se quejan de falta de voluntad, ausencia de mínimas energías, deseo de abandono y dejadez. Nada les atrae, nada les interesada, duermen mucho o están en la cama largas horas o sufren insomnio. Lo básico es la tristeza general: debilitación del instinto vital; hay tendencia a la baja de todas las funciones. Formas clínicas etiológicas  Depresiones reactivas. Respuesta a acontecimientos de pérdidas subjetivamente importantes, materiales o emocionales. Son naturales en las personas. Son respuestas apropiadas a las heridas afectivas. El yo, centro de la persona, falto de control por la importancia de las perdidas, transita lenta y dificultosamente en brusca de refugio en el que reparar sus averías. El yo se retrae del mundo e invierte la poca energía que le queda en autorrestaurarse. Saca toda su energía del mundo externo y la dirige sobre si mismo. En un lento proceso repite incesantemente en su pensamiento e imaginación, la perdida. El llorar constituye el componente motriz fisiológicamente natural de la tristeza. El sujeto revive la situación. La depresión reactiva desaparece sola, con el paso del tiempo, simplemente por el proceso natural de elaboración de la perdida. Esto sucede cuando el terreno es razonablemente maduro o equilibrado. Cuando estas depresiones reactivas se producen en personalidades neuróticas, infantiles, autocontradictorias, inmaduras, la elaboración de las perdidas se complica con el paso del tiempo, tiende a agravarse o hacerse crónica y no se resuelve por si misma. Se prescriben psicofármacos, denominados antidepresivos que acompañados de un ansiolítico, se consumen durante meses, mientras va pasando el tiempo. Estas medicaciones son poco eficaces desde el punto de vista que ellas afirman de si mismas, pero son paliativas. Los ansiolíticos calman el malestar de la angustia y los ISRS al ser psicoestimulantes ayudan a los afectados a pensar que el duelo no es un proceso interior, existencial, sino algo que viene de afuera y ataca a víctimas inocentes.  Depresiones neuróticas. Respuesta a conflictos interiores entre los impulsos instintivos y la conciencia moral. Expresión de la culpa en el sentido de la responsabilidad y los temores que trae aparejados, las consecuencias que pueden recaer sobre el yo. Representa un estado de inhibición general, desasosiego y tristeza por los daños que puede causar en el yo, la vuelta de los impulsos prohibidos. Tiende a prolongarse en el tiempo y su evolución natural es hacia la cronicidad. Expresa la inhibición de los impulsos hostiles y agresivos que se vuelven contra el sujeto a quien convierten en su victima. Es necesaria la intervención del psicólogo o el psiquiatra.  Depresiones por agotamiento. Después de periodos variables de tiempo, gran nivel de exigencia y de sobrepresión sobre el yo, se entra en depresión. Se trata de que raíz de un estado de alerta prolongado o crónico, que ha mantenido al organismo preparado para luchar o huir, ha sido inundado de sustancias endógenas, adecuadas para esas circunstancias. El alto consumo de mediadores químicos y neurotransmisores genera disminución o vaciamiento (depleción) de las vesículas pre sinápticas que contienen las moléculas de reserva de NT Se produce el déficit de serotonina, dopamina, noradrenalina, adrenalina. La resultante es el vaciamiento de la energía y la

imposibilidad de generarla a través de la síntesis proteica porque la misma se produce fundamentalmente en la fase N-Rem del sueño profundo, mientras que el estado crónico de alerta, interfiere con los ciclos y las fases del sueño, impidiendo sus funciones. Es frecuente encontrarlo en personas y personalidades emocionalmente contenidas, bien adaptadas a su medio, a costa de un gran esfuerzo. Se tratan con psicofármacos antidepresivos, con reposo y tiempo. Estas reacciones se sintetizan en un diagnóstico cada vez mas frecuente: estrés.  Depresión endógena. La tendencia a la depresión y la presentación del cuadro estarían vinculados al déficit genético en el metabolismo de las sustancias implicadas en el mantenimiento del estado anímico y del humor, las cuales son la serotonina (5HT) y la noradrenalina (NA), que son los NT mediadores de las vías y tractos neurales relacionados. Esta forma de depresión aparece de la nada. Los enfermos se sienten inundados por la tristeza y no saben por que. Es algo que sienten como ajeno, que viene de afuera; en realidad proviene del interior pero fuera de la posibilidad de tomar conciencia de ello. En condiciones normalesa medida que se utilizan, después de actuar sobre los neurorreceptores postsinápticos, son recaptadas, aunque una parte es degradada. Para reemplazar la perdida, en el axón se metabolizan nuevas moléculas que se acumulan en las vesículas presinápticas y el equilibrio se mantiene. Los medicamentos tienen por finalidad intervenir en la neurotransmisión restableciendo o suplementando las existencias de los NT específicos, tales como son los antidepresivos (Ad).

Las cuatro patas sobre las que se asientan las depresiones, la tétrada sintomática y psicopatológica, es:  Somática: desordenes gastrointestinales, anorexia, alteraciones menstruales, perturbaciones cardiovasculares, desordenes sexuales, insomnio, cefaleas.  Emocional: tristeza, pesimismo, desesperanza, culpa, ansiedad, agitación.  Psicológica: olvidos, indecisión, perdida del interés, ideas suicidas, falta de concentración, disminución del rendimiento, inhibición psicomotriz.  Social: irritabilidad, destructividad, conductas sociales, impulsividad, abuso de drogas, sadomasoquismo, alcoholismo. También hay formas clínicas semiológicas, es decir, de modos de presentación, que se diferencian por la presencia o ausencia de ciertos signos y síntomas. En las depresiones ansiosas hay un componente de inquietud motriz que al afectado llega a resultarle insoportable, denominado acatisia (compulsión a desplazarse de un lado a otro sin ninguna finalidad). Este estado de inquietud y desasosiego es muy penoso y difícil de sobrellevar. La ansiedad que acompaña a ciertas depresiones tiene un componente de culpa persecutoria, aquella responsabilidad podría atraer venganza o represalias muy temidas que se intentan evitar, mágicamente, con el suicidio. Melancolía Es el estado depresivo mas profundo. Puede presentarse solo. Se infiere que la depresión, la melancolía, están estrechamente vinculadas a la serotonina y a la melantonina. La persona afectada de melancolía vivencia tanto su existencia como el mundo circundante, como triste, moribundo, desesperanzado, ruinoso, miserable, catastrófico, no digno de ser vivido. Permanece inmóvil, ensimismado en fúnebres lucubraciones, sin deseos de vivir. Entre los melancólicos se encuentra frecuentemente el suicido; este profundo malestar existencial suele encontrar su solución en la idea de morir. Depresión y cultura La ideología contemporánea rechaza la tristeza. Se vive en un mundo cultural en el que entre las peores cosas que le pueden suceder a las personas se encuentran el ser perdedoras, tristes, pobres, gordas, feas, viejas, anónimas. Es preferible afirmar que se esta deprimido, porque la depresión tiene patente de enfermedad mientras que estar triste en el imaginario social es cosa de debilidad o pobreza espiritual. Manía y cultura Los estados maniacos son no solamente aceptables sino también promovidos. Son completamente funcionales. El axioma cultural de la sociedad de consumo favorece todas las conductas que implican velocidad, multiplicidad, urgencia por hacer mucho y todo al mismo tiempo. Casi todo permanece cada vez menos. Hay que ser un winner, estar siempre alerta, listo, despierto, activo, fresco, lleno de energía. En la sociedad moderna se usa cada vez más la cocaína, la cafeína en dosis altísimas (la cafeína despierta porque es un estimulante poderoso del sistema nervioso, no un energizante). Formas clínicas semiológicas de la manía Los estados maníacos se caracterizan por signos y síntomas como los siguientes: euforia anímica, acompañada de gran verborragia, habla acelerada, distracciones, atención que salta de un objeto o situación a otra, tendencia a reír, dificultad para relajarse y dormir. Según los grados de intensidad, se denominan hipomaniacos, cuando sobre un estado de ánimo equilibrado, hay una intensificación de los procesos y de la velocidad de realización, pero sin perturbaciones en los mismos. Seria el estado ideal para desempeñarse en la sociedad moderna. La orientación espacial, temporal, auto y alopsíquica esta conservada. La persona tiene la voluntad de desarrollar intensa actividad. Este estado hipomaniaco puede conducir al estrés.

Cuando la sintomatología es más intensa, según los grados va recibiendo distintos nombres: manía simple, manía delirante y alucinatoria, furor maníaco. A medida que aumenta el estado de hiperexcitación psicomotriz, los síntomas se van agravando y se va desorganizando la personalidad y la conducta. La verborragia pasa a ser logorrea, las palabras a vociferaciones, la euforia a furor, la hiperactividad a actividad física compulsiva. Aparecen el mentismo y la fuga de ideas. El primero consiste en devanamiento mudo de contenidos de la memoria, recuerdos, que se superponen unos a otros sin solución de continuidad, al igual que las ideas que fluyen en un torrente desmadrado, que son reemplazadas por otras, y otras, sin parar. El discurso se torna incoherente e incomprensible. La persona no se puede detener, no come, no duerme y va perdiendo el control de los impulsos, virando hacia la agresividad. Este estado, una vez agotadas las reservas por extenuación, deshidratación y cansancio extremo, se detiene. Los contenidos del pensamiento y el discurso, son exageraciones de realidades. Es un estado de inflación del yo. Formas clínicas etiológicas de la manía Además de los estados maniacos espontáneos, por razones endógenas que tienen hipótesis neuroquímicas para justificarlos, muchos cuadros son de etiología toxica. Tanto el alcohol como otras sustancias inducen la aparición de comportamientos maníacos. Muchas sustancias pueden provocarlos. Las estimulantes, llamadas analépticos, por la vía de aumentar la irritabilidad o capacidad de respuesta de las neuronas que es lo que sucede con las anfetaminas, la cocaína, el crack, el paco, los antidepresivos, la cafeína, etc. Las inhibidoras o depresoras, llamadas psicolépticos, por la vía de neutralizar hasta hacer inoperantes los centros neurales de control automático de Los impulsos primitivos, vinculados a la agresividad, la sexualidad, el territorio y los instintos básicos: vodka, whisky, ginebra, gin, fernet, tequila, ron, opio. Otras formas son las que acompañan ciertos procesos de envejecimiento, en los cuales el deterioro encefálico reduce los controles inhibitorios de las pulsiones instintivas y favorece la aparición de conductas exaltadas vinculadas especialmente a la sexualidad. Son los episodios seniles o preseniles. Psicosis maníaco depresiva Desde hace algunas décadas, se utiliza la denominación “trastorno bipolar”, para referirse a las alteraciones que padecen las personas que presentan oscilaciones que van desde la depresión hasta la manía. Estas oscilaciones son por periodos de semanas o meses en uno de los polos, luego sigue un periodo de aparente normalidad, y pasa por ultimo al polo opuesto. La inestabilidad de su estado de ánimo, genera inestabilidad en todas las áreas. Para si mismo y para quienes están vinculados a estas personas, todo se torna complicado y pesado. La medicación no hace efectos inmediatos ya que tiene un tiempo de alrededor de 3 semanas de latencia, lo que provoca muchos abandonos prematuros del tratamiento. No siempre se presentan cuadros maníacos y cuadros depresivos alternados, es común que una persona sufra episodios depresivos y nunca episodios de manía. Se trataría en este caso de un trastorno monopolar. La perturbación global es crónica, aunque el estado alterado no es permanente, por la presencia de los intervalos de normalidad. A la persona le cuesta trabajo reconocerse a si misma, y establecer una continuidad en los periodos de normalidad

Psicofarmacología Consideraciones introductorias En los últimos 50 años, el uso de los recursos farmacológicos para el tratamiento de los trastornos psicopatológicos y psiquiátricos se ha extendido al punto de ser en la actualidad, la primera medida terapéutica que se emplea. Una enorme ventaja para el enfermo, de la psicología sobre la psiquiatria, es que no genera ni depende de ninguna industria multimillonaria que se mueva por el consumo de algún objeto científico-. Tampoco se corre el riesgo de intoxicación o sobredosis. A lo sumo, en un caso de mala praxis, se pierde tiempo yd dineroEntre las resultantes negativas del uso de psicofármacos prematuramente desarrollados y apoyados sobre conocimientos parciales, insuficientes y provisionales, por las urgencias económicas de las empresas farmacéuticas, encontramos los efectos secundarios indeseables, los efectos colaterales. No se trata de oponerse al uso de psicofármacos que tan importantes son y han sido en la disminución del padecimiento de las personas con trastornos mentales, sino de acotar y encuadrar su uso racionalmente, relativizando la importancia que tienen y limitando su prescripción a los únicos habilitados por su formación: los psiquiatras. Pero la ciencia psicofarmacológica es dependiente de la gran industria química. Y esta presiona para predisponer, facilitar, favorecer y aumentar el consumo de los productos. El medicamento más vendido en la Argentina es un ansiolítico benzodiacepínico. Se ha demostrado que el uso prolongado de benzodiacepinas está ligado al desarrollo de conductas suicidas compulsivas y dificultades severas de comunicación e integración grupal. Este es el problema principal de los psicofármacos: la ciencia tiene un pobre papel, solo sirve de argumento para justificar la producción masiva de una mercancía, generando un consumo que muchas veces ni es necesario ni conveniente, y que no repara ni alerta demasiado de los efectos secundarios indeseables. Otro problema del uso de psicofármacos en forma ambulatoria, es que la información sobre sus efectos tanto deseables como adversos, esta distorsionada. Daremos un vistazo a la evolución histórica de la psicofarmacología. En 1952, en Francia, los investigadores Delay y Daniker, comenzaron a usar la Clorpromacina. Fue tal la importancia de esta, que la fecha de su síntesis es la del nacimiento de una nueva disciplina: la psicofarmacología. A partir de 1980, se comenzó a utilizar la respuesta a las drogas sintéticas fabricadas en laboratorios como elemento de juicio para establecer diagnósticos. Paralela o conjuntamente, se fueron descubriendo neurotransmisores, neurorreceptores, etc. A cada paso producida nuevas hipótesis, fabricación de medicamentos sobre la base de las mismas, verificaciones y muchas veces ausencia de resultados esperados, lo que llevaba a plantear nuevos experimentos y descubrimientos. Todo es dinámico y cambiante. Para los consumidores, esto significa exponerse a una experimentación permanente y a asumir un cambio constante de la medicación y variados efectos adversos. El empleo de psicofármacos se dificulta por la inseguridad diagnostica que caracteriza a la psiquiatría clínica, aunque la imposición del uso de instrumentos como DSM IV en las prescripciones va ganando terreno, haciendo coincidir los diagnósticos psiquiátricos de acuerdo a las respuestas a los psicotrópicos, con lo cual se obtiene objetividad, precisión y coherencia. El uso de los recursos farmacológicos para el tratamiento de las alteraciones mentales puede dividirse en tres grandes capítulos, que reúne cierto tipo de trastornos con cierto tipo general de sustancias: 1) Tratamiento de las psicosis mediante el uso de neurolépticos 2) Tratamiento de los trastornos del estado de ánimo mediante el uso de antidepresivos y estimulantes 3) Tratamiento de la ansiedad mediante el uso de sedantes e hipnóticos. Los neurolépticos o antipsicóticos se usan en los trastornos de mayor gravedad, como son las psicosis, funcionales u orgánicas, y que tienen ciertas características como la capacidad de suprimir alucinaciones y el delirio. Por dicha capacidad reciben el sobrenombre de antidelirantes y alucinolíticos. Este tipo de psicotrópicos contienen dos variedades: a) fenotiacinas y b) otros antipsicóticos. Hipótesis neuroquímicas de trastornos psicopatológicos “como psicólogo, mi formación me permite ver que no hay actividad psicológica humana sin estructura biológica que la sustente. Sin la cabeza no se puede pensar, sin lengua no se puede hablar, pero la lengua no es la causa. Es necesario el deseo de comunicarse con otra y la voluntad para hablar” La psiquiatría se ocupa de la individualidad psicobiologica definida a nivel molecular- bioelectrico y trata con órganos enfermos en su función, mientras que la psicología define a la individualidad psicobiologica, como persona, identificada con nombre, apellido e historia, y trata de su existencia y subjetividad Trastornos bioquímicos en algunas alteraciones mentales La química tuvo un enorme progreso. En el campo de las neurociencias produjo descubrimientos de suma importancia y dio lugar a teorías e hipótesis que se han formulado con respecto a la actividad psíquica. Estuvieron lo descubrimientos vinculados especialmente con el funcionamiento de la transmisión de los impulsos nerviosos, centrándose en el comportamiento a nivel de las sinapsis. Se buscó probar que las oscilaciones y cambios de los estados anímicos eran debidas al cambio de las proporciones de ciertos neurotransmisores en la persona.

La aplicación de los nuevos conocimientos permitió mejorar notablemente la eficacia de los psicofármacos que se venían usando en el tratamiento de los trastornos mentales. La psicofarmacología fue un avance revolucionario que permitió una calidad de vida mejor a los afectados por los trastornos. La psiquiatría biológica tiene como objetivo demostrar que todos los acontecimientos psicológicos de la vida humana son la resultante de la dinámica de ciertas estructuras materiales perfectamente identificables como son las sinapsis. No podemos estar de acuerdo con este punto de vista reduccionista y simplificador. Depresión: aspectos biológicos y neuroquímicos Las clasificaciones de la depresión implicaron una toma de posición entre: 1) el reconocimiento entre uno o varios tipos; 2) la delimitación de su “endogeneidad”. Endógeno significaba que la aparición de los síntomas no estaba ligada a factores externos, sino internos, presumiblemente biológicos. Esto dio lugar a dos modelos: 1) el modelo dimensional o continuo para el cual las distintas formas de la depresión expresan diferentes grados de un mismo trastorno; 2) el modelo topológico, para el cual distintas formas clínicas, corresponden a trastornos diferentes, que son endógenos o reactivos. A su vez, estas depresiones endógenas pueden ser bipolares o unipolares. Las unipolares o monopolares por sus características clínicas, evolutivas y terapéuticas, son dimensionales. Una planta asiática conocida por sus propiedades medicinales, llamada Rawolfa serpentina fue usada modernamente como antihipertensivo. Se observó que las personas bajo su administración, desarrollaban una intensa depresión, razón por la cual, su principal alcaloide, la reserpina, comenzó a usarse para el control de la excitación. El efecto depresor se producía porque la reserpina reducía las reservas de catecolaminas: un grupo de neurotransmisores entre los que se destacan la dopamina (DA), la noradrenalina (NA) y la adrenalina (AD), todos ellos excitadores. A partir de 1960, se descubrió que ciertos enfermos deprimidos, tenían bajos niveles de catecolaminas y serotonina en el sistema nervioso central, quienes podían revertir la situación si se les administraban psicofármacos que producían un incremente de los neurotransmisores implicados. Por esa razón se los llamó antidepresivos (Ad). A fines de la década de los 70, se había perfilado la división entre las depresiones noradrenérgicas y serotoninérgicas. Se reconocen varias teorías neuroquímicas acerca de la depresión, que son: 1) Teoría de las aminas biogénas: noradrenalina y serotonina Noradrenalina. La teoría sostiene la depleción (vaciamiento) de NA y/o 5HT como causa de la depresión, basada en que las drogas que inducen repleción monoamínica, como la reserpina, pueden generar estados depresivos en humanos. Otros fármacos son capaces de incrementar la disponibilidad de esos neurotransmisores y mejorar o inhibir los síntomas depresivos. Serotonina. La hipótesis serotonínica o indolamínica (la serotonina o 5HT es una indolamina, no una catecolamina como la NA) ha sido formulada: a) equivalente a la de la NA (recién expuesta) b) sosteniendo que el déficit de 5HT aumenta la vulnerabilidad tanto a la manía como a la depresión. Esta sería la hipótesis permisiva. Si aumenta la NA aparecen síntomas maniacos, y si disminuye, se produce depresión. Para la hipótesis serotoninérgica todas las sustancias inhibidoras de la recaptación de serotonina son antidepresivas. Aparecieron posteriormente investigaciones que no permiten sostener esta versión. En la actualidad se conoce que la reserpina no produce efecto reductor de las catecolaminas en el 85% de las personas sometidas a su acción. 2) Teoría de la desregulación noradrenérgica Intenta apartarse de la concepción cuantitativa (demasiada o poca). La NA podría perturbarse en cómo está regulada. El sistema de la NA intervendría en las respuestas afectivas a los estímulos ambientales significativos, en la respuesta al estrés, en las experiencias placenteras, etc. En la vulnerabilidad a la depresión estaría implicada una inestabilidad del sistema con escasa capacidad de discriminación. Los estímulos generadores de depresión producirían un aumento de la frecuencia de los disparos de las células NA en virtud de lo cual habría menos NA por impulso por depleción de las vesículas de neurotransmisores. Existen otras hipótesis que vinculan la depresión a la dopamina (DA), a la acetilcolina (Ach), al eje límbicohipotalámico-suprarrenal, porque la hipercortisolemia (exceso de cortisol en sangre) es uno de los hallazgos biológicos más constantes en la depresión. Los principales neurotransmisores vinculados con los estados depresivos son la serotonina y la noradrenalina. La mayoría de los psicofármacos que se emplean para su tratamiento tienen efectos sobre ellos. La psiquiatría clínica atribuye a la presencia o ausencia, disminución o aumento de estas sustancias, la depresión, postulándolas como causa sin considerar que la depresión es un estado psicobiológico de la persona en el que podemos verificar que simultáneamente coexisten lentitud y dificultades de los procesos psicológicos, humor triste, sentimientos de culpa, anhedonia, disminución de la motricidad y alteraciones de la neurotransmisión de la serotonina y la noradrenalina como respuesta a una pluralidad de factores causales.

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