¿Qué es la megarexia? Ver galería 10 trastornos de la alimentación Se trata de un trastorno alimenticio bastante menos conocido que la anorexia nerviosa, la bulimia o el trastorno por atracón, pero con idénticas y nefastas consecuencias para la salud. La megarexia representa el lado opuesto de la anorexia: las personas que la sufren se ven a sí mismas sanas y delgadas cuando en realidad padecen obesidad. Su distorsión del esquema corporal, tan común en los trastornos relativos a la alimentación, les lleva a sentirse satisfechos y orgullosos de su físico (opinan que el exceso de peso es sinónimo de fuerza y vitalidad), por lo que no siguen ningún tipo de dieta, no hacen ejercicio y suelen llevar hábitos de vida poco saludables, incluyendo la ingesta de una gran cantidad de alimentos con “calorías vacías” (bollería industrial, patatas fritas, golosinas, dulces, comida precocinada...) cada día de la semana, lo que conduce, con el tiempo a tener una grave y preocupante carencia de vitaminas o minerales. Como mínimo puede llevar al paciente a padecer anemia, pero también puede causar la muerte. El déficit de nutrientes provoca una alteración en la bioquímica del cerebro (como en la anorexia), por lo que los megaréxicos no son conscientes de que padecen una enfermedad. Además, teniendo en cuenta que la obesidad es una enfermedad en ascenso en la actualidad, es posible que existan muchos individuos con sobrepeso que sean megaréxicos no diagnosticados y que acaben convirtiéndose en obesos.
Consecuencias de la megarexia: 1- El sobrepeso y, sobre todo, la obesidad, son factores de riesgo que incrementan significativamente la posibilidad de sufrir numerosas enfermedades como síndrome metabólico, diabetes, enfermedades cardiovasculares, apnea, gota, cáncer… 2- Los megaréxicos, además, como consideran que su talla es correcta y que no tienen ningún problema de salud, no se preocupan por incluir en su dieta alimentos nutricionalmente adecuados, sino que comen aquello que más les gusta y apetece, y que suele consistir en fritos, carbohidratos, grasas, dulces, pizzas, y todo tipo de alimentos que aportan calorías, por lo que además de obesos, otra de las consecuencias de las personas que padecen megarexia es que están desnutridos y suelen padecer anemia por la falta de nutrientes. 3-Una alimentación desequilibrada provoca falta de energía, por lo que los afectados recurren a la comida para sentirse mejor, y así se forma el círculo vicioso. 4- Por otra parte, tanto los kilos de más como la escasez de energía, no invitan precisamente a llevar una vida activa y el sedentarismo incrementa aún más el exceso de peso y los riesgos de padecer otras enfermedades asociadas. Tratamiento de la megarexia Para poder hacer frente a la megarexia es necesario: 1- Que el paciente reconozca que tiene un problema. Pero, como en el caso de los anoréxicos, la imagen que refleja el espejo, y que no coincide con la percepción que tienen de su propio cuerpo, por lo que es necesario que su familia les ayude a ver la realidad, y normalmente necesitarán ayuda de un profesional médico que les oriente sobre el trastorno que padecen. 2- Para adelgazar no hay que comer poco, sino escoger alimentos nutritivos según el nutricionista Jaime Brugo. 3-Para conseguir y mantener un peso adecuado: · Repartir los alimentos en cinco o seis tomas al día. · Convertir el desayuno en la comida más importante. · No empezar a comer menos sin consultar a un especialista porque podriamos restringir nutrientes esenciales para el organismo, y reducir sobre todo la ingesta de azúcares. · Evitar los alimentos energéticos (como dulces o carbohidratos) poco antes de acostarse, ya que durante el descanso nocturno no seremos capaces de eliminar ese exceso de energía, que se acumulará en nuestro organismo en forma de grasa Prevención de la megarexia - La mejor prevención contra la megarexia, es establecer desde la infancia un estilo de vida saludable, que incluya la práctica de ejercicio físico de forma regular y una alimentación equilibrada. - Enseñar a los niños a que se encuentren a gusto con su físico, pero vigilar que no se produzca sobrepeso ya desde la infancia y, en caso de que necesiten adelgazar, solicitar siempre el consejo de un profesional médico, para evitar que caigan en conductas peligrosas como dejar de comer.