Maria Teresa Vargas

  • December 2019
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María Teresa Vargas

Conservación y sostenibilidad para el desarrollo social María Teresa Vargas empezó a trabajar en las ONGs de conservación a principios de los años 90. Antes trabajaba como periodista y admite que fue difícil dejar la actividad periodística, porque el reconocimiento público de su labor le traía muchas satisfacciones. Sin embargo, decidió a cambiar de rumbo cuando “por azares de la vida” quedó vinculada a un proyecto de educación ambiental en un núcleo escolar

En su tesis, revisó el marco institucional costarricense sobre proyectos que dan valor agregado a los bosques a través de servicios ambientales. La meta de su investigación era explorar si en Bolivia se podía establecer un sistema institucional semejante, que permitiera capturar alguna renta. Al graduarse, María Teresa se h alló en la situación de “graduada con honores y desempleada”. Entonces se le presenta una María Teresa subraya la necesidad de explorar el marco p o s i b i l i d a d d e legal respecto al problema de deforestación, desarrollar formar parte de un de un sistema de incentivos económicos que alienten a los g r u p o campesinos a conservar y crear una institucionalidad local i n v e s t i g a d o r e s jóvenes para para enfrentar efectivamente los problemas. trabajar en un en Yapacaní. El trabajo con los chicos y los proyecto de estudio sobre el impacto de la profesores le gustó mucho y la convenció reciente ampliación del Parque Noel Kempff a cambiar radicalmente su carrera. Mercado. La medida había provocado la disminución de tierras de cacería para las Como consecuencia, María Teresa decidió comunidades que bordean el Parque. Por profundizar su conocimiento inicial de los eso, se plantea la urgencia de investigar el temas ambientales que había adquirido en impacto tanto ambiental como económico la experiencia educativa. Postuló a una en estas comunidades. Durante la beca de estudios para hacer una maestría investigación conoció a Nigel Asquith, su en temas relacionados con la Economía esposo y además su colega en Natura. Ambiental en un centro de Política Juntos tienen a una hija, Maite. María Económica en Costa Rica. La experiencia Teresa viajó a los EEUU con su esposo, y costarricense le enseñó que “América Latina decidió hacer otra maestría en la no éramos sólo nosotros, y que la patria Universidad de Yale en el área de Bosques era más grande” y le abrió el horizonte de y Medio Ambiente. cooperación con otros países del continente. En cuanto a la formación profesional, en Entretanto, María Teresa queda vinculada Costa Rica María Teresa llegó a la al CIFOR (Centro Internacional de la conclusión de que “la deforestación no va Investigación Forestal) por casi dos años. a parar mientras que el bosque no es Allí desarrolla investigación aplicada en el competitivo frente a la ganadería u otras ámbito forestal que produce resultados que actividades como la cultivación de la soya el gobierno debe tomar en cuenta a la hora o de la coca”. de hacer decisiones en tema del medio ambiente. El producto de este trabajo fue Con esta idea en mente, ella empezó a la primera evaluación del Régimen Forestal explorar el tema de servicios ambientales. de la Nación, que resultó en un cambio

radical en el sistema forestal de Bolivia en 1997. Según María Teresa, pasó “del régimen totalmente corrupto, a un régimen mucho más transparente... imperfecto, pero mucho mejor.” El resultado adicional de la evaluación fue la certificación de 2 millones de hectáreas del bosque tropical en Bolivia, lo que hace que nuestro país tenga la más alta certificación de bosques tropicales en el mundo. La Fundación Natura empezó a operar en agosto de 2002, justo cuando María Teresa viajaba a Yale a empezar su maestría. Maria Teresa comenta que en Bolivia ya se había intentado antes impulsar varios proyectos de manejo de cuencas, pero con pocos resultados. Uno de los problemas era la “talleritis”, como ella lo llama: una tendencia de involucrar a las ONGs internacionales, que llegaban a la zona problemática—por ejemplo, el Parque Amboró que sufría de constantes invasiones ilegales—con la oferta de talleres. Este enfoque presumía que la educación ambiental iba a resultar en el cambio positivo para la conservación. Pero, para Natura, la educación ambiental no es suficiente, porque no ha producido resultados deseados en el pasado. María Teresa subraya la necesidad de explorar el marco legal respecto al problema de deforestación, desarrollar un sistema de incentivos económicos que alienten a los campesinos a conservar y crear una institucionalidad local para enfrentar efectivamente los problemas. Es fundamental entender, afirma María Teresa, que los campesinos de la zona son los más afectados tanto por el deterioro de ecosistemas como por las modificaciones que introducen los proyectos de conservación. La necesidad de fortalecer 1

las instituciones locales surge de la ausencia del Estado, que “es como otro planeta” para los campesinos del Amboró. Pero “¿Cómo dar más fuerza a las instituciones locales?” –se pregunta María Teresa. ¿Y cómo incentivar a los campesinos a cuidar los árboles, cuando éstos tienden a usar el bosque como un banco de emergencia, vendiendo un árbol talado para conseguir la cena para esta noche? Natura propone como solución los “proyectos de conservación directa”. Un buen ejemplo es el proyecto de preservación de bosque nublado en la cuenca del río Los Negros, con la meta de fortalecer un mecanismo comunal de Compensación por Servicios Ambientales Hídricos. El proyecto busca incentivar a los campesinos de la cuenca alta del río para que conserven 2500 hectáreas de bosque nublado, que abastece del agua toda la zona, y especialmente a la comunidad agrícola en la parte baja de la cuenca. La situación es la siguiente: hay cinco comunidades en la parte alta y hay una comunidad grande en el valle que vende sus productos a los mercados de Santa Cruz y de Cochabamba. Pero en este valle ha habido una disminución de agua de 50% en los últimos 20 años. Los campesinos creen que la deforestación en la parte alta causa la escasez del agua. Entonces, ¿cómo se arma un mecanismo que beneficie a los productores tanto de la parte baja como de la parte alta? Al principio, los campesinos desconfiaban del proyecto. Los de arriba decían: “¿Cómo voy a confiar que el agricultor de allí arriba va a cumplir con el compromiso, incluso si nosotros les damos dinero para evitar la deforestación?” Frente a esta desconfianza, Natura decidió usar el dinero de la cooperación internacional para, primero, montar un esquema que genere un mecanismo de confianza. Se firmaron convenios con propietarios individuales de las comunidades de arriba, que establecen la compensación con una caja para la cría de abejas, por cada 10 hectáreas de bosque nublado conservadas, por año. Los convenios pueden ser renovados cada año, si las

partes cumplen con los acuerdos. En la medida que la confianza en el proyecto se incrementa, también crece el número de agricultores participantes. Otro indicio de la efectividad del proyecto, en los 4 años que Natura trabaja en la zona, es que ha habido solamente un incumplimiento por parte de los campesinos comprometidos. Como parte del proyecto, también se efectuó la zonificación de los bosques. Dentro de este esquema, se compensa a los propietarios el 100 por ciento la preservación de los bosques más valiosos, maduros, e intocados. En la medida que el bosque sea más intervenido, decrece el porcentaje de la compensación al campesino. Esto genera otro tipo de incentivo: si un campesino saca del bosque afectado su ganado, puede subir de 75 por ciento de compensación a 100 por ciento. Como resultado de este proyecto, 1100 hectáreas en las cabeceras de la cuenca se declararon reserva comunal permanente. Para estos fines, el Municipio y los usuarios de la cuenca baja del río contribuyen con un 60% de los costos anuales de la conservación del bosque nublado en la cuenca alta, a través del mecanismo de Compensación por los Servicios Ambientales. La confianza queda establecida entre las comunidades de arriba y abajo, y con Natura, lo que hace posible la exitosa ejecución del proyecto.

debate sobre los servicios ambientales. En el proceso de estas discusiones, el enfoque ha sido principalmente el tema del agua. Éste es un tema muy sensible en Bolivia: recordemos la Guerra del Agua y el caso de Aguas Illimani. En el diálogo, los técnicos ambientalistas se dieron cuenta de que la discusión de la Ley del Agua está manejada principalmente por organismos ligados a los movimientos sociales, como el centro CEQUIABE, creado después de la Guerra del Agua, que pregona que el agua es un recurso natural al cual todos tienen derecho. Desde esta perspectiva, el agua es un recurso infinito, “regalo de Dios”, y debe ser distribuido gratis.

Analizando su experiencia con este proyecto, María Teresa sugiere que tiene que haber ciertos cambios en la cultura de los donantes para financiar los proyectos de este tipo. “Nuestro tipo de servicio requiere el compromiso a más largo plazo, y más que la intervención puntual.” Por eso, María Teresa destaca el papel de las organizaciones locales, que no se van a otra parte, sino que quedan comprometidas con el proyecto dado.

Sin embargo, no es así, si se lo mira desde el punto de vista de conservación. Hay que tener en cuenta no solamente el agua que llega a la casa de los consumidores, sino también de dónde viene el agua. No solamente la gente, sino también los ecosistemas necesitan agua. El rol de Natura ha sido unir a los dos grupos—los movimientos sociales y los ambientalistas— sentarlos en la mesa de discusión, e iniciar un diálogo sensato entre las dos igualmente válidas visiones del tema. Así, se intenta promover la conciencia de que el recurso es finito. Como dice María Teresa, “por eso, podemos hablar de que alguien lo subsidia, pero no podemos hablar de que sea gratuito, porque no llega gratuitamente a tu casa.” No ha sido fácil, porque había desencuentros entre las dos posiciones válidas, cada uno desde su posición. La visión de los movimientos sociales se entiende, porque a pesar de tener bastante agua per capita, la distribución y el alcance del agua potable en Bolivia son muy bajos. Pero también es cierto que se produce la degradación de los ecosistemas que garantizan el abastecimiento del agua para el futuro.

En cuanto a la difusión de su visión sobre labor conservacionista, Natura conformó un grupo de expertos que reúne a las ONGs, entre ellas AVINA, gobiernos municipales y las universidades en la mesa de discusión, donde se empezó a crear un espacio de

Con el fin de difundir la visión sobre la importancia de los servicios del bosque se hizo una propuesta que incorporó a AVINA y a otras cinco organizaciones nacionales. AVINA, entre otros, apoyó con fondos el plan de 8 talleres de alto nivel para el 2

gobierno central, a ejecutarse en un año. Están dirigidos a los viceministros de las áreas relacionadas al medio ambiente, quienes definen la agenda para los talleres. Se trae a los técnicos que les interesan, con el fin de ayudar a construir la agenda del gobierno sobre los servicios ambientales. Vienen los funcionarios públicos que están intentando implementar esta visión, con la misma experiencia, y también con problemas parecidos. Ya se hicieron dos talleres sobre el potencial de los servicios ambientales hídricos, uno en La Paz y otro en Santa Cruz. Esto ha derivado en que el Secretario de Desarrollo Sostenible de la Prefectura haya planteado la necesidad de elaborar un plan definido sobre servicios ambientales para el próximo año y de destinar fondos de la Prefectura a la ejecución del plan. También el Municipio expresó el deseo de cooperar con fondos para construir la política pública. “En La Paz”—dice María Teresa—“es más lento, pero hay voluntad.”

lobbying, y explora como desminuir los gastos de la oficina para tener más fondos para la conservación. Porque, según su filosofía, “los resultados que buscamos no están aquí, sino allá, en el bosque.”

Al mismo tiempo, se está proyectando la organización del sistema de pagos por Servicios Ambientales en el Parque Amboró a través de SAGUAPAC, el Municipio y la Prefectura del Departamento. Se propone que SAGUAPAC suba las tarifas un poco y que el monto extra se destine a una cuenta separada para la protección del agua. Según los estudios, en quince o veinte años SAGUAPAC necesitará otra fuente de agua, porque las aguas van contaminándose cada vez más y porque el “Cruceñómetro está aumentando”. La cuenca del río Piraí que proviene del Amboró puede funcionar como fuente alternativa y, por eso, SAGUAPAC está interesado en colaborar en la preservación de estos recursos de agua. En este momento, María Teresa, Directora Ejecutiva de la Fundación Natura, asegura el funcionamiento de la organización. Ella arma los equipos técnicos, va al campo al menos una vez cada dos meses, está en contacto con las comunidades y monitorea el trabajo del equipo de campo y el cumplimiento de los acuerdos. También, hace mucho trabajo político, mucho 3

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