Manual Del Alterador-quinta Parte

Manual del Alterador Amaia Villafañez Nana Toni Nieto

5. Pinturas. Técnicas y métodos 5.1 Tutor Místico paso a paso, por Amaia Una vez llegados a este punto (supongo que habréis leído los capítulos anteriores), ya tenemos la idea de lo que queremos pintar y el material para hacerlo, así que lo que nos queda es ponernos manos a la obra. Yo voy a explicar mi forma de hacerlo, porque para esto cada maestrillo tiene su librillo, y hay diferentes formas de hacer las cosas (sombras…) Una vez tengo mi paleta de colores, voy mojando el pincel en agua y diluyendo la pintura hasta el grado que quiero. Siempre uso la pintura muy diluida, excepto para hacer algún detallito o brillo, en ese caso la diluyo menos, pero sigo haciéndolo. Bien, lo primero es marcar la silueta o líneas generales de lo que queremos pintar en la carta. Para ello elijo un color que contraste un poco con los colores de la carta y muy diluido (siento ser pesada pero me parece importante) marco el contorno de lo que quiero hacer. NOTA: que la pintura esté diluida no significa que tengamos que poner mucha cantidad de la mezcla sobre la carta. Aclaro esto, porque si ponemos gran cantidad de agua sobre la carta puede que esta la absorba y nos carguemos la carta. Usamos pintura diluida pero no por ello hace falta que pongamos una gran cantidad. Una vez tengo la silueta marcada, empiezo a dar capas con el color aproximado que va a llevar la zona que voy tapando. Puede que si utilizáis sólo la pintura de un color, vamos a poner rojo, notéis que no cubre el fondo. En ese caso yo suelo mezclar el color que me dé ese problema (en este caso sería el rojo) con blanco, y de esa forma cubre mejor. Como veis voy cubriendo y marcando un poco más zonas o detalles a tener en cuenta. Poco a poco, voy dando las capas con tonos más oscuros o más claros en función de si 1

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la zona debe estar más o menos sombreada o iluminada. Una vez hecho esto, empiezo con una zona en concreto. En este caso empecé con las hombreras, fui cubriendo el fondo, pero ya dándole los tonos que quería para el final. Si esperamos a cubrir el fondo del todo antes de comenzar a pintar sombras… al final la capa de pintura va a ser mayor, por lo que en cuanto ya está un poco cubierto conviene empezar. Para dar un brillo o sombra, mojo el pincel en el color que corresponda (diluido), me voy al trozo de papel que uso de apoyo y paso por el la punta del pincel para que no tenga mucha pintura. Esto me permite llevar la punta del pincel por una zona muy fina, dando un poco de color únicamente donde quiero (a no ser que me falle el pulso ;)). Una vez tuve la parte de la armadura de los hombros, fui tapando y dando un poco más de forma a la cabeza (pelo, cara, brazo y vestido). Si os fijáis en el vestido las sombras y brillos son líneas muy finas en diferentes sentidos. Pues bien, usando el método que he descrito en el párrafo anterior y siguiendo la dirección de los objetos a sombrear voy haciendo del tono que corresponda líneas muy finas. Estas líneas no van solo en una dirección, sino que las entrecruzo en dos direcciones (normalmente) lo que va dando volumen a las cosas. Además estas líneas no tienen que ser rectas, sino que siguen curvas, las naturales de cada cosa. En la zona del pecho y cuello, más de lo mismo, sólo que aquí no utilicé (al menos tanto) la anterior técnica de hacer tramas, sino que simplemente fui dando tonos más claros u oscuros donde los necesitaba. Comienzo a modificar el fondo de la carta (libros, cortinas, ventana) para que vaya cogiendo la forma definitiva. Una vez terminadas los objetos que van por detrás, en este caso el pecho y el vestido, es cuando hago lo que está al frente, sobre todo si como en este caso son cosas que hay que hacer con líneas finas y huecos de por medio como los adornos en este caso. Sigo con los brazos y me pongo con el pelo y la cara. La forma de hacerlo es como he descrito anteriormente, combinando las dos técnicas (con tramas y sin ellas) según crea más conveniente. 2

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Para la cara comienzo situando los ojos, nariz y boca y a partir de ahí, voy dándole las sombras e iluminación, además de pelearme con detallitos como la forma de los ojos. Hay que tener en cuenta que pintamos con unos pinceles que son más gruesos que las líneas que debemos hacer, y que además en una cara tan pequeña que la línea de los párpados se desvíe una milésima cambia totalmente la expresión. Lo que se necesita en este caso es paciencia, buena vista y buen pulso. Si alguna línea se desvía, pues paciencia y lo que suelo hacer es con el color de la zona adyacente ir tapando la parte que se ha desviado.

En este punto está prácticamente todo hecho, lo que quedan son los detalles varios. Fijaos es la espada, sigo el mismo orden a la hora de pintar: marco la zona con pintura muy diluida y voy dándole capas. En el caso de la espada era tan fina que no hizo falta mucho. Y para la sombra de la espada, brazo y libro, tomo un color (en este caso negro puede que mezclado con algo de azul) lo diluyo mucho y paso el pincel por la zona a sombrear, sin extender mucho la pintura, y haciendo que no quede una zona delimitada por líneas rectas, sino que haga unas pequeñas ondas. Si queda más claro de lo que me gustaría, pues repito la operación encima de lo anterior hasta que tiene la tonalidad que quiero. 5.1.1 Importancia de los detalles Quiero destacar la importancia de los detalles. Está claro que una carta puede estar fenomenal aunque no hagamos el último detalle. Una vez una amiga me comentaba, “bueno, aunque no hubieras hecho eso, estaba bien, no se notaría”, y yo le aseguré que sí. Cuando vio la diferencia entre las siguientes imágenes me dio la razón. Vosotros veréis si merece la pena esforzarse o no. Fijaos en la cara de Zelda antes y después. Si la hubiese dejado como está la primera habría estado bien, pero modificando pequeñísimas cosas cambió a mejor. Algunas de estas cosas fueron: hacer el esfuerzo de pintarle las pestañas, acortar las cejas en la zona de la nariz, estrecharle un pelín la cara, añadirle las aletas y agujeros de la nariz, aumentar un poco la cantidad de pelo por la parte de la coronilla.

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ANTES

DESPUES

En este otro caso es una pena no tener una imagen intermedia, pero únicamente hacer los brillos y el dorado alrededor de la piedra de la frente (que yo inicialmente no había visto por que tenía un mal modelo) cambió considerablemente el efecto. Evidentemente también se han añadido unas sombras al gorro, y los puntitos rojos de los mofletes.

La diferencia entre estas dos imágenes son las lucecitas de los ojos y una sombra en la mandíbula.

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5.2 Mago de la Luna paso a paso por Toni Nieto

Espero que os guste, disfrutad del viaje. PASO A PASO: “Ozharu of the Moon”. Autor: Toni Nieto Cano aka “Picasso”. Coleccionista: Jorge aka “Juzam_Djinn”.

Imagen de la carta original.

Imagen de la carta acabado. Un largo proceso de pintura hasta llegar a este punto.

1) Encaje del tema en la carta. Se utiliza permanente negro “S”. No se buscan todos los detalles (ya que se perfilarán con el pincel en los últimos pasos del proceso) sino el volumen general de cada uno de los elementos. Fijaos también en el sistema utilizado para poder manipular la carta sin mancharla ni dañarla. Se busca con esto que la grasa que recubre la piel no acabe situada entre capa y capa de pintura.

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2) Primera capa de pintura. Siempre trabajo con la pintura muy diluida, para poder conseguir acabados muy finos. En este paso se trata de dar los primeros tonos, utilizando para ello un color parecido al que tiene que ir finalmente. En este caso marrón chocolate + negro para el pelaje, gris para dientes y uñas, rojo oscuro para ojos y la piel de goku y un ocre oscuro para la piel del ozharu. Fijaos que en este punto coloco el primer esquema de luces y puntos de luz en las pieles de ambos personajes. El trabajar con la pintura tan diluida te permite tener siempre presente estos primeros pasos.

3) Interior de la boca y ojos ya terminado. Se ha buscado un contraste muy elevado sobre la piel y el pelaje del ozharu. Colocación de las primeras sombras en Goku y primeras cinco capas de ocre oscuro + rojo para empezar a tapar la piel del ozharu. Fijaos como no se han tapado del todo los puntos de luz de la piel. Primer esbozo de la nueva luna.

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4) Iluminación de la piel concluida. Se parte del color base (ocre oscuro + rojo) y se van añadiendo pequeñas cantidades de ocre claro + color carne claro. Las luces finales se perfilan con amarillo hielo y los puntos de luz con blanco puro. Con este trabajo de iluminación se colocan las sombras. Creo que necesité unas 10 capas de pintura.

5) Iluminación del pelaje. Fijaos en las diferentes fases. Con un lila doy el volumen general de la luz, con el rojo acentúo más las áreas que reciben más luz. Utilizo este color con la intención de entonarlo con el aspecto final de la luna. Voy añadiendo un ocre claro al color rojo para ir iluminando, a la vez que voy imitando la textura del pelaje mediante diminutos palitos, siempre respetando la forma del nacimiento del pelo. Goku recibe el color medio oscuro de la base de su piel.

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6) Últimos puntos de luz en el pelaje añadiendo más amarillo hielo y blanco a la mezcla. Se acentúan los perfiles, sobre todo aquellos que darán la sensación irregular de pelo. Continúo tapando la luna.

7) Antes de finalizar el pelaje decido acabar la luna, en parte para aprovechar la última mezcla del mismo en ciertas partes de la luna. La realizo punteando mucho la pintura y desdibujando la punta del pincel para conseguir un aspecto más irregular.

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8) Sombreado del pelaje. Con veladuras muy controladas de negro, marrón oscuro y marrón chocolate trabajo todos los volúmenes de la parte en sombra. Cuando estoy contento con el resultado (tras unas 6 capas) con una mezcla un poco más sólida realizo la definición del pelaje en la parte que tocaría a las zonas iluminadas, arreglando aquellas partes demasiado expuestas. La idea es provocar el mayor contraste posible. También sombreo la piel, la zona de las sienes, interior de los dedos y palma de la mano y toda la mandíbula, con veladuras muy controladas de marrón rojizo. Con naranja y rojo doy tonos intermedios. Doy por finalizado el Ozharu. Retoco la piel de goku y arreglo la forma del peinado.

9) Con el ozharu terminado me centro en el goku. Defino el pelo y trabajo con transiciones muy suaves la iluminación y el sombreado. Ilumino con amarillo y sombreo con sombra tostada Es un niño, por lo que la piel no puede presentar cambios bruscos que indiquen dureza o musculatura fibrada. Aprovecho las últimas luces y el contraste que provocan con las sombras para definir los últimos detalles (dedos, etc...). Intento arreglar las partes manchadas del cuadro de texto con veladuras de rosa, rojo y blanco. Con marrón oscuro creo la sombra proyectada que me ayude a separarlo del fondo y dar la sensación de volumen. Con la misma idea en mente perfilo la parte de luz con blanco puro.

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5.3 A golpes con la paleta, por Nana Ésta es, obviamente, la parte más personal dentro del proceso de una alteración. Por poner un ejemplo, todos coincidimos en que los pinceles han de ser pequeños, pero formas de pintar hay tantas cómo artistas y todas ellas son buenas si el resultado se ajusta a nuestras pretensiones. Cómo soy un desastre y no me acordé de ir haciendo fotos suficientes de ninguna de mis alteraciones, me limitaré a realizar una pequeña contribución al gran trabajo realizado por Amaia y Toni, a partir de las imágenes que recordé guardar. Nuestro trabajo podemos abordarlo y ejecutarlo de muchas formas, ya hemos vistos dos diferentes y quedan muchas más como por ejemplo: Imprimar la zona a pintar para realizar un boceto previo con las formas y líneas más importantes a partir de una fotografía o dibujo. Este sistema funciona muy bien si no te sientes muy seguro pintando directamente sobre la carta, si el fondo es muy oscuro y confuso, si lo que vas a pintar es complejo o, simplemente, si quieres ayudarte de una serie de líneas y volúmenes hechos a lápiz y que pueden rectificarse fácilmente con una goma de borrar. Este boceto te servirá para no perderte y ajustarte al máximo a lo que quieres representar. Usa un lápiz blando sin afilar excesivamente para dibujar encima de la imprimación y no aprietes o la rascarás. En este caso, traté la zona con imprimación blanca de la gama model color de Vallejo, ocupando más o menos lo que sería la silueta de la imagen inspirada en la foto superior y que había marcado anteriormente con un lápiz de dibujo de mina blanda. Más vale quedarse cortos de zona imprimada que pasarse, pero si nos pasamos, intentaremos arreglarlo del modo que expondremos en el último capítulo. En según qué cartas el lápiz no pinta o no se ve, sustitúyelo por un rotulador al agua Personalmente imprimo con el producto diluido en capas extremadamente finas. Dependiendo del fondo de la carta necesitarás más o menos capas, pero si lo haces de este modo la imprimación no aportará grosor alguno y te facilitará la posterior cobertura del fondo. 10

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A partir de aquí, tomamos nuestros pinceles y empezamos a aplicar la pintura. Nunca serán suficientes las veces que se repita que la pintura ha de tener la consistencia idónea y las capas ser lo más finas posibles para no aportar grosores indeseados al producto final. Yo pinto según me da, a veces por zonas, a veces globalmente, dependiendo de la ilustración y del momento. Pero siempre sigo la misma pauta: De dentro a fuera y de arriba a abajo. Miro lo que está más alejado, lo que queda por detrás y establezco el orden. En el ejemplo el orden sería: marco ventana, abanico, piel, pelo, vestido y el nudo de la espalda siguiendo el orden en que realmente se encuentra cada parte. De este modo iremos superponiendo las capas dentro de una estructura natural. Este orden se complementa con la dirección desde arriba hacia abajo. En el caso de las cartas no es tan necesario como lo sería en un óleo, pero es una simple cuestión de comodidad, si apoyas en la carta mejor apoyar en las zonas no pintadas. La mano solemos situarla debajo de lo que pintamos y, a no ser que vayamos dándole vueltas a la carta, la tendremos colocada en la parte inferior. Esta montaña la pinté por zonas, casi acabando cada una de ellas antes de pasar a la otra, sin perjuicio de las matizaciones o correcciones finales para armonizar la suma de las partes. Para acabar con los órdenes y aunque la pintura acrílica es bastante cubriente, si puedes elegir pinta primero lo claro y luego lo oscuro, es mucho más fácil de cubrir un color claro con uno oscuro que al revés, aunque los últimos brillos siempre los dejaremos para el final. No te olvides del grado de transparencia de cada color a la hora de superponer colores. Por último, pero no menos importante, es la dirección de las pinceladas y la forma de aplicarlas ya que pueden cambiar totalmente el trabajo y, junto con las luces y sombras, nos ayudarán a ofrecer la tercera dimensión al ojo humano. Lo más habitual es seguir con el pincel las formas naturales y la dirección de lo que estamos pintando, a no ser que busquemos un efecto determinado. Fíjate en el pelo, las pinceladas siguen el peinado y cambian la dirección según el sitio. En este caso son ellas las que realmente le están dando volumen al peinado ayudadas por los claros y los oscuros. Lo mismo ocurre con el kimono, seguiremos las formas con el pincel en los diferentes tonos que apliquemos sin perder nunca de vista las arrugas y el modo en que se forman. En el abanico las zonas de contraste entre claro y oscuro son las que le aportan volumen, pero el brillo final entre ellas acaba de “levantar” cada pliegue.

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Ayudas extras: En ocasiones podemos querer marcar ciertas líneas o patrones sobre la base de la pintura que nos sirvan de guía, esto suelo hacerlo con un rotulador superfino (0,05) al agua. En el caso de esta serpiente, realicé en primer lugar todas las zonas de color ya que dadas las características de la ilustración me interesaba seguir un criterio más o menos homogéneo que no me hubiera resultado satisfactorio si hubiese dividido el animal en pequeñas zonas. Marqué tonalmente el cuerpo y después, con el rotulador, dibuje las líneas horizontales del escamado siguiendo la ondulación del cuerpo de la serpiente.

Eso me permitió seguir un patrón posteriormente con los pinceles sin perderme. La ventaja de hacerlo con este tipo de rotulador en lugar de con un pincel es que puedes eliminar el rotulador simplemente pasando el dedo si lo haces de inmediato o la punta de un trocito de papel o de un trapo ligeramente humedecido si se ha secado. Es importante tapar o eliminar las marcas de rotulador después de que hayan cumplido con su función. Si dominas el dibujo, puedes utilizar un rotulador permanente si así lo prefieres.

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En resumen, el pincel es nuestra herramienta y nos interesa sacarle el mayor partido posible. Para ello debemos conocer cómo se comporta dependiendo de la inclinación, la presión, la forma en que lo deslizamos o el punto desde el que iniciamos la pincelada así como la dirección. Cómo hemos dicho, hay infinidad de maneras de hacer las cosas, pondré algún ejemplo de las que yo suelo practicar: Para zonas extensas utilizaremos mucho más mechón que para las líneas, para ello inclinaremos mínimamente el pincel y lo deslizaremos muy suavemente aunque con cierta presión. Si queremos puntear, la inclinación será prácticamente de 90ª y la presión mínima. Si estamos pintando cualquier tipo de agua en movimiento, la dirección de las pinceladas así como la presión serán definitivas a la hora de reflejar dicho movimiento, eso nos permitirá imprimir, en un mar agitado por ejemplo, diferentes tonos y un movimiento de vaivén desde el primer momento. Soy malísima a mano alzada, pero creo que podrá verse a qué me refiero:

Si el mar tiene vaivén, las pinceladas tendrán vaivén. Si el mar es más oscuro en algunas zonas que en otras, las pinceladas se solaparán y tendrán más presión en una zonas que en otras para lograr diferentes tonos. Si pintamos unos labios seguiremos su forma y lo haremos desde el medio hacia arriba en el labio superior y hacia abajo en el inferior dando mayor presión en la zona del centro, en la línea de la comisura, ya que es la más oscura, pero sin olvidar los brillos y el lugar desde el que llega la luz.

En general, descomponer lo que pintamos en formas básicas nos descubrirá la dirección que han de tener las pinceladas en cada uno los diferentes planos de luces, sombras y semitonos. Todo se puede reducir a formas, incluido el cuerpo humano. En la nariz de abajo, piensa en todas las sombras y luces que faltan e imagina cómo las pintariamos.

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Como podríamos llenar páginas y páginas al respecto, lo mejor será dejarlo aquí y continuar practicando y experimentando todo lo que podamos.

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