COLEGIO:
Montes de Oca TEMA:
Manifiesto Surrealista Profesor: Israel Velázquez Domínguez Alumna: Franca Dennis Barrón Hernández 1
André Breton Nació en Tinchebray el 19 de febrero de 1896 y falleció en París el 28 de septiembre de 1966. Fue un escritor, poeta, ensayista y teórico del surrealismo, reconocido como el fundador y principal exponente de este movimiento artístico. De origen modesto, comenzó a estudiar medicina desoyendo las presiones familiares (sus padres querían que fuera ingeniero). Movilizado en Nantes, durante la Primera Guerra Mundial, en 1916, conoció a Jacques Vaché, que ejerció sobre él una gran influencia, a pesar de haber escrito únicamente cartas de guerra. Entra en contacto con el mundo del arte, primero a través de Paul Valéry y después del grupo dadaísta en 1916. Durante la guerra trabajó en hospitales psiquiátricos, donde estudió las obras de Sigmund Freud y sus experimentos con la escritura automática (escritura libre de todo control de la razón y de preocupaciones estéticas o morales), lo que influyó en su formulación de la teoría surrealista. Se convirtió en pionero de los movimientos antirracionalistas conocidos como dadaísmo y surrealismo. En 1920 publicó su primera obra Los campos magnéticos, en colaboración con Philippe Soupault, en la que exploraba las posibilidades de la escritura automática. Al año siguiente rompió con Tristan Tzara, el fundador del dadaísmo. Fundó con Louis Aragon y Philippe Soupault la revista Littérature. En 1924 escribió el Manifiesto del surrealismo y a su alrededor se formó un grupo compuesto por Philippe Soupault, Louis Aragon, Paul Éluard, René Crevel, Michel Leiris, Robert Desnos, Benjamin Perét, deseosos de llegar al «Cambiar la vida» de Rimbaud y «Transformar el mundo» de Marx. «El surrealismo se basa en la creencia en la realidad superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta la aparición del mismo y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismos psíquicos y a sustituirlos en la resolución de los principales problemas de la vida». En este manifiesto además se asientan las bases del automatismo psíquico como medio de expresión artística que surge sin la intervención del intelecto. Octavio Paz, que conoció a Breton cuando llegó a París en 1946, cuenta que el fundador del surrealismo tenía dos caras. Por un lado era una persona tremendamente vitalista, honesta y de gran simpatía personal, por el otro muy intransigente; no en vano se ganó el apodo de "papa del surrealismo" por la obcecación con la que defendía los principios del movimiento y castigaba con la expulsión a aquellos que se desviaban de su principios morales o artísticos. Entre los expulsados se encuentran Roger Vitrac, Philippe Soupault, Antonin Artaud, Robert Desnos y Salvador Dalí, al que llama "Ávida Dollars" (anagrama de su nombre). Marcel Duchamp le dedica estas palabras No he conocido a ningún hombre que tuviera mayor capacidad de amor, mayor poder de amar la grandeza de la vida, y no se entenderían sus odios si no fuera porque con ellos protegía la cualidad misma de su amor por la vida, por lo maravilloso de la vida. Breton amaba igual que late un corazón. Era el amante del amor en un mundo que cree en la prostitución. Ese es su signo.
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Escultura El gran oso hormiguero (1962)
Obras Ensayos Los pasos perdidos (1924). Manifiesto de surrealismo (1924, 1930, 1946). El Surrealismo y la pintura (1928).
En colaboración con… Los campos magnéticos (1920) (Les Champs magnetiques). En colaboración con Philippe Soupault. La inmaculada concepción (1930) (L'Immaculée conception). En colaboración con Paul Éluard. Hombres trabajando (1930) (Ralentir travaux). En colaboración con René Char y Paul Éluard. Trébol de cuatro hojas (1954) (Farouche à quatre feuilles). En colaboración con Lise Deharme, Julien Gracq y Jean Tardieu.
Poesía Monte de piedad (1919) (Mont de pieté). Con dos ilustraciones de André Derain. Claro de tierra (1923) (Clair de Terre). Con aguafuerte de Pablo Picasso.
Segundo manifiesto del surrealismo (1929).
Pez soluble (1924) (Poisson soluble).
Diccionario abreviado del surrealismo (1938).
La unión libre (1931) (L´Union libre).
Antología del humor negro (1940).
El revólver de cabellos blancos (1932) (Le Revolver à cheveaux blancs).
Prolegómenos a un tercer manifiesto o no (1942). Delito Flagrante (1949). El Surrealismo a través de sus obras (1954)
El aire del agua (1934) (L´Air de l´eau). Al lavadero negro (1936) (Au lavoir noir). Con frontispicio de Marcel Duchamp. Fata Morgana (1940). Con ilustraciones de Wilfredo Lam. Pleno margen (1943) (Pleine marge).
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Surrealismo
Uno de los hechos destacados para comprender al surrealismo como movimiento artístico, son los descubrimientos en el campo de la psicología impulsados por Freud Sigmund. Su interés por comprender la psiquis humana, lo llevó a desarrollar una teoría por la cual nombra al "Inconsciente" como la instancia psíquica a la cual la conciencia no tiene acceso, pero que se le revela en el sueño, los lapsus, los chistes, los juegos de palabras, los actos fallidos, etcétera. El inconsciente, según Freud, tiene la particularidad de ser a la vez interno al sujeto (y a su conciencia) y exterior a toda forma de dominio por el pensamiento consciente. El surrealismo, lo que se propuso, fue dar a luz a todos esos contenidos e impulsos del inconsciente, prescindiendo de todo freno o represión consciente, por eso trataban temas relacionados a lo sexual, a lo absurdo, a las fuerzas destructivas del hombre, etc. Como todo ser humano, los artistas se sintieron frustrados con las pésimas condiciones en que se encontraba Europa a fines de la Segunda Guerra Mundial, por lo que su inspiración no la buscaban en la realidad, sino en sus sueños y fantasías. Es importante señalar que la aparición del psicoanálisis, creado por el psicólogo alemán Sigmund Freud, influenció enormemente el desarrollo de esta técnica artística, ya que pone un especial énfasis en el inconsciente del hombre. El artista ya no se conformaba con ir a la estructura de las cosas o del movimiento; querían ver la realidad que se esconde debajo de la conciencia. El cubismo había deshecho la tercera dimensión proyectando aquel lado de las cosas que solamente se pueden ver en distintos tiempos. El surrealismo trata de proyectar el interior a base de imágenes tomadas tanto de lo real como de lo onírico. En él no existe contradicción entre pasado y presente, entre pasado y futuro, ni tampoco entre lo real y lo imaginario, ya que todo se confunde. El surrealismo surgió del movimiento llamado Dada, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Como el dadaísmo, el 4
surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria.
A partir de 1925, a raíz del estallido de la guerra de Marruecos, el surrealismo se politiza; se producen entonces los primeros contactos con los comunistas, que culminarían ese mismo año con la adhesión al Partido Comunista por parte de Breton. Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo al servicio de la Revolución en cuyo primer número Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Breton. Por su parte Jean Arp y Miró, aunque no compartían la decisión política tomada por Breton, continuaban participando con interés en las exposiciones surrealistas. Poco después se incorporaron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933 y también Matta (que conoce a Breton en 1937 por mediación de Dalí) y Lam; el movimiento se hizo internacional apareciendo grupos surrealistas en los Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento, se abrirá una disputa, a menudo agria, entre aquellos surrealistas que conciben el surrealismo como un movimiento puramente artístico, rechazando la supeditación al comunismo, y los que acompañan a Breton en su giro a la izquierda.
En 1929 Breton publica el Segundo Manifiesto Surrealista, en el que condena entre otros intelectuales a los artistas Masson y Francis Picabia. En 1936 expulsa a Dalí por sus tendencias fascistas y a Paul Eluard. En 1938 Breton firma en México junto con León Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente.
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Primer Manifiesto Surrealista André Breton. 1924 En primer lugar, Breton cataloga a la superrealidad como un “Gran misterio”, señalando textualmente: “Yo creo firmemente en la fusión futura de esos dos estados, aparentemente tan contradictorios: El sueño y la realidad, es una especie de realidad absoluta, de Superrealidad”; lo anteriormente citado, nos plantea una amalgama entre dos estados fundamentales del ser humano, los que aparentemente funcionan como antítesis. No obstante, nos formula una certeza más profunda, en la cual a través del análisis y comprensión de ambos, se logra alcanzar un conocimiento más amplio y acabado del mundo, puesto que combinamos dos formas de percibir la realidad, ya sea que en estado de vigilia captamos lo que nos acontece de forma más bien superficial, vale decir, no hacemos una mayor introspección al respecto, por ello respondemos ante aquella realidad por el método denominado: Causa – efecto, lo que conlleva un cúmulo de veces a sentimientos como los que destaca Breton: “Resignación ante lo que le ha tocado vivir, el añorar la etapa de la infancia, la que está llena de encantos, ya que ella carece de rigor conocido, además también encontramos una despreocupación”. Lo que ocasionará una coartación a aquella imaginación que no conocía límites. Donde lo único que nos aguarda es la aspiración legítima ante aquel sentimiento tan apasionado que es La Libertad. Cabe destacar que aquélla tan anhelada libertad, no se encuentra sólo en el rango del diario vivir, sino más bien y sobre todo, en el ámbito más interno del ser humano, en su mundo espiritual. Sin embargo, es en este aspecto donde la sociedad postmoderna posee sus más ingentes falencias, caracterizándose ésta por una casi irrisoria tendencia espiritual; en la que prima la realidad y siendo por ello nuestra interioridad, relegada a un 2° plano. Ante tal situación, Breton nos propone y para ello emplearé una cita de él; lo siguiente: “La actitud realista, inspirada por el positivismo… se me revela con un aspecto hostil hacia todo vuelo intelectual y ético… una mezcla de mediocridad, odio y chata suficiencia… donde triunfa la ley del menor esfuerzo”. Con la consignación de la cita anterior, André nos convoca a no conformarnos con el mínimo esfuerzo, muy por el contrario, posee una muy ávida expectación en que esto puede cambiar. Lo que no sólo es aplicable a la vida, puesto que desde aquella perspectiva es posible crear una literatura distinta, volcando a los lectores a una lectura más analítica y activa, ya que la existente, según sugiere el autor: “Adormece los cerebros”. Otro punto que es preciso señalar, antes de concluir es que como enuncia André Breton, “Todavía vivimos bajo el reinado de la lógica. Pero los procedimientos lógicos actuales se aplican únicamente a la solución de problemas de interés secundario”. Lo precedente se remite en que más allá de la obtención de soluciones frente a problemas abstractos, nos preocupemos de solucionar los problemas reales de nuestra vida. Como última dimensión a cavilar sobre el primer manifiesto Surrealista, encontramos los aportes de Freud, en torno al psicoanálisis, en el cual el autor del primer manifiesto, nos dice: “Confiada en
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dichos descubrimientos, se va formando una corriente de opinión, con cuya ayuda cualquier explorador de lo humano podrá hacer avanzar sus investigaciones, facilitando el camino por el hecho de no tener que depender ya exclusivamente de las realidades escuetas”. Esto no tan sólo apunta a que con los logros de Freud se tenga un mayor entendimiento de la realidad, por lo que se desprende de forma más profunda, que gracias al padre del psicoanálisis y sus estudios sobre el sueño y la actividad psíquica, se puede a través de las manifestaciones de nuestro inconsciente, llegar a resoluciones de los problemas que enfrentamos, tanto personal como los que presenta la sociedad en la que estamos inmersos. Finalmente el autor, ha concluido en 3 propuestas sobre el sueño; en la primera nos platica de la composición del sueño, pregonando que éste es continuo y que posee trazas de organización, mientras que en la segunda nos señala con vehemencia y esclarecimiento que el secreto del estado de sueño, nos es revelado y de este modo en la tercera propuesta, nos afirma que: “El espíritu del que sueña se satisface ampliamente con cuanto le ocurre”. Es así que la mezcla de ambos estados, de forma mesurada y equivalente, nos permitirá lograr la plenitud. Ése es el gran misterio.
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Segundo Manifiesto Surrealista André Breton. 1929. André Breton (1896-1966), fundador del surrealismo, redacta su segundo manifiesto surrealista en 1930, como defensa a los ataques del comunismo doctrinario en Francia que los atacaba de anti marxistas y anti comunistas. Breton explica que su revolución es literaria, porque tiene que plasmar el momento en que el hombre trasciende el límite de la realidad física hacia el sueño, revalora los ejercicios de escritura automática y declara que sus colegas siguen el materialismo histórico defendiéndose de Michel Marty.
Seguir en el surrealismo El surrealismo sigue hasta la fecha, incluso tiene una variante que se llama postismo o post surrealismo, que proclamó ser síntesis de las vanguardias precedentes como dadaísmo, cubismo, futurismo y surrealismo. Bretón seguirá de por vida con su movimiento, incluso redactará un tercer manifiesto en 1941. Al margen de estos manifiestos, los surrealistas fueron conquistando libertades en el arte, que enriquecieron la narración con el flujo de conciencia y la poesía con los sueños. El surrealismo al distanciarse del comunismo y de sus radicales adeptos, se afianza en el mundo cultural. El surrealismo se sostiene como sistema con sus propias reglas de juego, no se deja contaminar por la política, ni es irresponsable al respecto, pues en su afán de dar libertad al hombre reconoce su dignidad, de la que se desprenden sus derechos fundamentales. Hay que reconocer que 1930 era una época de mucho celo intelectual y los hombres de letras que se metían en varios campos despertaban recelo. El comunismo castigó la libertad de expresión con asesinatos a periodistas, cárcel y desaparición de intelectuales opositores, incluso en Latinoamérica, los escritores como Cortázar simpatizantes con el socialismo, denunciaron los excesos de Fidel Castro en Cuba junto a la proliferación de pseudo escritores de literatura comprometida que subvaluaban a los lectores de sus países. Breton optó por lo sano, prefirió primero el arte a la política y la libertad para crear a las directrices del partido.
Sigmund Freuda (Príbor, 6 de mayo de 1856-Londres, 23 de septiembre de 1939) fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.2
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Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales, investigaciones de las que daría cuenta en la casuística de su consultorio privado. Estudió en París, con el neurólogo francés Jean-Martin Charcot, las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta a la ciudad de Viena y en colaboración con Josef Breuer desarrolló el método catártico. Paulatinamente, reemplazó tanto la sugestión hipnótica como el método catártico por la asociación librey la interpretación de los sueños.3 De igual modo, la búsqueda inicial centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de síntomas fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se convirtió en el punto de partida del psicoanálisis, al que se dedicó ininterrumpidamente el resto de su vida. Freud postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa,4 tesis que causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la Viena de principios del siglo XX y por la cual fue acusado de pansexualista. A pesar de la hostilidad que tuvo que afrontar con sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por convertirse en una de las figuras más influyentes del siglo XX. Sus teorías, sin embargo, siguen siendo discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su aporte al campo del pensamiento y de la cultura en general, existiendo un amplio debate acerca de si el psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia. La división de opiniones que la figura de Freud suscita podría resumirse del siguiente modo: unos le consideran más un gran científico en el campo de la medicina, que descubrió gran parte del funcionamiento psíquico humano; y otros lo ven especialmente como un filósofo que replanteó la naturaleza humana y ayudó a derribar tabúes, pero cuyas teorías, como ciencia, fallan en un examen riguroso. El 28 de agosto de 1930, Freud fue galardonado con el Premio Goethe de la ciudad de Fráncfort del Meno por su actividad creativa. También en honor de Freud, al que frecuentemente se le denomina el padre del psicoanálisis, se dio el nombre «Freud» a un pequeño cráter de impacto lunar que se encuentra en una meseta dentro de Oceanus Procellarum, en la parte noroccidental del lado visible de la Luna.
PSICOANALISIS es una práctica terapéutica y técnica de investigación12 fundada por el neurólogo austríaco Sigmund Freud alrededor de 1896.3 A partir del psicoanálisis se han desarrollado posteriormente diversas escuelas de psicología profunda o de orientación dinámica y analítica. Asimismo, la teoría ha influido sobre muchas otras escuelas psicológicas y de terapias no necesariamente psicoanalíticas. La definición clásica de Freud nota 1incluye, según resumen Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis, los siguientes tres aspectos: A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo. Este método se basa principalmente en las asociaciones libres del sujeto, que garantizan la validez de la interpretación. La interpretación psicoanalítica puede extenderse también a producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres. B) Un método psicoterapéutico basado en esta investigación y caracterizado por la interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo. En este sentido se utiliza la palabra psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica; ejemplo, emprender un psicoanálisis (o un análisis).
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C) Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.5
Definiciones derivadas de los tres aspectos El psicoanálisis como teoría explicativa El psicoanálisis es una teoría sobre los procesos psíquicos inconscientes, que presenta una concepción ampliada de la sexualidad, de sus relaciones con el acontecer psíquico y su reflejo en lo sociocultural. El supuesto de que existen los procesos, fenómenos y mecanismos psíquicos inconscientes junto al papel de la sexualidad y del llamado complejo de Edipo, que resulta en una diferenciación entre instinto y pulsión; así como la aceptación de la teoría de la represión y el papel de la resistencia en el análisis constituyen para Freud los pilares fundamentales de su edificio teórico, al punto que sostiene que «quien no pueda admitirlos todos no debería contarse entre los psicoanalistas».8 Esta definición de Freud ha tenido amplia aceptación entre los psicoanalistas, así como también la necesidad de la transmisión del saber a través del análisis didáctico y los análisis de control o supervisados. Esta aceptación o identificación con los pilares centrales de la teoría y el método, se dio en medio de controversias. Refiriéndose a la definición de Freud de 1922, la historiadora Élisabeth Roudinesco comenta: «Freud proporcionó la definición más precisa del marco psicoanalítico, al subrayar que sus "pilares" teóricos eran el inconsciente, el complejo de Edipo, la resistencia, la represión y la sexualidad (...) Si bien los freudianos de todas las tendencias siempre aceptaron reconocerse en esta definición de psicoanálisis, no han cesado de combatir entre ellos a dividirse acerca de la cuestión de la técnica psicoanalítica y el psicoanálisis didáctico».9
En efecto, los psicoanalistas de las generaciones que siguieron a Freud desarrollaron la teoría en diversas direcciones, en parte reforzando y complementando sus ideas, en parte distanciándose de ellas o criticando algunos puntos más o menos centrales. Estos movimientos de diferenciación e integración, han dado lugar a la existencia de varias escuelas, con diversas concepciones u orientaciones. Por ejemplo, la Psicología del yo, la teoría de las relaciones objetales (de Melanie Klein, Donald Winnicott), el psicoanálisis relacional, el psicoanálisis lacaniano. Asimismo, escisiones tempranas y divergencias en aspectos decisivos dieron lugar a escuelas completamente independientes, como la psicología analítica de Carl Gustav Jung.
El psicoanálisis como método de investigación
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Sigmund Freud.
El psicoanálisis incluye también una serie de métodos para la investigación de la experiencia, el pensamiento y la conducta humana, tanto de sujetos individuales como de grupos y culturas. Esta última aplicación se ha llamado también etnopsicoanálisis.1011 La idea central de esta aplicación del psicoanálisis consiste en que tras la superficie en la que se representan las formas de comportamiento perceptibles (en la conducta individual y en la de los grupos y culturas) así como también tras las normas sociales y valores de una comunidad cultural, con frecuencia se esconden contenidos y motivaciones inconscientes que no son de acceso fácil al Yo y que pueden develarse y hacerse comprensibles con la ayuda de los conceptos y métodos del psicoanálisis.[cita requerida] En las décadas siguientes a Freud, diversos psicoanalistas desarrollaron otras técnicas para la exploración e interpretación psicoanalítica de diversas manifestaciones culturales: desde los cuentos de hadas y mitos hasta el análisis de obras literarias mayores, del cine o de las artes plásticas.
El psicoanálisis como terapia En el sentido estricto, el psicoanálisis puede ser definido como un método y técnica de tratamiento psicoterapéutico basada en la exploración del inconsciente a través de la asociación libre. A diferencia de los métodos que se basan en ejercicios, entrenamiento o aprendizaje (como las técnicas conductuales) o de las explicaciones en el plano cognitivo, el psicoanálisis se cuenta entre las técnicas de descubrimiento o develación que intentan que el paciente logre una comprensión profunda de las circunstancias (generalmente inconscientes) que han dado origen a sus afecciones, o son la causa de sus sufrimientos o malestares psíquicos. Aunque frecuentemente se asocia esto a la introspección, constituye un malentendido esperar como objetivo esencial de la terapia psicoanalítica una comprensión racional acerca de las relaciones causales. Se trata más bien de lograr una reestructuración de más amplio alcance de la personalidad, muy especialmente de la vida afectiva y particularmente en aquellas áreas que contribuyen y mantienen la formación de síntomas, o de formas defensivas que causan daño o malestar. [cita requerida] El psicoanálisis clásico se desarrolla durante algunos años con una frecuencia de tres a cinco veces por semana. En el settingclásico el paciente se recuesta en un diván y habla, en lo posible sin censura, sobre todo lo que siente, piensa, poniendo en palabras toda ocurrencia que le venga a la mente. Esta técnica se denomina asociación libre y constituye la regla fundamental. El analista que está sentado tras él, escucha manteniendo una atención parejamente flotante y comunica al paciente sus interpretaciones, hechas en base al material que va apareciendo durante el proceso analítico. El analista entrega estas interpretaciones a su paciente tantas veces como considere conveniente y en las situaciones que decida. En particular el analista captará e interpretará los patrones emocionales y de funcionamiento psíquico, los mecanismos típicos que el paciente repite en la relación con él en forma de transferencia y, básicamente, las formaciones del inconsciente que surjan en el discurrir del analizante a lo largo de su análisis. Independientemente de las variaciones que existen en las diferentes escuelas posteriores a Freud, donde muchas de ellas modifican este setting o encuadre clásico, el eje central del psicoanálisis como técnica terapéutica es la asociación libre. Desde la época de Freud y hasta la actualidad se le asigna a la llamada "regla técnica fundamental" un carácter demarcatorio entre lo que se llama psicoanálisis y lo que es una terapia diversa de este.
El desarrollo libidinal Artículos principales: Pulsión y Libido.
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El psicoanálisis emplea el término pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para el estudio del comportamientohumano. Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico. La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es precisamente la supresión de dicha tensión. Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thánatos). Para el psicoanálisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera como sexualidad. La libido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté dirigida a los objetos (libido objetal), o bien se dirija al propio Yo (libido narcisista).
Desarrollo sexual infantil Artículos principales: Desarrollo psicosexual, Libido y Zona erógena.
La teoría plantea que conforme crecen los niños su deseo se enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los que se busca la satisfacción libidinal. Siguiendo una secuencia de etapas psicosexuales en las que son importantes diferentes zonas erógenas, los niños pasan del autoerotismo a la sexualidad reproductora y desarrollan sus personalidades adultas:
Carta de Sigmund Freud a una madre en relación a la homosexualidad de su hijo. La carta fue más tarde enviada anónimamente "De una madre agradecida" a Alfred Charles Kinsey. Página 1. 9 de abril de 1935.
1. Fase oral (desde el nacimiento hasta los 12 o 18 meses): la boca es la zona erógena preeminente y procura al bebé no solo la satisfacción de alimentarse, sino, sobre todo, el placer de chupar. Es decir, de poner en movimiento los labios, la lengua y el paladaren una alternancia rítmica. 2. Fase anal (12-18 meses hasta 3 años): en esta época la fuente principal de placer y conflicto potencial son las actividades en las que interviene el ano. Con frecuencia representa el primer intento del niño por convertir una actividad involuntaria en voluntaria. Los niños pueden experimentar dolor o placer ya sea al retener o al expulsar sus desechos fisiológicos. Debemos separar aquí el placer orgánico de
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defecar, aliviando una necesidad corporal, del placer sexual consistente en retener las heces y los gases para después expulsarlos bruscamente. 3. Fase fálica (3 a 6 años): el órgano sexual masculino desempeña un papel dominante. En esta fase, las caricias masturbatorias y los tocamientos ritmados de las partes genitales proveen al niño un placer autoerótico. Freud considera que el clítoris es considerado por la niña como una forma de falo inferior. Al comienzo de la fase fálica, los niños/as creen que todas las personas poseen falo y la diferencia entre tener o no falo se percibe como una oposición por castración. Cada uno toma rumbo diferente al entrar en lo que Freud denomina Edipo, o complejo de Edipo, en el cual primero se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos sexuales hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus deseos por temor a que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de castración que lo lleva a renunciar a sus deseos incestuosos e identificarse con su padre. La niña abandona a la madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin embargo, se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un pene (véase el concepto psicoanalítico de falo), a lo cual reacciona identificándose con ella y aparece el deseo de engendrar un hijo de su padre. La homosexualidad es definida como una perversión causada por una interrupción del desarrollo libidinal en esta etapa. Para Freud se produce por una fijación en una etapa temprana del desarrollo psicosexual o una resolución incorrecta del complejo de Edipo. Esta interrupción no permite alcanzar la madurez sexual (heterosexualidad). Un conflicto de homosexualidad inconsciente puede ser un núcleo constituyente de esquizofrenia o paranoia. Más adelante, Freud describe el narcisismocomo un componente común a la homosexualidad, la esquizofrenia y las perversiones. Sin embargo, Freud llegaría a reconsiderar su posición con el tiempo, hasta el punto de que en su conocida Carta a una madre americana, Freud no dudó en afirmar que la homosexualidad «no es un vicio ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad».39 Señaló que perseguir la homosexualidad era una «gran injusticia y una crueldad», y que el análisis, a lo sumo, serviría para devolver la armonía a una persona si se sentía infeliz o neurótica, independientemente de si era homosexual o no. 4. Período de latencia (desde los seis años hasta la pubertad): en este período se desarrollan fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por la cultura. Freud lo llamaba «período de calma sexual». No lo consideraba una etapa, ya que no surgía nada dramáticamente nuevo. 5. Fase genital (desde la pubertad hasta la adultez): surge en la adolescencia cuando maduran los órganos genitales. Hay un surgimiento de los deseos sexuales y agresivos. El impulso sexual, el cual antes era autoerótico, se busca satisfacer a partir de una interacción genuina con los demás. Freud creía que los individuos maduros buscan satisfacer sus impulsos sexuales sobre todo por la actividad genital reproductora con miembros del sexo opuesto.
Complejo de Edipo En psicoanálisis, el complejo de Edipo, a veces también denominado conflicto edípico, se refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y hostiles hacia los progenitores.1 Se trata de un concepto central de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, expuesto por primera vez dentro de los marcos de su primera tópica. En términos generales, Freud define el
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complejo de Edipo2 como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio). El complejo de Edipo es la «representación inconsciente a través de la que se expresa el deseo sexual o amoroso del niño».3 Freud describe dos constelaciones distintas en las que se puede presentar el conflicto edípico:
Complejo de Edipo positivo: odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y atracción sexual hacia el progenitor del sexo opuesto. Complejo de Edipo negativo: amor hacia el progenitor del mismo sexo, así como rivalidad y rechazo hacia el progenitor del sexo opuesto.1
La teoría de Freud distingue en el desarrollo psicosexual de los niños tres etapas principales: la oral, la anal y la fálica. El período de manifestación del complejo de Edipo coincide con la llamada fase fálica (pregenital) del desarrollo de la libido, es decir aproximadamente entre los 3 y los 6 años de edad y se acaba con la entrada en el período de latencia. De acuerdo con la teoría freudiana, el complejo se revive en la pubertad y esta reaparición declinaría a su vez con la elección de objeto, que abre paso a la sexualidad adulta.
El psicoanálisis en la literatura o semanálisis El “semanálisis” es una teoría literaria llamada así debido a que la producción del sentido se da a través de la sintaxis, además de ser inseparable del sujeto hablante y retomar la gramática generativa, la semiótica y el psicoanálisis hasta crear una nueva ciencia que estudia la significación, aun sin cumplir con los parámetros del positivismo. Una de las características de ésta es su ruptura con lo meramente estructural, herencia del formalismo. Su innovación consiste en analizar los textos no sólo desde la distribución de sus elementos ni de su contenido, sino desde el sujeto que enuncia el discurso; es así como inicia la nueva “ciencia del sujeto” (Kristeva, 1976). A partir de que Jacques Lacan retomara en 1964 las investigaciones de Freud se espera que el psicoanalista sea capaz de establecer el significado no sólo de lo enunciado en los textos, sino ir más allá hasta llegar a comprender lo no dicho en ellos, lo oculto, lo que antes quedaba sin definir, perdido entre en la multiplicidad de interpretaciones subjetivas del lector. En este sentido, la teoría psicoanalítica retoma parte de la teoría saussureana, aunque sin dar tanto peso a la distinción debido a que no hay gran unión entre significado y significante. A diferencia de Saussure, Lacan no presta tanta importancia al significado, más bien encuentra en el significante un espacio ideal para englobar al inconsciente y es ahí en donde ve la clave para descubrir el discurso que se esconde tras la connotación, con lo que da un nuevo sentido al papel del lenguaje en la configuración del inconsciente. Es así como el significante se vuelve un aliado para dar forma a una manera distinta de descubrir el discurso oculto tras las palabras que ya no designan un significado absoluto, sino uno múltiple. Así, el significante como parte del inconsciente involucra la ambivalencia de desplazamiento y condensación, nombradas de tal manera por Freud, comprendidas por la lingüística como metonimia y metáfora según corresponde. Ambos tropos consisten en comparar términos incluidos en el texto, sin embargo, la metonimia o desplazamiento marca la comparación a partir de nombrar al objeto comparado con el nombre de otra cosa por su relación de causaefecto, parte-todo o continente-contenido; mientras que la metáfora o condensación determina la semejanza entre dos términos a través del sentido figurado. De tal manera, al realizar un estudio psicoanalítico de una obra literaria se identifican las anomalías figurales o sintácticas, mismas que son susceptibles a la interpretación. De esta forma se podrá encontrar una secuencialidad metonímica que expresará el anhelo, siempre frustrado, del objeto del deseo, lo cual determinará la comprensión de la identidad extraviada.
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Al mismo tiempo, por medio de la metáfora se podrá definir cuál es ese “otro” que, según Freud, funge como sustituto de la madre, es decir, se encuentra en lugar de lo perdido. Todo lo anterior es parte de la Topología de Lacan que revisa las formaciones del inconsciente, ocultas en el significante. Además del significante y la interpretación, la teoría psicoanalítica o semanálisis toma en cuenta la pulsión y la transferencia para encontrar el sentido del texto. La primera, la pulsión, es el deseo del otro, formación del inconsciente que no será ni puede ser satisfecha en su totalidad porque en ese caso dejaría de haber placer no satisfecho del todo, lo que motiva el deseo. En cuanto a la segunda, la transferencia, surge de la demanda del sujeto, el inconsciente puesto en acto de su realidad que propicia a su vez la pulsión. Por lo tanto, lo que demanda el inconsciente es lo que falta para satisfacer el deseo, lo que se marca a través de la relación con la causa real que se enuncia con la metonimia; así tanto la pulsión como el efecto del significante producen el sujeto del inconsciente. De esta forma, el inconsciente como lenguaje comienza el proceso analítico de transferencia con diferentes significantes y correlatos que se activan en un nivel menor al de la conciencia. La transferencia tiene a su vez tres registros: El registro imaginario que abarca el amor de transferencia, el registro simbólico que es el deseo y el registro real que toma en cuenta el goce y el objeto real de las pulsiones parciales. Todos estos conceptos y más son vistos, explicados y ejemplificados a profundidad en tres textos por medio de los cuales es posible comprender con demostraciones precisas cómo el inconsciente del sujeto hablante en la obra compone al significante saussureano, develando el verdadero sentido de lo enunciado. El primero de ellos, Lo siniestro de Sigmund Freud, análisis tomado del volumen VII de sus Obras Completas, demuestra cómo surge, se confunde y se renueva el sentido de lo espeluznante, a partir del estudio de dos términos alemanes: heimlich y unheimlich, el primero para designar a lo familiar, lo conocido, lo íntimo; el segundo para nombrar a lo que debía permanecer oculto pero que ha sido revelado, lo demoníaco. Por medio del análisis del ambiente creado en algunos cuentos de E. T. A. Hoffmann, entre otras obras, se confronta y ejemplifica la evolución que ha habido en la determinación de los siniestro por medio de recursos como son la confusión entre lo animado y lo inanimado, la aparición del doble o la imagen en el espejo, el automatismo o impulso de repetición, entre otros elementos. El segundo texto, El seminario sobre “La Carta Robada” de Jacques Lacan, editado por Nara Araújo y Teresa Delgado, analiza el relato de Edgar Allan Poe y brinda un excelente ejemplo de cómo el significante determina la interpretación del sentido y no así el significado, ya que el centro del cuento se encuentra en la desviación de la carta y no en el contenido de la misma, por lo que hay un deslizamiento de errancia entre desplazamiento y condensación, metonimia y metáfora que dan pie a la multiplicidad de sentido. Por último, el texto Semanálisis y producción de sentido de Julia Kristeva, en el cual se enlistan las cualidades de la nueva ciencia, a la par que se ponen a prueba sus capacidades y límites de acuerdo con lo que requiere tanto la lingüística como el psicoanálisis para llevar a cabo su función. En conjunto, todos los textos antes mencionados permiten al lector conocer y poner a prueba los lineamientos marcados por la semanálisis, por lo que resultan ideales para aquel que quiera conocer más acerca de cómo se produce e interpreta el sentido de una obra de acuerdo con lo delimitado por Freud y Lacan.
Eficacia en el tratamiento de trastornos psicológicos 15
Comparación del tamaño del efecto de la terapia psicodinámica. Smith, Glass and Miller. 1980.
Los detractores del psicoanálisis consideran que no es efectivo en el tratamiento de trastornos psicológicos. Se apoyan en estudios estadísticos (ver referencias) que comparan la eficacia clínica de distintas formas de terapia (psicoanalíticas, gestálticas, conductuales, cognitivas, etc.) con una terapia placebo o con la ausencia de terapia.44454647 Estos estudios muestran que en promedio las psicoterapias aportan beneficios y algunas de las terapias cognitivas están a la par de los tratamientos farmacológicos y su efectividad se potencia cuando son empleadas en conjunto. En cambio, la efectividad del psicoanálisis en el tratamiento de enfermedades (depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación, adicciones, trastornos de la personalidad...) está por debajo del promedio y no supera la efectividad de un tratamiento placebo; y puede, en consecuencia, retrasar o impedir en algunos casos la cura. Sin embargo, y en sentido opuesto, existen otras investigaciones que avalan la efectividad del tratamiento psicoanalítico y psicodinámico (una forma de terapia corta fundamentada en el psicoanálisis)48 lo cual indica que la terapia podría ser utilizada para el alivio de síntomas en diversos pacientes. Los mismos estudios han demostrado que las ganancias obtenidas a partir del uso de terapias psicodinámicas se mantienen, e incluso incrementan, después de la terminación del tratamiento,49 beneficios que pueden servir para la reducción de síntomas en trastornos psicosomáticos,50 trastornos de la personalidad,51 trastornos depresivos,52 trastornos de ansiedad,53 y en general, trastornos psiquiátricos (depresión mayor, depresión maternal, estrés postraumático, bulimia nerviosa, anorexia nerviosa, dependencia al opio, dependencia a la cocaína, trastornos de personalidad del claustro c, trastorno límite de la personalidad, trastorno somatomorfo y fobia social).54 Asimismo, distintas investigaciones han intentado evaluar los efectos de la terapia psicoanalítica a largo plazo (50 sesiones o más) y han encontrado un mejoramiento en pacientes tratados con esta modalidad, logrando dos objetivos principales: Disminuir síntomas y modificar estructuras disfuncionales de la personalidad.55565758 Mientras que diferentes estudios han mostrado que el psicoanálisis y las terapias psicodinámicas pueden ser útiles para el tratamiento de niños con diabetes,59 trastornos emocionales,60 trauma infantil61 y un amplio rango de dificultades conductuales y emocionales.62 La Asociación Psicoanalítica Internacional publicó en 1999 un trabajo (Fonagy y otros) en el que se revisan los principales casos clínicos documentados y estudios sobre la eficacia del psicoanálisis. Los resultados indican que la efectividad es mayor en los pacientes más jóvenes, que los tratamientos largos tienen mejores resultados, que el psicoanálisis puede reducir el uso de medicación psicotrópica y que el psicoanálisis se asocia con una mejora en la capacidad laboral, entre otras conclusiones. Aunque la misma publicación opina que muchos estudios estadísticos relativos a la eficacia del psicoanálisis presentan deficiencias metodológicas, haciendo notar que "los estudios no pueden demostrar de manera inequívoca que el psicoanálisis sea efectivo en relación a un placebo activo u otras formas de terapia" y que "la mayoría de los estudios tienen limitaciones graves que pueden llevar a los críticos de la disciplina a desacreditar los resultados".63
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Por su parte, el psicoanalista Robert Galatzer-Levy recopiló y analizó cuatro estudios en pacientes adultos y varios estudios en niños y adolescentes, y estudios en grupos pequeños, en el libro Does Psychoanalysis Work?,64 Galatzer concluye que el psicoanálisis demuestra ser eficaz para muchos pacientes y hace hincapié en la necesidad por parte del psicoanálisis de seguir recopilando más datos empíricos. Las pruebas proporcionadas por estas investigaciones han ayudado a legitimar el estatus teórico y práctico del psicoanálisis ante un creciente número de personas dentro de la comunidad científica. Esto ha llevado, sin embargo, a que algunos psicoanalistas teman que sus conceptos se vean reducidos a una validez epistemológica excesivamente positivista65 y pierdan su sentido subjetivo, escéptico y curioso, por una racionalidad mecanizada.66 Este pensamiento indica que los abordajes estadísticos que apuntan a medir la eficacia de los tratamientos terapéuticos no tienen en cuenta la singularidad de cada caso evaluado.
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