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Manifestaciones de la espiritualidad eclesial Por la lectura del libro de los hechos podemos realizar un análisis substancialmente importante sobre la espiritualidad comunitaria de la iglesia primitiva. Del análisis de este podemos identificar 5 dimensiones o vertientes de la vivencia espiritual comunitaria.
Dimensión kerygmatica El discurso del apóstol Pedro constituye un ejemplo clásico de la proclamación (kerygma) de las buenas nuevas. Él comunica lo esencial de lo que ha aprendido de Cristo. Y lo hace con la plenitud del poder del espíritu santo. Desde Pentecostés, la iglesia ha tenido como misión prioritaria el KERYGMA de las buenas nuevas. Trágicamente a medida que la iglesia se institucionaliza, esta labor se circunscribe al clero únicamente. Igualmente, la predicación ha ido perdiendo la relevancia que debe tener en la vida de la misma. Inclusive se le ha llegado a considerar como un medio inadecuado y obsoleto para la comunicación del evangelio. También se puede mencionar como otro factor en la decadencia de la predicación a la superficialidad que predomina en ella. Sermones cuya carencia bíblica y profundidad es evidente, pero que se suple dicha deficiencia con fogosidad, voz estruendosa y notas humorísticas. Como dijo un escritor " Muchos truenos poca lluvia". En otros casos la predicación puede ser estructural y exegeticamente buena, pero la misma no responde a las preguntas existenciales o las necesidades de quienes la escuchan. Para predicar eficazmente no basta una exégesis correcta del texto bíblico ni una homilética satisfactoria. Es indispensable que el predicador construya un puente entre el texto y los oyentes y así de esta manera el mensaje resultara actual y contemporáneo. El texto bíblico exige una buena interpretación, pero también una sabia aplicación. Es fundamental e imperativo que la predicación sea respaldada por la conducta coherente del predicador así como de la comunidad de Fe. Es norma que el barco esté en el agua, pero puede ser una tragedia que el agua esté en el barco. La iglesia en el mundo, un a bendición; el mundo en la iglesia, un desastre.
Salomón Álvarez A. /
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Dimensión didáctica. "Y estaban dedicados constantemente a la doctrina de los apóstoles..."(Hchs 2:42ª) Otras de la dimensión que es digna de resaltar en la iglesia primitiva es la del papel de la enseñanza. La predicación era básicamente el anuncio de la obra salvadora de Dios por medio de su Hijo Jesucristo, mientras que la enseñanza (DIDAJE) era la instrucción/enseñanza sistematizada de todo lo concerniente a la fe cristiana y sus aplicaciones practicas en la vida del creyente. Es decir, los grandes hechos del KERYGMA eran correctamente interpretados en un sistema coherente de doctrina. El magisterio de la iglesia venia a ser, en cierto modo, una prolongación del ministerio público de Jesús, quien dedicó gran parte de Él a la enseñanza. Es importante recalcar la relevancia que se le daba a la enseñanza en los días apostólicos, lo cual queda en evidencia en textos tales como Hch 15:35; 18:11; Col 1:28, 2:7. Ante el peligro inminente de las herejías que amenazaban las bases de la fe cristiana del I siglo, el ministerio de los buenos maestros fue determinante para enfrentarlos decididamente. Algunos seminarios europeos y americanos se han convertido en laberintos de confusión y cementerios en donde se ha enterrado la fe. Cuan saludable sería una revisión y examen crítico a la luz de las escrituras de todo cuanto se enseña en la iglesia cristiana hoy. El evangelio es inalterable. El maestro que lo adultera, si profesa y dicese llamarse cristiano, comete una traición. El lema Sola Scriptura, enarbolado por la reforma, ha de ser piedra de toque para toda afirmación doctrinal. El Dr. Stott en alusión a esta dimensión y característica de la iglesia, afirma: "El Espíritu Santo fundó un colegio en Jerusalén aquel día. Los profesores eran los apóstoles escogidos por Jesús; y se registraron ese día más de 3000 alumnos en el kinder; fue una situacion extraordinaria. Observen como estos primeros creyentes llenos del espíritu santo no se dedicaban a gozar experiencias místicas solamente, que les llevase a dejar a un lado su intelecto o a menospreciar la teología; no vaciló en decir esto: anti-intelectualismo y la plenitud del Espíritu Santo son mutuamentes incompatibles. Estos primeros cristianos tampoco dejaron a un lado a los maestros humanos solo por haber recibido el Espíritu Santo; al contrario se dedicaron a las enseñanzas de los Apóstoles. Por lo tanto afirmamos que una iglesia renovada o llena del Espíritu Santo es la que estudia y aprende, es una iglesia apostólica, es verdaderamente una iglesia bíblica y sus ministros exponen las escrituras. El Espíritu de Dios lleva al pueblo de Dios a honrar su Palabra. "1
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John Stott. La Palabra de Dios y la Misión de la Iglesia. Visión Mundial-Editorial Interamericana, 1992. 28s
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3 En una sociedad en la que el relativismo, la permisividad y el individualismo moldearan los criterios éticos de la mayoría, donde se rinde culto a la permisividad y la tolerancia, sin distingos, con los males consiguientes que de sus extremos se derivan, la iglesia tiene el privilegio y el deber no solo de anunciar las Buenas Nuevas, sino de enseñar todo lo que la Palabra de Dios enseña con respecto a al Reino y sus principios éticos.
Dimensión Cúltica "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones..."(Hchs 2:42)
Otras de las características de la iglesia es su asidua practica del culto. Los creyentes se congregaban para compartir el pan y en las oraciones. Dicha manifestación de espiritualidad tiene sus raíces en la piedad israelita. El templo primeramente y la sinagoga posteriormente era el lugar en los que los judíos reunían para adorar a Dios. El énfasis en el A.T. no se hace tanto en la fe individual del creyente como en la fidelidad del pueblo, llamado a alabar y servir a su Dios. La iglesia cristiana siguió teniendo los mismos motivos de alabanza y otros aún más gloriosos: la salvación en Cristo con sus múltiples beneficios. No se nos da en el N.T. información detallada sobre el modo de celebrar el culto, pero el libro de los Hechos y las Epístolas evidencian que la iglesia adoptó el culto de la sinagoga en el que destacaban como elementos esenciales la lectura de las escrituras, un comentario del pasaje leído, oraciones y cantos de salmos u otras composiciones espirituales. A todo esto la iglesia añadía la celebración de la cena del Señor, que originalmente de acuerdo con lo establecido por el Señor era un acto conmemorativo. Se recordaba la muerte redentora de Cristo, lo que avivaba la gratitud, la fe y la esperanza de los creyentes. Esta celebración ofrecía un triple significado: A. Una vista del pasado: la inmolación del Salvador en la cruz; B. Un significado del acto testimonial, kerigmático, en el momento de la celebración: la muerte del Señor anunciáis; C. Una perspectiva del glorioso futuro que espera la iglesia: hasta que El venga. Otro aspecto destacable de la liturgia cristiana en los días apostólicos era su carácter carismático. En el se manifestaba la presencia y los dones del Espíritu Santo. Otro elemento que se puede considerar importante dentro de la liturgia de la iglesia primitiva era la entrega de ofrendas para el socorro de los necesitados, y sin duda, para suplir las carencias y necesidades de la propia congregación. Esta modalidad de expresión litúrgica se prestaba principalmente a los hermanos, los de la familia en la fe, pero también era extensiva a todos (Gal. 6:10). Salomón Álvarez A. /
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4 Para concluir, se puede afirmar que cuando el culto transcurre por cauces de fidelidad a la escritura, espíritu fervoroso que da fuego a la alabanza, abre el corazón a la influencia del Espíritu y mueve la voluntad a una renovada consagración a Cristo, los creyentes ven fortalecida e incrementada su espiritualidad en todos los elementos de la misma, sin necesidad de adoptar nuevas formas de adoración o introducir énfasis nuevos en la liturgia. La acción del Espíritu Santo, no depende de formas, énfasis, estilos, sino de actitudes interiores, en cuya santificación el Espíritu mismo toma la iniciativa.
Dimensión Koinonica El cuarto elemento distintivo que podemos observar es el de la comunión cristiana. KOINONIA es el término griego que se ha usado comúnmente, para expresar esa relación fraternal entre los cristianos una relación de calidez afectiva, de simpatía y de ayuda mutua. Deseo citar a Juan Driver, cristiano menonita, que opina sobre el término KOINONIA: "Este termino KOINONIA, junto con otros que se derivan de él, aparece unas 50 veces en el N.T. significa básicamente, aquello que se tiene en común. Resulta esclarecedor considerar algunas de las formas en que se ha traducido: comunión, tener en común las cosas, compartir, participar, compañerismo, generosos, contribución, ayuda mutua. Es evidente la rica gama de significados que caracteriza a este término. Aproximadamente la mitad de las veces que aparece esta expresión en el N.T. se refiere a compartir en el ámbito espiritual, mientras que la otra mitad se refiere a compartir en la esfera de lo material. Esto ayuda a clarificar dicho termino comunión su sentido neotestamentario. KOINONIA tiene que ver con una vida en común en todos los niveles de la existencia y de la experiencia: espiritual, social, intelectual, económica, etc. No hay área de nuestra vida que pueda quedar excluida de la comunión con nuestros hermanos en Cristo. "2
La comunión de los primeros cristianos no solo les llevaba a compartir los bienes espirituales, sino también los materiales. Lo que en aquella sociedad greco-romana había sido una utopía, en el seno de la iglesia cristiana se estaba realizando. La comunión con Dios en Cristo afecta profundamente la relación de sus hijos entre sí y en donde alimentada por el amor, se convierte en la piedra de toque por excelencia para probar la autenticidad del cristianismo. No podemos deducir que de la práctica comunitaria de la iglesia de Jerusalén sea un modelo obligatorio que se deba imitar. Pero lo que si se infiere de estas experiencias y enseñanzas, es que la comunión que debe existir entre los creyentes debe fundamentarse en una relación de amor generoso y altruista.
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Juan Driver. Renovación de la Iglesia: Comunidad y Compromiso. Ediciones Certeza, 1995. 70s. Salomón Álvarez A. /
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5 Cuando el amor predomina en una comunidad de fe dicha comunión cristiana se practicara sin esfuerzo. Es por esto entonces, que la KOINONIA, debe ser promovida en la congregación tanto por lideres como por los miembros en general.
Dimensión Social La iglesia cristiana no debe sentir preocupación únicamente por su propia vida interior, por el culto y por al comunión entre los miembros. No puede ser narcisista, proyectándose exclusivamente hacia el interior. Ha de extenderse también hacia el exterior. La iglesia, a semejanza de su Señor, debe encarnarse. No es el mundo, no puede asumir los principios y el estilo de vida del mundo, pero está en el mundo, y no puede ser ajena a cuanto en el mundo acontece, ha de tener ojos abiertos a los sufrimientos y miserias existentes a su alrededor y oídos atentos a todo clamor de socorro.
La espiritualidad de la iglesia debe moverla a actuar frente al sufrimiento y la penuria humanos como lo haría Cristo. La iglesia primitiva así lo entendió; por eso a su proclamación del Evangelio unió su misterio en favor de los menesterosos. En la segunda mitad del siglo XX, especialmente en los círculos del Consejo Mundial de las Iglesias, el énfasis en lo social y en lo político se ha acentuó hasta el punto de apoyar movimientos violentos de liberación. La iglesia ha de saber mantener el equilibrio entre lo uno y lo otro, entre la predicación del Evangelio con miras a la reconciliación del hombre con Dios (dimensión vertical de la fe) y el ministerio diacónico encaminado a eliminar o mitigar el sufrimiento humano (dimensión horizontal.) Prácticamente en todos los tiempos la misión evangelizadora de la Iglesia ha ido acompañada de obra social en mayor o menor escala. Con los mensajeros del Evangelio han llegado a los campos de misión médicos y enfermeras, educadores, ingenieros, que han establecido hospitales, centros de asistencias primaria, escuelas, infraestructuras y métodos para incrementar la productividad del trabajo de los nativos.
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6 Don Samuel Escobar, nos dice: Cuando los misioneros de la primera generación llegaron a la ciudad de Tesalónica, hubo algunos judíos que fueron a decir a las autoridades : Estos hombres que han trastornado el mundo entero, han venido aquí. Desde entonces, siglo tras siglo, el ritmo de avance del evangelio de Jesucristo por medio de la misión cristiana parece acelerarse en medios de procesos de transformación social, y a su vez va seguido de una secuela de transformaciones. Fue así desde el principio.3
Es lamentable el poco interés todavía de algunos sectores evangélicos en asuntos sociales. Con una interpretación equivocada en cuanto la separación de lo terrenal y lo espiritual, han optado por la huida de la sociedad y la reclusión en guetos. Sin embargo satisface, la recuperación de dicha conciencia en otros sectores de la iglesia evangélica. Se ha recuperado, en palabras de Stott en el pacto de Lausanne: La responsabilidad social cristiana de la iglesia.
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Tetsuo Yamamori. Servir con los pobres en América Latina. Kairos Ediciones, 1997. 64s Salomón Álvarez A. /
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Sugerencias practicas en relación con la espiritualidad comunitaria. El Decálogo para una espiritualidad comunitaria integral
1. Procuren los pastores y lideres, ser modelos de espiritualidad. Coherencia ministerial. 2. Quien preside un culto debe estar abierto a la dirección del E.S. la liturgia debe ser armoniosa y tener un propósito claro. 3. En cuanto a la predicación, elaborar planes (mensual, anual) de predicación temática o expositiva a partir de las necesidades de la iglesia. 4. Los predicadores, deben tener sesiones de estudio y reflexión con miras a corregir y perfeccionar su predicación. 5. La parte musical se debe cuidar esmeradamente. Debe ser existir consonancia entre lo que se canta y lo que se predica. Debe existir equilibrio en la alabanza especialmente entre la himnología antigua y moderna. 6. El culto de oración debe ser objeto de especial atención. Darle la prioridad que merece. La persona que preside debe estar animado de un fervor sincero y de una fe viva, de tal forma que contagie a los demás. 7. Estimular a la comunidad de fe a prepararse espiritualmente antes de asistir a dicho culto a fin de participar en él con la motivación adecuada. 8. Promover formas alternativas de convivencia ( comunión), especialmente en iglesias numerosas en donde el contacto e interrelación de los miembros es difícil. 9. Promover preocupación especial por los sectores mas necesitados, tales como, pobres, marginados, enfermos, etc. 10. Prestar atención al entorno social que rodea a la iglesia y buscar posibles formas de asistencia social.
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Bibliografía
Driver, Juan. Renovación de la Iglesia: Comunidad y Compromiso. Ediciones certeza; Buenos Aires. 1995. Yamamori Tetsunao. Argentina. 1997.
Servir con los pobres en América Latina.
Kairos Ediciones;
Stott John. La Palabra de Dios y la Misión de la Iglesia. Visión Mundial; Chile. 1995. Stott John. La Predicación: puente entre dos mundos. Libros Desafió; Grand Rapids. 1999.
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