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Una maestra de

Allanar el terreno

Para conquistar sus mentes, había que motivarlos primero. Tras su llegada al colegio como profesora del Plan Lector, la Miss María circuló un cuestionario entre sus alumnos para saber qué leían, por qué leían y con qué frecuencia lo hacían. El 69% dijo que leía por obligación y el 63% confesó que casi nunca o nunca leía los libros que les dejaban de tarea. El terreno para plantar la semilla estaba servido, pero antes había que cortar la maleza. "Desterrar viejas ideas, por ejemplo, como considerar al libro físico mejor que el digital o decir que solo se es lector si se ha leído a los clásicos", dice la profesora Palacios, la raya siempre al costado, el peinado muy correcto. "Cuando la Miss María me preguntaba si leía, yo decía ¡Esta profesora está loca!", dice Renata Moscol (15), uno de sus casos "especiales". En su corta vida nunca había abierto un libro, le daba alergia de solo verlos. "Si tenía películas, ¿por qué gastaría mi tiempo leyendo?", decía la adolescente a quien la Miss María le planteó esta solución: Okey, le dijo, no vas a leer por obligación, dime qué temas te gustan y te recomendaré lecturas. Si te gustaban lo perros, leías sobre perros; si lo tuyo era el fútbol, leías la biografía de

Messi. Toda las lecturas estaban permitidas. Renata no lo podía creer, la profesora nueva estaba demoliendo lo que era una ley en la educación tradicional que dicta que el alumno no debe opinar, solo obedecer. Palacios ofrecía un método más horizontal. A Renata le gustaban las historias de romances de bachillerato y chicas populares, así que el primer libro que leyó fue Paloma del español Jaime Homar. "Es la historia de una chica que sufre bullying en la escuela a tal punto que pensó en quitarse la vida", cuenta la alumna, que asegura haber leído siete libros el mes pasado. Definitivamente, la literatura juvenil la ha marcado, sobre todo las historias sobre acoso escolar, una forma de maltrato del que son presas muchos compañeros suyos, comenta. En medio de este tira y afloja con los alumnos reacios a la lectura, a la profesora Palacios se le presentó otro obstáculo, este sí de grandes proporciones, el fenómeno de El Niño costero. El año pasado, debido a las lluvias intensas, el río Piura se desembalsó inundando calles enteras y dejando a la gente secuestrada en sus casas. Los alumnos del Montessori perdieron clases como muchos en la región. La Miss María, pensando en ese refrán que reza 'no hay mal que

por bien no venga', aprovechó el momento. Si sus alumnos no iban a los libros, ella se los acercaría de forma virtual. Primero creó un blog "Leer es crecer", en el que hacía preguntas y abría foros de discusión. "¿Qué pasaría si todas las bibliotecas de tu ciudad se inundaran?", los interpelaba, y los estudiantes respondían con argumentos. Los adolescentes también tienen rollo, no solo escuchan a Bad Bunny. Miss María los incentivaba, además, con audiolibros bajados del internet, y con videoconferencias con escritores extranjeros, y cuando les presentó a Sebastián García, un booktuber español famoso, cuyo canal El coleccionista de mundos tiene más de 200 mil suscriptores, los enamoró. La generación booktubers del estaba por nacer.

de los Montessori

La primera cosecha Antes de la llegada de la profesora Palacios había alumnos de perfil bajo conocidos por ser voraces lectores, pero vistos como bichos raros por sus compañeros, como Irma Christoph y Camila Campos, que ni bien vieron que una profesora realmente tenía amor por la literatura, salieron a flote como tesoros escondidos y se hicieron muy populares.

Otros que también pasaban inadvertidos en el patio, antes de la llegada de la maestra, y hoy cosechan seguidores son Adriana Aranda (13) y Jorge Mundaca (14), a quienes la lectura les ha revelado nuevos talentos. Ambos han sacado provecho de su histrionismo y han empezado a grabar sus propios videos reseñando libros, son booktubers en potencia. La dinámica de estos "influencers intelectuales" del YouTube es pescar el interés de los internautas comentando publicaciones, entrevistando escritores y visitando librerías. El objetivo de la Miss María para con sus alumnos booktubers es incentivarlos a producir más videos para contagiar a sus demás compañeros sus ganas de leer. Y vaya que lo han hecho. Fabiana Fracica (15) era un caso "especial" como Renata, pero ella sí se que se fue al extremo. De no leer nada, pasó a leer, solo el 2017, 35 libros, y en este verano se ha devorado 33 más. Sus padres le han limitado el tiempo que dedica a zambullirse en historias de literatura juvenil y ciencia ficción porque se quedaba leyendo bajo las sábanas hasta altas horas de la noche e iba agotada a clases. "Todo extremo es malo", dice la Miss María. Cuando entró a clases la primera vez, cuenta, encontró a muchachos atolondrados y ruidosos. Sería difícil apaciguarlos, pero lo hizo gracias a un par de trucos que

aprendió en una maestría que cursaba sobre Animación y Fomento a la Lectura. "Fue sencillo, lo primero que hice fue preguntarles ¿qué opinaban?, ¿qué querían?, ¿qué pensaban?". Abrió otra puerta. No hay mejor lector que el adolescente, pues nadie sabe más de emociones que ellos, sufren intensamente por la muerte de un personaje, se emocionan a morir con el primer beso de los protagonistas y lloran frente a un final injusto. Todo lo viven a flor de piel. Eso lo supo bien la Miss María. Por haberle dado la vuelta a la tragedia de El Niño costero y buscar soluciones para que sus alumnos lean, la profesora ganó el concurso nacional "Innovación Educativa" de Fundación Telefónica y viajó a Argentina donde recibió un curso de ciudadanía digital de Google. María, que estudió en el colegio estatal Amauta de Piura, donde la drogadicción y el alcoholismo campeaban, sueña en llevar "Leer es crecer" a una escuela pública. "Cada día busco ser la maestra que me habría gustado tener", dice.