Los Eer En Historia

LOS EER EN EL SECTOR IV. Prof. Carlos Sifuentes M. Septiembre de 2008.

Los EER son oportunidades adicionales que se le otorgan a un alumno, una vez concluido el curso,para que acredite una materia, esta acreditación supone llevar a cabo nuevamente una evaluación de los aprendizajes logrados por el alumno. Los EER como una estrategia para incrementar la acreditación de materias al parecer no está dando los resultados esperados; menos aún, para superar el rezago en los aprendizajes propuestos. Los EER son una solución expos a la reprobación. Como en muchos otros problemas de índole social la mejor solución es la prevención, que para nuestro caso sería evitar la reprobación; por ello quizá sería más importante hablar de cómo evitar la reprobación que hablar de cómo realizar los EER. En nuestro plan de trabajo nos enfocamos más a atender el problema de la reprobación ex ante. En la mayoría de nuestras escuelas estas evaluaciones se circunscriben a una prueba escrita sobre los contenidos del curso que no se acredito; el apoyo que recibe el alumno generalmente se restringe a proporcionarles una guía de estudio. En algunas escuelas se viene ensayando una evaluación mediante acciones alternativas a la prueba escrita como sería la elaboración de trabajos, o bien combinando trabajos con prueba escrita; en otras experiencias se ha intentado desarrollar cursos de regularización. No obstante, en nuestras escuelas sigue predominando la prueba escrita como EER, éste sigue siendo sinónimo de prueba escrita. Los resultados obtenidos en la aplicación de las pruebas escritas como EER son muy bajos, si la regularización (entendida como acreditación) se sujetara al resultado de la prueba, los alumnos regularizados serían muy pocos; ello ha generado que para la acreditación del alumno se lleguen a utilizar criteriosno académicos, como la necesidad que tiene el joven del certificado para ingresar al mercado de trabajo, la necesidad de la escuela de incrementar su eficiencia terminal. Difícilmente se puede afirmar que los EER, tal como se desarrollan en la mayoría de nuestras escuelas, sean una opción para recuperar aprendizajes no logrados en el curso regular. Parece estar claro que la estrategia más funcional para regularizar alumnos con recuperación de aprendizajes no logrados es el curso de regularización. Se cuestiona que no es posible que un alumno obtenga en quince días los aprendizajes que no logro en 10 meses, esto puede ser cierto, pero ello no niega que el curso de regularización sea la estrategia más eficaz

para regularizar logrando aprendizajes. Sin embargo, en nuestro contexto normativo y organizacional no parece ser la solución más viable debido a que las escuelas no cuentan con recursos para realizar cursos de regularización, organizarlos implica tomar días del curso regular o tomar tiempo de los docentes sin pago. Esta alternativa sólo se puede desarrollar mediante acuerdos internos entre docentes y autoridades, pero la escuelas queda expuesta a ser cuestionada por trabajar fuera de la norma. La opción de sustituir la prueba escrita por trabajos alternos, tiene el inconveniente de que los trabajos difícilmente pueden cubrir todos los contenidos básicos del programa, y por otra parte, que siempre es necesario conservar las evidencias que fundamentan la decisión del docente de aprobar o reprobar al alumno; la prueba escrita es la prueba documental por excelencia. La alternativa que parece más viable en nuestro contexto es la combinación de trabajos con prueba escrita, si a esta alternativa le agregamos la asesoría del docente, cosa que no parece imposible (haciendo uso de las horas de FC o de SE, o utilizando el tiempo que al finalizar el curso se libera), tanto para preparar al alumno para la prueba como para la elaboración de un trabajo, pudiéramos mejorar los niveles de regularización de alumnoscon recuperación de aprendizajes. El reto que tenemos ante los EER es abrir opciones para que estos se conviertan en una opción, dentro del marco de posibilidades de nuestro contexto, de recuperación de aprendizajes no logrados, y a la vez de regularización de alumnos sujetándonos a criterios académicos. Para avanzar en este sentido, debemos diferenciar el EER de la prueba escrita, para examinar a un alumno se pueden utilizar otros recursos: investigaciones, ponencias, ensayos, exposiciones, presentaciones, reportes, proyectos, dramatizaciones, maquetas, murales, etc.; además, estos pueden ser realizados de manera individual o en equipo. Abrir otras opciones para aprender y para demostrar sus aprendizajes. Debemos evitar evaluar a un alumno sólo sobre la base de una prueba escrita. Debemos de acompañar a los alumnos reprobados en su proceso de regularización mediante la asesoría de un docente. Lo primero que tenemos que hacer es no reducir el EER a la aplicación de una prueba escrita; no reducir el problema de los EER a la elaboración de pruebas escritas, finalmente son dos problemas distintos. Las pruebas escritas pueden ser usadas o no en un proceso de regularización, aquí estamos sugiriendo que se utilicen combinándolas con trabajos individuales o en equipo y con asesoría docente. En esta propuesta, la decisión del docente de aprobar o no a un alumno se deber tomar considerando estos tres elementos: los trabajos, la asesoría y la prueba escrita. El docente al emitir su juicio lo

documenta con un informe de los trabajos presentados por el alumno, con un reporte del desempeño del alumno en las asesorías y con la prueba escrita resuelta por el alumno.