Ley natural. Ley Natural es una teoría moral de jurisprudencia que mantiene que la ley debe estar basada en la moral y la ética. La Ley Natural sostiene que la ley está basada en lo que es "correcto." La Ley Natural es "descubierta" por los humanos mediante el uso de la razón y el escoger entre lo bueno y lo malo. Por lo tanto, el poder de la Ley Natural reside en descubrir ciertos estándares universales de la moralidad y de la ética. Finalmente, ¿de dónde proviene la ley? La Teoría de la Ley Natural mantiene que ciertas leyes morales trascienden el tiempo, la cultura, y el gobierno. Existen estándares universales que aplican a toda la humanidad a través de todos los tiempos. Estos estándares morales universales son inherentes y reconocibles por todos nosotros, y forman la base de una sociedad justa. Ley divina. Ley divina o ley de Dios es un concepto teológico-jurídico, presente especialmente en el pensamiento escolástico, que denomina a las leyes que no dependen de los hombres, sino de Dios.A diferencia de la ley humana, el hombre no puede cambiarla. No debe confundirse con el concepto de ley natural, también inmutable, pero a la que, al contrario de la ley divina lo cual , puede accederse por la razón humana. Tampoco debe confundirse con el concepto de ley eterna, ya que es eterna e infinita como Dios, y por tanto también se escapa al conocimiento humano.En la definición de Tomás de Aquino (De lege), la ley de Dios proviene únicamente de la Revelación a través de las Sagradas Escrituras (ley bíblica, por ejemplo, los Diez Mandamientos y otras prescripciones que aparecen en la Biblia); por tanto es accesible al hombre, y su observancia es necesaria para la salvación.En otras religiones distintas al cristianismo existen conceptos similares, aunque de aplicación muy diferente: la sharia y el conjunto de prescripciones del islam (extraídas no sólo del Corán, sino también del Hadiz y otras fuentes) o la halajá, el mitzvá y el conjunto de prescripciones del judaísmo (extraídas de la Torá y el Talmud).El pensamiento cristiano da gran importancia al momento histórico de la Redención por cuanto establece una "nueva ley", "ley evangélica" o Ley de Cristo que supera la "antigua ley" o Ley de Moisés; entendidas también en términos de "alianza" entre el hombre y Dios (nueva alianza y antigua alianza). En un lenguaje de origen medieval, que ha quedado obsoleto, el término "ley" se utilizaba como sinónimo de "religión" (pero con un fuerte sentido identitario étnico y consecuencias jurídicas y políticas en las distintas comunidades -aljamas en los reinos cristianos peninsulares-) para diferenciar a los seguidores de la Ley de Cristo, la Ley de Moisés y la Ley de Mahoma. Ley positiva. El concepto de ley positiva surge del pensamiento de Santo Tomás de Aquino que la define como "La ordenación de la razón dirigida al bien común y promulgada por el que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad". Según el pensador, la ley positiva es una expresión de la ley natural que, a la vez, es una expresión de la ley eterna. En los tiempos modernos, la Constitución o el Código Penal son claros ejemplos de la ley positiva. Lo único que varía es el fundamento de su legitimidad que, según Santo Tomás de Aquino, viene dado por el propio Dios, mientras que en la época actual viene dada por el consenso democrático.
Lo que sí se mantiene vigente es el propio concepto de la ley y la esencia misma la lleva a ser obligatoria en su ejecución. La ley positiva tiene una serie de propiedades, que se mantienen desde el momento en el que se definió este concepto. Así, la ley positiva ha de ser útil, justa y estable. No puede estar basada en normas que no se puedan cumplir, pues ha de ser físicamente posible y moralmente aceptable. Se tiene que adaptar a las circunstancias actuales, ha de ser necesaria y, tal vez lo más importante, ha de estar dictada en beneficio del bien común de la sociedad. Crisis de valores en la familia y la sociedad contemporánea. Uno de los mayores problemas de la sociedad actual, es que carece o no quiere respetar los valores morales, que representan la guía o el código de reglas que son necesarias para la mejor convivencia colectiva. En consecuencia, si no tratamos de conducirnos en nuestra vida cotidiana, tomando como referencia estas reglas morales o de conducta, estaremos viviendo en iguales condiciones que en aquellas etapas de la historia humana, donde prevalecía la violencia, la inmoralidad, y el libertinaje como forma de vida, sin medir los resultados de tales acciones. En los últimos años se ha hecho frente a una gran disminución de valores sociales y morales. Estas conductas son antisociales y deshumanizadas pero desafortunadamente cada día que pasa se están instalando más dentro de la sociedad actual. Conductas llenas de odio, egoísmo, violencia e indiferencia ante el prójimo, son nuestro día a día. La razón de esto, quizás sea responsabilidad de nosotros mismos, ya que poco a poco el ser humano se ha deshumanizado, convirtiéndose en una maquina presa del stress diario y aupado por la tecnología dejando de lado el convivir cara a cara con sus semejantes.