M (s.V a. C.) (450 a. C. - 370 a. C.). Nacido en Abdera, Melos, Mileto, Elea o en Clazomene (se desconoce con certeza). De su vida se sabe muy poco; Epicuro consideró la posibilidad de que Leucipo no hubiera existido, lo cual dio lugar a numerosos debates. Lo que se sabe de su pensamiento se encuentra en fragmentos de obras de otros autores como Aristóteles, Simplicio o Sexto Empírico. Se dice que Demócrito inventó a Leucipo como su maestro para ganar prestigio y para que respaldasen su teoría, ya que se suponía que Leucipo era un gran físico. Fue maestro de Demócrito de Abdera y a ellos dos se les atribuye la fundación del atomismo mecanicista, según el cual la realidad está formada tanto por partículas infinitas, indivisibles, de formas variadas y siempre en movimiento, los átomos ( ǕǐǍǐNJ, s. lo que no puede ser dividido), como por el vacío. Así, tal vez en respuesta a Parménides, afirma que existe tanto el ser como el no-ser: el primero está representado por los átomos y el segundo por el vacío, «que existe no menos que el ser» (Simpl.,Fís. 28, 4), siendo imprescindible para que exista movimiento. Particularmente, postula, al igual que Demócrito, que el alma está formada por átomos más esféricos que los componentes de las demás cosas. Niega la génesis y la corrupción, formas de cambio que eran aceptadas casi por la unanimidad entre los filósofos presocráticos.
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Se le considera (siguiendo a Aristóteles) el fundador de la escuela atomista, que afirma que la materia está constituida por átomos indivisibles (las dos palabras significan lo mismo). Pudo ser discípulo de Parménides, de Zenón de Elea o de Pitágoras. Se ignora casi todo de su vida, y aun se ha llegado a dudar de su existencia. Su nombre va asociado al de su discípulo Demócrito, y es difícil distinguir entre las enseñanzas de éste cuáles deben atribuirse a Leucipo. Su doctrina fue un primer intento de conciliar la pluralidad de las cosas y la unidad y permanencia del ser. Según él, todo se reduce a la unión y separación de los átomos, partículas primitivas e indestructibles. El devenir se explica por su composición y descomposición. Las dos ideas fundamentales de Leucipo son lo lleno y lo vacío. La existencia de éste se prueba por la posibilidad del movimiento, por la compresibidad y porosidad de los cuerpos, y por el fenómeno fisiológico de la nutrición. Se le atribuyen dos obras: "El gran sistema del mundo" y "Sobre la mente", de las que sólo quedan fragmentos
M , natural de Elea (bien que hay quien lo haga de Abdera, y aun algunos de Melos), fue discípulo de Zenón. Sus opiniones son: «Que todas las cosas son infinitas, y que se transmutan entre sí. Que el universo está vacío y lleno de cuerpos (642). Que los mundos se originan de los cuerpos que caen en el vacuo, y se complican mutuamente. Que de su movimiento al tenor de su magnitud se produce la naturaleza de los astros. Que el sol es llevado por un círculo mayor alrededor de la luna. Que la tierra es llevada y gira sobre su centro, y su figura es de un tambor» (643). Fue el primero que puso a los átomos por principio de las cosas.
Que el universo es infinito, como ya dijimos. Que de éste unas partes están llenas, otras vacías. Que los elementos o principios y los mundos procedidos de ellos son infinitos, y vienen a resolverse en aquéllos. Que estos mundos se originan así: separados del infinito muchos cuerpos de todas figuras, son llevados por el gran vacuo; y congregados en uno, forman un turbillón, según el cual, chocando con los otros y girando de mil maneras, se van separando unos de otros y se unen los semejantes a sus semejantes. Equilibrándose, y no pudiéndose ya mover por su multitud y peso, las partículas pequeñas corren al vacuo externo como vibradas o expelidas; las restantes, quedando juntas y complicadas, discurren mutuamente unidas, y forman de figura esférica la primera concreción o agregado. Esta concreción es separada de lo demás por medio de una como membrana que la circuye y contiene dentro todos los cuerpos. Estos cuerpos ya unidos en masa, girando sobre la consistencia de su centro, se van formando otra tenue membrana circular, compuesta de las partículas que topa su superficie al tenor de su giro. De esta suerte se forma la tierra, a saber, permaneciendo juntos los corpúsculos tendentes al centro. Este mismo cuerpo, o sea concreto, se va siempre aumentando como por membranas, formadas de los corpúsculos externos que allí concurren; pues en fuerza de su giro adquiere cuantos toca. Complicados ya algunos de éstos, forman la concreción, la cual es al principio húmeda y lútea; luego, secándose con el violento giro del todo e inflamándose, produce la naturaleza de los astros. Que el círculo del sol es el más externo; el de la luna el más cercano a la tierra, y los demás astros están en medio de éstos. Todos estos astros se inflaman con la violencia del movimiento: al sol lo inflaman los astros, y la luna recibe sólo una pequeña parte de fuego. Se eclipsan el sol y la luna porque la tierra está inclinada al Mediodía. Las regiones árticas siempre están nevadas, son frías y glaciales. Que el sol se eclipsa pocas veces, pero la luna muchas, por ser los círculos de ambos desiguales. Que como acontece la generación del mundo, así también acontece su aumento, su decremento y su corrupción por cierta necesidad»; cuál sea ésta no lo explica