Lecciones Kg Relato Noche 09-09-05

  • October 2019
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Los hechos relatados a continuación no forman parte de una quedada Kensal oficial sino que fue una simple reunión de amigos. El hecho de utilizar los nombres kensal es por el hecho de que todos los protagonistas forman parte del grupo y de mantener, en la medida de lo posible, el anonimato de los que intervienen. También decir que, al contrario que ocurre en el cine, todos los hechos relatados aquí son reales y ocurrieron tal cual son descritos, aunque algunos se nieguen a creerlos. Yo, Dr. Maligno, únicamente me limito a relatarlos para dejar constancia de lo acaecido en la noche del viernes 9 de Septiembre de 2005. ============================================================== Comienza la noche con una reunión en el tradicional lugar de la puerta del Corte Inglés. Como siempre todos llegan tarde, desde 10 minutos el primero en presentarse (Master) hasta 25 minutos pasada la hora de reunión (Oráculo) y también, como siempre, el último en llegar fue el que siempre llega el último (Tyler). Una vez reunidos todos (y toda, porque Raquel también vino) y tras los pertinentes saludos somos comunicados que hay varias personas que llegaran mas tarde y que se reunirán con nosotros en el lugar en que nos encontremos. Nos encaminamos sin prisa hacia Refugio pero por el camino nos pasan varias cosas extrañas. En primer lugar somos atraídos sin remisión hacia una antorcha que ardía en la plaza de Santo Domingo. Inexplicablemente no podíamos apartar la mirada de dicha antorcha, nos atraía como el Anillo Único a Gollum, como un imán a las virutas de hierro.... Con un gran esfuerzo pudimos escapar a su influjo y continuamos nuestro camino pero, unos metros mas adelante, Tyler se encontró con un conocido al que tuvo que saludar mientras los demás esperábamos como pasmarotes a que el señor terminara sus conversaciones. Eso fue un gran error, pues pudimos comprobar que no estábamos fuera del influjo de la antorcha tal y como creíamos, ya que no podíamos apartar la mirada de ella, intentando comprender el por qué e intentando averiguar que representaban la especie de mástiles que la rodeaban. Juntando todas nuestras mentes y conocimientos, mientras Tyler seguía y seguía dándole a la sin hueso, finalmente dedujimos que aquellos mástiles eran una antena que emitía algún tipo de ondas para controlar las mentes. El Master, que es teleco y de eso sabe mucho, dijo que aquello no era una antena, sino que la plaza entera es una antena y las pérgolas que tiene son los emisores, que con esa antena se podían controlar todas las mentes de todo el mundo y que esa era la explicación de por qué nosotros estábamos siendo controlados ¡estábamos en el mismo centro de la antena! Finalmente el Oráculo, con su gran sabiduría y poderes consiguió sacarnos a todos del trance en que nos encontrábamos justo en el momento en

que Tyler volvía a hacernos caso. Como castigo no le dijimos toda la verdad de aquello que nos había sido revelado. Intentando escapar del influjo de la antena y de la antorcha emprendimos raudos y veloces la huída, pero debido al escaso poder mental de Tyler, intentaron controlarnos de nuevo, por lo que nos vimos atraídos hacia un árbol y hacia un ciervo de color violeta con círculos blancos. Raquel no comprendía lo que pasaba, estaba perdida y sin entender el por qué de todo eso, sin entender el por qué nos comportábamos de esa manera. Claro que, al igual que en el mito de la caverna de Platón, cuando se te revela la totalidad de la información, una vez que has visto la luz, no puedes asimilarla de golpe, tienes que ir asimilando poco a poco. Posteriormente ella también entendió lo que había sucedido en ese momento. Durante nuestro viaje hasta Refugio, Tyler se encontró con varios conocidos, lo cual crispo los nervios de más de uno del grupo ("¡Ostia! ¿Es que este conoce a todo Dios aquí o que coño pasa?" fueron las palabras textuales del Oráculo, viendo como se iba reduciendo a pasos agigantados el tiempo destinado a la ingesta de bebidas alcohólicas y espirituosas) hasta que, finalmente y de un tirón, conseguimos llegar hasta nuestro destino. Por supuesto no encontramos mesa y nos tuvimos que quedar de pie junto a la puerta charlando amigablemente mientras bebíamos nuestros minis de bazooka hasta que se nos presentó un tío, vestido de gilipollas, preguntando que si fumábamos. Al principio quisimos pasar de él, pero cuando dijo las palabras mágicas de "Te cambio tu paquete de tabaco usado por uno nuevo" a nuestro Oráculo se le iluminaron los ojos y trató, por todos los medios de encontrar por el suelo otro paquete usado. Al final el tío nos dio regalos a todos, por lo que esa fue una de las razones por las que no le pegamos, y se fue con la misma cantinela para los demás fumadores del local. Tras varios intentos infructuosos conseguimos hacernos con una de las mesas donde, tras ubicarnos y acomodarnos, comenzamos un juego propuesto por el Oráculo llamado "Joaaa - Jooooduei", muy divertido, por cierto, dado que las reglas nos las íbamos inventando por el camino (es digno de mención el "Pon" que indica el salto de un jugador de la energía que se iba transmitiendo). Por favor, no me pidáis que describa el juego porque, a pesar de hacernos pasar un buen rato, es bastante ridículo. Mientras se desarrollaba esta partida de "Joaaa - Jooooduei", se fueron uniendo a nosotros varias personas mas (Viciosilla y Maligna) que también se unieron al juego. Un rato después apareció El Gris y nos cortó el rollo, porque se empeñó en jugar a otro juego. La

cuestión es que yo fui echado a la calle mientras ellos preparaban el juego hasta que me llamaron. El juego era una mierda, pero tenía una cosa muy buena y es que durante el poco tiempo que estuvimos dedicándole salieron a relucir las verdades del barquero, todos echándose en cara todo aquello que no se atreven a decir en otro momento (y lo mejor de todo fue que yo no tuve que hacer nada, solo darles un poco de coba para que se fueran soltando, y vaya si se soltaron. Yo únicamente sonreía viéndolos como se mataban entre ellos) Cuando, llegada la hora, tuvimos que marcharnos de Refugio (mas que nada porque estábamos hasta las pelotas del sitio), encaminamos nuestros pasos hacia el otro lugar de obligada visita kensal. Si, estoy hablando de El Albergue (conocido por sus conciertos cristianos y por sus botellas de absenta). Tras unos momentos de risas, llego el principio del fin. Oráculo con un copon de ron-cola, Master con un te con limón y los demás tan tranquilos hasta que llegaron los tapones de absenta. Todos felices y contentos hasta ese punto, todo era felicidad y buenos alimentos. Un rato después, alguien propuso completar la trilogía y pidieron una ronda de tapones de Stol (la bebida que todo el mundo sabe que tiene que tomar acompañado debido a sus 80 grados de graduación alcohólica). Tras la ingesta de dichos tapones y liberación de los posteriores dragones, El Gris dejo de tener consciencia de este mundo. Si, de golpe y porrazo, perdió la poca dignidad que le quedaba y comenzó a tirarle los trastos de forma exagerada a Maligna (hombre, peor hubiera sido que se los hubiera tirado a alguno de los tíos). El Oráculo, Viciosilla y Tyler seguían como campeones, y, aunque El Oráculo ya estaba empezando a entrar en uno de sus trances, le dio tiempo a pedir otra ronda de Stol. Solo participaron ellos tres, con lo que sobro una de las raciones (la que pertenecía a El Gris, que seguía haciendo de las suyas, cual si fuera El Hombre Kensal susurrando al oído de alguna). El Oráculo reaccionó a tiempo y antes de que se escapara su dragón, se tomo el tapón sobrante atrapándolo dentro de su estomago y evitando su huida. Todo fue un descontrol hasta que llego la hora de irse (porque estaban cerrando el bar). Ya en la puerta, comenzaron las llamadas telefónicas a diversas personas. El Oráculo empezó a decir que teníamos que ir a los moros y cristianos pero mientras los demás intentábamos ignorarlo el hizo todo lo posible para llamar la atención. Al mismo tiempo, Tyler hablando con Viciosilla (a saber que estaría diciéndole) y El Gris queriéndonos a todos (ahí ya empezó la cosa a ser preocupante). También durante esos momentos Viciosilla nos hizo una demostración de algo que se le da muy bien estando en ese estado (y que, personalmente yo, no termino de entender): se cayó al suelo y se dio un golpe en el codo. Tras las posteriores risas e intentos por encontrar el culpable de

dicha caída (tu me has dicho que yo te he dicho que me ibas a decir......) el Oráculo quiso hacer otra de las suyas y le robó una chancla a la pobre Viciosilla (era algo digno de ver a un tío como el Oráculo con una chancla suya y otra de Viciosilla andando por allí y diciendo cosas sin sentido, pero eso si, todas sus frases empezaban con "Acho"). Ante las protestas por parte de Viciosilla de que iba descalza, Oráculo, para dar ejemplo de solidaridad, se descalzó también (bueno, tiró sus chanclas por ahí) y comenzó a caminar en círculos proclamando a gritos las ventajas de ir descalzo. Afortunadamente, y por razones desconocidas, no había ningún mingitorio por la zona, por lo que no tuvo ningún problema. El problema llego unos minutos después, cuando acuciado por la necesidad de encontrar un lugar para descargar su vejiga (y evitar posibles problemas de cistitis) no se lo pensó ni un minuto y en la primera esquina que vio, literalmente, dio rienda suelta a su vejiga. Todos los demás le hicimos saber que estaba orinando en una esquina convexa, es decir, que las paredes no lo rodeaban, pero no pareció importarle. Una vez terminado comenzó a andar, guiándonos hacia algún lugar que solo su mente conocía (el recinto de moros y cristianos). Como veía que no le hacíamos caso decidió convencernos a su manera, y todos fuimos testigos del verdadero Ora-culo. En varias ocasiones fuimos mostrados el verdadero rostro del Ora-culo, cual Quato en Desafío Total. Ante tal revelación nos quedamos paralizados y El Gris, mientras seguía queriéndonos mucho a todos, decidió ayudar al Ora-culo en su tarea de convencernos, revelándonos el suyo propio también (y hay pruebas gráficas). Entre los dos consiguieron movernos por fin, encaminándonos hacia el nuevo lugar. Durante el camino el Oráculo pensó (¿¿??) que, tal vez, la influencia de la revelación de la que habíamos sido testigos minutos antes podría ir en disminución, así que para mantener el movimiento iba renovando en nosotros esa imagen tan reveladora, a la que nosotros seguíamos cual calabaza en La vida de Brian. Poco a poco íbamos desplazándonos, hasta que otra revelación nos fue echa. El Oráculo dijo que uno de los sueños de su infancia era quedarse en pelotas en la calle de Correos. Nosotros no éramos quienes para evitar que cumpliera su sueño, no éramos dignos, así que ni decir tiene que lo cumplió. Parecía un niño tras abrir un regalo en el día de reyes. La alegría lo desbordaba por sus cuatro costados. Claro que con tanta alegría, es normal que la quisiera compartir con nosotros, por lo que mientras nos dirigíamos hacia nuestro particular "Monte del destino" (recinto de moros y cristianos, repito) a lo largo de la calle Platería, fue desnudo proclamando a

los cuatro vientos su alegría. La gente con la que nos cruzábamos no entendía tal hecho, pero hay que tener en cuenta que ellos no conocían todas las revelaciones de esa noche. Incluso, el Oráculo, intentando sacarnos a todos de nuestra ignorancia, nos mostró cual es el principio de funcionamiento de una campana (Nota: para los que no entiendan este comentario, decir que una parte de la campana es el badajo y que dicha parte oscila hacia adelante y atrás. Creo que ahora ya esta lo suficientemente claro como para no ser necesario ningún comentario mas explícito) Llegamos en este punto a la parte trasera del Banco de España, al cual nuestro Oráculo llamaba Hacienda. Aquí, El Gris, vencido por la necesidad, se acercó a la pared con el fin de vaciar su vejiga. Mientras tanto, los demás nos aprovechamos de la situación y con varios carteles que despegamos de una pared, tratamos de tapar las vergüenzas del Oráculo, el cual era la viva imagen de Bruce Willis en La jungla de Cristal 3 (si, cuando al principio va vestido como un hombre-anuncio, que es cuando conoce al negro). Aquí hubo unos momentos de confusión, pues Viciosilla empezó a quedarse parada, y a decir que su coche estaba aparcado en una zona de la ORA y que a las 9 de la mañana había que echarle dinero para que no la multaran. Durante estos momentos tumultuosos, el Oráculo tuvo otra revelación y decidió vengarse de Hacienda (que en realidad era el Banco de España) quedándose desnudo delante del edificio. No podíamos creer a nuestros ojos cuando vemos que con toda decisión y sin pensárselo, se planta en medio de la Gran Vía, se arranca los carteles que le habíamos puesto y se baja los pantalones hasta las rodillas (ooootra vez) al tiempo que nos saluda victorioso. En ese momento comprendimos por qué es él nuestro Ora-culo. Una vez repuestos de la impresión, echamos en falta a El Gris. Master y un servidor retrocedemos a buscarlo y nos lo encontramos apoyado en la pared a la que se había acercado anteriormente y, tras haber evacuado convenientemente aunque aún sujetándose con la mano la parte de su anatomía necesaria para tal fin, se había quedado dormido. Con las mismas lo despertamos, nos sonrió y se unió a nosotros otra vez. El Oráculo, sintiéndose invencible, decidió ir a vengarse también de la estatua tan querida por todos nosotros ("Acho, ahora voy a quedarme en pelotas delante del Darth Vader ese" fueron las palabras que salieron de sus labios) y hacia allá se encamino con decisión. El Gris continuaba tirándole los trastos a Maligna (Hombre Kensal, cuidado, tu puesto esta en peligro) durante el trayecto mientras Master, Tyler y el que esto suscribe, bastante más atrás, nos esforzábamos en llevar a Viciosilla hacia nuestro destino, quien en vez de colaborar, únicamente se preocupaba por que su coche estaba aparcado y a las nueve de la mañana (es decir, 5 horas después) tenía que echarle

dinero. A la vista de todo ello, y un poco harto también, decidí acelerar el proceso, con lo que cogí a Viciosilla y me la cargué al hombro pero, a poca distancia y ante sus insistentes gritos de que se caía, me ví obligado a dejarla otra vez en tierra. Tras mis repetitivos avisos de que se sujetara bien porque la iba a dejar en tierra, fuimos deleitados con otra demostración de la especialidad de esta mujer. En lugar de sujetarse se dejó caer hacia atrás, con lo que se golpeó, tooooodo lo larga que era, contra la acera. Conmocionados e impresionados por la demostración, los que estábamos presentes empezamos a descojonarnos al tiempo que ella, tendida todavía en la acera y muy seria nos advertía "A mi no me hace gracia ¿eh?. Me esta doliendo y a mi, desde luego, no me hace ninguna gracia. Que lo sepáis". Ni que decir tiene que las risas pudieron ser oídas hasta en Mazarrón. Los demás ya se habían perdido para ese momento, justo cuando a Viciosilla le vino el bajón y comenzó a hablar con Blaaas (léase, vomitó) Llegamos por fin al recinto de los moros y cristianos, justo cuando ya estaban recogiendo y todo el mundo marchándose. Descansando en un pequeño muro y decidiendo que se iba a hacer con Viciosilla, la cual seguía preocupada por su coche y el dinero, El Gris y el Oráculo seguían haciendo de las suyas. Al final tomamos la decisión de ir a la conocida tienda 24 horas a por azúcar para Viciosilla ya que ante la sugerencia de llevarla al hospital comenzó a protestar diciendo que su madre trabajaba allí y que no la podíamos llevar. Las conversaciones con Blaaas eran ya frecuentes y, mientras Viciosilla estaba al borde de la muerte y El Gris quería a todo el mundo, la única preocupación del Oráculo era por vaciar su vejiga. Al final se decidió por evacuar entre un contenedor y la pared y, para disimular delante de toda la gente que pasaba por allí, se echo las manos a la nuca y hacía como que se estaba desperezando. La verdad sea dicha y es que nadie, excepto nosotros, se dio cuenta de lo que estaba pasando entre dicho contenedor y la pared. Viciosilla seguía con sus delirios de que había que echarle dinero al coche y que su madre trabajaba en el hospital. Le preguntamos en cual de ellos y tras oír su respuesta decidimos llevarla a otro distinto, pero no, su madre nos perseguía, porque también trabajaba allí (siempre según palabras de Viciosilla). Raudo y veloz me dirijo hacia mi coche para transportar a la pobre Viciosilla hasta la tienda del Despistao. Se montan El Gris (que justo cuando termina de acomodarse se quedo durmiendo, otra vez, pero aun tuvo valor y fuerzas para contestar a una llamada telefónica de un amigo suyo, al que también quería con locura), Viciosilla (con mucho esfuerzo para convencerla de que su madre no trabajaba en el Despistao) y el Oráculo, que iba hablando consigo mismo sin que el resto de los mortales fuésemos capaces de distinguir una conversación clara. El espectáculo era dantesco. Yo

conduciendo, acompañado de Maligna, un coche con tres formas (que es la mejor palabra para describir) en la parte trasera del coche: El Gris, dormido como un tronco, Viciosilla, preocupada de nuevo por su coche, y el Oráculo, que llevaba medio cuerpo fuera de la ventanilla. Al llegar a la tienda, el Oráculo hablo, y dijo la fatídica frase "Acho tío, lo siento, dame una botella de agua que lo limpie corriendo". Mis temores se vieron confirmados: el tío había mantenido una conversación con Blaaas mientras el coche iba en marcha, aunque afortunadamente no se manchó el interior y el exterior pudo ser limpiado con rapidez y agua (por supuesto, no es necesario decir que tras pegarle un par de cocotazos, le dí una botella de agua y lo limpio todo, todo y todo). Sacamos no sin esfuerzo a Viciosilla del coche y la sentamos en unos escalones que había en la calle. En ese momento, Blaaas y ella comenzaron una conversación bastante animada, a la que los demás no estábamos invitados, aunque de vez en cuando podíamos escuchar que había que echarle dinero al coche para que no lo multaran. El Gris seguía durmiendo a pata suelta dentro del coche, el Oráculo empezó a darse paseos por la calle y se enfado con el paquete de tabaco que le había regalado el tío vestido de gilipollas que vimos al principio de la noche, el cansancio ya empezaba a hacer mella en Tyler y Maligna nos tuvo que abandonar. Ahí estaba yo solo enfrentándome a todo. En algún momento durante la noche que no recuerdo exactamente, en una de las numerosas intervenciones del Oráculo, se pudo oír una frase "Acho, entenderé si mañana ya no queréis ser mas mis amigos". Ahora solo falta comprobar si todos quieren seguir siendo sus amigos. Visto que la cosa no parecía mejorar nos dirigimos hacia el hospital Morales Meseguer, después de haber sido perseguidos por todos los hospitales por la madre de Viciosilla. El Oráculo encamino sus pasos, cual protagonista de Kung-Fu, hacia ese destino (mitad porque el no quería volver a montar en el coche, mitad porque yo se lo prohibí). Llegamos a la puerta de urgencias del hospital y Tyler se quedo acompañando a Viciosilla en su entrevista con la señorita médica. Aunque Tyler también estaba por pedir que le pusieran la inyección a él también, era quien se encontraba en mejores condiciones en ese momento, exceptuándome a mi que iba conduciendo. Por supuesto El Gris ya se había acomodado como si el asiento trasero del coche fuera su cama de toda la vida, por lo que, mientras ellos dos se encontraban visitando el interior de las dependencias hospitalarias, decidí llevar a El Gris hasta su morada y quitarnos de en medio a uno más. Durante todo el camino tuve que ir dando gritos para que se despertara, cosa que conseguí con bastante dificultad a pesar de ser conocido por todos por mi facilidad para gritar. Al llegar a la puerta de su casa, con toda su camisa babeada

por el sueño, se interesó por el estado de los demás, cosa que le indiqué muy brevemente. Me despidió con un "Si me necesitas me llamas, que yo estaré durmiendo", cosa que como podéis imaginar, agradecí sobremanera. Regreso al hospital y me encuentro que el Oráculo ya esta allí, durmiendo en un banco que hay en la puerta. Al poco se despertó quejándose del frío reinante, lo cual fue rápidamente subsanado metiéndose a dormir en la sala de espera del hospital. Dos mil años después se me ocurrió preguntar a las enfermeras por Viciosilla, y ni cortas ni perezosas, me dijeron que ya se habían ido. Amablemente les hice saber a esas señoras que ello no podía ser posible, pues yo estaba en la puerta durante todo el tiempo y era yo el encargado de recogerlos. Parecía que no atendían a razones, y ya estaba yo dispuesto a mandarlas a tomar por culo cuando aparecieron por el pasillo Tyler y Viciosilla, ya en bastante mejor condición que cuando entró. Por supuesto seguía dando el porsaco con su coche y con el dinero, y las malas lenguas dicen que en el parte medico indicaron que tenia delirios. Fuimos a recoger los coches para evitar el tener que echar dinero al de Viciosilla y que la pobre mujer dejara de preocuparse. Oráculo, ya en condiciones, conduciendo su vehiculo, Tyler, el de Viciosilla y yo el mío. Nos encaminamos hacia la guarida del Oráculo, hacia ese lugar secreto del que todos hablan y en el que nadie ha estado todavía (salvo nosotros los elegidos). Fuimos advertidos del hecho de guardar silencio, pues los moradores de la casa contigua (los procreadores del Oráculo) aun estaban durmiendo a las 7:30 de la mañana y no era plan de despertarlos. Una vez dentro de la guarida, unos extraños objetos llamaron nuestra atención: pequeños cilindros con animales dibujados por el exterior. El Oráculo nos mostró su funcionamiento y Tyler, no pudiendo contenerse, tuvo que tocarlos todos, montando una granja en el interior de la casa. Desconocemos si los moradores de la vivienda contigua se despertaron o no, pero si no lo hicieron fue de milagro. Viciosilla se encerró en la habitación que le había sido designada y ya nunca más se supo de ella. Una vez solucionado todo, volví a hacer saber que eran las 8 de la mañana y que al cabo de 10 horas tenía la obligación de asistir a una boda, con lo que pedí que las despedidas fueran rápidas. Todavía quedaba por hacer una entrega: Tyler. Durante el camino fuimos evocando todos los hechos acontecidos durante la noche y, todo sea dicho, nos reímos bastante. De camino a mi morada me detuve en la gasolinera para lavar el coche, tenia que tenerlo limpio y reluciente para el acto social que me

aguardaba esa misma tarde y, al mismo tiempo, añadir un poco mas de surrealismo a todo lo que había acontecido durante la noche. En posteriores conversaciones con alguno de los protagonistas ninguno se acordaba (o no se quería acordar) de todos los hechos aquí narrados. El Gris y Viciosilla ya fueron puestos al corriente de algunos hechos que no recordaban, y que les dio la clave para entender muchas de las consecuencias que estaban sufriendo, como en el caso de Viciosilla que supo por qué le dolía medio cuerpo. Aún no he tenido señales del Oráculo, así que no se si continúa vivo en este mundo o ha pasado a existir en un plano superior al nuestro. Sea como fuere, así fueron los hechos y así se los hemos contado.

 8QUHODWRGHO

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