Las Fases de la Luna Por Honorino García
Las fases lunares se producen por interacción entre los movimientos del sol, la luna y la
tierra. En un año la luna realiza trece recorridos en torno a la tierra, es decir trece lunaciones. Cada lunación tiene una duración de 28 días aproximadamente. Normalmente, conocemos cuatro tipos de fase lunar, que son la Luna Nueva, Cuarto Creciente, Luna Llena y Cuarto Menguante. Pero como la Luna demora aproximadamente
"La Luna es mentirosa". Cuando dibuja una "C" está en Cuarto Menguante, o Decreciente. Cuando dibuja una "D" está en Cuarto Creciente.
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28 días en repetir sus fases, pasa no sólo por las cuatro antes mencionadas, sino por infinitas fases intermedias a las cuales la tradición no les ha puesto nombre. Este es el motivo de que los astrónomos se refieran a las fases lunares en porcentaje de iluminación. De ese modo, la luna nueva es 0%, la llena es 100%, y tanto creciente como menguante son 50%
La Luna no siempre presenta el mismo porcentaje de su superficie iluminada y visible desde la Tierra. El disco lunar presenta diferentes grados de iluminación que se repiten en ciclos conocidos como lunaciones, o meses sinódicos. Los grados de iluminación o fases dependen de la posición relativa del Sol, la Tierra y de la propia Luna. Para realizar el seguimiento de las fases debe partirse de la llamada Luna nueva o novilunio, que se da cuando la luna, entre el Sol y la Tierra, no es visible porque nos ofrece su cara no iluminada. A medida que pasan los días, la Luna aparece comenzando por una mínima lúnula que va creciendo hasta que los 7 días, 9 horas, 11 min. y 0.75 seg. Los tres astros forman un ángulo recto con lo cual la Luna se ve en cuarto creciente. En otro periodo igual de edad de la Luna (periodo que a transcurrido desde la Luna nueva), se llega hasta la fase de Luna llena o plenilunio; a tardado 14 días, 18 horas, 22 min. y 1.5 seg.; desde la Tierra, entre la Luna y el Sol, se puede ver todo el disco lunar iluminado. Desde esta posición, el proceso inverso hará disminuir la parte iluminada hasta llegar al cuarto menguante en 22 días, 3 horas, 33 min. y 2.2 seg.; en esta fase, la parte iluminada es la que no se veía en el cuarto creciente, porque en el ángulo recto que los tres astros vuelven a formar la posición de la luna no es la misma. Finalmente, a los 29 días, 12 horas, 44 min. y 2.9 seg. se llega al final del mes sinódico y se inicia otra lunación.
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Sin embargo si sabemos a ciencia cierta que la fuerza gravitatoria lunar para nada interactúa en el comportamiento de la savia y todo líquido capilar. Tal vez, se podría conjeturar con el tenue efecto fotoperiódico luna sobre la materia vegetal pero, no nos llevemos a engaño, la fase cuarto creciente y cuarto menguante aportan y reflejan los mismos porcentajes de luz. Aún más sugerente resulta el singular y tradicional hecho de por que los fabricantes de cañas y lengüetas vibrantes para los instrumentos de viento, imperativamente las siguen elaborando sobre cañas cortadas durante la luna de cuarto menguante y la luna nueva, en favor de una mayor dureza y consistencia que evita el cuarteado. ¿Creencia, mito o realidad? Sin duda que se necesitan muchas observaciones sistemáticas para precisar este tipo de influjo lunar en la vegetación.
FASES DE LA LUNA
El Sol y la Luna se encuentran en conjunción, es decir, se encuentran en el mismo signo a los mismos grados; la Luna no es visible porque se eleva en el horizonte junto con el Sol.
El Sol y la Luna se encuentran en un ángulo de 90 grados y vemos "la media luna", como una "D", porque el Sol ilumina sólo la mitad de la cara de la Luna, ésta se eleva hacia el mediodía y se oculta hacia la medianoche.
El Sol y la luna se encuentran en oposición, es decir guardan una distancia de 180º, el Sol ilumina de frente toda la cara de la Luna por eso la vemos "llena", redonda. La Luna aparece al anochecer y se eleva paulatinamente a lo largo de la noche.
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El Sol y la Luna se encuentran nuevamente en un ángulo de 90º, esta vez la mitad de la cara de la Luna se ve iluminada formando una "C". La luna se eleva hacia la media noche y alcanza su posición más alta justo al amanecer.
Los Falsos influjos de la Luna La ilusión de un hechizo n primer lugar, toda analogía no es garantía de razón. Desde tiempos ancestrales el saber popular viene relacionando el incremento de tasa de partos, la fertilidad femenina y las alteraciones en la conducta humana (sin olvidarnos de los hombres lobo) con la que es la fase lunar por excelencia, el plenilunio. Los humanos tenemos predisposición a creer mitos, gustamos más de la fascinación y el asombro que del propio razonamiento. estos mitos de fecundidad femenina y los partos tienen su origen en que el ciclo menstrual de la mujer coincide aproximadamente con el periodo lunar de traslación alrededor de la tierra y, más concretamente con el ciclo sinódico de la fases o lunación (29,53 días).
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Calendario de Fases ....Sexuales Pero no confundamos, no todas las mujeres del planeta ovulan y menstrúan en la misma fase lunar. La luna ni rige ni regula el ciclo sexual de la mujer. Aún considerando, y sólo como hipótesis, que esta aparente coincidencia en la duración de ambos ciclos nos llevase a admitir ro, no nos llevemos a engaño, la fase cuarto creciente y cuarto menguante aportan y reflejan los mismos porcentajes de
un vínculo astronómicobiológico, en opinión del bioritmólogo norteamericano A. Solberg cabe entonces preguntarse por qué este supuesto lazo sólo se ha dado en el ciclo menstrual de la mujer y nunca con hembras de otra especie de mamíferos. El ciclo sexual del perro dura 180 días, en el chimpancé 36, en el macaco 27, en la vaca 25, en el cerdo 21, en la oveja 16, en el conejo de indias 15, y en la rata 6 días. Por tanto no es de extrañar que de toda esta diversidad algún ciclo sexual haya coincidido con el de traslación lunar. La luna manifiesta su influjo por medio de dos efectos. Uno de ellos es el evidente poder deformador que ejerce la gravedad lunar sobre la hidrosfera y la litosfera terrestre. El otro efecto, empíricamente no probado, es el factor lumínico que genera su tenue actividad fotoperiódica , pudiendo coincidir los ciclos reproductivos de algunos microorganismos marinos.
Su influjo en la fisiología vegetal Mención aparte merece hablar del influjo lunar sobre la fisiología vegetal relacionada con muchos aspectos del laboreo agrícola, entre ellos, una precoz maduración de frutos por una supuesta luz. Aún más sugerente resulta el singular y tradicional hecho de por que los fabricantes de cañas y lengüetas vi4
reactivación nocturna de la función clorofílica en la fase de plenilunio. Sí, también aquí campan los mitos y la fabulación de la cultura popular: “En menguante y en enero corta tu madero”. Pero seamos prudentes con algunas posibles evidencias de las cuales todavía hoy, ni la ingeniería agronómica ni la astrofísica han sido capaces de encontrar ninguna teoría o modelo satisfactorio donde acomodar la posible influencia entre la luna creciente y el hecho de la deshidratación acelerada que sufre la materia vegetal cuando esta es seccionada durante esta fase lunar. Pues como prueba digamos que un sarmiento de vid cortado en luna creciente sufre una pronta deshidratación, se corroe y se polvoriza rápidamente tras un ataque violento de microorganismos y carcoma. Algo así como enunciar que durante toda la fase de luna creciente, esta reseca y desagua precipitadamente la materia vegetal cortada. Sin embargo si sabemos a ciencia cierta que la fuerza gravitatoria lunar para nada interactúa en el comportamiento de la savia y todo líquido capilar. Tal vez, se podría conjeturar con el tenue efecto fotoperiódico luna sobre la materia vegetal pe
brantes para los instrumentos cisar este tipo de influjo lunar de viento, imperativamente las en la vegetación. siguen elaborando sobre cañas cortadas durante la luna de cuarto menguante y la luna nueva, en favor de una mayor dureza y consistencia que evita el cuarteado. ¿Creencia, mito o realidad? Sin duda que se necesitan muchas observaciones sistemáticas para pre-
La Gravedad no impulsa los partos El mito que el plenilunio incrementa los partos ha tenido un arraigo muy popular. bien es verdad que durante las posiciones de plenilunio y novilunio es cuando se producen mareas vivas, máxima subida de la marea como consecuencia del mayor tirón gravitatorio que ejerce la luna y el sol. Cabría entonces preguntarse ¿por qué en la fase de novilunio con idéntica interacción gravitatoria carece de efectos mitológicos?. Todo el poder se achaca al fulgurante plenilunio, desde una dudosa intensificación de las hemorragias en las intervenciones quirúrgicas hasta esa desmesurada predisposición a cortes en el afeitado.
El viejo saber popular siempre ha relacionado la fertilidad femenina con las fases de la luna.
cantemente que se manifiesta en los lagos. Buscando un ejemplo más didáctico y casero: si llenamos de agua la bañera jamás el tirón gravitacional del plenilunio o del novilunio van a hacer rebosar una sola gota de agua. El efecto es nulo. Por tal razón, el feto y la misma gestante, de recibir algún tipo de impulso o minúscula fuerza, esta surgiría antes de la “masa comadrona” que de la “masa satélite”. Esta ley de gravitación no es una simple teoría sino un hecho empírico que evidencia y avala que ni el feto ni el líquido amniótico experimentan ningún tipo de presión o tirón gravitatorio que, estimulado por cualquier cambio de fase lunar, pudiera precipitar e incrementar los partos naturales.
¿Será, sencillamente, porque en esa posición de conjunción junto al sol, la luna se vuelve invisible?. Empecemos por administrar la ley de gravitación universal de Newton y donde constatamos que al decrecer considerablemente un numerador de las dos masas en juego, esta fuerza deformadora con la que se manifiesta la gravedad, también disminuye notablemente y, todavía más, por la razón inversa al cuadrado de la distancia. De ahí, que advirtamos tan exageradamente el efecto deformador de las mareas en la extensa masa oceánica y tan insignifiOtra cosa bien distinta es que algunas comadronas crédulas ofrezcan una memoria selectiva y recuerden con más entusiasmo los partos en plenilunio que en el resto. Ingeniosamente, en el im5
preciso saber popular también se oye esta otra falacia: “pues en todo caso son los días contiguos al cambio de luna los más prolíficos para el parto”. Esta falsa afirmación es todo un atrevimiento de ambigüedad e imprecisión en cuanto que las cuatro fases lunares están determinadas por el continuo movimiento orbital, donde, día a día y hora a hora, nuestro satélite está cambiando su ángulo de iluminación, hacia el creciente o el menguante. ¿Entonces, quien no nace en un cambio de luna?.
¿Sufrimos marea neurótica? En esta cuestión hay muchas anécdotas pero insuficientes evidencias que puedan relacionar el ciclo lunar con alteraciones en los niveles de las sustancias neuroquímicas implicadas en la ansiedad, el estrés y la agresión; hablo de las sustancias endógenas como el cortisol, la vasopresina, serotonina, epinefrina, testosterona, melatonina, etc; las cuales puedieran inducir a disfunciones psicológicas como locuras, agresiones, homicidios, suicidios, accidentes y desastres. No obstante la psiquiatría forense sigue sin reconocer ninguna estadística que correlacione el “el efecto plenilunio” con la conducta agresiva, delictiva y paranoica. a efectos judiciales el “factor luna” sigue sin poder eximir o exonerar un sólo día de cárcel. Es más ningún estudio clínico ha podido establecer un vínculo entre las variables hormonales de nuestro ritmo cardiaco (ciclo diario, 24h) con ninguna fase lunar. En opinión de James Rotton psicólogo de la Universidad Internacional de la Florida (Miami): "Un hecho que confirma que tampoco sufrimos ningún tipo de marea biológica ni psíquica por influjo lunar, la tenemos cuando en nuestro mundo desarrollado, todos los días los médicos remiten a los laboratorios muestras de sangre y orina para que sean analizadas, y donde a ningún de estos valores analíticos se les aplica ningún modelo correctivo en función de la fecha de extracción y la fase lunar". Lo que se quiere reiterar es que en toda analítica y diagnóstico para la estimación de cualquier cuadro clínico, el factor Luna, permanece y permanecerá ausente. La luna nunca marca tendencias en nuestros estados neuróticos, agresivos, eufóricos y de delirio. Según muchos neurosociólogos la violencia de género queda muy condicionada por la compulsiva dependencia emocional del hombre y/o cuestiones de menoscabo económico o patrimonial en que deriva toda separación. Ni la Luna llena, ni otra fase, marcan ninguna tendencia en la agresividad, la violencia domestica y de género, o en los delirios. Pero cabe preguntarse, ¿Por qué el novilunio con idénticos máximos de interacción gravitatoria carece de creencias y de mitos?. Simplemente porque la Luna en esa posición de conjunción junto al Sol, su imagen se vuelve invisible. Todas las conjeturas e influjos se le achacan al fulgurante plenilunio.
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