Las Encrucijadas De Mi Vida

C.E.I.A.

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Centro de Espiritualidad Ignaciana de Argentina

Taller sobre las encrucijadas de mi vida En este ejercicio, considero mi vida como un camino que comenzó cuando yo nací y que ha llegado hasta mi presente. Hubo momentos en este caminar en los cuales pude haber elegido una ruta diferente de la que finalmente elegí (por ejemplo: yo pude haber sido médica veterinaria en lugar de teóloga, psicóloga en lugar de administrativa y otras muchas como estas). En otras palabras, en ciertos momentos de mi vida elegí (libremente o por la fuerza de las circunstancias) una cierta ruta y, al elegir una, dejé otras que hubiesen configurado mi vida de manera diferente. Estas son las encrucijadas de mi vida. Las rutas que pude haber seguido, pero no seguí, son las posibilidades inexploradas de mi vida, algunas de las cuales quisiera explorar en este ejercicio. Por ejemplo, en un momento de mi vida, decido dejar de lado mi ambición por ser artista para seguir una vida de negocios; al cabo de los años la posibilidad de seguir mis inclinaciones artísticas puede estar todavía abierta para mí. Todos tenemos latentes una serie de potencialidades que están esperando la oportunidad de expresarse. Como la semilla que se dejó en la tumba de un Faraón hace 3.000 años y al ser plantada recientemente germinó.

1. Busco un LUGAR para poder trabajar, donde me sienta cómodo, donde no me distraiga con ruidos, donde pueda meterme dentro de mi memoria con tranquilidad.

2. Una vez que me haya ubicado, hago un SIGNO exterior que me ayude a darme cuenta de que comencé mi trabajo: un gesto, una inclinación...

3. En silencio y quietud interior recorro mentalmente el camino de mi vida tratando de identificar ENCRUCIJADAS grandes o pequeñas; escribo una lista de todas ellas.

4. LEO pausadamente esta lista y ELIJO las que más me atraen este momento.

5. DESCRIBO el principio y los primeros pasos de la ruta que seguí en realidad.

6. Vuelvo a la bifurcación y me IMAGINO siguiendo la ruta que no seguí, y veo adónde me lleva. Escribo en detalle lo que me imagino sin censurar, sin hacer juicio, sin tratar de analizarme.

7. Cuando el tiempo del ejercicio llega a su fin, cierro los ojos y dejo que los sentimientos, imágenes... suscitados decanten en nuestro interior y tomo nota de ellos.

C.E.I.A. Centro de Espiritualidad Ignaciana de Argentina

Caminante (Antonio Machado) Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.

El camino no tomado (Robert Frost) Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo, y lamentablemente no podía recorrer ambos siendo un solo viajero; por largo tiempo me detuve y contemplé uno de ellos tan lejos como pude hasta donde se perdía en la maleza. Entonces tomé el otro, tan justo como honesto, y teniendo quizás el mejor motivo, ya que las pasturas estaban más crecidas y pedía ser recorrido aunque quienes habían pasado por allí las habían desgastado casi por igual realmente, y esa mañana ambos por igual se tendían sobre hojas que ninguna pisada tornara ennegrecidas. ¡Ah, dejaré el primer camino para otro día! Y aún sabiendo que un camino conduce a otro, dudé si alguna vez debería regresar. Y estaré diciendo esto con una visión, en alguna parte, de aquí a épocas por venir; Dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso ha hecho toda la diferencia.

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