Lab3

  • May 2020
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  • Pages: 13
Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

Fisiología Cardiovascular Practica de Laboratorio 3 SISTEMA CIRCULATORIO / PRESION SANGUÍNEA

Arterial Press. –Mean Cardiac Output Heart Rate LV EDV LV ESV Pms RA Pressure – Mean Stroke Volume SVR

GC

= = = = = = = = =

PAM GC (VM) FC Vol de eyección diastólico VI Vol de eyección sistólico VI Presión sistémica media Presión media de la AD Débito Cardiaco Resistencia Vascular Sistémica

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

RESULTADOS CON SISTEMA SIMPATICO Y PARASIMPÁTICO

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

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SIN SIMPATICO

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Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

SIN PARASIMPATICO

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SIN AMBOS

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

Discusión Se puede ver que la presión arterial media cuando el sistema nervioso simpático y parasimpático están intactos decae sin que haya un cambio significativo, manteniéndose alrededor de su valor inicial. El cuerpo es capaz de compensar la primera unidad de sangre perdida en este caso porque detecta una perdida en la presión por los barorreceptores en los cuerpos carotideos y otros vasos que envían señales al bulbo haciendo que el tono simpático aumente, ya que este ayuda a controlar rápidamente la presión arterial porque aumenta la vasoconstricción en las arteriolas aumentando la resistencia vascular periférica, también constriñe venas y otros grandes vasos desplazando la sangre a los grandes vasos sanguíneos periféricos al corazón aumentando el volumen de sangre en las cavidades cardiacas haciendo que lata con más fuerza por el mecanismo de Frank-Starling; además también estimula directamente al corazón aumentando la fuerza y la frecuencia cardiaca. A pesar de los mecanismos de compensación se nota que hay una disminución del gasto cardiaco porque la cantidad de sangre total en el cuerpo ha disminuido, haciendo que la Pms y la presión en la aurícula derecha disminuyan para facilitar el retorno venoso hacia el corazón, sin embargo como la cantidad de sangre que ingresa nuevamente al corazón es menor, con una menor presión, la cantidad de sangre que habrá para eyectar en el ventrículo izquierdo también será menor. Se puede observar que después de las siguientes dos unidades de sangre perdidas el tono simpático vuelve a aumentar por las señales captadas por los barorreceptores nuevamente y esta vez el parasimpático disminuye. El tono simpático aumenta por la misma razón que aumentó con la primera unidad de sangre perdida y esta vez como se ha perdido más sangre también se tiene que reducir el tono parasimpático que hace que disminuya la frecuencia cardiaca y que la fuerza de contracción del corazón también sea ligeramente menor. Tanto la frecuencia cardiaca como la resistencia vascular periférica vuelven a aumentar. Para cuando son retiradas las siguientes 3 unidades de sangre el tono simpatico aumenta significativamente asi como el parasimpático disminuye. La frecuencia cardiaca es casi el doble de la inicial y la resistencia vascular también ha aumentado considerablemente para compensar la disminución en el débito cardiaco debido a la pérdida de sangre. La presión en la aurícula derecha es ahora negativa, lo cual favorece a un retorno venoso mejor. Todas estas modificaciones son para tratar de mantener una presión arterial adecuada y que el cerebro no se vea dañado. Luego cuando los valores son restaurados a los niveles normales y se impiden las variaciones en el sistema nervioso simpático y se extrae la primera unidad de sangre, la frecuencia cardiaca no aumenta y la resistencia vascular sistémica tampoco lo hace, sin embargo el débito cardiaco si disminuye. La falta de respuesta del sistema nervioso autónomo hace que la presión arterial media disminuya.

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3 Para cuando se retiran las siguientes 2 unidades de sangre los barorreceptores detectan una variación en la presión mandando señales para que el tono parasimpático disminuya, y es por esta razón que la frecuencia cardiaca aumenta ligeramente, sin embargo la resistencia vascular sistémica no aumenta y el débito cardiaco cae nuevamente, desencadenando un nuevo descenso en la presión arterial media. La presión sistémica media también disminuye más que cuando se le retiraron las siguientes dos unidades de sangre con el sistema simpático intacto porque no hay vasoconstricción periférica. La presión de la aurícula derecha es esta vez más negativa para tratar de compensar la pérdida de sangre tratando de que el retorno venoso no disminuya tanto. Cuando se retiran las siguientes 3 unidades de sangre, el tono parasimpático disminuye significativamente y la frecuencia cardiaca aumenta. Sin embargo como no hay un aumento en la resistencia vascular sistémica no se puede evitar una baja de presión hasta los 50 mmHg. Sin embargo cuando el sistema nervioso simpático estaba intacto no sucedió esto debido a que los cuerpos carotideos detectan rápidamente caídas de presiones por debajo de los 60mmHg para prevenir una isquemia cerebral y activan la “Respuesta Isquémica del Sistema Nervioso Central”, protegiendo el cerebro y la parte superior del cuerpo, haciendo que los demás vasos se constriñan a tal grado que a veces se llegan a ocluir algunos. El gasto cardiaco en este caso disminuye significativamente ya que la estimulación simpática no solo genera vasoconstricción periférica sino también una mayor fuerza de contracción directamente al corazón. Cuando se impiden las variaciones en el sistema parasimpático y se deja intacto el sistema simpático se puede observar que tras la primera unidad de sangre perdida, la frecuencia cardiaca y la resistencia vascular periférica aumentan para compensar la disminución en el débito cardiaco por un aumento en el tono simpático. Cuando se retiran las siguientes dos unidades de sangre, tanto la frecuencia como la resistencia vascular aumentan por el aumento en el tono simpático mandado por las señales de los barorreceptores. Sin embargo como el sistema parasimpático no es modificado no hay una compensación adecuada en cuanto al aumento de la frecuencia cardiaca. Sin embargo la presión arterial media no desciende peligrosamente por la compensación en la vasoconstricción periférica y la fuerza de contracción del corazón. Igualmente cuando se retiran las siguientes 3 unidades de sangre la resistencia aumenta considerablemente, sin embargo la frecuencia cardiaca no lo hace porque el tono parasimpático no disminuye facilitando la estimulación del simpático. Como el sistema simpático está en buenas condiciones el gasto cardiaco no disminuye tanto ya que a pesar de que no llega la misma cantidad de sangre al corazón los impulsos que hacen que se contraiga con fuerza no han sido perjudicados. Como la presión de la aurícula derecha es negativa ahora, favorece ligeramente al retorno venoso, y todos estos mecanismos ayudan a que la presión arterial media no descienda peligrosamente. Cuando se repite el experimento pero esta vez estancando tanto el tono simpático como el parasimpático y se retira la primera unidad de sangre, ni la

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3 frecuencia cardiaca ni la resistencia vascular periférica aumentan porque el sistema simpático no es modificado, sin embargo el débito cardiaco si disminuye por la pérdida de sangre y la disminución del retorno venoso, esto conlleva a una disminución de la presión arterial media que no es significativa ya que la pérdida de sangre no ha sido tan abundante. Cuando se retiran las siguientes 2 unidades de sangre la frecuencia y la resistencia vascular siguen sin ser modificadas ya que ninguno de los dos sistemas está activo a las señales de los barorreceptores. Debido a un menor volumen total de sangre en el organismo, el débito cardiaco disminuye y como la frecuencia no se ve modificada ni la resistencia, la presión arterial media desciende a valores ya peligrosos para el cerebro, cercanos a los cuales ya sería activada la “Respuesta Isquémica del Sistema Nervioso Central” del sistema simpático. Cuando se retiran las siguientes 3 unidades de sangre, el volumen total en el cuerpo ha disminuido sin que haya una respuesta compensadora del organismo. No hay suficiente sangre como para llenar el corazón apropiadamente y no están los impulsos simpáticos que dan la fuerza de contracción al corazón, ni aumentan la frecuencia cardiaca, ni la vasoconstricción periférica para la adecuada redistribución de la sangre disponible, ni la vasoconstricción venosa para ayudar al retorno venoso significativamente y tampoco puede disminuir el tono parasimpático para tratar de aumentar ligeramente la frecuencia cardiaca. La presión de la aurícula derecha es negativa, sin embargo esta fuerza no es suficiente para compensar en lo más mínimo la pérdida de sangre y ayudar al retorno venoso.

Andrea Mendiola Yamasato Grupo 4, Mesa 3

Conclusiónes • • •







Cuando hay una pérdida de sangre, ésta puede ser compensada por las modificaciones causadas por el trabajo conjunto del sistema nervioso simpático y parasimpático. El gasto cardiaco disminuye aún con los dos sistemas activos ya que este depende del volumen de sangre que hay en el cuerpo. Sin embargo disminuye menos cuando está activo el sistema simpático. El gasto cardiaco disminuye menos cuando esta activado el sistema parasimpático que cuando no hay ninguno de los dos sistemas activos, ya que puede disminuir el tono para que la frecuencia aumente y compense ligeramente la disminución del débito. Cuando se desactiva el sistema parasimpático y no el simpático, la frecuencia cardiaca no aumenta como cuando están los dos sistemas activos porque estos trabajan coordinadamente, ya que el parasimpático disminuye la frecuencia cardiaca mientras el simpático la aumenta. Entonces por más de que el tono simpático aumente, si el parasimpático no disminuye no habrá la compensación que el cuerpo requiere. La resistencia vascular sistémica en cambio si aumenta al igual que cuando están los dos sistemas apropiadamente activos, ya que el sistema parasimpático no tiene fibras nerviosas vasoconstrictoras ni vasodilatadoras. Para el mecanismo compensatorio en la circulación, el sistema nervioso simpático juega un rol mucho más importante que el parasimpático, porque la variación en la presión arterial media varia casi en los mismos niveles que si estuvieran los dos niveles activos.

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