EL NÚMERO DE LA BESTIA: 666
Baal. Mi nombre es Baal. Formo parte de las jerarquías superiores al servicio del ángel caído, del que hace tiempo quiso medir sus fuerzas con aquel que le había hecho bellísimo, tanto, que deseó para sí mayor gloria que la que su creador tenía. Desde ese momento, se dividió el mundo en dos. En un lado estamos nosotros. En el otro el innombrable y su séquito obediente y emplumado. Enmedio están ustedes, las almas. Sí, las almas, nuestra más codiciada presa. Por ustedes me decidí a escribir esta carta, ya no desde el infierno, sino desde la mano de uno de nuestros innumerables escribanos, que con mucha obediencia y ambición se ofreció, como otros tantos, para cumplir la tarea que juntos estamos realizando. Éste amanuense tiene la virtud de disponer de un público amplio, suficientemente grande como para garantizarnos ser leídos por muchos, pues un número de varios dígitos es el que queremos alcanzar para cantar en sus mentes nuestra victoria. Sí, hemos ganado. Para eso es esta carta, para cantar victoria. Bienvenidos al festejo. Gozar de la irrevocabilidad de nuestro triunfo es lo que nos ha permitido darnos el gusto de compartir con justos y
pecadores los laureles que conseguimos con bastante trabajo a lo largo de los más recientes siglos, porque de otra manera, nuestros planes seguirían secretos, téngalo por seguro. Es una gran tentación celebrar antes de la meta, como bien saben, y la meta ya está a nuestra vista, no podíamos callar más y evitarnos el placer de esgrimirles en la cara a los buenos una presea tan magnífica y gloriosa. Así matamos dos pájaros de un tiro: nos regodeamos gozosos en nuestra corona, y al exhibirla impunemente debilitamos todavía más las vanas fuerzas de los menguados ejercitos de la vida y la verdad. ¿Pero de qué triunfo se trata? dirá un incauto. No del final, todavía no. La guerra la ganaremos, estén ciertos. Se trata de una batalla de gran calado que hemos venido peleando desde que el hombre descubrió las ondas de radio. Al principio pensamos, como la misma humanidad, que se había hallado un misterio benéfico que podría servirle al hombre y temimos que ayudara a unirles a pesar de las distancias terráqueas. Un mundo unido siempre es contrario a nuestros fines. Sin embargo, al irle descubriendo sus misterios a este novedoso develamiento, encontramos con bastante sorpresa que con éste, igual que con cualquier descubrimiento que la mano del hombre realiza, también podíamos trocar su fin más sublime hasta convertirlo en una más de nuestras incontables herramientas. Y fue vuestra gentil mano la que poco a poco construyó un producto acabado que terminaría por desbancar nuestras visiones más atrevidas sobre lo que se podía fabricar para llevar a cabo nuestras metas más ambiciosas. Cuando Julio Verne escribió sobre
un artilugio portatil capaz de comunicar a las personas unas con otras en un Paris ultramoderno, fueron nuestros sirvientes los que ocultaron su texto inspirados por nuestras sutiles voces para esconder la posibilidad del que creíamos un grave obstáculo a nuestros fines divisionistas . Y ahora, que es tan evidente que ese artificio es una herramienta más a nuestro servicio, nos damos cuenta de cuánto nos hubiera podido ayudar haber impreso ese libelo para inspirar las mentes científicas a apresurar el paso e inventarlo con mayor antelación. Pero llegó. Hélo aquí, de una vez y para siempre. Enquistado, literalmente, en los cerebros y en las mentes de sus esclavos voluntarios y de sus promotores incondicionales: el teléfono móvil. Sí, ya sabemos, es increíble pensar que algo tan bonito pueda provenir de nuestro fogón fabril, pero es así. Honor a quien honor merece. Y créanme, nos hemos ganado a pulso el reconocimiento que están a punto de otorgarnos. ¿Creían en serio que nuestra marca de fábrica era un sello azufroso y humeante? Al contrario, de nuestra línea de producción siempre salen artefactos cada vez más sofisticados y llamativos, con mayores funcionalidades y asequibles por un número creciente de personas. Nuestro sello es la belleza. La belleza artificial. Esa que el innombrable es incapaz de crear. Bienvenidos al infierno. Yahya Iván Ardila Anzúres ivanardila.blogspot.com tepantzintlacaztalli.blogspot.com Pídeme mi libro de salud alternativa gratuito:
[email protected] Habla de causas y curas del cáncer, la diabetes y otras enfermedades!!!
LAS DIEZ RESPONSABILIDADES EN EL USO DE LA TELEFONÍA MOVIL 1 – El usuario se daña a sí mismo con la radiación que emite el teléfono. a) Estando apagado. El artefacto emite radiación aún estando apagado por los materiales con los que está construido. b) En estado de espera -stand -stand by. El celular llama de manera autónoma cada determinados minutos para reportar su estado (potencia, ubicación, llamadas realizadas, etc.). c) En las llamadas que entran y salen, Desde que inicia el marcaje en las llamadas salientes y desde antes que el timbre suene en las entrantes, hasta que termina el enlace la central, no el aparato. 2 – El usuario contamina con ondas electromagnéticas el área que le circunda. a) A diez metros de distancia del aparato sus 4 canales de microondas dañan al ADN (ácido desoxirribo nucleico) celular, que contiene la información indispensable para que las células se reproduzcan o produzcan mutaciones como el cáncer. b) Si ser usuario activo del móvil (celular) equivale en muchos sentidos a ser fumador, ser víctima secundaria de sus radiaciones es como ser fumador pasivo de ondas electromagnéticas. 3 – El usuario contamina el territorio que circunda la(s) torre(s) que se encuentra(n) enlazada(s) a él en ese momento a) Mantiene activa(s) la(s) torre(s) encargada(s) de recibir la transmisión
directamente de su teléfono y que ha de enlazarse con la(s) otra(s) torre(s) correspondiente(s) al segundo usuario. b) En caso de llamada tripartita su responsabilidad se duplica. 4 – La torre o torres (pueden ser varias haciendo el enlace) que reciben la llamada contaminan a su vez el radio que les circunda. a) Se ha probado que a 500 metros de distancia las sustancias encargadas de parar el deterioro oxidativo del cerebro se degradan. b) Los índices de cánceres de todo tipo, como la leucemia, se disparan alrededor de una torre de telefonía celular. 5 – Cualquier ser vivo que se encuentre a diez metros de distancia del teléfono al que el primer usuario marcó, sufrirán daños orgánicos. 6 – El usuario con quien se establece la comunicación sufre múltiples daños, tanto en el momento de recibir la llamada, como por traer encendido o apagado un teléfono que le contamina a él y a su alrededor permanentemente. 7 – El teléfono está diseñado para tener una vida útil determinada por la duración de la garantía, tarde o temprano se convertirá en basura. a) Los basureros de los siglos XX y XXI tienen un nuevo huésped: los desechos electrónicos o e-waste, e-waste, fuente de muchas enfermedades y de nuevas contaminaciones al medio ambiente. 8 – Si utilizas auriculares alámbricos te
contaminas, por así decirlo, doble. a) La primera fuente de contaminación es tu teléfono, que ahora, a plena emisión, se encuentra radiando los órganos del interior de tu tronco. b) La segunda es el auricular, que por su bobina concentra las ondas del teléfono que salen desde el cable, penetrando con mayor facilidad por el orificio craneal constituido por los oídos. 9 – Si usas auriculares inalámbricos (bluetooth o similares) tienes una nueva fuente de contaminación electromagnética de probada toxicidad. 10 – Eres cómplice de la esclavitud de los niños africanos de las minas de COLTÁN. a) Para incrementar la potencia de los aparatos electrónicos se utiliza un mineral radioactivo conformado por una mezcla de COLumbita y TANtalita (de ahí el nombre). b) Las principales minas de COLTÁN se encuentran en África, en estados víctimas de gobiernos dictatoriales. c) Los encargados de pizcar la arena radioactiva con la que fabrican TODOS los circuitos de TODOS los celulares (y demás adminículos electrónicos, como las computadoras) son niños esclavos, sometidos a todo tipo de vejaciones. AÚN ASÍ, ¿QUIERES SEGUIR USANDO TU PRÓTESIS COMUNICACIONAL? Visita: http://www.dsalud.com/radiaciones.htm
[email protected] y tepantzintlacaztalli.blogspot.com