La Trinidad Filosofal

  • November 2019
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la trinidad filosofal los tres factores de causalidad de acuerdo con muchos sistemas antiguos de filosof�a, todos los fe-n�menos que existen, de los dioses abajo, surgen de la interac-ci�n de tres fuerzas. una se describe como de naturaleza activa o creadora; la segunda como pasiva o material; y la tercera como me-diadora o formativa. en la filosof�a cristiana, estas tres fuerzas est�n expresadas en las tres personas de la trinidad -padre, hijo y esp�ritu santo- que crean el universo. en la alquimia medioeval, todas las cosas eran vistas como mezclas variantes de sal, azufre y mercurio. en el sankhya hind�, se asignaba un papel an�logo a los tres gunas -rajas, tamas y satva. en el hinduismo las fuerzas eran nuevamente personificadas como shiva, parvati y vishnu; y en china adquirieron una calidad metaf�sica en la interacci�n del yin y el yang bajo la supervisi�n del tao. en todos estos sistemas la naturaleza de las tres fuerzas era univer-sal, esto es, se consideraba que penetraban en todo, en todas partes y en cada escala - desde el mundo de los gusanos al mundo de las estre-llas, y desde el efecto de la luz al del pensamiento o aspiraci�n. en la moderna filosof�a no existe urca idea general semejante de tres fuerzas, aunque se reconocen ejemplos espec�ficos en el prot�n, neutr�n y electr�n de la f�sica, o el �cido, el �lcali y los agentes catal�ticos en la qu�mica. si consideramos las tres fuerzas desde el punto de vista de la f�sica, tenemos que decir que la fuerza activa es la de longitud de onda m�s corta, de m�s r�pida vibraci�n; la fuerza pasiva la de longitud de onda rn�s larga, vibraci�n m�s lenta; y la fuerza mediadora, de una longitud de onda y vibraci�n intermedias. por ejemplo, la octava de los colores se extiende desde el azul (longitud de onda de alrededor de 4,000 unida- des angstr�m) al rojo (alrededor de 8,000). pero, como sabemos, las posibilidades del rojo y azul son muy limitadas, y toda la riqueza in-finita de colores que vemos depende de la presencia de un color inter-medio, el amarillo, bien diferente de los otros dos y situado en medio (alrededor de 5,750 unidades angstr�m). por lo que concierne al fen�-meno del color, podemos llamar azul a la fuerza activa, rojo a la pasi-va, y amarillo a la fuerza mediadora. todos los colores posibles provie-nen de la combinaci�n de estos tres. el mismo ejemplo demuestra otro aspecto de esta ley, a saber, que las caracter�sticas de las tres fuerzas dependen, no de los fen�menos mediante los cuales se manifiestan, sino de su relaci�n entre s�. la lon-gitud de onda del rojo, por ejemplo, es pasiva en relaci�n al fen�meno del color; mas activa con respecto al fen�meno del calor que pertenece a la octava situada debajo. por tanto, todos los objetos y energ�as que existen en el mundo est�n cambiando constantemente de lugar desde el punto de vista de la ley de tres, actuando como instrumentos, ora de fuerza activa, ora de pasiva y ora de mediadora. son exactamente este flu�r y los cambios constantes los que hacen que la ley de tres sea tan evasiva a nuestra percepci�n, y hace necesario tomar separadamente cada ejemplo, aparte de todos los otros. sin embargo, un ejemplo m�s general puede explicar mejor la idea. el hombre existe en el mundo; y existen, tambi�n, todos los objetos -los bienes- que desarrolla o manufactura con los materiales que le rodean. el hombre es activo, los bienes son pasivos. pero con s�lo estos dos factores muy poco pod�a ocurrir, y era necesario al hombre inven-tar una tercera fuerza que hiciera posible a las otras dos que actuaran conjuntamente en un n�mero infinito de combinaciones. esta tercera fuerza es el dinero. este ejemplo nos lleva a otro aspecto muy interesante de la ley de tres fuerzas. porque el dinero es invisible. ciertamente que el papel o el oro son visibles; pero el poder del dinero es invisible, y con el creci-miento del comercio y el desarrollo de la banca, el dinero siempre tien-de a volverse m�s invisible, m�s abstracto y a corresponder cada vez menos a cualquier realidad tangible. y esto hace eco exacto a las expli-caciones de la ley de tres que se daban en las

filosof�as antiguas, las que siempre hicieron �nfasis en que la entrada del tercer principio se man-tiene siempre invisible al hombre en su nivel habitual de pensamiento y percepci�n. por tanto, el tercer principio representa el factor desco-nocido, irreconocido, determinante en cada situaci�n. en algunos casos puede ser s�lo f�sicamente invisible como todos los procesos qu�micos, que envuelven la interacci�n del �cido activo y del �lcali pasivo, ocurren a trav�s del medio invisible del aire. o, nuevamente, su m�todo de acci�n puede ser invisible, como el m�-todo de acci�n del catal�tico en la qu�mica y los fermentos en fisio-log�a, permanecen invisibles. en otros casos esta invisibilidad es m�s sutil. su voluntad, deseo y esfuerzo activos son lanzados contra la iner-cia pasiva de su maquinaria f�sica con todas sus tendencias ing�nitas y h�bitos adquiridos. estas dos fuerzas luchan sin llegar a un resultado, hasta que �l puede atraer la intervenci�n de una tercera fuerza decisi-va - la ayuda de una escuela esot�rica y de un conocimiento especial. esta �ltima fuerza es y debe siempre permanecer tanto f�sica como psi-col�gicamente invisible para los hombres ordinarios. m�s a�n, dinero, aire, catal�ticos, fermentos y escuela, aunque pro-ducen grandes cambios en quien entra en contacto con aqu�llos - per-manecen ellos mismos sin ser afectados ni disminu�dos. no pueden perder su virtud ni ser gastados. por tanto, es caracter�stico del tercer principio el que siempre es inmutable, invisible e irreconocido, y en los casos en que el hombre es el elemento pasivo, siempre proviene en al-guna forma desde un nivel superior, donde no puede ser ni mandado ni manipulado desde abajo. incidimos en la idea de los tres factores o tres principios en el des-arrollo de la multiplicidad desde el absoluto. en relaci�n con los mun-dos gal�cticos, tambi�n, cualquier an�lisis que intentemos hacer de las fuerzas que los crean y mantienen, resulta solamente filos�fico. vemos y comprendemos muy poco en este nivel, y cualquier clase de ideas que nos lleguen pertenecen al reino de la especulaci�n metaf�sica m�s que al de los fen�menos f�sicos susceptibles de estudio y prueba. sin embargo, en la escala particular que estamos por considerar -la creaci�n y mantenimiento de la vida en la tierra- tres factores f�sicos surgen con tanta claridad que dif�cilmente podemos evitar verlos en esta forma. todos los fen�menos de la vida que nos son reconocibles en la tie-rra, son productos del sol, de la tierra y de los planetas. el sol prov�e la fuerza de vida, la tierra los materiales, los planetas la forma. sin estos tres elementos ning�n ser viviente puede existir. m�s a�n, estos tres elementos tienen niveles distintos de energ�a - el sol, como sabe-mos, es el m�s radiante, el m�s activo; la tierra es el m�s inerte, el m�s pasivo; en tanto que los planetas est�n situados entre los dos, refractan-do y reflejando, como la tercera fuerza o mediadora. un diagrama extraordinario de esta idea puede encontrarse en la fachada de muchas catedrales g�ticas francesas, donde la ventana resi-da representa al sol, las cinco luces inferiores ocupadas por arc�ngeles a los planetas; y las abundantes figuras talladas alrededor de la en-trada, la vida sobre la tierra que, por supuesto, es la roca sobre la que est� construido el todo. no podr�a haber mejor representaci�n del origen de la vida, como nosotros lo conocemos - v�stago de triples y celestia-les creadores. pero antes de seguir adelante, perm�tasenos aclarar qu� es lo que se significa por sol, planetas y tierra en este sentido general. por sol se entiende todas sus emanaciones, incluyendo aquellas recibidas como ca-lor, luz, rayos ultra-violeta y otras radiaciones hasta ahora no recono-cidas, as� como su funci�n de sustentar a toda la tierra en su lugar y �rbita apropiadas. por planetas se entiende el efecto combinado de los movimientos, los reflejos y el magnetismo de los principales cuerpos planetarios considerados como un todo. por tierra se entiende el ma-terial b�sico asequible en la superficie de nuestro mundo, desprovisto de vida y forma es decir, los elementos qu�micos desde el hidr�geno al plomo, en su estado inorg�nico. una cosa llama la atenci�n de inmediato en esta clasificaci�n. la antes mencionada

invisibilidad de la tercera fuerza contin�a muy cierta. aunque la vida org�nica se reconoce generalmente como un producto de la tierra y del sol, el papel igualmente esencial y decisivo de los planetas no ha sido estudiado y ha pasado desapercibido durante varios siglos. pero tenemos ahora un indicio de este papel. si sol es la fuen-te de vida y energ�a y la tierra la cantera de la materia prima, los planetas son los creadores de la forma y de la funci�n. el resultado es todo el mundo de la naturaleza. tal puede ser la triple causa general de los fen�menos de la vida en la tierra. pero esto, solo, no nos explica la calidad completamente diferente de variados aspectos de esta vida, todos los procesos que con-trastan, se contradicen y se complementan y cuyo resultado se nos apa-rece como el mundo en el cual viven los hombres. si volvemos al ejemplo de los hombres, los bienes y el dinero, nos damos cuenta de que estas tres fuerzas se pueden combinar en formas bien diferentes, produciendo resultados completamente distintos. el di-nero puede servir a los hombres, y capacitarlos para disfrutar plena-mente el beneficio de los bienes. por otra parte, puede ocurrir que los hombres empiecen a servir al dinero y hasta que sacrifiquen los bienes de que previamente disfrutaban, s�lo por adquirirlo. nuevamente, en otros tiempos, el dinero pierde su valor y los bienes gobiernan la vida de los hombres por s� mismos y dictan el papel desempe�ado por el di-nero. cada una de estas interacciones de las tres fuerzas producen un estado diferente de sociedad, con posibilidades diferentes y diferentes resultados - algunos mejores, algunos peores y algunos solamente dis-tinto- en su naturaleza, sin mejor�a ni degeneraci�n alguna. lo que ahora debemos intentar es algo de un an�lisis as� de los di-ferentes modos en que el sol, los planetas y la tierra pueden combinarse y de sus consecuentes efectos distintos en la vida terrena. ii los seis procesos en la naturaleza en su influencia sobre el mundo de la naturaleza, el sol, los plane-tas y la tierra interact�an en seis diferentes combinaciones, para crear seis posibles categor�as o procesos: sol - tierra - planetas sol - planetas - tierra tierra - sol - planetas tierra - planetas - sol planetas - sol - tierra planetas -tierra - sol el efecto variable de los mismos constituyentes combin�ndose en di-ferentes �rdenes, puede explicarse tomando como ejemplo una llama de gas, agua y una tetera. la llama de gas puede aplicarse al agua en la tetera para obtener agua caliente. por otra parte, puede derramarse el agua de la tetera para apagar la llama. asimismo, puede hacerse que la llama se encuentre dentro de la tetera cerrada, que flota sobre el agua, constituyendo un barquito a chorro, y podr�amos continuar as� con otras combinaciones. el principio de que seis procesos c�smicos universalmente aplicables, deben resultar de la interacci�n ele tres fuerzas, fu� plenamente recono-cido por la alquimia del siglo xvii, cuya teor�a y pr�ctica se basaba en las seis operaciones alqu�micas: coagulaci�n, disoluci�n, sublimaci�n, putrefacci�n, separaci�n y transinulaci�n. de manera semejante, las seis maneras en que el sol, los planetas y la tierra se combinan, se refieren a la naturaleza m�s fundamental de los procesos; y cada categor�a puede incluir un vasto n�mero de di-ferentes fen�menos que normalmente parecen no tener nada en com�n. Tom�moslos en orden. (a) sol: tierra: planetas.-proceso de encarnaci�n, crecimiento, multiplicaci�n.

aqu� la influencia del sol inspira vida a la tierra, siendo el produc-to dotado de forma por los planetas. el principio de vida interviene y organiza a los elementos qu�micos inertes, para producir una criatura viviente que est� adornada con forma y cualidades individuales. este es el proceso universal de crecimiento, multiplicaci�n, propagaci�n. todos los hombres tienen vida, esto le deben al sol. todos los hom-bres est�n compuestos de carbono, ox�geno, nitr�geno, hidr�geno y pe-que�as cantidades de calcio, yodo, f�sforo, etc.; esto deben a la tierra. todos los hombres tienen figura, color, tama�o, velocidad de reacci�n y otras cualidades externas e internas distintivas; esto le deben a los planetas. lo mismo puede decirse de los animales, aves, peces, insectos, plantas y de todos los seres vivientes. el proceso por el que estos factores se combinan para crear toda la multiplicidad de la vida sobre la tierra, se debe a este primer orden de fuerzas. este orden puede comprenderse m�s claramente, estudiando la concepci�n y embriolog�a de los seres vivos. en los primeros elemen-tos visibles -la semilla y el huevo- s�lo podemos ver poco m�s que el que representen la vida. combinados, comienzan a organizar materia; por fin y s�lo grandualmente, el resultado adquiere forma. m�s tarde, el embri�n conduce al crecimiento del infante, el infante al ni�o, el ni�o al hombre, el hombre a otra concepci�n, etc. este proceso tiene la caracter�stica de efectuarse en cadena, de ser continuo, pa-sando inevitablemente de una a la otra fase. (b) sol: planetas: tierra. proceso de decadencia, desintegraci�n, destrucci�n, eliminaci�n. en este segundo orden la influencia del sol anula la labor formadora de los planetas, para reducir los organismos vivos otra vez a tierra. la fuerza vital en s� misma deshace la forma, permitiendo que sus elemen-tos qu�micos constituyentes se desintegren. arrancad una planta viva y exponedla a los rayos del sol: en un tiempo comparativamente corta se habr�n desprendido en el aire su ox�geno y su carbono, y su nitr�-geno y sales minerales, en la tierra. todos los procesos de incineraci�n, enmohecimiento, putrefacci�n, decadencia y eliminaci�n en general pro-ceden del mismo orden de fuerzas. este proceso es complementario del primero y debe contrapesarlo exactamente en el estado de salud de cualquier organismo. en una es-cala general, el crecimiento s�lo puede avanzar en un mismo ritmo co- mo la decadencia: un campesino sabe que el nitr�geno desprendido por el decaimiento de la materia vegetal de este a�o, es esencial para el cre-cimiento de la cosecha del a�o venidero. "el polvo al polvo y las cenizas a las cenizas" - la inevitable desintegraci�n, por este segundo proceso, de la materia inerte incorporada temporalmente a una forma de vida por el primero. las cenizas ya no pueden decaer m�s. este proceso no es continuo como el primero. (c) tierra: sol: planetas.-proceso de transformaci�n, refinamiento, purificaci�n. la acci�n a largo t�rmino de la vida sobre la tierra, es la gradual transformaci�n y refinamiento de la superficie de �sta. la materia inor-g�nica es gradualmente transformada en org�nica; la org�nica en ani-mal, etc. las rocas son destru�das por el viento, la lluvia y las heladas: en 300 a�os los lechos de lava de los volcanes se convierten en f�rtiles vi�edos. el suelo se convierte en tejidos de plantas, el tejido de plantas en movimiento y sensaciones de los animales. la ley natural 'comer y ser comido' vela la transformaci�n ulterior de la materia, que prosigue en la tercera combinaci�n Tierra, sol, planetas. la materia amorfa es informada por la fuerza vital y convertida en forma. analicemos un ejemplo espec�fico. tomemos una roca como muestra de tierra. el calor solar y el enfriamiento la desmoronan; los efectos de los planetas que tomamos como ciclos clim�ticos y meteorol�gicos, de-jan su polvo en lechos del

suelo de disposici�n y tama�o particulares. estos lechos mismos, en el siguiente paso de la transformaci�n, pueden ser considerados como materia inerte o tierra. el sol, actuando por fo-tos�ntesis, transforma el suelo en tejido vegetal; en tanto que la acci�n de los planetas determina la forma en la que el tejido vegetal crece, as� como los colores que asume. asimismo, este proceso, tambi�n puede considerarse como comple-mentario del primer proceso de crecimiento, pero de un modo diferente. y, como vimos en el ejemplo anterior, tambi�n es en cadena, conducien-do, naturalmente, de una etapa a la otra, aunque dentro de l�mites definidos. (d) planetas: sol: tierra.-proceso de enfermedad, rebeli�n, corrup-ci�n, crimen. en este proceso la forma se desliga de su natural subordinaci�n, y sobreponi�ndose al esp�ritu, reduce el todo a materia muerta. respondiendo anormalmente a la influencia planetaria, un �rgano particular o un grupo de c�lulas en un ser viviente, exagera su funci�n dentro de la armon�a general y asume un papel dominante. la prolife-raci�n incontrolable de las c�lulas cancerosas, el exagerado dominio o deficiencia d� las gl�ndulas tiroides produciendo neur�ticos o retrasados mentales, son ejemplos en la patolog�a humana. gradualmente, tal dominio aplasta a la fuerza unificante que proviene del sol y reduce a sus constiuyentes primarios o tierra, al tejido primero y, despu�s, a todo el cuerpo. considerando como un todo a la vida en la tierra, la condici�n com- parable ser�a que uno de los reinos de la naturaleza se saliera de su papel destruyendo el equilibrio general. por ejemplo, la humanidad, es-timulada hacia actividades patol�gicas por la influencia planetaria, pe-ri�dicamente hace la guerra a los reinos animal y vegetal, reduciendo a desierto tal o cual lugar de la tierra. este proceso iniciado en primer lugar por influencia planetaria, re-presenta la rebeli�n de la parte en contra del todo, del �rgano en contra del cuerpo, del individuo en contra de la sociedad. representa, en este sentido, el crimen. y as� como el veneno engendra m�s veneno y el cri-men m�s crimen, es continuo y autoperpetuante. (e) tierra: planetas: sol.-proceso de adaptaci�n, curaci�n, reno-vaci�n, invenci�n. el quinto proceso representa el redescubrimiento del esp�ritu por la materia, gracias a la mediaci�n de una forma apropiada. la materia inerte, asumiendo con la ayuda planetaria nuevas formas adptables a circunstancias cambiantes, atr�e hacia s� la intervenci�n de fuerzas solares. el trabajo de este orden es mucho m�s claro en su aspecto de contra-actividad de la enfermedad y el crimen. curar significa que las materias inertes o venenos producidos por el �ltimo proceso (d) deben reacomo-darse una vez m�s en su forma y lugar correspondientes, permitiendo la renovada circulaci�n de la sangre vital. en donde se han formado desiertos, con el tiempo la misma arena comienza a asumir cualidades org�nicas y a descubrir formas adecuadas a las nuevas condiciones, como las de los cactus y los matorrales. esto hace posible la presencia de insectos, los insectos la de aves, etc., hasta que la influencia solar es nuevamente capaz de revestir al desierto con toda la plenitud de la vida. por tanto, este proceso es el ant�doto de la enfermedad y prepara el camino al crecimiento (a). en la escala de asuntos humanos, signi-fica la creaci�n por el hombre de una forma nueva en que pueden ope-rar las leyes naturales; esta es la invenci�n o descubrimiento. pero cada invenci�n permanece aislada, cada curaci�n es un fin de por si. por tanto, cada operaci�n de este proceso se basta a si misma y es discontinua. (f) planetas: tierra: sol.-proceso de regeneraci�n, re-creaci�n, cambio de naturaleza, arte.

en este �ltimo proceso la forma, dando orden a la materia, se convierte a s� misma en vida o esp�ritu. la criatura emula al creador y crea por s� misma. los planetas no son sino las formas o reflejos de la influencia solar. pero de alg�n modo, tambi�n, pueden aspirar a ser soles y en j�piter y en saturno vemos su transformaci�n ya muy avan- zada. el planeta, organizando la tierra o materia que est� a su alcan-ce, imitando a su sol, se convierte en sol para sus propios sat�lites y para su propio sistema. asimismo, en el mundo de los hombres, los grandes artistas, poetas o m�sicos se esfuerzan por organizar su material, ya sea pintura, pie-dra o palabras, en un orden que imita el de la creaci�n c�smica. crean-do en orden semejante al creado por un poder superior, adquiere en pe-que�o la naturaleza de ese poder. los santos y los grandes maestros, que diseminan la luz de la verdad en la oscuridad de la ignorancia y man-tienen de acuerdo a las leyes c�smicas a los disc�pulos que giran en su derredor y dependen de ellos, emulan la fuente de luz solar y la logran para s� mismos. pero este proceso difiere de los otros en que, mirado por nosotros desde el punto de vista de la forma, �sta no acontece. porque aqu� la for-ma toma por s� misma la iniciativa de crear; la forma por s� sola se ha-ce cargo de dominar a la materia o de elevarla al nivel del esp�ritu. este es el proceso de aniquilamiento de la ley de gravedad. por ella un ser cambia su naturaleza. es �ste el proceso de hacer lo imposible. todos los fen�menos de la tierra, conocidos y desconocidos, pertene-cen a uno u otro de estos seis procesos. porque no existen otros. y otros no son posibles.

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