La Saga

La saga de la casa Pérez Norzagaray continúa arrojando hechos impensados, nunca antes vistos en la ciudad de Bogotá.

El jueves 30 de octubre, los vecinos acompañados por representantes de varias Corporaciones Cívicas de la ciudad (Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, Archi Comunidad, Corporación Quinta Camacho, Fundación Parque 80, Asociación Vecinal El Retiro, Corpopatrimonio y Corposéptima), en una visita descubrieron que la casa estaba siendo demolida en su interior.

Mediante un proceso y un escándalo que duró algo más de tres horas y que fue presenciado por la comunidad y por varios medios de comunicación, la Alcaldesa Local de Chapinero selló una demolición ilegal, sin licencia, que se estaba adelantando a escondidas de la ciudadanía.

La casa llevaba tres días sometida a fuertes golpes de martillo y sin embargo no presentaba daño significativo alguno en su estructura y mucho menos en su fachada.

El día sábado 22 de noviembre en horas de la tarde los vecinos del inmueble empezaron a dar alerta de una situación extraña en torno a la casa: la dueña de la edificación, doña Josefina Dávila de Pérez, había ordenado la implementación de un sospechoso operativo en el cual se colocaron cintas y barreras que impedían el paso peatonal, tanto por el andén del frente como por el parque El Virrey.

Para intentar justificar el hecho, colgaron dos avisos en donde el mensaje principal dice :

alertando sobre el peligro para los transeúntes.

Adicionalmente, como acto absolutamente intimidatorio, situaron 4 individuos en el contorno de la casa, y un quinto vigilando y controlando toda la escena, que a la menor presencia de transeúntes o vecinos reportaba a “quien sabe quien” por un celular.

En horas de la noche, la Alcaldesa Local de Chapinero ordenó a la Policía investigar el hecho y retirar el aviso que obstruía la visual del aviso de sellamiento de la casa

Durante todo el día y la noche, los individuos apostados alrededor de la casa se dedicaron a ejercer lo que podríamos denominar como “terrorismo informativo” anunciando a los transeúntes unas veces que la casa estaba por caerse, unas veces que estaban esperando la llegada de la orden o la máquina para entrar a demoler esa misma noche o al día siguiente.

Alertada por esta situación, la Alcaldesa Local de Chapinero junto con la comunidad ordena al medio día del lunes 24 de noviembre una inspección tanto al exterior como al interior del inmueble para establecer cuáles podrían ser esas “fallas estructurales no determinadas” que existían según los avisos fijados por la propietaria.

En la primera parte de la diligencia se observaron daños y fisuras en la fachada que no existían al momento del sellamiento tres semanas atrás.

La sorpresa de los funcionarios no pudo ser mayor cuando en su interior encontraron que la casa, durante las últimas tres semanas posteriores a su sellamiento, de manera nuevamente ilegal, oculta y silenciosa había sido minada por todas partes con un producto químico explosivo, obedeciendo a un acto que no puede ser calificado más que de “terrorista”, lleno de toda sevicia. JUZGUEN POR SUS PROPIOS OJOS

Este acto no puede ser entendido como otra cosa distinta a una afrenta a toda la comunidad que se ha opuesto y ha exigido las vías legales para detener la destrucción de la casa, al Estado de Derecho, a las Autoridades, a los medios de comunicación y a Colombia, su finca, que quieren seguir manejando como se les da la gana.

INSISTIMOS UNA VEZ MÁS:

¡SI TUMBAN ESTA CASA NOS TUMBAN A TODOS!