La Posibilidad Del Perfeccionismo De La Persona.docx

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1. LA VIRTUD La virtud, cuya reputación no es al parecer algo que halague mucho al hombre de hoy, Valery dice: “virtud, señores, la palabra virtud ha muerto o, por lo menos, esta, a punto de extinguirse”. Se ha llegado a tal extremo que a palabras virtud y virtuoso solo pueden encontrarse en el catecismo. El tema de virtud se utiliza para hacer censuras a alguien, lo cual significa que nos valemos del concepto virtud, más que para una enseñarla a vivir, como de un arma a condenar. La virtud hoy en día es apenas un concepto que no implica nada o casi nada en la vida común y corriente en las personas. ¿Qué es la virtud? Para resolver, primero debemos hablar no de un solo acto sino de muchos y la segunda que se trata de un acto humano cualquiera sino de un mismo acto humano bueno, en definitiva, las palabras varias y bueno son las que construyen el concepto de virtud. Ejemplo: cuando una persona empieza a practicar el ciclismo empieza con una gran dificultad para tomas las curvas, para pedalear en terreno plano pero a medida que va a realizarlo, muchas veces esos mismos actos, va también adquiriendo una capacidad, una disposición, una facilidad mayor que le permite finalmente ser un buen ciclista. Exactamente igual sucede con el habito que hace muy importante de la noción de la virtud y que consiste en una disposición, capacidad, potencialidad de obrar cada vez más fácil y más perfectamente en un campo determinado. Toda virtud esta como sugerida y pedida a la vez por nuestra propia naturaleza y no se llega a ser virtuoso con un solo acto, porque con un solo acto no puede hacerse toda una actitud o disposición, de la misma manera que quien alguna vez mata un pájaro no por ello se dice que es un cazador. Hablar de virtud, en un primer sentido, es hablar de un habito operativo, o lo que es lo mismo, una capacidad, potencia o predisposición estable para obrar. En la formación del concepto de virtud; es el que se expresa con el término “bueno”, en primer lugar que lo que llamamos bueno es el lenguaje común

y corriente es todo aquello que agrega una perfección o una utilidad a algo, no se trata de una agregado artificial extraño, ajeno o distinto de la naturaleza del ser al cual se le agrega sino que eso que llamamos bueno le corresponde, es decir que lo necesita la naturaleza de ese ser. En efecto decimos que el alimento para un animal es bueno porque lo conserva o lo perfecciona. La persona, es el único ser capaz de realizar actos cuyo principio sea la libre voluntad y el conocimiento y cuyo fundamento en su propia estructura, que el ser personal es el ser que puede realizar actos propios, suyos y en tanto que los realiza una persona humana, son actos humanos. Que todo acto humano por ser humano es bueno, y no es precisamente así, sino que lo que decimos que todo acto humano que se ejecute en armonía y concordancia con la estructura y naturaleza intima del personal human es bueno. El concepto del bien, lo bueno es siempre apetecible pero no todo lo que se apetece es bueno. La primera que el bien no lo hace el hombre, sino que lo descubre en su propio ser de las cosas y la segunda que el bien se apetece de la razón de que añade una mayor perfecciona, estabilidad o acabamiento al ser, y o que en definitiva el hombre apetece es pues esa perfecciona, esa fijación del ser en la existencia, fijación que solo puede ser posible, tanto en cuanto obre en armonía y con cuidadoso respeto de la naturaleza y estructura de los seres. La virtud es una gran fuente de riqueza humana de beneficio humana. Virtud: virtud es un habito operativo bueno, habito que por lo tanto perfecciona la obra y al agente que lo realiza.

La virtud en su práctica, su ejercicio, es absolutamente indispensable y necesario para que el hombre alcance el fin ya esculpido en su propia estructura para que alcance su plenitud como persona humana. Mediante el ejercicio constante de actos de virtud, es posible que el hombre alcance el bien que naturalmente apetece, que no es otro que el que el hombre obtenga, partiendo de su propia realidad personal, a través de sus decisiones y acciones, su propia plenitud, como quien llega a la claridad del día. Conseguir esa comunicación vital luminosa, vivir de tal forma que todo pueda verse en sus más precisa dimensiones hasta donde ello es posible al ser humano, y ese es precisamente el tema central de la primera y más importante de las virtudes la Prudencia. La realización del hombre solo es posible si se arranca de la realidad, si se parte del conocimiento de la realidad, y esa es precisamente la medula de la Prudencia. Lo primero que se exige obre es que conozca, y conocer no es otra cosa que un actos por el cual se establece una comunicación con el ser, acto que en cierta manera es hacernos con la realdad; también significa que primero está la realidad, segundo la verdad o el conocimiento y en tercer lugar el bien y di de obrar bien se trata, como es el caso de la virtud hemos de tomar la decisión mas radicalmente humana, cual es de abrirnos la realidad. Prudencia no es, pues una manera más o menos hábil de ocultar la verdad o de hacer parecer verdadero algo que es falso; eso es lo mas contrario a la prudencia. Prudencia significa el que ve, porque si la virtud es una potencia que perfecciona al hombre, este no será valiente sino ha visto primero el campo real objetivo y menos aún si no ha tenido como habito el de haberse acostumbrado a estudiar siempre la realidad antes de cualquier acción y menos aún si no ha tenido como habito el de acostumbrado a estudiar siempre la realidad antes de cualquier acción, este acto será un acto aislado de valentía, que por lo que hemos dicho no hace valiente al hombre, o será

un acto simplemente temerario, irracional por falta de juicio o falta de liberación. La prudencia exige ese doble conocimiento el de los principios universales de la razón y el de las circunstancias específicas, sin embargo, otro elemento que llamamos el de la decisión o el mandato, hemos visto lo que debe hacerse lo que hagamos sin más consideraciones, es decir, sujetar nuestra obra, pero sujetarla, queriéndolo, a aquello que la razón bien informada por el conocimiento nos ha dicho que ha de hacerse. Las demás virtudes que vamos a tratar de saber, la justicia, la fortaleza y la templanza y todas las restantes, la primera la prudencia. Kant dice: la más grande y repetida forma de miseria a la que están expuestos los seres humanos consiste en la injusticias, más bien en la desgracia, es decir el reclamo de lo justo, el hecho más sobresaliente y generalizado de nuestra época, aparte de la veracidad de esas palabras de Kant; por ello podemos decir que la injusticia no es más que reconocer y dar a cada persona lo que legítimamente le pertenece como propio. Si prudencia es ver o conocer la realidad y la justicia exige que es lo que hay que dar , resulta que si uno no sabe que es lo que hay que dar y cuanto es lo que hay que dar, no puede ser justo. La fortaleza esta al igual que la prudencia y la justicia, tiene sus raíces en el ser de las cosas y en el conocimiento de ellas. La prudencia implica es decir y obrar conforme a recta razón y la justicia es el principio fundamental de todo orden. Por lo tanto la fortaleza solo puede entenderse cuando aceptamos la posibilidad de que las cosas puedan desordenarse; sin admitir la posibilidad del desorden, no tendría ningún sentido habar de fuerte pues ¿fuerte para qué? . Entonces la fortaleza no es otra cosa que una disposición de sí mismo, pero una disposición que esté de acuerdo y conforme con la estructura y fin de la persona; dentro de la realidad justa y ordenada de las cosas. La cuarta virtud la templanza, e una fuerza cualitativa de proporciones cuando asumimos esto decimos que esta ordenado, respetado, mesurado por dentro el mismo y el efecto con todo el orden, es la serenidad en su ánimo. Templanza es hacer el orden dentro de nuestra propia persona , es una virtud cuyos efectos y operación se da en nosotros mismos, se vuelve sobre

¿Quién lo ejecuta es el hombre mirándose a sí mismo , pero no de una manera egoísta, la falta de templanza es quizá el canal más directo hacia la autodestrucción , de sí mismo que el hombre tiene. La templanza es el orden interior del hombre; así como la justicia es un orden externo, la templanza es el orden interno. Estas cuatro fuerzas que hemos visto, prudencia, justicia, fortaleza y templanza son llamadas virtudes cardinales y el nombre de cardinales se debe a que sobre ellas gira. En el caso de las cuatro virtudes vistas, es lo que permite al hombre l giro hacia su propia perfecciona. La prudencia ve la realidad y manda a obrar conforme a la realidad que ha visto para el bien verdadero del hombre, la justicia contribuye y ordena la realidad en su sitio correcto para que ese bien no se vea alterado y para que ningún poder sea tirano, la fortaleza defiende ese bien del hombre y la templanza lo mantiene , ordena hombre desde dentro.

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