La Palabra de Dios es Segura 1°Pedro 1:15-21
Hace un tiempo atrás conversaba con un muchacho de una iglesia en el sur. Él se encontraba lejos de Dios y sin congregarse ya por algún tiempo ¿Sus motivos? Durante mucho tiempo cayó en un estado de ansiedad y desesperación por oír la voz de Dios. Como lo ansiaba lo buscaba día tras día con desesperación. Finalmente muy decepcionado se retiró de la iglesia, claudicó de su fe porque en todos los años que estuvo en la iglesia nunca escuchó la voz de Dios. Esta triste historia nos muestra un poco el panorama y la realidad que viven muchos cristianos dentro de nuestras iglesias, buscamos una experiencia sobrenatural, algún don, algún milagro y si eso no ocurre, pensamos que Dios ya no está con nosotros. Decimos como pretexto “El Señor no ha cambiado, El Señor es el mismo de ayer” pero muy en el fondo nos seguimos preguntando ¿Por qué ya Dios no nos habla? ¿Por qué Dios ya no se manifiesta? Pedro el apóstol estaba preocupado por la iglesia, porque estaba muy cerca su partida, ya el Señor se lo había manifestado, su preocupación era por la iglesia, por los falsos maestros y mentirosos que asechaban a la iglesia. Nunca la iglesia de Cristo ha peleado tanto contra las falsas doctrinas como en el primer siglo y es entendible la preocupación del apóstol. Les manifiesta que la venida del Señor está cercana y es por eso que les insta a la santidad, a la piedad. Los falsos maestros no creían en el regreso de nuestro Señor, por tanto contaminaban la fe de la iglesia haciendo creer que Cristo ya murió, que él no volvería, ellos no creían que vendría el día del justo juicio de Dios. Para fundamentar su afirmación Pedro entrega dos fuentes de evidencia:
Testigos presenciales (2:16-18) Documentos de autoridad (2:19-21)
Estos eran los dos tipos de evidencia que validaban la verdad en el tiempo antiguo, y en los días de hoy también. Cuando un abogado quiere respaldar su defensa llama a testigos y hace uso de documentos que respalden su defensa. Testigos Presenciales “Nosotros estábamos con él” Este es el primer argumento: